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lunes, 9 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 9 de septiembre. Zeno. Tolstoi.



--¿Eres tú, Kinomoriarti?

--¡Sí, ángeles míos…soy yo!

--¿No te avergüenza verte como te ves...emanando estertores y recorrido por convulsiones?

…Dinos ¿qué pasó ayer?... ¿por qué tu pecho suena como un cuarteto de cuerdas de Xenakis?

--Bueeeno, es que ayer fue el día de Asturias, patria querida y de la "Santina". Querías haberos llamado para ir a Besançon, pero... al final ...me lo inventé todo.

Así de frontal y abrupto empieza el día. Batir de alas…¡¡ojo!!...



Botellas de vino vacías y de cerveza…y de espirituosos santos…ceniceros repletos por doquier. Sudor frío. Amnesia (¿anterógrada?... ¿síndrome Korsakov?).

Comida de posiciones y de desgaste: 12 horas…sólo interrumpidas por pequeños y necesarios movimientos logísticos y de intendencia.

--¡Sí, ángeles míos…soy yo! …¡batid las alas! ¡que corra el aire!…Siento que me pierdo, que me desvanezco euridicianamente…¡una cerveza fría…por lo que más queráis! …¡una cervecita…por dios!

Antes de desaparecer me socorren con una Moritz más fría que Dite…dios aprieta pero no ahoga (¿)… Quizá sea este el momento para utilizar la palabra “litost” (Kundera: “El libro de la risa…”)…o aquella otra: “Toska” (“Lolita” Nabokov): Una conciencia repentina de la propia miseria (litost) acompañada de una sensación de angustia espiritual flotante (Toska)…Dar una traducción ostensiva de ambos términos.

Permítanme una larga cita:

“…Supongamos que alguien se bebiera ayer 75 cl. y que hoy por la mañana no haya podido beber para quitarse la resaca -trabajo y cosas parecidas-, y sólo mucho después del medio día, tras pasar sufriendo seis o siete horas, haya conseguido beber por fin para aliviar su alma (bueno, ¿cuánto ha bebido? Pues pongamos que 15 cl.): ¡a qué se deberá que su alma no se sienta mejor? El vértigo que le acompañaba desde la mañana se ha visto sustituido por un vértigo de otra clase: un vértigo pudoroso. Las mejillas se le han puesto de color amapola, como las de una puta, y tiene tan azules las ojeras que parece como si, en lugar de haber bebido ayer sus 75 cl., le hubieran estado sacudiendo en la jeta toda la noche. ¿Por qué?
Os voy a decir por qué. Porque ese hombre se ha convertido en víctima de seis o siete horas de trabajo. Hay que saber elegir los trabajos. Y no es que haya malos trabajos. No es que haya malas profesiones. Todas las vocaciones son respetables. Apenas uno  se despierta, hay que beber algo; bueno “algo” no; hay que beber exactamente de lo mismo que se ha bebido el día anterior y beberlo con pausas de entre cuarenta y cuarenta y cinco minutos, de tal manera  que hacia la noche se hayan  bebido 25 cl. más que el día anterior. No habrá entonces ni vértigo ni rubor, y se tendrá una cara tan buena como si en medio año no le hubieran sacudido a uno en la jeta”.


Consigo rularme un cigarrillo lucky luke y a la primera calada se me encojen las entrañas al tiempo que empujan hacia afuera todo su contenido.  La vista se me nubla… la habitación gira como el agua en el fregadero y se introduce, girando, por el ombligo… ¿cómo era aquello de?...   ¿dios borra los renglones rectos y escribe y escribe?… ¿dios escribe torcido en nuestros renglones?… ¿dios no sabe escribir sin pautas?...me desvanezco.

Batir de alas…jirones de aire fresco… ¡Gracias!... ¡Sí, ángeles míos…soy yo!...Pero os juro que a partir de ya, dejaré de ser YO, para ser OTRO YO. ¡Seré OTRO YO!: Y esa transformación se fundamentará en la decisión de no volver a fumar…Que será de aplicación tras fumarme EL ÚLTIMO CIGARRILLO…”El último recibe su sabor del sentimiento de la victoria sobre uno mismo y de la esperanza de un próximo futuro de fuerza y de salud. Los otros tienen su importancia, porque al encenderlos, manifiestas tu libertad y el futuro de fuerza y salud subsiste, pero se aleja un poco”.

Una vida de últimos cigarrillos.

Precisamente, tal día como hoy: “El noveno día del noveno mes”, El concienzudo Zeno (Italo Svevo =Ettore Smichdt) se propone, por enésima vez, dejar la manía de fumar (y el tabaco).




 Hoy no sonará ABSOLUTAMENTE NADA  en el esputifaif.

Y también, tal día como hoy, 9 de septiembre (28 de agosto en el antiguo calendario ruso), del año 1928, “en el pueblo de Yásnaia Poliana y en casa del conde Nicolás Ilitch Tolstoi (“Gordo”), Ha nacido un hijo, León, bautizado el 10 por Basilio Majaisky, pope, asistido por el diácono Arkhipy Ivanov, por el sacristán Alejandro Federov y por el cantor Fedor Grigoriev; siendo los padrinos  el propietario del distrito de Believ, Simón Ivanovitch Iasykov y la condesa Pelagi Tolstoi” (registro de la parroquia. Lec Tarassov)… De madre inesperada, que se ya se había hecho la idea de que se le había pasado el arroz. Sin embargo, un matrimonio de conveniencia con un vástago de la dilapidadora familia Tolstoi, la llenó de felicidad y de hijos. Así la condesa María (como la madre de Zeno) Nicolaievna Volkonsky (¡¡) heredera de la hacienda de Yásnaia Poliana conteniendo seiscientas “almas” masculinas, se convirtió en madre de León Tolstoi.

La bella hacienda de Yásnaia Poliana, cerca de Tula, cambió de manos unas veinte veces durante el siglo XVIII y principios del XIX: Naipes, juergas alcohólicas…se hipotecó, se rehipotecó, se vendió a varios compradores a la vez…perteneció a los Volkonsky desde mediados del XVIII. Lev Tolstoi la heredó de su padre que la había heredado de su esposa (María).
Yásnaia Poliana, que tan grande papel cumplirá en la vida y destino de Tolstoi, era una finca extensa, había en ella jardines frondosos y descuidados…senderos bordeados de añosos tilos, de lilas gigantes, de sauces retorcidos, de bosquecillos de avellanos y abedules y de sombríos grupos de alerces… 4 estanques llenos de carpas, un río profundo, el Voranka y un caserío de 12 cabañas de troncos y una gran casa, la casa natal de Lev Tolstoi. Esa casa que “no la vendería por nada del mundo” (1852) la acabó perdiendo a las cartas. Tolstoi, de raza le viene al galgo, era un jugador compulsivo… ¡hasta que dejó de serlo! (eso es otra historia).

Se instaló en un anexo de la finca y desde allí irradió a todo el mundo. 

        

Situada a unos 200 kilómetros al sur de Moscú, pueden vds. visitarla en un fin de semana largo: podrán alojarse en el hotel Yásnaia Poliana (110 euros, habitación VIP), comer en el restaurante “Preshpekt”, dentro de la finca… comprar un pan de Tula (relleno de dulce de leche)…visitar, recubriéndose los zapatos, la vivienda del artista… pasear por los jardines…¡cuidado no pisar su tumba!...Podrán visitar la cercana estación de trenes de Kozlova Zaseka, desde donde, en 1910, tomó el tren para dirigirse al sur y se encontró con la muerte en la estación de Astápovo.
Si son amantes de los deportes de nieve, añadan Yásnaia Poliana a sus direcciones interesantes.



Por hoy ya está bien. Volveremos: ¡Tolstoi , Rupin, Wittgenstein!...















domingo, 8 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 8 de septiembre. “Café de noche”. Submarino. Alhucemas.

“Me pasé tres noches consecutivas pintando y durmiendo de día. A veces pienso que la noche tiene más vida y un colorido más rico que el día…En este cuadro he tratado de expresar las terribles pasiones humanas por medio del rojo y del verde…En mi cuadro del “Café de noche” he tratado de mostrar que un café es un sitio en el cual uno puede arruinarse, volverse loco o cometer un crimen”.  Era el 8 de septiembre de 1988. Van Gogh  se había establecido en Arlès a principios de año y, por entonces, esperaba la llegada de Gauguin.





Pronto se demostraría que su declaración no era pura retórica poética. De momento todo era ansiedad y deseos de compartir los avances. Vincent, como una celosa ama de casa, ponía la residencia a punto…y afilaba la navaja de afeitar.

Tomen su refrigerio acostumbrado. El mío, como saben: tostada con aceite, oréganos griegos y un fifti-fifti  con remolque. Que no les tiemble el pulso, recuerden que hoy se celebra el día de Asturias, patria querida.  Invoquen a sus Custodios, yo tengo los míos. Les recomiendo  la “Divina Pastora de Almas”, cuya devoción fue introducida, tal día como hoy del año 1703, por un capuchino sevillano de insigne nombre: Fray Isidoro de Sevilla… con ese gracejo que tanto caracteriza a los nativos de la ciudad del Betis.

Invoquen a sus custodios, decía, o hagan el viaje como puedan…pero no dejen de visitar Arlès en fecha tan señalada.  Paséense por los muelles del Ródano, crucen el puente de hierro; siéntense en algún banco de de los Alyscamps;  romanticen por entre las ruinas de Montmajour; piérdanse por la majestuosa llanura de La Crau; acérquense a Saintes- Maries, paseen descalzos por la playa. Vuelvan a la ciudad, tomen un anisado en el Café mentado; coman donde puedan y, si han viajado en tren, verán la Casa Amarilla junto a la estación, cuando decidan poner fin a su excursión.

En el preciso momento en que Van Gogh se sumergía cada vez más profundamente en sus violentos y espesos torbellinos de color, en aguas de san Fernando, Cádiz, se sumergía el primer submarino exitoso y eléctrico de la historia. Intrigas no aclaradas dieron con el artefacto en el Arsenal de la Carraca (el nombre ya existía), donde también sufrió de soledad, de incomprensión y la rapiña generalizada. Sólo el tiempo, como siempre, arregló el asunto y se le encontró un sitio definitivo: el museo naval de Cartagena. Isaac Peral, había muerto de cáncer de piel…digo yo que no se sumergiría mucho el artefacto o que no usaría crema solar. Es digno de resaltar que entre los miembros de la Comisión Responsable de las Pruebas en Mar (CRPM) se encontraba el ilustre militarote Joaquín Bustamante y Quevedo y esto lo digo para recordarles a Vds. que Quevedo, tras salir de su encierro en 1643, murió, agotado y lleno de achaques, en el convento de los dominicos de Villanueva de los Infantes, donde por cierto, pasé unos días en el verano del 77… los días más vacíos y absurdos de mi vida.


El submarino costó 299.500 pesetas. Cifra tan dudosa da a entender que alguien se pagaría unas jarras de vino a la salud del ministerio. Fue una verdadera lástima que la máquina no participara en el desembarco franco-español de Alhucemas, esa hazaña que ha pasado a la historia de la estrategia militar: El primer desembarco “exitoso” con apoyo de la aviación. El precedente de Gallípolis volaba como un cuervo de Van Gogh. Franco y Sanjurjo ya estaban allí. La situación pudo estabilizarse hasta la retirada definitiva. Era el 8 de septiembre del año 1925. Como nota erudita anotar que fue la primera vez en la que se utilizaron tanques, concretamente 11 Renault FT-17 y 6 Schneider CA 1, que funcionaron como los elefantes de Aníbal, como animales mitológicos e inútiles. Como ven Vds. el ejército español ha estado siempre a la vanguardia de las innovaciones.




“Siempre espero hacer en ello un descubrimiento, expresar el amor de dos amantes mediante la unión de dos complementarios, su mezcla y su oposición, las misteriosas vibraciones de los tonos emparentados. Expresar el pensamiento que se esconde tras una frente mediante la brillantez de un tono claro sobre un fondo sombrío. Expresar la esperanza con alguna estrella, y la ansiedad del alma mediante una resplandeciente puesta de sol”.


Exactamente como lo hubieran expresado Franco y Sanjurjo.


Propuesta para hoy, día 8 de septiembre. 2ª SERIE. “Rojo y Negro”. Kierkegaard y Regina Olsen.

“El 3 de septiembre, a las diez de la noche, un gendarme despertó a todo Verrière recorriendo a galope la calle ancha. Traía la noticia de que su majestad el rey de… llegaba el domingo siguiente y aquel día era martes”.



Es decir, el rey llegó a Verrière tal día como hoy, del año, pongamos, 1825 para redondear.
Y con esa irrupción empezó el ascenso y la caída del joven Julien Sorel, por obra y gracia del orgullo en el que se había convertido su humildad impotente.  Tampoco fue ajena a esa desgracia la justicia, convertida en arma de clase  de la aristocracia y la burguesía.

Quizás tenga alguna relación con el tema, el hecho de que tal día como hoy, del año 1840, Kierkegaard pida la mano de Cordelia (y la retenga durante 11 meses). Todo un despliegue de estrategias de cazador (como Julien, aunque Julien también caiga en la refriega) para quien la futura presa sólo tiene valor mientras está “libre”. Una vez “cazada” sólo queda cortarle la cabeza y colocarla en el sórdido salón familiar. Así Cordelia (Cor-dis = corazón) pasa a convertirse en Cordelia (cuerda). En estos casos es el piano el que hace de rifle. En torno a los pianos del XIX se han generado historias funestas (además de cursis).



 El resumen de la obra ya fue entregado por Stendhal al conde Salvagnoli para su publicación en “Antología” (revista florentina). No se publicó entonces. Vio la luz finalmente en 1928, editado por Ronal Davis en forma de folleto. Así que no es necesario que yo lo haga. 


¿Se han preguntado alguna vez el porqué del nombre? Yo se lo diré: procede de la ruleta francesa: rojo /negro.  Salió negro y habías apostado al rojo.

Pero, en fin, lo mejor es situarnos en el lugar de los hechos.  Mis Ángeles acuden a la llamada. No las veo muy contentas. Creo que no les parece bien cargar también con “Hegel”.

–¡No nos parece justo cargar también con el perro! – últimamente hablan al unísono.

–Pero, señoras, el perro pertenece a la familia, es más, ES familia.

–Sí, pero estropeará nuestro admirable perfume y …

–¡Basta! ¡A hacer la “silleta de la reina”!... ¡¡A Besançon, Franco-Condado, Francia!!

Me depositan a las puertas del “Museo del Tiempo” y desaparecen entre las arrugas del espacio. Si tienen tiempo visiten este curioso museo. Es la mejor forma de matar el tiempo en esta rancia ciudad. Tengan cuidado de que no descubran sus intenciones. Muestren interés, de lo contrario podrán ser acusados de atentar contra instituciones culturales del estado.

Alquilo un coche y me dirijo hacia Verrière (de Joux). En una horita estoy a las puertas del restaurante “Le Chalet”, con la intención de ingerir un “déjeneur au fouchette”. La verdad no sé por qué Sthendal describe este villorrio como uno de los pueblos más bonitos de Francia. Vale que sea una idealización, pero hay que hacer un esfuerzo considerable para imaginarse al jinete anunciando la llegada del rey y todo el resto de la cosa. Pero, en fin, aquí estamos. El día es espléndido y como no he podido tomar el tentempié matutino tengo un hambre de lobo. El perro, canina. Aparco a la sombra de la Iglesia y nos dirigimos al establecimiento.

–Bon joux, querido mesonero!

–Así que… ¡amante de los juegos de palabras!

–Amante simplemente.

–¿En qué puedo serle desagradable?

–Pues… ¿podría sacarnos una mesita a la calle y así gozar de este estupendo sol de septiembre?

–¡¿Y qué más?!

–Pues, para empezar, una cervecita y un poco de agua para el perro.­–Se gira como un autómata– y tráiganos la carta–sigue su camino hacia el interior. Vuelve con una mesa destartalada; la calza y la limpia con la manga de la chaqueta. Vuelve al interior y sale con un tanque de cerveza de dos litros, una botella de agua mineral pequeña y un cenicero… para “Hegel”. Le digo si no podría ser al revés. Y le recuerdo que el agua de la región es estupenda. Vuelve al interior, sale y me lanza el “menú” como si me lanzara una cuchilla voladora.

Ya están establecidas las bases de la relación. Todo claro.




Resaltado: “Potée comtoise”, “Belle de Morteau”. El resto, en letra pequeñita. Esperaba encontrar alguna referencia a Julien Sorel o a la señora de Rênal. Algo así como cabeza de cordero recién guillotinada o regazo de ternera enternecida.

–Tráigame, dentro de media hora (no le importe el tiempo) un plato de caracoles y una botella de vino de la región. Para el perro un plato depotée comtoise”. “Hegel” mueve la cola y mira, desafiante, al camarero.

Ya me olía yo. Tenía Vd. toda la pinta de ser el famoso comedor de caracoles que recorre toda Francia. Hay que tener mala suerte…con tantos restaurantes que hay en la dulce Francia, tenía que venir a recalar en mi establecimiento.

Bueno, toda la comida se desarrolla en el mismo tono desafiante. No es necesario entrar en detalles. El tiempo se ha detenido, museizado, se ha doblado formando un paréntesis, del que salimos doblados por la ronda de aguardientes. Aturdido, subo al coche y sigo por la carretera. A doscientos metros me encuentro con la frontera suiza. Un grito de horror choca contra la estructura del Scenic. “Hegel” lanza un aullido furioso. ¡Jamás! La frontera suiza no la pasaré jamás. Ya tuve bastante con una vez. No quiero que me rompan el culo por segunda vez. También Aristóteles dijo algo parecido. Freno de mano. Derrape a la izquierda. Huida a toda velocidad en dirección contraria. 

El río “La Morte” me acompaña algunos quilómetros. Stendhal no mienta nunca este siniestro riachuelo que, por cierto, queda de lo más adecuado. Avanzamos hacia Besançon y en las estribaciones del Jura aparco en la carretera. Bajamos y vamos en busca de la adornada cueva en la que Matilde encerró la cabeza de Julien. En algún momento “Hegel” aparece con un trozo de fémur. Le explico que se trata de encontrar una cabeza. Ese fémur podría ser del desgraciado que enterraron en Ornans, al otro lado del Jura, y que fue inmortalizado por Courbet que, por cierto, en aquellos años era un chiquillo fantasioso (el “realismo” le vendría después) que correteaba por estos parajes.




La incursión ha resultado un fracaso. Ni rastro de la cueva. Así que vuelvo a Besançon y doy por concluida la jornada. Devuelvo el coche y me dirijo al “Museo del Tiempo”.

–¡Hemos vista el “Tiempo Nuevo”!

–¿Y?

–¡¡Malo!!

Silleta de la reina” y a casa.

Ya les contaré algo más en la “propuesta” del 15 de septiembre (2ª serie).





sábado, 7 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 7 de septiembre. Borodino. Tchaikovski. Minard. Alejandro II


Una victoria pírrica no es aquella en la que el esforzado mediocampista Pirri mete un gol en el tiempo de descuento. Hace referencia a Pirro, rey del Pindo: “Otra victoria como ésta y volveré sólo a casa”. Vences, pero a costa de tales pérdidas que no merecía la pena haber empezado el combate.
Valga lo dicho para desechar cualquier otro uso de la expresión.

Tal día como hoy, del año 1812, (26 de agosto según el antiguo calendario ruso) tuvo lugar un magno ejemplo de “victoria pírrica”: La batalla de Borodinó, o de Moscú, o del río Moscova.

Sonará en el Esputifaif:
“La obertura 1812” de Tchaikovski.

Mientras suena y atruena… entre sobresalto: el santo óleo griego y el orégano bendito. Fifti-fifti y copita de tsípuro (mientras quede).
















Napoleón, “el espíritu de la época a caballo”, el invencible dueño de Europa, va a la conquista de Rusia (las razones de las guerras napoleónicas y sus inacabables coaliciones se pierden en la lejanía y se entremezclan con los deseos europeos de acabar con el republicanismo revolucionario francés).


En 1812, la “Grande Armée”, compuesta por más de seiscientos mil soldados entusiastas y comandados por Napoleón I en persona, atraviesa las fronteras rusas y se dirige hacia Moscú. Utiliza la ruta de Smolenk (la misma que después utilizaría Hitler), actual autopista E30.

Según se va adentrando en lo ápeiron (indeterminado, infinito, sin límites…), el ejército  va reduciéndose por la necesidad de dejar guarniciones en las plazas tomadas, por las bajas causadas por las guerrillas (invento español que, por entonces, triunfaba en la otra punta del continente) y por las condiciones de la marcha misma. Los ejércitos rusos retroceden estratégicamente, dejando tras de sí “tierra quemada”…lo que dificulta el abastecimiento de los invasores. Al zar Alejandro I, le resultaba vergonzosa la estrategia, y nombró a Kutúzov nuevo jefe del ejército, juntos decidieron presentar batalla en las inmediaciones de Moscú.

 Eligieron una zona entre los ríos Moscova  y Koloch: Borodinó.

Más de doscientos cincuenta mil soldados se enfrentaron en la batalla más sangrienta de todas las guerras napoleónicas: ¡Se moría a 6.000 por hora! (Andrei  Sajarov reduce la “velocidad” a 2.500 por hora)…recuerden vds. que la del Somme marchaba a una velocidad de 4.000 por hora.

Napoleón estaba espeso  y con fiebre. Equivocó la táctica y dejó perplejos a sus oficiales.

Kutúzov, herido contumaz (perdió el ojo derecho contra el turco y, también contra el turco, una bala le rompió el pómulo y le atravesó el cuello….¡Una especie de Millán Astray! ( y que los rusos me perdonen)), presentó batalla de forma más inteligente y superó su inferioridad numérica. Ya lo había dicho al salir de San Peterburgo: “No podemos vencer a los franceses, pero sí engañarlos”.  Desde las cinco de la mañana hasta la caída de la noche estuvieron bombardeándose…cambiando las posiciones…matándose…Cuando anocheció, la cosa seguía en tablas…Quizá con una ligera ventaja para los franceses (recordar el gambito de Moriarty).
Kutúzov decidió la retirada amparado en la oscuridad. Se largaron a Moscú (unos cien kilómetros), dejando a los franceses sin enemigo y con la sensación de victoria.

Napoleón dixit: “La batalla más terrible de todas las que he librado es la que tuvo lugar cerca de Moscú. Los franceses se mostraron dignos de obtener la victoria y los rusos resultaron dignos de ser invencibles”…y así, con este gusto por la paradoja, continuó: “¡Vísteme despacio que tengo prisa!”.

La batalla fue admirablemente relatada por Tolstoi en “Guerra y Paz”, esa interminable indagación (¡pobre Sofía que tuvo que escribirla ,a mano, cinco vez!) sobre el papel del individuo en la historia: “La fuerza moral del ejército francés atacante quedó agotada y quemada. La invasión francesa, igual que una bestia enfurecida que en su arranque fue herida mortalmente, ya sentía su muerte; no podía pararse, tampoco lo pudo hacer el ejército ruso que era dos veces más débil. Después del empuje recibido, las tropas francesas podían rodar hacia Moscú pero ahí…debía perecer, sangrando por la herida mortal de Borodino”.

En algún momento se pregunta Tolstoi: “¿por qué la gente mala se agrupa tan rápidamente y la gente buena no?”. ¡¡Otra pregunta del millón!!

...Mediten vds. sobre el sentido de la pregunta y aventuren alguna respuesta…

Mientras tanto, Dry buñuelesco del mediodía. Y cabalgada rutinaria al Condis…Paso más tiempo en ese antro que en mi casa. Voy corriendo y vengo corriendo; así convierto la necesidad en virtud. La gente pensará que me preparo para las olimpiadas de Madrid (¡¡) en la disciplina de “portador de bolsas Condis”.

Salmorejo (…color Magenta…) con virutas de jamón ibérico y ralladuras de huevo cocido. Vino roble de ribera. Sólo falta una copita de Palo ibicenco, para confeccionar un menú de carpintero. Carajillo al cincuenta por ciento y una copita (¡la última!) de tsípuro.

Esputifaif: “Waterloo” de Abba.

La batalla de Moscú” fue el principio del fin de la gloria de Napoleón y de Francia. El fin fue “Waterloo” que también tuvo su insigne relator: Stendhal “La cartuja de Parma”. ¡Qué antiépica batalla!

“--Señor (…) es la primera vez que asisto a una batalla; pero, ¿es esto una verdadera batalla?
--Así parece. Pero… ¿vd. quién es?”

Fabrizio sobrevuela la periferia de la batalla, saliendo de ella con un miserable botín: un soldado muerto (de forma bastante azarosa) y un ligero rasguño de sable en el brazo…¡por una tontería!. Una especie de “Gran Guerra”, pero a la inversa…Fabrizio busca la batalla y no logra encontrarla. Vitorio y Alberto se escaqueaban de forma heroicamente “cobarde”.

… Borodinó y Waterloo… ¡Se acabó lo que se daba!

Las tropas rusas regresan a Moscú, y en la “conferencia” de Fili (Tolstoi) deciden el incendio de Moscú y retirarse provisionalmente.





Desde la colina de los gorriones (¡¡) Napoleón contempla el hermosísimo refulgir de Moscú, y al mismo tiempo la riada de moscovitas que abandonan su ciudad: “Allí está, por fin, esta famosa ciudad” (…) abandonan todo esto…¡No es posible!”

Napoleón entra en la ciudad fantasma.  La carne de caballo abunda aunque haya que volver andando.

“¡Qué gente! ¡Son escitas! ¡Qué determinación! ¡Qué bárbaros!” Napoleón no pudo decir más. Tras unas semanas, decide la retirada que se convierte en estampida. Rusia ha declarado “La Gran Guerra Patria” que sólo terminará cuando el último soldado francés haya abandonado el sagrado suelo de Rusia o yazca sobre la nieve. Será a mediados de diciembre. Hasta entonces serán perseguidos, atacados, muertos…

Esta Anábasis, como la de Jenofonte o la del ejército griego desde los altiplanos de Anatolia en 1922, dejó el camino sembrado de cadáveres…los griegos se descomponían rápidamente por el terrible verano turco; pero los franceses se conservaron hasta el deshielo primaveral y florecieron como amapolas.

De los cientos de miles que avanzaron entusiasmados, sólo 50.000 se salvarán. En total, un millón de muertos, repartidos a partes iguales.

Que suene en el esputifaif: “Way out West”  de Sonny Rollins, nacido tal día como hoy del año 1930.
               
Si van vds. a Mozhaisk, cerca de Borodinó (autopista E30) podrán contemplar el conjunto de monumentos que forman el Gran Monumento Conmemorativo de la batalla. El rosario empieza con el obelisco de Kutúzov, en Gorki, y sigue, ya en terreno “sagrado” (comprado por la familia imperial en 1837), con la Iglesia de la Natividad, que contiene el espacio dedicado a la Virgen de Smolenk, protectora contra los enemigos procedentes del Oeste. Verán una gran casa de madera que funcionó como hospital militar a finales del XIX y que, ahora, funciona como museo. Podrán contemplar otro obelisco (Nicolás I) plantado en el espacio elegido como representante del gran espacio en el que se desarrolló el combate. Podrán pasearse por el convento de Spaso-Borudini, donde hizo noche Tostoi.
Podrán tomarse un trancazo de vodka y meditar sobre la fugacidad de la gloria y la “persistencia de la memoria” (inevitable pensar en Gala Éluard Dalí…nacida tal día como hoy del año 1894)

¡En fin!: las excavaciones continúan.

Aprovecho que no hace sol y que la lluvia ha refrescado el ambiente,  para tomar un gintónic en el chiringuito y continuar con el asunto. Vaso ancho…hielo duro, como nieve rusa de finales de diciembre…una rodajita de limón (de Murcia) y, naturalmente ginebra y tónica. No tengo manías ni con la tónica, ni con la ginebra…cualquiera me vale.

La campaña de Rusia fue la ocasión para que Minard (en 1869) confeccionara “el mejor mapa de la historia”: Vean vds. la fotografía y juzguen. El mapa recoge la cantidad de soldados que entraron, la cantidad de los que salieron…y el ritmo de su mengua. Recoge la temperatura, la dirección de las tropas, los días… Toda una cantidad inaudita de variables.  Tal “obra de arte” se tiene como el modelo de las actuales tendencias (carto)gráficas. Una combinación soberbia de cualidad y cantidad.


 


 Además la gran “batalla del río Moskova” fue también el origen de una de las composiciones más “populares” de todo el repertorio clásico. 

En 1880, de cara a la celebración del 25 aniversario de la coronación de Alejandro II como zar de todas las Rusias que quería hacerse coincidir con la consagración de la catedral de Cristo Salvador de Moscú y con el aniversario de Borodinó (¿alguna causa más?), se le encargó a Tchaikovski una pieza que estuviera a la altura de los acontecimientos. En seis semanas compuso, “sin calidez ni cariño”, la “Obertura 1812”: Cinco tempos (lento, andante, allegro giusto, largo y allegro vivace) construyen un solo movimiento. Empieza con un “Dios proteja (de los franceses) a su pueblo” y termina con un “Dios salve al zar”…En medio  girones de música popular, marsellesas, salvas de cañón, campanas…de acuerdo con un programa que se ajustaba al desarrollo de los acontecimientos. Música programática.

La “Gran Guerra Patria” desencadenó, por una parte el orgullo imperial, del cual la “Obertura”, sería el símbolo y por otra ayudó a gestar el primer nacionalismo ruso(Tolstoi).

La idea original era que se representara en el marco de la “Exhibición de Artes e Industria”  en agosto del 82, frente a la gran catedral recién construida, con una banda de metales reforzando a una gran orquesta, con todas las campanas de Moscú sonando y con los cañones tirando salvas a diestro y siniestro…¡Todo un espectáculo!

El proyecto se desinfló por la muerte (por bomba) de Alejandro II en 1881. Había sufrido incontables atentados con bomba y con pistola y de todos había salido bien parado. Bien es cierto que, a veces, de manera bastante ridícula. En el último la curiosidad mató al ratón.

Un hombre joven, bajito, con abrigo negro hasta los pies y con un paquete debajo del brazo… (sólo le faltaba la etiqueta) se abrió paso por entre los avispados guardaespaldas del zar y arrojó el paquete bajo el trineo en el que se trasladaba haciendo su habitual ruta dominguera. La bomba mató a un cosaco de la comitiva e hirió gravemente al cochero. El autor fue despedido contra una valla y rápidamente detenido, sin embargo tuvo tiempo de gritar el nombre de alguien. Los guardaespaldas arrastraban al zar fuera de la zona de peligro…pero el idiota quiso ver los efectos de la bomba y fue cuando contemplaba, pasmado, el agujero, que otro individuo arrojó el  paquete-bomba definitivo (el tercero fue innecesario) a los pies del zar…Le segó las piernas, pero se mantuvo de pie durante un euridiciano momento… la sangre salía de los cilindros de los muslos como agua de una boca de riego. En trineo fue trasladado al Palacio de invierno.  Un reguero de sangre marcó el recorrido…como la sangre francesa en su retirada de Borodinó…

Si estuviera en casa sonaría en el esputifaif: “Me muero yo”…unas seguiriyas de Triana que quitan el sentío. Antonio Mairena Nació el 7 de septiembre de 1909.

Finalmente la pieza se estrenó en el marco de la mentada “Exhibición”, pero con orquesta tradicional y ¡a puerta cerrada!

Que yo recuerde la “Obertura” suena:

·         En Help! De Richar Lester.
·         En “Bananas” de W. Allen
·         El idiota profesor del “Club de los poetas muertos” la silba continuamente.

·         Aparece en dos episodios de la serie Los Simpson. En el capítulo “Bart el temerario” es interpretada por la Banda de la Escuela Primaria de Springfield, en una versión que incluye un disparo coordinado de tres cañones y campanas. Y en el episodio “Lisa, la Simpson”, en la escena en que Homer, Bart y Lisa miran un programa televisivo llamado “Cuando los edificios se desploman” (“When Buildings Collapse”). El “finale”, el mismo que suena en “Help”, acompaña el desplome.
·         En “V de Vendeta”, la música acompaña la destrucción del Parlamento Británico.
·         “La carga del ejército ruso” es utilizada para celebrar las victorias del “Dinamo de Moscú

¿Alguien podría decirme por qué en los festejos por la Independencia americana, la interpretación de la “Obertura 1812” es todo un clásico?

Volveremos a Tschaikovski… pero situado en otra constelación: Luis II de Baviera, Verlaine, Wagner…
















RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...