Buscar este blog

domingo, 22 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy, día 22 de diciembre. Fin del mundo. Lotería. Mansfield Park.

-1-
¿Recuerdan Vds. el año pasado?  Digo el año pasado por decir algo, pues yo escribo fuera del tiempo y del espacio. Lo remito todo al 2013 y cuando complete el año natural… ¡ya veremos! Ahora, sin ir más lejos, no sé ni dónde estoy ni qué fecha corre.

Bueno, pues eso. El año pasado el día 21 de diciembre amaneció sombrío. Todos los malos presagios (los mayas, Nostradamus, el I Ching, los indios Hopi y hasta mi vecina la del tercero-segunda, que se levantó en plena madrugada anunciando a gritos el fin del mundo porque había soñado que cerraban el Condis) se acumulaban a la espera de volcarse sobre la humanidad en el momento oportuno. Pasaba el día sin sobresaltos pero la tranquilidad no se instalaba en los corazones. Los hubo que antes de la hora del ángelus se colgaron en árboles de hoja caduca. En Idaho un padre de familia sacrificó a su familia.
Gorrión” aulló impulsado por tanto sin dios (¿).

En Alcalá de Henares, un jubilado aprovechó la ocasión para poner fin a su desolada vida; al día siguiente, 22 de diciembre (tal día como hoy, del año 2012) lo descolgaron de la viga y lo tendieron en la cama; sobre la mesilla de noche encontraron un billete de lotería en el que con mano temblorosa había escrito a lápiz: “Me mato. No aguanto más la espera. El planeta X se llevará un chasco”. El billete era un décimo de navidad del 76.058. Le habían correspondido 400.000 euros libres de impuestos. El abuelo, amor-atado, hizo una mueca de sarcasmo, que pareció un movimiento reflejo (o al revés). La autoridad borró el epitafio y se embolsó los cuatrocientos mil. (Avaricia*)




Si non é vero, è ben trovato.

Algo de la naturaleza sibilina del 21 afectó también al día 22. Así, Cyrus Reed Teed, borgiano autor de una cosmogonía /cosmología extraña, por contraria a lo generalmente aceptado, profetizó su resurrección inmediata después de su muerte física. Había construido en Florida y de su propio peculio, una ciudad capaz de acoger a ocho millones de habitantes. Sólo llegaron doscientos. “Exterior”, ese era su nombre, aunque también fue conocida por la “Nueva Jerusalén”, se convirtió, desde el principio, en un desierto, compartido a partes desiguales por humanos y coyotes.

“Cuando llegó su hora, el 22 de diciembre de 1908, a consecuencia de la agresión de un sargento de policía de Fort Meyers, Florida, los miembros de la colonia dejaron de trabajar y comenzaron a orar y cantar en torno a los restos morales. La víspera de navidad, Koresch (Cyrus) apestaba; el día después, el olor se había hecho insoportable, pero los fieles seguían esperando la resurrección. El 26, Koresh reventaba, y las autoridades se vieron obligadas a secuestrar los restos, para hacerlos sepultar en alguna parte”.





No reconozco otra razón que no sea la fuerza de las costumbres, lo que me empuja a comprar algún décimo de lotería por estas fechas. Este año he comprado el 53225 (además del que estoy abonado). Acaba de salir el gordo: 62246. Sin comentarios… ¡Hasta el año próximo!

Entre mis notas encuentro lo siguiente:

“El 22 (de diciembre.) día del baile, era jueves (Y puesto que era jueves, no podría ser más que el año 1808); y el miércoles por la mañana, Fanny, que no había hallado todavía una solución satisfactoria en cuanto a lo que debería ponerse, decidió buscar consejo en las personas más competentes y acudió a la señora Grant y a su hermana, cuyo reconocido buen gusto podría sin duda aplicarse a ella sin reproche; y como Edmund y William se habían ido a Northampton, y tenía motivos para creer que Henry había salido también, bajó hasta la rectoría sin mucho temor de que le faltara ocasión para conferenciar aparte sobre aquel punto; y que la tal conferencia fuese reservada era para Fanny uno de los aspectos más importantes, ya que estaba más que medio Mansfield Park  avergonzada de su petición de ayuda”.

Es evidente que es un fragmento de “Mansfield Park” de Jane Austen. No tengo ni puta idea del papel del baile reseñado en la trama de la novela, ni, si me apuran, de qué va el asunto. Me quedó la impresión de que hacer un resumen era una tarea propia de una tesis doctoral. No es que no me guste la Austen, que me gusta…. Pero esa novela fue superior a mis fuerzas. Y no tengo nada más que decir.




Bueno, sí. ¿Conocen Vds. “Crimen en Mansfield Park”? Una idea ingeniosa. Mantener los personajes y cambiarles la “personalidad” y las circunstancias. Yo hubiera ampliado el radio de acción y me hubiera cargado hasta el apuntador.

Hegel” prepara su equipaje. Mañana nos vamos al sur.

–¿Puedo llevarme la pelotita rosa?

–¡Lo que quieras!

–Engáñame: dime que quieres.(*) Dime que has esperado siempre que apareciera en tu vida.

¡Coño con el cachorro! Tiene dotes proféticas.

–Ya te lo diré mañana…

-2-
“En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere produce mucho fruto”.

En eso pensaba Dostoievski la mañana del 22 de diciembre del año 1849. O quizás no. Puede que ese grave pensamiento asomara tan sólo los cotiledones. Hacía ocho meses que estaba en prisión y uno, condenado a muerte, en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Enfrente reposaba el Palacio de Invierno, y el invierno, recién nacido, saltaba alborozado como cachorro de candelizos amenazadores.

El autor había impugnado a dios (¿): el sufrimiento de los niños era algo incompatible con su existencia. Lean lo que escribía (tal día como hoy, del año 1896) Strindberg: “ Y no acusemos al Señor cuando veamos sufrir a niños inocentes. Nadie sabrá por qué, pero la justicia divina nos permite suponer que están expiando crímenes cometidos antes de su llegada a este mundo”.




Dostoievski, medianamente célebre, había sido condenado a muerte por participar en el  Círculo liberal de Petrashevski, pues por entonces, el escritor simpatizaba con los ideales socialistas y, si me apuran, nihilistas. La causa inmediata fue la lectura pública que hizo de la carta de Bielinsky a Gógol, en respuesta a una que le envió Gógol mientras aquél intentaba curarse una tisis en las montañas del Tirol austríaco. En la carta, Gógol intentaba justificar lo injustificable; explicar lo inexplicable: su giro hacia la defensa del estado zarista y el quietismo social. Su “alma rusa” no era más que un repudio de los ideales de “progreso y libertad” y una aceptación de la ignorancia y la servidumbre. Gógol se quejaba de incomprensión. Y, en cierta manera, así era, pues su “Almas muertas” pretendía ser la primera parte (negativa, crítica) de una trilogía en la que pretendía poner en claro la naturaleza del “alma rusa”, henchida de amor cristiano, de humildad y de solidaria resignación…

¡Hasta los eslavófilos le dieron la espalda! (no digamos ya los liberales-socialistas).

No habían comprendido la naturaleza incompleta de su magna novela. Quiso aclararlo en sus “Pasajes selectos de la correspondencia con amigos” (1846). Y, en efecto, la cosa fue entendida: Gógol perdió el afecto de todos los que sabían leer y escribir, excepción hecha de los cortesanos.

Incluso los eremitas de Optina se lo recriminaron.

La carta de Bielinsky, ocasión de la condena de Dostoievsky, fue en respuesta a este intento de esclarecimiento.

Él, enfurruñado, dejó de escribir y se dispuso a dejarse morir de hambre.

Volveremos sobre esta interesante cuestión y sobre sus últimas palabras que se intuyen de enjundia. (Propuesta, inédita, para el 24 de febrero. 2ª Serie)

Bueno, pues sacaron a Fiódor y a sus compinches al patio de la cárcel. Hacía, como es natural, un frío de muerte. Les vendaron los ojos con tela de amortajar y los dejaron a la intemperie meditando sobre el significado de las descargas de fusilería que rebotaban en los muros de la bien construida fortaleza. Cuando le llegó el turno al infortunado, que, según confesiones propias, se comportó con entereza y discreción, ocurrió lo que estaba pensado que ocurriría: Llegó alguien a caballo agitando una carta (¡otra!) y se interrumpió la ejecución de la ejecución. Es un recurso de guionista perrero, pero así fueron las cosas… ¡y así se las cuento!

Y para completar el magnífico guión, decir que un tío bisabuelo de Nabokov, amigo y condiscípulo de Pushkin, ejercía de comandante en la fortaleza y había tenido la gentileza de prestarle libros y tal.



Esto ocurría tal día como hoy, del año 1849 y Dostoievski lo cuenta mucho más certeramente en una carta a su hermano.

Pero la vida tiene un precio. Lo enviaron, desposeído de honores y derechos, cuatro años a la prisión de Omsk y cinco como soldado raso en uno de aquellos batallones fronterizos, baluartes contra el Tártaro.

Que te destinen a Omsk de cartero con plaza fija ya es una desgracia, imaginen Vds. lo de aquella gente…en una ciudad donde la oscilación térmica supera los 80 grados. Ahora es una gran ciudad de más de un millón de habitantes, esparcidos de cualquier manera, como la sal en la ensalada. De espacio no se quejan. Puede decirse que Omsk es un descampado salpicado de casas y edificios descuajaringados y desollados. Sus ríos son rojo-bauxita.




Allí, Fiódor, entre ataque y ataque de heredada epilepsia (que Freud analizó como consecuencia del asesinato del padre” y que el autor incorporó de forma sabia en la caracterología de muchos de sus personajes), tuvo una doble iluminación. Por la primera vislumbró el cenagal en que consistía el “alma rusa”, la inmundicia y crueldad que se asentaba en los adentros de su querido campesinado ruso. Por la segunda, corrigió el primer vislumbre y llegó a apreciar una chispa (iskra) de bondad, capaz de producir un incendio. El campesinado ruso, había sido maleado por capas y capas de opresión y pervertido por el individualismo (que podríamos llamar occidental, “socialista”, liberal). A partir de esa segunda revelación, Dostoievski se sumergió en la idea de un “socialismo cristiano-ortodoxo ruso”:

 “No será en el comunismo, no será en las formas mecánicas que encontraremos el socialismo del pueblo ruso: este cree que la salvación surgirá en definitiva a través de una unión mundial en el nombre de Cristo. ¡Ese es nuestro socialismo ruso!”

Y a partir de ahí todo fue “penitencia y redención”, crimen-castigo-arrepentimiento-redención… o “Crimen y crimen” (Strindberg).

Doblatov fue más comedido. Entró en contacto con “la casa de los muertos”, captó el cenagal del “alma eslava” y se las piró.

Tiempo habrá para volver sobre el tema.

-3-
“Hoy, día 22 (de diciembre, del año ¿2000?), de madrugada ha llegado el frío de verdad y ha caído la primera nevada.”




Es Stasiuk quien aprecia el cambio climatológico. Acurrucado en un lugar de Polonia relata sus correrías por el “Benelux” balkánico, donde cerdo come humano. Poeta de los escombros y del óxido, recorre el mapa de la desolación posterior a la miseria. Bardo de la ruina industrial y del derrumbe moral (si alguna vez estuvo edificado). Cantor de la luz. “Flaneur” del reciclaje de la mercancía. Y es que allí, en aquellos territorios fronterizos, las cosas se resisten a morir: vuelven a cargarse de valor dispuestas a vender caros sus últimos días. Profeta: comienza el tiempo en el que el tráfico de personas sustituye, con provecho, al tráfico de cosas.

El paisaje echado a perder. El pasado, echado a perder. El futuro… ¡echado a perder! Reino del reciclaje integral. Principado de la basura. República del trasiego. No hay “ostalgie”… pero lo parece.
Dan ganas de robar un todoterreno de alta gama y lanzarse a la venta ambulante de desechadas mercancías chinas.

Y es que el romanticismo anida en nuestros corazones.

–¿Y cuál sería mi papel?

–¡Meter miedo, Hegel, meter miedo!

–No he nacido para eso.






.


RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...