La
muerte física, a veces, no es más que la certificación notarial de un hecho que
ya se ha producido hace tiempo. A Mahler le dieron la estocada mortal en 1907 y
la puntilla tal día como hoy, del año 1911…En casos parecidos se encontraron
Hörderlin, Nietzsche…¡y tantos otros!
Hoy
nos vamos a Dobbiaco (Tolbach, para los austríacos). Ya descubriremos las razones. En 13 horas habremos llegado…¡pongamos 15
horas!
Subiremos
al coche a las doce en punto de la noche y lo pondremos en marcha el primer
segundo del día 18 de mayo: bolsa de condis con ropa interior…unas Moritzs y el imprescindible Terry de malla….¡Hala… a
Dobbiaco!...
Sonará:
“La trilogía del adiós”
Allí
Mahler, huérfano de hija, compondrá su adiós a la vida y a la tierra. Más bien
un hasta luego. Allí será arrastrado por Eros (amado y amante) hacia las
cumbres de la belleza con la que se fundirá para siempre…evig…evig…evig…¡Y así hasta nueve veces!
En
la Puerta Catalana, por costumbre atávica, pararemos y tomaremos un
madrugador fifti-fifti que acompañaremos
con un trancazo de Terry. Tomaremos la
carretera de los Alpes: Briançon…Turín… ¡Haremos lo que sea con tal de evitar
los túneles de Génova y alrededores!
Serán
las cuatro de la mañana y pararemos en el área de servicio de Nîmes para un
“potage” y reforzar los hábitos. Continuaremos hasta La Roche du Rame:
Pasado el lago de Embrun y pasado Saint
Crépin, nos encontraremos a mano derecha, antes de entrar en La Roche, un
pequeño lago donde nos comeremos una pizza, especialidad de la casa. No nos
dejaremos engañar (¡no muevan ni una pestaña!: sería interpretado como una
aceptación) por sus ofertas de cócteles: ¡dan diarrea! El antiguo parecido del
mesonero con Depardieu ha desaparecido ¡por completo!...bien por la envergadura
que ha alcanzado el actor, bien por la afectación que ha adquirido (a la vejez
viruela) el barero o bien porque nunca existió tal parecido. Un café (que
convertiremos en fifti-fifti jugándonos la vida) y dos copitas de “calvá”…¡y a funcionar!...Si está cerrado
(por lo temprano de la hora: serán las 8 de la mañana)…desayunaremos una
Moritz.
De 12 hermanos que fueron, cinco murieron
antes de entrar en el “uso de razón”. Otro (Ernst) el más querido, murió de
adolescente. Otro, idiota o loco, se marchó a USA y nunca más se supo. El más
talentudo… ¡se suicidó! Una de las hermanas murió también en vida de Mahler… ¡en
fin!...la muerte rondando y tirando hachazos a diestra y siniestra…¡como para
salir indemne!...Su gran deseo infantil era ser mártir…¡Casi lo consigue!...
Hijo de un despachador de licores, creció
pobre pero espirituosamente. Y tríplemente extranjero (como otros: Kafka…):
bohemio, austríaco y judío…in crescendo.
Pasada la frontera con Italia y antes de
entrar en Ouix, a mano izquierda encontraremos una especie de cantina mejicana
que se hace llamar “Pizzeria Río Nero”…con
unas sillitas fuera y tal. Será vernos entrar y echar mano a bate de beisbol en
recuerdo del día que le vomitamos la barra y dejamos el local perdido. Probaremos
de camuflarnos con una careta tipo “Anonimus”
y, si cuela, intentaremos comernos (difícil, ¡por la careta!) un pannini de prosciutto…¿qué otra cosa?...Un
lingotazo de Terry y ¡salga el sol por Antequera!
En lo que Mahler consideró como su opus
nº 1:”Das Klagende lied”, ya musicaba
fatricidios y siniestras bromas romántico-fantástico-barrocas. Ya, desde el
principio, alternaba en su música (y en él mismo) un claro impulso vital con un
clarísimo deseo de muerte (los psicoanalistas se lo confirmaron)…Los amigos
tampoco ayudaron: locos, suicidas…
En su siguiente gran entrega: “Lieders eines fahrender Gesellen”,
también notamos ese desorden sentimental (y tonal y rítmico) o, si se quiere,
ese deseo de mezclar lo vivo con lo muerto, o, si también se quiere, esa incapacidad para el goce. Estos
cantos enlazan melódica y estructuralmente con las sinfonías: lieders y
sinfonías…¡Ya está delimitado su territorio!...
Cuando se casó con ¿Alma? (9-03-1902) ya
estaba en posesión de los atributos que, después, se desarrollarían: Tras
diversos destinos alimenticios, se convirtió en afamado director de la Ópera de
Hamburgo, y, de ahí en director de la ópera de Viena y director de su orquesta,
a más de compositor de 4 sinfonías y algunas otras cosas (lieders…). Sin embargo, sólo había estrenado la 1º Y la 2ª. Desde
el principio se combinan en Mahler los motivos grandiosos, a lo Wagner, con incrustaciones
de baja estofa (los psicoanalistas le explicaron esa promiscuidad). La “primera”, sobre todo, fue considerada, por
los tradicionalistas (…o sea ..¡todos!) monstruosa. Siempre se le apreció como
director y se le menospreció como compositor: no entendieron aquello de la “tonalidad evolutiva” y la no resolución
(en la tónica) de los conflictos ( y cuando la 6ª se desarrolló en la misma
tonalidad, fue en “La menor”…¡mal asunto!).
Alma (¿) (no es el momento de extendernos
en esa ambiciosa y reaccionaria dama), era una belleza a la que “se le podía sacar provecho” y una
especie de ave de rapiña. No se crean vds. las historias románticas sobre su
persona.
¿Cómo compaginó el presentimiento nietzscheano
del eterno retorno con la sincera fe en la resurrección que recorre toda su
obra?: A lo Orígenes: de derrota en derrota…¡Hasta la victoria final!...Pasando
a Pitágoras por el cedazo de la fe tridentina (a la que se convirtió, desde su tibio
judaísmo de cuna, por conveniencias y porque, según las malas lenguas, “Alma (¿), bien vale una misa” ).
Tras esta esforzada reflexión, será la
hora del ángelus que celebraremos (en memorias de mis desaparecidos Ángeles
Custodios de la calle del Corno) con una Moritz. Estaremos a la altura de
Verona…Aquí viene a cuento lo que Kokochka decía con respecto a Alma: “Lo que nosotros nos dijimos no ha sido dicho ni por Romeo y Julieta…”
(¡pretencioso!). En Verona empezamos la ascensión hacia Trento y Bolzano.
Serán ¡las cinco en punto de la tarde! Y
estaremos entrando, por Viale San Giovanni, a la población de Dobbiaco.
Encontraremos aparcamiento en un momento y ¡justo enfrente del
Hotel-Restaurante Moritz!...Ocuparemos una mesita rociada de sol de mayo y como
accionistas de la Moritz que somos, pediremos una cervecita “alla spina” (las
nuestras estarán calientes).
¿Cómo es posible que escriba sobre niños
muertos cuando acaba de acariciar a sus hermosas hijas?... ”¡No tientes al destino!”...¿Cómo meditar concretamente sobre la
propia muerte, cuando se está en la flor de la vida y del éxito profesional y
personal?... ¡No tientes al destino!...
Los versos de Rückert fueron escritos en
memoria de sus hijos muertos de escarlatina.
“Cuando
tu madrecita
Entra
por la puerta
A
la tenue luz de las velas,
Siempre
siento que vas a entrar
En
la habitación,
Deslizándote
tras ella
Como
de costumbre (…)”
“Con
este tiempo, con esta tormenta
Nunca
hubiera debido mandar fuera a los niños;
Se
los han llevado
Y
no he podido decir nada
(…)”
Centenares de versos fluyeron en sólo
seis meses y no consiguieron revivirlos ni apaciguar su dolor.
Schubert, Schumann, Liszt…ya habían utilizado
versos del poeta.
Mahler recuerda que su hermano querido, a
quien atendió hasta el último aliento, se llamaba Ernest, como uno de los hijos
muertos de Rückert…¡eso es todo!...No presiente, recuerda. Y esos recuerdos
impulsan las composiciones de ese verano, ante la doliente mirada premonitoria
y aterrada de Alma (¿).
Pero los recuerdos, dieron un salto hacia
adelante y tomaron cuerpo delante de él…¡Verano de 1907!..
Moravagine y Raymond La Ciencia acaban de
ser descubiertos, el apocalipsis que tenían tramado para San Peterburgo fracasa
y ellos tienen que huir a América (enseguida los seguirá Mahler).
Picasso acaba de dar los últimos toques a
sus “Señoritas…” provocando la muerte
definitiva de la “belleza”.
Como siempre, desde hacía algunos años,
el matrimonio se pone a empaquetar cosas para su veraneo al lado del lago (Mahler
es un compositor de verano)…al encuentro de las desgracias:
·
La primera (¿recuerdan los tres golpes secos con
que acaba la sexta?) acaba de dársela el creciente antisemitismo que estuvo en
el fondo de su renuncia a sus cargos en la Ópera de Viena: Un judío no podía
expresar lo alemán. El día 1 de Enero, del año 1908, debutará en el
Met(ropolitan) de New York con una “Tristán
e Isolda” que dejará enamorados a los yanquis.
·
La segunda: la muerte sin contemplaciones de su
hija mayor (María Anna), de cinco años: ¡escarlatina! + difteria…(eufemismo de
escabechina).
·
La tercera: se la dio el médico que nada pudo
hacer por su hija. Tras atender a su suegra y a su mujer, auscultó el corazón
del compositor y le auguró un negro futuro.
¡Es el comienzo del fin!
¿Ven vds. cómo los presentimientos
inconscientes llegan a ser formulados claramente?
Estados Unidos…etc…etc…y los veranos en
“Austria”. La casa de Maiernigg fue vendida y tomaron otra en Toblach
(Dobiacco, Dolomitas), donde pasarían los tres veranos siguientes. Allí
compuso: “La Canción de la Tierra”, la “Novena”
y lo que pudo de la “Décima”: Las
sinfonías del adiós.
Y por eso nos encontraremos en Dobbiaco
en este preciso momento. Para intentar recrear en nosotros, con ayuda del
espirituoso santo, lo que Mahler compuso espoleado por la muerte cercana y la
belleza eterna.
Y por eso, tras reservar habitación aquí
mismo, y tomarnos un par de grappas en el café Marlen, iremos a cenar al Gustav
Mahler Stube (volver un poco por donde hemos venido):
comida típicamente tirolesa, a base de:
selvaggina (carne de venado) albóndigas, deliciosas rebanadas de pan de pueblo
con embutido casero…en fin…¡lo típico!
En el primer piso se conserva el espacio
ocupado por Mahler durante los veranos del 1908-09 y 1910…No nos atreveremos a
dormir en este lugar sagrado.
El verano del 1909, apareció Mahler con
un tupé y las cejas tintadas (¿)…Alma no salía de su asombro…¿Qué
pretendía?...fue una visita rápida. Seguramente este detalle nimio, pero
significativo influyó en Visconti a la
hora de caracterizar al personaje (Nietzsche-Mahler) de “Muerte en Venecia".
De nada sirvieron los regates con los que
quiso dejar clavado al destino: Saben
vds. de la naturaleza fatal, letal de la “novena
sinfonía”…Así que lo que iba a ser su “novena”
(“La canción de la Tierra”), no fue numerada y pasó directamente a lo
que conocemos como “novena” (para él
la “décima”)…¡fue inútil!...Acabada
la “novena”( para él la “décima”) la muerte dio jaque mate: lo
que queda de la “décima” (para él la
“once”) son gambitos y arriesgados
esbozos de jugadas sin futuro, que él presiente eterno (en otro mundo).
Lo dicho: ¡dios escribe como le da la
gana en renglones zigzagueantes!...
Pero antes de derribar el rey y darse por
vencido…tuvo que soportar un
·
cuarto golpe que, aunque programado, no era
esperado:
Alma
(¿) se queja del abandono a que la tiene relegada el compositor…de la
renuncia a su vida y a su música (ella también componía)…y de otras
amputaciones. Así que el verano de 1910 (tras otras débiles tentativas) en el
balneario de Tabelbad (cerca de Graz), adonde había acudido por recomendación
médica (¿) se “deja” seducir por un
joven arquitecto llamado a revolucionar la arquitectura y los oficios
contemporáneos: Gropius….especialista en mujeres casadas o comprometidas
(nacido tal día como hoy, del año 1883). Revoloteaban como
moscas…esperando…esperando….
…¿ven vds.?...
Una carta que envía por error (¿) a
Mahler, en donde declara su apasionamiento por la joven, bella y próxima viuda,
pone a Gustav al borde del colapso: ¡estaba pidiéndole la mano de su esposa!
Salva la situación, dedicándole la “Octava”, prometiéndole libertad para
componer, intentando estrenar sus composiciones…¿tomando viagra?...Y haciendo
un amago de psicoanálisis.
Los diarios de Alma (¿), intrascendentes,
llenos de cotilleos, aclaran ciertas cosas:
“¡Cuánto
lo deseo (al monstruoso Zemlinsky)…a
veces apoyo la cabeza sobre la mesa, entre los brazos, y pienso en nosotros
durante horas (…) debo decir que no me imagino entregándome a nadie que no sea
él…¡ni siquiera a Klimt!” (quien, por cierto, la conocía desde la cuna y
algo había conseguido)
“Deseo
la violación. Quienquiera que sea.”
Año nuevo de 1902 (un poco antes de
casarse con Mahler): “Lo que tengo que
escribir hoy es muy triste. He llamado a Gustav. Por la tarde hemos estado
juntos en su habitación. Me ha entregado su cuerpo y le he dejado que me tocase
con la mano. Su brío (¡¡) estba rígido y erguido. Me ha llevado al sofá, me ha
tendido suavemente y se ha balanceado sobre mí. Entonces cuando acababa de
sentir su penetración, ha perdido la fuerza. Ha apoyado la cabeza sobre mi
pecho, destrozado, y casi llora de vergüenza. Distraída como estaba, lo he
confortado (…) ¿y si él perdiera… eso?...¡Mi pobre esposo!”
El tres de enero la cosa cambió: “dicha y éxtasis” (…)
El cuatro de enero: “éxtasis sin fin” (…)
Mahler, perdía la fuerza con cierta
frecuencia.
Schönberg intenta consolarlo…sin saber
(¿cómo iba a saberlo?) que su mujer haría lo mismo con un
pintor…suicidio…vuelta a casa…muerte…nueva pareja.
Aconsejado, concierta una cita con Freud
(debería haber ido también su Alma). Pasan una tarde paseando por Leiden:
Curiosa “sesión de diván”…más bien
peripatética. Freud admiró en su paciente la sagacidad y la disposición…y le “descubrió” las razones de su gusto por “la baja estofa” incrustada entre lonchas de tocino de cielo. Freud confirmó
algo que teorizaría un poco más tarde: Eros y Thanatos son las fuerzas básicas
de la vida; y Mahler era un ejemplar puro…en el que estas fuerzas se
manifestaban de forma límpida.
Por entonces Carnap, nacido tal día como
hoy, del año 1981, acudía a la universidad de Jena e iba configurando lo que
sería la crítica más radical al psicoanálisis: el “fisicalismo”, armado con la espada de la verificabilidad (después, contrastabilidad):
las proposiciones psicoanalíticas no son empíricas…¡son una variante de la
música!...
Ya antes K.Kraus desde sus páginas
ígneas, había establecido (por su cuenta y riesgo) que el psicoanálisis era
el problema, no la solución.
La suerte está echada…Vuelta a Estados
Unidos… (infórmense vds. Infórmense)… y regreso definitivo para morir, tras
intentar resucitarlo en París, en Viena…. ¡tal día como hoy, del año 1911. Sus
últimas palabras: “¡Mozart!...Mozart!”…como si nos avisara de la
terrible tormenta que caería sobre el cortejo fúnebre.
Las cartas de Alma (¿) y Gropius siguieron
fluyendo incluso durante la agonía del músico: “tu esposa”…”tu prometida”…”¡quiero un hijo tuyo!”. Alma recogió la muerte de Gustav en una
mascarilla…¡pero no fue al entierro! (¿)
En efecto, Alma se casó con Gropius
(1915), tras la sonada y bronca aventura con Kokotschka
(Alma y maler…¡otra historia!...), durante la cual Alma (¿) dio rienda
suelta a su temperamento y desarrolló definitivamente el gusto por lo
masculino…así, en general.
Alma y Gropius se casarían en 1915.
Alban Berg compondría “A la memoria de un ángel”, en memoria de Manon (la hija de Gropius
y Alma) que, como brazo armado de la justicia universal, tuvo a bien morir a
los 18 años (1935) de poliomelitis (otro nació prematuro y no sobrevivió). Berg
la amaba con locura, como un padre (¿). La composición se convirtió también en
el Réquiem del músico que no pudo
comerse el turrón. Murió pasada la media noche del 24 de diciembre…justo en el
momento en que, 16 años después, nacería un servidor de vds.
Gropius se había “escapado” de Alemania el año anterior.
Alma (¿), fácticamente separada de
Gropius en 1920…seguirá su camino lleno de curvas y de emboscadas. Acabará
seducida, también, por la absenta.
Cuando Freud se enteró de la muerte del
músico le faltó tiempo para pasarle la minuta a la viuda, que siempre se
refirió a él como “el idiota de Freud”.
Vale que pagar religiosamente la consulta forme parte del tratamiento…¡pero del
enfermo!...¿o acaso pensó Freud que la viuda estaba más neurótica que el
difunto?
Tras el venado y un delicioso postre de
frittelle (panqueques) de miel con arándanos rojos…sesión de grappa…¡Y a
dormir!
Mañana pararemos en Parma donde tal día
como mañana: 19 de mayo, del año 1348, Petrarca recibirá carta de un amigo en
la que le informará que Laura ha muerto víctima de la Peste Negra.