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martes, 5 de marzo de 2013

Propuesta “¿Quién pudiera”! para hoy, 5 de marzo. Ajmátova. Prokoviev



Finalmente el azar (¿) planta semillas de orden. Une con mística ligadura, lo que apareció en el mundo como irreconciliable. ¡Aquello del “Azar y Necesidad” como motor de la historia! o aquello otro de que los cabos que constituyen la historia son síntomas de histeria...
Lo disperso es atraído hacia su común origen y sólo entonces se entiende como un todo: Hacer brotar la chispa a la que se refería Leautremont.

Hoy, 5 de marzo, son tantos los hilos que se cruzan que, finalmente, se teje un lienzo comprensible...Rosa Luxemburgo... Ajmátova, Stalin, Churchill, Shostakovich, Prokofiev, Passolini…Chávez…
Sin embargo, una vida, (u otra secuencia cualquiera) se aclara (se ilumina) desde un punto determinado de la misma, que no tiene que ser ni el principio ni el final. Passolini revela su verdad en los terrenos baldíos de Ostia...Luxemburgo flotando en el Spree...Ajmátova haciendo cola ante los muros de la fortaleza-prisión de Kresty.

San Peterburgo...Petrogrado...Leningrado...San Peterburgo...En la evolución del nombre se esconden las fuerzas de la historia.
Agua...cielo...piedras...(como Bar-cel-ona, pero sin bares)...¡Eso era antes!

 

 Como ya conoceremos la ciudad, nos resultará más fácil orientarnos en “la ciudad más abstracta del mundo” (D).

Habremos salido anoche (¿) a las 23’30. Sobre las 7 llegaremos a Moscú. Escala de 2 h. 20’.

En el I-pod :
La 5ª de Prokovief,  
la 5ª y la 7ª sinfonías de Shostakovich.
Y para aligerar (¡!,) las composiciones de Prokovief  para “Iván el terrible” y“Alexandre Nevsky” y “Pedro y el Lobo”.

Lo primero (antes de que perdamos el oremus): cambiar los euros en rublos. ¡Iremos sobrados!
La budionovka estará como pez en el agua. Y yo, ¡también! Allí fluirá el vodka de manera natural, como fuentes silvestres...Nos acercaremos a una barra y ¡ya lo tendremos servido!...¡prodigioso!. Podremos pimplar a nuestras anchas que siempre nos quedaremos cortos. No nos importará dar algún que otro traspiés...todos darán traspiés..siguiendo un antiguo ritual. Estaremos al tanto para no acabar cogiendo el avión hacia Vladivostock.

A Pulkovo, San Peterburgo, habremos llegado a las 10`40, hora local, de hoy, 5 de marzo.

El 213 nos dejará en la plaza Sennaya, en el centro. Aire limpio, frío intenso y los ojos empezarán a llorarnos premonitorios. La bufanda blaugrana resultará, para el frío, inútil. Y el chubasquero, además, ridículo. 3º bajo cero...¡y bajando!

Compraremos una botella de Zubrovka y otra de Koriándrovaia...que “produce el antihumano efecto de fortalecer los miembros y debilitar el alma” (V.E.) ¡justo lo que necesitamos!...tendremos que andar mucho. Por lo demás, el alma la tenemos,YA, hecha polvo.

Tomaremos la calle Sadovaya hasta cruzarnos con la perspectiva Nevsky. Giraremos a la izquierda...cruzaremos el Fontaka por el puente Amichkov y viraremos a la izquierda...seguiremos un poco el malecón y nos encontraremos con la ¡“Casa de la Fuente”! Será preferible habernos bebido media de Zubrovka... El de cilandro nos podría, añadido a la emoción, haber sumido en un lodazal sentimental.



En este Palacio barroco ( Sheremetev) vivió (¿) Ajmátova , de forma intermitente, 27 años...desde 1926 al 1952. Ahora contiene un museo a su memoria. Debería ser dedicado a la memoria de aquellos que memorizaron sus poemas...y memorizándolos los conservaron...como en Fahrenheit.

Nos sentaremos a la orilla del Canal. Y entre sorbos de Zubrovka y de cilandro, iremos desenredando la desgracia. De vez en cuando nos rociaremos de cilandro y nos prenderemos fuego...¡Deshielo! como diría el turbio Ehrenburg.

Pasaremos de largo por los días felices de la bohemia, la época del “Perro vagabundo” (un pequeño sótano en la plaza Mijailovski...estrecho, sofocante, ruidoso, pero...¡inolvidable!, donde reinaba la belleza de Ajmátova y la furia de Gumilov. Simbolistas ...Acmeístas...Futuristas... cubofuturistas....e ilustres visitantes extranjeros.

Se fabricó la Guerra y todo acabó...Le sucedió “El Ático de los Comediantes” (por el Campo de Marte) pero no fue lo mismo.

”Envejecimos cien años
aunque esto sucedió en una hora”
(...)
Desaparecieron las sombras de goces y pasiones
De la memoria, como una carga inútil
Y una vez vacía, el Señor le ordenó
Convertirse en un libro de noticias horribles”

 

Antes, Ajmátova, se había casado con Gumilov: Italia... París... Modigliani (las “mujeres” de Modigliani tienen algo de Ajmátova). Modigliani le hizo un retrato que siempre conservaría (ella). Gonxarova (y Larionov) hablan del Gumilev parisino como de un dandi.

Y Nace su hijo, Lev...Ya están presentes todos los hilos de la tragedia.

París: Gumilov, voluntario, volvía de luchar con los ingleses en Transjordania y siente la llamada de la patria: ¡La revolución de Febrero!... Y su deriva inquietante. Busca la manera de volver a Rusia y aportar su granito de arena a la contrarrevolución.
Es entonces cuando, V. Serge, que venía de Barcelona tras la derrota de Julio del 17, (previa a la de Agosto) se lo encontró en las dependencias de la Embajada Rusa


 


“Soy tradicionalista, monárquico, imperialista, paneslavista. Estoy en la verdadera Naturaleza de Rusia. Vd. (Serge) también está en la verdadera Rusia, pero en su extremo opuesto, del lado de la anarquía espontánea, de los desencadenamientos elementales, de las creencias desordenadas...lo amo todo de Rusia, incluso lo que quiero combatir en ella, lo que vd. representa.”

Era claro, valeroso en su pensamiento, enamorado de la aventura y del combate y, a veces,...”recitaba versos mágicos”.
Lo describe flaco, de rostro demasiado largo, nariz fuerte, extraños ojos de pez y amante de las figuras hieráticas de Asiria “con las cuales acababa uno de encontrarle parecido”. Pese a sus opiniones (o quizá por ellas) ingresó en el Partido Bolchevique...¿Provocador?.¿Quería probar hasta dónde podía tensar la cuerda?..

La guerra y la revolución había hecho añicos su relación con Ajmátova.

Ya en San Peterburgo, Serge solía visitar al poeta y a su nueva pareja, Olga: vivían en las Artes de la Moika (fundada por Gorky en un intento de aliviar las penurias de la “intelligentia”). En una de aquellas visitas (finales de Julio de 1921) se enteró, por Olga, que Gumilov habia sido detenido.

Eran los días del desastre de Cronstadt...Y Petrogrado estaba bajo férreo control.
Serge confiaba en poder hacer algo por el infeliz, que según uno de los chekistas “era tratado muy bien y pasaba una parte de las noches recitándonos versos llenos de noble energía”.

Se le acusaba, y él lo reconoció, de participar en un complot monárquico y de oscuras relaciones con el levantamiento de Cronstadt, En Moscú se hizo la pregunta-súplica: “¿Podría fusilarse a uno de los dos o tres más grandes poetas de Rusia?” y se respondió: “¿Podemos hacer una excepción para un poeta fusilando a los otros?”

Fue fusilado junto a los restantes 60 implicados.

“Gumilev cayó al alba al borde un bosque, con el sombrero sobre los ojos, el cigarrillo en los labios, tranquilo” (V.S.).

“Y sin miedo apareceré ante el Señor”...

“No moriré sobre una cama
ante un médico y un notario
Sino en alguna trinchera salvaje
Hundida en una felpa espesa”.

 

¡El primer gran poeta aniquilado!

A estas alturas el cilandro se habrá terminado. Atravesaremos el Palacio-museo y saldremos por la parte trasera para tomar la calle Zhukovskogo. La seguiremos hasta encontrarnos con la Vosstániya. Giraremos a la izquierda...Nos harán alguna broma al respecto de la gorra...¡no creo que la cosa pase de ahí!...por allí encontraremos algunos bares que, atentamente nos servirán lo que pidamos. Y lo pediremos (al tiempo que señalaremos nuestra budionovka con el índice diestro):

--“Detse mi bódkia pasaliutsa”. (o algo parecido)

El camarero se quedará atónito y no sabrá si se trata de una orden de registro, previa a la detención o si preguntamos por la tienda de gorras más cercana. Lo repetiremos en voz cada vez más alta, hasta que, finalmente (¡siempre finalmente!) sacaremos una de las botellas y, haremos el gesto universal de empinar el codo.

--“¡Spasiba!”.

 Para pedir otro, por las molestias, giraremos la mano derecha con el índice en plan Capilla Sixtina y seremos atendidos a la primera.

--“¡Spasiba!”.

Dejaremos dos billetes de 100 rublos y saldremos más contentos que unas pascuas. Habremos pasado la prueba del idioma. Ya fuera, seremos amablemente forzados a poner el resto.

Nos sentaremos, en esta misma calle, junto al pequeño monumento a Ajmátova. Y continuaremos.

Ajmátova, separada, ya, de Gumilov, encontró compañero en Shileiko, un antiguo amigo de los felices tiempos de “El perro vagabundo”.A éste, tras la huida de los propietarios, le había sido permitido seguir residiendo en la “Casa de la Fuente” donde cuidaba de las colecciones de arte del Palacio. Era, también, un enamorado del arte de Oriente Medio.

Ajmátova llegó a la “Casa de la Fuente” en 1918 (tenía 29 años):

“No tengo ningún derecho en especial
Sobre esta ilustre casa,
Pero sucede que casi toda mi vida
He vivido bajo el celebrado techo
Del Palacio de la Fuente...Como pobre
Llegué y como pobre me marcharé”

Sobre la Casa lucía el lema: “Deus conservat Omnia”

Zinóviev: “La cantidad mínima de pan como para que no olviden su olor” (dirigido a la “Intelligentia”, de la que supuestamente Ajmátova formaba parte).
Los ingresos de Shileiko como asistente del Departamento de Antigüedades de l’Ermitage, no daban para los tres: la pareja y ¡un enorme San Bernardo! que habían recogido de las miserables calles de Petrogrado. “Deus conservat Omnia”.

La figura y la poesía de Ajmátova parecía venida de otro mundo, ya caducado. ¡Malos tiempos para la lírica! Era una boca inútil, en tiempos de escasez extrema. Comunismo de Guerra.

Pide ayuda a Gorky que (en cambio)... ¡le enseña su colección de alfombras...!. ”¡Odio las alfombras!, respondió.

FINALMENTE (¿Gorky?) encontró un puesto de bibliotecaria en el Instituto Agronómico de Petrogrado (1920).

Poco después de la muerte de Gumilov:

“El otoño manchado de lágrimas, como una vida
con sus manos negras, nubla todos los corazones”.

“Dame amargos años de enfermedad
ahogo. Insomnio, fiebre.
Lévate a mi hijo y a mi amante,
Y mi misterioso don del canto...
Esto es lo que suplico en tu liturgia
Después de muchos días tormentosos,
Para que las pesadas nubes sobre la oscura Rusia
Se conviertan en nubes de gloriosos rayos”.

 

Así, Ajmátova ¡no irás a ningún sitio!... La revolución no fue un castigo por los pecados de Rusia... Ni puedes pretender la redención de Rusia, a través de la plegaria de la poesía.

El Comité central no estaba para metáforas ni alegorías.

Mientras tanto Prokoviev, “el Mozart peterburgués”, había salido de Rusia. No tanto por odio a la revolución sino por cuestiones “artísticas”. Lunacharsky, que lo admiraba, no le impidió la salida...New York...París… Trabajó con los ballets rusos de Dhialigev y se iba perfilando como uno de los grandes músicos de la época. Sin embargo la nostalgia...y su posición un poco desplazada dentro del exilio ruso; así como el convencimiento de que nunca podría superar ni a Stravinsky ( como compositor), ni a Rachmaninov (como pianista), le ayudaron a dar el paso: volvió a Rusia (URSS) en 1936, en plena oleada de terror. ¡Allí sería el primero! (Shostakovich era todavía muy joven).




Stalin, viejo bolchevique y en la frontera de los cuarenta. Se hace cargo en 1922 de la Secretaría General del Comité Centra del Partido Comunista Bolchevique de la URSS y, aprovechando la incipiente decadencia de Lenin, se irá haciendo con todos los resortes del Partido.

Nos levantaremos como podamos y seguiremos Vostániya hacia el malecón Robespierre..(.¡¡paso a la Caballería Roja!!). En el Neva. Cuzaremos por el puente Anichkov y giraremos a la derecha por el malecón del Arsenal....Pasaremos por la ¡Estación de Finlandia! y llegaremos a lo que era la cárcel de Kresty, donde las mujeres hacían largas colas para entregar paquetes a los detenidos. Si los paquetes eran aceptados era buena señal. Frente a la fachada veremos otro monumento a Ajmátova. Esperando ¿qué?...¿El final de la nueva ignominia?

Por suerte, de camino habremos encontrado un super, una especie de Día cutre y habremos repuesto nuestras botellas de vodka. ¡Para inmolarnos! Mirando al río continuaremos con nuestra  historia. El viento llega cortante desde la desembocadura del Neva. 4º bajo cero. Serán las 3 de la tarde y el sol empezará a bajar.

El avión de vuelta sale a las 8 de hoy martes y llegaremos a BCN a las 23’35 de mañana miércoles (¿hará escala en Vladivostck?). El tiempo apremia.

Romperemos la liturgia y nos comeremos a la ligera, sin parar nuestro soliloquio, unos "blini"s rellenos de carne en una de esos establecimientos naranja que tanto abundan en San peterburgo. 

Hubiéramos comido plácidamente en el “Idiot”, sito al borde del malecón del primer canal.



 


A finales de los veinte, Ajmátova se marchó de la Casa, pero volvió con su nuevo amante Nikolái Punin (crítico de arte y futurista) y la mujer de éste, de la que estaba separado. Ocuparon el apartamento del ala Sur. La Casa cobró vida y parecía que regresaban los antiguos días.  Espejismo.

Ajmátova no podía publicar nada.

Por paradójico que parezca, la NEP había sido un giro a peor (si era posible ¡y lo era!) para la “Intelligentia”. Incluso Trotsky (que junto con Bujarín, defendió la necesaria neutralidad del partido respecto de las diferentes tendencias artísticas) la consideraba “exiliada interna y externa” e irrelevante para Octubre. Punin respondió airado: “¿Si Ajmátova se pusiera una chaqueta de cuero y una estrella del Ejército rojo...etc..etc?”.

Quiso, como “guardiana” del espíritu del tiempo, dedicarse al estudio de la historia cultural de la Casa  y su papel como núcleo espiritual de Petrogrado (San Peterburgo, para ella y, a partir de ahora LENINGRADO). Pero eso no daba dinero y tampoco Punin ganaba lo suficiente.

Stalin iba ganando poder y convirtiendo el Partido en un nido de bandidos, arribistas y aprovechados. Llegó la época de la colectivización forzosa y de la eliminación del kulaj como clase, acompañada del Realismo Socialista (que se haría oficial unos años más tarde)...Hambre...desplazamiento de población...deportaciones....asesinatos en masa.

En 1931, su alojamiento se convirtió en Apartamento Comunal y se asignaron nuevos moradores (¿Recuerdan vds.“Dr. Zhivago”?). Añadir que Lev, su hijo, se había incorporado a la Casa en el 29.

Riñas, miseria, envidias...falta de intimidad (¡!). Ajmátova no ganó nada en la década de los 30. Y Punin seguía ganando poco. A pesar de todas estas condiciones, Ajmátova se refería a los primeros años de la década como “los años vegetarianos”. Tras el asesinato de Kirov (excusa) vendrían “los años carnívoros”.

No querremos rememorar más muertes de las necesarias. Nos bastará con recordar que de los 700 asistentes al primer Congreso de escritores de la URSS (1934) sólo pudieron repetir ¡50!.

Todos morían a su alrededor…Todos! (menos el turbio Ehreburg).

En Octubre del 35 vinieron a por Lev y a por Punin: exceso de confianza.(… espías...el poema de Ossip sobre Stalin). Punin moriría en un campo en 1938. Lev, de momento, tuvo mejor suerte gracias a la intervención de Pasternack (¿). La vigilancia (visible e invisible) aumentó. El arresto definitivo llegó en el 38; ocho meses de torturas en Kresty y años de trabajos forzados en el innombrable ¡¡canal del mar Blanco!! Imaginaremos las colas de madres rodeando el siniestro muro de Kresty y contemplando el Neva.

 

 “Me retorcía las manos.

¿Cómo puedes mirar el Neva?

Todo me ha sido robado”.

Entonces Ajmátova se convirtió en la voz de los sin habla, en “la boca por la que hablan cien millones”.

 --Y...esto ¿Puede describirlo?. Así se le dirigió una madre de torturado que guardaba su desolado turno frente a la cárcel de Kresny.

--¡Puedo!

 

Fue la chispa: de ahí surgiría su inmortal “Réquiem”.

 

“Ningún cielo extranjero me protegía

ningún ala extraña escudaba mi rostro,

me erguí como testigo de un destino común, superviviente de ese tiempo, de ese lugar.”

 

(...)

“esta mujer está enferma hasta la médula

esta mujer está completamente sola

con el marido muerto, y el hijo detenido

en prisión. Ruega por mí. Ruega”

Su voz era la de todas las mujeres.

Por entonces llegó Prokofiev. ¡No pudo escoger mejor momento! Eran los días de la primera andanada contra el Formalismo y del apogeo del Gran Terror. Sin embargo, inocente e infantil como era no tuvo (muchos) problemas para adaptarse a los deseos estéticos imperantes. En Moscú colaboró con Eisenstein y se le fue abriendo camino. Había en su música, sin embargo, una doblez que no pasaba desapercibida, tan pronto creaba una música heroica (Alexander Nevsky) como cosas intimistas e intranscendentes. ¿No puede interpretarse ese ejercicio infantil: “Pedro y el Lobo”, en clave Gran Terror?

Algo parecido ocurría con Shostakovich. ¿No parecía sonar en su 5ª sinfonía el canto fúnebre de la 1ª de Mahler y que fue ovacionada durante media hora en pleno año 37? ¿A cuento de qué esa ambigüedad y ese juego? Estuvieron en la cuerda floja....

 

Volveremos a toda leche por el puente que hemos venido y nos dirigiremos en dirección hacia la parada del 213. Chubasquero al aire como un personaje de Biely.  ¡Acordarme de comprar la budionovka para el perro! Nos detendremos en el Palacio de Invierno-Ermitage y tomaremos (¡!) 20cl. de cilandro de un trago. ¡Que se joda el alma! ¡que se repita la historia en nuestras cabezas! ¡Que tenga la oportunidad de corregirse, de arrepentirse! Nos permitiremos por un momento recrearnos en la ilusión de la revolución pensada y corregida...¡Como si la cosa no fuera con nosotros!...Frío intenso... Viento del Mar Blanco...las islas se van difuminando entre la niebla.

Pobre Ajmátova (¡pobres todos!). La súplica (¡!) que envió a Stalin  tras la detención de sus seres queridos, pareció surtir efecto: se le dio una pequeña y única beca y se le otorgó una mínima pensión mensual. Sus libros (expurgados) volvían a publicarse. Su nombre iba de boca en boca. Se fue convirtiendo en la voz de los sin voz, en la conciencia de Petrogrado. Ella seguía haciendo cola ante la prisión maldita.

El Gran Terror continuaba su curso.  Y se acercaba el momento de la gran verdad.

Por entonces sufrió su primer infarto.

El pacto de no agresión (¡!) fue el disparo de salida. El comienzo de la Guerra Patriótica coincidió con el sesenta aniversario de Stalin y con un reforzamiento general del espíritu nacional. Muchos presos y deportados fueron liberados para...¡Combatir!. También Lev Gumilov. Fue la apoteosis del stalinismo y de su maquinaria propagandística. Y para muchos “un periodo de vitalidad y en ese sentido una restauración ilimitada y feliz del sentido compartido de comunidad” (Pasternak)…que se revelaría como un paréntesis. ¡Shostakovich! (objeto principal de la primera campaña contra el Formalismo) recibió el primer premio Stalin de Música. Eisenstein (Alexander Nevski, música de Prokofiev) también recibió el suyo. Prokofiev había compuesto la Cantata por el 20 aniversario de Octubre y Hail para el 60 aniversario de Stalin... También esperaba algo...

Pasaremos por la estatua ecuestre de Pedro. Pensaremos en la ausencia de piedra natural en la región y en la mole que soporta la cabalgadura (y ¡en los sufrimientos derivados! ). Noches locas de Pedro cabalgando el enloquecido caballo, por las brumosas calles de San Peterburgo. ¡Peterburgo! Biely.

El sitio de la ciudad (ahora Leningrado) empezó el 16 de Septiembre de 1941 y duró ¡900 días! Ajmátova se apuntó en la “Defensa Civil de Leningrado”. Hasta tal punto era considerada la conciencia de la ciudad, la defensora de las madres huérfanas de hijos y maridos, que se le pidió que diera un discurso para levantar los ánimos. Incluso Zhdanov (¡!) dio su consentimiento. Su estado de salud obligó a que el discurso fuese retransmitido desde La Casa de la Fuente (¡!) En la retransmisión también intervino Shostakovich que, por entonces, estaba componiendo su 7ª sinfonía, llamada “Leningrado”.

 

(...) “No, una ciudad que ha engendrado mujeres como estas no puede ser conquistada”.

 

Era el mismo tono que había empleado Trotsky en la defensa de Petrogrado en los lejanos años de la guerra civil.

Por entonces (1942) hasta Pravda publicaba los versos de Ajmátova:

“La hora del valor marcan nuestros relojes

y el valor no nos abandonará”

Y el Himno de Alexander Nevsky de Prokofiev sonaba por todas partes:

“¡¡Levántate pueblo ruso, para la gloriosa batalla, la batalla mortal!!”

En esos mismos momentos (5 de marzo del mismo año), Jünger, filonazi ocupante en Francia, anotaba en su diario: “Un pollito que me había enviado desde Aint Michel la buena de la señora Richardet, me lo cené ayer en compañía de la Doctoresse...”

Cuando el cerco se estrechó, Ajmátova fue evacuada a Tashkent, y Shostakovich a la actual Samara, donde acabaría la 7ª sinfonía: “A la ciudad de Leningrado”.

Fue estrenada allí tal día como hoy, 5 de marzo, de 1942. Interpretada por la Orquesta del teatro Bolshoi, evacuada también a esa ciudad y dirigida por el compositor. Fue retransmitida a toda la URSS.

 “Triunfo final de la humanidad y de la luz”.

Días más tarde se estrenó en Moscú. Un ataque aéreo alemán añadió dramatismo y significado a la escena.

El 9 de Agosto fue estrenada, por una orquesta menguada, en Leningrado en la Gran (y bombardeada) Sala Filarmónica. Unos potentes altavoces extendieron la música por toda la ciudad....

Intentaremos imaginar y no podremos.

Sólo podremos imaginar la rabia de Hitler que ya había señalado ¡ese mismo día! para el fastuoso banquete que festejaría, en el Astoria, la caída de la ciudad. ¡¡Leningrado!!

Cogeremos el  213 que nos depositará en Pulkovo. ¡Hostia la buidonovka del perro!...

El avión sale a las 8 menos cinco y son las seis tocadas. Dos horas por delante para lucir nuestra gorra y nuestra melopea. 

En previsión de que el aparato no admita líquidos, me amorro a la botella. ¡Rayos X! Me suben en volandas como si fuera un ángel o un tullido de la Gran Guerra. Por suerte el avión no va a Vladivostock... ¡Va a Estambul! Breve escala de 23 horas y 35 minutos. El autobús me lleva a la Mezquita Azul y mi prodigioso olfato hace el resto. Acabo sentado en la terracita (¡tan semejante a Atenas!) del "Pollo Otomano". Le señalo al camarero un pollo a l'ast. ¿Puede ser una cervecita? Pues, ala, ¡una cervecita!


Cuando, FINALMENTE, Ajmátova volvió a Leningrado (1944). La ciudad estaba en ruinas. Conservaba la esperanza de encontrarse con el amante que la consolara cuando la detención de Lev y la muerte de Puni y su primer infarto. La esperaba en la estación ...¡Pero estaba loco!...”He visto cosas que vosotros...etc..etc...” médico como era, había presenciado de todo (además de lo público): canibalismo...morir de hambre en la calle (como su esposa)... morir de frío...enloquecer de repente y arrojarse al Neva...

Una ciudad de insomnes.

¡La casa de la Fuente!...estaba casi en ruinas...sin agua ni luz eléctrica, reventadas las cúpulas y con grietas del tamaño de ratas grandes.

“Brindo por la casa destruída (...) por la vida terrible”

Su hijo Lev, acabado el combate, volvió con ella. Parecía el comienzo de una época solamente triste. ¡Nuevo espejismo!

 

Tal día como hoy, 5 de marzo del año 1945, Churchill, invitado por Truman a una conferencia en su país natal, Missouri, declaró: “Desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, un telón de acero ha descendido sobre el continente” (Eh). ¡Y se armó Troya!

Inmediatamente Stalin tomó nota y reforzó el control. Para Ajmátova fue el comienzo de otro final.

Por entonces, tuvo lugar la entrevista-noche de I. Berlín y el reforzamiento de la vigilancia...En palabras de Stalin: “Así que ahora nuestra monja recibe a espías extranjeros”...

Todos los rotos de la metralla fueron rellenados con micrófonos y mecanismos varios. Le retiraron la cartilla de racionamiento o sea que le concedieron graciosamente ¡la muerte!.

Su hijo volvió a ser detenido, torturado y condenado a 10 años en campos de concentración. Asesinado Lev Trotsky, a su tocayo le fue aún peor, si cabe.

Ajmátova enfermó y, en su enfermedad, llegó a escribir un poema-súplica en honor a Stalin (que retiró en la edición de sus obras completas).

Inmediatamente (1946) empezó “el reinado de Zhadov” (Zhadovkina: algo así como escabechina). Una nueva andanada contra el “formalismo”: Ajmátova, Shostakovich, Prokofiev....¡en peligro!.

Los músicos hicieron lo que pudieron para estar a la altura.

 “La variedad de su poesía es tan limitada que parece una persona azotada por la pobreza” (...) “Es el retrato de una damita frenética que pasa bruscamente del tocador a la capilla (...) medio monja, medio ramera, o más bien monja-ramera que mezcla el pecado con la oración” (Zhanov)....¿Qué les parece?

 “Si nuestra juventud hubiera leído a Ajmátova y hubiera sido educada e semejante ambiente ¿Qué habría ocurrido en la Gran guerra patriótica” (Stalin).

 ¡Hasta Ossip Mandelshtan, a punto de ser torturado hasta morir, escribió (quizás para que se olvidaran de su famoso y antiguo “poemita”) una “Oda a Stalin”.! Ajmátova hizo lo que pudo para salvar a su hijo que no quedaría libre hasta dos años después de la muerte de Stalin.

 

La desestanilización relativa, le  permitieron unos año de tranquilidad y de tranquila soledad.  un¡Todos muertos!

Su hijo fue liberado en el 56 (tres años después de la muerte de Stalin y se convirtió en un prestigioso historiador y no sé que más...un fascista inofensivo (¿es posible?).  Ajmátova fue añadiendo poemas a su obra maestra “Poemas sin héroe”, un réquiem para aquellos que murieron en Leningrado...y un canto de resurrección.

Murió el tal día como hoy del año 1966 en una clínica de reposo de Moscú. La funeraria de la ex Casa de Caridad Sheremetev lucía en el frontispicio el mismo lema que la “Casa de la fuente”: “Deus conservat Omnia!.

En Leningrado miles de personas siguieron, dentro y fuera de la Iglesia de San Nicolás, el funeral por aquella que había hablado por ellos...que estuvo “allí donde mi pueblo, por desgracia estaba”.

El cortejo fúnebre, de camino al cementerio de Komarovo, hizo una parada en la Casa de la Fuente.

 

“Mi camino, en cambio, no es ni recto ni curvo,

llevo conmigo el infortunio,

Voy hacia nunca, hacia ninguna parte

Como un tren sobre el abismo!

 

Miren ustedes si hay días en el calendario, bien, pues tuvo que morir el mismo día en que había muerto Stalin, trece años antes… de forma ignominiosa.

El féretro de Prokofiev, muerto el mismo día, iba adornado con una rama de pino. Stalin había acaparado todas las flores de Leningrado.

 El arcángel San Gabriel me recoge amoroso de la orilla del Bósforo y me deposita como una flor muerta en el vuelo correspondiente.

A Barcelona llegaremos cuando dios, y su corte celestial, quieran.  Tendrán que amputarme la mano para arrancarme la cerveza.            

“Y la locura levanta su ala                          

para cubrir la mitad de mi alma”...

 

El planeta menor 3067, descubierto en 1982, lleva el nombre de Ajmátova.


RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...