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miércoles, 31 de julio de 2013

Propuesta para hoy, día 31 de julio. Gaietà Ripoll.



Cuando los dioses eran muchos, tenían la oportunidad de escaquearse o de enemistarse entre sí (dejándonos en paz a los simples mortales)…Pero  El que Es” no nos quita ojo…
Y aprovechando que estoy en Valencia y que el tema me encamina, dedicaré el día a rememorar una “falla” (del latín “fax”, antorcha) especialísima.

Tal día como hoy del año 1778 morían Voltaire, Rousseau y hacía exactamente cuatro años de la muerte de Diderot. En 1781 aparecería la “Crítica de la Razón Pura” y el culto al Ser Supremo estaba en el aire. Aquí era humo: negro y espeso… de cadaverina.
Ese mismo año, en Solsona, nacería, el más tarde desgraciado, Gaietà Ripoll…Llamado a ser el último ejecutado por la Inquisición.







 
El tal Gaietà peleó contra el francés (que eran miles), fue hecho prisionero (1810) y allí, en tierra extraña, se transformó en…¡deista!...despojó a su dios de todos sus atributos antropomórficos y lo dejó en pura esencia.  Renunció al privilegio de feligrés, para convertirse en cosmopolita espiritual. Veía a dios en todas partes…menos donde le señalaban con el dedo.

Cuando volvió (1814) fue maestro en una escuela de Russafa, por entonces un conjunto de alquerías, extramuros de la ciudad. Algunos locales del barrio han recuperado el nombre de “el ganxo”. Russafa era la “terra del ganxo”…muchos de sus moradores se dedicaban a coger con ganchos los troncos y demás que transitaban por el Turia.
En realidad no era maestro de escuela, era uno de esos héroes que el tiempo ha desvanecido: recorría las barracas ofreciendo su saber y su dedicación. Le daban de comer y como era vegetariano (además de deista), salía barato. Su frugalidad era proverbial. Alto, corpulento, con perilla, bigote y “gran cabellera”…le apodaban el mestre “Polserut”. Usaba capa. Solía dar largos paseos por el camí de Pinedo hacia el Puente de la Lloseta, rumiando su situación…a veces, daba miedo…Sin embargo, siempre saludaba a niños y a adultos.
Precisamente

“a l’entrada de la senda entre el camí de Pinedo i el pont de la Lloseta (…) els veïns de la partida del Perú havien construït les escoles, en una barraca de vuit costelles, amb dos plantes; a la de les xiquetes hom accedia pel camí de Pinedo, i la dels xiquets, coneguda com l’escaleta, tenia la porta de la banda de la mar. Un detall eloqüent és que el successor de Ripoll a l’escola va ser un rector, l’havia substituït una alqueria anomenada de Curro, en la qual hi havia un estanc”
(“La última víctima de la Inquisición. Homenaje a Gaietano Ripoll”. Diario El Pueblo. Valencia 31 de julio de 1930. Firmado por un tal Cazalla)

El tal Cazalla ha removido los rescoldos…así que me dirijo hacia el bar- restaurante “El ganxo”, en Literato Azorín y, fresquito, acodado en la barra me pimplo una cazalla de las antiguas, que amortiguo con media pinta de cerveza negra.

No frecuentaba la Iglesia ni recitaba las fórmulas rituales. No usaba los amuletos establecidos y, además, pretendía una religión fraternal y universal, próxima a los ideales de los primeros “utopistas”: mezcla explosiva, “masclet” terrible que explotaría en poco tiempo.

--¿Sería vd. capaz (y amable) de hacerme una tostadita con pan y aceite?... ¡con pan del día, por favor!
--¡Faltaría más!

¿Ven vds. como todo funciona cuando hay buena voluntad?

--Gracias… ¡muchas gracias, buen hombre!
--No hay de qué, caballero. ¡Que le aproveche!

Una buena señora, de las que tanto abundan, lo denunció a la “Junta de Fe” (innovación del arzobispo de Valencia, Simón López García, diputado a cortes hasta que tuvo que jurar la Pepa…¡Renunció, consecuente con su odio!)

“A més de la barraca de la bugadera, Ripoll també freqüentava, de nit, per a passar la vetllada, la de José Vivó, l’Arrosser, que estava a la vora del Vall (l’ocupava el nº 40 del traste sexto). Allí, es trobava quan es presentà la ronda, comanada pel lloctinent, que va prendre Ripoll per ordre de la “Junta de Fe”.

Lo detuvieron en abril o mayo de 1824, justo cuando Lord Byron moría por la libertad de Grecia y por las fiebres palúdicas. Y por los mismos días en que estrenaba en Viena la Novena de Beethoven y su himno a la hermandad universal recorría Europa. Aquí olía a cadaverina.

El proceso se retrasó porque no se encontraba su partida de bautismo (Si no está bautizado, no puede ser hereje) así que estuvo encarcelado 22 o 23 meses en la antigua cárcel de San Narciso, cerca de las actuales Cortes valencianas. La partida de bautismo fue para él como los barcos de Delos para Platón… ¡Ala prepárate, que empieza el espectáculo!
El tiempo de reclusión fue un calvario, sobre todo por las visitas diarias de un cura que aleccionaba al pobre Gaietà sobre los vericuetos de la teología y del orden.

Otro infierno parecido tuvo que sufrir John Philips (sí, sí…el de “Mama’s and…)…Tal día como hoy, del año 1980, lo pillaron con una tableta y lo condenaron a cinco años…con opción a trueque: ¡¡ 250 horas de charlas y conferencias!!...Toda una vida….el infeliz eligió lo segundo…y (como sabrán vds.) ya no levantó cabeza… ¡Son muchas horas!...Es preferible, cien veces, cumplir los cinco años y no ver a ese atajo de gilipollas dando halitósicos consejos.

Al bueno de Gaietà, además, lo conducían, a misa dominical, al molí de la Misericòrdia o a Montolivet. Con las manos atadas y el sayal de repudiado. Fue un martirio en toda regla. El grotesco final, fue, creo, un descanso. Y no me refiero a un descansar en paz, a un RIP… ¡no!...me refiero a un verdadero descanso…¡basta del teólogo!...¡basta de misa de 12!...¡¡mátenme de una vez!!

Pago y corriendo de sombra en sombra, como los primeros homínidos de arboleda en arboleda, cruzo media Valencia y me planto en “el Lisboa”, detrás de la Lonja. Llego con la lengua fuera y espumeando como perro rabioso.

--Un tanque…¡rápido!

Al arrojarlo sobre la mesa, se derrama la mitad… ¿ven Vds. como todo funciona?

Me tomo la cerveza de un trago y, tranquilamente, pido mi Dry del medio día. La tarde se espera movida.

“Mariana, la mare de Vicenta, no abandonà el pobre mestre durant els vint-i-dos mesos que estigué a la presó de Sant Narcís, li rentava i arreglava la roba fins al dia que tornà a casa desconsolada i amb la roba del mestre: en arribar a la presó li comunicaren que l’havien executat.”


 

 







El proceso se llevó a cabo según lo establecido: sin abogado defensor y sin las más mínimas garantías de nada. El 20 de marzo de 1826 le fue comunicada la sentencia: pena de muerte (¡por fin!... ¡basta de monsergas y de misa de doce!) ¡Quemado en la hoguera!...pero hacía años que los “autos de fe” habían sido, violentando  los deseos, arrinconados.

Se le vistió con el sanbenito y  el capirote y, payasilmente, fue conducido al más allá. Las masas se apelmazaban en el carrer Serranos, Cavallers, Plaça del Tossal, Bosseria y formaban un grumo indigerible en la plaza del mercado.
El mercado, naturalmente, no tenía nada que ver con el actual…aquello era un dédalo de callejones y de mercaderías…cuya fama recorría Europa. La plaza era lugar de algarabías, corridas de toros, ahorcamientos, carnavalescos bailes…Los muertos, como en el Bargallo de Florencia, colgaban durante días de san Juan de Juanes y cuando estaban amojamados, los conducían al pequeño cementerio (que aún subsiste, como jardín) del barranco de Carraixent.

«Ni mentjaria carn del mercat si hom penjat algú hi havia...» (Jaume Roig)

La gente insultaba y escupía al pobre Gaietá, cuyo único delito era el amor universal.
…¡derrochar lo reservado a tu familia!...

Le arrojaba verduras primerizas: calabacines, tomates, berenjenas… ¡una verdadera tomatina! que el desgraciado Gaietá, vegetariano, no pudo aprovechar… ¡alguna piedra también le sería regalada!...
Podían haberlo liquidado con un plato de clochinas en “la Pilarica”…Pero ¡no! su crueldad y gusto por el espectáculo no tenía medida.

En Bosseria, aprovechando la estrechez, un grupo de valientes, vestidos de negro (¿carbonarios?) atacó la comitiva y arrancó al infeliz del brazo secular, a costa de lesiones duraderas (¿masones?)…La guardia fue en su persecución…los intrusos pudieron escapar, pero el infeliz y desconcertado Ripoll, que no sabía de qué iba la cosa, fue devuelto a la “Vía Dolorosa”. Maltrecho y humillado continuó hasta el patíbulo.

Allí, ante la multitud, dijo sus últimas palabras: “Muero reconciliado con Dios y con los hombres”. Le pusieron la soga al cuello y lo subieron en un trípode. Empujaron el trípode y, en tres segundos, le subió el más morado de los colores y le brotó una lengua de toro.  Para la gente fue la culminación apoteósica de una tarde de fiesta. Los bares hicieron su agosto, un día antes de empezarlo, y los más pequeños amontonaban recuerdos. Algunos, bajaron la cabeza de vergüenza y de verdadera compasión.
El arzobispo: “Dios quiera que sirva de escarmiento para unos y de lección para otros”…y todo sin micrófono…con las venas hinchadas …como cantando una jota a la Pilarica.

Debajo de la horca habían colocado un barril decorado con unas nostálgicas llamas. Nuestro deseo hubiera sido ¡quemarte vivo!...pero…nos conformamos con este incendio “espiritual” y artístico…Aquí lo de la falla…Ese año no indultaron el “ninot”.

El cuerpo fue descolgado y encerrado en el recipiente infernal.

Respecto al destino posterior del cadáver hay diferencias:

·         Fue incinerado en el crematorio de la Inquisición (junto al puente de san José) y sus cenizas arrojadas al Turia.
·         Fue enterrado en el cementerio de Tavernes Blanques, al borde del barranco de Carraixet (“cementiri dels ajusticiats”)
·         Fue enterrado, sin ninguna señal, como un perro, a la puerta del cementerio general.



8 años más tarde desaparecía la Inquisición…Lo cual no quiere decir que desapareciera el deseo ni la ignominia. Gaietà Ripoll merece un monumento en su memoria…allí, frente al Mercat Central.

“L’Associació Valenciana d’Ateus i Lliurepensadors” (AVALL) ha realizado un documental que pueden vds. buscar e informarse.

Y ya que estoy por estos barrios, me acerco a Ca’n Revolta y por 6 eurazos me como un menú proletario y revolucionario. Los aguardientes, aparte.
Allí continúo con las incineraciones…el tal Cazalla…

Tal día como hoy, del año 1941, Hermann Göring da instrucciones por escrito (T/179,nº 461) a Reinhard Heydrich (“la bestia rubia”) para que defina de una vez por todas los momentos de la “Solución Final” de la cuestión judía. La cosa se concretaría el 20 de Enero del siguiente año en una hermosa residencia a la orilla del Wansee.
Siempre he dicho que ser de familia desectructurada no es decir nada. Tampoco, ¡menos!, haber recibido una cultura selecta: Hijo de músicos, tocaba (¡es natural!) el violín como los ángeles. Y como ángel apocalíptico, con una sierra por “arco”, tocaba Tríos y Cuartetos en cuellos desguarnecidos. Murió (atentado) en Praga en 1942. En sus funerales sonó “Sigfrido”.













Primo Levi (nacido tal día como hoy, del año 1919) traería noticias del infierno…de esa siniestra sala de conciertos.
Y aprovechando que tal día como hoy, del año 2003, murió Guido Crepax (“Valentina”… ¿Valencia?), recordar la inolvidable historia gráfica “Mauss” de Art Spiegelmann.

Por último vean los grabados de Goya…pero no se dejen llevar por los pies de página…la ironía de Goya lo convierte todo en su contrario.

Bueno les dejo…con la Gran Guerra hilvanada y con mis mejores deseos de que pasen unas felices vacaciones…¡Nos vemos en Grecia!
















RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...