¿Que por qué existe “Algo” en lugar de “Nada”?...
¡Vaya preguntita!… ¡es la del millón! Pero el mero hecho de formularla nos
impone (vía cartesiana) la existencia de “algo”.
A ese “algo”, yendo más allá de lo filosóficamente
prudente, le llamamos “Mundo”…de momento nos conformaremos con “medio” (“mundo”
con minúscula)
Todas las especies han conseguido su
forma propia de convertir el “medio-en-
sí” en “mundo –para-ellas”, a través
de la conformación de una determinada estructura de su “sensibilidad” (Kant). Así
los perros habitan SU “mundo”…las
abejas el SUYO…los humanos el NUESTRO…y nos cruzamos en un “algo” común.
Los humanos conseguimos unificar los
datos sensibles y convertirlos, máquinas como somos, en conceptos, juicios, razonamientos…guiados por la actividad
de eso que llamamos Razón. Y siempre
nos queda la sospecha de que se nos queda algo en el tintero: “la-cosa- en- sí”…
¿Existiría el ruido si no tuviéramos oídos?...En
fin… ¿Existiría el mundo si no fuera percibido?...
¿En qué forma existiría ese mundo no
percibido? Esa sospecha rápidamente se convierte, en nosotros, en la
certeza de que el “Mundo- en-sí” es
opaco a la Razón y aventuramos otras vías de acceso. Los valientes se carcajean
“de la cosa-en-sí”. Pero la valentía
escasea. Y la ignorancia-desconocimiento
rápidamente se convierte en metafísica de la peor ralea.
Ciertas alteraciones de la Sensibilidad,
o del cerebro (así…en conjunto) producen confusiones, alucinaciones,
sinestesias clínicas y otros fenómenos que parecen mostrar ese otro mundo
incognoscible, inaccesible. Y quien las padece nos informa de lo inexistente de
una manera desacostumbrada y milagrosa…Nos hablan de un mundo diferente,
ilimitado.
Dicho lo dicho, me pimplo un carajillo de
Terry de malla y entro en el meollo de la cuestión:
Lo mismo ocurre en la percepción social.
En este caso no son los mecanismos biológicos, sino mecanismos dependientes del
movimiento de reproducción del capital, los que nos conforman para ver el mundo
de una cierta manera. Aquí ocurre lo mismo: Sólo algunos individuos, en los
cuales esos mecanismos no han triunfado, nos muestran otro mundo posible, en el
que las divisiones (contradicciones) desaparecen y dan paso a nuevas y mejores
oposiciones…o nos empujan a la destrucción…¡directamente!
Y, a veces, acurre, que las dos “alteraciones” se dan en los mismos
individuos. Entonces nos encontramos ante el milagro del ARTE.
Tal día como hoy, del año 1856, moría en
una clínica mental, Schumann…Tenía 46 años.
Pese al desorden final, organizó sus años
con aplicación:
·
Hasta
1840: música de piano.
·
1840 fue su “año
del lieder”
·
1841, su “año
de las sinfonías”
·
1842, lo dedicó a la música de cámara.
·
1843, a los Oratorios.
·
1847 y 1848 los empleó a la música dramática.
·
Y a la música sacra dedicó el 1852.
Y sus “crisis mentales” las situó, de
forma simétrica en el 34, el 44 y el 54 (la definitiva).
Y, además, se reservó un año para morir:
1856
La sífilis, o lo que fuera, iba haciendo
estragos y, al mismo tiempo abriendo grietas al “más allá”. Puede que
fuera una “bipolaridad”: Recuerden vds. que él era, a la vez, Eusebio y el intrépido Florestán.
Una lesión de los dedos anular y corazón
de la mano derecha, le cerró el camino a la interpretación… ¡ni Paganini!...
¡ni Liszt!... Sólo quedaba la composición. Y fue recorriéndola según el orden
indicado arriba. Para intérprete, su querida Clara (Wieck), reconocida niña
prodigio. Le costó un juicio, pero al final la consiguió. (Observen la foto… ¡oculta
la mano derecha!)
Quiso forzar los dedos para alcanzar las
7 octavas…o bien una herida mal curada…o efecto de tanto mercurio (asociado a
la sífilis)… ¡En fin! que su “mano amiga”
le abandonó.
En 1854 (¡a la tercera la vencida!) se
arrojó al Rhin, al río homenajeado en la “Sinfonía
en mi bemol mayor” y en “La Renana”…que, ahora, se presentaba
como lo que era, una corriente fangosa y
seno de suicidas. Unos pescadores vieron alterada su jornada por tamaña
pieza. Fue internado en el sanatorio
mental de Endenich y allí abandonado durante dos años…tiempo suficiente para
que la muerte se decidiera. ¡ya saben vds. qué pasó con Clara!...Sólo Brahms y
Bettina Brentano mostraron compasión.
Bueno, pues antes de lanzarse al padre
Rhin, habían empezado las alucinaciones auditivas…
Interrumpían su sueño en las fases
REM…Los ángeles, dirigidos por Schubert y Mendelsson hacían llover sobre el agitado durmiente
notas desordenadas que, poco a poco, se fueron ordenando en ese estremecedor “Concierto para violín en re menor”…venido
directamente del más allá (lo último que compuso antes de su descomposición).
¡Por fin! Su tendencia al monotemismo, a
la Idea Fija, había dado con la clave. Siempre había estado “variando”…”metamorfoseando” esa idea fija que, ahora, se le aparecía
directamente, como un resumen de su música y de su vida…¡pájaro de mal
agüero!...
En el sanatorio organizó unas “Variaciones” sobre ese tema celestial,
compuesto directamente por sus dilectos colegas… ¡Se las dedicó a su querida
Clara!
¿Ven vds.? alguien se salta a la torera
los umbrales y nos trae de más allá un milagro.
¡¡Por el milagro!!
El 29 de julio (de 1890)…otro “loco” tomó el atajo: Vincent Van Gogh.
¿Cómo se puede calificar de “loco” a alguien que se incendia la mano
(por heroísmo) o se aloja una bala en el estómago (por cansancio)…cuando las
familias son despojadas de sus casas y dejadas al amparo de los toboganes de un
parque infantil de barriada…cuando los violadores se cuentan por millones…los
asesinos financieros y financiados suman multitud…cuando se educa a los niños
con el culo…y los padres aprovechan cualquier mes para agostarse? ¿Cómo se
puede hablar de “locura” para
referirse a la imposibilidad de soportar el sopor…la estulticia…la cerrazón a
cualquier cosa que sobrepase el paladar y el sexo…?
Van Gogh: “el suicidado de la sociedad”:
“Así
es como la sociedad se inventó la psiquiatría, para defenderse de las
investigaciones de algunas inteligencias (…) cuyas facultades de adivinación le
molestaban”
“No
hay psiquiatría que no sea manifiesto erotómano”.
“¿Qué
es un alienado AUTÉNTICO? Un hombre que prefirió volverse loco, en el sentido
socialmente admitido, antes que prevaricar contra determinada idea del honor
humano”.
“Ante
esta porquería unánime, que tiene a un lado el sexo y al otro la misa, u otros
ritos profanos, como base o punto de apoyo, no existe delirio en pasearse de
noche con un sombrero coronado por 12 velas para pintar un paisaje del natural?”…¿Cómo,
si no, díganme, iba a iluminarse, teniendo en cuenta que aún no existían los
focos de los móviles?
Dicho lo dicho…bajo al Celler y me subo
una botella de licor esmeralda y
untuoso. Y, como ha vuelto la abundancia al huerto, recojo tomates,
calabacines, berenjenas, pimientos…Los pongo en un “tajine”…pongo un poco de aceite y, a fuego lento, espero la
transmutación, la metamorfosis (de la “Idea Fija”). Vino en abundancia: Verdejo
y Ribera… ¡Ya saben!
Cuando en 1886 llegó Vincent a París, se
abrieron él y su paleta. Instalado donde su hermano en la rue Lépic…frecuenta
los locales de la zona y se encabrona
como un meteoro tropical. Aborrece hasta el pánico las escaleras de los
callejones de Montmartre y sueña con la creación de una comunidad de artistas
en lo que todo se comparta: Infierno, Purgatorio y Gloria.
De momento se marcha él sólo. Y lanza
bengalas de situación y de socorro.
Gauguin, viajero de por sí y nieto de la
gran Flora Tristán, guiado por otros intereses que se entreveran, acude a la
llamada… ¡Y se armó la de dios es cristo!...
Ambos, pintores, dados al Espirituoso
Santo y concibiendo la cosa de forma diametralmente opuesta…ponen las cosas en
claro desde el principio: ¡“Aquí pasará
algo!”.
Gauguin aconsejaba “abstracción”, “memoria”,
“color expresivo”. Vincent oponía “concreción”
“vista”, “color local”.
Gauguin dejaba reposar las impresiones en
pos de una síntesis que encerraría de forma férrea con perfiles oscuros.
Vincent no reposaba ni en sueños…analizaba la materia, se introducía dentro y
descubría el continuo movimiento de todo. Heráclito y Parménides en Arlès.
En Van Gogh no hay símbolo ni
misterio…hay desconcierto: “¿Así son las
cosas?”. ¡Sí!...La vida recorre el mundo y lo agita como el viento a la
cebada. Todo palpita… ¡hasta las piedras!...
Gauguin pretendía agrandar las cosas de
la vida hasta el “mito”. Vincent, deducirlo de las cosas más sencillas de
la vida.
En Van Gogh no hay fantasmas, ni
visiones, ni alucinaciones…”Sólo la
tórrida verdad de un sol de las dos de la tarde” naturaleza pura…tal como
se revela cuando sabemos aproximarnos al máximo.
Una pausa para en Dry del medio día. Hoy
será triple…Buñuel nació tal día como hoy, del año 1893.
Ya saben vds. que la cosa no funcionó
entre los dos. Las borracheras, las resacas, el comer escaso…discusiones,
amenazas, peleas…y FINALMENTE, la escena de la oreja y su ofrenda a una
prostituta del lugar (¿) Lo cierto es que fue ingresada, junto con el paciente,
en el hospital de Arlés…no pudo ser injertada.
Corría la navidad de 1888. Sale del hospital el día 7 de Enero de 1889,
tres días después de que otro “desgraciado”
colapsara en Turín.
Hechas las primeras curas vuelve a su “casa amarilla” y allí los “caníbales” se mofan, lo injurian, lo
apedrean…hospital…salida del hospital…denuncia a las autoridades y conducción
al sanatorio de Saint Rémy (8 de mayo):
“Me
reprocho mi cobardía; debí haber defendido mejor mi estudio, aunque (…) hubiera
tenido que pegarme con los gendarmes. Otros en mi lugar hubieran hecho uso del
revólver y no cabe duda de que si –como artista- hubiese matado a algunos
mentecatos, me hubieran absuelto. Hubiera salido mejor parado de esa manera,
pero me porté como un cobarde y un borracho”.
¿Son palabras de un loco?
Mediado mayo, su hermano Theo lo conduce
a París y de allí a Auvers-sur-Oise, donde se instala en la pensión Ravoux,
bajo la “vigilancia” del dr. (psiquiatra aficionado) Gachet. Vincent está
siendo conducido al matadero. Una vida privada de su fuerza no merece la pena
ser vivida. Por lo demás, no vende ni un cuadro; su hermano ha aumentado la
familia (y con ello la sensación de “inutilidad” del pobre Van Gogh) y añadamos
los celos del médico y sus equivocados consejos.
“Y
ahora basta, V.v.G., ¡a la tumba! Ya estamos hartos de tu genio, en cuanto al
infinito… ¡el infinito nos pertenece a nosotros!”
El 27 de julio, tras una conversación con
Gachet, salió a pintar y se pegó un tiro en el estómago:
“Nadie
se suicida completamente sólo. Nadie estuvo sólo al nacer. Tampoco lo está al
morir (…) se precisa un ejército de seres maléficos para que el cuerpo se
decida a un acto contra-natura”.
Tampoco en su última obra quiso
ultrapasar la pintura: cielo azul; hileras e hileras de trigo; cuervos (…
¡pájaro de mal agüero…) de un “negro de trufas
lustrosas, de almizcle, de nardo exuberante”… ¡Todo dicho!...y un camino
que no va, sino que viene… ¡Obsérvenlo vds.!...Vean cómo el camino procede
directamente del cielo (aquí no vale “el
viceversa”)…como la melodía celestial de Schumann.
Pensando que la herida era inocua, vuelve
a su refugio y ¡en fin!...Murió tal día como hoy, del año 1890. Fue enterrado
en el cementerio de la localidad, donde Theo, que morirá 6 meses después en una
clínica de Utrech, será enterrado, por segunda vez, en 1914.
Mientras tanto Gauguin está, pudriéndose,
en las antípodas. Ha pedido un paquete de semillas de girasol. Cuando
florezcan, pintará unos “Girasoles” en memoria perpetua de su amigo.