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sábado, 14 de septiembre de 2013
Propuesta para hoy, día 14 de septiembre: "El coloso de Marousi"
A mí, el “tiempo” y el “espacio” me
la repampinflan (y más desde la jubilación)…y ¿qué decir de la “materia” y la “energía”?... ¿y de la luz?... ¡que es “onda” y es “partícula”!
¿No se trueca la materia en energía
cuando aumenta el estrés?... ¿No constituyen el espacio y el tiempo un todo
indisociable que va a su aire?...
¿Cómo YO, siendo libre (¿), no podría
saltarme a la torera esas apariencias?...
Majestuosas premisas, para alguna
conclusión de envergadura. Pero no hay ninguna conclusión. Ningún corolario.
Simplemente decir que estoy en el 18 de septiembre, pero vivo en el 14. Y que,
a contrapelo de la “ordinalidad”,
salto por encima de días enteros o vuelvo atrás… ¡a voluntad!
Lo de la “maratón” es un mito…que ni siquiera voy a desenmascarar. Lo único
que ¡sí! quiero decir…es que la “maratón”
la corrió todo el ejército griego en pleno: La primera maratón (multitudinaria) de
la historia. No parece razonable pensar que los griegos estuvieran pensando en
quién llegaría primero. Rechazados los persas, se trasladaron en masa a Atenas
para hacer frente a la flota persa que se dirigía hacia allí. Cuando llegaron
los persas, no tuvieron más remedio que admirar la velocidad de esos correcaminos
y retirarse a su tierra… ¡Otra vez será!... Puede que Filípides corriera (¡en
dos días!) hasta Esparta para pedir refuerzos, pero no es de recibo que a la
vuelta lo enviaran, sin respiro, a Atenas, para anunciar la victoria… y evitar,
así, la tragedia anunciada (en caso de derrota). De haber sido así, estaría
plenamente justificada su muerte por agotamiento…tras gritar “¡¡Νíκη!!” (¡¡”Victoria”!!).
Pero… ¡en fin! Tal día como hoy, según la
leyenda, ocurrió lo que ocurrió.
Lo realmente emocionante y digno de
perdurar en la memoria, es la persona de
Spiridón Louis: ganador de la primera “maratón”,
organizada, de la historia, con ocasión de las primeras Olimpiadas de la era
moderna, celebradas en Atenas el año 1896.
Tods vds. sabrán de las iniciales
reticencias (Inglaterra, Alemania…) a la implementación (¡¡) de la idea de
Coubertain. Finalmente, en el primer Congreso, celebrado en la Universidad de
París, se aceptó la idea y se decidió que la primera olimpiada de la época
moderna se celebraría en 1896 en Atenas. Atenas, como siempre… ¡no tenía ni un
duro!...
Jorge Averof, un rico comerciante de
Alejandría corrió con los gastos de remodelación estadio Olímpico
(Kalimármaro)…Se emitieron sellos de correos y se recibieron otras
aportaciones. El gran obstáculo estaba removido.
De todas las disciplinas participantes,
sólo nos interesa la de “maratón”… por
su novedad, originalidad y desarrollo…Y por efimerísticas razones.
Fue Michel Brel quien, inspirado en la
hazaña de Filípides (Herodoto, Plutarco…), propuso la introducción de esta
modalidad deportiva: correr 40 km, saliendo de Maratón y concluyendo en el
Estadio. (Los 42 km. 195 metros es una impostura)….Se desechó la descabellada
idea de correr de Atenas a Esparta (alrededor de 240 kms.).
Los griegos se sintieron halagados,
encantados e ilusionados… ¡manos a la obra!...
Se organizaron unas pruebas “panhelénicas” para conformar el grupo de
participantes, bajo el férreo control del coronel Papadiamantópulos.
Ha sido tradición inveterada el que los
militares se encargaran de las clases de gimnasia…Yo también tuve uno que me
llevaba en su seiscientos a todas las pruebas de cien metros lisos que se
celebraran en Albacete, Murcia y alrededores…de entonces procede mi “récord”: 11segundo y 2 centésimas…¿no se
lo creen?...¡Miren vds. los registros! Y sin zapatillas adecuadas, ni
“lanzadera” de apoyo.
Al mismo tiempo empezó la mitología: el
ganador se casará con la hija del mecenas Abérof y recibirá una dote de un
millón de dracmas…tendrá un puesto relevante en el Estado…La carrera se
convirtió en “Cuestión nacional”.
Acudieron de todos los pueblos: pastores, cazadores-recolectores, agricultores,
pesadores de higos…todos con la esperanza de tener entre sus brazos a la bella
Abérof y lo que llevaba aparejado.
También acudió un “aguador” de
Marousi…Pero su acicate era otro.
Han de saber vds. que hubo un tiempo en
el que agua de boca (¿) no circulaba por las cañerías, que no habían, sino que
era transportada esforzadamente por “aguadores”
que la suministraban en recipientes de diversa índole…”¡¡Aaagua!!” y ese (¿) agua
era depositada en recipientes mayores que todos teníamos en las casa y de los
cuales sacábamos la necesaria. El agua
para otros usos la transportábamos nosotros, también esforzadamente, desde las
fuentes cercanas (¡o no!)… abrías la “orza”
y veías tu cara reflejada en la tranquila superficie del agua…y te quedabas
pasmado, como Narciso, no por tu belleza…sino por la belleza del momento.
Cuando el general, que había sido
comandante del “aguador” Spiro Louis
en la “mili”, lo vio, no se lo podía creer:
-- “¿Qué haces TÚ aquí?”, le espetó.
--“¡Quiero correr!”, le respondió.
Esta significativa conversación tenía
lugar en Ambelókipos (actualmente, Atenas) pongamos que donde el antiguo
estadio del “Panaza” (Panathinaikós), detrás de Likabitos.
--“Bueno, pues… ¡ve a Sintagma a por
tabaco y mientras, me lo pienso!
Fue y volvió en 20’. Lo normal es una
hora (¿recuerdan aquella escena de “Pulp
Fiction”?)… ¡Tanta era su ansia!...Esto convenció al renuente militar y le
permitió participar en las “previas”
para la selección.
En realidad lo que ocurrió, según
declaración del mismo Spiridón a “Noticias
Atenienses” en noviembre de 1935, fue algo diferente.
La Comisión organizó la selección
mencionada. Salió vencedor Basilákos (3h.18’) y seleccionados otros cuantos,
entre ellos uno de Maroussi y otro de Xalandri (que superó a su vecino)…Spiros
y otros, asistieron a esa primera prueba como espectadores y cuando volvían a
su pueblo oyeron las risotadas y la rechifla que se gastaban los de Xalandri a
costa del de Marousi…Eso les tocó la fibra vecinal y decidieron hacer algo: El
“aguador”, Musuris, Lavrentis, su
hermano Papasimeón y otro (todos de Maroussi…¡los colosos de Maroussi!)…decidieron
tomarse venganza. Atenas, entonces, no era (¡evidente)! lo que es ahora…todos
esos “barrios”, eran pueblos
polvorientos, separados e independientes.
Así que al día siguiente, Sábado Santo,
se presentaron en Atenas con un solo propósito: ¡correr!...La Comisión acordó
que todo aquel que no superara las 3h. 5’ podría participar en la segunda
“previa” de selección. Les hicieron una pequeña prueba y fueron aceptados para la segunda tanda. Los vecinos rifaron una cabra y consiguieron
las 25 dracmas que valía cada par de zapatillas. El Lunes de Pascua se pusieron
a entrenar: campo a través, saltando como liebres… ¡mucho tuvieron que
perfeccionar el estilo!...En el “Panigiri”
contaban emocionados los progresos, comían cerdo asado para reponer fuerzas y
añadían medio litro de vino a la dieta acostumbrada, para enrojecer la sangre y
fortalecer el nervio.
Los Juegos empezaron el Domingo de
Pascua…y ¡todavía! El sábado Santo, Spiridón no sabía que correría la Maratón.
El jueves siguiente tuvo lugar la
esperada segunda selección: Primero llegó Lavrentis. Spiridón (con dolor de
espalda) llegó quinto, pero dentro del tiempo. Fue la única maratón que corrió,
exceptuando la oficial, que tuvo lugar el 10 de abril, tres o cuatro días después.
Spiridón seguía “pinzado”…le dieron
friegas con ouzo…le pusieron ventosas…y le pasaron el ojo azul por la espalda.
Finalmente, mejoró con unos masajes. La víspera del magno acontecimiento, los
de Marousi acudieron a Maratón y fueron alojados en casa del alcalde. Spiridón
seguía “pinzado” y sólo perseveró empujado por el “acicate” (que de momento no descubriremos).
Llegó el día y el momento: Domigo 10 de
abril…2 de la tarde. Antes de salir al campo de batalla, fueron arengados: “¡Hoy es un día glorioso para Grecia!”...etc…etc
Spiros no comprendía el sentido
patriótico del acontecimiento. Sólo pensaba en su “acicate”.
La primavera ática empieza de golpe como un verano ansioso. El sol “muerde”...”εχει δóντια”. y el vestuario, de “entretiempo”, no era el adecuado (vean vds. las fotografías). Allí en medio de la calle polvorienta, se dispusieron 17 “calles”, una para cada uno de los participantes: 12 griegos y 4 extranjeros (Albin Lermusiaux (Fr.), plata en 1500; Tenti Frak (Australia) medalla en 800 y en 1.500, fondista experimentado; Kélner (Hun.), el único, a excepción de los griegos, que había corrido una maratón y Arthur Blake (Usa). El italiano Carlo Airoldi fue excluido por profesional. Spiros lucía el número 17.
El general, acostumbrado por oficio, dio el pistoletazo de salida (y lamentó la bala perdida): los extranjeros, que nunca habían corrido una carrera de esa envergadura, salieron como gamos y tomaron una clara ventaja. Siguieron el camino de la costa, por el actual ramal sur de la “Avenida de Maratón”, en dirección a Rafina, para, desde allí, girar hacia el centro de Atenas por “Mesogion”. Secarrales, dulcificados por la brisa marina. A su izquierda la isla de Eubea y el mar intermedio, salpicado de islas…Spiros soñaba con Eleni…su amor imposible. A sus suegros no les hacía gracia el “aguador” de Marousi…quizá tenían el don de la prospectiva y no tenían claro el futuro del yerno. Spiridón razonaba de la siguiente manera: “Si gano, dicen, me entregarán la hija de Abédof…Yo renunciaré a ella y al millón de dracmas…pero nadie podrá negarme a Eleni”…y así pasaban el tiempo, los kilómetros y los rivales: ¡El “acicate”!
El francés iba, claramente, el primero.
Le sacaba dos kilómetros al segundo, que era el australiano…tercero y cuarto
eran el americano y el húngaro…Los griegos se reservaban, sabiendo que después
de Pikerni, empezaba lo duro. En Pikerni, más o menos a mitad de camino,
Spiridón, sexto, se paró en un “Kafenío”
y pidió un par de vasos de vino: uno por mejilla. Para tomar fuerzas ante las
subidas inminentes.
--Pero, Spiro, ¡se te escaparán!
--Tranquilos…a esos los pillo antes de Leontario.
En Pallini, el francés sigue el
primero…los “pallinenses” le echan
flores y le aplauden (lo cortés no quita lo valiente)
En el kilómetro 32, el australiano tomó
la delantera…Spiro, Basillakos y Belokos…le siguen como perros de caza a una
presa herida de muerte.
En el kilómetro 34, Flak (el
australiano)… (esto parece un problema de lógica casera: “el que viste de blanco vive en la casa rosa”; “el que vive en la casa
azul, no bebe”; “al francés le gusta el vino”…) confiado en su victoria,
envía un ciclista a anunciar su victoria. Las decenas de miles que llenaban el
estadio, se quedaron helados. Ya el americano les había arrebatado la medalla
en eso tan griego de “lanzamiento de
disco”… ¡Sólo faltaba que se quedaran también sin la maratón!
Antes de que llegara el ciclista con la “mala nueva”, Spiros, espoleado por el
morapio, hace un cambio de ritmo que deja al australiano desfondado… tuvo que
ser recogido por los sanitarios, que seguían el acontecimiento en bicicletas y
en carros de tracción animal… ¡Parecía una croqueta! (dicen…)
Era el kilómetro 37…en Agía Paraskevíes, cuando
Spiridón Louis, que no sigue ninguna táctica, que no sea la de correr y correr
(a su ritmo ¡eso sí!) envía otro ciclista al estadio diciendo que la cosa está
hecha: el estadio estalla en vítores patrióticos…¡Grecia!...¡Grecia!...en
fin…¡lo normal! Las aclamaciones se
convierten en aullidos cuando ven entrar en el estadio (no confundir con el de
Calatrava…precisamente en Marousi) a aquel “aguador”
de Marousi, en solitario. Le sigue Basilakos, el favorito y como tercero, otro
Spiridón (Belokas). Los extranjeros, menos el húngaro, han abandonado y están
siendo tratados en la UVI del Hospital General.
Spiridón Louis entra en un tiempo de 2 h.
58’ 50’’
Basilakos, que ha perdido mucho tiempo a
causa de las aclamaciones y homenajes: 3h.6’ 3’’
Spiridón Belokas: 3h. 9’ 35’’.
¡También es casualidad lo de Spiridón…y
no es un nombre frecuente!
Entonces sólo se otorgaban dos “medallas”
(trofeos) y las dos de plata (más ramo de olivo, al primero y corona de laurel,
al segundo)… Así que a Belokas no tuvieron que quitarle el bronce, cuando se
descubrió que el muy canalla había hecho parte del trayecto en carro, tapado
con sacos y productos agrícolas.
En el estadio, además de los miles de espectadores, estaba parte de la familia real (como es natural)…Spiridón se convirtió en un héroe nacional desde el mismo momento en que cruzó la línea de meta y empezaron a lloverle los regalos:
El Sr. Kiparissis, presidente del gremio de joyeros: una cadena de oro.
·
El fiscal del Areópago: Un anillo.
·
El tabernero Baveas: café para todo un año.
·
El sr. Azanasiou: 100 arrobas de vino.
·
La hostalera Dimitra Bibí: comida gratis de por
vida.
·
Los ferrocarriles áticos: billetes gratis para
toda la vida
·
Mixail Bodas: una escopeta de caza.
·
El barbero del pueblo: aseguró que lo afeitaría
y le cortaría el pelo gratis de por vida.
·
La casa Singer: una máquina de coser.
El rey Jorge, como no podía ser menos, le
prometió lo que el atleta pidiera. Spiros contestó, como nuevo Diógenes: “un borrico para que me ayude a acarrear
agua”. Le regaló un carro y dos caballos (viejos).
La referencia a Singer,…¡Y a Grecia!...nos hace recordar a Isadora Duncan
que, como Spiros, “marchó hacia la gloria” tal día como hoy, del año 1927.
En realidad gritó: “¡Voy al amor!”…con
su “Bugatti” (un Amilcar francés)… ¡Ya saben vds. cómo acabó!... Williams Burrough se refirió a las almorranas del conductor, como causa del ahorcamiento. Volveremos
sobre el tema:
“Niza, 14 de septiembre.- Ha sido
víctima de un terrible accidente de automóvil Isadora Duncan. La famosa
bailarina norteamericana paseaba en
automóvil, y hallándose en el paseo de los ingleses, el cabo de un “echarpe”
que llevaba al cuello se enganchó en una de las ruedas traseras del coche y el
tirón la hizo caer hacia atrás estrangulada. Al ser recogida por los transeúntes que acudieron en su
auxilio, se vio que tenía rota la columna vertebral. La muerte debió ser
instantánea”…Así recogía la noticia “El
Sol” del 15 de septiembre.
Al día siguiente los periódicos se
vendieron como rosquillas. Iban llenos de falsa informaciones sobre el pobre
Spiros: que si era rico, que si era pobre; que si era humilde, que si era
vanidoso; que si había corrido para liberar a su hermano que estaba en la cárcel
(él, que no tenía hermano)…Nadie habló de Irene, su “acicate”, su amor secreto, que, naturalmente, le fue concedido.
Ese mismo día, una mujer, Σταματα Ρεβυθη (garbanzo, en castellano), a la que no
dejaron correr el día anterior, corrió sola la maratón (5h.30’). Puede que al
pasar por un cierto lugar le gritaran: ¡Para,
Garbanzo! (¡Σταματα Ρεβυθι!)…desde
entonces ese lugar, tomó el nombre de “Σταματα”.
Spiridón se casó y llevó una vida
tranquila y sosegada: acarreando agua y, cuando el agua llegó a las casas, trabajando en el campo. Finalmente, de policía en su pueblo natal. Su
autoridad era incuestionable.
Tuvo un sobresalto, sin embargo, en 1926;
acusado de falsificar papeles militares, fue encarcelado durante un año y
pico…hasta que todo se aclaró.
En 1936, tuvo el dudoso honor de
encabezar la delegación griega en las Olimpiadas de Berlín. Grecia desfilaba la
primera, tras el portaestandarte con el nombre del Estado anfitrión. Spiros iba
vestido como un “evzoni”, pero sin zuecos ni pompones…Tampoco era una extravagancia
para el, ya, viejo Spiridón. Llevaba una rama de olivo en la mano derecha (lo
que le impedía hacer el saludo nazi) que ofreció al mandatario
nacional-socialista (que, por cierto, se ausentó para no saludar al tetracampeón negro Jesse Owens, nacido hacía dos días del año 1913) No sé si Spiros lo comprendió. Por la cara… ¡no parece!...El
resto de la delegación griega saludó con el brazo extendido.
Veánlo vds. en el documental “Olimpia” de Leni Riefenstahl: Otra vez
el conflicto entre la excelencia artística (cinematográfica) y las nocivas
intenciones.
Murió un poco antes de la invasión
italiana: SALIÓ DELA NADA Y VOLVIÓ A LA NADA, dando un rodeo por las aceras del
boulevard de la fama.
Su nieto, acuciado por la necesidad, se
vio constreñido a vender el trofeo del abuelo. Se lo ofreció al Estado griego,
pero éste (¡como siempre)…¡no tenía ni un duro!. Tras unos tiras y aflojas, el
estado, le dio permiso para que sacara la “joya” y pudiera subastarla en Christie de Londres.
Su precio, en torno a las 150.000 liras.
El nuevo estadio olímpico de Atenas,
lleva el nombre del atleta…así como la avenida que lo circunda. También en
Munich, la avenida que bordea el estadio olímpico, se llama
“Spiridon-Louis-Ring”.
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