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domingo, 7 de abril de 2013

Propuesta para los días 6,7,8,9, de abril. (2ª parte)



Día 7 de abril

“A mitad del camino de la vida
Yo me encontraba en una selva oscura,
Con la senda derecha ya perdida”
(...)

Doctoriles cálculos han establecido el día 7 u 8 de abril (Viernes santo) del año 1300 como punto medio de la línea vital de Dante. O sea que la excursión por los reinos del más allá se inició en tal día como hoy... Aunque se relatara con posterioridad.

Nos levantaremos y nos lavandaremos... ¡como nuevos!...¡por la contención de la víspera!. Para poner orden y equilibrio nos echaremos al coleto el culín de Terry y tiraremos la botella a la papelera.

Practicaremos nuestros rudimentos de lengua d’Oc:

-- Bon Jouroc!
-- (¡!)

Efectivamente...¡Está en desuso!




                   
                                        
En las terrazas del río pediremos un café y un Croissant...Y un Calvad’oc para despegar los restos del cielo (nuestro cielo particular...¡no tenemos otro!) del paladar. Y otro para acabar con los restos del tema de ayer...
Nos apetecerá dar un paseo para contemplar lo que el poeta veía a diario...Nos apetecerá...¡Pero no lo haremos!...¡Nos bastara con pensar!

Como colofón, esta reflexión de un muy querido y austriaco bebedor:

“¡Oh inescrutable sabiduría de la naturaleza, que a cualquier precio procuras conseguir tus fines!
Te ocupas de conservar la raza de Petrarca.
¡Porque con esa dama engendró a distancia a sus hijos, los cantos de amor!”.


De vuelta en Avignon, para tomar la dirección de Florencia...desearemos comprar una cartulina con la efigie de Laura (pintada por Simone Martíni )...¡No existe!..¡Sólo la noticia de que la pintó!...¡¡No vamos a comprar la noticia!!...¡pero sí unas cervezas para el viaje!

Seguimos hacia Florencia.

¿Pasaron vds. alguna vez, de madrugrada, por la antigua carretera que conduce de Verges a Parlavà? ¿No sintieron un escalofrío escatológico cuando, tras una curva, ya de por sí siniestra, los faros iluminaban “Ultramort”...etc...etc?

¡¡Allons enfants de la Patrie!! ¡¡vamos al más allá por el camino más largo!! (el más corto sería regalarnos dos tiros, uno en cada sien...(con un par... de pistolas, naturalmente).

El Clío responde maravilla. A Clio, musa de la historia se le representa coronada de laureles (como vimos ayer que hicieron con Petrarca) y con el mundo en la mano...A veces ¡con una guitarra!...pues se le considera la inventora de la guitarra. Imagínense vds. A Clio, rasgando la guitarra y contando las hazañas pasadas...¡Sólo le falta, para que la alegoría fuera completa, una botella del “tío de la bota!”...Un arcángel horrorizado sería más certero (Klee)
                                                            

Sonará la misma música...y en seis horas estaremos entrando en Florencia...Serán...¡las cinco en punto de la tarde!

De los tres reinos del más allá, a mí me gusta el Purgatorio: Alambique de almas que no han perdido la esperanza, ni la paciencia. El Infierno ha tenido muchos poetas y sus moradores se han recreado de infinitas maneras. El Paraíso también. Sólo el Purgatorio parece huérfano.  El Purgatorio es como estar en casa: con sus más y sus menos.
Y me gusta sobretodo cuando salen por las antípodas...Y ven... ¡la Cruz del Sur! sobre la hermosa playa que conduce al Antepurgatorio y después a la montaña-isla de escombros (lo sobrante del embudo tremendo del Infierno) en que consiste este reino intermedio.

Y me gusta también porque está en las antípodas de Jerusalén y del Calvario.

¡Una cerveza por el Purgatorio!

Sabrán vds. que el Purgatorio se compone, como los demás reinos, de 10 círculos (10 x 10 = 100...¡Otro “Decamerón”!...Y, al contrario de lo que ocurre en el Infierno:  en el que los pecadores irredentos e irredimibles, se distribuyen según la gravedad de sus faltas...Aquí, vas dando vueltas a la montaña y te van borrando los pecadillos que llevamos escritos en la frente. El único peligro son los precipicios... y el tráfico incesante de peatones absortos en sus culpas.

Pensaremos en estos asuntos y lameremos peligrosamente las cunetas de la “Cornîche” (la prefiero mil veces a la Autopista de Niza...¡Hasta el perro sabe, por experiencia, de esta preferencia mía).

Podemos considerar a San Bernardo (ya conocido) como el padre putativo de ese nuevo reino en el esquema de los “Novísimos”. Y su primer visitante. Bien es cierto que allá por los albores del cristianismo, Santa Perpetua tuvo unas hermosísimas visiones que los teólogos entendieron proféticas. Santa Perpetua “la precursora”. FINALMENTE, como les dije...se conformó debidamente en la segunda mitad del XII. Por otra parte era lógica su propuesta: La teología cristiana ama el tres (¡y el vino!), origen de la dialéctica.

…¡Infórmense vds.! ¡Infórmense!...

Sin embargo su triunfo poético vino con Dante. Dio el espaldarazo definitivo. Le dio la alternativa como verdadero reino del más allá.

En el “Antepurgatorio” esperan las almas, agobiadas, y rebozadas de ansiedad flotante, sobre todo las de  los arrepentidos de última hora...que las pasarán canutas antes de empezar el ascenso purificador... ¡la puerta del Purgatorio es estrecha!...a la que se llega en una barca conducida por la inteligencia de un ángel barquero. (¿mi descuidado arcángel?).
Dante estaba al tanto de la actualidad: por lo que se había enterado de la indulgencia plenaria universal que con ocasión del Jubileo de 1300 (lo del Jubileo también merecería una propuesta) había otorgado Bonifacio VIII:

“A decir verdad, desde hace tres meses
acoge a quien quiere embarcar, sin dificultad alguna”

Dante, visitante honorífico, es transportado en brazos de Lucía hasta la base de la primera cornisa...En el Infierno no hay mujeres que hagan más fácil el camino. Allí no hay camino: Hay...¡Estar!
Y después... a cuatro patas, con su colega Virgilio...hasta alcanzar la primera cornisa...Los tránsitos (de cornisa a cornisa) posteriores son cada vez más fáciles (escaleras y casi ascensores)...¡El alma se aligera!


              
El Purgatorio es el reino de la poesía (¡sin olvidar que también se purga!)...de la aspiración...tránsito doloroso hacia la Kalokagathia (¡!)...En cada círculo va siendo reparado nuestro espíritu...según el orden de los pecados capitales, pero a la inversa...es decir: los lujuriosos recorren ya la última cornisa...con el paraíso Terrenal al alcance de la mano: se repara el funcionamiento del Amor. Los pecadores dirigimos esa glándula hacia objetivos inadecuados.

Pero ¡se purga,eh, se purga!...Vean algunos ejemplos: Los envidiosos que transitan el segundo círculo:

“Este círculo castiga
el pecado de envidia, por eso están
trenzadas de amor, las cuerdas del látigo”

A otros:

“Un alambre les cose los párpados
como se hace con el gavilán salvaje
cuando no está tranquilo”.

Como ven, se aplica el principio de proporcionalidad.

Me viene a las mientes “El sueño de Cicerón”...un viaje astral, en el que el alma iba adquiriendo las virtudes características de cada una de las órbitas por las que ascendía...Una especie de Purgatorio inverso, pero sin purgar.

...¿Se acuerdan vds. de las purgas?...¿y de las purgaciones?...¡vaya,vaya!

Dante no olvida ubicar los Limbos: El de los patriarcas y muertos sin conocimiento de Dios y el de los pobres niños muertos ante del primer sacramento: En el Preámbulo del Infierno. No hay aullidos, sino suspiros....No hay “calderas de Botero”, sino oscuridad...

A todo esto estaremos pasando los cientos de túneles (cada uno de los cuales parecerá una entrada al Hades).

Una paradita en La playa de Massa, en el Lungomare di Levante. Chiringuito tropical. Una cervecita para aplacar los ardores del Purgatorio (que también los hay).

¡Si supiera el camarero lo que se estará cociendo en nuestras cabezas!...

Nos pondrá  la cerveza sin parar mientes en la gorra frigia: querremos exponerle la diferencia entre los círculos descendentes del Infierno y los ascendentes del Purgatorio...y toda la topología moral del más allá....

-- Lo sfondo a destra!

-- Gracias! (si les hables despacito, entienden).

Aprovecharemos el solecito para seguir con nuestra excursión ultramundana.

El Purgatorio tiene la forma de cono truncado. En la trunca se encuentra el “Paraíso Terrenal”...¡Que no es el verdadero y definitivo Paraíso!...Es una llanura fértil (¡no sé para qué!), llena de riachuelos y pájaros de buen agüero: ángeles, arcángeles y serafines (distinción que merecería otra “propuesta”)..¡Son los “Campos Elíseos”!.

Pero para ganar el trofeo es necesario una “prueba de fuego”...Dice el último ángel:

“No se puede pasar más allá, si primero no se sufre
el mordisco de este fuego (...)”

El poeta no tiene claro que lo que empezó siendo un viaje turístico tenga que acabar en conflagración. Por mucho que Virgilio le dijera que saldría ileso:

“Cuando me vi, en el fuego, tanta era su violencia
que en vidrio hirviendo, para refrescarme
pienso que me habría arrojado”.

Conocidos, por experiencia los dos fuegos ( el eterno y el temporal)...le es dado el goce de la visión de Beatriz, anunciada ya en el “Antepurgatorio”,  por Virgilio:

“No sé si entiendes; de Beatriz te hablo,
tú la verás arriba, sobre la cima
de este monte, riente y dichosa”.

 Virgilio abandona a Dante a las puertas del Paraíso...Dándole “mitra y corona”.

La última purificación: beber agua de los dos ríos del Paraíso terrenal: El Letheo que sustrae al hombre del recuerdo de su pecado y el Eunoeo (invención dantesca) que trae a la memoria todo el bien que se ha hecho...propongo un tercer río el Centena-rio...que procura a quien bebe de sus aguas la completa supresión de la memoria. (y de las funciones vitales)

A partir de ahora, “Beatriz-María” guiará a nuestro héroe.

Dante sólo vio a Beatriz (¿Portinari?...¿Bardi?) dos veces: a los 8 y a los 16 años. Sin embargo ( o quizá por ello) se convirtió en el símbolo absoluto de la Belleza absoluta. A la altura de la Virgen María, sin ir más lejos. 


Sólo Comte superó en idolatría a nuestro poeta: Clotilde de Vaux, mujer de un estafador del erario público, y amor platónico (¡qué remedio!) del filósofo (muy poco tiempo, por cierto) fue transmutada en Santa de la nueva religión positivista, a la altura de, entre otros santos: Galileo, Julio César, Newton y el propio Dante (sublimador sublimado)...de los que se distinguía por la ausencia de barba.


Y seguiremos hacia nuestro destino. Esta parada hará que no lleguemos a Florencia ¡a las cinco en punto de la tarde!...(si no a las seis).

Aparcaremos el coche en el Carrefour de Calenzano, un poco más allá de Sesto Fiorentino ( a unos 20 kms. Del centro de Florencia) y nos moveremos con los autobuses de la Ataf...por 10 euros, 10 viajes (carta “Agille”...¿Le Lapin?...).

Lo primero que haremos será comprar ropa interior. Lo segundo tomar una cerveza en el primer bar que encontremos, lo tercero cenar tranquilamente y lo cuarto inspeccionar la zona para el espectáculo que se avecina.

-- Buona sera!

-- Prego!

-- Mutande per me!

-- Di que’color?

-- ¡Sufrido! 

-- ¿?

Ahora ¡a por la birra!...detrás de la Signoria...en la discreta “calle dei leoni” hay una trattoria (Alfredo). En alguna terraza de  “Borgo dei Greci” tomaremos la cerveza.

“Ravioli ai fungí” y una botella de Chianti (“Gallo nero”, por supuesto). Un restretto con remolque de grappa. Una vueltecita y al Carrefour...que, por cierto, estará más concurrido que el camping de Calella en pleno Agosto.

Por cierto el 9 de Abril de 1882, murió Dante Rosetti.

                              
                                                  












Propuesta para hoy, día 7 de abril. SEGUNDA SERIE. Día mundial de la salud. Brautigan. Wittgenstein. “Corrección”. Comienza el final del “Coronel no tiene...”



1
Con un retraso habitual, pero impropio  (habitual, por la melancólica desidia que arrastra el servicio de correos que ve próximo su fin, e impropio, porque lo se me anuncia ya hace semanas que tuvo lugar), me ha llegado una carta de Mediasalud, que, digo yo, si lo que me ofrecen es una media salud para qué la quiero... ¡ya la tengo! Podrían cambiarse el nombre y pasar a denominarse SaludCompleta. Pero en fin ¡que inventen ellos!

Desde hace años sólo recibo cartas de compañías médicas que se preocupan por mi audición, por mi vista, por mis articulaciones y, a veces, como es el caso, desde una visión más holística, me tratan como un organismo vivo, aunque, suponen, por poco tiempo.

Normalmente las tiro directamente a la papelera, pero hoy, quizás debido a la luminosidad del cielo, a la hermosura del canto de los pájaros o a que Hegel me ha despertado más contento que unas pascuas, a cuyas puertas estamos, he abierto el sobre. He tenido que ejercer violencia contra mí mismo: abajo, a la izquierda (del sobre), unas gafas cubren dos ojos absolutamente diferentes: uno redondo y el otro, el derecho, como un acento circunflejo. Completa el emblema, pues de eso se trata, un mostacho tipo Enrique Granados. Sobre el conjunto se despliega un festón azul marino en el que con letras blancas se me desea un Feliz día del Padre; a mí, que me cago en los hijos y en los padres.

Vean Vdes. la imagen.




Dentro un A4 formando un tríptico horizontal que, cuando lo despliegas, muestra toda su miseria: 15 años cuidando de ti, me dicen, y para celebrarlo me han escogido a mí, y a otros 74, que suponen desvalidos, para hacernos entrega de un regalo sorpresa que, desde ya, te anuncian con letras Colibrí 54: una tablet de 7’’ que inundará de diversión todo su hogar, y para ilustrar el concepto, un grupo de quicos, vestidos de blanco inmaculado se carcajean ante tus narices. Padre, madre, parejita y, para completar el maléfico grumo, abuelo /a en plena forma. No deben pasar de los 35 pero te quieren hacer creer que son jubilados, cuyo contento y bienestar se deben no sólo a la tablet, sino, principalmente, a su decisión y arrojo por haber escogido Mediasalud como la vía más rápida de entrar en el más allá.

Para recogerla tendremos que pasarnos, a las 19.30 h, por el casino, comunican en letra pequeña. Además te invitan a que escanees un código QR como adelanto de la verdadera felicidad.

Si a las 21 h. del día de marras, impulsado por la compasión y por la curiosidad propia de literato, me hubiera acercado al bar de los chinos para ver de cerca el desenlace, lo que hubiera visto hubiera sido para hacerle llorar a uno: un verdadero jubilado, avanzando a paso cansino, con una tablet de 7’’ sobre sus temblorosas manos y el fatuo fulgor sulfuroso del aparato iluminando su cara que, en esas condiciones, más parecería la de un delincuente que la de una persona que ha sido colocada más allá del bien y del mal... y no hablemos ya de cuestiones estéticas. Así fue, aunque yo no lo viera.
Aunque pensándolo bien, todo haya sido un inteligente apaño, dado que hoy el universo-mundo celebra el día de la Salud. Con mejor criterio, la Convención Republicana, lo había dedicado a la cicuta.

2
El siete de abril ¿del año 1955? había nacido el muerto, amigo de Agustín. El coronel se puso su inhabitual traje de paño negro, con olor a naftalina, desechó el paraguas del que sólo quedaban las varillas y, bajo una persistente lluvia de octubre, dio comienzo a la novela que lo conduciría irremisiblemente a sentirse tan “puro, explícito, invencible” como para responder “MIERDA” al insidioso “¿y qué comeremos?” de la madre de su difunto hijo, nacido precisamente, un mes exacto antes que aquel a quien llevaban a enterrar.



En la infinitud de hijos de san Luís, de los cuales, cien mil entraron, tal día como hoy del año 1823, en nuestra querida pie de toro, un muerto más o menos, no se hubiera notado.

3
Por suerte o por desgracia”… así empezaba nuestro amigo W. (no, no era el “Watusi”) cualquier proposición, fuera atómica o molecular, lanzando al mundo, ya de por sí ambivalente, una ambigüedad ética y ontológica que nos sumía a todos en un estado de ensoñación divertida e inquietante: “Por suerte o por desgracia me voy a tomar una cerveza” o “por suerte o por desgracia, no me ha dotado dios (“sive natura”) del don de lenguas” o “por suerte o por desgracia esta noche hay eclipse de luna”… Esta apertura, esta epoxé, le debía más a su desconocimiento de la hermenéutica fenomenológica que a su total desconocimiento de Wittgenstein, y lo emparentaba con un budismo cercano a Schopenhauer o a la duda existencial propia de Kierkegaard, aunque la duda no hacía mella en su decisión o afirmación. Lo decidido o afirmado no se veía afectado lo más mínimo por esa introducción fatalista. Ni él. Sólo nosotros. “Por suerte o por desgracia tengo cáncer de pulmón”, nos dijo un día y “por suerte o por desgracia, esto se acaba”. Y se acabó, por desgracia.

Si no puede ser Vd. profundo, intente, al menos, ser confuso.

El tal, siempre suspendía la Lógica I, y, como es natural, nunca se introdujo en la Lógica II… y es que, decía, por suerte o por desgracia no sé cómo simbolizar esas partículas modales. De nada servía que le instruyeras en la naturaleza exacta de la “proposición”. Para él una “proposición” no existía si no iba precedida por esa advertencia que empapaba la frase de connotaciones inapropiadas. El mundo, para él, era, no el conjunto de hechos, sino el conjunto de consecuencias que se derivaban de una acción o afirmación trivial (o no).

Me siento tan mal
Que quiero escribir un poema
No importa: cualquier poema, este
Poema”



Esto lo escribía Richard Brautigan el 7 de abril del año 1969 (“La pesca de la trucha en América”). Busquen en el archivo del blog y algo encontrarán de este intempestivo y melancólico autor. Y un siete de abril, del año 1891, empiezan las anotaciones del “diario de la pesca de la trucha de Alonso Hagen”, hermano, según la intuición del autor, de la vieja a quien prestaba algunos servicios:

7 de abril de 1891………………………….Truchas perdidas 8
15 de abril de 1891………………………….Truchas perdidas 6
(…)
23 de septiembre de 1891…………………..Truchas perdidas 3

TOTAL SALIDAS 22…………………… TOTAL TRUCHAS PERDIDAS 239

MEDIA DE TRUCHAS PERDIDAS POR SALIDA………10,8

La última página del diario recogía las sumas totales de los años comprendidos entre 1891 y 1897. Alonso salió a pescar en 160 ocasiones y perdió 2.231 truchas, con una media en siete años de 13,9 truchas perdidas por cada vez que salió a pescar. Bajo las sumas totales había un breve epitafio de la pesca de la trucha en América compuesto por Alonso Hage. Decía algo así:

Estoy harto.
Llevo siete años saliendo a pescar
y no he capturado una mísera trucha.
He perdido cada una de las truchas que mordieron el
anzuelo.
O bien me saltan
o se me escurren
o se retuercen
o me rompen el enganche
o se dan una barrigazo
o se van a tomar por culo.
Nunca he puesto las manos encima de una trucha. Pese a lo muy frustrante que ha sido
me parece un experimento interesante
en el fracaso total
pero el año que viene será otro
el que tenga que salir a pescar truchas.
Será otro el que tenga
que salir a por ellas.”

Yo no estoy mucho mejor, así que no me extenderé en la irrespirabe “Corrección” de Thomas Bernhard. Bastará con que anote que tal día como hoy, Roithamer termina el cono para su hermana en el centro geométrico del bosque de Kolernhauss… y al mismo tiempo muere su hermana. ¡Mejor! Una vida entera dentro de esa inversa geometría dantesca hubiera sido insoportable y es que hay amores que matan. Recordarles a Vds. la relación de la obra con Wittgenstein y con toda su familia de suicidas. Algo tiene que ver, aunque yo no sepa verlo, la obsesión por la pureza de formas, el orden y la limpieza con el odio profundo a la vida propia y a la ajena. Si la dejadez fuera indicio cierto de lo contrario, yo sería como san Francisco de Asís: todo amor por las bestias, incluyendo al prójimo y a mí mismo… ¡cosa que tampoco ocurre!




Brautigan, sin embargo, escribió su best seller en una tienda de campaña, apoyando la máquina de escribir sobre la hierba y rodeado de su desordenada familia… ¡y también se suicidó!
A Hegel, que ha leído el libro, se le erizan los pelos del lomo pensando en el taxidermista y en la malafollá de estos amantes de la quietud eterna y sarnosa.
Aunque parezca lo contrario (o no), Bernhard no es un escritor filósofo, ni un filósofo escritor… Es un escritor que utiliza el estilo de algunos de sus admirados filósofos. La distancia entre la persona y el personaje es tan grande como la existente entre los propósitos de Alonso Hage y sus resultados.

Mientras Alonso ponía punto y final a su interesante experiencia como pescador de truchas, Wittgenstein, a la tierna y maliciosa edad de ocho años, se hacía la pregunta fundamental: “¿Por qué debería uno decir la verdad si puede serle beneficioso decir una mentira?” Nietszche había dicho algo al respecto… en un sentido extramoral, naturalmente… y Kafka archivaba agravios que haría estallar años más tarde.








RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...