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sábado, 26 de octubre de 2013

Propuesta para hoy, día 26 de octubre. “O.K. Corral” y algo más.


Alguna hermosa canción la incorpora. “Corral” es una sonora palabra castellana y universal que reúne de forma prodigiosa lo topológico y lo onomatopéyico: recuerda a “cercado”, “círculo”, “cordel” y a la algarabía y correrías de los gallináceos (y de los espectadores de teatro). Así pues, estaremos de acuerdo, en que es una palabra que merece su reconocimiento internacional y así ha sido. ¿O.K.?

Aquiles, Ulises, Áyax…Jesse James, Billy the Kid, Doc Holliday… he ahí dos mitologías de frontera. El “duelo”, más bien “balacera”, de OK Corral es como la venganza de los “Epígonos” de Tebas. Y la geografía no le va a la zaga: secarrales en los que el espíritu (¿) anda sediento. Apolo ya había tenido tiempo para desarrollar su nefasta técnica del “matar de lejos”.






Yo, de naturaleza pacífica, también sería capaz de matar, si alguien me obligara a pasar un fin de semana en Tombstone, de premonitorio nombre, Arizona. Aquello parece un camping de tercera. O un aparcamiento de caravanas. Pensar que aquí se reunieron en los años de la plata diez mil  personas da escalofríos. Ahora no llegan a dos mil y se respira mal. Cuando ocurrió lo que me ha traído aquí, estaban registrados 5.300 personas (sin contar chinos  ni niños), y los hermanos Earp, ayudados por un dentista loco (Doc Holliday), intentaban imponer el orden (ya saben Vd. en qué consiste, en general, eso de imponer el orden).

Mis Ángeles Custodios se han negado en redondo a acercarse a esta madriguera de tornados. Que si quieres ir vete tú solo, nosotras no ponemos los pies, ni las alas, en aquellas inhóspitas tierras, que si tal y más cual. Así que, ni corto ni perezoso y para mantener intacta mi reputación, así como para dejar claro que no necesito a mis aladas compañeras, he metido una muda en mi bolsa de las Olimpiadas de Méjico y me he calado la budyonovka al grito de ¡a Tucson, Arizona!... y estoy dando tumbos desde las tres de la mañana, ocultándome en tabernas oscuras.

Para empezar les diré que lo de O.K. no tiene nada que ver con el pulgar levantado. Son las iniciales de Old Kindersley, antiguo nombre de Tombstone, lugar en el que, tal día como hoy, del año 1881, tuvo lugar uno de los hechos más renombrados del Far West. Era miércoles y la luna se encontraba en fase “nueva”.

Tombstone no está lejos de Tucson. Así que pueden coger un avión desde el Prat hasta Madrid. En Madrid cogerán otro hasta Londres. De Londres les conducirán a Dallas y de Dallas a Tucson. 18 horas que parecerán un trimestre. Sin mentar el dinero. A no ser que quieran ir por Méjico. Recorrer Chihuaha, Sonora (y ya que están en Sonora, les aconsejo una visita a la Bahía de Kino, frente a la isla Tiburón) y todos los mortíferos desiertos del norte. Llegarán a Agua Prieta por navidades…. ¡Pero qué nombres les saldrán al paso!

La familia Earp (incluyendo a los tres hermanos, Wyat, Morgan y Virgil), atraída por el oro y la plata se instalaron en aquel poblado fronterizo. Las vetas menguaron y se dedicaron a la hostelería. En torno a la antigua riqueza se formó una ciudad de medianas proporciones con su correspondiente división de clases. La lucha de clases se deja ver empuñando revólveres, espadas, picas, pancartas…

Los Earp dejaron la hostelería y se hicieron con el negocio del “Orden”. Por entonces daba los últimos coletazos la forma de vida “vaquera”. Los “Cowboys”, gente libre y pendenciera, tenían los días contados.

Las escrituras de propiedad se iban imponiendo y “Billy, el niño” había muerto (¿) el 14 de julio.
A los Earp se les unió un dentista loco llamado Doc Holliday, que fue a pasar unos días de asueto y casi se queda para siempre.

Por aquellos andurriales era famoso un grupo que se hacía llamar, precisamente, los “Cowboys”: los hermanos Mc Lauty (Frank y Tom), los hermanos Clanton (Billy e Ike), más un pistolero avezado con nombre de pionero de rock: Billy Claiborne.

Bueno, ya tenemos los personajes. Añádanle una pizca de “sexo”, algún asalto a la diligencia, presuntos robos de cuadrúpedos y ya tenemos el cóctel preparado. Decir que el Tombstone no estaba permitido circular con armas de fuego ni con otras igualmente peligrosas. Habían de ser depositadas en los corrales-liveries, especie de aparcamiento y posada para de caballos. En Tombstone había siete. El OK estaba en la calle principal, la Fremont Street, que ahora es la carretera local AZ-80 que te conduce a la Interestatal de Tucson. Limítrofe estaba el Fly’s Photo Shop. De más está decir que todo aquello está reconstruido siguiendo una lógica consumista que ha alterado un tanto las posiciones originales.

Tanto secarral me está dando una sed de la hostia. Me dirijo a la cantina mejicana de la calle Encarnación, la primera que se abrió en Barcelona, de tan gratos recuerdos. Está cerrada, así que voy al bar de la esquina con Escorial y me siento a una mesita del bar-restaurante homónimo. Pido unas tostadas con aceite y un carajillo. Y antes de que se marche el camarero le conmino a que me sirva un “remolque” en cuanto vea que concluyo el “fifti-fifti”.




Los Earp, con el juez al frente, fueron a desarmar a los “Cowboys”, que venían de dejar los caballos en ¡otro corral! Pero fueron vistos en una armería. La cosa es que sin querer queriendo alguien sacó el revólver y empezó la balacera. Wyatt mató a Tom y a Frank. Claiborne disparó a Wyatt, erró. Después disparó a Virgil y a Morgan, a los que hirió. Morgan, herido, disparó contra Billy y lo dejó tieso. Doc Holliday lo remató. Una bala perdida hirió a Doc. Ike se largó a las primeras de cambio. Cuando se desvaneció el último eco del último disparo, es decir, después de 30’’ y 30 balas, sobre el terreno había 3 muertos, tres heridos, uno escondido detrás de un carromato y, de pie, Wyatt que se quejaba de una herida en un brazo. Había también el hueco donde debería haber estado uno de los Clanton…. ¿Cómo se llamaba la tía abuela del huido?

¡¡Picasso acababa de nacer!!

La cosa no acabó ahí. De haber acabado, no hubiera, el suceso, desembocado en el río de la historia. Al poco, Morgan fue asesinado y Virgil herido en un brazo. Wyatt y Doc se tomaron la venganza a pecho y la ejercieron con sus propias y malparadas manos: un reguero de muertes indiscriminadas recorrió los secarrales de Arizona… Y Doc fue haciéndose un nombre. Cuando murió (6 años después) en un hospital de Colorado, no llevaba las botas puestas. Wyatt murió en 1929, a los 80 años…en Los Ángeles. 
El “Crack” se estaba incubando y tal día como hoy, 26 de octubre del año 1929, aunque sábado, estaba claro de qué se trataba…¡y no era “el Pánico de 1907”!. Lo que se había manifestado el jueves 24, duraría una década y desembocaría en la segunda gran matanza mundial. Por suerte aquellos aguerridos personajes criaban malvas, de lo contrario aún les hubieran echado las culpas.

Lean lo recogido por La Vanguardia

Parece que oigo la persiana de “la Cantina”. Me traslado.

–¡Buenos días, mi cuate!

El camarero, se repone de la primera impresión y:

–Bon dia, señor! Què volia?

–¡Chihuahua!

–Si vol dinar, segui si us plau.

Pues nada, me quito la gorra y tomo mesa en el patio interior. Estoy solo. Más solo que la hostia. Son las dos y parece que estemos en la semana próxima. Leo la carta del establecimiento. Años que no leo otras.

–Podría ponerme una “Coronita”. Me la merezco. Y para comer  tráigame, sin prisas, un ceviche.
–Tenemos veinte tipos de ceviche.

–UUUUUUmmmmm!  Pues un “Vuelve a la vida”

–¡Molt adient, sí senyor!

Por poco no meto la cabeza en el ceviche. Y ahora me espera bajar a Arc de Triomf y andar todo el miserable paseo marítimo hasta mi casa.

Cuando llego, mis Ángeles están viendo “La Pasión de los Fuertes” y compartiendo un chupito de tequila… con su rodajita de limón y su pizca de sal. No me hacen ni caso… Estoy más solo que la hostia…la budyonovka no ayuda. Y de sopetón me viene a las mientes que en un pueblo de Georgia (URSS) hubo una pista de patinaje dedicada a Doc Holliday…¡Algo se me escapa!



N.B.
Cuando vuelvan, si quieren, pueden tomar unas copitas y bailar unas cumbias mejicanas o unos corridos en el "OK Corral-Disco" de Dallas. Díganle que van de mi parte y tal...







RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...