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lunes, 18 de noviembre de 2013

Propuesta para hoy, día 18 de noviembre. Perro de Byron, de Mozart…y todos los perros.



El mérito del perro de Lord Byron no es superior al de “Gorrión”, ni mayor al de ninguno de los perros de vds…Y ahí radica la injusticia de esta propuesta…¡sin duda la más injusta!

Valga esta propuesta como homenaje (“perronaje”) a todos esos hermosos animales que remueven las aguas del sentimiento…¡sin ellos sería un cenagal!

Son la Razón encarnada (nosotros, el ”Verbo”)…ajenos al vaivén de las pasiones., que no a la emoción. Esparcen el perfume del amor y de la fortaleza con los arrítmicos movimientos de sus colas: signos de un lenguaje metafísico, sólo completamente comprendido por la jerarquía celestial: “Serafines”, “querubines”, “tronos”, “dominaciones”, “virtudes”, “potestades”, “principados”, “arcángeles” y “ángeles”…y “ellos mismos”, que cierra el ejército de los seres benéficos.

Tal día como hoy, del año 1808, murió de rabia, a los cinco años, el hermoso “terranova” (nacido en Canadá) “Boatswain”. Fue en una de las épocas más felices y “locas” del poeta, los años de Newstead Abbey:

“Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos.
Este elogio, que constituiría una aburrida lisonja si estuviera escrito sobre cenizas humanas, no es más que un justo tributo a la memoria de “Boatswain”, un perro nacido en Terranova en mayo de 1803 y muerto en Newstead Abbeyel 18 de noviembre de 1808.”


 Envío un mensaje odorífero a “Roza” y a sus cuatro hijos palmípedos: Como cruce de perra loba del Cilene (Kilini= Zyria) y pato de las albuferas de Messolongui. ¡Pronto nos veremos, amigos!

Se atribuye al romántico inglés aquello de que: ”Cuanto más conozco a los hombres (incluyamos a las mujeres) más quiero a mi perro”…En realidad ese presentimiento YA se remonta a Diógenes de Sínope  y, seguramente, a Odiseo.

Lope de Vega, Cervantes, Schopenhauer, Conan Doyle, Twain, V, Wolf, London…

Este sentimiento es extensible a los caballos (IV parte de “Los Viajes de Gulliver”). La opinión no es tan unánime respecto a los gatos, aunque Hoffmann se removería en su tumba.

En una ocasión, el terranova del poeta, confundiendo el océano con el cielo, se lanzó a las negras aguas del ponto. Byron ordenó al capitán que parara y volviera a recogerlo:

--Sólo está permitido cuando “¡hombre al agua!”

Byron se lanzó al agua, vestido como iba para la cena de recepción. El capitán no tuvo más remedio que parar máquinas. El terranova se sacudió en cubierta y creó, de la nada, 47 “arco iris” en agradecimiento. Tuvo ración doble: por su capacidad demiúrgica.

Entrados en harina, todos podríamos contar anécdotas de los perros que nos han acompañado. Permítanme, sin embargo, que me extienda en las de otros perros cuyos dueños han pasado a la historia por diferentes razones.

Newton, conocido por descubrir el secreto del arco iris  y por su amor a los animales, tuvo un perro al que llamó “Diamond”.

“Estando en casa de Newton, una tarde me dijo:

- Mi perro Diamond sabe mucha matemática. Hoy mismo me ha demostrado dos teoremas, justo antes de almorzar.

- Tu perro deber ser un genio- le respondí algo escamado ante semejante afirmación. A lo que Isaac me respondió:

- No creas, he exagerado un poco. En realidad el primer teorema tenía un error y el segundo una excepción patológica. Y aquí acabó la conversación.

( Diario de John Wallis, matemático).

El tal Diamond, listo, pero soñador, derribó una vela (¡así acabaremos todos…¡con velas!)…y, como resultas, redujo a cenizas el trabajo de veinte años:

--“Ah, Diamond, nunca sabrás el daño que me has hecho”…Y se introdujo en una depresión espesa y duradera.

Entre otras genialidades: la invención de las “gateras”…esos orificios para que los animales puedan entrar y salir a su antojo, sin alterar nuestro sueño. Su gata tuvo siete gatitos y construyó siete gateras…¡una para cada uno!...digno de la delicada inteligencia canina….Él, que tenía más y más malas pulgas que un perro flaco

A Wagner persona no le tengo mucha simpatía (¡y menos a Cósima!)…Tuvo muchos perros y, creo (no podría poner la mano en el fuego…¡pero sí apostarme una botella de Terry!), que los trató con la misma desidia con la que trató a las personas: ¡antikantiano!

De los tantos que tuvo, recordar a “Robber”, el desafortunado animal al que le tocó en suerte vivir con el maestro y con su mujer Minna los perores momentos de su existencia, incluyendo el desasosegante viaje en barco que los conduciría a París.
Comprendiendo el perro la escasez, desapareció (¡para que tocaran a más!)…o quizá fue expulsado…cosa que no me extrañaría de un individuo como Wagner.

Una noche brumosa, el músico creyó entreverlo en el cruce de San Honoré con San Roque…lo llamó; el perro acudió y cuando lo olió, bien olido, huyó como alma que lleva el diablo.

Observen vds…. ¡frente a la iglesia de san Roque…¡el del perro¡

Wagner a Nietzsche: “está vd. en mi corazón, entre mi esposa y mi perro”.

Sus últimos perros “Marke” y “Froh”, un magnífico San Bernardo, abandonado en Viena y que pudo recuperar (una vez se hubo establecido en Munich al calor de Luis II), encabezaron el cortejo fúnebre del músico por las calles de Bayreuth…desde la estación de Wahnfried.

Ya saben vds. cómo acabó el entierro de Mozart: en descampada general…las tabernas de los alrededores se llenaron de desertores. La nevada fue importante y la devoción escasa. Sólo “Pimpert”, el perro, aguantó las inclemencias. Se postró sobre la losa fría y entregó su alma al universo. La nieve siguió cayendo; cubrió su delicado cuerpo de pomerano y sirvió como señal para que el cuerpo inanimado del músico encontrara adecuada sepultura.

Mozart le había escrito alguna melodía. 

“Sólo un perro, lleno de barro, se animó a seguir el cortejo hasta el cementerio, y fue, en consecuencia, el único caballero que presenció la ceremonia el día en que Mozart fue enterrado como un perro.”

Escuchen vds. la “Sonata del perro de Mozart”  (Metasonata) para voz y piano de Masliah (Uruguay) y lean, si les viene a bien, a Graciela Paraskevaídis…¡una verdadera delicia!



                                                 
 F. Kafka: “Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro”.
 
Groucho Marx: “Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre (¿y de las mujeres?) y dentro del pero probablemente está demasiado oscuro para leer.”

Ya he dicho que esta propuesta es la más injusta y, por la emoción, la más deshilvanada. Y ya que el desorden y el enternecimiento me ha invadido no puedo dejar de acordarme del fallecido “Kanellos”, padre (¿?) del antifascista militante “Loukánikos”, hijo predilecto de Atenas: “de tal palo tal astilla”.
Cuando visiten Atenas traten a cada uno de los perros “municipales” como “patrimonio de la humanidad”…Invítenlos a lo que deseen y si no desean nada…¡déjenlos tranquilos!...





  Recuerden que el euridiciano “perro andaluz” vigila.

Y puesto que de perros va la cosa: “Estoy demasiado ajetreado con los intelectuales que afirman su inocencia como para preocuparme por los culpables que proclaman su culpa” (Éluard*…¡en plenos “Procesos de Moscú”)…La poesía la dejaba para la intimidad.

En otra ocasión me ocuparé de su poesía y aficiones.

                                        









RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

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