El mérito del perro de Lord Byron no es
superior al de “Gorrión”, ni mayor al
de ninguno de los perros de vds…Y ahí radica la injusticia de esta
propuesta…¡sin duda la más injusta!
Valga esta propuesta como homenaje (“perronaje”) a todos esos hermosos
animales que remueven las aguas del sentimiento…¡sin ellos sería un cenagal!
Son la Razón encarnada (nosotros, el ”Verbo”)…ajenos al vaivén de las
pasiones., que no a la emoción. Esparcen el perfume del amor y de la fortaleza
con los arrítmicos movimientos de sus colas: signos de un lenguaje metafísico,
sólo completamente comprendido por la jerarquía celestial: “Serafines”, “querubines”, “tronos”, “dominaciones”, “virtudes”, “potestades”,
“principados”, “arcángeles” y “ángeles”…y
“ellos mismos”, que cierra el
ejército de los seres benéficos.
Tal día como hoy, del año 1808, murió de
rabia, a los cinco años, el hermoso “terranova”
(nacido en Canadá) “Boatswain”. Fue
en una de las épocas más felices y “locas”
del poeta, los años de Newstead Abbey:
“Aquí
reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin
insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno
de sus defectos.
Este
elogio, que constituiría una aburrida lisonja si estuviera escrito sobre
cenizas humanas, no es más que un justo tributo a la memoria de “Boatswain”, un
perro nacido en Terranova en mayo de 1803 y muerto en Newstead Abbeyel 18 de
noviembre de 1808.”
Envío un mensaje odorífero a “Roza” y a sus cuatro hijos palmípedos:
Como cruce de perra loba del Cilene (Kilini= Zyria) y pato de las albuferas de
Messolongui. ¡Pronto nos veremos, amigos!
Se atribuye al romántico inglés aquello
de que: ”Cuanto más conozco a los hombres
(incluyamos a las mujeres) más quiero a
mi perro”…En realidad ese presentimiento YA se remonta a Diógenes de
Sínope y, seguramente, a Odiseo.
Lope de Vega, Cervantes, Schopenhauer, Conan
Doyle, Twain, V, Wolf, London…
Este sentimiento es extensible a los
caballos (IV parte de “Los Viajes de
Gulliver”). La opinión no es tan unánime respecto a los gatos, aunque Hoffmann se removería en su tumba.
En una ocasión, el terranova del poeta,
confundiendo el océano con el cielo, se lanzó a las negras aguas del ponto.
Byron ordenó al capitán que parara y volviera a recogerlo:
--Sólo
está permitido cuando “¡hombre al agua!”
Byron se lanzó al agua, vestido como iba
para la cena de recepción. El capitán no tuvo más remedio que parar máquinas.
El terranova se sacudió en cubierta y creó, de la nada, 47 “arco iris”
en agradecimiento. Tuvo ración doble: por su capacidad demiúrgica.
Entrados en harina, todos podríamos
contar anécdotas de los perros que nos han acompañado. Permítanme, sin embargo,
que me extienda en las de otros perros cuyos dueños han pasado a la historia
por diferentes razones.
Newton, conocido por descubrir el secreto
del arco iris y por su amor a los
animales, tuvo un perro al que llamó “Diamond”.
“Estando
en casa de Newton, una tarde me dijo:
-
Mi perro Diamond sabe mucha matemática. Hoy mismo me ha demostrado dos
teoremas, justo antes de almorzar.
-
Tu perro deber ser un genio- le respondí algo escamado ante semejante
afirmación. A lo que Isaac me respondió:
-
No creas, he exagerado un poco. En realidad el primer teorema tenía un error y
el segundo una excepción patológica. Y aquí acabó la conversación.
(
Diario de John Wallis, matemático).
El tal Diamond, listo, pero soñador, derribó
una vela (¡así acabaremos todos…¡con velas!)…y, como resultas, redujo a cenizas
el trabajo de veinte años:
--“Ah,
Diamond, nunca sabrás el daño que me has hecho”…Y se introdujo en una
depresión espesa y duradera.
Entre otras genialidades: la invención de
las “gateras”…esos orificios para que
los animales puedan entrar y salir a su antojo, sin alterar nuestro sueño. Su gata
tuvo siete gatitos y construyó siete gateras…¡una para cada uno!...digno de la
delicada inteligencia canina….Él, que tenía más y más malas pulgas que un perro
flaco
A Wagner persona no le tengo mucha
simpatía (¡y menos a Cósima!)…Tuvo muchos perros y, creo (no podría poner la
mano en el fuego…¡pero sí apostarme una botella de Terry!), que los trató con
la misma desidia con la que trató a las personas: ¡antikantiano!
De los tantos que tuvo, recordar a “Robber”, el desafortunado animal al que
le tocó en suerte vivir con el maestro y con su mujer Minna los perores
momentos de su existencia, incluyendo el desasosegante viaje en barco que los
conduciría a París.
Comprendiendo el perro la escasez,
desapareció (¡para que tocaran a más!)…o quizá fue expulsado…cosa que no me
extrañaría de un individuo como Wagner.
Una noche brumosa, el músico creyó
entreverlo en el cruce de San Honoré con San Roque…lo llamó; el perro acudió y
cuando lo olió, bien olido, huyó como alma que lleva el diablo.
Observen vds…. ¡frente a la iglesia de
san Roque…¡el del perro¡
Wagner a Nietzsche: “está vd. en mi corazón, entre mi esposa y mi perro”.
Sus últimos perros “Marke” y “Froh”, un
magnífico San Bernardo, abandonado en Viena y que pudo recuperar (una vez se
hubo establecido en Munich al calor de Luis II), encabezaron el cortejo fúnebre
del músico por las calles de Bayreuth…desde la estación de Wahnfried.
Ya saben vds. cómo acabó el entierro de
Mozart: en descampada general…las tabernas de los alrededores se llenaron de
desertores. La nevada fue importante y la devoción escasa. Sólo “Pimpert”, el perro, aguantó las
inclemencias. Se postró sobre la losa fría y entregó su alma al universo. La
nieve siguió cayendo; cubrió su delicado cuerpo de pomerano y sirvió como señal
para que el cuerpo inanimado del músico encontrara adecuada sepultura.
Mozart le había escrito alguna melodía.
“Sólo
un perro, lleno de barro, se animó a seguir el cortejo hasta el cementerio, y
fue, en consecuencia, el único caballero que presenció la ceremonia el día en
que Mozart fue enterrado como un perro.”
Escuchen vds. la “Sonata del perro de Mozart” (Metasonata) para voz y piano de Masliah (Uruguay) y lean, si les viene a bien,
a Graciela Paraskevaídis…¡una verdadera delicia!
F. Kafka: “Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se
encuentran en el perro”.
Groucho Marx: “Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre (¿y
de las mujeres?) y dentro del pero probablemente está demasiado oscuro para leer.”
Ya he dicho que esta propuesta es la más
injusta y, por la emoción, la más deshilvanada. Y ya que el desorden y el
enternecimiento me ha invadido no puedo dejar de acordarme del fallecido “Kanellos”, padre (¿?) del antifascista
militante “Loukánikos”, hijo
predilecto de Atenas: “de tal palo tal
astilla”.
Cuando visiten Atenas traten a cada uno
de los perros “municipales” como “patrimonio de la humanidad”…Invítenlos a lo que deseen y si no desean nada…¡déjenlos
tranquilos!...
Recuerden que el euridiciano “perro andaluz” vigila.
Y puesto que de perros va la cosa: “Estoy demasiado ajetreado con los
intelectuales que afirman su inocencia como para preocuparme por los culpables
que proclaman su culpa” (Éluard*…¡en plenos “Procesos de Moscú”)…La poesía la dejaba para la intimidad.
En otra ocasión me ocuparé de su poesía y
aficiones.