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sábado, 9 de noviembre de 2013

Propuesta para hoy, día 9 de noviembre. Nieteszche-Wagner. Alemania. Trotsky en España.


PRIMERO

Tal día como hoy, del año bisiesto 1868, un joven F. Nietzsche, conoce, en persona, a un maduro R. Wagner. Era de noche y la luna caminaba rauda hacia su desaparición.

A saber cómo, pero el futuro “filósofo” y actual promesa de la filología clásica, había conocido al orientalista Hermann Brockhaus, marido de Ottilia (hermana de Wagner)…y fue invitado a su casa. Ocurría en Leipzig.

Nietzsche hacía 3 años que había conocido la obra de Schopenhauer y la de Wagner la conocía desde los lejanos tiempos de Pforta …”Desde el momento en que hubo una partitura para piano del Tristán--¡muchas gracias, Sr. Von Bïlow-- fui wagneriano.”

Esto es mucho decir: Aquí un Nietzsche avergonzado oculta su temprano gusto reaccionario y su lenta evolución hacia la “vanguardia

La justificación “estética-budista” de la vida y la encarnación del héroe que hará posible la redención: Schopenhauer y Wagner



Diez días antes había escuchado por primera vez el estremecedor preludio del “Tristán” y la muy apreciada obertura de los “Maestros cantores…” ¡¡Iba de subidón!!...Así que, cuando se encontró con el monstruo, sus carnes se abrieron y su lengua se trabó:

--¡Gutten tag!!

--¡Gutten Abend…querido!

--Traia unos pastelitos….

Wagner estaba en posesión de todos sus atributos: Sólo le faltaba poner en solfa los libretos de: “El Ocaso de los dioses”, “Las Valquírias” y “Sigfrido”, para dar por finalizada la “Tetralogía” y “Parsifal”…¡para dejar las cosas claras!...Y, además, la construcción del Teatro del Festival, que cobijara el “eterno retorno de lo mismo”…El Rey loco (su padre, Luis I de Baviera acababa de morir, el 29 de febrero..¡por algo era rey!...y Luis III será, 50 años exactos más tarde, depuesto por Eisner y Toller…) estaba locamente enamorado (¿)…(cualquier cosa que hacía, la hacía con locura) del músico. El músico, sin embargo, acababa de dejar sin esposa a su colega y admirador von Bülow y se habían instalado en Triebschen, sobre el lago de Lucerna.

El filólogo hacía sus pinitos compositivos…y no se le daba mal del todo la improvisación al piano. Su estilo y su técnica, harán reír a la pareja hasta las lágrimas. Y esa risa (y otros chismes…) será la semilla de la ruptura. Mientras eso llegue…¡disfruta, Federico!...

Y se labraba un nombre en el campo académico de la filología.

Esa noche el maestro fue muy amable: departió con Nietzsche sobre la filosofía de Schopenhauer, interpretó al piano algunos trozos de la estupenda y larguísima “Los Maestros Cantores…” y le largó una invitación oficial para que, cuando tuviera ocasión, lo visitara en Suiza…¡seguirían charlando!...El joven le tomó la palabra.




La conversación, asegurado lo principal, continuó de forma distendida (e inesperada):

--¿Se ha enterado, maestro, de que en España acaban de poner en circulación* la “peseta”…una moneda, sin duda, de gran futuro?

--Pues no, no lo sabía. Sin duda, mi estimado joven, es una noticia de enjundia.

--¿Se ha parado a pensar, distinguido maestro, de que así como “el mundo es representación”, la “peseta”, o sea, el dinero,  también lo es?

--¿Mande?

--Simboliza la “perspectiva” vencedora…el “punto de vista” que ha logrado imponerse. Es la solidificación de unas relaciones sociales determinadas y determina la naturaleza de la sociedad.

--Pues ahora que lo dice…

--Y  de que así como la música nos pone en contacto inmediato con la esencia del mundo, el dinero es la “esencia” del mundo (capitalista)…llevada a la superficie. Y que es como Proteo…con más caras que un icosaedro…

--Mi joven amigo, vd. me apabulla.

Por un momento parece que el joven filólogo va a desplomarse. Suda frío. Se seca con la manga de la chaqueta y, con permiso, se pimpla un copuzo de brandy.

--¿Qué me ha pasado?...¿Dónde estoy?

--¡Tranquilo, Federico!...¡Ya pasó todo!

--Alguien hablaba por mi boca…¿Qué he estado diciendo?

--¡Olvídese!...y escuche esta parte del discurso final del zapatero Hans.

El pensamiento de otro se había extraviado y había encontrado salida por entre los espesos bigotes de Federico.

A finales del invierno, aun sin tener el grado de doctor, aceptó una oferta de la Universidad de Basilea: Catedrático supernumerario de Filología clásica. Sin exámenes ni periodo de pruebas…¡a lo grande!

De Basilea a Triebschen hay un tiro de piedra: Así empezó una simbiosis de largo recorrido.

Mientras tanto el “príncipe idiota” se cura de su epilepsia en Suiza.

Sonará:
·         La obertura de los “Maestros Cantores de Nürenberg
·         Y algunas cositas de Nietzsche….(al estilo Schumann)


SEGUNDO
Alemania, más que otro lugar del universo-mundo, estaba llena de intelectuales y artistas (“Dichter”, “Denker”…). Así que más que cualquier otro lugar del universo-mundo se oyeron discursos desnortados. Aquellos que habían acogido la guerra como un espacio de redención; aquellos otros (mas los mismos) que jamás habían alzado la voz contra el Reich….ahora elaboraban discursos literalmente  incomprensibles sobre la nueva situación creada tras la Revolución y el armisticio (noviembre de 1918). Elaboraciones teóricas cuya única finalidad era hacerse un sitio en la nueva situación o hacer que la nueva situación se volviera tal… ¡que les dejara sitio!...Lo que antes de la guerra era esperanza se tornó “Decadencia de Occidente”…”Malestar en la cultura”…confesiones de apolíticos… juegos de abalorios…Ser, Tiempo, falta de “ground”…¡niña del Callao!

Mientras, la vida discurría tumultuosa: Otros muchos, lo captaron.

Dios actuó de forma sutilísima, y con una crueldad sibilina: decoró el universo-mundo con sus mejores galas (sol, luna llena…) para acoger los primeros días de Agosto; y de una desalentadora tristeza (niebla, frío, luna indecisa…) para los días de la derrota. Y así quedó grabado en la memoria de los habitantes de Berlín.





Lean vds. los detalles (novelados) en Döblin…Y en Sebastian Haffner.

No está de más recordar que tal día como hoy (calendario gregoriano), del año 1799, tuvo lugar el “18 de Brumario del año VIII”: Fin del “Directorio” y comienzo del “Consulado”, preámbulo del “Imperio”: “La madre del cordero”.

Así estaban las cosas. En cuatro líneas (que se han convertido en ciento y la madre):
Desde meses atrás, la suerte de la guerra estuvo echada (incluso después del “pacto-rapiña” con los rusos): la derrota alemana no pudo evitarla ni dios…con toda su Omnisciencia y Omnipotencia. Ludendorff y Hinderburg lo sabían y jugaron sus cartas. Lo sabía Guillermo II y lo sabía von  Bade…¡todos!...menos el pueblo, que siguió sufriendo levas hasta el 6 de noviembre (¡¡). Los partes de guerra siguieron siendo expuestos en las comisarías y lugares parecidos… ¡hasta el 10 de noviembre! (que cayó en domingo).

En secreto se pide la apertura de conversaciones dirigidas hacia una paz “wilsoniana”. La cosa no coló…¡que sepáis que tendréis 3 semanas para recoger!...¡¡Injusticia!!...

Con el fin de evitar el deshonor militar del armisticio y la firma del tratado de paz (y previendo las exigencias de los aliados), Max von Bade forma nuevo gobierno con dos (¡¡) miembros de SPD (el partido mayoritario), concede una pequeña amnistía (a Liebknech le tocará a finales de octubre) y camina hacia una monarquía Constitucional.

Los Lundendorf y Hindeburg, se desvanecieron euridicianamente antes de la firma del Armisticio…para aparecer, altruistas, cuando todo estuvo hecho, con aquello de la “cuchillada por la espalda”…y que “el ejército alemán no había sido vencido en el campo de batalla”.

El pueblo alemán, enterado de la catástrofe, y de la pérdida de los “bonos de guerra” se hundió en la desesperación más negra: y dejó salir todo su odio contra los responsables de la debacle. Estos se encargarán de echar las pulgas en las cabezas de otros.

Al primero lo vimos ayer “pasodobleando”, junto a Hitler, por las calles de Munich. Al segundo, segundo, y último, presidente de la República, lo veremos conduciendo al pueblo alemán a los dominios de Lucifer…(¡¡cosa que ya había predicho Ludendorff!!)

A finales de octubre (ya todo perdido, ¡era evidente!) ordenan a la flota del norte a atizar caldera y hacerse a la mar…¡más vale hundirse matando (a propios y extraños) que no la humillación de la derrota!... quizá también podrían labrarse un futuro y, de paso, boicotear las conversaciones secretas con los USA…

El 29, los marineros de Kiel se amotinan y la revuelta se extiende por cuarteles, fábricas, tabernas, prostíbulos, campos y huertos, gallineros… e hizo las paces entre esposos y esposas.

La Revolución viajó en tren: Hamburgo, Lübeck….Sttutgard…Munich…Dresde…Berlín.


El sábado, día 9 de noviembre, desde primeras horas de la mañana, decenas de miles de soldados y trabajadores  fueron acudiendo al centro de Berlín. Viendo von Bade que las cosas se le escapaban de las manos, decide la abdicación de Guillermo II (que “huye” a Holanda) y nombra Canciller a Ebert, “el talabartero”, del SPD. Éste quiere continuidad e impedir el despliegue de la revolución…Ebert fue un gran “odiador” de la Revolución…eso ya lo saben vds. No tiene más remedio que declarar una amplia amnistía.   




Liebknetch, recién salido de la cárcel, y espoleado por la muchedumbre, declara, sin demasiada retórica,  la “República Socialista  desde los balcones del “Palacio Real”:

“Los miembros del partido proclamamos la República Socialista Libre de Alemania; en la que no habrá más esclavos y en la que cada trabajador honrado recibirá la recompensa justa por su honesto trabajo. Las reglas del Capitalismo, que han convertido a Europa en un caos, han muerto.

A Scheidemann, cuando lo supo, se le atragantó la sopa de nabos (con alguna cosa más, ¡digo yo!) que estaba comiendo en el Reichstag y, aún con la servilleta aprisionada  por la rígida pechera, y a escondidas de Ebert, proclamó otra vez la República (“alemana”).

“El Emperador ha abdicado. Él y sus amigos han huido; el pueblo los ha vencido en todas las líneas. El príncipe Max von Baden ha cedido su cargo de canciller al diputado Ebert. Nuestro amigo formará un gobierno de los obreros, con participación de todos los partidos socialistas. No se debe molestar al nuevo gobierno en su tarea por la paz y por obtener trabajo y comida. Obreros y soldados, sed conscientes del significado histórico de este día: lo inaudito ha ocurrido. Ante nosotros está una tarea grande e imprevisible. Todo por el pueblo. Todo a través del pueblo. Nada debe suceder que deshonre al movimiento obrero. Permaneced unidos, leales y conscientes de la responsabilidad. Lo viejo y decadente, la monarquía está destruida. Viva lo nuevo. ¡Viva la República Alemana!”

Tras lo cual se secó el sudor de la calva, se limpió los restos de saliva de las comisuras…y se echó al coleto un carajillo de Master Jager…Mike Jaeger…¡¡el del ciervo!!... por ese orden. Aquí el estilo ya es más acorde con su finalidad ocultadora: El Emperador se había marchado tranquilamente; von Bade había regalado el poder a Ebert; Ludendorff y el otro se iban de rositas…y, encima: ¡¡Hemos vencido!!

Las masas iban y venían del “Palacio real” al “Reichtag” (y viceversa)… dejando las copas a medio consumir.

Resumiendo:

  •  El SPD (socialdemócratas “mayoritarios”): Había recibido gratuitamente (¿) el poder. Sus intenciones eran mantener la situación con los mínimos cambios posibles hasta las elecciones a la “Asamblea Constituyente” que sería la encargada de solucionar los problemas (cada vez más graves y acuciantes). Combatirán hasta el asesinato a aquellos que se opongan a sus planes…(que incluían a posibilidad de una “monarquía constitucional”), o que alteraran el orden: Ebert, Scheidemann…¡¡Nosque!!...


Aceptarán el ofrecimiento de los grupos fascistas (y los alentarán) para hacerse cargo de las labores de limpieza. Históricamente son el partido madre de las izquierdas…su influencia en las masas trabajadoras sigue siendo grande. Odian los “consejos”, pero si no hay más remedio que soportarlos…los dinamitarán desde dentro.

  • ·         El USPD (Socialdemócratas independientes “minoritarios”, escisión del anterior). El grueso del Partido estaba por la Asamblea Constituyente. Deseaba, sin embargo que el gobierno provisional, empezara a cambiar las cosas…¡desde ya! También los había partidarios de una república de consejos…los menos. Su influencia no era desdeñable. 




En su interior, y a la izquierda, actuaban los “espartaquistas”: partidarios de una república socialista, basada en los soviets que, desde la fuerza y legitimidad que les otorgaba la revolución, pusiera en marcha los mecanismos de depuración y socialización que la situación exigía. Algunos, incluso, abogaban por la toma del poder por parte de una “élite”, con la esperanza de que los soviets (consejos) los seguirían.
El hándicap era que no existían los soviets…como “doble poder”.
Su influencia era paradójica (¿): numéricamente escasa, pero políticamente muy influyente y peligrosa (para Ebert, los Junkers y el capital).
En diciembre, en vista de la evolución de las cosas, se constituirán en Partido Comunista Alemán (KPD): Luxemburgo, Liebknecht…

  • ·         El ejército, desenraizado de media Europa, se acercaba como la “marabunta”…¿Qué hacer con los soldados?

La calle era revolucionaria pero los despachos estaban ocupados por gente de “orden”…La moneda, de momento estaba en el aire…o en la red…como la bolita de “Match Point”.



                                 
A.  Ebert, proyecta un gobierno (“Comité de Comisarios del Pueblo”) compartido con los “Independientes” (en cuyo seno actúan los “espartaquistas”).  Está deseoso de cambiar su democrático sombrero de ala ancha, por la chistera…¡y afeitarse la barba! (entre otros arreglos de su “inarregable” figura.

B.  Los “espartaquistas”, como es natural, no aceptaron, e hicieron circular sus “famosas” seis condiciones…
Y, además, convocaron elecciones (a consejos) urgentes: para el día siguiente: ¡domingo!
La idea era que estos representantes eligieran un “Comité ejecutivo de representantes” y  un “Gobierno Provisional” que empezara el desmantelamiento del aparato imperial y la edificación de las estructuras socialistas.

C  .La reunión de los representantes tendría lugar, el mismo domingo, en el “Circo Busch” (¡¡), de la Friedrichstrasse :  Kerensky  vs. Bolcheviques”…Próximamante en sus pantallas.

Dadá”-alemán, da por concluida la inanidad de Zurich y se incorpora al movimiento revolucionario: En torno a Hülsenbeck: Grosz, Haussmann, Hanna Höch, los hermanos Herzfeld, Otto Dix, el poeta Franz Jung, el “visionario” Johannes Baader… y otros. Su cuartel general  va trasladándose…desde el pionero “Café des Westerns” de la Kurfurstendamm, hasta el “Romanisches Café”, frente a la Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche…pasando por  el “Josty”, de la Postdamer platz.

     
           






TERCERO

Tal día como hoy, del año 1916:

--Toc, toc

--Sí…¿quién es?

--La policía

Trotsky les abre la puerta de su habitación en una popular pensión cercana a la Plaza del Sol de Madrid.

--Tenemos orden de detenerle

--Mi no entendo good

El más bajo junta las muñecas por la parte interior y hace el universal gesto de “ir p’delante” (perdonen vds. el metaplasmo).

--¿English?

--La verdad es que no…aquí mi colega…

--No, yo tampoco…¡estudié francés en el bachillerato!

--Ça va …nous pouvons parler français…

--¡Es que hace tanto tiempo… que ya se m’alvidao!

Hacía dos meses que la conferencia de Zimmerwald había concluido. En plena carnicería mundial, los participantes habían lanzado un llamamiento a la paz “sin anexiones…ni reparaciones” y abogado por el derecho a la “autodeterminación” de los pueblos. Lenin hubiera querido un mensaje más contundente…¡pero ya estaba bien!

El “manifiesto” final fue redactado por Trotsky (menchevique) y había tenido una gran repercusión. Así que el nombre del revolucionario volaba de comisaría en comisaría y de embajada en embajada y se fue convirtiendo en sinónimo de “anarquista y peligroso terrorista”.

 

Hacía unos días que, expulsado de Francia, había entrado a España por Irún. San Sebastián le pareció muy cara. Y se dirigió a Madrid.

El domingo, día cinco, llovió a cántaros y se suspendió la corrida de toros. Pasó la tarde en el hipódromo…la copa la ganó el duque de Toledo y Pastora Imperio estrenaba en el Romea. Ese mismo día “Joselito” dio la vuelta al ruedo en la “Maestranza” de Sevilla. Trotsky se comportó como un turista aplicado e ingenuo. La policía lo reconoció y…

--Toc…toc

--Sí…¿quién es?

--La policía

El diálogo continúa exactamente igual que antes. Lo conducen a la comisaria y, tras siete horas de espera, le dan pasaporte para la Modelo: “Trátenlo bien que es una persona leída y un caballero!”

--Pues, mire vd. señor ¿Tosky?...¿Taky?... tengo yo el gusto de invitarle a una copita de anís.

El bebedor es el alto, que hace, con la mano derecha, el gesto universal de llevarse una copita de anís a la boca.

--Oh, no! no drink…

--Pero, ¡hombre de dios!...que pago yo.


 



                                           
Lo dirigen a una tasca, camino de la Modelo. El alto golpea con los nudillos el mármol de Crevillente:

--¡Pónganos unos machaquitos!...de los antiguos, eh?

--No tenemos otro, señores.

--Al ruso póngaselo doble…que en Siberia hace mucho frío.

Y, así, de esa forma tan campechana, tan española…fue conducido a la cárcel Modelo.

“Rumanía es una España, sin pasado”…¡no está mal la observación del “guiri”!

Si quieren saber los detalles…lean vds. “Mi vida” de Trotsky. Sólo recordarles que estuvo unos días en la Modelo y que desde allí lo dirigieron a Cádiz, de donde sería enviado a La Habana.
En general no se quejó del trato recibido…nada que ver con el inspector Bidet, de la “policía territorial” francesa…que lo espiaba hasta en el váter (¡sobre todo en el váter!)…Años después, detenido en las cárceles soviéticas, tuvieron tiempo de limar diferencias.

Aceptan que se dirija a Nueva York, en lugar de La Habana e, incluso, que se traslade a Barcelona desde donde piensa embarcar, en el “Monserrat” con la familia…Los billetes carísimos y el barco un cascarón…¡pero con pabellón neutral!

Se embarcarán el día de navidad. 



 




Y todo lo dicho hasta ahora ha sido simplemente para introducir lo que sigue:

Trostky menciona un pasajero, supuesto sobrino de O. Wilde, que había boxeado en Barcelona…¡Naturalmente era Cravan!...el estrafalario editor de “Maintenant”…el “retador” de Apollinaire…el desaparecido en el Golfo de Méjico…

                          



El 23 de abril había tenido lugar, en la plaza de toros de la Monumental, el combate de boxeo entre Jack Johnson, excampeón de pesos pesados, escondido en España por violar la ley de trata de blancas y Arthur Cravan (Fabian Lloyd) ansioso por llegar (aunque fuera vivo) a Estados Unidos.  Hasta el sexto asalto se estuvieron contando sus aventuras pero al comienzo del sexto  asalto una combinación  upper-rigt/left-cross” dio con el artista en la lona: “La Gran Estafa”…fue la cabecera más repetida en los periódicos del 26. Cravan devolvió los calzones al campeón, se pagó una clínica de recuperación y, con las sobras, se embarcó en el “Montserrat”…Pero no en Barcelona…¡sino en Cádiz! (pasada la escala de Gibraltar)…¡Lo que son las cosas!

Por si lo dicho fuera poco…

CUARTO

Tal día como hoy, del año 1989, tras una serie de imprecisas intervenciones se “abre” el muro de Berlín y comienza “Die Wende”. Miles de “ossi se emborracharon en los bares de la zona oeste y volvieron a sus casas con los ojos haciéndoles chiribitas. Después vendrían las hipotecas y el paro masivo…¡No digo más!...(porque me enciendo)…


                                                                 

No es “Ostalgie” es rencor, odio…por cómo se hicieron las cosas…Cuando me ataca: me pongo la camiseta del “Unión-Berlin C.F.” y toco mi armónica cromática de 16 celdas… intentando acompañar las canciones de la deliciosa Ina Martell.


 





     









Propuesta para la tarde, la noche y la madrugada de hoy, día 8-9 de noviembre. Munich, 1923. Nadia Stalina.

(Los asteriscos remiten a "efemerísticas razones")


En el ínterin he intentado maniobras de aproximación…¡imposible!...El perro no quiere armisticios y está decidido a acabar con todo el mobiliario. Llamo por teléfono a su legítimo dueño y le ruego…¡por dios! (¿) que aparte de mí este cáliz. Me promete que ¡mañana! se hará cargo del meteoro…Espero deseperao la “desperración”.

El año 1923, el día 8 de noviembre también cayó en viernes. Todo un fin de semana por delante. En Berlín llovía…en Múnich, no lo sé. Peter Ellis hablaba de sus inversiones con  los Waldstein. El taxi de la mañana le había costado 4.000 millones de marcos y el de la noche le costaría 5.000 millones; por suerte acababan (¡pero ya mismo!) de sacar el billete de mil millones…así que con 5 tuvo bastante.





En cuatro líneas (que se han convertido en catorce):
 
Los franceses han ocupado el Rurh. Ebert (y Stresemann) declaran la “resistencia pasiva” que no da el resultado esperado. Se declara el “estado de emergencia” y se traslada todo el poder al ejército. Baviera, a la suya, declara su propio “estado de emergencia”…sueña con una independencia de Berlín y  poner al estado bajo la dinastía de los Wittelsbach (¡nada que ver con los “witels”!). Por otra parte el partido nazi ha ganado la hegemonía en la extrema derecha y pretende colgar por las pelotas a los de la “puñalada por la espalda”… y adornar los tilos de Berlín, antes de navidad. Nada de independencia…¡al contrario!...¡conquistaremos Berlín! (…antes que Mannhatan). Las cosas andan muy, que muy revueltas…¡Mañana arreglaremos cuentas con Lunendorff!

Hitler, que ya conoce la cárcel por los hechos de 1921, se ha reincorporado al ejército como espía-chivato…y, después, como instructor y constructor de coartadas. Ha conseguido el liderazgo del partido (deja el ejército) e imprime su sello personal. En torno a él: Lunendorff, Göring, Röhm…y toda la bestial purria del ejército desmovilizado.

Bueno, pues el día 8 por la tarde-noche, el “triunvirato” (gobierno, ejército y policía) de Munich y cientos de invitados se encuentran comiendo salchichas y bebiendo cerveza en la grandiosa cervecería “Bürgerbräukeller” (en Rosenheimerstrasse, al otro lado del Isar… entre el Hotel Hilton y el “Centro Cultural Gasteig”) capaz de albergar a 1500 bebedores.

Digo yo que, o no tenían intención de pagar o cada cual llevaría un motocarro para transportar el coste de sus consumiciones….¡No hablemos de pagar una ronda!

La cervecería no existe: no resistió el atentado del 39, cuando el carpintero y campesino suabo, George Elser hizo estallar una bomba de fabricación casera en la cervecería donde Hitler había tomado la costumbre de celebrar el 8 de noviembre. Hitler había salido minutos antes. El desafortunado autor murió en Dachau en el 45, días antes del suicido (¿) del Führer y cía.





Pueden vds. tomar un tentempié en la cafetería del centro cultural y aprovechar estas fechas para visitar una especie de “Feria del libro” que durará hasta el veintitantos.

¡Ahora es el momento de la verdad!...doy unas palmadas y el comedor se inunda de perfume de cadera de ángel, los folios tiemblan de puro amor… incluso las inexistentes cortinas vibran emocionadas por el feliz reencuentro: mis “Ángeles Custodios” se materializan:

--Hola, amor nuestro… ¿A qué, después de tanto tiempo, esta solicitud?

--Una vieja amiga me impone una salida terapéutica.

--¿Adónde…si puede saberse?

--¡A Munich!...Me apetece un Löwenbraun “in situ”.

--¿El “chucho” también viaja?

--Dejémoslo que acabe con todo el maderamen del edificio.

Levitación santífica, virginal asunción, vuelo de espora y aterrizaje de pétalo de crisantemo: Rosenheimerstrasse en la misma puerta del “Centro Cultural Gasteig”…Durante el viaje me arrullan con  las “Tres Corales” de César Frank*, ahí echó el resto, antes de la “Fuga” definitiva…

¡Las cinco en punto de la tarde!                   




              
--¡Aire!
 
--¡Adiós, amor nuestro!

--¡a las doce os quiero aquí!

--¡Qué poco tiempo para perder las formas!...

Se desvanecen euridicianamente…y un sutil (más que Duns Scoto*) aroma de violetas ocupa el espacio.

Y yo me doy cuenta de que he venido con lo puesto: del veranillo de san Martín al frío de san Severo*. Ni bufanda, ni chubasquero (rodolí), ni gorro-Ignatius (la rusa la perdí en Leningrado)… y ni una muda, por si acaso (rodolí en asonante).

Entro al Gasteig y sigo las indicaciones, procurando no acabar en la feria del libro, en una exposición de cuadros o en un concierto infantil. Ocupo una mesa que da a la terraza interior; se acerca el camarero:

--“Und weil der mensch ein mensch ist, will er was zu essen”

--¡!!!!!!!!¡

Es una frase que recuerdo de Brecht y que viene al pelo: “Y puesto que el ser humano es un ser humano, quiere algo de comer”

--Muy proverbial y leído cliente…¿Qué desea exactamente? (rodolí en consonante)

--Una botella de Mosela y una salchicha de Frankfurt

--Wir sind in München, Herr.........  (¿Cómo sabrá mi apellido:Herr(ero)?)       
   
--Pues…una botella de Mosela y una salchicha ¡¡de Munich!!

--¡Qué poco tiempo para perder las formas!

--¡¡……¡y mostaza ¡¡de Dijon!! (¡!)…

Ese año no había habido “Octoberfest” así que la gente andaba deseosos de pimplar sin cortapisas y con ganas de jarana. Todos perdieron rápidamente las formas. Cuando Kahr, el triunviro anfitrión, se dispuso a echar el discurso de rigor, la rechifla fue general (e involuntaria…”inercial”, se podría decir). Se bailaban polkas encima de las mesas, se meaba por los rincones (y se secaban en las cortinas), se usaban las salchichas de forma deshonesta, se vomitaba, y, sobre todo, se maldecía a los “soviéticos”, recién fusilados. La fiesta, en cierta manera, era de celebración por los éxitos cosechados y por la disolución del peligro “bolchevique”.

En esto que irrumpe en la sala Hitler (viejo conocido), Göring y un escuadrón de la recientemente formada S.A. tocado con cascos de acero y armado: cruces gamadas y calaveras con tibias cruzadas, rubricando. Algunos escuadrones más se habían distribuido por la ciudad en plan estratégico.

--¡Al suelo!...¡Todos al suelo!

A más de uno se le agriaría de golpe la cerveza y la mostaza…¡Hasta que se dieron cuenta de qué se trataba!

Hitler se subió a una mesa, disparó al techo… el tenue polvillo de la escayola se mezcló con el champán de las copas (y añadió algunos años a los concurrentes). Las S.A. montaron una ametralladora en el vestíbulo. Encendieron cigarrillos austríacos y se pusieron a discutir sobre los partidos del fin de semana: ese año, como el anterior la liga la ganaría el “Hamburgo SV”…¡esos rojos de mierda!...lo del Bayern es MUY posterior (aunque se fundara en 1900). Ahora es el momento: La “Paulaner” se quedó con la cervecería de marras.






          
--Kellner!...¡un carajillo! Y de postre: una copita de “Eiswein” de aquí…de la contorná.
 
--¿?

--Bueno pues…un café y un copuzo de Mike Jager…master jager…¡ese del ciervo!

--Enseguida,  ¡señor!

--¿?

Mientras tanto en el ministerio de Hacienda se hablaba de un exótico “marco-centeno”, cuyo valor estaría respaldado por las cosechas de ese cereal o algo parecido. Finalmente se propuso el Rentenmark, sostenido por la hipoteca sobre el valor de toda Alemania…¡Absurdo!...pero como la cosa es cuestión de confianza (si no fuera así, no existiría el dinero financiero), la cosa funcionaría. 
Si estuviéramos en el 23, la fiesta me hubiera costado, como mínimo 20.000.000.000 de marcos. Un dólar llegó a cotizarse, el 20 de noviembre a 4’ 2 billones de marcos (en el mercado negro se llegó a los 10 billones). El Rentenmark tachó 12 ceros. Debería haber salido de casa como cuando coges el avión de “Ryan Air”: embutido en capas y capas (de papel moneda).

Bueno, a lo que iba. Hitler y Göring metieron al triunvirato en una habitación a la espera del cada vez más siniestro Ludendorff. Llegó y se acordó el plan: tendremos monarquía y, además marcharemos sobre Berlín…¡como petimetres italianos!
Salieron y dieron la buena nueva: “Deutchland über alles” y” ¡A Berlín!”. La fiesta continuó hasta el amanecer.
Hitler fue requerido porque ni el ejército ni la policía territorial se plegaban a sus deseos. Aprovechando su ausencia, el triunvirato decidió que también tenía que ausentarse. Las S.A. dejaron su tema:

--¡De aquí no sale ni dios!

--Pero es que…

--No hay “es que” que valga.

Hablaron con Ludendorff y, entre caballeros se arregló la cosa: “Si no te puedes fiar de la palabra de un oficial alemán ¿de qué te puedes fiar en este mundo?”. El trío había dado su palabra de honor que volvería:

Uno, sacó al ejército a la calle.
Otro, a la policía.
Y el anfitrión, trasladó el gobierno a Regensburg.

(Amaneció el día 9 de noviembre).

Y hubo un imprevisto: los cadetes (¡siempre igual con estos niñatos!) se unieron a Röhm que había ocupado el Ministerio de Guerra de la Odeonplatz…¡Ya tenemos un “poblema”!
El ejército y la policía cierran los puentes sobre el Isar y construyen barricadas alrededor de la Odeonplatz. Röhm está aislado.

La gente sale a la calle enarbolando esvásticas. Se grita contra los judíos y “su” inflación. La multitud ocupa los espacios entre el Isar y la cervecería y apuestan sobre el inmediato futuro: ¿disparará el ejército?...¿Será capaz Ebert de meter a todos en la cárcel






                 
Esto se pone emocionante: ¡una frasca de “Jägermaster”!... (¡por fin!)

Las S.A. consiguen cruzar un puente y marchan hacia lo de Röhm…(la policía llevaba armas descargadas). Y yo pago y me dirijo, a cuerpo gentil, hacia el escenario de los hechos: Ludwigsbrücke, Zweibrükenstrasse y los “Ring”…hasta el Hofgarten. Detrás está la plaza, con su “Feldhernhalle” y el “Tambosi” de la Anastasi Haus. Tomo asiento…sillas de madera y mesitas como de recibidor familiar. Ramitos de violeta, carta de precios, cenicero…¡Oiga!...¡Aquí no cabe el vaso de” Korn”!

La marcha la encabeza Hitler, Göring y Ludendorff: Marciales, “pasodobleando”, sabiéndose el epicentro de la historia (provinciana). Fue llegar a la plaza y allí no valió ni Ludendorff ni la madre que lo parió…¡No disparen que soy Ludendorff!...Acabó de declamar y el primer tiro puso el punto final a la frase. Se armó la de san Quintín. Los, poco antes, enfáticos marchantes se disolvieron euridicianamente (¿euridicicamente?...habrá que aclararlo). Algunos murieron. Hitler se dislocó un hombro (más vidas que un gato) y huyó en un coche preparado “ex profeso”; Göring fue herido en el estómago y huyó como pudo. Ludendorff fue invitado a tomar algo en la comisaría de distrito.

A los dos días encontraron a Hitler en pijama en casa de un “camarada”. Se le juzgó y la segura pena de muerte, se transmutó en 5 años, de los que cumplió 8 meses…(¡y estaba con la “provisional”!)…eso es lo que se llama justicia de clase. Mientras tanto seguían fusilando a los rezagados de mayo.

En Berlín Ebert y Stresemann habían tomado medidas…¡Ya no hacían falta carniceros!

Así acabó el llamado “putsch de Munich” …y empezó al auge de la extrema derecha nazi. Ya lo decía Benjamín: cualquier triunfo del fascismo es signo de una derrota de la revolución.



                                      
Pues, la verdad, yo tengo el cuerpo golfo…¡y sin ropa interior! Antes de que cierren me acerco tranquilamente al “Karlstad” de la plaza de la estación y me hago con un surtido de calzoncillos: tres por 5 euros (blanco, gris y a manchas inciertas); con una zamarra (planta de oportunidades) por 20 euros y con una botella de aguardiente de trigo (“doublekorn”).  Salgo a la plaza, abrigado,  y en un bar de la estación me pongo las tres piezas y tiro el usado a la  cisterna. Es como cuando nos sobraba algún “cóctel molotov”: “Precaución: calzoncillo en la cisterna”.

Parezco un barrendero…con este” tres cuartos” y la botella en el bolsillo.





                                                                              
Unas palmaditas y el aire remolinea…un perfume familiar de cuello de ángel se extiende por la plaza. Los perros aúllan y sus dueños elevan las cabezas en busca de la causa eficiente. Todos menean la cola de puro contento.

--Aquí nos tienes, querido nuestro…¿y ahora?

--Pues…¿qué os parecería…Moscú?

--Tus deseos son órdenes para nosotras.

--¡Echad un traguito!

--No nos tientes (habla Aurora, la hija del barrendero)…¡la carne es débil!

--¿?

Desde el centro de la plaza  me elevo, cual Isaías (el fuego va por dentro): la injusticia social es repugnante a los ojos el Señor. La justicia perfecta, ¡oh, muniqueses! sólo se logrará tras la llegada de la revolución. Acaban de apagar las luces del Karstad…¡por poco!  (la última frase la digo para mí y mis “Ángeles Custodios de la calle del Corno”).

Por entre las nubes, a intervalos, se ven las luces de centro-europa.
Sobrevolamos Moscú:

--¡Demos una vuelta por sobre el “Estanque (pues sólo queda uno) del Patriarca”…(inevitable pensar en el “Mefistófeles” que he dejado en casa).

--¡Hecho!...¿Y ahora?

--¡¡al Kremlin!!





Tomamos tierra…”a través de las ramas de un arce se ve la media luna en el cielo limpio de la noche. Las manchas de luz que filtran los tilos y las acacias dibujan figuras complicadas. La ventana de tres hojas, abierta, pero con la cortina echada, brilla con rabiosa luz eléctrica”.
 
Es allí donde quiero entrar: el segundo piso del “Palacio Amarillo” (“Palacio de la Caballería Roja”)…al apartamento de Voroshilov y Ekaterina.

--¡Sin problemas!

--¡Ya os llamaré!

Batir de alas…rumor de hojas…ligero eclipse de luna.

La sala amplia y acogedora está preparada para un festorro. Las luces, lucean; la calefacción, calefacciona…el parqué brilla… y un ligero escalofrío recorre la piel crujiente del cordero sacrificado.

Desde las siete de la tarde, en su apartamento del Palacio de Poteshni, Nadia “Stalina”, se prueba el vestido que su hermano Pavel acaba de traerle (entre otras cosas) de Berlín: negro, con unas hermosas rosas rojas bordadas en la pechera. Una cenefa de rosas delimita la prenda. Se gusta…y decide un peinado a la moda…¡fuera el moño! Y como colofón, se clava en el pelo negro una rosa de té, roja como la sangre. ¡Un día es un día!...Nadia está realmente (¿) (¿dictatorialmente? ¿soviéticamente?) hermosa. Ella…¡que nunca se ha distinguido por su belleza!...se calza unos zapatos de tacón y, a trompicones, cruza la calle y entra en el apartamento de Vashilov y Ekaterina.





 Allí esperan Stalin, Molotov, Kuibishev, Kaganovich, el mostachudo Budionni, Mikoyan, Kalinin, el “tío Abel” Yenukidze, Yegorov, Bujarín y las respectivas (si las hubiere). Sobre la mesa entremeses rusos, ollas de humeante borsch escarlata, aves rellenas y el cordero mentado. Vinos de Georgia, garrafas de vodka y gaseosa “La casera”.

El día anterior celebraron oficialmente el 15 aniversario de la victoria de Octubre. Hoy, día 8 de noviembre toca la celebración íntima y salvaje.

--Alguien puede cerrar la ventana…¡pozhaluysta!

--¿Quién la ha abierto?

Voy armado con el anillo de Giges: yo y mi atuendo somos invisibles. Tomo una copa de vodka de la mesa, cuidando de cubrirla con el invisible “tres cuartos”.

Al “Vozhd” es una especie de carnero del Cáucaso: bajo y cuadrado como la cómoda de mi abuela. Anda con las puntas de los pies hacia dentro (todo un reto para los actores, que andan así cuando personifican al zar Iván); “ojos de miel” (¿dónde he visto yo esos ojos?); un brazo más corto que otro..¡que ya es decir!...y un bigote como brocha de calafatear.

Empiezan el gradiente de típicas bromas bolcheviques: Tirarse bolitas de pan, vasos de aguardiente por la cabeza, tiros a los pies o avasallar a la mujer del mejor amigo.

--¡A los campesinos los voy a espetar por docenas!

--A los “poetas” los purgaré como a caracoles y los pondré a la “llauna”.

--A los “troskistas” les romperé el espinazo… ¿Qué te parece Yegorova? (que está como un tren).

-- ¡AAAyyyyy...si pillara a Bunin *!

Bujarín traga con dificultad el esturión ahumado (con pepinillo) que acaba de meterse en la boca…

¡Es un cielo este Bujarinito!







Nadia sufre (en realidad era depresiva nata) en silencio las insolencias y flirteos de su marido (diagnosticado paranoico). Se siente (creo) ridícula con todas las añadiduras ajenas a su clase. Se acerca a la ventana, donde yo me encuentro, mira la media luna y suspira…¡tiene “pitos”!...Vuelve a la mesa, coge una botella de vodka y se la amorra. Pide música folklórica de Georgia y baila con el “Tío Abel”. El “Tío Abel” le hace el “paso del indio”. Stalin aprovecha para meter una costilla de cordero por la pechuga de  la Yegorova. La saca y se la come fijando sus “ojos de miel” en los pechos de gacela de la CAMArada.

--Y ahora brindemos por la eliminación de…etc…etc…

--¡Un momento! dice Molotov*…¡Yo prepararé los cócteles!

--No te olvides de poner limones (amargos. L.Durrell*)”.

Stalin tenía pasión por el cultivo de ese cítrico.
Nadia, ofendida (o prendada de “tío Abel”) no levantó la copa.

--¡Eh,tú!...¿por qué no brindas?

--A mí no me llames: ¡eh, tú!

Y dando traspiés, por los zapatones y el vodka, salió de la sala. Paulina la acompañó. Sobre el brillante parqué quedó la rosa de té y alguna rosa de la cenefa del vestido.

Embozado, cojo la copa de Nadia y me la pimplo.

--¡Es idiota!

--Sí, sí…¡Nadia es idiota! (a coro).

La fiesta da un bajón. El de la balalaika toca el tema de amor del doctor Zhivago. Stalin le arranca la cimitarra y se la estrella en la cabeza.

--A Pasternack…¡ni mentarlo!

Budionni, que se mantiene entero, quiere seguirla. Kaganovich, ¡desgracia de nombre!, corre hacia el reservado. Es conocida su absoluta incapacidad para el baile. Allí el único bailarín es Mikoian. La reunión se disuelve euridicianamente. Stalin ha quedado con alguien en su dacha de Zubalovo.

 Los anfitriones se retiran.

Aprovecho y sorbo la sopa de verduras. Cojo una espalda de cordero y dos botellas, para el viaje.
Palmadas y mis Ángeles acuden presurosos.

--¡A casa!...aquí está el pescado vendido.

--De mil amores.

Temor y Temblor me recorren el espinazo…Cuando abro la puerta de mi casa veo un montón de leña, como una hoguera de san Juan, y al perro ocupado con la electrónica:

--¡¡Bicho!!...el ordenador no, ¡por dios!

Le arrojo el omoplato del rumiante y abandona los bafles Vieta del 75.

No me importa ni el tiempo ni el espacio…ni el universo-mundo…¡que venga su legítimo dueño y se lleve a esta bestia!...Al cabo de una hora (las seis de la mañana del 9 de noviembre) se llevan a la hiena.

Cuando por la mañana fueron a despertar a Nadia, la encontraron muerta. Se había descerrajado un tiro en la cabeza. La sangre ocupaba el sitio de la intensa rosa de té. A su lado una pequeña “máuser”, regalo de su hermano Pavel.





  ...Y en la mesilla de noche un inexistente ramito de violetas, como siempre, sin tarjeta.*
























RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...