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viernes, 3 de enero de 2014

Propuesta para la tarde de hoy, día 3 de enero. Torre del Bierzo. Sor Lucía. Se cita a Nietszche y a otros.


Asteriscos * remiten a Razones Efemerísticas.
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Cuando mis Àngeles, a la del ángelus, descienden sobre el pórtico de saint Etienne, algunos selfistas, los más atrevidos y, naturalmente, más idiotas, se acercan, al cuarteto, con los pelos agitados, para dejar constancia del acontecimiento y probar así que ellos estaban allí en el instante en que se producía el milagro. Al revisar las instantáneas para elegir las más primorosas, ven, con estupor, que mis aladas acompañantes no se reflejan en sus móviles y que ellos parecen locos a punto de ser trasladados a Bélgica.


He dado las gracias al amable camarero de los caracoles y me he subido en la silleta de la reina.

-Abrígate, amor nuestro, ¡hace un frío que pela!- Chiara.
-¿Adónde nos dirigimos?-Bianca.
- De momento hacia arriba.- yo.

Y un rumor de alas, y un perfume de cabello de ángel, y una brisa marinera... recorren la explanada y se introducen en el Panteón y a punto está de resucitar a los ilustres muertos. Pascal y Racine se han girado sobre el costado izquierdo... dispuestos a dejar pasar nuevos siglos. Desde las alturas veo al camarero indicándome que me he dejado un caracol.



Seguimos, por así decir, el camino francés y entramos por Roscenvalles en compañía de Carosone*... Sobrevolamos las casi abandonadas cuencas mineras del Bierzo y a la altura de Torre del Bierzo mando parar.

-¡Cuidado, que por aquí hay mucha escopeta desocupada y os podrían confundir con perdices rojas!
-¡¡Con faisanes!!- Aurora.
-¡¡¡Con aves del Paraíso!!!- Milena.
-¡¡¡¡Con pájaros!!!!- yo


Aterrizo como puedo sobre el puente romano de la localidad berciana. La gente se amontona a ambos extremos. Visten como Hillary en busca del polo*. Es evidente que Torre del Bierzo ha encontrado una salida a su desgracia. Me planto ante el bar Pepe como Kaspar Hauser. Me miran como se miraría a un aparecido y es que, en efecto, acabo de aparecer, con bufanda de siete leguas, gorro orejero y chubasquero. Con temor reverencial, Pepe, me acomoda en un rinconcito donde, asegura, el sol está asegurado. A mis pies se forma un charco. Como siguiendo órdenes del altísimo, me saca una frasca de vino del terruño y un órgano que parece desperdicio de un ejercicio de taxidermia. Un bazo humeante, cosido con un cordelejo y acompañado de berzas. Pretende que me lo coma.

-¡Atafárrese Ud. bien, que hace un frío que pela! Si desea algo más, silbe.

El cliente de la derecha, a quien creía muerto, tal era su estampa, señala al cadáver: ¡Botillo! Se llama botillo. Coma, coma Ud. El dedo atraviesa la espesa fumarola, como una lanza amarilla de nicotina.


La pieza parece la médula negra de un túnel negro. Una veta gruesa de carbón. No he acabado de perfilar la imagen, cuando el sociable cliente se levanta, catapultado, y amenazándome con el dedo índice de la diestra, gordo y negro (el siniestro es, como he dicho, azafranado) como un botillo:

¡Es Ud. un desagradecido! ¡Y un librepensador! ¡Aparece por aquí como caído del cielo y se pone a pensar en lo que le da la gana! ¿No sabe Ud. que AQUÍ no se puede pensar en ciertas cosas?

- Pero...

- Ni pero, ni hostias. Aquí a quien nos re-cuerde (re-cordis: volver a pasar por el corazón) lo del túnel lo excomulgamos y lo arrastramos al río Tremor (y Temblor). Y aprovecha la indignación para largarse sin pagar.

-Landelino es así. Cuando cobra la pensión, paga.- El camarero ha salido al quite y se sienta a mi vera. Voy a asistir a otra camareril disertación, me digo- sería más o menos esta hora, del día 3 del año 1944...- y no me equivoco -... cuando el tren correo que hacía la ruta entre Madrid, Palencia y La Coruña... Navidades... Año Compostelano... Astorga... Retraso... Dudas... Bembibre... una carbonera... una locomotora que maniobraba... dentro del túnel, el infierno...sin frenos, oiga, sin frenos... bajaba el puerto como una bala... no paró ni en el apeadero de Albares... Sospechas... al de la locomotra que maniobraba le cayó un vagón encima... tres días ardiendo... Landelino estaba en Rusia... se fueron muchos y volvieron pocos.

Y así, entre dato y dato, fue dando buena cuenta del botillo. El túnel nº 20, a la salida de la estación de la Torre, ya no existe: Ha sido convertido en trinchera. Fue registrado en el libro Guines, hasta que otra catástrofe de más envergadura (?) se alzó con la distinción. Franco (y su recua), como no pudo ocultar el hecho, redujo al mínimo las consecuencias y eliminó las causas. La gloria de la muerte sólo se la llevaron los ¿dos? jugadores: 

En el reciente accidente ferroviario, un modesto equipo de fútbol, el españolísimo Betanzos, viajaba con su conjunto completo para cumplir uno de los compromisos obligados del campeonato de Tercera División. El suceso del que oportunamente dimos cuenta en estas columnas ha tenido para el equipo galaico muy graves consecuencias: dos jugadores muertos y varios heridos”

Landelino hubiera descrito la situación como un botillo gigantesco. ¡Ni pensarlo!

Recuerdan el Yak-42... ¡Peor! Las víctimas, milagrosamente, fueron, después de muertos, uno y trino (o más).

      


Miren Uds., la vía mentada se acababa de construir en el momento en que Verger hundía el sacabuche en el botillo del arzobispo, y Borges, como se ha dicho, tramaba los detalles del "tema del héroe y el traidor" que recibía, como medium, de la misma boca del guionista primigenio. En el No-Do del día los españoles pudieron meditar sobre la inteligencia de los perros de la infanteria americana; vomitar ante la enésima vez que Hitler se dirigía a los veteranos de Munich que, rezumando cerveza, seguían de memoria la intervención; asombrarse ante la corpulencia del "Periquito" alemán (aquí he de decir que los giros de ese gigante del aire eran amenizados por el conocido pasaje de las Walkirias, lo digo pensando en aquellos que aún siguen poniendo en duda la creatividad patria); y lo que es peor, contemplar cómo una Julieta, más parecida a la Celestina que a la adolescente de Verona, daba la réplica a un Romeo, de la quinta de Landelino. Y, por último, lamentarse de que el gordo hubiera caído ¡otra vez! en Doña Manolita. Nadie llevaba el 34545. A varios le devolvieron el dinero.  

2

Sobre las cuatro de la tarde del ese mismo fatídico día, el fulgor y el estruendo... y también el olor a chamusquina, llegó a la capilla de las hermanas Doroteas de Tuy, en Pontevedra. Allí estaba Sor Lucía, la pastorcita, tan parecía a mi tía María la que murió centenaria tras décadas de una apoplegía que calificaron de terminal al dia siguiente de desencadenars; pasó veinte años mirando el cielo (raso) de la habitación en un convento de Caudete. Cuando definitivamente murió tenía toda la cara blanca del polvillo de la escayola. Era como una mascarilla mortuoria.


Pues, eso. Allí estaba sor Lucía (o la impostora, no importa) rezando el rosario, como siempre. Con tantas apariciones (pues hay que añadir a las tres del 1917, las dos, Pontevedra y Tuy, de los años veinte) tenía la cabeza deteriorada. En las pausas correspondientes a cada uno de los misterios las dudas la carcomían: ¿Cómo es posible que, con tanta intervención divina, Rusia siga empecinada en su senda y, no sólo eso, sino que avance victoriosa, hacia Polonia? ¿Acaso no la hemos consagrado al dulce corazón de María? Y en esas estaba cuando:

Sentí el espíritu inundado por un misterio de luz que es Dios y en Él vi y oí: la punta de la lanza como llama que se desprende, toca el eje de la Tierra. Ella se estremece: montañas, ciudades, villas y aldeas con sus habitantes son sepultadas. El mar, los ríos y las nubes salen de sus límites, desbordándose, inundando y arrastrando en un remolino, casas y gente en un número que no se puede contar, es la purificación del mundo, por el pecado en el cual está inmerso. – ¡El odio, la ambición, provocan la guerra destructora!"



No es que el accidente de la Torre fuera menor, pero confundirlo y generalizarlo de forma tan extravagante, denota desajuste mental. Pues si se refería a la guerra en curso no hacían falta dones proféticos especiales. La destrucción era total y universal. Por otra parte mucho habria que decir sobre la "punta de la lanza como llama" tocando "el eje de la tierra".

No sólo la tierra se estremeció. También la monja. Y fue conminada a revelar los secretos que aún no habían sido revelados... (¡el tercer secreto de Fátima!) y lo dejó escrito (completado por sus seguidoras años más tarde). 



Los escritos llegaron a Roma y todos los Papas los fueron leyendo y uno tras otro se ejercitaron en la hermenéutica y los tradujeron en nuevos mandamientos. Fácil: ¡Arrepentíos!... ¡Combatir el comunismo!... ¡No desearás el aborto!... ¡No te divorciarás!... ¡No desearás un convenios colectivo adecuado!... ¡No aspirarás a una pensión de vejez!... ¡No lucharás por los servicios públicos!... ¡No llevarás vestidos por encima de la rodilla!... ¡No propondrás energías alternativas!... ¡No pedirás unos impuestos progresivos!... ¡No darás ni agua a los maricones ni a los marimachos!... ¡Sí a las armas!... ¡Sí a la limosna!.. ¡No a los salarios dignos!... ¡Sí a la pederastia!... ¡No a los judíos!... ... ... ... Todos estos mandamientos (y más) se cierran en uno: ¡No al mundo, al demonio y a la carne! (que, como ven Uds. también es uno y trino)

El roce de la lanza ardiente la dejó exhausta. Su confesor tuvo que sacársela. Y fue entonces cuando re-cordó a sus amiguitos Jacinta y Paquico, muertos antes de comenzar la década de los veinte del siglo XX. Su vida (o la de la impostora, no importa) acabó el ¡¡2005!!, un día 13 como era de esperar, a punto de cumplir la edad de mi tía María. Al año siguiente, para conmemorar su muerte y dar así pábulo a la grandeza siniestra de sus profecías, los americanos arrasaron Dresde....
 

En el plato han quedado restos extraños.





“Mi público aún no ha nacido” (¿Nietzsche, Mahler, yo?). Creo que tras el desvelamiento de los mensajes de Fátima, el público está hecho a todo y si no ha nacido aún ya no nacerá nunca. Se sobrevalora al público sin tener en cuenta que es un conjunto de gente como nosotros. El público inteligente no nacerá nunca. Es una contradiccio in terminis o un oxímoron. Sea como fuere. Tal día como hoy del año 1889, Dióniso está en Turín; si estuviera en París lo hubieran trasladado, de urgencia, a Bélgica… Pero estaba en Turín creyéndose Isolda.

Como Zarathustra, y como tantos otros atacados de delirium, se creía rodeado de animales: su único público posible. La historia del perrito (contada por su hermana Elisabeth)  es inverosímil, pero su acto raskolnikoviano es un hito: Un bofetón a los restos de Descartes (en Saint Germain des Prés) y, ya puestos, a toda la metafísica occidental. El pobre caballo seguiría su desgraciada vida (Bela Tarr): Nietzsche empezó su muerte en vida.

Y quizás el caballo deviniera rumiante.

Y quizás Nietzsche abandonara el calor de establo propio del estado de  crisálida.

Un perrito y un caballo derrengado, no son un águila ni un león… pero no son humanos, demasiado humanos.

“Yo no siembro los caballos”, decía.

 

*****         *****         *****

“Apoyando mis brazos en el puente,

Estaba de pie en la noche oscura cuando vino hacia mí un cantar lejano: gotas de oro caían en la cara temblorosa del agua,

Luces, músicas, góndolas,

Flotaban en la ebriedad de la noche…

Pero ¿alguien puede escucharla.”

 

Desde luego no Van Gogh, que acababa de regalar su pabellón auditivo.


 

                                                        Ecce homo.


 
 
 
Ah! volvía a olvidárseme los huevos del caballo de Pavía.













Propuesta para la mañana del día 3 de enero. Sibour y varios. "El traidor y el héroe".

asteriscos* remiten a Razones efemerísticas.
 
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París. Mal tiene que estar la cosa, mucho peor de lo que dicen, para que la explanada de San Esteban y los alrededrores del Panteón, pese al frío, estén a parir de idiotas que se hacen selfis, y el Gaudemus y la Damme Blanche, vacíos. O bien, son anticonsumistas convencidos, o no tienen un duro; puede, también, que vayan servidos o, incluso... ¡que sean abstemios! Las tres primeras suposiciones son absurdas. La cuarta, tiene un alto grado de probabilidad.

"Era un chico american, americano..."*




Tomo asiento en el Gaudeamus. Pido un cuartillo de calvados y me relajo, dispuesto a alegrarme, a regocijarme profundamente, con la desgracia ajena. A veces, como Uds. saben, la desgracia ajena es una bendición de dios (?). Aunque el desgraciado sea uno de sus ministros, sobre todo si es uno de sus ministros. Les tengo poca compasión. La misma que ellos han tenido con nosotros. Vamos, naturalmente, hay excepciones: ¿Qué me dicen del Padre Damián*? Sería uno de los justos por los que dios (?) no destruiría la Bélgica de Leopoldo a sangre y fuego. Decirles que fue uno de mis héroes de infancia. Uno de aquellos que me arrastraba por la senda del sacrificio.

Fueron incontables las tardes de los viernes que los curas nos ponían la película en una superocho. Era, podría decirse, como si quisieran contagiarnos la lepra. La máquina, en su maquinal discurrir, lanzaba al aire una salmodia en la que reconocíamos el nombre de la heroina de Zaragoza: Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón. El programa se completaba con otra formidable película: La mies es mucha. Si Damián había escogido Hawai (mientras Gauguin pintaba el Cristo Amarillo y meditaba seriamente en retirarse al otro extremo del Pacífico), el padre Santiago tomó rumbo a la India. Aquí no quedó ni dios (?). Nosotros estábamos llamados a ser el relevo, aunque llegáramos enfermos terminales.

Pues eso. Aquí estamos, en París. Cuando vean Uds. que han cogido el puntito con el calvados, levántense con cuidado y diríjanse a la Iglesia de Saint Étienne-du-Mont, de incierta fachada. Nacida dentro de la desaparecida Iglesia de santa Genoveva como capilla de la Abadía del mismo nombre, ha sobrevivido a sus progenitores.



Ahí estarán con los preparativos de la novena post-Santa Genoveva, patrona de París, pero no se asusten; siempre habrá un guía dispuesto (¡pagando, oigan, pagando!) a enseñarles el cofrecito con la repulsiva víscera cordis de Sibour, infecto arzobispo de París (como todos los de su especie) que, tal día como hoy, del año 1857, vio como, por un quitame allá estas pajas, un cura, harto, precisamente, de pajas y deseoso de acabar con el celibato, atravesó su corazón. Perteneció Sibour a lo peor de esa casta oscura y, en general, pedófila: al subconjunto infame de los "arzobispos de París". Nombrado senador por Napoleón III, se lo agradeció imponiéndole, al año siguiente, el amargo sacramento del matrimonio. Había declarado "santa" la guerra de Crimea. Fundó una especie de "Legión Infantil" que seguramente acabaría como la "Legión de Cristo" de Marcial Maciel*, aunque no saliera a la luz pública, que, por cierto, era escasa y trémula. Madame Bovary acababa de ser publicada en "fascículos" y Las Flores del Mal esperaban la llegada de la primavera.


Pensando en la curia, quizás, un alemán espabilado, inventa, ese mismo invierno. la salchicha "Weisswurst". ¡Menos da una piedra!

Reflexionen Uds.: Si el tal Sibour no hubiera estado emperrado con lo del dogma de la Inmaculada Concepción y con la necesidad y utilidad del celibato eclesiástico, no hubiera aparecido Verger con su navaja y, en consecuencia, no estarían Uds. contemplando esta acumulación de despojos. Fue necesaria la puesta en marcha de esa relación dialéctica entre el ejecutor y la víctima. Sobre el tema del traidor y del héroe hay mucho que decir (y que callar).

Verger, que había sido desposeido de sus dones taumatúrgicos, esperó al jerarca a la entrada del coro alto, la joya más preciada del recinto, y cuando lo tuvo a su alcance, y al grito de "Voglio una donna!" se le abalanzó con el cuchillo por delante. Pascal y Racine se despertaron y giraron, molestos, sus restos sobre el costado izquierdo, tras décadas de descansar sobre su costado derecho. Sara Bernhardt, que en una ocasión, siendo una niña, había sido felicitada por Sibour, dijo entonces "haber sentido que también le herían a ella...que me habían quitado mi pequeña gloria". Bah! Cosas de artistas...
¡Bravo por el valeroso soldadoVerger!*




Lo del sepulcro de Santa Genoveva es un fraude. En realidad es una losa que encontraron tras la destruccion del 1791. Santa Genoveva ardió en la tétrica Place de la Grève. Sus cenizas volaron. Las de Descartes, pudieron ser rescatadas, dicen, y se conservan, dicen, en Saint Germain des Près.

Toda la cristiandad está llena de pútridas reliquias. Sin ir más lejos, en mi pueblo se conserva un manojo de pelos, que, dicen, fueron arrancados de los cuartos traseros de "Lucero", bisnieto del burro de Pedro el ermitaño, lider de la cruzada de los campesinos. Cada año hay que fumigarlos con Zotal. Y en un pueblo vecino, dicen, conservan un trozo de la cruz en la que se consumó el misterio de la redención. Es un verdadero nido de carcoma. Todo un problema.

2
"Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así."



Y nos lanza una pelotita más densa que el mercurio. Una hiedra de indicios y presagios más intricada que la de piedra que adorna la subida al coro mayor de Saint Étienne. El "Tema del traidor y del héroe", uno de los relatos más cortos de Borges es, asimismo, de los más abarrotados de referencias. La historia como espacio en el que se representa un ideado libreto que abarca lo pasado lo presente y lo futuro. Incluso el investigador-relatante que descubre el asunto (y se lo calla) estaba previsto.
Bueno, léanlo y después me dicen. Borges en estado puro, ajeno al mundo: Los americanos se disponen a desembarcar en Anzio. Turín está siendo bombardeada por los aviones británicos. El ejército rojo se aproxima a la frontera polaca. Petain, en Vichy, condecora al embajador saliente argentino... y acaba de estallar en los astilleros de Brooklin el destructor Turner, dejando el cielo a disposición del difunto pintor.

Bueno ¿qué les ha parecido el templo?... ¿Bien? Pues, ¡hala! ¡A tomarse una copita por ahí!

Yo sigo sentado a una mesa del Gaudeamus; aún quedan motivos de regocijo. 
 
- Garçon!
Se acerca una chica con delantarcito blanco y cofia del mismo color, parece una monja semiseglar.
- Bonjour, Mademoiselle...
- ¡Corte el rollo! Lo del "mademoiselle" está más pasado que la novena a santa Genoveva.
- Como guste. ¡Caballero! ¡Sírvame Ud. otro cuartillo!

Se retira resentida. Veo la desorientación en sus hermosos ojos y veo, también, cómo pregunta a su colega. Vuelve con el calvados.

- ¡Merci!
- ¡¡Cerramos dentro de media hora!!
- "Questa piccolissima serenata / Con un fil di voce se può cantar..."*, no hace falta gritar.

Es la hora del ángelus y ya están pensando en cerrar. Veo el periódico libre encima de la barra y me lanzo como una ráfaga de Sturmgewehr-44.

"C’est un de ces secrets honteux que l’on garde pudiquement par-devers soi : il n’y a pas assez de place, en France, pour les handicapés mentaux nécessitant une prise en charge permanente en dehors du foyer familial. La Belgique offre, depuis cinq décennies, une solution de secours aux familles françaises en détresse, avec des institutions spécialisées prêtes à accueillir ces personnes, soutenues par un financement public français."

Bueno, ahora se explica todo. Resulta que los franceses con problemas mentales (graves) son enviados a Bélgica donde son mantenidos con dinero público francés. En Francia no hay sitio para todos. Eso explica que muchos galos disimulen sus dolencias y compliquen sobremanera las relaciones sociales (empleándose como camareros, por ejemplo) y, por otra parte, explica la sobreabundancia de desgracia en Bélgica.

Después de esta revelación paso, directamente, al sudoku. Imposible. La curia me martiriza: Tal día como hoy, del año 1521, Leon X, putero y Médici, excomulgó a Lutero y a los suyos, quienes, entre otras desviaciones, como no pagar, estaban en contra del celibato eclesiástico. León X ("puesto que dios (?) nos ha concedido el papado: disfrutémoslo"), versado en la materia, prefería la variedad y la ocultación (innecesaria).
Y centurias más tarde, el bueno de Juan XXIII, excomulgó, tal día como hoy, a Fidel Castro, que, conmpungido por la cegada entrada del paraíso, declaró la necesidad de "crear uno, dos, tres Viernam". Fidel nunca se repuso del anatema.

Estos Papas se creen la hostia y son la purria de la purria (y disculpen mi estilo). Es el calvados, pero es que si no es así no hay quien soporte este frío. Sin embargo, me digo, esos desnortados siguen con sus selfis. Mi público aún no ha nacido.

-¿Decía Ud. algo?
- No, nada. Estoy conmemorando la llegada de Hillary al polo*.
-Pues, nada. ¡Cerramos!

Me paso a la Dame Blanche donde me acojen con los brazos abiertos. El camarero, sin pedirlo, me sirve mi cuartillo de calvados y un platito de caracoles.
 
Hoy, 3 de enero del año, que ya describen como apocalíptico, 2023, reposan los restos inmundos del papa emérito Benedicto XVI, Nazinger para los amigos. Murió el 31 de diciembre con la última uva. Miles hacen cola para sacarse un selfi con el cadáver de fondo.
Será recordado por su implicación en asuntos, rutinarios, de pedofilia, aunque él hubiera deseado que se le recordara por su sutileza teológica y escatológica.
"Dejad que los niños se acerquen a mí"... es más ¡lo exijo!
 
2
"Aprieto en el puño la ya borrosa fecha de nacimiento y en tropel y en manada, susurro con labios exagües: nací en la noche del 2 al 3 de enero, en el inseguro año de 1901 y los siglos me rodean con sus llamas..." (Mandelstam).

3
"El teniente Dub, al que el espantoso aguardiente se le había subido a la cabeza, golpeó la mesa con los dedos y dirigiéndose al capitán Sagner dijo súbitamente:
-Con el capitán del distrito decíamos siempre: patriotismo, fidelidadal deber, domino de uno mismo, éstas son las mejores armas en la guerra. Precisamente hoy recuerdo las fronteras que pasará nuestro ejército dentro de un tiempo imprevisible."

Aquí acaba el manuscrito de Hasec. El autor murió el 3 de enero de 1925, a la edad de cuarenta años. ¡Bravo por el soldado Schwejk!




Ah, se me olvidaban los huevos del caballo de Pavía*



RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...