Es de agradecer a la “Organización
de las Naciones Unidas” que en Julio pasado eligiera, de entre todos los días
del año, el 19 de noviembre como “día
dedicado al retrete”. El problema no es banal: Millones de humanos siguen “cagando” a la intemperie (como mi amigo
Ortega), llueva o derrita el sol las piedras…y no disponen del agua necesaria
para la ablución correspondiente. Y eso sin entrar en las pédidas millonarias que acarrea, aunque que esto último, como es natural, no tenga importancia. Las metas para el 2025 son ambiciosas, conscientes de que cada euro empleado en "salud pública" rinde 4 euros.
Lo que no parece tan de recibo
(¿o sí?) es que hayan escogido el 19 de noviembre: fecha en la que una gran
bandada de países celebran, de forma descentralizada, el “día internacional del Hombre”.
¿Qué hebra pegajosa les habrá llevado de una a otra celebración? …eso
sin entrar en la conveniencia de dedicar un día al “Hombre” (macho) y sus valores: virilidad, caballerosidad,
fortaleza…que recuerdan la lista de los pecados capitales.
Otra cosa sería, dedicar el
día a las debilidades propias del “Hombre”:
violencia, cáncer de próstata, grosería, alopecia, mendacidad, infartos de
miocardio, ignorancia consentida, tripón cervecero, maltratador, suciedad congénita,
eyaculación precoz…¡y tantas otras!...con la clara intención de suprimirlas de
la faz de la tierra.
Pero puesto que establecida la fecha… ¿Por qué la Organización de las Naciones Unidas ha unido de forma indeleble la necesidad del retrete a la figura pinturera del caballero?
Frente al espejo se dibuja un
bigote mejicano, viste el traje de cuando la boda del cuñao, se sopla un copuzo
de Terry y sale cual hidalgo pomerano a vérselas con este mundo varonil,
poblado de abruptos y evidentes “paquetones”:
--¡¡Un carajillo!!...dando una palmada sobre la barra,
como quien calibra la prieta carne de un burro.
--¿De qué lo querrá el señor?... pregunta inoportuna la camarera.
--¿De qué va’ser?...¡de
coñá!...¿Va’ser d’anís, como los maricones?...¡AAAy!
--¡Enseguida!
Junto a la tacita, envuelto en un delicado papel de celofán un pequeñísimo
“biscuit” (¿)
--¿y ehto…? ¡Déjate de mariconadas y ponme un chorrico
má’h!
--Naturalmente.
Sin preguntar el precio, saca dos euros, los pone sobre la mesa (cual si pusiera el seis doble que, YA, consideraba ahogado):
--¡Adiós, guapa!
El carajillo con el “chorrico de
más” vale 2’20…Pero, a ver, quién se atreve a hacérselo notar.
El sol le pone cara de cerdo.
Vuelve con dificultad la cabeza cada vez que se cruza con un ser humano del
sexo enemigo, se relame y, a veces, dice algo que si se lo dijeran a su hermana
sería capaz de cortarle la lengua al procaz transeúnte. Así pasa la mañana el
ejemplar masculino.
¿Para qué seguir la
desgraciada mañana de este prototipo? Dejémoslo que recorra las horas y que
vuelva a su casa a deglutir las lentejas sobrantes de días anteriores antes de
caer inconsciente ante la sordidez de Antena 3. Su mujer hace meses que huyó de
semejante panorama.
Cada dos por tres (¿) se levantará para ir al retrete, la prostatitis no
da respiro.
Me quito el disfraz. Borro el bigote.
El “macho” es una entidad superada hasta por la biología: una
inutilidad ontológica. Su posible redención reside en acumular todas sus muchas
fuerzas y dirigirlas en contra de aquellos que lo han embrutecido,
convirtiéndolo en una “variante”
superflua y perjudicial…Obsérvese que no afirmo la superioridad de la “hembra”…cuya única ventaja es su
utilidad “biológica”: Su única
posibilidad de redención reside en acumular todas sus muchas fuerzas y
dirigirlas en contra de aquellos que la han convertido…etc…etc…
Del “macho” quedarán los infectos “hilillos” (*)
coloidales: por su tendencia espontánea a formar coágulos.
Y me viene a las mientes (por las máscaras) los
personajes de Ensor (*): “La entrada de
Cristo en Bruselas” (parábola)…y los carnavales
de Ostende, incluyendo la de la “Rata
muerta”:
“Siempre se quema aquello que se ha adorado. Tenemos que rebelarnos frente a las comuniones. Para ser artista hay que vivir oculto.....Cielos duros, cielos carentes de bondad y de amor, cielos cerrados a vuestros ojos, cielos pobres, cielos desnudos sin consuelo, cielos sin sonrisa, cielos oficiales, todos los cielos, siguen agravando vuestras penas, pobres despreciados, condenados a la zanja. Oprimidos bajo carcajadas y silbidos malignos, no podíais creer en la bondad de los hombres, en la clarividencia de los ministros, y los verdugos de los despachos os maltrataban. A veces, os moríais escupiendo contra las estrellas y vuestros esputos de desprecio constelaban el firmamento de los pintores de entonces.......”
Fue empezar el siglo XX y quedarse, para siempre anclado en Ostende. Frente a la velocidad, la quietud. Frente a la máquina, el pincel de plumón de ganso. Frente a la guerra imperialista, el dominio exclusivo de uno mismo… ¡y comiendo ostras!..¡¡Uuum!!
Lean el capítulo 108 de “Rayuela”:
--“Parece Grock en peor. O algunas figuras de Ensor. Es sublime ¿Cómo se
las arreglarán para hacer el amor esos dos? Porque no me vas a decir que hacen
el amor a distancia.”
Sus “retratos” no son caricaturas: son “retretes”. Pintura realista: gente adiestradora de espejos. Ensor
barre de un pincelazo toda la vanidad del mundo.
Sobrepasada la hora angelical:
doble Dry…¡por la desconsideración!
Y mientras, sonará en el esputofaif: La “Inacabada” (¿por la sífilis?) de Shubert (*)…como recordatorio de lo
que somos. Recuerden vds. que las “Schubertiadas”
originales eran lo más opuesto a las actuales: donde su junta lo peor de lo
peor.
Gracias le damos a la tierra
que, con un poco de esfuerzo, nos resarce con creces: alcachofas, lechugas,
acelgas, espinacas, calabazas y los pimientos que quedan del verano: espinacas
con pasas de Corinto (de Trikala) y piñones de “San Mateo”. Ribera y carajillo al cincuenta por ciento.
El azar, esa ignorancia de
razones (¿o imposibilidad metafísica de determinación?), crea y destruye a voluntad
(¿): En manos en Duchamp crea. Y en manos de la Gestapo, ¡arrasa!
Bruno Schulz, natural de la
desafortunada Galizia, tal día como hoy, del año 1942, se encontró con una bala
calibre 7’65mm, procedente de una apreciada “Mauser Hsc” y marcada con una L. Las ”Luger” causaban accidentes fortuitos, azarosos…Y el azar está
bien… si eres TÚ quien lo controlas.
En uno de las tantas redadas, antes de la definitiva, Schulz, pertenencia personal del Gestapo Landau, fue detenido y colocado en la cuerda de presos. Landau, cuando lo vio, lo recuperó, poniendo en su lugar a un pobre desafortunado que pasaba por allí (azar: “object trouvé”) a quien le pegarían dos tiros inmediatamente. El viandante elegido era “propiedad” de otro oficial de la Gestapo.
Meses más tarde el “propietario” del “desafortunado” viandante, reconoció a Schulz y “hoy por mí, mañana por ti”, le
descerrajó dos tiros en la nuca de su desproporcionada cabeza ¡En plena calle! No lejos de la que había sido su casa familiar, en la calle Floriánska. Una discreta plaquita recuerda la barbarie. El jardincillo limita con una notaria y, por el otro costado, con un periclitado servicio de Internet. Drohobycz, cerca de Lvov.
Siempre me ha parecido asombroso y enternecedor que "Tiendas de color canela" empiece con ese bodegón tan apetecible... estando como se estaba en plena Gran Hambruna.
Siempre me ha parecido asombroso y enternecedor que "Tiendas de color canela" empiece con ese bodegón tan apetecible... estando como se estaba en plena Gran Hambruna.
Así de azarosa fue su muerte…como discreta
fue su vida.
Sus dibujos tienen algo de Balthus. Y su escritura, de la podredumbre que
acompaña al abandono y al paso del tiempo: a lo inacabado.
Sólo faltaba Munch para completar el cuadro de la androginia masoquista…¡y no se trata de eso!
Envidia de una casa grande,
donde encerrar (bajo llave) historias en habitaciones olvidadas.
Casas que soporten la historia
de una “saga”; que sustenten un declive
prolongado y que acojan en sus paredes todos los colores cuaternarios de la putrefacción:
el impresionismo se conforma con los colores adolescentes…Schulz descubre los
de la decadencia…¡y mi familia no aguantaría ni un capítulo!
Envidia de un “baúl de los recuerdos” (*)… ¿de qué serviría un tal baúl, sin recuerdos que enterrar?...Mis recuerdos cabe en una caja de “pastillas Juanolas”.
Envidia de un “baúl de los recuerdos” (*)… ¿de qué serviría un tal baúl, sin recuerdos que enterrar?...Mis recuerdos cabe en una caja de “pastillas Juanolas”.
¿Qué no conocen a Bruno
Schulz?...Eso tiene arreglo: sus obras (escasas) están publicadas en Siruela y
en Maldoror. Junto con Gombrowicz y Witkacy forma los “tres mosqueteros” de la
literatura polaca de entreguerras: teorizadores de la “Forma Pura”, (sin fondo):
“No nos importa, decía, (su padre) los seres de aliento prolongado, los de plazos largos. Nuestras creaciones no serán protagonistas de romances de innumerables fascículos. Sus papeles serán breves, lapidarios, sus caracteres no tendrán proyección de futuro (…) Nuestras creaciones serán casi provisionales, hechas para un solo uso. Por ejemplo, a los hombres sólo les daremos un perfil de la cara, una mano (…) lo que su rol precisara. Por detrás podrán estar hechos de tela o ser pintados de cal (…): para cada gesto un actor, para cada palabra, para cada acto, un hombre; (…) daremos prioridad a la pacotilla (…) lo barato (…) lo chapucero”.
¡¡Que vuelva a sonar “La inacabada”!!
¡¡Sin polacos no habría Polonia!!
¡¡Gloria a Polonia…y a su eterno rey: “Ubú”!!