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sábado, 28 de marzo de 2020

RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.


Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace...




CONTACTO CON PERSONA INFECTADA.
Se supone que el contacto fatal fue  el viernes, 13 de marzo, aunque bien pudo haber sido en días anteriores.

PERIODO DE INCUBACIÓN SIN SÍNTOMAS

El sábado, 14: Recluidos en casa, por imperativo legal.
el domingo, 15: Recluidos en casa.                       
el lunes, 16 : Va a trabajar. Y recluidos.             
y el martes, 17. Recluidos                                                      … sin síntomas.

EMPIEZAN LOS SÍNTOMAS
Como es natural seguimos recluidos en casa.

SEXTO DÍA. El miércoles, 18. Se present el primer síntoma: dolor en la zona lumbar (como si de regla se tratara). Algo de cansancio. Por la noche vemos “La Strada” (Fellini). No se piensa en el coronavirus.

*SÉPTIMO DÍA. El jueves, 19: igual, pero sin exagerar. Por la noche: “8 y ½” (Fellini) y, bien sea por la película en sí o bien por el malestar general, no acabamos de verla. Tampoco a mí me apetecía. No se piensa en el coronavirus. Pensándolo bien ahora, creo que, si estoy contagiado, me pude haber contagiado esa noche, pues ya había desarrollado, el paciente, algunos síntomas claros.

*OCTAVO DÍA. Viernes, 20. Por la tarde le da fiebre (37’5). Siguen las molestias. No hay tos ni ningún otro síntoma. Antipiréticos (cada 8 horas). Empiezan los nervios y el pensar en el “coronavirus”. El cuidador no presenta síntomas.

*NOVENO DÍA. Sábado, 21. Sigue la fiebre, sin pasar nunca de 37’5. Antipiréticos. Llama al 061. Toman nota y dicen que llamarán… Es importante controlar los nervios y buscarse una ocupación absorbente. No hay más síntomas que la fiebre; quizás alguna tosecilla que no nos parece inhabitual ni tan “seca”…

*DÉCIMO DÍA. Domingo, 22. Ídem… ídem. En realidad más parece un resfriado que otra cosa. Tranquilidad.

*UNDÉCIMO DÍA. Lunes, 23. Por la noche ya no tiene fiebre. La familia nos confecciona dos mascarillas. Tranquilidad. Han sido tres días de antipiréticos (1 cada 8 horas).

*DUODÉCIMO DÍA. Martes, 24. Ocurre algo extraño: durante la noche ha perdido el olfato y el gusto. No tiene fiebre (o no pasa de 37). Ha dejado los antitérmicos.
Habla por teléfono con familiares (médico y enfermera) que asocian ese extraño síntoma con la afección del coronavirus; así como le advierten que si nota algo en el aparato respiratorio, llame a urgencias (112).
Todo el día funcionando con tres de los cinco sentidos aristotélicos. Por la noche parece que nota algo en el pecho (respiración). Llama al 112. Toman nota. Dicen que llamarán…. Estamos esperando. Estornudos. Nos mantenemos en vela… ¡y en vilo!

*TRIGÉSIMO DÍA. Miércoles, 25. Anoche no nos llamaron. El enfermo: 36’9. El cuidador sigue bien. Los signos pulmonares que nos alarmaron anoche han desaparecido. La verdad es que, por la noche, se crea un ambiente alucinatorio.
A veces los nervios producen en el cuidador sensación de fiebre, pero no tiene. La  paciente se ha levantado con 36’9 y por la tarde no tiene fiebre.
Un problemilla añadido es la tramitación de la baja. Nosotros lo dejamos en mano del 061… de momento no han llamado ni del 061 ni del 112. Esperamos sin desesperar.
El olfato y el gusto siguen desaparecidos.

*DÍA 14. Jueves, 26.  Ninguno de los dos ha tenido fiebre. El día pasa tranquilo. Los sentidos siguen sin volver. Sin noticias del 061 y del 112.

*DÍA 15. Viernes, 27.  Sin síntomas evidentes (bueno, lo del olfato y el gusto sigue).

*DÍA 16. Sábado, 28. Quinto día sin fiebre.
Desde el CAP (por teléfono) nos dijeron que, desde que desaparece la fiebre, hay que esperar 14 días para considerarte sano. El cuidador ha de contar 10 días desde el último contacto normal. Si pasan esos 10 días sin síntomas, la cosa puede relajarse un poco.
Por otra parte, ellos se encargarán de tramitar lo relacionado con la baja laboral.
El día acaba sin novedad. 
DIA 17, Domingo, 29. 
Se sigue sin fiebre y sin ningún síntoma, a excepción de lo del olfato y el gusto. Según lo dicho en el CAP, el cuidador, habiendo pasado 10 días desde que le empezó la fiebre a la enferma, puede estar más trnquilo. A ella aún le faltan 4 ó 5 días de control.
DIA 18, Lunes, 30 
DIA 19, Martes, 31.........................Sin síntomas. 
DÍA 20, Miércoles, 1 de abril
El cuidador ha pasado, sin síntomas, los 10 ó 12 días que le dijeron que habrían de pasar. A la enferma le falta un semana y sigue sin olfato. Seguimos con reclusión estricta.
(::: ::: :::)
DÍA 23, sábado 4 de abril. 
El cuidador no tiene síntomas. La "enferma" recupera el olfato poco a poco.
DÍA 26, martes 7 de abril.
Le llaman del Cap y le dan el alta. No le hacen test. La enferma se encuentra bien. El cuidador sigue sin síntomas; ¿Será asintomático? ¿Lo llevarán a un arca de noé?




EL CUIDADOR

Los asteriscos * indican los días que el “cuidador”, ante la presencia de síntomas, empieza a adoptar las medidas necesarias (en la misma casa). A la hora que escribo este resumen, son seis días enteros sin síntomas. Soy fumador y en edad estadística de riesgo (por poco). Cruzo los dedos. Hay un perro grande que lo está pasando mal y que lo puede pasar peor. Ya saben Ustedes que los perros se adaptan a todo, si están contigo.
El trabajo se acumula: comprar una vez cada cinco días. Cocinar. Hacer infusiones. Limpiar la casa. Desinfectar objetos. Lavar la ropa… tenderla. Por suerte hay terraza.

Leo la “Iliada” y me consuelo. El enfermo lee “Rojo y negro” y “Le Rouge et le Noir”… en paralelo. Oímos las sonatas de Beethoven, por aquello del 250 aniversario. La televisión apagada. Una botellita de cava no me  viene mal. Practicamos las lecciones de piano… en fin, hacemos lo que podemos. El aburrimiento no entra en esta casa.

Hay momentos en los que los nervios te juegan malas pasadas: te producen sensación de fiebre y de ahogo. Respirar hondo y ponerse el termómetro. Y tener en cuenta que la temperatura normal del cuerpo humano se mueve entre los 36’5º y los 37º.

Sin prueba del coronavirus ¿cuándo podremos decir que se está limpio? ¿Cuándo podremos comer juntos? ¿Quién nos dirá qué?  Bueno, parece ser que has de estar 15 días sin fiebre; y que si el cuidador no desarrollas síntomas en los 10 días siguientes al último contacto normal… es una muy buen señal. Nada es seguro.
Ya han pasado 12 días.  
Ya han pasado 14 días (o 15?): Comemos juntos.

Y

De momento hay que seguir lo establecido.

viernes, 28 de febrero de 2020

“Año bisiesto”. 29 de febrero .


1.
–¿Bisiesto? ¿Quieres saber de dónde lo de “bisiesto”?  Sacó una pistola, modelo “Gran Berta”, y le descerrajó un tiro por debajo de la mesa que sublimó sus partes nobles y le abrió un boquete por donde, limpiamente, podía verse el lívido estampado floral que decoraba las paredes de la agencia de inteligencia-emocional que, como es norma, carecía de sentido de la belleza. Desde ese preciso momento se declaró el vengador del tiempo perdido, aún a sabiendas de que era un mero título honorífico.

El tiempo. Ese era su manantial de tristeza y desespero. Y había sido tratado como trata un carnicero a una res llevada al despiece. No se trataba de la naturaleza escurridiza del tiempo, ni de las cuestiones metafísicas que se derivan, ni de la imposibilidad de fijar temporalmente los procesos orgánicos. Tampoco de cuestiones cosmológicas, ni de física teórica, ni de Bergson, ni de San Agustín, ni de Proust, ni de nada que tuviera que ver con el existencialismo alemán… No se trataba del tiempo “sacro” y su conversión en profano, ni de su necesaria función como fundamento de la teoría del valor, no se trataba de cuestionarse la existencia del tiempo en ausencia de “algo” (pero, bueno, eso era algo que le quitaba el sueño y, en consecuencia, aumentaba su tristeza y desespero), tenía que ver con el tiempo perdido, con esos días, semanas y meses que habían sido eliminados de un plumazo del calendario de la historia… Y todo por unos desajustes de nada.

Y es que el técnico en inteligencia emocional le había tocado el punto flaco.

Bonito comienzo para una novela de ciencia ficción.




Durante siglos, las fechas han sido un quebradero de cabeza. Acontecimientos que ocurrían en la misma fecha, lo hacían en tiempos diferentes. Así Cervantes y Shakespeare no nacieron el mismo día; ni Newton nació el día que murió Galileo; Ni los bolcheviques tomaron el poder en ¡Octubre!; ni Colón “descubrió” América en la fecha que nos inculcaron de niños; Ni Jesucristo nació el día 25 de diciembre; ni Mahoma fue de medina a La Meca (o viceversa) en la fecha establecida… ni nada de nada… ¡Esto es un sindios! Ya puestos que sorteen los días y que amanezca, p.e, el 26 de julio, después del 3 de febrero (nota: desarrollar esta idea hasta sus últimas consecuencias).

Tengo para mí que la tonta afectación de dotar a los meses con cantidades diferentes de días se debió al deseo de dar sentido a los nudillos de la mano. ¿Qué impidió dar a todos los meses la misma duración? ¿Por qué febrero llevó las de perder, atrayéndose, por eso, fama de loco y fulero? ¿No sería más racional (más sencillo y más humano) adoptar nuevamente el calendario revolucionario francés que, además, destila poesía por todas las juntas? Desde luego el que funcionó durante un tiempo en la URSS era un verdadero disparate, sólo tenía de simpático el diferente color de los días; por lo demás, acrecentó el caos mental, ya de por sí importante, de los sufridos trabajadores socialistas, que vieron cómo una de las pocas certezas que les quedaban era arruinada en aras de la productividad. Pero, y es a lo que voy, ¿por qué febrero se quedó tan corto? ¿Por qué? ¿Por qué, sobre todo, su naturaleza engañosa?

Simón “el estilita”, que tras probar en una cisterna vacía y en una caverna, acabó su vida instalado en una columna de 17 metros de altura, pudo, de haber tenido interés científico y las dotes que se requieren y no haberse centrado en saciar sus ansias masoquistas y en recitar a gritos los salmos, que se los sabía de carrerilla, pudo, decía, pues su posición era ventajosa, haber confeccionado, de no haber estado ya confeccionado, un calendario bastante exacto. Hubiera constatado que el sol salía siempre por el mismo sitio, más o menos, y se ponía, con la misma imprecisión, por el sitio contrario. Pudo haber afinado esa irregularidad. Y pudo haber establecido los equinoccios y los solsticios. Y pudo, de haber tenido interés y dotes, como he dicho, saber que el sol salía 365 veces (y un poquito más) hasta que volvía a salir exactamente por el mismo punto del inicio. Establecidos estos puntales pudo haber desarrollado, como he dicho, un calendario bastante aceptable. En ningún caso, dada la tendencia a la simetría y al orden que caracteriza a la especie, se le hubiera ocurrido dejar un mes con una cojera tan evidente.

¿De dónde, pues, “febrerico, el loco”?

Esto que pudo haber hecho Simón, es lo que hizo la especie cuando le llegó el momento. Durante millones de años los seres vivos adecuaron su existencia a la danza de los astros. La especie humana, sin embargo, para conjurar el terror, ordenar sus vidas y, de paso, “obligar” al mundo a someterse a sus normas, pues no otra cosa es el mito sino un intento de someter a la necesidad lo que parecía suceder de manera caprichosa, dio el paso decisivo: domar el tiempo.

Así llegamos al calendario romano que, en su forma más desarrollada, se componía de 12 meses (enero y febrero fueron los últimos en colarse) de 31 y 30 días de forma alternativa, empezando por el 1 de marzo (Año Nuevo), pues el año empezaba cuando parecía que la naturaleza se despertaba de su sueño gélido. Así se entiende el nombre de los meses de otoño: Septiembre, octubre, noviembre y diciembre (sétimo, octavo, noveno y décimo… reliquias de un calendario más antiguo que había dividido el año en 10 meses). Enero y febrero eran los últimos y febrero, concretamente, el último. Ese reparto de días daba a febrero (el último) 29. Para remediar el amontonamiento de escoria, tenían que incorporar de vez en cuando un mes que, actualmente, sería una pieza codiciada por los anticuarios de los cinco continentes.




Julio César, que no Juliano el Apóstata, fue quien, inspirado por los egipcios, ordenó el reajuste. De paso se reservó para sí el 5º mes, que pasó a llamarse “Julio”. Augusto no quiso ser menos, así que tomó el mes 6º y lo convirtió en “Augusto” y como tenía sólo 30 días le robó un día al último de la fila, para así equilibrar las cosas. Es por eso que julio y agosto tienen 31 días y febrero 28, que se convierten en 29 cada cuatro años.

Hay que decir que el día de año nuevo pasó al 1º de enero en fecha temprana, bastante antes de que Julio César metiera mano. La causa fue militar: la necesidad de planificar las campañas (concretamente el asedio de Numancia)  que deberían llevarse a cabo con el buen tiempo. Que Augusto le robara un día a febrero fue injusto, debería habérselo robado a diciembre (el último)… pero por la inercia de las cosas y tal…

¿Pero de dónde “bisiesto”?

Los romanos no numeraban los días como nosotros. Los contaban en relación a los días que faltaban para las calendas (primero de mes) del mes siguiente. Así que propuso repetir un día, y eligió el 24 de febrero (¡otra vez el último mes!), o sea el sexto día antes de las calendas de marzo (que antes era el primer mes del año): “ante diem bis sextum kalendas martias”. Poco después se pasó a final de mes. Aquel año (46 antes de nuestra era) fue “el año de la confusión”: 445 días de inquietud.

Las cosas no acabaron de solucionarse y seguían acumulándose detritus de tiempo. Así que el papa Gregorio XIII, el 24 de febrero del año 1582, mediante la bula “Inter Gravissimus” corrigió el algoritmo para el cálculo de los bisiestos.…Infórmense, Vds. infórmense…





El calendario gregoriano fue imponiéndose poco a poco. Y en cada uno de los países en los que se establecía, se pegaba una mordida al año en curso; de tal manera que cientos de días se han desvanecido euridicianamente. Vieta (nada que ver con lo “bafles”) se opuso con toda su ironía a la propuesta de Clavius, al que tachó de “tonel alemán” y de ladrón de días. Todos los matemáticos y astrónomos de Europa se sintieron, en mayor o menor medida, aludidos.

2.
Ejemplo de lo dicho: ¿ Nació Seferis el 29 de febrero del año 1900 o el 13 de marzo? Pues, verán: en Esmirna (calendario juliano) era 29 de febrero y en Paris el 13 de marzo. O sea que cada cual lo celebre cuando le dé la gana.  Luís I de Baviera, abuelo del rey loco, murió tal día como hoy, del año 1868, porque en Niza ya se había adoptado el gregoriano. Balthus, nació el 29 de febrero del 1908, sin dudas. Casas, aburrido de la Parés y de sus inseparables Russiñol y Clarassó, murió el día más esquivo del año 32.

Rossini es también un miembro del club de los nacidos en bisiesto. En 1892, el centenario de su nacimiento fue conmemorado el 8 de abril. Verdi dirigió, en su memoria, por última vez una orquesta en directo…en la Scala de Milán, naturalmente. Su proyecto de un Misa-réquiem conjunta en su honor quedó en eso: proyecto. 

3.
Así las cosas no es raro que tal día como hoy esté dedicado, internacionalmente, a las enfermedades raras. Y, con toda consecuencia, la Iglesia católica, romana y apostólica, celebre los sufrimientos de san Dositeo y de santa Tararia., santos raros donde los haya.

4.
Francia tiene un periódico, La Bougie, que solo saca edición el 29-F.

N.B. 1

Este día, que convierte el año en bisiesto, tendría que ser festivo a todos los efectos. Gracias a él, los cálculos se acoplan y el orden vuelve a imponerse. Debería de ser un día de permisibilidad total, el carnaval que precediera a una cuaresma de cuatro años. Un desorden que pusiera de manifiesto la artificialidad del orden posterior. Una reordenación que no sería posible sin esta irregularidad.
En ese día se nos debería pagar por los atropellos sufridos en los cuatro años precedentes.

N.B. II 

También resulta significativo que, en este día (29-02-20) tan superfluo, prieten sus filas en Perpiñán las huestes de Waterloo para anunciar que "mañana, día de San Ciruelo, que es el 30 de febrero, pagaré lo que debo."... y, de paso, felicitar a Pedro Sánchez por su 48 aniversario.








RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...