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sábado, 4 de enero de 2014

Propuesta para hoy día 4 de enero. Cocherito de Bilbao. Pavía.



1
¡¡ 1567 !! El Papa Pío V pidió, excomunión mediante, el fin del toreo, práctica que calificó como “diversión sangrienta, miserable y más apropiada para los demonios que para el hombre”.  Ningún torero podría ser enterrado en tierra sagrada. La bula fue decayendo, que se dice, hasta que decayó del todo.
2


Si Uds. leyeran una esquela reflejando la muerte de Cástor Jaureguibietia Ybarra, les parecería normal. Quiero decir que ese nombre es un nombre estupendo para un muerto. Tiene empaque, reciedumbre, un aire antiguo… marmóreo, vamos, como construido para esquela mortuoria. Si ahora piensan que ese mismo nombre fue portado por un niño inocente, la imagen que se creará en sus mentes resultará chirriante e, incluso, injusta. El silencio de dios (¿?) se pone de manifiesto en estos desafueros y permisividad.
3
Año 1876. Mientras Tolstoi se ocupaba en los enredos de Anna Karénina y Unamuno, hijo y sobrino de pasteleros, empezaba el bachillerato, nacía en la calle del Cristo, ¡con aquella terrible cruz!, el niño Castorcito. Era Unamuno quien vivía en la calle de la Cruz, junto al cementerio de la rive droite. A un tiro de piedra, como quien dice. Bilbao, naturalmente. Zona de huerta, de caseríos. Las barcas cruzaban el río… hasta que en 1892, justo cuando nacía Tsvietáieva, se inauguró el puente giratorio o perrochico. Ría abajo ya no había más puentes. 



Castorcito ayudaba a su padre en el negocio del txacolí y veía pasar las reses hacia el matadero cercano. Y fue esta combinación desafortunada y excepcional de txacolí, matadero, cementerio, tragicismo  que se expandía desde la calle de la Cruz… y pesadumbre por el nombre, la que sembró en su tierna y maleable personalidad la afición por los toros… pues si no fue eso ¿qué pudo haber empujado a un angelito de dios (¿?), y vasco por más señas, por esa senda demoledora?

Y no sólo a él: fueron legión. Cada cual tendría sus motivos. Fue la edad de oro del toreo vizcaíno que coincidió exactamente con la edad de plata de la literatura rusa (y los coletazos de la edad de oro). Así que cuando tomó la alternativa, enterraban a Chéjov. Cuando se retiró, en verano del 19, en presencia de Belmonte y Joselito que venían de dar la alternativa a Sánchez Mejías en Barcelona, Mandelstham, huyendo del hambre, se refugiaba en Kiev y conocía a Nadezhda. El diestro recogió tantos cigarros que pensó en poner un estanco. No lo hizo y tuvo tabaco gratis para los nueve años que la tuberculosis le consintió. Cuando murió (dando sentido definitivo a su nombre) tal día como hoy del año 1928, Bulgakov redactaba El Maestro y Margarita. Así eran las cosas, repito.

De entre la turba vizcaína que probó suerte: Fortuna, nacido en Sestao el mismo año en que el explosivo Esenin lo hacía en Konstantinovo, en las lejanas cercanías de Moscú; Chiquito de Begoña que vio la luz cuando Blok;  Torquito, de Barakaldo, exacto contemporáneo de Ajmátova; o la interminable saga de Los Agüero… sin ir más lejos. Y eso sin mencionar a Pikillo, cuya hazaña, casi mitológica, es cantada en el acto segundo de La Traviata, en la fiesta, por llamarla de alguna manera, de Flora… y todo mientras Tolstoi guerreaba en el Cáucaso y en Crimea… Así eran las cosas.

Mención especial merece el fugaz, el Guadiana del toreo, Chico de Basurto, de Basurto, naturalmente, que tras pasear los rehiletes por el Arenal y alguna que otra vez, apareciendo y desapareciendo, por el coso de Vista-Alegre, tomó el estoque y se presentó en una novillada nocturna (y alevosa) en Madrid. Corría julio de 1920 y la sangre de Joselito estaba fresca como quien dice. En el segundo de su lote estuvo fatal y el presidente le dio los tres avisos correspondientes. Cuando vio aparecer los cabestros, se ¡arrancó! la coleta… y volvió a sumergirse. Emergió casi sin previo aviso y en el sitio más inesperado, en Medina de Rioseco. Su segundo de la tarde le corneó la cabeza y lo volvió loco. Murió al mes siguiente. Peor fue lo de Granero, Pocapena, de la ganadería de Veragua le cogió por el muslo y lo dejó sentadito apoyando la espalda en las tablas… Y cuando lo tuvo preparado le asestó una cornada en todo el ojo derecho. Murió en el acto. Así que la lúbrica Simona tuvo que contentarse con las criadillas crudas del primer toro… ¡que no son moco de pavo! Había ocurrido un mes antes de la triste muerte de Chico de Basurto.
Zamiatin dio a la luz Nosotros.

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No se lo creerán pero estoy pelándome de frío en la peña La Unión sentado a una mesita que he hecho sacar a la calle. Bilbao, naturalmente. Justo en donde estuvo la casa natal de Castorcito. La calle acaba aquí, así que no podrán pasar de largo. La camarera, amable, me ha traído El Correo y, nada, aquí estoy tan ricamente. Leo. Lo de siempre: una mujer asesinada en Laredo. Semper, dice, rechaza el pacto del PP con Vox, dice. Euskadi se acerca al máximo de cotizantes a la Seguridad Social: Los de la “manada” siguen en libertad provisional. Un ciclista atropella a un peatón y se da a la fuga (el ciclista)… En fin… sólo falta que publiciten que un idiota lee el periódico en la terraza gélida del bar de la Peña Unión, mentidero taurino sin obsesiones, dicen.
Cuando estoy con el sudoku mediano, sale un cliente, me ve y:

–¡Anda la hostia! No acostumbro a meterme en camisas de ¿once? ¿doce? ¿trece? varas, pero, ¡oiga!, ¿no le parece que estaría mejor ahí dentro? ¡Se va a congelar!

–Pues ahora que lo dice… estoy tan acostumbrado a viajar con el perro… que he tomado lo de las terrazas como rutina. Vamos adentro, buen hombre, y sigamos con esta prometedora conversación.

–Pa lo que hay que hacer…–responde gallegamente. 

Entramos y nos acomodamos en un rinconcito a resguardo de la corriente pues, ya se sabe: ventilación siempre, corriente nunca. Deposita la txapela en una silla y ahí queda, como un desinflado neumático de camión internacional de mudanzas.

–¿Le hace un Machaquito?

–Déjelo Ud. para mañana que le hará más falta.

–Lo que puedas hacer hoy no lo dejes para mañana.

–Sea, pues.
 (…)
–Deje la botella, amable mesonera, nos ahorraremos trabajo todos.

Así, entre copa y copa, y tras revelarnos mutuamente el nombre y procedencia (él, Xoan, hijo de gallegos, pero ya vizcaino) pasamos a temas de enjundia.

Resulta que Castorcito, como si me leyera el pensamiento, oprimido y hastiado de su fatigoso nombre y al tiempo que su afición mortífera se acrecentaba, aprovechó que, en efecto, era cochero con parada en el centro de Bilbao, para cambiarse ese nombre lapidario por el cantarían Cocherito y como era de Bilbao… ¡pues de Bilbao! Cuando también se le atragantó lo de chauffeur, cogió un trapo rojo, aunque todos saben que el rojo le es indiferente a los toros, y se puso a torear de salón por los aledaños desamparados del Nervión. A veces él hacía de toro. No me extiendo porque mañana ya Ud. dirá lo que tenga que decir sobre la cosa. No olvido que mañana tiene Ud. trabajo con Belmomte y demás.

Pese a todo sigue. 

Cocherito fue torero serio, “del norte”, ascético, a la altura, por así decir, de su verdadero y funerario nombre. Toreó con los mejores y los mejores lo respetaron… porque lo que es los toros… lo empitonaron 16 veces. Una de ellas le incubó la tuberculosis y lo finiquitó.

Uno de los grandes placeres que la vida te puede deparar es este: tomar una copita un día de invierno, en un interior caldeado y oír historias que parecen venidas de otro mundo. Otros, en situaciones similares, fundaron metafísicas. 

– Presenció la famosa estocada de Machaquito, a tremendo volapié, que Benlliure ¿inmortalizó? en “La estocada de la tarde”. El tercero en discordia fue Bombita. Empezaba el mes de las flores del año 1907. En París, Mandelstham conoce al terribe Gumilov, que acaba de publicar la revista artística Sirio donde aparecen las primeras poesías de Ajmátova. Así eran las cosas.



–Benlliure… ¿el especialista en la efigie de Franco?

–En efecto. Era un maestro en el arte de reproducir cabestros. Y valenciano, por más señas.

–¿Le hacen unos soldaditos de Pavía?– La mesonera desde la barra.

–¡Ea!…

–¡Ea!...



Trae un platito rebosante de lo que resultan ser tiras de bacalao desalado con gabardina crujiente amarillo azafrán, festoneadas con bandas de pimiento morrón… ensartadas en palillos. ¡Pa banderillas las que ponía el Cocherito!


 … A semejanza de los húsares de Pavía. ¡La vena metafórica de la plebe!…

5

Tal día como hoy del año 1895, año de Fortuna y de Esenin, el general Pavía fue encontrado muerto por su criado: Como no bajaba, subí yo– confesó. El día anterior había celebrado (con el ahora presidente y pronto tiroteado, Cánovas) el 20 aniversario de su proeza, que no los cuatro añitos de Mandelstham. Angiolillo huía de Italia y empezaba a husmear el rastro del malagueño, responsable de las torturas de Montjuich. En Cuba se prepara el alzamiento de Oriente y Matanzas. José Martí, nacido cuando La Traviata, tiene un pie en el estribo. En la piel de toro aún resuenan los olés por Frascuelo y Lagartijo. Guerrita y Fuentes están en su apogeo. Joselito, a punto de nacer, Belmonte tiene tres años y el Imperio Español, las horas contadas. A la generación, llamada del 98, le duele España… incapaz de regeneración alguna. 

Yo me limito a rellenar los vasos. Soy todo oídos. Las orejas, ni mentarlas.



 6

–El entierro fue todo un acontecimiento. Enterraban a un torero famoso reconvertido valerosamente en yerno del alcalde de San Fernando de Henares, antes del Jarama. Había comprado una finca, con una clara visión de futuro, a la orilla del río, donde había estado el Sitio Real y  ahora está la ITV de Coslada y el correspondiente clúster de talleres de reparación de automóviles. Se murió sin ver el prodigio. 


–ZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz……zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Una camioneta trajo el cadáver desde el hospital hasta la finca del finado. Lo velaron toda la noche, como es natural. A la mañana siguiente, a hombros, como se hacía entonces, llevaron la caja al pueblo. Entre los porteadores: Fortuna, Chiquito, Zoquita, Cayetanito, Joselito Marín… (Bombita formaba parte de la presidencia del séquito)… que, digo yo, no sé de dónde sacarían la fuerza. Bueno, también el muerto era Cocherito. Hubo casi tantos responsos como asistentes. Y de coronas ya ni hablemos. Llegaron de todas partes y, por supuesto, de sus amigos de profesión entre ellos Bombita, Belmonte, Chicuelo, Celita, Mendi, Fortuna… Lo enterraron el cementerio “viejo”… que entonces era nuevo.

ZZZZZzzzzz…..ZZZZZzzzzz…..ZZZZZzzzzz…..



–El primer club taurino, oiga. ¡El primero! Empezó en el Arenal, y ha acabado en la calle Nueva, tras una etapa de transición en la calle Jardines: Club Cocherito fundado el veinte (¡¡20!!) de noviembre de 1910. En París, Ajmátova conoce a Modigliani.

(…)    (…)    (…) ZZZZZZZ….. ZZZZZ…. ZZZ… ZZ… Z

En sueños oigo un pasodoble sin mucha donosura, la verdad. Jaureguibietia se removerá en su tumba pensando en la gracia que derrochan los dedicados a Gallito o a Agüero, sin ir más lejos. 

Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí.









lunes, 8 de abril de 2013

Propuesta para hoy, día 8 de abril. Berlin Alexanderplatz: Frank Biberkopf pierde el brazo derecho. Barcelona. Belmonte se pega un tiro.


1
8 de abril del año 2018.
Bueno, parece que todos los 8 de abril caen en domingo.
2
Cuando crezcan los chiringuitos, arreciarán las lluvias, dijo el profeta… 


Llueve y yo voy a celebrar el cumplimiento de la profecía a La Xancla. Allí, con un carajillo invernal, medito sobre las lecturas que la iglesia católica, apostólica y romana  propone para el día de hoy: Domingo de Pascua.

                                Hechos de los apóstoles 4, 32-35.
 “En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía (…)
Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno”.
¿Qué te parece, Frank? No hubieras tenido que vender la bazofia nazi, ni te hubieras embarcado en esa aventura que te costó el brazo derecho… Todo de todos. No sólo las mujeres… ¡Díselo a tu socio!
Salmo 117



La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho.
Ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor: Sea nuestra alegría y nuestro gozo.   


                                                    
La diestra del señor me ha dejado sin mi poderosa diestra, “mi brazo amigo”. Manquito para toda la vida. Me cago en la diestra del señor. Con la piedra que desecharon me aplastaron el brazo. En verdad que este es el día en que actuó el señor… por medio de un hijo de puta. ¡¿Cómo me voy a alegrar?! ¡¡Cilly, Cilly! No me queda nada. No lo he conseguido.



 El cielo sobre Berlín, el domingo de pascua, 8 de abril de 1928, estaba cubierto por una densa y homogénea capa de nubes color rata.  Y del suelo ascendían nubes de polvo proveniente de la inacabable ampliación del metro.


 
Quedaban restos de nieve, color ceniza, pero el ambiente era cálido. En un interior de la calle Prenzlauer, Cilly ha puesto la estufa y Franz Cabeza de castor, apoyados los codos, los dos, en la ventana, mira absorto la muchedumbre. Oye campanas y no sabe dónde. Sólo las oye él. ¿Es fiesta? No, Frank, no… es la muerte que recuerda su presencia.  No hace ni tres meses que salió de Tegel con la intención de seguir la senda del Bien. Pero es difícil. Va en su busca…Y no volverá. 

Esa noche, Frank perderá un brazo y las cosas se le pondrán verdaderamente difíciles.  Si con un brazo la cosa estaba mal, con uno resultará imposible y risible, Frank. Empiezas la caída definitiva, ¿eh, Frank?... de la cárcel al manicomio. De oca a oca. Ya no podrás apoyar más los codos en el marco de la ventana, ¿eh, Fank?... Ni abrazar a Cilly.

¡Hasta aquí puedo decir!

El día 15 de abril, o sea al domingo siguiente, Bruno Walter dirigiría su último concierto de la temporada, en la Ópera Municipal. Sinfonía en mi bemol mayor de Mozart, los beneficios se destinarían al fondo del monumento a Gustav Mahler.

El 31 de agosto se estrenó La ópera de tres cuartos (o como quiera que se traduzca). Frank y los suyos parecen personajes que han saltado desde el escenario. Si Brecht y Weil presentaron la obra con una clara intención irónica, crítica, Döblin lo hace sin dobleces. Así son las cosas.
“Sonja y Eva saben que es sólo una cancioncilla del mercado semanal, que canturrean ante un cartel con imágenes; pero las dos se ponen a llorar cuando termina, y no pueden encender otra vez sus cigarrillos.”



Puro fisicalismo.

Alguien, de 32 años, casado y con dos hijos, y en posesión del carnet de conducir de 2ª y de 3ª, se ofrece como conductor… o lo que sea. La productividad aumenta al ritmo que se aceleran las cadenas de montaje. El trabajo a destajo se extiende, las ganancias se recuperan y la vida se aniquila. La Gran Crisis (mejorando la presente) está a las puertas.

La gran novela del Berlín de Weimar: Desorientación. Confusión. Desánimo. Impotencia. Döblin, que por entonces se ha apartado del KDP, no le debe nada a nadie, salvo a los grandes profetas bíblicos. La novela rompe con el expresionismo simbolista e inaugura un nuevo realismo en el que la actualidad, el misticismo, la ansiedad y la locura campan a su aire.
Si no tienen nada mejor que hacer, léanla. Habrán leído una de las mejores novelas europeas del siglo pasado. 

3
Barcelona también estaba patas arriba aquel año de 1928: El metro y la locura edilicia ligada a la Exposición Universal. 



La ciudad y alrededores era invadida por mano de obra venida de dios sabe dónde. Se asentaban en las laderas de Monjuic y de allí eran expulsados hacia las casas baratas. Ocuparon las playas y los descampados en una odisea desesperada digna de Homero. Los que ya estaban también fueron expulsados por un conocido proceso de gentrificación o algo parecido. Y Barcelona crecía con el alimento de Saturno. Los obreros cualificados conseguían 8’67 pesetas al día. Los no cualificados, 6 pesetas. Los trabajadores agrícolas, se conformaban con 5’34. El trabajo abundaba, pero, con frecuencia, muy por debajo de esas condiciones y, naturalmente, lo de las 40 horas seguía siendo el horizonte utópico. Cuando ese año de 1928 se introdujo la coca-cola costaba, en tienda, 35 céntimos. Es decir que una familia de cinco miembros y, naturalmente, enloquecida, que se decidiera a tomar un refresco en la Avenida Marqués del Duero, hubiera tenido que desembuchar  alrededor del 30% de la soldada, pues, en efecto, de eso se trataba, de una guerra por las plusvalías… ¡sin contar el suplemento de terraza ni la propina!
Y si, para seguir la fiesta y acabar de tirar la casa por la ventana, se les hubiera ocurrido hacerse una foto conmemorativa en el recién instalado fotomatón del carrer Pelai, 56, hubieran tenido que esperar 16 minutos viendo las novedades de primavera en los escaparates de los muchos y grandes almacenes de la calle y, como es natural, pagar 1’50 pesetas para verse haciendo el imbécil como si de un día normal se tratara. O sea un total de 4 pesetas: el 60% del jornal.
Así, a cualquiera le entraban ganas de arrojar una bomba donde fuera o de tirarse al Besós y romperse la crisma.

El verano fue infernal. Ocupó el primer puesto en el ranquin de temas de conversación. A pesar de todo, o por eso, se corrió la primera maratón de la ciudad, inaugurando, a lo grande, un hábito más pernicioso que el tabaco.
Entrado el otoño se inauguró el teleférico de Montjuic. El más rápido del mundo y el nuncio eclesiástico arroja ramos de flores, como bombas, a la multitud que sigue la inauguración de la fachada neogótica de la casa dels canonges. En el barri (neo)gòtic. Al año siguiente se instalaría, en Balmes con Provenza, el primer semáforo.
A propósito del barri (neo)gòtic. Cuando yo ejercía, los pocos meses que la locura me lo permitió, de maestro en el Castell de Castelldefels, encontré en la mesa de despacho, pura caoba, que me servía de instrumento de suplicio, los planos de la fachada de la catedral de Barcelona. No era de extrañar. Manuel Girona fue el mecenas y el propietario del castell. Pensé en quedármelos, pero como tantas otras veces me ha ocurrido, los dejé. Sería millonario, si hubiera seguido mis bajos y más queridos instintos: obra de Barceló, obra de Equipo Crónica, obra de Alfonso Albacete, obra de Lluís Lleó, obra de José Luís Cacho, obra de Pardo, obra de Amat (el de Vinçon), obra de Mariscal… ¡Millonario!
4
Domingo de ramos 8 de abril del año 1962. Sevilla. Juan Belmonte, el Pasmo de Triana, despertó a su chófer. Asunción y Dolores, criadas, ya hacía tiempo que trajinaban. Estaría bien una vueltecilla por la finca (que ya no era La Capitana) pensó. La última. 
–Esperarsus que vuervo enseguía.
Entregó 450.000 pesetas a su novia, que quedó pasmada. Oyó misa. Lo del notario ya lo tenía arreglado… Y vorvió. Subieron al Ford y tiraron para Utrera. 

Esa tarde, recorrió a caballo su finca (que ya no era La Capitana) acosó y derribó varios novillos. Tenía el cuerpo melancólico y el alma hastiada hasta el dobladillo del “ello”. Con más miedo a la vejez que a los pitones, quiso acabar a lo grande, pero se lo impidieron. Esa tarde, repito, zahones y chaquetilla, recorrió a lomos de su jaca Maravillas, su finca (que ya no era La Capìtana); acosó y derribó varios novillos… sin dejar de pensar en las heroicas  muertes de Joselito y Sánchez (E)lejías, perdón Mejías…, en la miserable del Divino calvo y en su algo más que predecible decadencia.

Frustrado, y de anochecida… a la hora belmontiana, entró en la finca, llamada Gómez Cardeña. Mientras se dirigía a su despacho le pidió a Dolores que le sirviera un güisqui. Dolores, a regañadientes, pues estaba harta de que la llamara Dolores y no Lola (o Lolita*) le sirvió la bebida. 
–Gracias, Dolores. Que no me moleste naide.
Se prende, aunque no está para celebraciones, un Montecristo (por los estoques). Mira el Zuloaga y no puede dejar de ver la espingarda que cuelga a su vera.
Puso en marcha el grupo electrógeno y, arrullado por el ronroneo, sacó lentamente su femenil Browning 6’35 y se pegó un tiro a lo Hemingway,  por encima de la oreja derecha. 
Lo encontró Asunción, doblado en un sillón frailuno, pieza imprescindible del tresillo que ocupaba el rincón más iluminado de la sala. La Iglesia no pasó por alto su condición suicida, y para que descansara en tierra santa el nuncio eclesiástico obró el milagro de convertir el destrozo craneal en un vulgar infarto de miocardio. Los de la casa le habían quitado la ridícula bata de seda y lo habían vestido con el uniforme de la cofradía del Cachorro.

El Cachorro se paseará de negro. Belmonte, como es natural, no ejercerá de maniguetero en el paso de la Virgen del Patrocinio, como así tenía previsto.
De más decir que toda (casi) la prensa española habló de la mala salud de Belmonte y de que esto se veía venir…
5


Allá va el robinsón de las Españas,
raptor de ninfas, vengador de Europas,
sin más armas ni ropa
que un leve hatillo, incólume del río.
(…)
Yo canto al varón pleno,
 al triunfador del mundo y de sí   mismo
que al borde —un día y otro— del abismo
 supo asomarse impávido y sereno.


Así, hacinadamente retórico, como un salmista, se expresaba en ¡1941! Gerardo Duero, digo Diego, egregio poeta. El homenajeado: Belmonte, el Pasmo de Triana. Nada que ver con la calaña del Algabeño y del infame Cañero. Belmonte no recorrió los campos andaluces alanceando rojos, ni pintó en su muleta un ¡Viva España! como Manolo Bienvenida, nieto, hijo (del Papa Negro, torero fundador de dinastía) y hermano de toreros. Belmonte no estoqueó republicanos… ni brindó por la división azul… pero, vamos, eso, en sí, no es un mérito… Sobre todo si sabemos que se cortó la (metafóricamente, vamos) coleta en el 36. La magnífica obra de Nogales estaba siendo publicada entregas.

La guerra civil-revolucionaria se infiltró hasta en las mismas cuadrillas: los espadas eran del bando sublevado y los segundos simpatizaban con la causa republicana… Alguna razón tenía Ortega cuando aconsejaba el estudio de las corridas de toros y su evolución para una más correcta comprensión de las cosas.
Utrera. 1962. En una semana hubiera cumplido los 70 y en Mieres empezaba la Huelgona. El egregio poeta apostilló: “Apiádate, Señor, de Juan Belmonte”. 
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Los USA se deciden a poner los dos pies en Vietnam y Argelia, tras los muertos de marzo y los acuerdos de Evian, conquista la independencia.
En agosto moría Marilyn y nacían los Rollins Stones, The Animals y ¡¡Los Salvajes!!
La portada del Time estaba dedicada a Sofía Loren.



 Completen la lectura con las dedicadas
·        a Joselito (Se está cocinando)

·        a Cocherito de Bilbao


·        a Granero. 

 https://kinomoriarti.blogspot.com/2013/05/propuesta-para-hoy-dia-7-de-mayo.html

·        a Sánchez Lejías, perdón, ¡Mejías! (Se está cocinando).


·        y a Belmonte en la portada del Time.







RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...