(los asteriscos remiten a efemerídicas razones)
A esa misma
conclusión estaba llegando el alto mando militar del “Imperio” Hohenzollern: El mayor error de Ebert ha sido dejarnos con
vida. Cuando llegue el momento
borraremos hasta su “chiricciana”
sombra.
Propuesta
para hoy, día 20 de noviembre.
El día 20 de
noviembre de 1918, un miércoles nebuloso, Brose y Motz, dos contrabandistas de
poca monta de los que estaba lleno Berlín, conceptualizan acertadamente una
intuición que les rondaba desde hacía días: Esto no es una revolución ni nada
que se le parezca y Liebknech no hará nada. ¿La prueba?...¡que estamos vivos!
Una revolución como dios manda hubiera eliminado de un plumazo a gentuza como
nosotros.
Ebert, a su
pesar, fue asociado con los de la “puñalada
por la espalda”. Él, que temía más a la revolución que a su suegra.
Aquel día, ríos
de trabajadores, corrientes espesas de gente esperanzada, rendía homenaje en la
explanada de Tempelhof a los muertos de noviembre. La riada se internó en el
corazón del Berlín del capital, cruzó la puerta de Brandeburgo y se dirigió,
entre “Marsellesas” e “Internacionales” al pequeño cementerio
de Friedrichshain. Allí se invocó el socialismo y la Revolución. Liebknech
volvió a apuntar al enemigo interior…
El enemigo
interior (el SPD) sin embargo, actuaba sin desmayo y depositaba todas sus
esperanzas de salvar la propiedad en los “cadáveres”,
a los que armó hasta los dientes y les dio carta blanca: con esas credenciales
cobraron nueva vida.
Hay días que,
por su lúgubre sonoridad (¡¡veinte de noviembre!!), atraen sobre sí desgracias
(y alguna recóndita alegría). Así que lo mejor es no salir de casa y confiar en
que no se desplome el techo sobre uno. Aplacar la indignación y canalizarla:
Unas tostaditas rociadas de aceite del Peloponeso y espolvoreadas con glorioso orégano del “Monte Negro”.
Carajillo y
todos los remolques que hagan falta.
A propósito de “Negro”…saludos a “Tirant a blanc”*, el denodado perro del “Negre”, capaz de proezas,
como p.e. recoger nueces, guardárselas y cuando a él le apetece, partirlas y
comerse su interior; lo mismo con las naranjas… a más de las misiones que, como
perro, tiene encomendadas. Cuando lo visitas, lo primero que hace es conducirte
a sus tesoros…”donde tu tesoro: ¡allí tu
corazón!”...A su manera te conduce a su corazón.
Tal día como hoy, del año 1922, Breton, Picabia y las
respectivas, regresan a Paris, desde Barcelona. Prevaleció la insistencia de
Picabia sobre la colitis de Simone. La exposición y la recepción
correspondiente se celebró el 17 en las Galerias Dalmau, cuna de “391”, la revista “dadaísta” de Picabia y de unos cuantos más. Breton, como aperitivo,
dictó una conferencia en el Ateneo, donde, además de explicar las “características de la evolución moderna y en
qué consiste” (algo que por estos lares hubo que enumerar y definir de
forma minuciosa) anunció la muerte de “Dadá”.
La noticia cayó como un “jarro de agua fría” y toda la ciudad se conmovió…las
multitudes acudían a los bares con la pretensión de que le cambiaran el agua
fría del “jarro” por una jarrita de
cerveza recién “tirada”.
Y Magritte se siente impresionado por “La canción del amor”
de De Chirico y cambuia de estilo
Según se acercaba a Rue Fontaine, la inquietud aumentaba:
¿de qué no habrán sido capaces estos orates?...La “Ola de los sueños” tocaba a su fin. Desnos, ajeno a su triste e
inoportuna muerte, se distinguía… y no
distinguía con claridad la vigilia del sueño…o una broma (más o menos pesada),
de un verdadero ataque de psicópata.
En su ausencia (de Breton), el futuro estalinista Eluard y
la presente y futura ninfómana de genio y sexo, Gala…están construyendo un
nuevo “salón”.
Max Ernst, aquel 20 de noviembre, está dando los últimos
toques a su “Reunión de amigos”…núcleo inicial (y duro) del
movimiento surrealista.
Junto al dominante Breton, con capa roja, de Chirico se ha
quedado de piedra: Acaba de revelársele que tal día como hoy, del año 1978,
sería conducido a uno de los cementerios de Roma.
Antes recuerda el comienzo de su gloria:
” En una límpida tarde otoñal estaba sentado en un banco
en el centro de la plaza de Santa Croce, en Florencia. Naturalmente,
no era la primera vez que veía aquella plaza: pero acababa de salir de
una larga y dolorosa enfermedad intestinal, y me hallaba como en un estado de
mórbida sensibilidad. Todo el mundo que me rodeaba, incluso el mármol de los
edificios y de las fuentes, me parecía convaleciente. En el centro de la plaza
se alza una estatua de Dante, vestida con una larga túnica, con sus obras
pegadas al cuerpo y la cabeza, coronada de laurel, pensativamente reclinada….El
sol otoñal, cálido y fuerte, aclaraba la estatura y la fachada de la iglesia.
Tuve entonces la extraña impresión de mirar aquellas cosas por primera vez, y
la composición del cuadro se reveló a los ojos de mi mente”.
Acababa Octubre de 1910…y el primer cuadro “metafísico”: ”El enigma de una tarde de otoño”
estaría acabado para el 20 de noviembre de aquel año.
“Todo objeto
tiene dos aspectos: el aspecto común, que es el que generalmente vemos y
que todos ven, y el aspecto fantasmal y metafísico, que solo ven raras personas
en momentos de clarividencia y meditación metafísica. Una obra de arte tiene
que contar algo que no aparece en su forma visible“.
La
realidad física tiene la estructura del sueño. Sin embargo el contenido latente
no puede ser explicado: sólo mostrado. La elección de la forma de ese “mostrar” resultaría (en Chirico) de la
combinación del “método de Nietzsche”
y del “método de Schopenhauer”.
El
objeto, fuera de su contexto (aún no “ready
made”), elegido o encontrado, funciona como llave de otras capas de
comprensión del mundo: como la” moussaka”
que me voy a preparar; una capa te conduce a otra y al mezclarse los sabores se
produce una explosión de alegría (o de tristeza…si la berenjena amarga).
La
obra “metafísica” (hasta 1920…¡pongamos
hasta el 24!) de Chirico respira la atmósfera otoñal de los últimos días de
Nietzsche en Turín. Sobre esta influencia, las obras florentinas de Böcklin, de
Klinger…lecturas de Schopenhauer, pasadas por el estómago del primer Pappini…y
algunas gotitas de Weininger.
Añadan
vds. las perspectivas y las masas de Giotto y “un uso realmente misterioso del color…esa especial intensidad, nunca
decididamente chillona ni transparente, de los planos cromáticos, siempre
teñidos de una cierta sobriedad (…) que no brillan ni siquiera cuando están a
la luz, ni contrastan (…) con las sombras de luz que, aunque solar, parece ser
el eco de una cualidad oculta” (M.C.).
Súmenle
a lo anterior el recuerdo monumental de su Grecia natal.
La cuestión de la “moussaka” es
muy sencilla…el secreto está en salar durante 40’ las rodajas (7’65 mm.
parabellum) de berenjena; y en que cuando las doremos no se queden demasiado
rígidas.
Las colocamos en papel absorbente y las reservamos. Si, pese a todo,
amargan…¡seremos nosotros!
Pelamos los tomates y los picamos en trozos razonables. Las cebollas y
los ajos, los picamos a conciencia: conciencia
y razón no coinciden.
Salpimentamos la carne picada (a poder ser de cordero). Pochamos la
cebolla y el ajo y cuando esté, echamos la carne…y…¡Por favor! Un poquito de
menta, una ramita de perejil picado y un pellizco de canela…Déjenlo 5’. Añadan
vds. los tomates y un chorro generoso de vino blanco (tampoco le hagan ascos,
en su lugar, a un buen chorro de brandi).
15’ para reducir.
Mientras la reducción se produce habremos puesto el horno a 180º y
habremos hecho una bechamel abundante.
Y ¡hala! A montarla: capa de berenjena, capa de mezcla con la carne y
capa de bechamel y “Coda da capo”.
Acabamos vaciando sobre el monumento toda la bechamel que nos habrá
sobrado y lo rociamos de queso: 25’ a 180º + 5’ de gratinador.
Antes de servir, una lluvia fina de orégano y una delicada “calamarsada” de “feta”.
Háganme el honor y acompáñenla con un “agiorgítiko” de Nemea.
Espacios vacíos, luz otoñal, sombras
alargadas, objetos incompatibles unidos leautremonianamente…¡Naturalezas
muertas! Que sólo la “iluminación”
interior abre a una “novísima” vida.
El silencio estridente de la reverberación del medio día de Zaratustra.
La
“cosa”, aislada, se convierte en
universo y define nuevas relaciones con los infinitos universos. Cataclismos
silenciosos ocurren en su interior y las sombras son los indicios. Hay más
misterio en la sombra de un hombre andando bajo el sol del atardecer que en
todas las religiones que en el mundo han sido. La sombra como esencia
expulsada. La esencia está en la sombra….La cosa es una cáscara, una “forma”, de donde se ha desvanecido (euridicianamente) todo rastro de vida.
Esta
“revelación” metafísica habrá de ser
completada con la “iluminación profana”
de Benjamín…sino quiere fosilizar en suspiro tardo-romántico o en idealismo,
sin más.
Era
necesario que esa visión del mundo, como recién creado, como dispuesto para una
primera repartición de funciones…afectara profundamente a los surrealistas y,
en especial, a Breton que adquirió alguna obra suya (aunque tuvo que venderlas
por apuros económicos). Max Ernst, Tanguy…le son deudores.
De
Chiricco detuvo como un coloso, con “cerebro
de niño”, las ruedas “despernadas”
de los mecanismos futuristas y su verborrea belicista. La “llamada al orden” convirtió el “enigma”
en vulgaridad, la indagación poética en repetición kitch…y vinieron los
problemas: con Carrá, con Pappini, con los surrealistas.
“El
nacimiento de “Hebdómeros” (empezada en el 27 y publicada en el 29) es como el acto de defunción del pintor”.
Lo dicho, que Chirico se quedó de piedra
cuando le vino esa “iluminación”… y
así lo retrató Max Ernst.
Pasada la media hora, nos zampamos la “moussaka”. Nos habrán salido kilos.
Llamamos al vecino y damos buena cuenta de la pitanza y de las dos botellas de
“Nemea”. Nos sobrará para la noche….y
¡puede que para noche vieja!
¡¡veinte de
noviembre!!
Durruti moría al
mismo tiempo que José Antonio era fusilado en la cárcel de Alicante. Nunca
sabremos de dónde procedió la bala que atravesó el pecho de Durruti la tarde-noche
del 19 (murió a las 4 de la madrugada del viernes 20). A José Antonio lo
fusilaron por “rebelde” y por
fascista, unas horas más tarde. La luna, para cuarto creciente, acababa de
esconderse.
Durruti puso de
manifiesto los límites políticos del movimiento anarquista que, teniéndolo TODO
lo puso en manos de la burguesía. Su posición viraba, frente a la opinión
mayoritaria de la CNT-FAI, hacia una comprensión profunda de los mecanismos del
poder (Estado) y su toma por la fuerza. Por supuesto que el PCE y la
socialdemocracia lo combatió…¡pero con eso ya se contaba!
La situación en
Catalunya, a partir del verano del 36, sólo es comparable a la dejación por
parte de los revolucionarios alemanes, tras la victoria contra las fuerzas del
estado, en aquel fatídico 24 de diciembre de 1918. Durruti (“Los Amigos de Durruti”) pudo haber
cambiado las cosas. Su muerte puso el punto y final a un posible entendimiento
con las fuerzas marxistas revolucionarias (POUM). Habían alcanzo con
claridad la necesidad de:
1. Imponer UN PROGRAMA REVOLUCIONARIO,
el comunismo libertario, QUE HA DE DEFENDERSE CON LOS FUSILES. La CNT, que
tenía la mayoría en la calle, debería haber implantado el comunismo libertario,
y luego debería haberlo defendido por la fuerza. En otras palabras, utilizando
la terminología marxista: debería haberse implantado la “dictadura del proletariado.”
2. La necesidad de formar UNA JUNTA
REVOLUCIONARIA, constituida por los revolucionarios que han tomado parte en la
insurrección proletaria, QUE EJERCE EL PODER Y REPRIME POR LA VIOLENCIA A LAS
FACCIONES NO PROLETARIAS, para evitar que éstas vuelvan a tomar el poder, o
inicien un proceso contrarrevolucionario que derrote y aplaste al proletariado.
Que esa “Junta revolucionaria”, como
la denominan “Los Amigos de Durruti”,
otros la llamen “vanguardia” o “partido revolucionario”, sólo puede
asustar a quienes se asustan de las palabras, no de las derrotas del
proletariado.
No fue así, sin embargo; la burocracia anarcosindicalista,
sin proyecto, cedió el poder en el momento decisivo: ¡cuando TODO estaba ganado.
Para acompañarnos la cena sonará en el esputofaif: “Cancionero
libertario”, una magnífica selección y producción de Plácido Serrano. O, si
quieren vds. pongan lo primero de “Columna
Durruti”, el mítico EP, “A Factory
Sample”.
De cualquier manera mi vecino y yo vamos a socializar los
restos de la musaka, y otras dos de Nemea.