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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Propuesta para hoy, día 20 de noviembre. Alemania. Breton. de Chiricco. Durruti.

(los asteriscos remiten a efemerídicas razones)


Propuesta para hoy, día 20 de noviembre.

El día 20 de noviembre de 1918, un miércoles nebuloso, Brose y Motz, dos contrabandistas de poca monta de los que estaba lleno Berlín, conceptualizan acertadamente una intuición que les rondaba desde hacía días: Esto no es una revolución ni nada que se le parezca y Liebknech no hará nada. ¿La prueba?...¡que estamos vivos! Una revolución como dios manda hubiera eliminado de un plumazo a gentuza como nosotros.



 A esa misma conclusión estaba llegando el alto mando militar del “Imperio” Hohenzollern: El mayor error de Ebert ha sido dejarnos con vida.  Cuando llegue el momento borraremos hasta su “chiricciana” sombra. 

Ebert, a su pesar, fue asociado con los de la “puñalada por la espalda”. Él, que temía más a la revolución que a su suegra.

Aquel día, ríos de trabajadores, corrientes espesas de gente esperanzada, rendía homenaje en la explanada de Tempelhof a los muertos de noviembre. La riada se internó en el corazón del Berlín del capital, cruzó la puerta de Brandeburgo y se dirigió, entre “Marsellesas” e “Internacionales” al pequeño cementerio de Friedrichshain. Allí se invocó el socialismo y la Revolución. Liebknech volvió a apuntar al enemigo interior…




El enemigo interior (el SPD) sin embargo, actuaba sin desmayo y depositaba todas sus esperanzas de salvar la propiedad en los “cadáveres”, a los que armó hasta los dientes y les dio carta blanca: con esas credenciales cobraron nueva vida.

Hay días que, por su lúgubre sonoridad (¡¡veinte de noviembre!!), atraen sobre sí desgracias (y alguna recóndita alegría). Así que lo mejor es no salir de casa y confiar en que no se desplome el techo sobre uno. Aplacar la indignación y canalizarla: Unas tostaditas rociadas de aceite del Peloponeso y  espolvoreadas con glorioso orégano del “Monte Negro”.

Carajillo y todos los remolques que hagan falta.

A propósito de “Negro”…saludos a “Tirant a blanc”*, el denodado perro del “Negre”, capaz de proezas, como p.e. recoger nueces, guardárselas y cuando a él le apetece, partirlas y comerse su interior; lo mismo con las naranjas… a más de las misiones que, como perro, tiene encomendadas. Cuando lo visitas, lo primero que hace es conducirte a sus tesoros…”donde tu tesoro: ¡allí tu corazón!”...A su manera te conduce a su corazón.  

Tal día como hoy, del año 1922, Breton, Picabia y las respectivas, regresan a Paris, desde Barcelona. Prevaleció la insistencia de Picabia sobre la colitis de Simone. La exposición y la recepción correspondiente se celebró el 17 en las Galerias Dalmau, cuna de “391”, la revista “dadaísta” de Picabia y de unos cuantos más. Breton, como aperitivo, dictó una conferencia en el Ateneo, donde, además de explicar las “características de la evolución moderna y en qué consiste” (algo que por estos lares hubo que enumerar y definir de forma minuciosa) anunció la muerte de “Dadá”. La noticia cayó como un “jarro de agua fría” y toda la ciudad se conmovió…las multitudes acudían a los bares con la pretensión de que le cambiaran el agua fría del “jarro” por una jarrita de cerveza recién “tirada”.

Y Magritte se siente impresionado por “La canción del amor” de De Chirico y cambuia de estilo



Según se acercaba a Rue Fontaine, la inquietud aumentaba: ¿de qué no habrán sido capaces estos orates?...La “Ola de los sueños” tocaba a su fin. Desnos, ajeno a su triste e inoportuna muerte, se distinguía…  y no distinguía con claridad la vigilia del sueño…o una broma (más o menos pesada), de un verdadero ataque de psicópata.

En su ausencia (de Breton), el futuro estalinista Eluard y la presente y futura ninfómana de genio y sexo, Gala…están construyendo un nuevo “salón”.

Max Ernst, aquel 20 de noviembre, está dando los últimos toques a su “Reunión de amigos”…núcleo inicial (y duro) del movimiento surrealista.
Junto al dominante Breton, con capa roja, de Chirico se ha quedado de piedra: Acaba de revelársele que tal día como hoy, del año 1978, sería conducido a uno de los cementerios de Roma.

Antes recuerda el comienzo de su gloria:

En una límpida tarde otoñal estaba sentado en un banco en el centro de la plaza de Santa Croce, en Florencia. Naturalmente, no era la primera vez que veía aquella plaza: pero acababa de salir de una larga y dolorosa enfermedad intestinal, y me hallaba como en un estado de mórbida sensibilidad. Todo el mundo que me rodeaba, incluso el mármol de los edificios y de las fuentes, me parecía convaleciente. En el centro de la plaza se alza una estatua de Dante, vestida con una larga túnica, con sus obras pegadas al cuerpo y la cabeza, coronada de laurel, pensativamente reclinada….El sol otoñal, cálido y fuerte, aclaraba la estatura y la fachada de la iglesia. Tuve entonces la extraña impresión de mirar aquellas cosas por primera vez, y la composición del cuadro se reveló a los ojos de mi mente”.



Acababa Octubre de 1910…y el primer cuadro “metafísico”: ”El enigma de una tarde de otoño” estaría acabado para el 20 de noviembre de aquel año.

Todo objeto tiene dos aspectos: el aspecto común, que es el que generalmente vemos y que todos ven, y el aspecto fantasmal y metafísico, que solo ven raras personas en momentos de clarividencia y meditación metafísica. Una obra de arte tiene que contar algo que no aparece en su forma visible“.

La realidad física tiene la estructura del sueño. Sin embargo el contenido latente no puede ser explicado: sólo mostrado. La elección de la forma de ese “mostrar” resultaría (en Chirico) de la combinación del “método de Nietzsche” y del “método de Schopenhauer”.

El objeto, fuera de su contexto (aún no “ready made”), elegido o encontrado, funciona como llave de otras capas de comprensión del mundo: como la” moussaka” que me voy a preparar; una capa te conduce a otra y al mezclarse los sabores se produce una explosión de alegría (o de tristeza…si la berenjena amarga).

La obra “metafísica” (hasta 1920…¡pongamos hasta el 24!) de Chirico respira la atmósfera otoñal de los últimos días de Nietzsche en Turín. Sobre esta influencia, las obras florentinas de Böcklin, de Klinger…lecturas de Schopenhauer, pasadas por el estómago del primer Pappini…y algunas gotitas de Weininger.



Añadan vds. las perspectivas y las masas de Giotto y “un uso realmente misterioso del color…esa especial intensidad, nunca decididamente chillona ni transparente, de los planos cromáticos, siempre teñidos de una cierta sobriedad (…) que no brillan ni siquiera cuando están a la luz, ni contrastan (…) con las sombras de luz que, aunque solar, parece ser el eco de una cualidad oculta” (M.C.).

Súmenle a lo anterior el recuerdo monumental de su Grecia natal.

La cuestión de la “moussaka” es muy sencilla…el secreto está en salar durante 40’ las rodajas (7’65 mm. parabellum) de berenjena; y en que cuando las doremos no se queden demasiado rígidas.

Las colocamos en papel absorbente y las reservamos. Si, pese a todo, amargan…¡seremos nosotros!

Pelamos los tomates y los picamos en trozos razonables. Las cebollas y los ajos, los picamos a conciencia: conciencia  y razón no coinciden.

Salpimentamos la carne picada (a poder ser de cordero). Pochamos la cebolla y el ajo y cuando esté, echamos la carne…y…¡Por favor! Un poquito de menta, una ramita de perejil picado y un pellizco de canela…Déjenlo 5’. Añadan vds. los tomates y un chorro generoso de vino blanco (tampoco le hagan ascos, en su lugar,  a un buen chorro de brandi). 15’ para reducir.

Mientras la reducción se produce habremos puesto el horno a 180º y habremos hecho una bechamel abundante.

Y ¡hala! A montarla: capa de berenjena, capa de mezcla con la carne y capa de bechamel y “Coda da capo”.
Acabamos vaciando sobre el monumento toda la bechamel que nos habrá sobrado y lo rociamos de queso: 25’ a 180º + 5’ de gratinador.

Antes de servir, una lluvia fina de orégano y una delicada “calamarsada” de “feta”.

Háganme el honor y acompáñenla con un “agiorgítiko” de Nemea.

Espacios vacíos, luz otoñal, sombras alargadas, objetos incompatibles unidos  leautremonianamente…¡Naturalezas muertas! Que sólo la “iluminación” interior abre a una “novísima” vida. El silencio estridente de la reverberación del medio día de Zaratustra.



La “cosa”, aislada, se convierte en universo y define nuevas relaciones con los infinitos universos. Cataclismos silenciosos ocurren en su interior y las sombras son los indicios. Hay más misterio en la sombra de un hombre andando bajo el sol del atardecer que en todas las religiones que en el mundo han sido. La sombra como esencia expulsada. La esencia está en la sombra….La cosa es una cáscara, una “forma”, de donde se ha desvanecido (euridicianamente) todo rastro de vida.

Esta “revelación” metafísica habrá de ser completada con la “iluminación profana” de Benjamín…sino quiere fosilizar en suspiro tardo-romántico o en idealismo, sin más.

Era necesario que esa visión del mundo, como recién creado, como dispuesto para una primera repartición de funciones…afectara profundamente a los surrealistas y, en especial, a Breton que adquirió alguna obra suya (aunque tuvo que venderlas por apuros económicos). Max Ernst, Tanguy…le son deudores.

De Chiricco detuvo como un coloso, con “cerebro de niño”, las ruedas “despernadas” de los mecanismos futuristas y su verborrea belicista. La “llamada al orden” convirtió el “enigma” en vulgaridad, la indagación poética en repetición kitch…y vinieron los problemas: con Carrá, con Pappini, con los surrealistas.



“El nacimiento de “Hebdómeros” (empezada en el 27 y publicada en el 29) es como el acto de defunción del pintor”.

Lo dicho, que Chirico se quedó de piedra cuando le vino esa “iluminación”… y así lo retrató Max Ernst.

Pasada la media hora, nos zampamos la “moussaka”. Nos habrán salido kilos. Llamamos al vecino y damos buena cuenta de la pitanza y de las dos botellas de “Nemea”. Nos sobrará para la noche….y ¡puede que para noche vieja!


¡¡veinte de noviembre!!

Durruti moría al mismo tiempo que José Antonio era fusilado en la cárcel de Alicante. Nunca sabremos de dónde procedió la bala que atravesó el pecho de Durruti la tarde-noche del 19 (murió a las 4 de la madrugada del viernes 20). A José Antonio lo fusilaron por “rebelde” y por fascista, unas horas más tarde. La luna, para cuarto creciente, acababa de esconderse.



Durruti puso de manifiesto los límites políticos del movimiento anarquista que, teniéndolo TODO lo puso en manos de la burguesía. Su posición viraba, frente a la opinión mayoritaria de la CNT-FAI, hacia una comprensión profunda de los mecanismos del poder (Estado) y su toma por la fuerza. Por supuesto que el PCE y la socialdemocracia lo combatió…¡pero con eso ya se contaba!

La situación en Catalunya, a partir del verano del 36, sólo es comparable a la dejación por parte de los revolucionarios alemanes, tras la victoria contra las fuerzas del estado, en aquel fatídico 24 de diciembre de 1918. Durruti (“Los Amigos de Durruti”) pudo haber cambiado las cosas. Su muerte puso el punto y final a un posible entendimiento con las fuerzas marxistas revolucionarias (POUM). Habían alcanzo con claridad  la necesidad de:

1.      Imponer UN PROGRAMA REVOLUCIONARIO, el comunismo libertario, QUE HA DE DEFENDERSE CON LOS FUSILES. La CNT, que tenía la mayoría en la calle, debería haber implantado el comunismo libertario, y luego debería haberlo defendido por la fuerza. En otras palabras, utilizando la terminología marxista: debería haberse implantado la “dictadura del proletariado.”

2.      La necesidad de formar UNA JUNTA REVOLUCIONARIA, constituida por los revolucionarios que han tomado parte en la insurrección proletaria, QUE EJERCE EL PODER Y REPRIME POR LA VIOLENCIA A LAS FACCIONES NO PROLETARIAS, para evitar que éstas vuelvan a tomar el poder, o inicien un proceso contrarrevolucionario que derrote y aplaste al proletariado. Que esa “Junta revolucionaria”, como la denominan “Los Amigos de Durruti”, otros la llamen “vanguardia” o “partido revolucionario”, sólo puede asustar a quienes se asustan de las palabras, no de las derrotas del proletariado.




 No fue así, sin embargo; la burocracia anarcosindicalista, sin proyecto, cedió el poder en el momento decisivo: ¡cuando TODO estaba ganado.

Para acompañarnos la cena sonará en el esputofaif: “Cancionero libertario”, una magnífica selección y producción de Plácido Serrano. O, si quieren vds. pongan lo primero de “Columna Durruti”, el mítico EP, “A Factory Sample”.

De cualquier manera mi vecino y yo vamos a socializar los restos de la musaka, y otras dos de Nemea.






                                           









RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...