Tengo para mí que se origina (Psixí) como nombre de una polilla que
rondaba el fuego fatuo del difunto…
Se
interioriza y se convierte en memoria, en el vivo, del que
ya está muerto. El alma “existirá”,
en tanto que perdure en la memoria de sus “conocidos”.
Muertos también estos, el alma se desvanece euridicianamente.
En estas etapas no tiene complejidad
interior, es simple…un mero cosquilleo nostálgico.
Esta idea se va cuajando y produciendo
grumos que la dotan de estructura. Platón nos cuenta la primera batalla del
alma contra sí misma: Razón contra deseo
descontrolado, que es resuelta por la decidida toma de partido de la voluntad
a favor de la potencia razonadora.
Estructura trinitaria que se proyectará
hacia el futuro.
Desde que gana complejidad se dota de estrategia: dirigida al hundimiento del “homo sapiens”. Como vasos comunicantes…a su grandeza, corresponde una infravaloración del cuerpo y sus potencias. Su suerte va unida a la desgracia de la humanidad.
Y es en esa su marcha triunfal que va
engordando adquiriendo complejidades propias de inteligencias “sutiles” y de (¡qué remedio!) aceptación
sumisa.
El alma generó “Potencias”. Los místicos discernieron: La “memoria”, “la inteligencia”
y la “voluntad”. Santo Tomás les dio
la razón y convirtió aquella intuición en corolario de un exhaustivo estudio
científico… Esto es sólo la membrana
exterior de un citoplasma asquerosín
en el que no entraremos por asco y pudor.
Convertida en “IDEA PURA de la razón”, actuó como faro orientador en el proceloso
océano de la moral y la esperanza…
…Bueno todo esto…así, en general… pues,
como hemos dicho, el Alma es un lodazal…si entras no sales…¡te
cubres de fango hasta las orejas!
La “muerte
de Dios” significó también su muerte y conversión en simulacro…El alma como
arma arrojadiza. Desde entonces la “psicología”
ocupa su lugar.
Puesto que de Espíritu (oso) se habla, me
pimplo tres carajillos de orujo: uno por cada potencia anímica.
¿Que a qué viene tanto dislate?...Pues a
que en tal día como hoy del año 1854, en el marco de la “Guerra de Crimea”, tuvo
lugar la casi decisiva “Batalla de Alma”:
La
INTELIGENCIA lanzó un furibundo ataque…”¿Son
compatibles los axiomas de la aritmética?...¿Es posible crear un cuerpo axiomático
para la Física?”…y sin dar respiro…”¿Cuál
es el cardinal del continuo de Cantor?”
La MEMORIA no reaccionó a esa carga
frontal y la VOLUNTAD, impotente, se dejó pisotear…no sin antes declarar: “¡Yo lo que quiero es una cervecita!”
La INTELIGENCIA obtuvo una victoria
pírrica, pues tuvo que conformarse con la enunciación de las cuestiones pero no
pudo entrar en harina.
De tal manera que en aquella batalla “espiritual”… ¡todas las potencias
perdieron!... Y el Alma demostró, universalmente, su frágil, artificiosa y
pretenciosa naturaleza.
La “batalla
del Alma” resultó ser como una inversión en el río Leteo. El Alma sufrió un
“reset” definitivo y se quedó en
blanco.
Y como no me va el esputofaif…pongo un cassette
de “los Chichos”, conocedores del
alma humana: sus necesidades y sus “recovecos”…¡y porque no tengo otra cosa!...Escuchen,
de todas maneras, “la historia de Juan Castillo”…y
díganme si no tiene enjundia.
Aprovechando…corro al condis. Imposible…¡otra vez hasta los topes!...Entro,
abro la nevera de las cervezas y , mientras se airea el local, me soplo una
estrella. Cojo un “Secreto” ibérico
(la pieza del cerdo más en contacto con su alma porcina) y hago una cola como
la que hice el día que fui a ver “El Dr.
Zhivago”.
A la parrilla (eléctrica) y con tomates “tres cantos” (del huerto). Media
botellita de vino y un fifti-fifti. Remolque de aguardiente de ciruela.
Pasando del plano teológico al histórico,
hay que decir que tal batalla significó el principio del fin de las
aspiraciones expansionistas rusas, a costa del Imperio Otomano. Puso las bases
del mítico “Sebastopol” y de todas
las acciones destinadas a romper el “sitio”.
No podemos dejar de denunciar la crueldad
sádica de la caballería inglesa que impidió beber agua a los caballos…¡tras
días sin beber y correr reglamentariamente! A los pobres animales, a la vista
del río, se les hacía la boca agua…sumergían la cabeza en la enrojecida
corriente…pero se veían impulsados a seguir la cabalgada… Aquellos desalmados
merecerían cruzar Atacama con una cantimplora de salmuera.
La batalla la perdieron los
“aliados”…pero no influyó en su ventaja estratégica. A pesar de todo, los
franceses bautizaron un puente, un
palacio y una plaza con el nombre del rio en el que no dejaron beber a los
caballos…Y construyeron el túnel de Alma, un agujero negro, en el que se entre
a 200 km/h. y se sale a la velocidad de la luz.
La rubia farsante, dejó una espesa mancha
roja que los coches extendieron por todas las calles de París…en forma de
delgadas líneas (rojas).
Una de los primeros intentos de sacudirse el cerco fue la desgraciada “batalla de Balaclava”, producida unos días después de la de “Alma".
El jefe de
todo era Lord Fitzroy James Henry Somerset (¡¡) nombrado primer “barón de Raglan” poco antes de esta
campaña. Él fue el reponsable último de
la garrafal “Carga de la Brigada de
la caballería ligera”…uno de los
mayores errores de la historia militar (dejando aparte el ridículo de” Karánsebes”). Sus responsabilidades
nunca fueron investigadas y, aunque lo hubieran sido, como aristócratas que
eran, no estaban sujetos a la jurisdicción ordinaria…hubieran salido de
rositas…como realmente salieron…¡Enriquecidos y con honores!
…”Hacia el valle de la muerte avanzaban los
seiscientos”…(Tennyson)
A sus órdenes estaba Lord Cardigan, un elegante aristócrata que,
para neutralizar el ascendente del primero (inventor del corte de manga “Raglan”: Lord Raglan solía usar
una casaca cuyas mangas no se cortaban en el hombro como es habitual, sino que
llegaban hasta el cuello en su parte superior) se ideó una prenda que superara en
elegancia y prestancia a ese mero detallito: La chaqueta “Cardigan”, de lana, algodón …¡algo de entretiempo!...sin solapas y
con botonadura delantera…¡Aquello que nosotros, a partir del 40, empezamos a
llamar “rebequita”!
El Barón no
podría sufrir los “pases” continuos
del Lord…Sus apariciones informales, imbuido en esa estupenda prenda y su aire de
superioridad por la singularidad de su atuendo.
Así que el “barón Ranglan”, vengativo, colocó a “Lord Cardigan” en primera línea y le
ordenó la desastrosa carga, para humillación eterna.
Lo que son
las cosas: si la guerra de Grandgousier fue por unos “bollos”, la derrota de Balaclava, lo fue por vanidad.
La cosa dio
más de sí…¿Saben vds. lo que es un “balaclava”?...¡un
pasamontañas!...Así se le conoce en Inglaterra y aledaños. Las madres inglesas,
imbuidas de espíritu maternal y nacional, tejieron millones de tapacabezas para
que sus niños crueles no pasaran frío en la, para ellas, siempre frías tierras
del Imperio Ruso. Tras la batalla, miles de balaclavas, algunos rellenos, cubrían
el escenario bélico.
.¿Lo recordarán vds.?
La crueldad
de la derrota fue ocasión para que Florence Nightingale, estableciera las bases
de la profesión (laica) de la enfermería. Su dedicación fue proverbial y digna
de admiración de amigos y enemigos:
“¡Mirad! En aquella casa de
aflicción
Veo una dama con una lámpara
Pasa a través de las vacilantes
tiniebla
y se desliza de sala en
sala”……………………………………. (Henri Wadsworth Longfellow)
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La
misma Florence reconoció la deuda con Henri Dunant, fundador de la “Cruz Roja” e inspirador de la “Convención de Ginebra”….Ambas “instituciones” originadas como
consecuencia de los miles de muertos de Solferino…
¿Ven vds.
como “la guerra es el padre/madre de
todas las cosas”?...¿un verdadero yacimiento de innovaciones?
Pero aún hay
más. En aquella fatídica batalla se originó lo que un corresponsal de guerra
(que por cierto inauguraban profesión por aquellos días y en aquellas campañas)
de The Times habló de una “delgada línea roja culminada con una línea
de acero”…para referirse a la débil defensa que pusieron los ingleses a una
carga de la caballería rusa. Otro inútil ordenó “defender” la embestida con dos
filas de infantes con bayoneta calada (cuando lo mínimo necesario estaba
establecido en cuatro). La caballería cruzó las filas como el cuchillo la
mantequilla (roja).
Así se originó la expresión “las líneas rojas”…y ¿ven con qué facilidad se traspasan?...
Lo del perro
(Will)…(yo le llamaré Wille, “Voluntad”)…sigue su curso. Negro
teléfono. Estatura mediana. 10 meses de edad y con ganas de aprender. Cazador (
y recolector). De momento no puedo decir mucho más: no ha dado muestras de un
ingenio desmesurado. Cuando le das un trozo de carne no atiende a
razones…¡Tienes que ser rápido!...de lo contrario te arranca un dedo. O sea que
por ahora no empezaremos con eso de “dame
la patita y te daré el trocito”… ¡Todo a su debido tiempo!
Para acabar
el día:
DVD: “La
delgada línea roja” de Malick (basada en la novela de James Jones sobre los
acontecimientos de la batalla de Guadalcanal). ¡Que la disfruten!