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viernes, 24 de mayo de 2013

Propuesta para hoy, día 24 de mayo. 4º día de la “semana sangrienta”




RESUMEN
A las 8 de la mañana, los 15 miembros de la Comuna que aún se encuentran reunidos, deciden la evacuación del Ayuntamiento. Se quema el Ayuntamiento, El Palacio de Justicia y la Jefatura de Policía.
Deslescluze, el Comité de Salvación Pública y otros se repliegan en la alcaldía del XI.
Cae la flota del Sena…el Louvre…la Banca…la Bolsa…el Palis-Royal y, al mediodía, estalla la fábrica de pólvora del Luxemburgo…¡¡Se acabaron las municiones!!
Los gubernamentales atacan las barricadas de Sufflot y Gay-Lussac…Todo el barrio, tras las matanzas alrededor del Panthéon, queda en poder de los de Versalles.
La Comuna decide la ejecución  (¡ya era hora!) del arzobispo de París y a algunos más de su recua.
La Comuna sólo controla los distritos. XI, XII, XIX, XX  y algunos barrios del III, V y XIII.

JULES VALLES
¡Oh, esta mañana la primera impresión ha sido horrible!...Cuando, dirigiéndome a la Cruz Roja para ver dónde estaban los combatientes, he visto huir a las mujeres, llevando sus ropas en un pañuelo y arrastrando a los chiquillos.
--¡Lo están incendiando todo!
Estas mujeres gritan o lloran. Hay también algunos soldados aislados que huyen corriendo y me escupen sus maldiciones…He querido oponer, como una cadena, mi cinturón rojo de la Comuna para detener el pánico. Pero nada detiene a los enloquecidos, ni en la calle de Buci, ni en la Puerta de Versalles.
Una lechera que, en tiempos duros, me había fiado (…) arroz y chocolate, se ha agarrado a mi aullando desesperadamente:
--¡Vd. es un hombre honesto y no dejarán que quemen el barrio!...¡Se echará con un batallón, si es preciso, contra los incendiarios!
En un momento he sido rodeado por ella y por otros, por ancianos y niños, un grupo de veinte gimientes que se retorcían los brazos y preguntaban dónde tenían que ir, puesto que todo sería arrasado.

Por fin he podido escapar. Me cuelo por el primer pasaje y oculto mi fajín rojo (…)
(…) ¿qué decían aquellas locas, “que todo iba a ser arrasado”?...Bueno se han pegado fuego a dos o tres casas…¿y qué?
¡Veamos!...En el colegio, todos los libros que trataban de la gloriosa Roma o de la invencible Esparta…estaban llenos de incendios. ¡Me parece, vaya!...Incendios saludados como auroras por los generales triunfadores, o encendidos por sitiados a quienes la Historia se ha encargado de saludar (…) Numancia en ruinas, Cartago en cenizas, Zaragoza en llamas (…)

¡Ah! ¡No me he rendido, no me he convertido en un incendiario sin haber recorrido con la mirada todo el pasado, sin haber pensado en nuestros antepasados!
Primero hemos sido dos (…) que tenemos estudios, después cuatro y luego diez. Todos han votado por la llamarada…¡en masa!
Uno de ellos babeaba de cólera:
--Y son dos indigentes las que me han pedido gracia para sus cuatro muebles, cuando es por los pobres que nos batimos, cuando centenares de artilleros han visto, no su camisa, sino su pecho abrasado por el fuego enemigo…¡Ah! ¡Diablos! Yo, el que habla, era rico antes de entrar en la política social (¡hace diez años!) …¿Es que lo eché todo al horno?...Y, hoy, porque un poco de madera y unas tejas salen perjudicadas por la estrategia de los desesperados, aquellos por los que nos hemos arruinado y por quienes vamos a morir, ¿quieren entorpecernos con sus fruslerías?
(…)
--Entonces, lugarteniente, ¿dice vd. que se trata de quemar un pedazo de la calle Vavin?
--Sí, un par de casas cuyas paredes han sido agujereadas por los ingenieros de Versalles, y por donde, de improviso, se nos van a echar encima la soldadesca. Son las dos casas de la esquina…¿sabe cuáles le digo?...En los bajos de la derecha hay una panadería.

¡Curiosa coincidencia!

Comencé tropezando con el cadáver de un panadero y ahora voy a ejecutar un montón de harina. ¡Pasemos el pan a sangre y fuego! Arderá más trigo molido del que hubiera necesitado para haberme alimentado en mis años de hambre.
--¡vamos! Firme, Vingtras.
--¡Aquí está! Y quemad otra casa si es necesario. Les doy un vale en blanco.
--¡Ya sabíamos que vd. no se volvería atrás!
(…) un federado ha sacado del bolsillo un viejo ejemplar del Cri du Peuple, señalando una línea con el dedo: “si el sr. Thiers es químico, comprenderá”
--¿Vd, ya lo había pensado?  ¿eh?
--¡No! No fui yo quien escribió esa frase tan ardiente…la leí una mañana (…) la encontré demasiado áspera (…) pero no podía rectificar. Los periódicos de Versalles no tardaron en decir que reconcían mi estilo y mis instintos de bandido.

--Sí, declara Totole, queremos hacer saltar el Panthéon.
(…)
Su idea ha sido acogida con hurras de entusiasmo
(…)
Paso verdaderos apuros para retener a Totole y explicarle que, pese a no amr los monumentos, no pido que alguien se sirvan de ellos para matar la mitad de París.
Pero son tozudos y, pese alo que les digo, se decide la muerte del Panthéon…¡El Panthéon al paredón!...Y, ya puestos, al paredón también Saint_Étienne-du-Mont y la Biblioteca Sainte-Geneviève…¡Será fácil!
Hemos tenido que intervenir cuatro o cinco ( algunos peces gordos) (…) para impedir que estas cabezas ardientes se arrojaran sobre el Panthéon como su fuera un reaccionario. Ya le ponían la mecha en las patas, azufre mezclado don salitre y lo habían bañado de petróleo (…)
(…) Ha sido preciso también, razonar con un viejecito , que se estaba rascando insistentemente la cabeza durante la discusión, y que ha terminado diciendo:
--La verdad ciudadanos, me parece que más valdría, por el honor de la Comuna, que no nos retiráramos durante la explosión…Eso no estará bien hecho más que si nos quedamos y saltamos por los aires todos juntos. No soy un orador, ciudadanos, pero también se usar la cabeza…Perdonen mi timidez…jamás había hablado en público. Pero, para ser la primera vez, creo que estoy haciendo una estupenda propuesta. Tan sólo debemos darnos prisa…Si seguimos hablando no lo volaremos nunca…¡Nunca!.....

Ha terminado con un gran suspiro….(Gracias a su intervención se olvida el tema).

……………………………………………………Hôtel des Grands Hommes
Estoy aquí desde el mediodía. Somos muchos. Está casi todos los jefes del V y el XII que no tienen mando militar
(Mientras toman unos taquitos de jamón…alguien, pasándose el índice de la mano derecha por el cuello, comunica a Vingtras la muerte de Chaudey(responsable de la matanza del 22 de Enero)…el jamón se le atraganta…)
--¿Cómo ha muerto?
--No se ha portado mal.
--¿Y los gendarmes?
--Muy mal.

Los comensales hablan de ello como de una obra de teatro de la que hubieran sido espectadores y en la que no hubieran intervenido.
Mañana por la mañana, cuando se reemprenda el fuego, será hora de acudir, desperezándose y bostezando, al puesto de combate.
Puesto que la derrota es segura, bien se puede beber la última copa antes de que te hagan soltar el último suspiro”.

E. RÉCLUS
“Los francotiradores de la burguesía se multiplican. La Guardia Nacional ordena que se cierren las ventanas y se suban las persianas. Un guardia de ronda sube al apartamento que habito…viene a por mi amigo, el dueño de la casa, para que ocupe su lugar en la barricada que se ha construido aquí al lado. Mi amigo dice que tiene más de 40 años y que, además, está dispensado por razón de otros servicios. El guardia se retira sin más (…)

Yo estoy fuera del asunto: una herida en la mano derecha me incapacita para manejar el fusil.

(…) Si el hombre, pese a todo, me hubiera dicho: No podéis combatir pero podéis morir por la República Democrática y Social…No sé que le hubiera respondido…Creo que se le hace mejor servicio a la República democrática y Social, viviendo…es más sagaz, más prudente y más útil…Pero todas estas razones no han impedido que me sintiera tan pequeño y tan inútil, al lado de este hombre que, sin decir nada, se va derecho a morir por lo que yo amo.
(…)
La “rive gauche” que yo creía insostenible ( y ya sucumbida) aún resiste, los federados han debido de  desplegar  un valor enorme…¡Desde el domingo!





                                                  
Por debajo de la nube de humo, por debajo de los incendios, se eleva tranquila e importante la columnata olímpica del Panthéon, coronado por la bandera roja…causa de todos estos estragos y masacres.
De repente la humareda que rodea el Panthéon, se espesa y suben negros torbellinos…¡Otro incendio más!...son las numerosas barracas para las ambulancias del Jardín de Luxemburgo (…) después se oye una explosión formidable (…) es el polvorín del Luxemburgo que salta por los aires…con sus cartuchos, sus balas e ingenios  mortíferos.
Mi casa está por allí cerca…con los niños dentro…Casa, amigos, parientes, niños…¿Todavía existe todo eso?

De nuevo nubes, otros vapores opalinos surgen y se desarrollan. Son más incendios. Se cuentan claramente cinco o seis grandes…los pequeños son incontables…
¿Qué es lo que arde?...
--¡Todo!...Ministerio de Finanzas (es por ahí por donde han comenzado los de Versalles)…Arden Las Tullerías, el Louvre, el Luxemburgo, el Ayuntamiento, las ambulancias del Senado, los Grandes Almacenes de novedades de la calle del Bac y de Rívoli. ¡Todo arde!...Los “gubernamentales” han empezado y los federados han seguido.
Exasperados por los franco-tiradores han pegado fuego a los almacenes de Pétit-Saint-Thomas, las calles de Lille y de Verneuil…asiento de la alta burguesía rural (…)

¡Arde lo que arde!:  Precipitados al fondo del abismo, sumergidos en la sima de los desastres, cuando se agujerea tanto pecho vivo, cuando se aplasta tanto cerebro que piensa, cuando nos ahogamos en un mar de sangre…¡qué nos importan los monumentos y estatuas; los libros y cuadros; paperaza y tapicerías…¡Arde lo que arde!

Cuando un ejército de 200.000 bayonetas, con 500 cañones y morteros circulan por nuestras calles, cuando la horde de bonapartistas, clericales, orleanistas y  liberales  combinados se encarnizan sobre nuestra infortunada República Democrático y Social…cuando Francia se suicida con sus propias manos…¡qué nos importa  algunas joyas de menos en el collar de París que expira! (…)

Flotantes como desgraciadas medusas varadas sobre la orilla, nuestra voluntad es inútil; nuestros esfuerzos, vanos; nuestro espíritu, ridículo; y el buen sentido es absurdo (…)Nuestras pequeñas existencias son arrastradas por los grandes acontecimientos.
(…) No somos más que un accidente perdido en la totalidad. Lo que es verdaderamente “nuestro”, lo que nos es personal e individual…es mezquino y sórdido…¡Todo sueño!. Pero la inmensa historia universal  (que nos roza)…es cruel…ciega.





          Noche de mayo, espléndidamente bella…de una belleza de Gorgona y Euménide. La luna brilla con una dulce majestad en el vasto cielo. El Sena arrastra hebras de plata a un lago de oro pálido. Un viento dulce y fresco se desliza aquí y allá, rozando las hojas palpitantes y las flores amorosas.
 
En segundo plano, la corriente se alarga como hierro fundido…es la reverberación de los incendios. Contra la masa enrojecida de las Tullerías se perfilan las negras torres de Notre Dame. Las llamas lanzan hasta el cénit penachos de fuego, rutilantes…sangrientos cometas…

Un ruiseñor vocaliza en los árboles, se le oye perfectamente, a pesar del ronco sonido de los cañonazos…Y durante toda la noche la espantosa cacofonía del toque a rebato de Bellville y Ménilmontant…parándose…volviendo a empezar…las llamadas desesperadas de los tambores tocando “generala”…¡Es el toque de campanas de la agonía!”


(Mientras Réclus mira París con la melancolía definitiva, previa a la muerte…abajo en Hôtel des Grands Hommes, el jefe de la Legión, el jefe de servicios médico, el Alcalde…proponen la rendición del barrio. Vallès, Régère, Longuet (futuro yerno de Marx) se oponen a la decisión).

VALLÈS: “¡Cargaré con la responsabilidad de NO firmar una orden a la que, por otra parte, los federados no harían ni caso…!  ¡No quiero que mi nombre sea infamado entre los insurrectos!...¡En absoluto!...Mi presencia aquí me hace, ya, su cómplice y, si ustedes se rinden, será necesario que me maten o matarme yo mismo”

(Todos reconsideran y la orden de deponer las armas se olvida. Longuet y Vallès acuden al ayuntamiento del XI)
--¡Allí está Delescluze, de allí…no saldrá nadie…¡pero todos entran!...¡Es allí adonde hay que ir!
..¡Vamos!
Ha resonado una formidable explosión que ha roto los cristales…pero el Luxemburgo sigue en pie. Sólo ha saltado el polvorín…Totole quería su explosión, y la ha tenido.
Le veo regresar frotándose las manos
--¡Qué quiere que le diga! (…) no ha servido para nada, los soldados no habían llegado todavía…¡He fallado el golpe!
A su lado un hombrecillo se arranca los cabellos…
--¡Si por lo menos nos hubiéramos quedado allí!

Terminarán consiguiendo volar el Panthéon (…) tienen la locura del desastre y nada de lo que hagamos los detendrá.









RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...