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martes, 9 de abril de 2013

6-7-8-9 de abril (4ª y final).



9 de abril

     “La Tristeza me ha sitiado, me ha cercado con un grande y fuerte ejército; ha llenado mi corazón con su clamor y no cesa de luchar, vestidas sus armas, día y noche contra mí (...) ¿Quién me liberará de las manos de este enemigo sacrílego? (...) ¿Quién será mi protector? ¿Quién me auxiliará? ¿Adónde voy a ir? ¿Cómo me podré escapar? (...) Ya sé lo que tengo que hacer: me volveré a lo invisible y lo traeré a luchar contra lo visible”...La esperanza será mi guía.

     ¡No te libró ni  el dios invisible!... ¡Esas habrán sido nuestras azules (por los fluorescentes del Carrefour) pesadillas!...

     Jünger (7 de abril de 1940):

     “El hornillo de cinc que yo encendía en la barraca de las cañas estaba fabricado con un metal muy pobre. Pero el fuego elevaba el color de aquel hornillo hasta el nivel de un rojo muy bello, transparente. Así es también como ocultan las cosas, y como oculta la vida, cualidades que en el trajín cotidiano permanecen cerradas para nosotros, pero que quedan al descubierto cuando trascendemos a otros niveles, a otros grados o tiempos”...

     ¿Qué dejó al descubierto el “rojo blanco” del pobre fraile?...

     Dios no pudo hacer que 2 + 2 sumaran cinco. El dios de Ockham (que, apestado, acompañó a Laura al otro mundo) era una fantasía, un juego. La Omnipotencia divina no era más que el deseo de desbarajuste. Ahí, Dios, pudo haber hecho algo más para promocionarse. 


 Savonarola colgado y las llamas consumiéndolo. Lo sentiremos... ¡pero no se puede jugar con fuego!

     Más lo sentiremos por la derrota de los “Ciompi” (1378)...por primera vez el pueblo “grasso” y la burguesía en su conjunto se sintió amenazada y atacados...por primera vez vieron amenazada la fuente de su riqueza...Fue sobre esta derrota sin paliativos que las grandes familias pudieron afirmar su hegemonía.
                                    

     El fascismo es indicio de un fracaso del proletariado.

     ¡Infórmense vds.!... ¡Infórmense!...¡Busquen: “revuelta de losCiompi”..!

  Y comprobarán cómo las clases poderosas, sin distinción, se unen para masacrar, para descuartizar a aquellos que ponen en tela de juicio el derecho natural al dominio.   Los Médicis, demagógicamente, fueron escalando en la jerarquía de las grandes familias y extendiendo sus redes por toda Europa. ¡El Siglo XV fue su siglo!

 ¡Esas habrán sido nuestras pesadillas!...Casas de nobles incendiadas...sus habitantes huyendo en pelota viva...escraches tomados como holocausto...y FINALMENTE…
...¡masacre!...de los de siempre. Los “ciompi” no portaban cruces, sino hoces y martillos y otros laboriles instrumentos.

  Compraremos pan, una botella de chanti y una de grappa.

 Con este temor y con este temblor...pediremos un fifti-fifti al camarero del Carrefour y nos zamparemos un bocata de mortadela de olivas. El camarero nos comentará, gracioso, las últimas escenas de la noche pasada... ¡no recordaremos nada!...
Venga! ¡ponme un restretto (¡hablar despacio!) Y ¡calla la boca!... ¡carrefoulero! (¿cara fulero?)...y ¡una grappa por la impertinencia!

-- Va bene!, va bene!...

 Tras 48 horas al relente no estaremos para bromas.

 Hala!...otra vez tomaremos al asalto el autobús y nos dirigiremos al centro y desde allí al barrio periférico de Careggi, a la villa medicea, lugar de nacimiento y muerte de Lorenzo....Al paraíso neoplatónico, al reino de la Afrodita Urania y del desprecio por la Afrodita Pandemos....Reino de la conciliación y de “to er mundo è güeno”.

Lorenzo consuma el proceso que condujo de lo Comunal a la “Tiranía”...y la desposesión que tal proceso implicó.

     Cuando (yo) profesor:

 “En esta situación de decadencia (económica) aparecen  los frutos típicos: En unos: la especulación y la huída hacia arriba y en otros: la ansiedad. El platonismo florentino, ha tomado al hombre, lo ha convertido en un ente abstracto, lo ha dotado de una libertad ilusoria, y lo conduce por los fríos, aunque recalentados, espacios intermedios (...) La fría transparencia, la melancolía de Venus (Boticelli), como resignándose a la distancia grosera que separa el ideal de sus representaciones. La nostalgia de la unidad. La tristeza de la pluralidad. Ella va a ser descuartizada y no sabe si volverá al seno húmedo e infinito de las aguas...”

     Ninguna nostalgia de cuando (yo) profesor. ¡Ninguna!

Todos estos “intelectuales” dieron cobertura a la explotación: El humano es libre, “camaleónico”, habitante natural del Empíreo (¡que hunde los zuecos en el fango del bancal!)...¡Esforzarse por volver al reino de la Belleza...etc...etc...!

     “Toda obra de civilización, lo es también de barbarie” (o algo parecido).

Dicho lo dicho...nos pimplaremos un cuartillo de grappa y nos liaremos un cigarrillo de “Pueblo”. Nos faltará un elemento: ¡las cerillas!...

- Fuoco!

– ¡¡Dove!!

– ¡que si tiene fuego! (hablar despacio, ¡entienden!)

Fumaremos sosegadamente el  purito...contemplaremos Florencia desde lo alto y bajaremos hasta Santa María del Fiore...no estaremos para hace turismo...así que ¡a lo nuestro!...Nos acomodaremos en la terraza del Scudieri Internacional y allí con el Dry del medio día, seguiremos esta historia de traición  y muerte.

                                           
Lorenzo tuvo dos muertes (Rilke): Una pequeña y la definitiva. Antes sembró la semilla del  que sería el papa León X:

     1. Primera “muerte
     Todos vds. sabrá que los Médicis eran como Lehman Brother’s...negociaba con su propia deuda pública...etc...etc… corralito incluido. Eran, además los ¡banqueros del Vaticano!...
     Sixto IV les pidió un préstamo ¡para comprar la ciudad de Ímola!...Lorenzo, naturalmente se lo negó...¡Ímola me apetece a mí! El Papa pide el préstamo a los Pazzi (los “locos”) que le prestaron lo que pedía y más...A cambio, a más de los intereses correspondientes, recibirían en monopolio la explotación del alumbre de la región (indispensable para la fijación de los colores en las telas...Todo giraba en torno al textil...¡mucha tela).

Los Pazzi disputaban la hegemonía a los Médicis (el Estado era propiedad familiar) y aprovecharon la ocasión para deshacerse de ellos: financiera y ya puestos...¡físicamente! Otros asuntos (alianzas políticas) se entreveraban.

     El Duque de Urbino (ver Piero de la Francesca); el Papa; Salviati, arzobispo de Pisa (y miembro de la primera familia finaciera de Florencia); Francesco Pazzi y su hermano Jacobo; Bernardo Bandini...y otras fuerzas vivas, acordaron acabar de una vez con los más de 50 años de dominio de los Médicis.
     Así que unieron sus venenos y decidieron acabar con Lorenzo y Giuliano (también padre de Papa) durante la Consagración de la Sagrada Forma de la misa del Sábado Santo (¡Otra vez la Semana de pasión)...abril de 1478.

     Giuliano ocupaba los primeros bancos y Lorenzo los últimos... ¡por seguridad!

     Y en ese momento de máxima concentración, cuando los asistentes intentaba descubrir el truco de la trasmutación del pan en carne, cuando todos los ojos estaban fijos en las prestidigitadoras manos del cura y en como el monaguillo le levantaba la casulla para desviar la atención. Francesco de Pazzi, sacó de la faltriquera una navaja de quince muelles y la abrió al tiempo que sonaban las matracas de la consagración...¡los ruidos se confundieron!...¡el ruido del crimen y el del milagro!...Y lanzando un grito mudo... faldones al viento...se arrojó contra Giuliano y le regaló 19 puñaladas, todas mortales de necesidad...¡Como un amante despechado!...Al mismo tiempo otros se encargaban de atravesar a Lorenzo que pudo escaparse casi ileso y esconderse en la sacristía...con la ayuda de Poliziano.

     Giuliano se desangró allí mismo...

     Si tan cura eres...¡¡Convierte la sangre en vino!!

     Llevaremos cuidado que la sangre no salpique nuestra coqueta y límpida copa de Dry. La apuraremos hasta la hez y demandaremos un Martíni rojo-sangre.

     Los partidarios de los Médicis (demagogos tradicionales) reaccionaron ¡desde ya! y pusieron el templo patas arriba: los reclinatorios volaban y se oyeron ruidos de huesos fracturados... El milagro quedó inconcluso... la hostia, medio pan, medio carne, rodó por el suelo, como un florín, y acabó su rodar en los litros de sangre derramada. Se empapó de rojo...

     ¿Recuerdan vds. aquellas meriendas de pan empapado en vino?...Pues… ¡eso!

     Francesco fue arrojado desnudo desde una ventana, machacado, descuartizado, arrastrados sus trozos por las calles de Florencia, quemados...y FINALMENTE...arrojadas las cenizas al Arno...¡¡Todo acababa en el río!!

     El arzobispo Salviati fue colgado de los muros de la Signoria y picoteado por las rapaces hasta que los jirones de su carne parecieron banderas desgastadas al viento.  Cinco más del séquito que lo acompañaba, con el fin de neutralizar a la Signoría, siguieron la misma suerte. El resto fue acuchillado en las escaleras del edificio.
     Bernardo Bandini, frustrada su proyectada huida a Constantinopla, fue también colgado de los mismos muros...posó paciente para la posteridad (da Vinci).
     Los Pazzi (Los “locos”) fueron borrados de la faz de Florencia, por hordas enloquecidas: “¡Vivanno le palle!” Vs. “¡libertad!”

     Maquiavelo: (se produjeron) “tantas muertes que las calles se llenaron de restos humanos”.

     Un escalofrío de terror nos recorrerá mientras acabamos el aperitivo. ¡Viajar para esto...Creo que no merece la pena!

     2. Muerte definitiva.

     Tal día como hoy, 9 de abril, del año 1492 moría en su villa de Careggi, el que se libró de la muerte en Santa María del Flore: ¡El mecenas de las artes y de las bellas letras!

     Volveremos a Savonarola...que amargará más, si cabe, que el tránsito de Lorenzo. Al monje rápidamente se le hizo pequeño el convento y pasó a predicar en la Iglesia de San Marcos y de ahí, como vimos, al Duomo (Miércoles de ceniza del 91). Miles de enfervorizados seguidores interpretaban sus acusaciones y amenazas como dirigidas al, ya por entonces, enfermo Lorenzo. Éste hacía lo que estaba en su mano, incluso alguna que otra treta, para congraciarse (o combatirlo). El fraile era inmune a las dádivas y fuerte contra las tretas...y seguía y seguía dándole a la matraca...y ascendía. Nombrado Prior del convento, niega la visita de cortesía al señor de Florencia. A Lorenzo estos desaires le acentuaban la úlcera estomacal. La gota (de familia y de pimplar y comer de lo lindo, ¡digo!) le mortificaba.

     Savonarola intensificaba los ataques y Lorenzo languidecía cada vez más...pidiendo a gritos: ¡por lo menos el “Antepurgatorio”!

     Incluso el clima se alió a favor del fraile: la noche del 4 al 5 de Abril de 1492 una tormenta de lluvia y granizo arrasó la ciudad...Los fuegos fatuos se pasearon por las riberas del Arno. El cielo se abrió y dejó escapar una chispa de fuego que destrozó la linterna (¿celos?) de Santa María del Fiore....
     Savonarola preparaba el sermón del día siguiente: “Ecce glaudius Domini super terram...” Sobre las paredes de su triple celda, cruces de Fra Angelico...sobre la mesa, la clavera de rigor (mortis).
     El rayo (la espada del Señor) había segado, también, las “pelles  (las bolas del escudo de la familia) mediceas...las de Lorenzo se le subieron a la garganta...

     Picco meditaba sobre el “Ser y el Uno”...

     Ficino se encomendaba a los astros..

     Boticelli pasaba la noche con un “ángel encantador” y vagabundo  (prostibulum puerorum)....años después el ángel vagabundo y abandonado engrosaría las huestes de las juventudes de partido “llorón”.

     Al día siguiente, Savonarola remachó sobre caliente...

     Lorenzo, como último recurso terapéutico, se tragó un brebaje condimentado con diamante en polvo...¡¿Será per diners!?...
     Lorenzo, delirando, decía querer leer “El ser y el Uno”...¡De perdidos al río!
     La úlcera dijo ¡Basta!... Los cristales úricos se le clavaron definitivamente en todos los confines de su cuerpo.

     Poliziano, Picco, Ficino...Su inadecuado hijo Piero (que se haría cargo del poder)... ¡Todos!... ¡menos Savonarola!

     En el último momento también acudió el monje y  le otorgó “la buena muerte”: ¡Dios aprieta pero no ahoga!”...Quien sí se ahogó, arrojándose a un pozo, fue el terapeuta.

     Fue enterrado en la Capilla de San Lorenzo...el cortejo de pobres era normativo. Poliziano dio rienda suelta, en latín, a su desconsuelo y Ficino, retrospectivamente, previó la muerte de su señor.

     Nos destocaremos en señal de respeto por la muerte.

     En el I-pod: Brel “Le moribond”...”Es duro morir en primavera... ¡ya sabes!” y a continución...”La mort” ¡otro “dies irae”!

     Esto merece otro cuartillo de grappa, a escondidas del camariere.

     Volveremos al Carrefour y acabaremos con los restos de la mortadela. Botella de Chianti y fifí-fifti remolcando a los restos de grappa...Comprar cervezas y grappa para el vecino...¡y un poquito de esta rica mortadela...¡para el perro!

     Serán las dos de la tarde y estaremos metiendo primera... ¡Avignon!

     Los “Ángeles custodios de la calle del Corno” se encargarán de transportarme, como Lucía al Dante, a las puertas del taller convenido. ¡Serán las 7 de la tarde!...Cambio de coche, como de caballo de posta y continuaremos hasta el área de servicio de Nîmes...¡monedas...”potage”!...¡monedas...café!...¡diversión asegurada!

     A las doce estaremos llamando a la puerta del vecino.

     Una grapita por el éxito del viaje. Una rodaja de medio metro de diámetro para el perro y paseo nocturno...

     Buenas noches.


















Propuesta para hoy, día 9 de abril. 2ª SERIE. Gauguin. “Declaración de Mourre”.



(asteriscos * remiten a razones efemerísticas).

 
Tal día como hoy, del año 1835, nacía en la ciudad más inhóspita de Europa (¿hay que decir el nombre?, Bueno…pues lo digo: ¡¡Bruselas!!) el futuro Leopoldo II… En el Congo, movimientos telúricos anunciaron el futuro.  Una oleada de temor y temblor recorrió las selvas y removió las ricas entrañas de la tierra. Nadie supo el motivo de tan maléfica premonición, pero nadie (¡nadie!, digo) sonrió aquella mañana de abril de 1835. Hasta la leche se agrió en los pechos de las hembras. Lo de Nagasaky del 45 (*) fue un incipiente, casi nonato, eclipse de sol comparado con esta oscuridad total y persistente. 


 Dos años después de la conferencia de Berlín (1884-85), en la que se reconociera la propiedad privada sobre el recién (y ad hoc) creado Estado Libre del Congo a favor de Leopoldo II y empezara a escribirse una (pues nunca puedes decir que fue la más) de las páginas más ominosas de la historia, Gauguin escribía a su mujer: “Mi fama de artista crece cada día pero, mientras espero, paso a veces hasta tres días sin comer, lo cual destruye no solamente mi salud, sino también mi energía. Quiero recuperar esta última y me voy a Panamá para vivir como un salvaje”. Junto con su amigo, y también pintor, Laval, se embarcó tal día como hoy del año 1887. Tras veinte días de viaje primaveral (Debussy, en Roma, empezaba “La Primavera”: un canto al despertar a una nueva vida), desembarcaron en la ciudad de Panamá y se dirigieron al paraíso imaginado: una pequeña isla salvaje en el Pacífico. Su nombre, Taboga (“Isla de las flores”… ¡del mal! *), era un reclamo irresistible. Panamá (“rico en peces…” y en todo), formaba por entonces parte de la “Gran Colombia” dentro del magno proyecto bolivariano. Pronto los Estados Unidos meterían la mano en el plato. El pobre Gauguin nunca tuvo claro la definición de “Paraíso” y anduvo toda su vida equivocando el destino. Aunque, pensaría, tendrá que estar en cualquier sitio  lejos de su numerosa familia. 



Taboga ya empezaba a ser lo que llegaría a ser: una playa para turistas domingueros y una “patria” para piratas financieros de pro. Gauguin tuvo que haberlo pensado mejor y haber puesto sus conocimientos financieros (que los tenía) al servicio del capital internacional y haberse dejado de tanto color local

No se volvió al día siguiente porque no pudo. Como le pasará más tarde (de Tahití a las Marquesas), se trasladó de la isla soñada a Martinica, donde parece que vislumbró algo con una lejana semejanza a lo que había venido buscando. Antes, sin embargo, tuvo que deslomarse en las obras del canal: “Tengo que cavar desde las cinco y media de la mañana hasta las seis de la tarde bajo el sol de los trópicos y con lluvia todos los días; y por la noche me devoran los mosquitos”. Por suerte, una crisis, una quiebra…o algo parecido, fue aprovechada para despedir a cientos de empleados… entre los cuales, el pintor. 

Eso es una constante: ¡que le pregunten a Sacyr!

   
No crean Vds. que los sombreros “Panamá” son un complemento propio de los financieros del canal. Allí cuando te contrataban te daban, además del pico y la pala, un sombrero leve y no demasiado espeso, hecho de fibra de Carludovica palmata y fabricado en Jipijapa, Ecuador. Su uso masivo en las obras del canal le dio el nombre con el que la Unesco lo ha reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: “Sombrero Panamá”, que acompañado de unos zapatos de ante azul (*) es de lo más. El pobre (literal) de Perkins la compuso sentado en un saco de patatas. Cuando, triunfador, iba al show de Ed Sullivan  sufrió un accidente de coche en el que murió su hermano y su manager, y él mismo quedó fuera de combate durante todo un año como resultado de una fractura craneal. Desde la cama fue siguiendo desanimado el triunfo arrollador de Elvis, que convirtió la canción de los zapatos, que ya era un éxito mundial, en éxito universal. Corría el año de inflexión de 1956. 

 
Que dios (¿) ha muerto, en mi casa, lo sabe hasta el perro. Pero lo que no es de conocimiento general es que su influencia se ha trenzado con las vigas maestras del sistema, pues no otra cosa que dios, es el deseo de que lo que es, sea para siempre…  igual a sí mismo. La iglesia, fiel a ese deseo, es el garante de ese inmovilismo bifronte: ascético y fruidor. Es el acompañante siniestro de esa división, que quiere eterna, de las cosas: yo sufro y tú disfrutas… ¡por la buena simetría de la ética!

Precisamente el 9 de abril, domingo de Pascua, del año 1950, se produjo un desgarro inquietante, a través del cual pudo verse la lóbrega cocina dónde se preparan los “ideales”. Aunque ya, en abril de 1887, mientras Gauguin iba en pos del paraíso y Debussy, como hemos visto, componía la banda sonora, Nietzsche empezaba a esbozar lo que sería la “Genealogía de la moral”. 

Pues eso, que el 19 de Germinal, día del rábano, recomendado contar la colitis y la sobrecarga del hígado, una avanzadilla del letrismo, encabezada por Mourre que, vestido y tonsurado como dominico (le había arrancado los hábitos a un pobre hermano que trasteaba por la sacristía), subió al púlpito de Notre Dame y, a las 11 en punto, vomitó sobre los millares de criaturas miserables que se aprestaban a recoger la palabra de dios, que surgiría, halitósica, de la boca de su vicario, toda una retahíla de evidencias. Las cámaras de televisión eran toda una novedad. Pomerand, Berna y los demás, disimulados entre el público, jaleaban la intervención, tal como si estuvieran en el delta del Misisipí (Luisiana*) 

“Hoy, Domingo de Pascua en el Año Santo,
aquí, en la insigne Basílica de Notre-Dame de París,
yo acuso
a la Iglesia Católica Universal del mortal desvío de nuestra fuerza viviente
en favor de un cielo vacío;
yo acuso
a la Iglesia Católica de estafadora;
yo acuso
a la Iglesia Católica de infectar el mundo con su moral muerta;
de ser el virus del Occidente putrefacto.
Y en verdad yo os digo: Dios ha muerto.
Vomitamos el hedor agonizante de sus oraciones,
porque sus oraciones han sido el humo grasiento sobre los campos de batalla de nuestra Europa.
Crucemos este desierto trágico y exaltemos esta tierra donde Dios ha muerto,
y labrad de nuevo la tierra con vuestras manos desnudas, vuestras manos orgullosas, vuestras manos limpias.
Hoy, Domingo de Pascua en el Año Santo, aquí, en la insigne Basílica de Notre-Dame de París, proclamamos la muerte de Cristo-Dios, para que al fin el Hombre pueda vivir”.

El organista, queriendo cubrir el alboroto, echó más aire al fuego y una tremenda levantada de acordes mayores recorrió el espacio sagrado enfatizando la agonía y muerte de dios y la podredumbre de Europa. No tuvo nada que ver con la Fiesta de la Razón del 20 de Brumario del año II. Aquello fue todo paz, armonía y belleza; esto, perturbación e histeria. Quasimodo pensó que había llegado el día que pondría fin a todas las injusticias. 





La cosa acabó en corredizas, golpes, y estocadas de paraguas. La policía, por una vez, puso orden…  y consiguió atrapar al falso dominico y a parte de la claque antes de que la multitud los ahogara en las aguas del Sena.

El tal Mourre acabó sus días como escritor académico y religioso a sueldo.

Hay que decir que la cosa tenía un insigne precedente en la acción de Baader, oberdadá, en la catedral de Berlín: fue el 27 de Brumario del año 1918 (día dedicado a la “guija tuberosa”, indicada, como el rábano, contra la diarrea y la vaginitis), en plena revolución alemana (vean la “propuesta” correspondiente).





Este fue el clímax del movimiento letrista que, por entonces, estaba al borde de la escisión. Debord y los suyos, rotas las relaciones con Issou, hicieron su aparición “oficial” como Internacional letrista, en el otoño del 52…a costa del pobre Chaplin (propuesta del 29 de octubre). Iban de camino hacia el Situacionismo.


Ni qué decir tiene que cada cual dijo lo que tenía que decir al respecto: Combat, los surrealistas, los fascistas, los curas (y perdonen por la redundancia)…

Otro día les contaré lo que pasó con Antonieta Rivas Mercado; aunque, si quieren, vayan informándose Vds.

Y ya que estamos enfangados en asuntos teológicos, permítanme que les recuerde que tal día como hoy, del año 475, el emperador bizantino Basilisco (¡imagien Vds. el tono de la carta!), miembro singular de la dinastía León, envió la encíclica “Enkyklikon” (no se calentó mucho los cascos) a todos los obispos de su imperio, apoyando el monofisismo. ¿Que de qué se trata? Pues, miren Vds., de un asunto de verdadera enjundia. La naturaleza trina de dios (¿) ha sido un manantial de conflictos. Y es que no es asunto fácil ni trivial. Por suerte para mí, mi padre era todo un experto en el tema. Estaba tan imbuido en la doctrina de la Trinidad que lo que bebía lo dividía entre tres y siempre logró mantenerse a flote. Él me enseñó las sutiles diferencias entre el monofisismo, los nestorianos y la doctrina ortodoxa, establecida en el famoso concilio de Calzedonia, donde, además de establecerse el canon para la ropa interior de la jerarquía eclesiástica, se estableció (en lo que hace a la naturaleza del “hijo”) frente a los coptos (monofisistas), la “inconfuse” e “inmutabiliter”, y frente a los nestorianos, la “indivise” e “inseparabiliter”. Allí se proclamó la doctrina que, desde entonces, caracteriza a la Iglesia católica, Apostólica y Romana: La naturaleza humana y divina de Jesús viene definida por esas cuatro exigencias. 



No se esfuercen: No lo ha entendido NUNCA nadie. Y porque nadie entendía nada, pudo llegar la sangre al río. Y por esas desavenencias entraban los caballeros católicos en las iglesias, catedrales y basílicas y pasaban a espada a todo ser viviente, incluyendo, como es natural, a los animales de compañía... Y que ahora me vengan esos hijoputas y sus acólitos con que Baader ha dicho esto y lo otro o que Mourre nos acusa de estafa… 










RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...