(asteriscos remiten a efímeras “razones
efemerísticas”)
¿Saben Vds. en qué consiste el “problema del cuerpo negro” (*)? ¡Yo tampoco! Y miren que lo he
estudiado, pero no acabo de entender la importancia de la solución de Plank,
aunque quizás tenga relación con los tres silencios de los que hablaba San Juan
de la Cruz (*) en “La noche oscura del
alma”. El alma sumida en la más profunda oscuridad no emite ningún sonido:
calla la memoria, calla el entendimiento y calla la voluntad. Sin embargo “irradian” esperanza, fe y amor. Pero lo
hacen, contra lo descubierto por Plank, de forma continua, no en “paquetitos”. Tendré que profundizar en
el tema.
“Hegel”, “llama de amor viva”, mueve el rabo como
dirigiendo un “canto espiritual” al
mundo exterior que lo espera para envolverlo en olores y sensaciones aún
desacostumbradas. Se zampa medio “chóper”
de pavo y yo cumplo el rito ortodoxo del pan, el aceite y el orégano. Añado la
herejía del carajillo mitad y mitad… Y una copita de Terry de malla. Y así,
aturdido, interiormente vacío, salgo a enfrentarme con este día frío de
diciembre, seguido por una vida que se agita en pos de todo aquello que se
mueve, para imponer la quietud que la mañana exige.
Cuando pasamos por la puerta del condis, una
multitud con paquetes de Kellogs bajo el sobaco, discuten sobre los beneficios
de los copos de avena y otros cereales. De comida de pobres estuvo a punto de
convertirse en comida de ricos, para quedarse en desayuno de la pequeña burguesía
urbana (¡y de “adventistas”!). Estos
que aquí discuten no parece que aprovechen las bondades de la dieta cerealista:
sobrepeso, dentaduras incompletas, piel gris-blanco como el asbesto y otros
desperfectos.
–¿Qué pasa?
¿Regalan paquetes de Kellog’s?
–¡Vaya! Tan
aficionado como es Vd. a las “efemérides” y no sabe qué se celebra hoy en el
“cul de Ocata”?
–Bueno algo sé
acerca de la polémica entre los carmelitas “calzados” y los “descalzos”
Y así, departiendo, nos enteramos de que tal día
como hoy, del año 1943, murió J.H.Kellogg, y todos los adventistas de la
localidad lo celebran a lo grande. Son como “mormones”, pero sin corbata. Hoy, además, es sábado, su día santo,
así que ración doble.
Intrigado por el mal aspecto de los congregados,
decido investigar un poco el tema. Investigado, vuelvo al tropel. Hegel se queda
en casa.
–¡Habitantes
adventistas del “cul de Ocata”! O vuestro profeta se equivocó o no seguís las
instrucciones al pie de la letra.
–Nosotros no
creemos en profetas contemporáneos. Esos son los “mormones”.
–O el fundador
se equivocó o no seguís las instrucciones al pie de la letra.
–A ver, listillo,
explícanos, formula.
–Si los cereales
no hacen el efecto esperado (y eso es evidente) es que falta algo. ¿Qué me
decís de los “edemas”?
Responde el que parece que se ha hecho cargo del
sentir general:
–¿?????
–“¡¡Lavativas!!”
¿No sabéis que para que el cereal funcione en vuestro interior, tenéis que
tener ABSOLUTAMENTE limpios y vacíos los conductos intestinales? ¿Habéis oído
hablar de la “flora instestinal”?
–¿????????––Responde
el mismo.
–Tenéis que
meteros litros de agua por el culo, adventistas del “cul de Ocata”. Y después
medio litro de yogurt. Dejad un poco para tomarlo como las personas. ¡Hay que
regar esa flora!...y no mezclarla con el carajillo. Si aún así la cosa no
fructifica y seguís perdiendo los dientes y creando grasa superflua, dejad de
cascárosla. Ahí radica el problema para vuestro “Nostradamus” (*).
–¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡––Todos
a una.
–Os recomienda
la circuncisión y la castidad. No basta con comer avena, como los caballos.
–Pero eso no
aparece en el paquete.
Los dejo sumidos en su perplejidad y angustia. He
dicho lo que tenía que decir.
–No
te habrán convencido con lo de la cebada…esos adventistas del “cul d’Ocata” ¿verdad
que no?
–No “Hegel”––Y
le arrojo el otro medio “chóper” de
pavo.
–Con lo buena
que está la “culata” de ternera y el “chóper”, ¿eh? Te he preparado una
sorpresa. Ya sabes de mi gusto por Schubert (tranquiliza mi natural salvaje).
Sin embargo, si yo fuera humano, no dejaría de escuchar “London Calling” (*).
Me emocionan sus letras. Y los veo tan próximos…
–¡Vaya! No sabía
que…
–Tantas horas
solo da para mucho. No entiendo demasiado de estos ritmos, pero creo distinguir
por debajo de los rasgueos punk una pulsación reagee que me mola. No desprecian
nada. Se abren al mundo y nos conjuran a ponerlo todo patas arriba.
–Estábamos
hartos de tanta “Beatelmanía”. ¿Has oído la de las “Bombas españolas”?
–Claro. Da un
pelín de vergüenza su castellano…Pero... ¡Qué emocionante lo que dice! ¿Verdad?
–¡Verdad! Y qué
alegría profunda saber que la clase cuenta con aliados de tamaña envergadura.
Mira “Hegel”, enmarcaremos la portada del disco y la pondremos sobre tu bote de
comida. ¿Qué te parece?
–Comeré con más
ganas y me esforzaré por comer de todo, como corresponde a un miembro de la
clase trabajadora. Ellos me darán ánimo ante un plato de “croquetas” escuetas.
Ellos me darán fiereza y dulzura. Y quizás vaya tomando gusto por la
estridencia estructurada. Los prefiero al egocentrismo y exhibicionismo de
Rotten y Vicius.
Llegan, amortiguadas por las cristaleras cerradas,
las voces discordes de los “cerealistas”. Siguen su celebración en la puerta
del condis. Nos asomamos a la terraza y los vemos abocar verdaderos ríos de
cereal en sus desdentadas bocas. Otros salen con garrafas de agua de 10 litros
y con cajas de “yogoures”.
“Corazón negro.
Enigma o sangre de otras vidas pasadas,
suprema interrogación que ante los ojos me habla,
signo que no comprendo a la luz de la luna.
Sangre negra, corazón dolorido que desde lejos la envías
a latidos inciertos, bocanadas calientes,
vaho pesado de estío, río en que no me hundo,
que sin luz pasa como silencio, sin perfume ni amor.” (…)
Enigma o sangre de otras vidas pasadas,
suprema interrogación que ante los ojos me habla,
signo que no comprendo a la luz de la luna.
Sangre negra, corazón dolorido que desde lejos la envías
a latidos inciertos, bocanadas calientes,
vaho pesado de estío, río en que no me hundo,
que sin luz pasa como silencio, sin perfume ni amor.” (…)
Parece que Vicente Aleixandre (*)
esté tratando, a su manera, el problema del “cuerpo negro” de Plank. Y
parece que ha captado algo de los “paquetitos”…
¡habla de latidos inciertos”. No…si ya digo yo…
–Ahora compara esos versos un tanto herméticos con estos:
“LA ERA DEL HIELO SE ACERCA, EL SOL
SE HACE MAS FUERTE
SE AGUARDA UN COLAPSO, Y EL TRIGO APENAS CRECE
LOS MOTORES SE DETIENEN, PERO NO TENGO MIEDO
PORQUE LONDRES SE ESTA INCENDIANDO Y YO, YO VIVO JUNTO AL RIO.” (…)
SE AGUARDA UN COLAPSO, Y EL TRIGO APENAS CRECE
LOS MOTORES SE DETIENEN, PERO NO TENGO MIEDO
PORQUE LONDRES SE ESTA INCENDIANDO Y YO, YO VIVO JUNTO AL RIO.” (…)
Mucho mejor ¿no?
–Sin duda, “Hegel”. Pero descansa.
No quiero que te conviertas en un perro sabio y apartado del mundo, como yo he
devenido.
–¿Vamos a pasear?