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jueves, 28 de noviembre de 2013

Propuesta para la tarde de hoy, día 28 de noviembre. Música



Después de las gachas de almorta de ayer, comida de otoño donde las haya, tan rústicas y nostálgicas, haré una incursión en la cocina moderna: “Emperador a la parrilla con su ajo, su perejil y sus gotitas de limón“. Fácil: sólo se necesita, el emperador, el ajo, el perejil,  la parrilla y tiempo….Bueno y que el electricista haya reparado el estropicio…¡Y limones de Murcia!
 
Aún no he acabado de comer cuando ya está aquí toda la orquesta: la radial, la maza, el aspirador, la sierra mecánica, la trepanadora…al carpintero sólo le quedan cuatro tornillos, dice. 

Los dejo solos que se apañen. Cojo el “ipod” y me largo, con el cachorrito, a tomar carajillos al monte.

Hegel lo oye todo, lo ve todo…pero no sabe QUÉ tiene que ver y oír. Le da tanta importancia a una hoja que vuela como a mis manos que lo acarician. Al sonido del viento como a mi voz que lo llama.
Entramos en el local y ocupamos sitio junto al fuego de asar churrascos y alcachofas. Hegel se acerca atraído por el aroma y se retira como un resorte: primera lección. Se acurruca entre mis pies.

--Buenas tardes tabernero! ¡Póngameme vd. un carajillo al 50% !...y un poquito de agua para “Hegel”, mi nuevo compañero.

--¡Hecho!

 “Concierto para piano. Nº 5 en mi bemol mayor” (Opus 73) de Beethoven. Lo oiremos en la versión de Rubinstein (el buen humorado polaco, no el ruso).
 
Se estrenó tal día como hoy, del año 1811, en la sala Gewandhaus de Leipzig. 

Más parece una “Sinfonía para piano” que un concierto. El piano habla y habla, impone su discurso a la orquesta que se rinde a sus pies… ¡como Hegel!

Fue compuesto sobre 1809 (¿) en la época en la que, ya casi sordo, estaba enamorado de Therese, a la que dedicó la “Sonata en Fa sostenido mayor” (opus 78), después seguiría otra Teresa (Malfatti), la Brentano y Amalia Sebald. Mientras lo escribía las tropas napoleónicas habían vuelto a entrar en Viena. Por suerte, el artista estaba sordo… ¡pero no ciego!

En 1815, en pleno Congreso de Viena, empezó el que debería ser el 6º pero no lo acabó…¡y eso que llevaba 60 hojas! El Congreso, además, acabó con su racha de enamoramientos profundamente ideales.

Ya había asimilado el desconcierto de la sordera incipiente y superado el bajón inicial que le llevó a escribir el “Testamento de Heiligenstadt” (1802) en el que se despedía de la vida de una forma asaz romántica. Tuvo que ir despidiéndose, de paso, de la interpretación y, así, de rebote, convertirse en el primer músico de la historia que se alimentó sólo de la composición. Alguna “mecenástica” ayuda…pero  no suficiente: la del archiduque Rodolfo, a quien dedica la obra. Aquel momento marcó el paso a su “estilo heroico”: el de las sinfonías de la 3ª a la 8ª, el de la “Apassionata”, “Claro de luna”, “Fidelio”, “Coriolano”, los tres últimos conciertos… Expresan la lucha heroica del autor contra el destino (¿).

Que se le llame “Emperador” no tiene nada que ver con la admiración por Napoleón, en esos momentos absolutamente ninguna. Tampoco, por un capricho del tiempo, con el hecho de que tal día como hoy…¡hoy mismo! me haya zampado un trozo de “emperador” a la parrilla. Tiene que ver con su valentía triunfal y el espíritu  plenamente afirmativo del primer movimiento…que se contagia al resto. Con su duración, empaque y grandiosidad… ¿o estoy diciendo lo mismo?…

Ya es sabido lo que hizo Beethoven con la dedicatoria de la ”Heroica”. Como Hegel y Horderlin (estrictos contemporáneos) albergó grandes esperanzas en la misión liberalizadora del “Corso”.  Se derrumbaron justo en el momento en el que David daba la última pincelada de la corona imperial. La anotación manuscrita: “¡Victoria!” no se refiere, pues, a las tropas francesas. Él es el héroe. Él, el forjador de la victoria contra el hado que lo tiene cogido por las orejas.

Entre las inquietantes tonalidades “bemolizadas” el “Mi bemol mayor” “tiene algo de sacerdotal”. Las “sostenidas” tienden hacia la luz: el “Mi mayor” roza el Empíreo…su oponente “Si menor”, “la negra tonalidad”, expresa el mal radical que agujerea el alma. Foco de energía negativa. Las modulaciones conducen de una a otra según un itinerario construido por el músico, en un viaje que puede llevarnos al infierno…Al final todo “concierta”. Beethoven era un mago de la modulación…alarga…te deja en suspenso, con el alma en vilo, a la espera de la tónica…con todo el hielo derritiéndose en la ginebra…¡pero llega en el momento oportuno!

El concierto empieza (Allegro) con una colleja importante, sigue una especie de cadenza  de piano y otra colleja, otra cadenza y ¡otra colleja! La siguiente cadenza enlaza con el tutti y da paso al primer y muy afirmativo tema: Taaa  taratataaaa  ta ta ta  Taaa (un poquita más agudo que el primer Taaa)…¡Y sigue! Empezar con un acorde fortísimo ya es algo raro. Modulación. Segundo tema. Modulación. Exposición de los temas por el piano….

Beethoven, de más decirlo, como Goya, rompió de forma drástica con las “reglas  y convenciones (incluidas las sociales) “por amor democrático a la libertad”, no sólo por la sordera. A ambos esta privación les descubrió sus más profundas emociones y la manera de expresarlas. Cuanto más íntimas menos comprendidas. Hubo que esperar algún tiempo para que su “tercer periodo” (estilo tardío) fuera apreciado.

A resaltar que las cadenzas están escritas. No son improvisaciones del intérprete, como se solía. Beethoven rechaza las normas, pero ata cada vez más corto al intérprete. La obra es del compositor: ¡Mía!

La cadenza del último movimiento (“Rondó allegro, ma non troppo”) antes del tutti final, termina con un ritardando inédito, en que piano y timbales tocan hermanados (en la versión de Rubinstein casi no se aprecian los timbales). Sigue al silencio, una furiosa escala a cargo del piano que conducirá a un magno y rotundo final orquestal.

Dicen los especialistas que los “largos” siempre fueron el “talón de Aquiles” de Beethoven. Esto sólo podría mantenerse (¡digo yo!) referido a las dos primeras etapas (estilos). En su tercer estilo encontramos adagios infinitos, ensimismados que, ya, nos hacen recordar a Bruckner (¿) y a Mahler. La función, dicen, de esos adagios nunca estuvo bien definida en el primer y segundo estilo (“heroico”): o bien era puramente convencional, o bien servía de pasarela al rondó final o, incluso, frecuentemente fueron reconvertidos en alegrettos o andantes con motto. Así, el adagio del concierto nº5, suena unido, sin solución de continuidad, con el Allegro final. Sin embargo a mí me parece, una melodía de una belleza autónoma (¿) abiertamente desarmante. Intenten vds. aplicar a este movimiento (y a otros) aquello de los italianos: “Los acompañamientos teutónicos no son la guardia de honor de la melodía, sino su escolta policial” (Stendhal)…Son mucho más, revelan los que la melodía no alcanza a decir; añaden el contexto sin el cual el discurso quedaría en la más débil indecisión.

--¿Le vendría a bien servirme un gintónic? (Es lo que tiene tanta modulación hacia la tónica)

--¡Hecho!

2º.
Ravhmaninov: “Concierto para piano nº 3” 

Tras ser expulsado del conservatorio de San Peterburgo, fue admitido en el conservatorio de Moscú, fundado por Nikolai Rubinstein, hermano de Anton, fundador, a su vez, del conservatorio de San Peterburgo  y nacido tal día como hoy, del año 1829.

El conservatorio de San Peterburgo era visto por el “grupo de los cinco” como una amenaza contra el gusto musical en general y una desviación occidentalista de lo que debiera ser la auténtica música rusa. Nikolai se distanció un poco de aquella orientación, de tal manera que la creación del conservatorio de Moscú no fue tan polémica. Allí estudió Chaikovsky que, por cierto, dedicó su “Concierto para piano nº1” a Nikolai y este lo rechazó. Finalmente fue Hans von Büllov el destinatario.

Así que la primera y decisiva influencia (¡y su ídolo!) de nuestro músico fue el tardo-romanticismo de Chaikovsky…Y ahí quedó anclado. El “modernismo” siempre le fue ajeno: “Me siento como un fantasma…” Y como una especie de “supervivencia” fue considerado, lejos de las innovaciones del primer Stravinsky, que llevarán al extremo las potencialidades de la música rusa y ajeno, por supuesto, a las derivaciones de la “tercera escuela de Viena”.

A aquella influencia se le unió la nostalgia por su patria rusa que abandonó en el 17. De tal manera que su música, aunque enraizada en los cánones de la gran tradición alemana, siempre suena rusa: ecos litúrgicos, campanas…

Toda su obra, hasta el 17, fue compuesta en la finca de sus nobles tíos, (y después suya, al casarse con su prima hermana,) en Ivanovka, unos 500 Kms. al sureste de Moscú. Con la revolución, los campesinos la invadieron y dejaron hecha otra ruina: taladradora, mazo, sierra mecánica, radial, martillo…Naturalmente tuvieron que irse: París, Nueva York…una temporada en Francia, Suiza y nuevamente Estados Unidos, para morir. Tuvo que ganarse la vida principalmente como intérprete. 


Prokoviev, volvió a Rusia, en buena medida, por que Rachmaninov le quitaba el aire. Le cerraba el paso. En cierta ocasión Rachmaninov quiso ayudar al necesitado Nabokov con un paquete de ropa usada. El escritor, hijo de un padre de quien se decía que mandaba a lavar sus calzoncillos a Inglaterra, la devolvió: había sido confeccionada “en el periodo del Preludio”.

“Mi Tercer Concierto fue escrito especialmente para Estados Unidos y debía tocarlo por primera vez en Nueva York bajo la dirección de Walter Damrosh... Inmediatamente después lo repetí en Nueva York, pero bajo la batuta de Gustav Mahler. En aquella época, Mahler era el único director a quien consideraba merecedor de ser puesto a la misma altura que Nikisch. Tocó directamente mi corazón de compositor consagrándose a mi concierto hasta que el acompañamiento, que es bastante complicado, estuviera ensayado hasta el punto de la perfección.(…) Según Mahler, cada detalle de la partitura era importante, una actitud que desafortunadamente es rara entre los directores.

(…) Tocábamos y tocábamos. Hacía rato que había pasado la media hora, pero Mahler no le prestaba la más mínima atención a este hecho... Cuarenta y cinco minutos más tarde, Mahler anunció: "Ahora repetiremos el primer movimiento." Mi corazón se congeló. Esperé (…) una acalorada protesta de parte de la orquesta. Esto ciertamente hubiera ocurrido en cualquier otra orquesta, pero aquí no noté ni una señal de disgusto. Los músicos tocaron el primer movimiento con una dedicación entusiasta o incluso aun más precisa que la vez anterior. Fui hasta el atril del director y juntos examinamos la partitura. Los músicos de los últimos asientos empezaron tranquilamente a guardar sus instrumentos y a desaparecer. Mahler explotó:

-- ¡Qué significa esto!
-- Es más de la una y media, Maestro.
-- ¡Mientras yo esté aquí sentado ningún músico tiene derecho a levantarse!”

¡¡ahí está mi Mahler!!

Fue estrenado tal día como hoy, del año 1909 (un año exacto después de la composición del “Emperador”) en el New Theater de New York. Y pudo cumplir su más intenso deseo: comprarse un coche para pasear por las infinitas llanuras de Ivanovka. 

 Y compuesto en 1909, mientras Blok (nacido tal día como hoy, del año 1880) escribía sus versos “italianos” y cimentaba su fama universal. La Gran Guerra le obligaría a abandonar, un poco, su misticismo simbolista y la revolución a replantearse muchas cosas. Por suerte (¡¡) murió en el 21antes de que el previsible enfrentamiento con los bolcheviques se produjera.

--Puede saberse que escucha con tanta pasión, caballero.

--Naturalmente: “El concierto para piano y orquesta nº 3” de Rachmaninov.

--Ese de la “cadenza” tan difícil.

--Exacto, buen hombre.

--Yo, dentro de mi ignorancia general y no cuestionada, y teniendo en cuenta que mis gustos musicales se inclinan más hacia la música barroca, de ese concierto me gusta especialmente la sencilla melodía que abre el concierto…¡suena tan ruso!...Dicen que se inspiró en un canto litúrgico que se cantaba en la Iglesia de la Cruz, en Kiev. Y además, ¡esos violines tan apremiantes por lo bajini…!

--Él mismo negó esta fuente de inspiración.

--Pero ya sabe vd. que las influencias inconscientes también cuentan.

--¿Y qué me dice del “Adagio”?

--¿Qué voy a decirle?...Me choca que en un concierto para piano no lo introduzca hasta pasados dos minutos. Bien es verdad que en el primer movimiento no para.

--¡Y cómo cierra el movimiento volviendo al inicio!

--¡Y cómo modula del “Fa sostenido menor” al “re bemol mayor”!

--¡Y cómo “attaca súbito” el finale!

--Como en  el “Emperador” del Gran Mogol. En fin, caballero, siga con su audición que yo voy a dar la vuelta a los churrascos. Tómese otra copita que paga la casa.

--Gracias, mesonero. Póngame, pues, un vodka. Me gusta variar. En la bebida detesto la rutina.

--En la variedad está el gusto, caballero.

Hegel pelea con los cordones de los zapatos, sucios animales alargados. Los muerde y quiere estrangularlos con negaciones bruscas de cabeza, negándoles el derecho a la existencia. ¡¡Hegel!!  ¡¡No!!  Me mira y no entiende mi amistad con seres inmundos.

Él: Perdone que interrumpa su concentrada audición, pero me surgen aquellos versos de Blok que vienen al pelo:

“Somos los olvidados, solitarios sobre la tierra,
a hurtadillas nos sentamos cerca del calor.”

Yo:  O aquellos otros:

 “Y el vino ya ha enturbiado mi mirada,
 Y por las venas ya se ha desbordado (…)”

Él:  ¿Y qué me dice de éstos?:

“Y lejos, por barrancos empinados,
 Arroyos cantan, flor lucen almendros,
 Y por encima de un abierto sarcófago
Un ángel sepulcral vislumbra el cielo.”

--Debería vd. dedicarse a conferenciar, estimado bodeguero.

--Soy un hostelero rural y lo seguiré siendo. Lo llevo en la sangre. Las noches de invierno son largas y el dinero no circula; ese es el motivo por el que mis afanes han tomado un derrotero inesperado, incluso para mí. En otras circunstancias me bastaría con los churrascos y las alcachofas. Pero no hay mal que por bien no venga.

--Y dios “borronea” las líneas rectas donde los humanos escriben …

--¿??????

Buenas noches.

La cama, inacabada…¡a lo Shubert!...¡Otro día en el suelo!

  










































Propuesta para la mañana de hoy, día 28 de noviembre. Reformas.Perro



A los 16 días justos de venir a vivir al piso en el que vivo, empezaron a despeñarse las losas de travertino de la fachada. Se arrojaban con fruición y temor…¡a hacer daño!...como las almas de la rodinesca puerta del infierno. Tuvieron que envolver el edificio y así ha estado, envuelto, a lo Christo, años. Mientras, en el interior ocurrían prodigios: mirabas la grifería del fregadero y se inclinaba mansamente hacia un lado. Abrías los radiadores y rezumaba el agua por las paredes de pladur. La alcachofa de la ducha se agitaba como una serpiente anfetamínica. La madera el suelo recogía las ondulaciones telúricas…Con el tiempo los prodigios dejaron de serlo y se convirtieron en norma…y así ha sido durante años: era la época del boom, que consistía en dejar olvidada una bomba de relojería encerrada en el armario ropero para que explotara al día siguiente de la caducidad de las garantías.
 
Y hoy, se ha producido la conjunción temida: paletas-lampistas, electricista, y los taladradores que, subidos en fortificaciones medievales, intentan reducir a escombros lo que queda del edificio. Ah! y el carpintero. Olvidé decir que a finales de agosto, encargué una cama a un carpintero local.




08 h. Comienza la taladradora.

08’7 h. Llama el de la publicidad. ¡Gracias!

08’15 h. Desayuno

08’48 h. ¡Antonio…vamos hombre que se nos hace tarde!...¿Qué Antonio ni qué hostias?...¡Perdón!

09’1 h. Llegan los fontaneros- albañiles. Empiezan por lo fácil: liarse a mazazos con la bañera. Es una obra con la que todo el mundo se enfrenta: llega un día en la vida en la que hemos de cambiar la bañera por un plato de ducha. Ese día empieza la vejez…¡aunque no lo parezca!

09’30 h. Llega el electricista. Pide una escalera y empieza a cortar la escayola del techo. Hace círculos como los esquimales cuando van de pesca…¡pero al revés!...Los hace en el techo helado.

09’30’ 05’’. La sierra mecánica se une a la maza y a la taladradora.

10’11 h. ¡Correoo!...¡Gracias!

10’30 h. Esto ya es un clásico: llamada desde un 91 (¿Madrid?) que nunca es atendida. ¿Por qué insisten si nunca han recibido respuesta?...¡Por eso!

10’57 h. A los de los andamios se les cae una losa en la terraza. Retumba todo el edificio…y se parten 4 losas del suelo….¡Perdón!...

11’24 h. ¿Si?...¡El carpintero…por lo de la cama!...Ah, ¡pase!

11’24’ 09’’ Ya tenemos al carpintero dentro. Viene con los laterales. Al girar para introducirlos en la habitación, golpea al de la escalera que para no caer se agarra a los cables que salen por los agujeros de pesca…¡toda la instalación a tomar pol culo!..¡Pero mira por dónde vas!...¡y tú, vé por donde miras! …??????

11’30 h. Suena el teléfono. Preguntan por Gema. Soy su marido. Bueno, llamo desde el centro de recogida de animales de la Rabassada: soy amigo del hermano cuñado de Gema y como sé que queríais un perro…Bueno, pero ahora no puedo…si no es ahora, no podrá ser. Se trata de un decomiso de cachorritos procedentes de los Sudetes, sólo queda un pastor alemán porque quien lo tenía atribuido se ha echado atrás…¿lo queréis o qué?...Está bien, en media hora estoy allí. De acuerdo.

12’46 h. Vuelvo con el cachorro. Antes de ponerle nombre lo tendré en observación. El nombre te marca para toda la vida.




12’47 h. Primera meada del cachorro: debajo de la escalera del electricista.

Del cuarto de baño salen nubes espesas de polvo blanco y amarillo, iluminadas desde atrás a lo Turner. Tendremos que arrancar todo la pared, las raxolas no quieren salir. Hagan lo que les de la gana, oigan…como si quieren entrar al piso del vecino y seguir dando con la maza en el silestone de la cocina. De vez en cuando asoman la cabeza para respirar. ¿No tendrías un aspirador?...Recuerdo que el piso iba equipado con aspiración centralizada. Lo sé porque una noche, hace años, se disparó por la noche y pensamos que iba a estallar la caldera del gas…Prueba con este tubo, a ver…Enchufamos el tubo en un boquete que para tal efecto hay en diferentes rincones del piso. Aspirar, aspira…pero de forma asmática. Algo es algo, dicen.

12’ 58 h. El rugido del aspirador se une a los mazazos, a la radial, a la sierra mecánica, a los martillazos del carpintero y a la trepanadora del exterior.

13’18 h. Primera deposición del perro: A la entrada del váter. El olor repugnante, contrasta con el tamaño del animal y añade extrañeza a la repugnancia. Los de la maza salen despavoridos, temen haber agujereado una tubería de metano. Salen a ciegas. Pisan la caca y van timbrando, como burócratas antiguos, todo el suelo del comedor. Ahora, sólo faltaba los “Testigos de Jehová”...  con sus últimos días y la Parusía. Esta vez los pondría a limpiar cacas con la lengua…y les arrearía con la maza.

13 h 22’. ¿Kino?...¡Soy yo!...En efecto es él. Abro. Viene con su perro. Por dios, átalo en la terraza. Lo ata en la empalizada. Ruge como fiera salvaje. El cachorro se acerca. El veterano se lía. Los de la taladradora, con el pulso alterado, chillan y exigen que soltemos al perro de la estructura. Lo soltamos. Que haga lo que quiera. Al pequeño lo metemos dentro. Sacamos una botella de vino, como siempre, y unos taquitos de jamón. Y así pasamos media horita en paz.

14 h. Se largan todos a comer. Incluido el último visitante. Nos quedamos solos el cachorro y yo…¡al fin solos!...rodeados de ruinas.

“En Moscú ocurren cosas que rebalsan la capacidad del entendimiento.
Siete comerciantes de la Sukharevka ya fueron detenidos por haber difundido el rumor de que la llegada de los bolcheviques anunciaba el fin del mundo. Daría Petrovna me lo dijo, y hasta me pronosticó la fecha exacta: el 28 de noviembre de 1929, día de San Esteban, mártir, la Tierra chocará con el Eje celeste... Hasta hay pillos que organizan conferencias. Con esta hipófísis nos hemos metido en un buen lío; sólo tenemos un deseo: salir corriendo del departamento. A ruego de Filip Filipovich me instalé aquí y paso las noches en la sala de espera, con “Bola”. La sala de curaciones que transformada en sala de espera. Schwonder tenía razón. El Comité del edificio continúa molestando. Ya no queda un solo vidrio de los armarios sano debido a los saltos de “Bola”. Nos hemos dado por vencidos.” (Bulgakov: “Corazón de perro”) 

lean, si quieren, la entrada del 10 de marzo.

https://kinomoriarti.blogspot.com.es/2013/03/propuesta-para-hoy-dia-10-de-marzo.html




 Creo que el fin del mundo ha empezado por mi piso. FIN DE LA HISTORIA…Lo llamaré “Hegel

RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...