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miércoles, 10 de julio de 2013

Propuesta para hoy, dia 10 de julio. Rimbaud. Verlaine. Corto Maltés. Varios. Día del comino. Día del silencio. Maelström.





                                                    “Ni contigo, ni sin ti
Tienen mis penas consuelo.
Contigo porque me matas,
Sin ti porque me muero”

O de cómo por una tontería, una vez el aparato de la justicia se pone en marcha, se puede uno complicar verdaderamente la vida… o sobre aquello de que “no hay mal que por bien no venga…”

1
Tal día como hoy, del año 1873, Verlaine, presa del alcohol, la locura, los celos y la tenaz presencia de la madre, arroja dos desatinados tiros a Rimbaud… que va y se queja a la policía.



Sonará en el esputofaif:
·        “Les illuminations” opus 18 de Britten
·        “L’orgie parissienne” de Mychael Nyman
·        “Poemas de Verlaine” de Debussy.
·        Y lo que queramos de Tom Verlain



    Habíamos dejado a la pareja en la place Pigalle: Rimbaud, “el esposo infernal”, acaba de apuñalar a Verlaine, “la virgen necia”.

2
Rimbaud malvive por plaza Maubert y sus siniestros alrededores. Verlaine espera un hijo (o una hija). Ambos están apresados por las redes de la fatalidad.

Hastiado, Rimbaud, y sin un céntimo, se retira a Charleville.  Verlaine, “el cerdo”, lo reclama. En Mayo vuelve a París: orgías, absenta, disputas… ¡TODO lo paga Verlaine!... y, además, ¡la suegra! La cosa no puede seguir así.
Rimbaud, no se contenta con ser guarnición y ha decidido acabar con todo… incluso con su vida (coartada infernal). Acude a la casa de Paul para despedirse; lo encuentra camino de una farmacia, por una indisposición de Matilde y para comprar hojas de Ombligo de Venus, cuya infusión asegura una descendencia masculina-dicen.

--Me voy a Bélgica. No volveremos a vernos… ¡a no ser que quieras acompañarme!
--¡Vámonos!– y dejó a Matilde sin el remedio contra los retortijones.

No hubo más conversación. Verlaine, que durante la Comuna había mantenido su puesto en el Ayuntamiento, recurre a su madre (con la excusa de una persecución política), que correrá con los gastos del viaje.

Era el 9 de julio de 1872. Tras una doble tentativa, llegan a Bruselas, por Charleville. Se instalan en el Gran Hotel Liégeois. El Hotel ya no existe, estaba en el 1 de Rue du Progrès, en la confluencia de varias calle, no lejos de la desaparecida estación del Norte. En su lugar la brasserie Saint Germaine ofrece, a módicos precios, carpaccios, tarrinas y otras fruslerías.

Verlaine conocía el hotel desde 1867, cuando visitó a Hugo (Rue des barricades (¡¡)), exilado voluntario). Verlaine pone en contacto a su amigo con los communards exilados forzosos (Bélgica, desde la independencia se precia de espíritu abierto y acogedor: Marx, Engels, A. Dumas, Ch. Baudelaire): los hay de todas las tendencias.

Parece que, por fin,  todo funciona… y se dejan ver.

Los communards están instalados preferentemente en los barrios de nueva construcción y periféricos; frecuentan tabernas y garitos de todo tipo y condición:

Taberna de Saint Jean, en la calle del mismo nombre.
Grand Brasserie de Bohême, rue Écuyer.
Maison des Brasseur, en el 10 de la Grand Place.
Au Jeune Renard, Rue Collégiale.
Taberna Guillaume , place du musée.
Café del reloj, en la avenida Masnix.

…Por citar sólo unos cuantos…

Verlaine se emociona tanto que quiere escribir un libro sobre los acontecimientos del 71. Escribe a su casa para que le envíen las notas que, sobre los hechos, fue redactando… Pero lo que recibe es una conminación de Matilde: “¡Voy con mi madre a romper esta relación que me volverá loca!… ¡reserva dos habitaciones!”.

Rimbaud, que se entera, lo interpreta como una trampa; llena de reproches a su desanimado compañero y, tras cambiarse de habitación, urde la conclusión del affaire.

Verlaine, recibe a su esposa y a su suegra. A su mujer, con lágrimas en los ojos y promesas de una vida honesta y responsable; y a su suegra, con resignación de funcionario.
Echa de menos al hijito, dice. La frase quedó enredada (y amortiguada) en su barba pelirroja… Las infusiones de Ombligo de Venus habían dado resultado.
Hacen el amor (¿)…y todo parece pespuntado.  Matilde propone dos años en Nueva Caledonia, estarían bien acompañados: Louise Michel, Rochefort… Allí podría escribir el libro que se propone. O sea que mañana cogemos el tren y a casita. Las perdices están servidas…. algo frías, pero…

Lean vds. “Byrds in the nigth” y  el ambiguo “Il faut, voyez vous, nous pardonner les choses” (de “Romances sans paroles”)…Léanlos

Ya lo decía F. Copée…Verlaine es un niño que ha crecido por fuera

Pero Rimbaud teje y teje, como las moiras hilanderas.

A la mañana siguiente, Rimbaud, insomne, los espera escondido tras una columna del salón de los pasos perdidos de la, también desaparecida, estación du Midi, en el otro extremo de la ciudad… Sube al mismo tren que esa trinidad tragicómica…y lo abandona en la estación de Quiévrain, antes de que los guardias de frontera empiecen las formalidades. 



Rimbaud sonríe como figura de Carpeaux y su sonrisa, navegando entre sombreros masculinos y femeninos fue a clavarse en la nuca desordenada de la “novia”. La “novia necia”, se excusa ante la esposa y la suegra (voy a comprar tabaco, dicen que dijo) y, en tres minutos está en los brazos del demonio. Huyen. Las mujeres vuelven solas, echando más chispas que la locomotora, a su apartamento de París… la ruptura se consuma.

Verlaine (¡infeliz!) grita su liberación definitiva. Toman el tren de vuelta y pasan una noche de farra en “Le Jeune Renard”… vuelven al hotel al amanecer cantando aquello de…”Asturias…” y “los estudiantes navarros…”. (“Bruxelles”, de puño y letra de Rimbuad, está escrito en ese fumadero. El jovencito es dado a escribir en las paredes de los váteres públicos).

Ahora sí que parece que todo va como la seda; los recios y reacios communards, sin embargo, no aceptan fácilmente las formas y efusiones de estos recién llegados… ¡La Policía tampoco!... Bélgica es liberal… ¡pero no tanto!...

Al mismo tiempo, el prefecto de la policía de Bruselas recibe una carta de un tal señor Rimbaud que solicita la búsqueda de su hijo, menor de edad y que anda con alguien que dice llamarse Verlaine… ¡que lo devuelvan a casa!

El inspector Clouseau de turno, los localiza, pero en vez de anotar: Gran Hôtel Liégeois, escribe el nombre del cercano “Hòtel de la Provincia de Liège”, rue Bravant. Fue castigado a limpiar letrinas durante dos meses… ¡por torpe! Los pájaros vuelan y se dedican a hacer el turista: Malinas (la altísima torre de la catedral), Gante y una semanita… ¡escondidos en Brujas!.

Antes de que la cosa, que ya madura de nuevo, se ponga peor, toman el barco en Ostende (7 de septiembre) con dirección a Dover y de allí a Londres.
La cosecha poética es, aparentemente reducida.

3
En Londres es un caos... ¿más?.. Rimbaud vuelve a casa de sus padres y trabaja en lo que será, más tarde, “Una temporada en el Infierno” (¡¡). Verlaine se pone enfermo y lo reclama…va completando sus “Romances sin palabras”. Rimbaud vuelve con propósito de enmienda. Pide la tarjeta del “British Museum” en marzo del 73. En un rincón de la gran sala se quemaba las cejas Karl Marx…. y de paso arrimaba el ascua al gran basurero capitalista.

¡Rimbaud y Marx!... casan perfectamente: como el queso y el vino: Cambiar la vida y cambiar el mundo.




Verlaine también parece haber sentado la cabeza: añora a su hijito y se emborracha a la salud del niño y, de paso, arruina la suya.  Desde Londres convoca a Matilde en Bruselas… ¡si no vienes me pego un tiro!– dijo más atraído por el olor de la pólvora (y la costumbre) que por su amor conyugal.

4
Rimbaud vuelve de nuevo con la familia…esta vez a la hacienda familiar de Roche, cerca de Attigny, al sur de Charleville. Quiere probar con la horticultura… ¿mira que si lo mío fueran los frutales?



Pero al maldito no le va la senda horaciana. Vuelve a Londres y vuelve la esquizofrenia. 
Verlaine ha acudido a la cita con la madre de su hijo, dejando a su compañero sólo y sin un penique.

Desde el barco (3 de Julio) le escribe a Rimbaud:

“Mi amigo (…) me veo completamente obligado a partir, ya que esta vida violenta y colmada de escenas sin más causa que tu fantasía ¡no podía joderme más! Sólo porque te amaba intensamente, ¡maldito el que piense mal por ello!, te aseguro que si de aquí a tres días no estoy con mi mujer en condiciones perfectas, me levantaré la tapa de los sesos…Mi último pensamiento será para ti… ¿Quieres que te bese al espicharla?”

Rimbaud, sin haber recibido la misiva, le escribe, a su vez:

“Vuelve, vuelve, querido amigo (…) Te juro que voy a ser bueno (…) hace dos días que no dejo de llorar…(…) ¿es que ya no vamos a vivir más juntos? Sé valiente (…) no escuches más que a tu corazón. Rápido, di sí debo reunirme contigo”  y no olvida decirle que está sin un centavo y amenazarlo, a su vez, con enrolarse en el ejército o en la marina. Verlaine también piensa, si no se mata, acudir con los carlistas del Maestrazgo: ¡No hubiera estado mal!

Cuando recibe la carta que Verlaine le había enviado desde el barco, le contesta:

“Reflexiona (…) Sólo conmigo podrás ser libre (…) seré amable (…) sé que te amo. Si no vuelves o permites que yo vaya, cometerás un crimen del que te arrepentirás durante muchos años, perdiendo a cambio tu libertad y pagando tu decisión con aburrimientos mucho más atroces que los que nunca has experimentado. Piensa en lo que eras antes de conocerme”.

Tampoco esta vez olvida el toque crematístico: me obligarás a vender tu ropa…cosa que hace ese mismo día: lo vende TODO, menos una chaqueta.

5
Verlaine no se encuentra con su añorada esposa, sino con ¡¡su madre!!... Sus deseos de muerte se multiplican por 53.
No puede aguantar más y le envía a Rimbaud dinero para el pasaje a Bruselas. Mientras tanto, la madre está intentando apaciguar a la bestia haciendo aquello de “cinco lobitos…”.

…¡Cinco balitas…cinco!: fin de la familia…

Rimbaud llega a Bruselas el 8 de Julio. A estas alturas de la cosa el bono-transporte estaría en las últimas.
Verlaine y su madre, al día siguiente. Se hospedan en el  “Ancienne Hotel A la ville de Courtais”, nº 1 de rue Brasseurs…cerca de la “Maison des Brasseurs” (10 de la Place Grand…actualmente es el “museo de la Brasserie”) y del Hospital de San Juan: en la primera se irán poniendo las premisas y en el segundo se repararán las consecuencias.

Todo este bucle ha ocupado un año exacto: del 9-10 de julio del 72 al 10 de julio del 73. Recuérdese que por aquellos días Cartagena, Alcoy, Murcia, Torrevieja diseñaban sus propias Comunas.

El día diez, a las 9 de la mañana, con un calor digno de Mersault, Verlaine entra en la armería Chez Montigny, en el 11 de la Galerie De la Reine (actualmente café-restaurant “Vaudeville”) y compra un revólver Le Faucheux de 7mm con tambor de 6 balas. 



(Estos revólveres, inventados por Le Faucheux representaban un gran avance respecto a los de carga delantera, por la rapidez, precisión y seguridad. Pronto fueron fabricados, bajo patente, en muchos países…En España los fabricaba “Orbea hermanos”…los de las bicis…).

El objetivo está en el aire: bastará un soplo para que se dirija al amante, a la madre o  a sus sienes plateadas.

                                                                                                         Rimbaud lo espera en
la taberna tomando absentas.  Y siguen hasta la hora de comer. Verlaine lo ve todo verde sulfuroso…”o viene Matilde o me mato”. “O vas a París y la matas, ¿no?”… ¡Esto suena más razonable! Rimbaud, que no da muestras de enmienda, ya no aguanta más... Suben a por la señora madre para tomar un tentempié, unos tortellinis con forma de ombligo de Venus, por ejemplo... 



y casi salen con los pies p’alante. Verlaine acaricia el cañón del arma que late como batracio en su bolsillo.

--Me voy…¡no aguanto más!–reiteró Rimbaud.
--Si te vas, te mato… (¡y dale!)
--¡Me voy!

Y sin mediar razonamientos, pero sí lógica, apretó el gatillo: la bala rebotó en las cuatro paredes de la habitación y estuvo a punto de salir por la ventana, pero lo pensó mejor y acarició la “mano amiga” del joven bardo…antes de caer exhausta a los pies de la madre. Siguió otro proyectil que, este sí…salió por la ventana y cuando agotó su “ímpetus” cayó a plomo, como corresponde a su naturaleza. Los cartuchos, expulsados por la parte derecha del tambor, estuvieron a punto de dejar ciego al desacertado homicida.



Entre la madre y el hijo le hicieron las primeras curas: Cubrieron las herida con hojas de Ombligo de Venus, le envolvieron la mano con un trozo de sábana y se dirigieron hacia la estación de Midi… ¡Era medio día!...En la esquina con Stalingrado (frente al actual “café Bebo”…donde nos beberíamos una estupenda cerveza belga), Verlaine hizo un gesto extraño y Rimbaud, que no le quitaba ojo a la bestia, se fue directo a un gendarme en busca de ayuda…Verlaine sacó el pañuelo y se secó el sudor…¡pero la ayuda estaba pedida!...

--¡Me quiere volver a matar!
--¿?
--¡Tiene un revólver!


Fueron conducidos a la Rue Amigo (ayuntamiento y comisaría)… ¡bonito nombre!... algo así como el Ministerio del Amor (Orwell). De nada sirvieron las retractaciones, ni la levedad de la herida…(al final toda la culpa moral recayó sobre la ausente y desgraciada Matilde…su marido se emborrachaba por su abandono…y borracho, disparó sobre su mejor amigo…nada de relaciones “ilícitas”… son maquinaciones para desposeer al pobre borracho de cualquier derecho…)

El meticuloso y neurótico examen del culo del Poeta, mostró apodícticamente que se ensanchaba con facilidad hasta alcanzar un diámetro compatible con la sodomía frecuente; de paso se constató (y así se transcribió) la pequeñez de su pene.

No pasó de un rasguño. No fue como en mayo de 1891. Hubiera sido de una gracia mortal: Rimbaud manco y cojo. Tal día como hoy, del año 1891, Rimbaud escribe, desde el fondo del infierno, a su hermana Isabel. Ha perdido una pierna (ver propuesta del 22 de mayo). Su máxima: “Hay que ser absolutamente modernos” le empuja a interesarse por los últimos adelantos en ortopedia. (Lean Udes. la carta y cuando acaben volvemos al affaire anterior):

 ¡La maquinaria es implacable!

6
El aparato de la justicia se puso en marcha…y ya sabemos de su celeridad y eficacia cuando de minucias se trata. Como la cosa iba para largo, la madre, la más normal del grupo, se volvió a París…mientras que Rimbaud (tras convalecer en el Hospital de San Juan) espera el desenlace en el 1 (o el 22) de la rue Boucher (ahí debería haber esperado Verlaine)  encima de un Tabac (actualmente Chez Leon) y Verlaine hace tiempo en la Prisión des Petits- Carmes (ahí debería haber hecho tiempo Rimbaud).  
A Verlaine le cayeron dos años. Rimbaud lo visitó, por lo menos, una vez…para llevarle un ejemplar firmado de su recientemente publicada (a cargo de su, de Rimbaud, madre).”Una temporada en el Infierno”. La ocurrencia fue mayúscula.

En la cárcel sufrió una metamorfosis: se hizo religioso, católico…Y su afición al Espiritu  (oso) santo se acrecentó.


Rimbaud, se retiró a Roche. Estuvo en Londres (con el poeta Germain Nouveau), donde trabajó en “Las iluminaciones” (bien distintas a las que nublarían la mente de su antiguo y desangelado compañero)…Fue a Bruselas (visita a Verlaine).

Se encontraron por última vez en Stuttgart (1875). Ninguno de los dos era el que fue. Rimbaud ya no era el adolescente promiscuo y temerario…ha descendido a los infiernos y ha resucitado. “La Virgen loca”, es un beato que, “tras tres horas (de estar con Rimbaud) había renegado de su dios y había sangrado las 98 llagas de Nuestro Señor”. Cuando reciba las poesías católicas, (“Sagesse”) Rimbaud dirá: “He recibido las últimas groserías de Loyola”.

La entrevista de Stuttgart acabó a puñetazos. Ya no volvieron a verse.

Fin de este episodio y comienzo de la vida desconocida (¡volveremos!) de Rimbaud. Verlaine recorrerá hospitales, cárceles, y tabernas… muchas tabernas.

7
“Un año más tarde, el hombre (al que los relatantes fueron a ver dos años antes) ha abandonado del hospital Broussais. Camina con dificultad, apoyándose en un bastón. En una calle de Montmartre, se cruza con uno de los jóvenes visitantes y no lo reconoce. El joven se para y se presenta. Hablan un momento.

--“Ofrézcame un trago”, pide el viejo condenado

El viejo abre el monedero, sin recovecos y dice que toda su fortuna se encuentra ahí. Algunas monedas…Dice también que un camarero, encontrándolo demasiado mal vestido, acaba de arrojarlo fuera del bistró donde estaba sentado.
Entran en un café y piden.

--“¿Dónde vive vd.?”, pregunta el estudiante.

El otro alza tristemente los hombros
--“Yo no vivo…me alojo en la noche”.



Así hablaba el poeta. El hombre sin domicilio es Paul Verlaine. Los que lo visitaron: Pierre Louÿs y  André Gide.
Hoy, Verlaine dormiría en el metro.

“La miseria tiene el diente duro”  (Dan Frank)

                                        

8
Precisamente mientras Rimbaud se dedicaba a negocios sucios y arriesgados por próximo oriente, nacía (tal día como hoy del año 1887), sin línea del destino, en la Valette, de sevillana-gibraltareña y de inglés de Cornualles, el súbdito de La Antigua y Barbuda: Corto Maltés.
En Córdoba, la llana, se marcará con la navaja barbera de su padre una complicada y poética línea del destino, que lo llevará, como privilegiado actor a los más significativos acontecimientos del primer tercio del siglo XX. Naturalmente también conoció Abisinia, Egipto y todos los lugares torturantes del poeta. ¡Y Marsella!








Su vida pública empezó a los 26 años (1913) con “La balada del mar salado” y se cerró en los abismos del Pacífico a la búsqueda del germinal y perdido continente (1925). Sus últimos años los pasó felizmente con Pandora Groovesmore, su amor imperecedero, por platónico. Hay quien dice, sin embargo, que ni siquiera Pandora pudo retenerlo y que acabó su hermosa vida en las Brigadas internacionales.

       
9
No me cabe duda de que Corto sabía de ese enloquecido vórtice marino conocido como Maelström. No voy yo ahora a describir el fenómeno. Ya lo hizo Poe: “Era el 10 de julio de 18… día que las gentes de esta región no olvidarán jamás, porque en él se levantó uno de los huracanes más terribles que hayan caído jamás del cielo...” (Sigan ustedes leyendo, sigan.). Años más tarde, Nemo, el 2 de junio del año 18…tendrá ocasión de contemplar ese terrorífico “ombligo del océano”, esa “corriente que muele”, esa estación de Perpiñán, ese ónfalo délfico



antes de desaparecer, con su profético artefacto, en la “isla misteriosa”.


La vida me importa un comino–fueron sus últimas palabras. Y se sumió en el silencio definitivo.

10
Precisamente cuando enmudece Corto Maltés, Meher Baba empieza su voto de silencio que duraría 44 años. Acabaría dominando el lenguaje gestual de Panurgo, mejor que el mismo personaje rabelesiano. 

 



 Mucho habría que hablar sobre ciertos silencios sonoros… (valga el oxímoron)

Baba, el “avatar”, dios en la tierra, acabó con más soldaduras que una escultura de Gargallo. Él decía que los accidentes automovilísticos los provocaba su potencia espiritual (¡¡). Su vida tuvo más fases que un cohete espacial. Se desprendía de un trozo y seguía su vuelo, cada vez más ingrávido. Finalmente se convirtió en brisa. Otros piensan que en “miasma”. 

Don’t worry, be happy”. 

Hasta Pete Townshend cayó rendido, espiritualmente hablando, claro, y quedó pegado ante Baba. Su “Baba O’Riley” que abre el majestuoso “Who’s Next” fue titulada así en referencia al “avatar” divino (y al minimalista Terry Riley)

Pero si hubo algo, en aquel año de 1925, que dio que hablar mucho más que el silencio de Baba, y la desaparición de Corto, fue el “juicio del mono”, empezado tal día como hoy y que se alargó como en Cinemascope. En él se juzgó a John T. Scopes por enseñar la teoría de la evolución a sus alumnos de secundaria. En realidad el tal Scopes era el profe de gimnasia que, ante una baja inesperada del profesor de ciencias del centro, lo sustituyó durante una temporadita. El pobre indefenso siguió al pie de la letra el manual que le cedieron. No tenía mucha idea de lo que estaba explicando ni le interesaba el tema. Era, eso sí, dado a los enfrentamientos con las “fuerzas vivas” y no rehuyó el ataque. Aquellos años de posguerra  (y también los de preguerra) fueron fértiles para las opiniones antirracistas, antisemitas, xenófobas…conducentes a poner en claro la causa de la clara decadencia de la inteligencia del americano medio. La encontraron donde buscaron, pues allí fue donde la pusieron: los negros, los hispanos, los europeos meridionales y algún que otro tarado patrio.

Ya saben Vds. Que el “evolucionismo” choca frontalmente con algunos versículos de la Biblia y que la interpretación literal de la Biblia es uno de los cinco pilares del presbiterianismo, ese semillero de presidentes de estado y de miembros de consejos de administración. En muchos estados estaba prohibida su enseñanza. Scopes no negó el hecho. Así que fue multado con 100 dólares. No se dirimía la cuestión científica, sino la desobediencia. La multa se recurrió y todo, más o menos, se solucionó. Pero la ofensiva siguió y sigue, como Vds. saben. Ahora bajo el atildado nombre de “Diseño Inteligente” se ha hecho un hueco en los programas educativos de algunos estados de la Unión. Y es que allí creen que una “Teoría” científica es, poco más, que una opinión de aficionados. No entienden la relación epistemológica que existe entre los Hechos y la Teoría.





11
Dicen las crónicas que tal día como hoy se alcanzó, en Usa, la temperatura más alta jamás alcanzada: 56’7º. Lugar: Valle de la muerte. Año: 1913. Corto Maltés empezaba su vida pública.


También dicen que otro diez de julio, del año 1977, se alcanzaron en Atenas los 48º, temperatura que pasa por ser la más alta temperatura alcanzada en Europa. Pues esto lo niego. Y tengo testigos. O bien todos los termómetros de la ciudad estaban estropeados o alcanzamos los 49 grados centígrados. Era un día de julio del año 2010 (¿o no?) V. y yo nos convertimos en charcos. Los gintonics nos salían por los poros a la misma velocidad que entraban. Era un bucle formidable y muy rentable. Parecíamos bocas de riego. Cuando, por la noche, fuimos al recoger el coche, todos los cristales estaban por el suelo: se habían despegado las gomas. Intentamos colocarlas y nos produjimos quemaduras de primer grado. Sólo con el amanecer pudimos volver a casa.

Y para concluir esta efeméride recordarles que hoy se celebra en Liverpool y en Hamburgo, el día de los Beatles: en memoria de su regreso de la triunfal gira americana del 64, justo a tiempo para empezar el rodaje de “¡Qué noche la de aquel día!” que bien pudiera haber sido: “¡Qué día el de aquella noche!”
























                                        


























RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...