“¿Crees que en esta casa podrá leerse
algún día una placa de mármol que diga asÍ:
AQUÍ, EL 24 DE JULIO DE 1895,
SE LE REVELÓ AL DR. SIGMUND FREUD
EL ENIGMA DE LOS SUEÑOS”
Por el momento parecen escasas las
perspectivas de que ello ocurra”
En ese año, Freud está yendo demasiado lejos en la etiología de la
neurosis y deja atrás a su colega Breuer, que no está dispuesto a aceptar el
origen “sexual” de la dolencia.
Aparece Fliess, más receptivo. Es a él a quien van dirigidas estas palabras
datadas el día 12 de junio de 1990. “La
Interpretación de los sueños”, pieza maestra del psicoanálisis, acaba de
ponerse a la venta.
¿Cuál es el sueño que endereza los
presentimientos de Freud?...Es el conocido como “Sueño de
la inyección de Irma”… ¡Ahí va!:
“Un gran vestíbulo - muchos invitados, a
quienes nosotros recibimos. - Entre ellos Irma, a quien enseguida llevo aparte
como para responder a su carta, y para reprocharle que todavía no acepte la
"solución". Le digo: "Si todavía tienes dolores, es realmente
por tu exclusiva culpa." –
Ella
responde: "Si supieses los dolores que tengo ahora en el cuello, el
estómago y el vientre; me siento oprimida."- Yo me aterro y la miro. Ella
se ve pálida y abotagada; pienso que después de todo he descuidado sin duda
algo orgánico. La llevo hasta la ventana y reviso el interior de su garganta.
Se muestra un poco renuente, como las mujeres que llevan dentadura postiza.
Pienso entre mí que en modo alguno tiene necesidad de ello. –
Después la boca se abre bien, y hallo a la
derecha una gran mancha blanca, y en otras partes veo extrañas formaciones
rugosas, que manifiestamente están modeladas como los cornetes nasales,
extensas escaras blanco-grisáceas. –
Aprisa llamo al doctor M., quien repite el
examen y lo confirma...El doctor M. se ve enteramente distinto que de
ordinario; está muy pálido, cojea, está sin barba en el mentón... Ahora también
está de pie junto a ella mi amigo Otto, y mi amigo Leopold la percute a través
del corsé y dice: "Tiene una matidez abajo a la izquierda", y también
señala una parte de la piel infiltrada en el hombro izquierdo (lo que yo siento
como él, a pesar del vestido)... M. dice: "No hay duda, es una infección,
pero no es nada; sobrevendrá todavía una disentería y se eliminará el
veneno"... Inmediatamente nosotros sabemos de dónde viene la infección.
No hace mucho mi amigo Otto, en una ocasión en
que ella se sentía mal, le dio una inyección con un preparado de propilo,
propiteno...ácido propiónico...trimetilamina (cuya fórmula veo ante mí escrita
con caracteres gruesos)... No se dan esas inyecciones tan a la ligera... Es
probable también que la jeringa no estuviera limpia.”
Freud concluye el análisis del sueño así: "El resultado del sueño, en efecto, es que no soy el culpable de
que persistan los padecimientos de Irma, sino Otto; éste con su observación
acerca de la incompleta curación de Irma, me ha irritado, y el sueño me venga
de él devolviéndole ese reproche. El sueño me libera de responsibilidades por
el estado de Irma, atribuyéndole a otros factores produce toda una serie de
razones. El sueño figura un cierto estado de cosas tal como yo desearía que
fuese. Su contenido es, entonces, un cumplimiento de deseo, y su motivo, un
deseo."
¿Cuál es, pues, el “enigma” de los
sueños?: Son
realización de deseos sexuales (después moderará la cosa). Esos deseos, para
eludir la censura, se transforman, siguiendo ciertos mecanismos, hasta aparecer
de forma aceptable a la conciencia relajada. Es labor del soñador y del
terapeuta deconstruir los mecanismos y sacar a la luz el significado latente.
¿A qué casa se refiere?: A lo que se conocía como Schloss
Bellevue en Bellevue-Höhe, una colina frondosa próxima a Viena. Funcionó como
sanatorio, donde Freud trabajó como asistente. Después se convirtió en hotel,
y, tras decadencia obligada, fue derruido en los años sesenta. No confundir con
la famosa clínica psiquiátrica Bellevue (donde, por cierto, Breuer trató a la
“famosa” Anna O.)
La placa se puso y existe….recoge la frase que encabeza la propuesta…pero
si vds. quisieran verla y fotografiarla en persona, les resultará sumamente
incómodo: Autobús 38ªA…bajarse en Parkplatz am Coblenz…después girar a la
derecha…caminar hacia abajo por la Himmelstrasse, luego girar otra vez a la
derecha, y FINALMENTE… subir una
escalera de hormigón y seguir a lo largo de un antiguo camino arbolado. Al
final encontrarán el pequeño, pero conocido, “monumento” a las intuiciones freudianas.