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viernes, 1 de marzo de 2013

Propuesta "¡Quién pudiera"! para la mañana de hoy, 1 de marzo. La pasión de volar.


Una cosa es volar y otra mantenerse (¡si lo sabré yo! La diferencia estriba en la última copa).

Una cosa es amortiguar la caída y otra evitarla durante un tiempo. Así que una cosa es el paracaídas (que, por lógica, exige el vuelo) y otra son los artilugios destinados a despegar de la tierra y mantenerse en el aire. Entre estos últimos los hay auxiliados por energías diferentes a las propias del cuerpo humano, y los hay que se basan solamente en la propulsión propia que seamos capaces de imprimir al artilugio. Dentro de este último grupo podemos distinguir los artilugios apoyados por mecanismos simples, mecánicos (tipo pedales, poleas...Da Vinci, Tatlin...) y aquellos que sólo con el batir aviar de nuestros brazos, pretenden elevarse y mantenerse.

Estos nos interesan.

Hemos construido un “árbol de Porfirio” (Qué nombre gélido y quebradizo). Todo lo existente cuelga, como fruto visible, de esos árboles cristalinos e invisibles. Romper el árbol significaría llenar el mundo de bolitas lógicas que, aisladas, sólo servirían para hacernos rodar por los suelos...y desperdiciar nuestro fifti-fifti.

Esta digresión viene a cuento por que tal día como hoy, 1 de marzo del año 1912, Albert Berry realizo con éxito el primer salto en paracaídas desde un avión. Otros lo consiguieron desde globos... y otras alturas. Pero los paracaídas son prosa; no tienen la poesía del ansia del vuelo. Tienen la utilidad de salvar la vida propia (o amenazar la ajena), pero carecen de dimensión angelical y prometéica.
Por cierto el tal Berry, acababa de linchar a un negro, y su padre, militar también (tras 20 años sin saber nada de él) leyó la noticia en el periódico e intercedió para solucionar el asunto. ¿El salto era parte de la “solución”?

En realidad, aunque parezca lo contrario, aún no he tomado ni gota. La buiodonovka sigue intacta. El perro no la ha desgarrado, como a una intrusa. Estos días fríos y ventosos alejan cualquier impulso viajero. Nos quedaremos en casa. Y nos caldearemos. Hoy, tras décadas, me apetece una  fruta (¿)...aprovecho un plátano renegrido. Fifti-fifti y paseo matutino. Con el viento, el perro parece una cabrita (blanca), de tan delgado.
En el esputifaif sonará Chopin, nacido tal día como hoy del año 1810. Sus nocturnos serán la música de fondo para tanta desgracia y desconsuelo como nos espera. Me sirvo un “sol y sombra”y me encasqueto la gorra.

Dejando aparte lo mítico y lo  imaginado (Ícaro… R. Bacon...), son tres los intentos que nos interesan. Muestran la grandeza de miras (y las alteraciones psíquicas que la acompañan) del género humano. Así como su tendencia al suicidio o al asesinato inducido.

Abbás Ibn Firnás. Nacido en Ronda (siglo IX) la visión del “tajo” lo habría acostumbrado desde la infancia...Filósofo y poeta (¡!) en la corte de Abderramán II y Mohamed I.
¡A los 65 años! (¡aún no existían los destilados!) se construyó unas alas de madera, las recubrió de tela de seda a la que pegó plumas de rapaces (¿razonamiento analógico? ¿exceso de poesía? ¿magia simpática?) y se lanzó desde una torre ante la presencia de una multitud de invitados que pudieron contemplar (alborozados) cómo se rompía las dos piernas (por que no tenía más). Alguno de los presentes (Ibn Said) especialmente contento, le dedicó la siguiente puya:

“¡Quiso aventajar al grifo en su vuelo
y sólo llevaba en su cuerpo
las plumas de un buitre viejo!”

El bueno de Abbás no estaba en condiciones de hacer una demoledora crítica literaria.


Siguió dándole vueltas al tema hasta que encontró la razón del fracaso: ¡¡Había olvidado la cola!! ¡¡El timón!! La hipótesis no llegó a ser contrastada.
  
 Siria sacó un sello con su efigie. En Irak, una estatua suya adorna el aeropuerto internacional de Bagdag y otro aeropuerto (al norte de la capital) lleva su nombre.
En Córdoba un puente “alado” ha sido construido en su honor.

Y un cráter lunar también lleva  su nombre. ¿Reproducción exacta del que produjo en su caída en el valle cordobés?

Esta historia, digna de las “mil y una noches” (alfombra voladora), merece otro “sol y sombra”. O un “Moriles”. Dicho y hecho. Buidonovka y bajo al Condis: una copita de fino a la salud del bereber.
¡Díganme vds. si hubiera merecido la pena ir a Córdoba para presenciar tan triste espectáculo!

Otto Lilienthal (1848-1896). Se inspiró en el vuelo de las aves (¡cigüeña blanca!) (Da Vinci, tomó como modelo el murciélago ¡mamífero!). Descubrió que el batir de las alas era inútil. Lo importante era superar la presión del aire. Como era ingeniero pudo ir avanzando en este sentido. Sus logros fueron expuestos al público en: “El vuelo de los pájaros como base de la aviación” (1889). Había inventado unos motorcitos muy útiles pero se mató con un planeador (tras más de 2000 vuelos con su hermano, a quien no pudo matar). Cayó en picado desde más de 18 metros y se rompió la columna. Sucedía en las afueras de Berlín. Al día siguiente murió.
  
                                      

¿Hubiera merecido la pena ir a Berlín? Evidentemente ¡No!

Franz Reichtelt, sastre de profesión y suicida de vocación, siguió las instrucciones de Da Vinci, y se construyó un traje expresionista negro y se lanzó, una vez conseguidos los permisos requeridos, desde lo alto de la Tour Eiffel, la más alta estructura del mundo por entonces (4-02-1912). Fíjense en el vídeo (you tube) y observarán sus dudas. ¿De quién se estaría despidiendo? Cayó como una piedra. Fíjense en su cara y en su porte ¿no es un suicida nato? ¿no responde a la caracterología de Lombroso?

              
     


Esta historia merecería un litro de absenta (¡pero no un viaje a París, ex profeso!) En su defecto, sigo con el “Moriles”.

Y puestos a medios de transporte (hacia la muerte)...Recordar que tal día como hoy, del año 1815, se inauguró el primer sistema de diligencias de ¡España!: Reus-Barcelona, en 11 horas y media. ¡Para coger una curda de época! Y también en tal día como hoy, del año 1879, se inauguró el primer tranvía a vapor: Barcelona-Sant Andreu.

¡No digan vds. que la ventaja es manca! Nos hubiéramos levantado tempranito un viernes; hubiéramos puesto un telegrama a Barcelona a las 10; hubiera llegado a  su destino a las 12. Al mismo tiempo hubiéramos tomado la diligencia a las 10’30; hubiéramos llegado a Barcelona a las 11 de la noche. Hubiéramos hecho noche en el Sr. Perellada. Al día siguiente, sábado, hubiéramos tomado el tranvía a vapor a Sant Andreu y tendríamos la mesa puesta (garbanzos con guindillas) en Can Roca. Y ¡a comer como señores! Tras nuestra sesión de fifti-fifti, hubíeramos tenido que hacer noche en Barcelona. Domingo por la mañana: diligencia y a eso de la media noche ¡en Reus! ...y todo ¡en un fin de semana, largo!... ¡Progreso!

Hace tiempo que los nocturnos de Chopin se han acabado.
No hay garbanzos con guindillas.
Es la hora del Dry, estilo Buñuel y de pensar en la comida. En el Esputifaif sonará Glenn Miller (nacido el 1 de marzo de 1904).
¿Saben Vds. que la galaxia más lejana que se conoce, adónde no pudieron llegar nuestros suicidas, es “ABELL 1835 IR 1916”? El Dry da para ésto y para mucho más...Otro día les contaré los múltiples viajes que se han hecho a la luna y las costumbres de los selenitas. Pero a esa galaxia ¡nunca! ¿Por qué no “CAINN 1835 IR 1916”? Hubiera sido más lógico: ¡el mal cuanto más lejos mejor!

Tengo por aquí unas morcillas resecas (¡mejor!) de Murcia y huevos trufados (de Graus). Mientras lo preparo: Verdejo. Cuando lo como: Ribera. Cuando termino: Fifti-fifti y remolque de Terry de malla. Al perro un poquito de pan untado en aceite y la tripa de las morcillas. Se relame.



RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...