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miércoles, 27 de febrero de 2013

Propuesta “¡Quién pudiera”! para hoy, 27 de febrero. Krupskaya.





                


Me rondaba  la Krupskaya y ¡con razón!: nació el 26 de febrero de 1869 (San
Peterburgo) y murió el 27 de febrero de 1939 (Moscú). Algo había que me impedía decidirme: su espíritu vagaba entre las dos fechas.

Sería un acto de perfecta solidaridad acompañar a Nadezhda en su destierro a la lejana Siberia. De sus 70 años, son, precisamente, los años de destierro los que más me emocionan. Así que, tras dar al perro su legítimo paseo matutino, y tras engullir, yo, mi, también legítimo pan con aceite y orégano griegos, seguido del correspondiente fifti-fifti...decido dedicar la mañana de este 27 de febrero a la mujer que compartió su vida con V.I.Lenin.

En el esputifaif sonará música de Borodin, muerto (de un infarto en medio de una fiesta organizada por la Academia de Música de San Peterburgo) tal día como hoy del año 1887: “Nocturno” (cuarteto de cuerdas); “En las estepas de Asia central”; “Danzas Polovtsianas" ,de la ópera “El príncipe Igor” (empezada el mismo año en que veía la luz la Krupskaya) y finalizaremos con la “Segunda Sinfonía”.

Conoció a Lenin, compañero de “propaganda”, a los 35 años. Propaganda era: organizar escuelas, reuniones...con el fin de crear una vanguardia proletaria consciente de su función histórica. Para Nadezhda fue algo más; fue la misión de toda su vida: La educación de la juventud obrera.

Tras la gran huelga textil de San Peterburgo del 1896, fueron inmediatamente detenidos. Mientras el destierro se organizaba: cárcel.  Lenin tomó el tren para Siberia el 22 de febrero; El 4 de Marzo llegó a Krasnoiarsk, cabeza de partido de la zona de destino. ¡11 días de viaje!! (suponiendo que no fuera bisiesto)...no fue un viaje como los relatados en los clásicos. Fue más o menos apacible.

Sin móvil, sin tablet y sobre todo sin...¡sudoku! ¿Vds. creen que la constitución física y psíquica del hombre europeo actual soportaría ese estar sin hacer nada? ¿ese discurrir vacío del tiempo? ¿ese frío siberiano? ¿esos vagones de tercera (¿)? ¿Imaginan vds. que es suficiente la bufanda de siete leguas y el gorro orejero? ¿No somos, acaso “los últimos hombres”? (Niezstche) ¿Quizá con la “budinovka" que espero ansiosamente?

La policía no tenía ni idea qué hacer con Lenin...dos meses a la espera de destino: lecturas...acudir (esquivando a la policía) a la estación para ver pasar los trenes llenos de desterrados y poder intercambiar algún saludo...(con Martov, cuyo tren se detuvo alli algunos días, lo consiguió).

El 22 de Abril le comunican el destino: Chuchenskoe, en el distrito de Minussinsk, en la cabecera del Yenisei. Destino afortunado: La “Italia Siberiana” por su clima “excelente” (vean vds. la fotografía).
Pese a que presente el aspecto de un estercolero, y lo sea, cuenta con 250 casas habitadas y más de 1000 almas.
El 8 de Abril, se encuentra en la aldea. Tiene completa libertad (¿) para organizar su vida. Primavera: había abundantes fresas...¡Ya vendrá el invierno!
Se instala (8 rublos al mes, todo incluido, la cantidad exacta a que tiene derecho por desterrado) en una de las más confortables casas de la aldea. Buena comida (¡cordero!) ...libros que llegaban de Petrogrado...caza,.....pesca.

Casi dan ganas de salir al Condis a comprar una paletilla de cordero y asarla a la murciana...¡Lo hago! El perro que me lee mis intenciones, se levanta de un salto (¡!) y decide acompañarme. Entrar es fácil...¡pero salir!... am@s de casa con los carritos a rebosar...como si hubieran declarado la guerra o un bloqueo absoluto...¡sacan el monedero al final!, sólo cuando está todo perfectamente colocado en su sitio...y la máquina registradora que no para de lanzar papelitos con ofertas humillantes que cuando vas a utilizar, ya han caducado. Finalmente consigo salir con mi preciado tesoro. El perro mueve la cola. Salpimento la paletilla y la dejo reposar. Una Morizt.

Krupskaya fue condenada a 3 años de deportación y escribió al Ministerio de Justicia: 

“debiendo contraer matrimonio con V.I.Ulianov, que se encuentra en la aldea de (...) provincia de (...), ruego muy respetuosamente a su excelencia que me designe como lugar de deportación la localidad donde reside mi novio”. 

El zar no admitía los matrimonios civiles.

Su madre se empeñó en acompañarla (¡las madres...!). En Moscú visitan a su “suegra”. Su “cuñada” Anna la ve (¿celosa?) “delgada como una sardina”. La cargan de vituallas, libros y de algún dinero.

Madre e hija llegaron a Chuchenskoe una noche de Mayo (“¡Italia!”). Vladimir, mal cazador, estaba de caza en los parajes actualmente comprendidos en la Sayano-Shushenskiy nature-reserve, a la vuelta ve luz encendida en su habitación. El propietario sale a su encuentro y le dice que su habitación ha sido saqueada...Ella sale a recibirlo antes de que la broma termine mal: “Charlamos extensamente aquella noche”.

El aspecto de Lenin no es el esperado: Ella: “un semblante absolutamente soberbio” y “¡Vaya si ha engordado vd.!" (la “suegra). He aquí un testimonio histórico de las bondades de las deportaciones.

La boda debía celebrarse inmediatamente, de lo contrario K. seguiría su (mala) suerte. Sin embargo la boda se celebró el 10 de Julio y la luna de miel la pasaron dando los últimos retoques a una traducción del inglés (Lenin no sabía inglés).

¡Viva los novios! A su salud nos tomaremos un Dry, estilo Buñuel y pondremos a precalentar el horno. Repaso los ingredientes: patatas, ajos, perejil, piñones, sal, pimienta y agua. ¿Piñones?. Sabrán vds. que el asado murciano no es tal si no va rociado con piñones. Pues no tengo piñones. El perro que lee mis pensamientos, se refugia en un rincón. Vuelta al Condis. La cola. El bloqueo. Los papelitos. Relleno la copa del Dry. Miro la paletilla a ver si sigue en su sitio. Repaso los ingredientes...¡Todo correcto!

K. estaba encantada (Verano...
 ¡Ya vendrá el invierno!)...¡si no fuera por los mosquitos!

Un repentino dolor de muelas le permite a Lenin obtener un permiso  de 15 días (¡un mes después!) para tratarse en la ciudad grande más cercana: instrucciones de seguridad a la familia...encargos de la suegra...recomendaciones a los vecinos...

K. se queja de soledad...atiende la casa...perfecciona su inglés...lee...planea su primera obra importante: (“La mujer trabajadora”)...hace licor de frambuesa y prepara los pepinillos típicos de por allí. Lenin añade a los pedidos de la suegra regalos para todos y ¡unos patines!: llegó a ser un consumado patinador. Se completa su figura: mal cazador, pescador despistado y buen patinador.

Otoño...Lenin encuentra contrincante y construye, siguiendo instrucciones de K., con cortezas de árboles un juego de fichas de ajedrez. Le pedía consejo a K. “yo confundo un caballo con una torre...pero daba consejos con mucha seguridad. Las figuras resultaron soberbias”...

En Zurich tendrá ocasión de jugar con Tzara y otros miembros del Cabaret. Sin duda se convertiría en el mejor jugador del Comité Central. No como Diderot que no pasó del “jaque pastor”.

Invierno: veladas interminables en las que se bebía, se discutía, se cantaba. Su adversario en el juego de ajedrez (en sus “Memorias”) dejó escrito mucho sobre la vitalidad  y carácter divertido de Lenin... ¡El licor de frambuesas!.

Lenin leía (Filosofía, clásicos rusos en informes que le llegaban, de vez en cuando, de Petrogrado. K. escribía su libro y se encargaba de la casa. Una vida normal.

Al comienzo de su última primavera entre la nieve, prepararon un huerto que cultivaron con alegría y éxito en verano. K. describe emocionada y contenta la hermosura de la primavera “italiana”.

Fue entonces que tuvo lugar la lucha contar el “economicismo”. Les llegaron noticias de que el proletariado de Petrogrado estaba siendo influido por la corriente reformista de Bernstein: preferían una lenta pero progresiva mejora de sus condiciones a una apuesta al todo o nada. Lenin fue invadido por la “cólera” (tal como la llamaba K.) : enfermó, adelgazó, no podía dormir...redactó un documento a favor de una política revolucionaria conducente a la toma del poder que, tras ser firmada por diecisiete deportados de la región, recorrió las vastísimas extensiones siberianas (“El mensaje de los 17”).

En enero de 1900 se acabó el exilio siberiano y empezó el Europeo:

1901-1905: Alemania, Gran Bretaña, Suiza.

La pareja pudo volver a Petrogrado en Noviembre de 1905. K. es nombrada secretaria del Comité Central del Partido Bolchevique.

1907-1917. Vuelta al exilio: París, Zurich...

En Suiza, influida por las ideas y métodos de Pestalozzi, escribe la que quizá sea su mejor obra: “Gente, Educación y Democracia”.

En el 17, Lenin tenía que volver a Rusia como fuera. No era fácil. Muchos (entre ellos Trosky fue detenido antes de llegar). Pensó cruzar Alemania disfrazado de sueco sordomudo y ciego. Nadezhda: “¡seguramente te delatarías hablando en sueños contra los mencheviques!”. Fue Martov (?) quien tuvo la idea del canje que permitió el traslado de la pareja: prisioneros alemanes en  Rusia por rusos en Suiza.

La Revolución triunfante la nombra Comisaria de Educación: lucha tenaz contra el analfabetismo; creación de una tupida red de escuelas públicas; ordenación de los planes de estudio de acuerdo con las nuevas necesidades y propósitos...¡Un trabajo enorme!

En Petrogrado, hasta marzo del 18, ocuparon una habitación escasamente amueblada en el Instituto Smolny, sin agua corriente, agua fría, luz escasa...¡Una celda!. Como casi nadie  reconocía a Lenin (el primer retrato oficial se realizó en el 18), solía dar, por la noche, grandes paseos solitarios. En Moscú la cosa no mejoró mucho: un modesto apartamento de tres habitaciones (Ella, Lenin y una hermana de Lenin) en el recinto del Kremlin. Comían en la cafetería común: ¡¡El presidente y la primera dama!!

Todo cambió a partir del atentado que sufrió Lenin el 30 de Agosto de 1918. El 3 de septiembre, Fanni Kaplan, la autora de los disparos, ya estaba fusilada. Lenin fue trasladado a Gorky, cerca de Moscú. K. lloró pensando que, “con Kaplan, había sido asesinado el primer revolucionario por un gobierno revolucionario”...¡Tendría oportunidad de derramar toneladas de lágrimas!...K. cuidó de Lenin en aquellos crítico días hasta su ¡milagrosa! recuperación.

Lenin empieza su decadencia física en el 21 (dolores de cabeza, crisis de agotamiento...). El primer ataque lo sufrió en mayo del 22. Nadezhda: “No quiere vivir y ya no puede vivir”...ni ella ni Lenin se atrevieron con el cianuro. Stalin se negó en redondo... ¡Faltaban algunos cabos por atar!

Antes de contar lo siguiente, que marcó el declive político de Nadezhda y puso de manifiesto (si es que hacía falta) la brutalidad se Stalin... prepararemos la paletilla.
Verdejo de Rueda. Ponemos todos los ingredientes, con un poco de gracia (patatas en cascos; los piñones, rociados; el perejil, espolvoreado; sal, pimienta, agua y aceite) en una bandeja de horno y cuando las patatas estén doradas...¡a comer!

Stalin, sabiéndose dueño del aparato, y casi (¿) alegrándose, afirmó: “Lenin, ¡Kaput!”. Esto llegó a oídos del moribundo: “Todavía no me he muerto, pero ellos ya me han enterrado”. Seguía pidiendo veneno. K. no se atrevía y Stalin se negaba; fue un error de cálculo: se hubiera ahorrado el contenido de “El testamento de lenin” (escrito entre el 23 de diciembre y el 4 de Enero de 1923), que sólo debería ser abiero por él o por K. Pero olvidaba que la red de Stalin era muy amplia. Lenin pareció entrever la posibilidad de que el partido se hubiera equivocado...etc...y sembraba dudas acerca del problema de la sucesión: Stalin, debería ser desplazado, por su rudeza, por su intransigencia... ¡demasiado tarde!. Lenin era un prisionero de Stalin.

Su rudeza quedó demostrada unas semanas después:

Lenin había dictado una carta (los médicos habían permitido este pequeño, o gran,esfuerzo) a K., dirigida a Trotsky, felicitándolo por su éxito en la batalla contra Stalin en relación con la cuestión del monopolio del comercio exterior. La carta llegó a Stalin, que al día siguiente llamó a K. y la sometió a “una tormenta de groseros insultos” y amenazándola por haber violado las reglas del partido sobre la salud de Lenin. K. casi enloquece de rabia.

A comienzos de marzo, Lenín le exige, por carta, a Stalin, una disculpa. De lo contrario las relaciones quedarán rotas. (los papeles referentes a este asunto se encontraron en el  en el despacho de Stalin en el registro postmortem (que se hizo, naturalmente, tras su muerte vergonzosa y ridícula).

Stalin: “No sólo es tu esposa sino una antigua camarada del partido (...) fue un estúpido malentendido (...) sin embargo, si consideras que por la preservación de las relaciones debo retirar las palabras anteriores, puedo retirarlas, aunque no llego a entender cual es la supuesta razón para todo esto, o en qué he cometido una falta, o qué, exactamente, se exige de mí”.

A sus íntimos les confesó: “¿Por qué tengo que actuar ante ella como un perrito faldero? Acostarse con Lenin no significa que entienda lo que es el marxismo-leninismo. Sólo por usar el mismo cuarto de baño...”

Y añadía, en plan gracioso: “Si no obedece al Partido , nombraré viuda oficial de Lenin a otra mujer”

Lenin (6 de maro), según un informe médico: “yace con un aspecto de deterioro, con una expresión aterrorizada en su rostro, con los ojos tristes y una mirada interrogante, con lágrimas que se deslizan por su rostro”.

El día 9 sufrió el tercer ataque que lo dejó completamente inútil  hasta su muerte en enero del 24. Hasta su muerte sólo pronunciaba, y con dificutad: “vot, vot” (aquí, aquí) y “s’ezd, s’ezd” (congreso, congreso).

Rocío la paletilla con su jugo, mientras apuro el verdejo. Qué historia más triste ¿verdad?

Los grandes hombre dicen grandes cosas, como si lo tuvieran pensado, a la hora de morir; jeroglíficos, mensajes cifrados en clave del más allá:

Baudelaire: “Crémon, Crémon

Goethe: “¡Más luz!

Hörderlin: “Pallasch...Pallasch

Beethoven. “¡Demasiado tarde!”…pero se refería a una botella de excelente Burdeos que acababan de traerle.

El perro me avisa de que el asado está en su punto. Todo doradito. Vino “hors de série” y fifti-fifti para olvidar las penas. Darle el hueso al perro sería matarlo, así que lo compartimos como buenos camaradas.

La estrella  de K. empezó a declinar tras la muerte de Lenin. Formó parte de la Oposición de izquierda (trotskista) que abandonó un poco antes de que empezaran las matanzas. Escribió sus memorias (“Memorias de Lenin”) envuelta en la atmósfera opresiva  de la época de los “escritores de uniforme”: su obra iba siendo revisada línea por línea...en unas condiciones de vigilancia absoluta...Eran los “años de resistencia” (1928-1933) en expresión de V. Serge; "vegetarianos", en expresión de Ajmátova.

Después se dedicó a la Bibliotecnomía y puso las bases del modelo soviético de bibliotecas.

Tras su muerte (1939) una fábrica de chocolate de Leningrado fue rebautizada en su honor y su producto estrella: una barra de chocolate fue llamada "Krupskaya". 
Finalmente, como en los mitos antiguos, fue transformada en estrella: El asteroide 2071, descubierto por Tamara Mijailovna Smirnova, lleva el nombre de "Nadezhda" ¡en su honor!

La tristeza, la rabia y, por qué no decirlo, la paletilla, me impiden continuar. Se detiene el tiempo. Hoy... ¡durará lo que haga falta!. Mejor... ¡durará hasta que el cartero traiga mi flamante “budionovka”!

N.B.

La aldea siberiana, convertida en tremenda productora de energía eléctrica, amenaza continua para la población, tuvo su museo-Lenin. Tras el hundimiento dejaron de venir los turistas y el recuerdo de la pareja se convirtió en un museo etnográfico. Así, cada año, acuden de los alrededores decenas de grupos folklóricos a entonar, como chamanes de pacotilla, canciones periclitadas.Pueden Uds. cruzar la ciudad (pues ya alcanza los 20.000 almas) sin enterarse de que aquí estuvo desterrada la pareja.


martes, 26 de febrero de 2013

Propuesta para hoy, día 26 de febrero (o 24 de marzo). TERCERA SERIE. “Louise”. Lenin-Trotsky. Mahler. Stendhal.




La vida de un revolucionario es muy dura: multas, cárceles, torturas, destierros, exilios e, incluso, los hay que la venden (cara) por el bienestar de la clase. Dentro de este cúmulo de sufrimientos puede seleccionarse un momento que, por su especial crudeza o significación, se convierte en emblemático. 
Aquella tarde noche del 8 de ventoso, día de la violeta, fue uno de esos momentos. 


1.
Yo ya he tomado asiento en Le Marivaux, en la esquina con Boulevard des Italienes. Estoy en un taburete alto y me he apropiado de una mesita unipersonal, alta como un candelabro gigante. La Opéra Comique ocupa la manzana de enfrente: Rue Marivaux, Rue Fauvart, Boulevard y Place Boieldieu, donde se encuentra, como ya saben, la entrada principal. Es toda una institución pre revolucionaria. 


–Bonjour, Monsieur, ¿no querría subir al premier etage para degustar uno de los platos de nuestro “menú simpático”?– me dice el camarero que debe ir a comisión.

Preferiría no hacerlo.
 
Es que aquí, en esta mesita, no cabe más que el cenicero…

Es lo que quiero, fumar. 

Resignado, con esa resignación ofensiva que muestran los camareros de la ciudad de la luz, se retira y trae la carta. La deja sobre el cenicero y hace mutis por el foro. Después de tres cigarrillos, aparece.

–¿Se ha decidido ya el señor?

–Yo tengo la decisión tomada desde siempre: ¡Caracoles!

–Je suis vraiment désolé, mais nous n'en avons plus

– Pues yo estoy oyendo sorber caracoles… 

–Debe ser alguien que se está sonando de forma fastuosa. 

–Mire, buen hombre, no estoy para bromas. Así que me trae caracoles o arranco el taburete y lo estampo contra la cristalera. Soy un hombre violeto (perdón. violento) y me importa un comino las consecuencias de todo. Ah, por cierto, rocíelos con cominos….¡¡¡ y una botella de vino!!!

Así, de esta forma tan agradable, empiezo a rememorar… como un rumiante. 

Mis Custodios se han llevado al perro y se han marchado a la cima de Montmartre. Mis Arcángeles son invisibles, pero el perro no. La ascensión de Hegel al techo de París ha parecido una recreación de un cuadro de Chagall.



2.
Lenin, tras su destierro en Siberia y demás, recaló en Londres, que prefería a Ginebra por diferentes motivos, entre ellos su irregular relación con los “viejos” de Iskra. Para el verano estaba anunciado el II Congreso (en realidad, el I). Allí Lenin combatiría a los “blandos”, que preferían un partido de masas, abierto a cualquiera que simpatizara y cotizara, y a los “economicistas”. Lenin, “duro”, quería un partido de militantes férreos dispuestos a una obediencia ciega y a un trabajo allí donde el Partido los necesitara. Bolcheviques y Mencheviques, avant la lettre. Además estaba el tema de la revista: la correlación de fuerzas y la conveniencia, o no, de lanzar otra revista de “divulgación” que sería distribuida en Rusia…Trotsky había sido llamado a Londres y allí estaba. Lenin quería utilizarlo para desequilibrar la balanza…


En fin, a lo que iba. A finales de febrero de 1903, Lenin fue invitado a dar unas conferencias en la antigua Escuela Superior de Estudios Sociales de París  sobre “El desarrollo del capitalismo en Rusia”.

¿Cómo pueden permitirse I. Ramonet y R. Chao errores tan significativos como decir que las conferencias fueron en diciembre del 1904, si el II Congreso había sido en la primavera el 03? Confunden de forma desordenada las dos estancias de Lenin en París: la primera circunstancial y breve y la segunda un poquito más larga y tal. Tal confusión les lleva a firmar que Lenin se compró, durante las conferencias, un Panamá semejante al de Plejánov. No, no señores, Lenin se compró el famoso sombrero de jipijapa en su segunda y mucho más larga etapa… y, para colmo, confunden Génova con Ginebra… ¡Seriedad señores!
Lo primero que hizo fue comprarse unas botas presentables (¡no un sombrero!) Y lo segundo, tras castigarse los juanetes durante horas, quitárselas, maldiciendo el despilfarro.
Las conferencias fueron todo un éxito, sobre todo económico. ¡100 francos!  Y aún le sobró tiempo: “Acabada la tercera conferencia, pronunció un informe político sobre la cuestión agraria, creo que en el número 110 de la rue Choisy… se trataba del programa agrario de Iskra (L.T.). Después tomaron un café y tal. Trotsky, acompañado de su compañera Sedova, también se encontraba en París dando conferencias. La misión había sido cumplida de forma muy satisfactoria.
El último día, Sedova (¿quién sino?) preparó una sorpresa: ¡los llevaría a la ópera! 




Lenin, desperdiciado su cartucho, vuelve a su calzado habitual. Trotsky llevaba unos zapatos con la suela más fina que una loncha de mortadela. Así que cuando vio que Lenin arrojaba las botas lejos de sí, se lanzó como un lebrel. Se vistieron lo mejor que pudieron y salieron en comitiva hacia le Boulevards des Italienes. Puede asegurarse que Mártov también engrosaba la comitiva. Lenin pensó que la cartera con los documentos de las conferencias, sería, a falta de foulard, un buen complemento. Ya se había decidido el traslado de Iskra a Ginebra y todos, por decirlo así, estaban de camino… Pero Trotsky, hombre… ¡esas botas no son para caminar!

Fueron, pues, a la Opéra-Comique… y si fueron a la Opéra-Comique sería porque Natalia pensó que lo que allí se representaba valía la pena o, por lo menos, era muy comentado. Las dos cosas, creo.
Trotsky caminaba seguro y, como siempre, un tanto ufano. A su brazo se colgaba Natalia. Mártov, cogido al brazo derecho de la chica, completaba la terna. Detrás, Lenin miraba envidioso las botas brillantes que lucía el “provinciano”.  Krupskaia se había quedado en Londres… 




Louise había sido estrenada el 2 de febrero del año 1900. En plena euforia pre-Exposición Universal. A estas alturas llevaba más de cien representaciones. En la década de los cincuenta, tras alcanzar las 1000 representaciones, fue entrando en declive, hasta desaparecer de cualquier ranquin. Es sentimental y verista en extremo. Intenta reflejar la vida y los problemas de la gente humilde de París. La verdadera voz del pueblo: tenderos, vendedores ambulantes, barrenderos… ascendía por vez primera a la “gloria”, también llamada “corbata”…  y lo hacía con respeto. Musicalmente no estaba en la onda, pero llegaba fácilmente al corazón de los parisinos que, aunque pobres, pudieran pagarse la entrada. Bien es cierto que se repartieron muchas entradas gratis y se hicieron sesiones solidarias. Charpentier (no, no es de Massenet) la compuso en Roma, mientras disfrutaba del premio Roma que, tres años antes (1884) había disfrutado Debussy. La obra le dio fama… pero no mucho más. Dedicó algunos años a la educación musical de niños pobres y el resto a deambular por las calles de Montmartre. Murió nonagenario.
Dejemos hablar a Leon-Paul Fargue: "(Louise), obra maestra topográfica, mapa de estado mayor musical que contine todo lo sentimental, encantador, latoso, ligero, ridículo, femenino y perverso que posee Montmartre (...) Charpentier, gran músico, supo captar a la perfeccción lo que tenía entre manos. Todo el paisaje montmartrés se encuentra en esta obra, con sus particulares formas, sus palabras, sus sombras y sus fantasmas. Nada evoca con tanto acierto París como esa lograda ópera que tan fácilmente podría haber caído en el olvido".

 
Trotsky, tal había sido su alegría, no cayó en que las botas le apretaban un poco más de la cuenta. Y cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Lenin, tuvo la brillante idea de ir a la Opéra Comique pasando por la Ópera de Garnier y seguir por los Boulevards. No bastó que un viandante les dijera que no era ese el camino más corto. Lenin decidió, que, ya puestos, dedicarían la tarde-noche a la ópera. Trotsky empezó a pasarlo mal. Su orgullo, sin embargo, le impedía hacer ningún comentario. Todos notaron que andaba de una forma extraña. Natalia, más acostumbrada a él, se preocupó y así se lo hizo saber. Trotsky le quitó hierro a la cosa, diciendo que se le había metido una chinita en la bota. Pararon, hizo como que vaciaba la bota, se la volvió a calzar y volvió el martirio. Cuando llegaron al destino y pudieron sentarse, se descalzó. Y descansó.
Allí estaba, pues, nuestra troupe, en el gallinero, entre pedos fosforescentes, como diría Joyce.


Apenas se dio cuenta de lo que estaban presenciando. Sumido en su amargo y permanente dolor, se le humedecían los ojos. Lenin pensó que era por efecto de esta ridícula comedia socializante. Trotsky volvió descalzo siendo el hazmerreír de Lenin que, aprovechó el momento para tacharlo de “blando”. Ese momento fue el momento más tenso entre los dos camaradas, cuyas relaciones, pese a lo que digan los stalinistas, fueron correctas y, con frecuencia, íntimamente cordiales. Mucho más amables que con el hijo del zapatero que, a la sazón purgaba en Siberia. 

París, ciudad de la luz… ¡pues será por el Iluminismo!, pensó Lenin. La guerra comercial y legal entre el gas y la electricidad impidió que la troupe gozara de ese nuevo espectáculo nocturno. Las velas Yablochkov compartían espacio con las antiguas farolas de gas. Timisoara, por ejemplo, ya estaba completamente electrificada. Moscú, una isla en el Imperio, tenía tranvías eléctricos… Incluso Jerez, Comillas, Girona… habían completado su red eléctrica pública. Y no digamos Alemania, que vio en la electricidad algo más que un medio de iluminación y se aplicó a la producción masiva y su aplicación a la industria. Rathenau tuvo oportunidad (y la aprovechó) de aumentar su, ya de por sí importante, fortuna. París, era evidente, iba un poco retrasada… dado que se trataba de… ¡¡París!! 


Lenin y Trotsky pensaron, cada cual para sí, en grandes fábricas y en los miles de trabajadores que exigirían… y vieron posible saltarse alguna etapa de la historia.
Acabado este ejercicio de prospección, Lenin, recordó que era el cumpleaños de Krupskaia y decidió que le gustaría regalarle alguna cosilla, aun a riesgo de ser tachado de pequeñoburgués. Miró a Trotsky que había vuelto a calzarse y andaba de puntillas, y pensó que estaría bien llevarle unos zapatitos… o ropa interior, que nunca falla y de la que tan necesitados estaban todos. 


Louise, la reina de Montmartre, en cierta manera, lo había reblandecido. Y, alzando la voz, afirmó (con el comedimiento que le era propio): La obra carece de impulso revolucionario. “Louise” es una “Madame Bovary de barrio. Bah!, demasiado romanticismo, demasiado Wagner. Resulta populista, ingenua y epidérmicamente sentimental. Nadie respondió y la opinión quedó establecida. Él siguió pensando en la ropa interior… ¡y en las botas de Trotsky!...

–¡Donde esté la Apasionata de Beethoven…!– Resumió cuando volvieron a cruzar el Pont Neuf en dirección a su habitación en 3 de rue de l’Estrapade, donde, precisamente, había residido Diderot mientras fue director de la Enciclopedia, en la lejana época del Iluminismo.



3.
–Garçon! ¿no tendría por ahí una chimenea petroquímica de esas? Es que hace un frío que pela.

–Pues fume Vd., fume.

Cuando nuestra troupe cruzaba el Pont Neuf, Charpentier hacía la maleta para dirigirse a Viena, invitado por los Mahler…  y Ruben Darío era nombrado cónsul de Nicaragua en la capital francesa.


“Hoy fue un día excitante para nosotros. Tuvo lugar el estreno de “Louise”. Una obra de genio. Charpentier es un completo bohemio.
He hecho gran amistad con él. Sus modales no son todo lo finos que sería de desear. Escupe por debajo de la mesa, se come las uñas, llama la atención con una presión de su rodilla o con un codazo. Anoche me pisó el pie en nuestro palco, para llamarme la atención sobre la belleza de “Tristán”. Pero como todo eso se debe a su frecuentación de gente de muy otra clase, no lo tomo a mal. Es maravilloso”

Esta entrada del diario de Alma Mahler está fechada el 28 de marzo de 1903. Se equivoca la musa. El estreno vienés de Louise tuvo lugar el 24 de marzo y dirigida por Mahler, su marido. En efecto, el día anterior habían asistido al Tristán. El bueno de Charpentier había sido invitado por Mahler para asistir a los últimos ensayos y, naturalmente, al estreno. Alma se explaya.
De nada sirvió que Debussy (Prix de Rome del 84) afirmara: “(Esta ópera) sirve perfectamente para la necesidad de mezquina belleza y de arte imbécil que tantas personas reclaman… Es decir, toda ella es más estúpida que fea; por otra parte, la gente no ama mucho la belleza, porque es comprometida, y además, no se adapta a sus pequeñas y miserables almas…

4.
La ópera tiene sus peligros. Ópera y fuego firmaron una alianza hace tiempo. Este edificio que contemplo también, como es natural, ha sufrido los efectos del elemento cálido. Los dos más sonados: 1838 y 1887. Esto me ha venido a las mientes por el frío que cala los huesos.
El primero durante la representación de Don Giovanni


Hubo muertos, entre los cuales no se encontraban ni Rossini (¿seguía siendo director de la institución?, su Guillermo Tell es literalmente letal), ni Stendhal cuyo amor por Mozart en general y Don Giovanni en particular, lo convertía en aspirante al martirio. Por suerte estaba enfermo, o quizás lo simuló, con el fin de librarse del mortal aburrimiento de Civitavecchia  (hubiera sido como huir del fuego para caer en las brasas) y escribir la Cartuja de Parma. Por cierto, ¿han pensado Vds. alguna vez en el porqué del título? ¿Y en el de su pseudónimo, bueno en unos de los cientos de sus pseudónimos, aunque el más afortunado?
A la primera pregunta no puedo responder ahora: necesito mucho tiempo y mucho espacio. ¿Puede alguien explicar por qué B.Vian llamó Otoño en Pekin a su Otoño en Pekin? 
A la segunda, sí. De entre todas las respuestas, me quedo con la que más me gusta: Winkelmann, historiador, arqueólogo… había nacido en Stendal y murió, asesinado, en Trieste, ciudad en la que pasó Stendhal, infeliz, algunos meses como cónsul de la recién instaurada monarquía de julio (1830). Léanlo Vds. en Mayer.



El segundo ocurrió en 1887, durante el desarrollo del primer acto de Mignon, cinco días después del ahorcamiento de Alexandr Uliánov… ¿les suena?




 Ni Rossini, ni Stendhal tuvieron oportunidad de asistir. Charpentier hacía la maleta para ir a gozar del Prix de Rome, de donde volvería con Louise medio hilvanada. Por si sirve de algo decir que Charpentier pensó en componer una ópera complementaria y llamarla Julien, pues así se llamaba el amante de Louise… Y el héroe de Rojo y Negro de Stendhal.

Depuis le jour, ou je me suis donnée,
Toute fleurie semble ma destinée.
Je crois rêver sous un ciel de féerie,
L'âme encore grisée de ton premier baiser!
Quelle belle vie!
Mon rêve n'était pas un rêve!
Ah! Je suis heureuse! L'amour!
L'amour étend sur moi ses ailes!

5.
“Ya viene el cortejo
Ya se oyen los claros clarines…”

El perro, como una cometa de marzo, da giros impropios sobre el aire de París. Batir de alas, temblor de visillos, perfume de cadera de ángel… Ya están aquí mis Custodios.
Silleta de la reina y… ¡a casa!

Al día siguiente, 27 de febrero, Lenin entregó el paquetito, al que había añadido un ramito de violetas, a Krupskaia, que lo aceptó, además, como un anticipo de la muerte (27 de febrero del año 1939).



RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...