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sábado, 20 de abril de 2013

Propuesta para hoy, día 20. SEGUNDA SERIE. “Strange fruit”.



--¿¡no te avergüenza…verte como te ves!?

--¡Qué fácil resulta para vosotras!...que todo lo veis como inscrito en la necesidad. ¡Que contempláis el mundo como se contempla un buñuelo de humo, como el que, ahora, sale de mi boca y se estampa contra la pantalla!...¡que no sentís el mordisco de la carne ni la metafísica sequedad de la garganta!...¡que perfumáis el mundo con vuestra sola presencia…sin necesidad de lavar culpas, en las turbias aguas del recuerdo!...

Aurora: “¿Qué te pasa, kino…estás bien?...”

Chiara: “Anda, vamos a casa…”

--Me pasa que se me ha cruzado el calvados… ¡y los cien euros!....Bianca, por favor, tráeme un “arriba y abajo”: Un vaso grande con ginebra y oporto, mitad y mitad: Blanco y negro.

--¿Y eso?...¿una combinación nueva?...¡En honor a quién…si puede saberse?

Concluido este inútil diálogo y pimplado el brebaje: ¡¡En honor a Billie Holiday y, de rebote, a Lester Young, coínventor del “cóctel”!!

--Llevadme a “Port des Lilas”…o dejadme en el metro Châtelet…y dejad de comportaros como si no me conocierais.

Sentado en el “bar del mercado”. El perfume huidizo de las lilas, se confunde con el de los restos de la venta matutina: Frutas fermentadas, verduras descuartizadas…los girones al viento…hebras de humo de cordero, cous-cous especiado, detergentes de marca blanca…olor a confluencia.

Pido un bocadillo “completo”…”avec du tout”…y un frasco de “vin de la miason”.













En la calle 133 W. (Manhattan) aún se conservan algunos edificios de tres o cuatro plantas, con sus escalones para alcanzar la planta principal, sus recónditos semisótanos y la escaleras de incendios…Faltan los “eternos” grupos de adolescentes a lo Spike Lee…y los garitos que en los años treinta la convirtieron en la “Calle del Swing”. Uno de tantos era “Pod’s and Jerry`s”. Allí debutó como profesional “Billie Holiday”. En realidad se limitaba a hacer “ups” y recoger (con el sexo) el dinero que le dejaban sobre las mesas. 
 
Durante unos años la calle 52 pretendió el relevo…pero el swing…lo que se dice swing había vuelto a sus lugares de nacimiento: Aquello era “nueva música”: “be bop

¿A qué extendernos en su biografía?...¡Lean vds. “Lady sings the Blues” y se enterarán!

Tardó siete años en bajar hasta la Sheridan Square, cerca de la calle 4…algo que recorres en media hora de metro; y mientras la lenta aproximación se producía, su leyenda tomando forma, tamaño y se iba sazonando.

“Una noche de febrero de 1937, mientras actuaba en el Uptwon House, diez minutos antes de entrar en escena” le comunican la muerte de su padre. Veterano de guerra y creador de varias familias “extensas”. No lo mató la tuberculosis…¡lo mató Dallas!.

Recorrió todos los centros de asistencia pública y en ninguno lo atendieron…¡por negro! Por su condición de veterano de Guerra fue admitido, para morir, en un hospital de veteranos. Simplemente lo amortajaron: con su smoking de la banda y con una camisa empapada en sangre… y lo depositaron a la espera de que alguien se hiciera cargo del fiambre.

El entierro fue, dentro de los límites propios de la situación, cómico: problemas de protocolo entre las sucesivas y simultáneas mujeres e hijos: blancas y negras se disputan el dudoso honor de encabezar la comitiva. La “legítima”, no cedía ni un paso ante a la que, desde años, ocupaba el corazón del muerto. Una elegante señora blanca, con su pálida descendencia, también tuvo sus más y sus menos. Nadie quiso compartir el Cadillac con nadie…así que una fila de Cadillacs de alquiler, primaveralmente camuflados y con música fúnebre a todo trapo, se dirigió al cementerio y se disolvió (euridicianamente).

Así  que, Billie sabía de qué iba la cosa cuando le presentaron la canción “strange fruit”.

Barney Josephson, fabricante de zapatos de Jersey y futuro triunfador en el campo de la restauración, montó un local insólito para los tiempos que corrían, 1938: “Café Society”: “El sitio equivocado para la gente correcta”. Negros y blancos eran bien recibidos. Aquella zona se convertiría, años más tarde, en la geografía de la” Escuela de Nueva York” = “Escuela de la calle 10” = “Expresionismo abstracto”.

 Allí “nació la canción que llegaría a ser mi protesta personal: “Strange fruit”.

El relato de Billie no se ajusta del todo a cómo sucedieron las cosas. Su memoria falla en algunos puntos importantes. Sin su voz, la canción no hubiera sido lo que es. Pero, a cada cual lo suyo.

Lewis Allen había compuesto un poema a raíz del linchamiento de Thomas Shipp y Abram Smith: dos entre miles. Por otra parte, sabía el tipo de muerte que había tenido el padre de “Lady”. Una noche se presentó en el “Society” y le mostró el poema. Billie Holiday se quedó paralizada por la fuera de la imagen y el recuerdo de los sufrimientos familiares y de “raza”. Lewis sugirió que Sonny White, que acompañaba a Billie, y ella misma, le pusieran música. Juntos, los tres, trabajaron durante semanas. Danny Mendelsohn les hechó una mano... ¡y así se fabricó “Strange Fruit”!
















Las cosas son un poco diferentes: Lewis Allen, en realidad Abel Meerepol, profesor de un instituto del Bronx y miembro del Partido Comunista, había escrito el poema en el año 1935. Meerepol se hizo cargo de los hijos de los Rosenberg, judíos comunistas, asesinados en la silla eléctrica.
Fue el mismo Lewis Allen (nombre que tomó en memoria de sus hijos nacidos muertos) quien compuso la música. El grupo de Billie, pondría los arreglos y ella misma su voz irrepetible, de escasísima tesitura pero inalcanzable sentimiento.

Este poema “Amargos frutos” (publicada en revistas marxistas) se convirtió en rudimentaria canción que se popularizó entre las filas izquierdistas e, incluso, llegó a ser cantado en el Festival Antifascista de 1937 del Madison Square, en beneficio de la República española. La cantó Laura Duncan. Lewis Allen nunca se presentó en el “Society”. La canción llegó por medio de Barney.

En el entierro de Lewis Allen sonó “Strange fruit”…Una de las canciones más estremecedoras que puedan oírse. De las más testimoniales de una época que no acaba de decir adiós. Proclamada, por algunos, la “mejor” canción del siglo XX.

“Tenía miedo que no gustara. La primera vez que la canté pensé que había cometido un error (…) No hubo ni siquiera un amago de aplausos cuando terminé. Luego una sóla persona (…) Y de pronto todos estallaron en una salva atronadora de aplausos”.

Se convirtió en su rúbrica.

La canción fue editada tal día como hoy, en el sello Commodore, del año 1939.

--¡Camarero!...¡Póngame un aguardiente de higos!...¡Que sé que tienen!

--Vd. ser amigo Boris. Yo habla español poco. Boris muy bueno. Nosotros traer higos de Argelia y hacer bebida aquí. Yo traer del bueno…el que familia.

--Se lo agradezco, amable mesonero. Así como las loanzas a mi amigo “jumillano”.

Pasado el momento de desconcierto, trae una botella con una etiqueta de antes de la liberación y me sirve un copuzo más grande que un balón de reglamento. El aroma del licor me conduce directamente a las higueras de mi pueblo en el mes de junio. Y probarlo es como si rematara de cabeza un meteorito lanzado desde Andrómeda: 60º a la sombra.

--¿Puedo, querido amigo, pedirle algo muy especial?

--Pido. Puede. Vd. amigo Boris.

--¿No tendría cerezas?..¡Estamos en Abril…empiezan!

--Punto débil familia. Gustar cerezas…¡siempre celebrar “le temps dse cérises”! son d’Argerie. Primo enviar cada año.

Llega un plato rebosante de cerezas color cereza. Emparejadas de dos en dos. Me cuelgo dos parejas en las orejas (valga el “rodolí”) y vuelo al país de la infancia: extraños frutos.

Cerezas y licor de higos…¡gracias, inexistente dios mío!...Ahora sólo faltaría que mi amigo tabernero me llevara a casa de nuestro amigo Boris.

--¡Apóyese en mí, amigo! Yo llevar. Mañana un autre jour.

Un recuerdo afectuoso a Lionel Hapton (*), ìntimo del íntimo de Billie: Benny Goodman: en su honor: “Flaying home” .

 


Y un beso a todos sus perros… ¡aunque empleara toda la noche!


Opinión de Angela Davis:
 Era capaz de dotar de profundidad e ironía a las canciones sentimentales que le endilgaban, desviándolas muchas veces de las intenciones originales del autor. En una época en que los negros recibían el peor material musical, su genialidad fue dar una forma estética a sus experiencias vitales que las convertía en ventanas a través de las que otras mujeres podían examinar críticamente sus propias vidas.
Ofreció a otras mujeres la posibilidad de comprender las contradicciones sociales que encarnaban y representaban en sus vidas una comprensión que ella nunca logró en su propia vida.


El mero hecho de cantar “Strange fruit” demuestra un tremendo coraje por parte de Holiday. Al hacerla suya y convertirla en un elemento central de su repertorio, a pesar de las resistencias de su discográfica,  (“Columbia” no se atrevió. Finalmente la editó una pequeña y nueva compañía: “Commodore”) de las suspicacias de las audiencias y del boicot de muchas radios, Holiday hizo su particular posicionamiento político.

Su interpretación de “Strange fruit” cambió casi a solas la política de la cultura popular americana, puso los elementos de protesta y resistencia de nuevo en el centro de la cultura musical negra contemporánea


Propuesta para hoy, día 20 de abril. (1ª). Celan.


Gracias al poder de ubicuidad que mis Custodios florentinos me han concedido, me encuentro, a punto de caer al agua del Sena en mi vano esfuerzo por unos rayitos de sol, sentado a una mesa, en la terraza de la “Plage de París”. En la mitad del camino que une el Pont Mirabeau con el de La Grenelle. Veo la estatua de la liberad (¡¡) de la isla de los cisnes…y ella me ve a mí

--¿Qué haces ahí…en ese nido de antiabortistas?

--¿¡Qué quieres!?...Tenía la garganta seca y el espíritu melancólico. Quería contemplar el río…cómo abandona París y se dirige, portador de extraños frutos, hacia el Océano infinito.

--¡Que no te vuelva a ver por aquí!

--¡De acuerdo! Amén.

Viene el camarero y se va con el encargo de traerme una botella de calvados y un croissant:

--E…voilà, Monsieur!...Son 100 euros. ¡Sôyez bienvenue!

--Déjelo encima de la mesa y no aparezca en toda la mañana.

Insiste en el precio. Pago. Nadie se baña dos veces en el mismo río…¡ni una!

"El amor se va como este agua que corre.
 El amor se va.
 Lento como la vida.
 Y violento como la esperanza.

 Cae la noche, suena la hora.
 Los días se van, yo me quedo.
(…)
 Pasan los días y las semanas.
 Ni el tiempo ido
 ni los amores vuelven.
 Bajo el puente Mirabeau corre el Sena.

 Cae la noche, suena la hora.
Los días se van, yo me quedo".

(Apollinaire: ”le pont Mirabeau”)

El problema es ver cómo me quedaré: ¿debajo de la mesa?...¿tendido inconsciente sobre esta plataforma de madera?...¿Pasarán días antes de volver en mí?...Los clientes se van y yo me quedo. Nuevos clientes hacen olvidar a los antiguos. La vida sigue y el croissant se me ha pegado…¡como siempre! en el cielo (¡el único!) del paladar.

Miro el puente de Mirabeau y me vienen a las mientes los versos de Celan dedicados a Tsvietáieva:

"Del reborde
del puente, de donde rebotó
del otro lado hacia la vida, vuela
con heridas desde
 el puente Mirabeau.
Donde el Oka no fluye. Et quels amours!".

En París hay muchos puentes. ¿Por qué Celan escogió el de Mirabeau?: El puente donde acaba París, el puente límite: “Viaducto del amanecer”.
La madrugada del 20 de abril, con una luna llena esplendorosa, Celan se subió a la barandilla y se arrojó con su traje más pesado, llenos los bolsillos de “versos piedras” a las heladas aguas del río. Rompió la capa de hielo y como alción, símbolo de la felicidad amorosa, se lanzó en busca del verso definitivo: definitivamente disuelto.
















Su  impulso repetitivo, repetir y repetir…¿lo llevaría a ensayar diferentes saltos?

Quiso ser, quizás, el mensaje embotellado de Mandelstam…

Habría tomado el metro en “Cardenal Lemoine”, cerca de su domicilio y de  l’École Normale, donde trabajaba, y habría bajado en “Javel- André Citroën”.
Tomaría un café doble en el, aún, inexistente “café Regalia”, esquina con Zola, para no dormirse antes del salto y permitir que los viandantes se desvanecieran (euridicianamente). Quizás una copita de calvados, o de “aguardiente del ciervo” para no flaquear en el último momento. Eligiría mentalmente el sitio adecuado: mirando a la Isla de los cisnes; de espaldas a la sordidez de las chimeneas y de los incipientes rascacielos de la zona…

“Cogidos de las manos estamos cara a cara
 Mientras bajo el puente
de nuestros brazos pasa
La ola tan cansada de las eternas miradas".
(Apollinaire)

Es cierta la influencia de Heidegger…pero también es verdad que se negó a fotografiarse con él. Nunca le perdonaría su “colaboración” y su no-arrepentimiento… ¡Sobre este tema volveremos!...

Sin duda vds. conocen el “Guernika”…pero quizás no conozcan “Todesfuge”: “Negra leche del alba la bebemos de noche…” que puede ser su equivalente en poesía, así como La “La Pietá” de Kollwitz lo sea en escultura y la difícilmente ejecutable “Sonata “27 de abril de 1945” de K.A. Hartmann en música.

La “Todesfuge” (¡leánla, por favor, léanla!), publicada inicialmente como “El tango de la muerte”, es la obra emblemática de Celan (¡no digo más!). Le “acusaron” de embellecer con acumulaciones de metáforas el “hecho inenarrable”; sin embargo sus “metáforas” no son tales: es la realidad…que supera cualquier artificio: “…una tumba en el aire…”, no es una metáfora…¡es tu espacio en el humo de los hornos!...”donde no se yace estrecho”.

A partir del “discurso de Bremen” (1958) su lenguaje se desarticula y, creo, busca la sequedad del hueso y de la piedra (y su sonido), “imitando la débil articulación-desarticulación del esqueleto: Las palabras se rompen en trozos que no consiguen la unidad de la frase.
Celan demuestra, frente a Adorno, que se puede escribir poesía después del Holocausto. Pero una poesía que reniega de lo bello-(muerte) y de las jerarquías sintácticas-gramaticales.

Y cuando acaben con “Todesfuge”, ¡empiecen con “Angostura”!

Encontraron su cuerpo el día 1 de mayo…allá por la ”L’Île du Pont”. Su cuerpo fue inhumado el 12 de mayo, justo el día en que su amiga Nelly Sach, “su hermana”, hospitalizada en Estocolmo, prendió fuego a su cama (¿) y se construyó “una tumba en el aire”.

Y ahora me vienen a las mientes los versos que Marina dedicó (¿) a Celan:

"Voy por París preguntando
 -si sólo en cuentos o en sueños
 suben los hombres al cielo-,
 tu alma, ¿adónde ha ido? 
tu rostro,
tu calor,
 tu hombro,
 ¿adónde se habrá ido?".

Bueno, sr. camarero, en sus manos encomiendo mi espíritu. Tráteme bien, se lo ruego. No permita que los clientes vespertinos se chanceen de mí. Recójame con delicadeza y deposíteme en la parada de metro más cercana. Creo que los cien euros lo merecen. Ha estado todo muy bueno. Gracias…¡Ya no recuerdo más!

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RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...