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miércoles, 6 de marzo de 2013

Propuesta “¡Quié pudiera”! para hoy, 6 de marzo (Continuación del viaje de ayer).




En 192 Ajmátova se marchó de la Casa, pero volvió con su nuevo amante Nikolái Punin (crítico de arte y futurista) y la mujer de éste, de la que estaba separado. Ocuparon el apartamento del ala Sur. La Casa cobró vida y parecía que regresaban los antiguos días.  Espejismo. Ajmátova no podía publicar nada. 
 
Por paradójico que parezca la NEP había sido un giro a peor (si era posible ¡y lo era!) para la “Intelligentia”.
Incluso Trotsky la consideraba “exiliada interna y externa” e irrelevante para Octubre. Punin respondió airado: “¿Si Ajmátova se pusiera una chaqueta de cuero y una estrella del Ejército rojo...etc..etc?”.
Pese a todo, junto con Bujarín, defendió la necesaria neutralidad del partido respecto de las diferentes tendencias artísticas. 

                   


Quiso, como “guardiana” del espíritu del tiempo, dedicarse al estudio de la historia cultural de la Casa  y su papel como núcleo espiritual de Petrogrado (San Peterburgo, para ella). Pero eso no daba dinero y tampoco Punin ganaba lo suficiente.

Stalin iba ganando poder y convirtiendo el Partido en un nido de bandidos, arribistas y aprovechados. Llegó la época de la colectivización forzosa y de la eliminación del kulaj como clase, acompañado del Realismo Socialista (que se haría oficial unos años más tarde)...Hambre...desplazamiento de población...deportaciones....asesinatos en masa.

En 1931, su alojamiento se convirtió en Apartamento Comunal y se asignaron nuevos moradores (¿Recuerdan vds.“Dr. Zhivago”?). Añadir que Lev, su hijo, se había incorporado a la Casa en el 29.
Riñas surgidas de la más completa miseria...envidias...falta de intimidad (¡!). Ajmátova no ganó nada en la década de los 30. Y Punin seguía ganando poco. A pesar de todas estas condiciones, Ajmátova se refería a los primeros años de la década como “los años vegetarianos. Tras el asesinato de Kirov (excusa) vendrían “los años carnívoros”.

No querremos rememorar más muertes de las necesarias. Nos bastará con recordar que de los 700 asistentes al primer Congreso de escritores de la URSS (1934) sólo pudieron repetir ¡50!.

Todos morían a su alrededor....sus íntimos amigos...¡Todos! (menos el turbio Ehreburg).
En Octubre del 35 vinieron a por Lev y a por Punin: exceso de confianza.(.. espías...el poema de Ossip M. sobre Stalin). Punin moriría en un campo en 1938. Lev, de momento, tuvo mejor suerte gracias a la intervención de Pasternack (¿). La vigilancia (visible e invisible) aumentó. El arresto definitivo llegó en el 38: 8 meses de torturas en Kresty y años de trabajos forzados en el innombrable canal del mar Blanco (¡vaya historia esta del canal!). Imaginaremos las colas de madres rodeando el siniestro muro de Kresty y contemplando el Neva.




           “Me retorcía las manos.
           ¿Cómo puedes mirar el Neva?
           Todo me ha sido robado”.

Fue entonces cuando Ajmátova se convirtió en la voz de los sin habla, en “la boca por la que hablan cien millones”.

--Y...esto ¿Puede describirlo?. Así se le dirigió una madre de torturado que guardaba su desolado turno frente a la cárcel de kresny.
--¡Puedo!
Fue la chispa: de ahí surgiría su inmortal “Réquiem”.

      
                               

                                   
“Ningún cielo extranjero me protegía
ningún ala extraña escudaba mi rostro,
me erguí como testigo de un destino común, superviviente de ese tiempo, de ese lugar.”

(...)
“esta mujer está enferma hasta la médula
esta mujer está completamente sóla
con el marido muerto, y el hijo detenido
en prisión. Ruega por mí. Ruega”

Su voz era la de todas las mujeres.

Por entonces llegó Prokofiev. ¡No pudo escoger mejor momento!...Eran los días de la primera andanada contra el “Formalismo” y del apogeo del “Gran Terror”. Sin embargo, inocente e infantil como era no tuvo (muchos) problemas para adaptarse a los deseos estéticos imperantes. En Moscú colaboró con Eisenstein y se le fue abriendo el camino. Había en su música, sin embargo, una doblez que no pasaba desapercibida, tan pronto creaba una música heroica (Alexander Nevsky) como cosas intimistas e intranscendentes. ¿No puede interpretarse ese ejercicio infantil: “Pedro y el Lobo”, en clave “Gran Terror”?.

Algo parecido ocurría con Shostakovich. ¿No parecía sonar en su 5ª sinfonía el canto fúnebre de la 1ª de Mahler y que fue ovacionada durante media hora en pleno año 37? ¿A cuento de qué esa ambigüedad y ese juego?. Estuvieron en la cuerda floja....

                      
           



Volveremos a toda leche por el puente que hemos venido y nos dirigiremos en dirección hacia la parada del 213. Chubasquero al aire como un personaje de Biely.  ¡Acordarme de comprar la budionovka para el perro! Nos detendremos en el Palacio de Invierno-Ermitage y tomaremos (¡!) 10cl. de cilandro de un trago. ¡Que se joda el alma! ¡que se repita la historia en nuestras cabezas! ¡Que tenga la oportunidad de corregirse, de arrepentirse! Nos permitiremos por un momento recrearnos en la ilusión de la revolución pensada y corregida...¡Como si la cosa no fuera con nosotros!...Frío intenso... Viento del Mar Blanco...las islas se van difuminando entre la niebla.

Pobre Ajmátova (¡pobres todos!). la súplica (¡!) que envió a Stalin  tras la detención de sus seres queridos, pareció surtir efecto: se le dio una pequeña y única beca y se le otorgó una mínima pensión mensual. Sus libros (expurgados) volvían a publicarse. Su nombre iba de boca en boca. Se fue convirtiendo en la voz de los sin voz, en la conciencia de Petrogrado. Ella seguía haciendo cola ante la prisión maldita.
El “Gran Terror” continuaba su curso.  Y se acercaba el momento de la gran verdad.

Por entonces sufrió su primer infarto.

El pacto de no agresión (¡!) fue el disparo de salida. El comienzo de la Guerra Patriótica coincidió con el sesenta aniversario de Stalin y con un reforzamiento general del espíritu nacional. Muchos presos y deportados fueron liberados para...¡Combatir!. También Lev Gumilov. Fue la apoteosis del stalinismo y de su maquinaria propagandística. Y para muchos “un periodo de vitalidad y en ese sentido una restauración ilimitada y feliz del sentido compartido de comunidad” (Pasternak)…
que se revelaría como un paréntesis.

¡Shostakovich! (objeto principal de la primera campaña contra el “Formalismo”) recibió el primer premio Stalin de Música
Eisenstein (“Alexander Nevski”, música de Prokofiev) también recibió el suyo. Prokofiev había compuesto la “Cantata por el 20 aniversario de Octubre” y “Hail” para el 60 aniversario de Stalin... También esperaba algo...

Pasaremos por la estatua ecuestre de Pedro. Pensaremos en la ausencia de piedra natural en la región y en la mole que soporta la cabalgadura...(y ¡en los sufrimientos correspondientes! ). Noches locas de Pedro cabalgando el enloquecido caballo, por las brumosas calles de San Peterburgo. ¡Peterburgo!

El sitio de la ciudad (ahora Leningrado) empezó el 16 de Septiembre de 1941 y duró ¡900 días!
Ajmátova se apuntó en la “Defensa Civil de Leningrado”. Hasta tal punto era considerada la conciencia de la ciudad, la defensora de las madres huérfanas de hijos y maridos, que se le pidió que diera un discurso para levantar los ánimos. Incluso Zhdanov (¡!) dio su consentimiento. Su estado de salud obligó a que el discurso fuese retransmitido desde “La Casa de la Fuente” (¡!).

(...) “No, una ciudad que ha engendrado mujeres como estas no puede ser conquistada”.

Era el mismo tono que había empleado Trotsky en la defensa de Petrogrado en los lejanos años de la guerra civil.
En esa retransmisión también intervino Shostakovich que, por entonces estaba componiendo su 7ª sinfonía, llamada “Leningrado”.

Por entonces (1942) hasta Pravda publicaba los versos de Ajmátova:

“La hora del valor marcan nuestros relojes
y el valor no nos abandonará”

Y el Himno de Alexander Nevsky de Prokofiev sonaba por todas partes:

“¡¡Levántate pueblo ruso, para la gloriosa batalla, la batalla mortal!!”

En esos mismos momentos (5 de marzo del mismo año), Jünger, nazi ocupante en Francia, anotaba en su diario: “Un pollito que me había enviado desde Aint Michel la buena de la señora Richardet, me lo cené ayer en compañía de la Doctoresse...”

Cuando el cerco se estrechó, Ajmátova fue evacuada a Tashkent, y Shostakovich a la actual Samara, donde acabaría la 7ª sinfonía: “A la ciudad de Leningrado”.
Fue estrenada allí tal día como hoy, 5 de marzo, de 1942. Interpretada por la Orquesta del teatro Bolshoi, evacuada también a esa ciudad y dirigida por el compositor. Fue retransmitida a toda la URSS. “Triunfo final de la humanidad y de la luz”.

Días más tarde se estrenó en Moscú. Un ataque aéreo alemán añadió dramatismo y significado a la escena.

 


    

El 9 de Agosto fue estrenada, por una orquesta menguada, en Leningrado en la Gran (y bombardeada) Sala Filarmónica. Unos potentes altavoces extendieron la música por toda la ciudad....

Intentaremos imaginar y no podremos.

Sólo podremos imaginar la rabia de Hitler que ya había señalado ¡ese mismo día! para el fastuoso banquete que festejaría, en el Astoria, la caída de la ciudad. ¡¡Leningrado!!

Cogeremos el  213 que nos depositará en Pulkovo. ¡Hostia la buidonovka del perro!... El avión, de Turkisch Air Line, saldrá a las 8 menos cinco. En estos momentos serán las 6 tocadas.. Tendremos dos horas por delante para lucir nuestra gorra y nuestra melopea.

En previsión de que el aparato no admita líquidos, los ingeriremos antes. ¡Rayos X!

                  
      



Nos subirán en volandas y bajaremos, ya repuestos, en el aeropuerto de Estambul para una breve escala de 23 horas y 35 minutos...

La himnopedia habrá hecho efecto: “¡Levántate pueblo ruso...!” ¡¡Paso a la Caballería Roja!!. Haremos lo que no hicimos la otra vez: tomaremos un taxi que nos lleve, Avenida Kennedy adelante, hasta el Cuerno de Oro. Allí, sentados en un malecón, como ante el Neva, seguiremos y concluiremos.

Cuando, FINALMENTE, Ajmátova volvió a Leningrado (1944). La ciudad estaba en ruinas. Conservaba la esperanza de encontrarse con el amante que la consolara cuando la detención de Lev y la muerte de Puni y su primer infarto. La esperaba en la estación ...¡Pero estaba loco!...”He visto cosas que vosotros...etc..etc...” médico como era, había presenciado de todo (además de lo público): canibalismo...morir de hambre en la calle (como su esposa)... morir de frío...enloquecer de repente y arrojarse al Neva...

Una ciudad de insomnes.

¡La casa de la Fuente!...estaba casi en ruinas...sin agua ni luz eléctrica, reventadas las cúpulas y con grietas del tamaño de ratas grandes.

“Brindo por la casa destruída (...) por la vida terrible”

Su hijo Lev, acabado el combate, volvió con ella. Parecía el comienzo de una época solamente triste. ¡Nuevo espejismo!

Tal día como hoy, 5 de marzo del año 1945, Churchill, invitado por Truman a una conferencia en su país natal, Missouri, declaró: “Desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, un telón de acero ha descendido sobre el continente” (Eh). ¡Y se armó Troya!
Inmediatamente Stalin tomó nota y reforzó el control. Para Ajmátova fue el comienzo de otro final.
Por entonces, tuvo lugar la entrevista-noche de I. Berlín y el reforzamiento de la vigilancia...En palabras de Stalin: “Así que ahora nuestra monja recibe a espías extranjeros”...
Todos los rotos de la metralla fueron rellenados con micrófonos y mecanismos varios. Le retiraron la cartilla de racionamiento o sea que le concedieron graciosamente ¡la muerte!.
Su hijo volvió a ser detenido, torturado y condenado a 10 años en campos de concentración.
Ajmátova enfermó y, en su enfermedad, llegó a escribir un poema-súplica en honor a Stalin (que retiró en la edición de sus obras completas).

Inmediatamente (1946) empezó “el reinado de Zhadov” (Zhadovkina: algo así como escabechina). Una nueva andanada contra el “formalismo”: Ajmátova, Shostakovich, Prokofiev....¡en peligro!.
Los músicos hicieron lo que pudieron para estar a la altura.

“La variedad de su poesía es tan limitada que parece una persona azotada por la pobreza” (...) “Es el retrato de una damita frenética que pasa bruscamente del tocador a la capilla (...) medio monja, medio ramera, o más bien monja-ramera que mezcla el pecado con la oración” (Zhanov)....¿Qué les parece?

“Si nuestra juventud hubiera leído a Ajmátova y hubiera sido educada e semejante ambiente ¿Qué habría ocurrido en la Gran guerra patriótica” (Stalin).

¡Hasta Ossip Mandelshtan, a punto de ser torturado hasta morir, escribió (quizás para que se olvidaran de su famoso y antiguo “poemita”) una “Oda a Stalin”.! Ajmátova hizo lo que pudo para salvar a su hijo que no quedaría libre hasta dos años después de la muerte de Stalin.

                            
                        




 La desestanilización relativa, le  permitieron unos año de tranquilidad y de tranquila soledad..¡Todos muertos!

Su hijo fue liberado en el 56 (tres años después de la muerte de Stalin y se convirtió en un prestigioso historiador y no sé que más...¡fascista inofensivo! (¿es posible?).  Ajmátova fue añadiendo poemas a su obra maestra “Poemas sin héroe” , un réquiem para aquellos que murieron en Leningrado...y un canto de resurrección.

Murió el tal día como hoy del año 1966 en una clínica de reposo de Moscú. La funeraria de la ex Casa de Caridad Sheremetev lucía en el frontispicio el mismo lema que la “Casa de la fuente”: “Deus conservat Omnia!.
En Leningrado miles de personas siguieron, dentro y fuera de la Iglesia de San Nicolás, el funeral por aquella que había hablado por ellos...que estuvo con su pueblo “allí donde mi pueblo, por desgracia estaba”.

El cortejo fúnebre, de camino al cementerio de Komarovo, hizo una parada en la Casa de la Fuente.

“Mi camino, en cambio, no es ni recto ni curvo,
llevo conmigo el infortunio,
Voy hacia nunca, hacia ninguna parte
Como un tren sobre el abismo!

Tres años antes (5 de marzo de 1953) había muerto Stalin de forma ignominiosa.

El féretro de Prokofiev, muerto el mismo día, iba adornado con una rama de pino. Stalin había acaparado todas las flores de Leningrado.


 


                                        

El arcángel San Gabriel nos recogerá amoroso de la orilla del Bósforo y nos depositará como una flor muerta en el vuelo correspondiente.
A Barcelona llegaremos cuando dios, y su corte celestial, quieran.              
                                                                                    
“Y la locura levanta su ala                          

para cubrir la mitad de mi alma”...

El planeta menor 3067, descubierto en 1982, lleva el nombre de Ajmátova.




























RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...