¡Qué quieren que les diga?...Cuando alguien bautiza a su caballo con el
nombre de “Nihilismus” es que (¿)
quiere llegar a galope a la NADA. O que va de la nada a la nada, ¡a galope!...
O que considera que la NADA recorre el mundo ¡a galope tendido!...O que cabalga
la NADA y va hacia la Nada sin nada que oponer.
Y así era.
El nihilismo, como doctrina revolucionaria, no empezó hasta que el
populismo revolucionario, siempre esperando el levantamiento de las masas
contra la opresión zarista, fracasó. Fue entonces que surgieron grupos de
estudiantes e intelectuales radicales que hicieron de la nada su capital
político. Kropotkin, Turgueniev, Dostoievski, Písarev, Stirner lo describieron
para el gran público. La destrucción de todo, en aras de la libertad individual
y de paso, acabar con toda tiranía, hipocresía y artificio. No fue un fenómeno
exclusivamente ruso: también Francia, Bélgica, Italia… Nietzsche había
desentrañado su doble naturaleza.
Bombas y pistolas…explosiones y tiros pusieron Europa patas arriba.
Obreros decepcionados (o desorientados) decidieron hacerse visibles. Los
grandes se sintieron, por primera vez, objetivos fáciles y deseables
(¿Recuerdan a Alejandro II?). Caza mayor. Y los “nadie” supieron de golpe que podían ser “alguien” y dar un sentido a sus vidas (que, por lo demás, no valían
ni un pimiento.)
Meditar sobre la NADA en ayunas es como disparate 20 cl. de alcohol puro
antes del pan con aceite y orégano griegos. Así que, en previsión, me zampo dos
tostadas y me pimplo un fifti-fifti (al
50%, como el nombre indica)…Y antes de que la cosa se complique y me quede
anonadado, bajo al Condis a por provisiones: espaguetis y salsa “pesto” (mediodía) y huevos y unas
lonchas de jamón ibérico para acompañar el salmorejo de la noche…los tomates
son del huerto. Las bebidas me son servidas regularmente.
Pues, miren vds., incluso a estas tempranas horas de la mañana, hay una
batería de carritos-tanque en cada una de las bocas. Dicen que la natalidad ha
bajado… pero ¡lo que es comer!… ¡no paran!...no paren…no paran… ¡qué gracia! ¿no?
Ya puestos me atrevo hasta con esto: ”AVE
NADA, yo te saludo”… (ADÁN EVA,
yo te saludo)…como origen de todo. La nada (no en sentido gorgiano, sino en el
sentido más familiar, de que no hay nada)…como inicio… ¿hay que destruir?...
¡pues se destruye!...
Tal día como hoy, del año 1898, Lucheni, anarquista (¿), nihilista(¿), un
vengador solitario (¿) puso fin, de forma afilada, a la desasosegada vida de La
Emperatriz Elisabeth (“Sissi”, para
los amigos). Y le proporcionó el reposo que ansiaba.
LUIGI LUCHENI
Todo un milagro que esta NADA saliera a la superficie del océano mundo.
Como era costumbre, a su madre (Luigia Lacchini) se la beneficiaron los “señores” de las casas en las que sirvió.
Quedó embarazada y “huyó” (de la deshonra y la necesidad) a París. Tuvo al
niño, lo depositó en el hospicio “des
Enfants Assistés” y se largó a América, donde se casó con un tabernero.
El niño fue registrado como “Luigi Lucheni”… ¿Qué importaba este pequeño
cambio en el nombre de un “nadie”?
Sería largo empezar a relatar todas las penurias de su primera infancia.
…¡Infórmense vds.!...¡Infórmense!..
Cuando le faltaba un mes para cumplir los catorce años, se escapa (largo
de contar) a Génova. Sólo en el mundo, con una sola posesión: su fuerza de
trabajo. Y con una esperanza: encontrar un trabajo estable. Trabaja en la construcción de vías aquí y allá…”Te convences de que en tal o cual sitio se
ganan algunas liras o algunos céntimos más…Te dicen que en tal o cual sitio el
pan, el vino o las habitaciones son más
baratos, o que la gente es más amable con los extranjeros…Pero no es verdad. La
mayor parte del tiempo he pasado hambre y frío”…
En busca de ese empleo fijo que le asegure ser alguien, ingresa en el
servicio militar (que daba derecho a un empleo estable). Cuando terminó su
contrato pidió ese empleo…pero nadie respondió a sus peticiones….¡Así paga el demonio a quien bien le
sirve!...El capitán de su regimiento lo tomó como criado, pero al cabo de
tres meses, el 1 de abril de 1898, abandonó ese puesto de miseria.
El destino se le iba perfilando. Un amigo le recomienda Suiza (“hay menos obreros y más trabajo”). En
primavera, con el deshielo, sigue la ruta de los Alpes: San
Gotardo…Ródano…valle del Rin…Ginebra. ¡Un mes andando para mendigar trabajo!...
¿Han visto vds. a capitalistas con fajos de billetes que crucen, desesperados,
los Alpes, andando, para ofrecerte trabajo?... ¿Han visto vds. a empresarios
que se peleen a muerte por conseguir nuestros
servicios?
¿Cómo debía sentirse Lucheni?... ¿Qué ideas se entretejerían durante su
interminable marcha hacia la conquista de la dignidad?... Cuando llegó a
Ginebra no estaba para bromas.
En Viena, mientras tanto, aparecía el órgano de la “Secesión”: “Ver Sacrum”
(“Consagración de la Primavera”). ¡¡La primavera de
Lucheni!!...Lucheni pelándose de frío y comiendo hierbas, mientras en Viena se
consagraba la primavera. ¡Un vals para consuelo de este pobre muchacho!... ¿no
se consoló Austria de la derrota de Sadova con el “Danubio azul”? ¿no se consoló de la quiebra del 73 con “El murciélago”?...¿Dónde la música que
consuele a este pobre NADIE que va, a ciegas, en busca de la posteridad…como
Edipo en busca de su perdición?
En Ginebra encuentra trabajo y una “habitación
propia”…sin calefacción… ¡pero con llave!. Acudía, para completar la ración,
a los locales del Ejército de Salvación
y frecuentaba los círculos anarquistas italianos…Nadie, sin embargo lo tomaba
en serio. Le llamaban “el tonto”.
Hasta la policía lo menostuvo y lo
calificó indolentemente de “no peligroso”.
..¡¡Ya veremos!!
Suiza se convertía en un avispero de “terroristas”
y revolucionarios. Era un lugar a tener en cuenta. ¡Y Lucheni estaba ALLÍ!
ELISABETH (SISSI) EMPERATRIZ DE AUSTRIA-HUNGRÍA.
Iba para cuñada de emperador, pero, finalmente, fue ella la emperatriz de
K.K. Tenía 16 años y Francisco José, 23. Su boda humedeció los corazones de
media Europa de entonces y de otra media en los años 50 del siglo XX.
Rara donde las hubiera: Tuberculosis, anorexia-bulimia y un desasosiego
que la impulsaba a viajar constantemente… ¡en busca de NADA! Casas y palacios
por todas partes, incluyendo Corfú…donde pasaba dos semanas al año…”en donde emulaba la Odisea y hacía
trasegar en su yate, a través de Trieste, inmensas cantidades de chocolate”. (J.L.P.)
Se ató al mástil para emular a Odiseo… ¿y para evitar hartarse de helado
de violetas (imperiales)?...después pasaba largas temporadas de ayuno: leche y
sangre de buey. Y en ese estado de languidez escribía poemas…
Se declaraba “demócrata” y
puso, tras larga confrontación, un tutor liberal al que debería haber sido el
sucesor de Francisco José: el archiduque Rodolfo. Rodolfo, como saben vds. se “suicidó” en Mayerling…aniquilando la
única posibilidad de supervivencia del Imperio.
Las desgracias, como cúmulo-nimbos, se cernían sobre la cabeza de la
familia imperial…y descargaban con fuerza: Maximiliano fusilado en Méjico;
Rodolfo y Carlos Luis…muertos; Luis Victor, pedófilo, tuvo que exilarse por un
asunto turbio de tocamientos en váteres públicos…Sólo quedaba el sobrino que, (como
saben vds. era un inútil y un zángano) fue muerto en Sarajevo.
“En mi imperio la desgracia no conoce
el ocaso”.
La duquesa d’Alençon, hermana de Elisabeth, murió en el
incendio del “Bazar de la caridad de París” a comienzos de mayo de 1897. Ese
año la “feria” había introducido una
novedad mundana: el cine (¡vaya idea!). El espacio destinado a ejercer la
beneficencia y la caridad se había estructurado simulando una vieja calle de
París. La hermanitas de la caridad con su típica antorcha en la cabeza volaban
solícitas por los puestos del bazar. Cientos de personas (mujeres y niños) se
divertían jugando al “juego de la bondad”…De
pronto la lámpara del proyector prendió el techo y el fuego se extendió en un “santiamén”: 140 personas murieron y
otras muchas tuvieron que ser recuperadas. Las hermanitas, por efecto de su
tocado, ascendían entre llamas… En fin, un desastre… que fue motivo de
donaciones y muestras de condolencia sin cuento. La Iglesia de”Nôtre-Dame-de-Consolation” fue edificada cuatro años después en el
lugar del hecho: en la Rue Jean Goujon, entre la Avenida Montaigne y la Vie Pompidour.
La desgracia perseguía a la emperatriz que huía en su caballo “Nihilismus”… ¡hasta en bicicleta! (acababa
de aprender a montar…a los sesenta años). Poco a poco se acercaba a su destino.
Ella sabía de la peligrosidad de Suiza y de la pasión regicida de los que allí
se escondían. Y aceleraba sus idas y venidas…como las mariposas que se agitan
en torno a lo que les causará la muerte. No sentía gran apego por la corte, ni
por sus hijos ni, seguramente, por ella misma.
El día 9 de septiembre de 1898, la emperatriz, su dama de compañía, la
condesa Sztàray y un séquito de doce personas, llegó (¡de incógnito!) a Prègny,
en las afueras de Ginebra. Almorzaron con la baronesa Rothschild, amiga de su
difunta hermana. Pese a las advertencias no llevaba escolta. A las tres de la
tarde partieron hacia Ginebra. Destino final: Montreux.
Vestida de negro riguroso, se registró en el “Hotel Beau Rivage” bajo el nombre de condesa de Hohenembs. La
habitación, de 160 metros cuadrados y con vistas al lago, al Quai de Mont Blanc. Antes de retirarse tuvo tiempo de comprar dulces en su
pastelería favorita y algunos regalos para sus nietos.
Si vds. quisieran alquilar esa “suite imperial”, con maravillosas vistas
al lago, tendrían que soltar 9.000 euros del ala…sin contar propinas… pero con
¡desayuno incluido!..Ah! ¡y tiene Wifi!
Bueno, Elisabeth YA está dispuesta… en el disparadero. La noche templada
de septiembre le empujaría a salir al balcón…la brisa del lago y lo que vendrá
le producirían escalofríos.
LUCHENI
En Milán las cosas estaban al rojo vivo. Las malas cosechas y las leyes
proteccionistas, habían hecho subir el precio del grano, martirizando aún más a las clases
trabajadoras. Los disturbios provocaron la muerte del hijo de un diputado
radical. Detenciones. Huelga general. Jornadas sangrientas del 7 al 10 de mayo.
Represión histérica: 100 muertos y 500 heridos. Umberto I condecoró al
responsable de la matanza (matanza de
Baba-Beccaris). Umberto I era hijo de Victor Manuel de Saboya, ¡PRIMER rey de Italia…! ¡Volem una Catalunya lliure de “gentuza”
i feixistes!
Lucheni había encontrado trabajo en Lausana en la construcción del nuevo
edificio de Correos y Telégrafos. La sangre le hervía de impotencia: quería
matar a Enrique de Orleans, a Umberto I (ya lo matarán dos años después), a
cualquiera que “comiera sin trabajar…que
comiera del trabajo de otros”.
Era evidente que “el tonto” no
era un teórico…pero tenía dos axiomas claros: El trabajo es el origen de la
riqueza y la propiedad es un robo. Y un corolario: la violencia, para poner las
cosas en su sitio.
El 8 de septiembre envió una postal a su antiguo capitán de regimiento:
El muelle del Mont Blanc, justo el embarcadero situado enfrente del “Hotel Beau Rivage”: El escenario del
drama.
Lucheni quería matar al de Orleans…pero su viaje se suspendió. Así que
cambió de objetivo: la emperatriz de
K.K. estaba de visita en Ginebra. El 7 por la mañana tomó el tren de Lausana a
Ginebra y se apostó en la balaustrada del lago, enfrente del Hotel, a esperar
lo que hiciera falta. Sus “camaradas”
lo habían tanteado…pero no había salido nada en claro…¡¡ahora verían!!...
Pasa las noches estudiando libros de anatomía: ¡no quiere fallar!...por
debajo de la clavícula izquierda y un poquito por encima del seno. ¡Deberá
recordarlo!
LUCHENI Y ELISABETH
Si estuviéramos en Ginebra, nos sentaríamos en la acogedora terraza de
restaurante tailandés “Patara”, anejo
al Hotel y pediríamos una botella de champán de precio medio: Un “Grande Année” (Brut Blanc) Bollinger 1999: 375 euros…y esperaríamos el
desarrollo de los acontecimientos (que no os remediará ni la Virgen de los
Remedios, patrona de Ocaña) que acontecerán justo enfrente. Pero como estamos
donde estamos, nos conformaremos con el Dry del mediodía y unas olivas
sevillanas-sabor anchoa (Condis)
A las 12 de la mañana del día 10 de septiembre, la comitiva, sin la
emperatriz ni su dama de compañía, salen del Hotel en dirección a la estación
para coger el tren con destino a Montreux. Lucheni, vestido de negro (como su víctima)
espera desde las primeras luces…No tiene nada más que hacer. Lía cigarrillos
sin parar y mira la lima de uñas que, durante tiempo ha ido afilando y a la que
ha puesto un puño de madera. Es su única arma. Con esto hará frente al imperio.
Y piensa: La realeza no puede ser juzgada…no puede ser declarada inocente o
culpable. Su sola existencia es condenable. Los poderosos tienen que morir para
que los pobres puedan vivir. No mato a Elisabeth, mato a la emperatriz de K.K.
y todo lo que es y simboliza.
Sobre las 13’30 salen del hotel las dos damas. El barco hace sonar el
silbato. Salida a las 13’40. Las damas se apresuran a recorrer los doscientos
metros que separan el hotel del embarcadero. Lucheni las sigue decidido y al llegar a ellas, se fijó
en la sombrilla, en el traje negro, la miró un instante y le clavó el estilete
en el punto justo, no en vano había pasado dos noches estudiando esos tratados
de anatomía. Lucheni pensó estar
haciendo justicia.
Elisabeth, 40 kilos, cayó al suelo como una pluma. Rechazó cualquier
ayuda, se levantó y continuó hacia el vapor que enseguida se puso en marcha.
Mientras tanto Lucheni se dio a la fuga.
Notaba una molestia punzante en el
pecho, pero lo achacó al golpe y la caída recibidos:
--“Pero…¿qué quería ese hombre?
--¿Quién?...¿el portero?”
Ni siquiera en este trance fue “visible”
el pobre Lucheni. La mató y ni siquiera se percató de la cara de su matador.
Pues ¡ya va siendo hora de que se nos vea!
--¿No habrá querido robarme el reloj?
El tiempo… ¡no el reloj!... ¡eso es lo que te ha robado!
La emperatriz subió al vapor. Y cuando estuvo en cubierta su palidez era definitiva.
Se desmayó. La condesa pidió ayuda. La subieron al puente superior para que le
diera el aire…le desabrocharon el corpiño, vieron un pequeño rodal, como de una
moneda de euro, de sangre y una pequeña y limpia herida-manantial. El capitán,
enterado de la identidad de la mujer, volvió a tierra. La condujeron a su
habitación del hotel mientras la sangre goteaba en el pericardio. En una hora
estuvo lista. Sin dolor…Y todo gracias al gran Lucheni, que se había
encomendado a la Virgen de las Maravillas, patrona de Cehegín.
Informe forense:
“Excelente dentición. 1’72 cm de
estatura. Herida punzante situada a 14 centímetros de la clavícula izquierda y
a 4 por encima del seno; la herida tiene forma de uve que interesa el
ventrículo izquierdo del corazón de arriba abajo, pequeño desgarro pulmonar y
fractura de la cuarta costilla”
Lucheni se entregó a la policía: no quería ser linchado. Negó cualquier
complot organizado y se declaró único (y orgulloso) responsable.
Lombroso declaró que Lucheni
entraba de lleno en la categoría de “epilépticos
y criminales puros”.
Lucheni contestó:
“Lamento decirle que Lombroso se
equivoca del todo (…) Si las clases dominantes no admiten que están explotando
al prójimo, acabarán recibiendo el castigo que se merecen, y que no se ha
dictado solamente contra os soberanos, presidentes o ministros, sino contra
todos los que oprimen a sus semejantes. Se acerca el día en que los verdaderos
filántropos eliminarán a los explotadores. Para construir un mundo nuevo basta
con una consigna; sólo quien trabaja tiene derecho a comer”.
Además aseguró
- Que tuvo mucho cuidado en no equivocarse de objetivo. “Que no quería matar a una persona equivocada”.
- Que “la mujer no era especialmente hermosa, sino bastante vieja, y el que diga lo contrario miente o está ciego”
- “Yo creía haber matado a una persona que vivía en una felicidad insultante”.
- “No me arrepiento de nada”
Se le condenó a cadena perpetua (en Suiza no existía la pena de muerte).
Él solicita la guillotina…para engrosar los méritos de la anarquía y poder
proyectarse al futuro…y no acabar ahorcado en su celda, con su propio cinturón
(1910).
Francia, sin embargo, mantuvo la guillotina hasta 1977: Hamida Djandoubi
(emigrante tunecino) tuvo el honor de ser (tal día como hoy, del año 1977) el
último guillotinado: bajo el mandato de Valéry Giscard d’Estany. Mitterrand la suprimió en 1981.
Elisabeth fue enterrada en la Cripta de los Capuchinos…contra la
voluntad, expresada en vida, de ser enterrada en su palacio de Corfú …