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viernes, 13 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 13 de septiembre. SEGUNDA SERIE. Esmirna. Bomba en el Pompeya


1
"De repente, en medio de la alegría general, se oyó una voz a la que se sumaron muchas más:
- ¡Fuego!
- ¡Fuego!
- ¡Han pegado fuego a Esmirna!
Nos levantamos como un resorte. Llamas rojinegras se lanzaban contra el cielo, enloquecidas.
- ¡Es por el barrio armenio!
- Sí, parece que es por allí
- ¡Otra vez la pagarán los armenios!
- No es posible que quemen toda la ciudad. ¿Qué interés tienen?...Puesto que ya es suya...
¿Qué interés teníamos nosotros (los griegos) para haber quemado las aldeas turcas en nuestra retirada?"
("Tierra ensangrentada". Dido Sotiríou. Trad. Kino)



Era el 13 de septiembre del año 1922 y se ponía fin, de esa manera espectacular y terrible, a milenios de grecidad de la costa jonia.

Los griegos se habrían bastado solos para sus desgracias. Sin embargo todo el mundo les ha echado una mano. Y digo "griegos", cuando debería decir "clase política griega"... ¿o no?

2


- "...parecen golondrinas que van piando, que van piando...
Cómpreme Vd. Señorito, no valen más que..."



No pudo acabar de decir el precio. Un tremendo estallido lo puso todo patas arriba. Fue como si volviera a estallar el Vesubio. Aquello estaba lleno de golfos, de obreros, de autónomos, de policías, de taxistas, de gente del espectáculo, incluso estaba, que todo hay que decirlo, mi tío Perico que se largó del pueblo lanzando un apocaliptico "¡que le den pol culo a España que me voy a las Barcelonas!" que ha quedado como expresión sintética de un sentimiento muy extendido. Fue mi tio, precisamente, quien me contó los detalles que ya he olvidado. Mi tío, hermano mayor, a mucha distancia, de mi padre, cumplía ese domingo, 13 de septiembre del año 1920, 20 años (pues había nacido con el siglo) y se empezaba a ganar la vida en una fábrica textil no sé dónde. Lo definitivo fueron los tres muertos y las decenas de heridos, de entre los cuales la muerte aún se cobró dos obreros más. Los entierros fueron impresionantes. El primero (y también el segundo) acabó en el cementerio de Sants, como es natural, pero antes, tras recorrer Provenza, Muntaner, Consejo de Ciento, Villarroel y llegar a la Gran Vía, se desvió hacia la parte baja y, por Conde de Asalto, llegó a la sala Pompeya, a cuyas puertas la orquesta del local interpretó una marcha fúnebre, o algo parecido (65 años más tarde establecí mi madriguera por aquella geografía insigne). El segundo entierro tuvo un carácter más "obrero". Uno de los muertos, Rafael Izquierdo, trabajaba en la Compañía Telefónica y era un concienzudo sindicalistas, así que el cortejo se tiñó de monos azules. Todo esto me lo contaba mi tío tomando una cerveza, pues aunque tenía (él) 80 años nunca dejó de pimplar, en el bar ahistórico que ocupa la esquina de Nou de la Rambla con Paralelo, lado Besós, justo detrás de la estatua que el ayuntamiento dedicó a Raquel Meller y que uno de aquellos días, ya no recuerdo nada con exactitud, apareció descabezada y con todas las violetas por el suelo... como si, de repente, se hubiera acordado de aquello.





 Desde finales del XIX, como Vds. Saben, Barcelona se había convertido en la "Rosa de Fuego" y no se ganaba para sustos. Es como si la Exposición Universal del 88, hubiera sido una Explosión Universal. Había que ser un verdadero hijoputa para no distiguir unas explosiones de otras. O quizás bastara con ser un honrado padre de familia. Estaba claro como la cazalla que los intentos de acabar con Cánovas del Castillo y con Martínez Campos, fueron obra de rebeldes con causa y con hambre. También los ataques a la Iglesia y a empresarios sin entrañas. Atentados como el de la Rambla de las flores o el bombazo del Pompeya, fueron, sin embargo, obra de los pistoleros a sueldo del empresariado que, aterrorizado, no dudó ni un segundo en recurrir a los asesinatos indiscriminados.
Bueno, ya saben Vds, no pudimos aprovechar "el trienio bolchevique" y nos cayó encima Primo de Rivera...¡Precisamente tal día como hoy, del año 1923!... seis meses después del entierro de Salvador Seguí.

3
 

Decía que los griegos se bastan y se sobran para construirse las desgracias, muchas y variadas, pues, como decía el ruso, a la infelicidad, fente a la dicha, se llega por muchos caminos. 



Aquel 13 de septiembre del año 1922, dos años exactos después de la segunda destrucción de Pompeya y cinco días después de haber sido tomada Esmirna por el ejército turco, un incendio pavoroso, seguido de una acumulación incalculable de atrocidades, puso fin a lo que parecía el paraiso rebosante de higos fragantes, abriendo las puertas a un futuro brutal. Aquel 13 de septiembre marca el horizonte interpretativo desde el cual Grecia construye (y enjuicia) su historia como estado-nación. La Grecia oficial nunca ha meditado seriamente sobre la génesis del desastre y se ha presentado al mundo, y a sí misma, como víctima de unos y de otros. Dados como son al mito, han colocado la fatalidad y la maldad ajena en un lugar preferente. Eso es, por lo demás, algo característico de todos los Orígenes... pues para eso esta la Historia: para servir al Estado. El Estado no quiere seguir el destino de Edipo y, sin embargo, es su única salvación: su destrucción. Los trabajadores han de luchar, además, contra los mitos fundacionales que recubren con resbaladiza baba la más prosaica explotación.



¿Cómo empezó todo?

De momento voy a empezar YO como mi mítico ritual: aceite griego, orégano griego... ¡Esa es mi Grecia!
- Y un poquito de cordero ¿no? --Hegel dixit.


PARABOLA



A través del aire limpio y fresco podía divisarse la costa asiática e imaginarse el inmenso interior de aquella península maldita. El demonio lo había transportado en sus alas de murciélago hasta las tremendas cimas del Olimpo. Todo lo que ves será tuyo, si te postras y me adoras, le dijo Lucifer, el ángel oscuro. Venizelos preguntó si también se veían las costas del Ponto y las torres de Estambul. Con la misma mano que había extendido para prometer, construyó el ideograma de la ilusión. Venizelos se arrodilló, apoyó la frente en la tierra y con los brazos hizo los gestos de la latría. Abrieron una botellita de ouzo de Mitilene y brindaron por la promesa. Venizelos, además, buscó una piedrecita con forma de rueda de molino y se la tragó religiosamente como "tapa"... y así quedó sellado el pacto.

Enardecido espoleó el caballo de la guerra, que llevaba atado a su cola a sus tres hermanos, y se lanzó hacia la nada infinita. El demonio, desde la ilustre cima del Olimpo, veía sus destrozos, pero le dejó hacer, haciendo tiempo para que sus planes, que eran otros, se cumplieran. A la cima del Olimpo no llegaban (¿o sí?) el estruendo de la polvora, ni los ruidos fofos y sibilantes de las hojas de doble filo. Venizelos avanzaba en pos de la "Gran Idea". Hasta el rey, una vez su hijo fue muerto por un mono, se dejó llevar por el frenesí y la alegría de la destrucción ajena.

¡Vengo a cumplir los designios del ángel! y avanzaba sobre desiertos a la velocidad del meltemi. Cuando la nada se hizo espesa y amaneció el séptimo día, un ventarrón procedente de las estepas interiores detuvo en seco su "anábasis". Se acordó de los muertos pretéritos... ... ...
Y en esas rememoraciones estaba, cuando miles de turcos, organizados perfectamente por el gran Kemal, se le echaron encima. Y entonces vino la desbandada, la "katábasis", que, como siempre, es un viaje a los infiernos. Si habían dejado algo medio vivo a la ida, lo rematarían a la vuelta. Esto ocurría otro 13 de septiembre, de un año antes (1921)




El ángel luciferino, que construye la historia sin mirar atrás, había abandonado las cimas míticas y revoloteaba por sobre los campos bituminosos del Creciente Fértil.

El ejército turco entró a sangre y fuego en Esmirna y la redujo a escombros, y a sus habitantes a partículas elementales. Y entonces fue el dolor y el crujir de dientes. Decenas de miles. Gente que nada sabía de Lucifer ni de Venizelos. En Lausana culminó lo que había empezado, a lo grande, aquel día. Más de un millón de "griegos" (que en su mayoría hablaba turco) fueron trasladados, algunos de cuerpo presente, a su "madre patria". Medio millón de "turcos" (que en su mayoría hablaba griego) fueron trasladados con más consideración, todo hay que decirlo, a las posesiones abandonadas por los cristianos. Y ese fue el comienzo glorioso de dos estados-nación, resultado de la desmembración del Imperio Otomano.





Y como "no hay mal que por bien no venga" (?): la voz de Roza y el buzuki de Tsitsanis...
Y "como las desgracias no vienen solas" (?): la destrucción de los restos otomanos fue total.

Esta fue la madre de todas las "limpiezas étnicas" (¡¡), emigraciones y "oleadas de refugiados" de la época moderna 
 

FIN

La verdadera razón.
"No es que Apolo haya retirado su promesa
y, escupiendo en la boca de Casandra, haya quitado
a sus palabras todo don de persuasión, haciendo
inútiles sus profecías para sí
y para los demás, no. Es simplemente que
nadie quiere creer en la verdad, Y cuando ves la red dentro de la bañera, crees que te la han
preparadado
para tu pesca de la mañana y no escuchas nada dentro
de tí
mientras fuera, por los peldaños de mármol del palacio,
va subiendo
el tenebroso mensaje con las voces de la desdichada
Casandra"
Yannis Ritsos. 7-VI-69











propuesta para hoy, día 13 se septiembre



Propuesta para hoy, día 13 de septiembre. Pequeño, pero variado, surtido.

1.
“Les advierto que yo, por lo general, cuando doy una conferencia, tengo la manía de guiñar el ojo derecho; pero ustedes no reparen en ello... Es un defecto de mis nervios... Soy hombre muy nervioso, y esta costumbre de guiñar un ojo la contraje el trece de septiembre de mil ochocientos ochenta y nueve: día en el que mi mujer dio a luz su cuarta hija, de nombre Varvara... Todas mis hijas nacieron en trece... Pero... (Mira el reloj.), el tiempo apremia y no podemos desviarnos del tema de esta conferencia. Tengo, primeramente, que decirles que mi mujer es propietaria de una escuela de música y de un pensionado de señoritas (…)”

(De una hilarante conferencia de Chejov “sobre los perjuicios del tabaco”…al que no se refiere en ningún momento).

Mi propósito se ha desleído como azucarillo en absenta (no me ayuda ni Kusturica y su “No smoking Orquestra”)…  Y más,  desde que he sabido que Steve McQueen (tercero en la lista de Charles Mason, tras la escabechina de la señora de Polanski e invitados y de Leno la Bianca) no contrajo su cáncer de pulmón a causa  de la denostada costumbre, sino… ¡a causa de su afición a los coches!...saben vds. que el actor rodaba, sin ayuda de “especialistas”, todas las escenas automovilísticas (muchas) de sus películas. Para curarse en salud (¡¡) la productora le obligaba a usas trajes ignífugos, con altísimo contenido de sustancias cancerígenas (asbesto)…etc…etc

2.
Y a propósito de “(et) cétera”, tal día como hoy del año 1944, nació en el sur de Chicago, Peter P. Cetera… ¡ya saben!...el líder de “Chicago”, esos pesados horteras y pretenciosos que tuvieron una cierta resonancia en los 70… ¡aunque el tenor-barítono prolonga su historia, algunas décadas más!  De todo su extensísimo repertorio, elijo la “pieza” (¿) más corta y más descriptiva: “Ansiety’s moments”, que es justamente lo que siento al oírla. Me dan ganas de fumarme una cajetilla (¡en 1’!) y que sea lo que dios (¿) quiera…¡de perdidos, al río!

 


Para comer: surtido de ahumados.


3.
Miguel Ángel da el primer golpe a la pieza de la que extraerá el “David”: “Todo está en todo”…¡Basta con quitar lo que sobra!

 





RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...