Dios nació, YA, eterno…pero era su eternidad tan vacía que más pareció
castigo que gloria; eternidad maciza…sin
más atributos que ella misma. Simple vaciedad. Exigía la divinidad: interna
complejidad… para pasar, entretenida, “las largas noches de invierno.
Desde el principio se le dotó, también, con la Omnipotencia…inútil, por
falta de intermediarios.
De tal manera que Dios pasó eones Eterno y Omnipotente y sin poder
manifestar ni lo uno, por que el tiempo no existía, ni lo segundo, por falta de
mediaciones.
Los humanos, deseosos de un Dios feliz y de respuestas a su
desvalimiento…formularon las preguntas y las respondieron diseñando una divinidad
compleja y entrometida: Se idearon emanaciones e hipóstasis…El UNO emana
perfección como la luz emana claridad. Y la claridad se derrama como el cava
que “cataratea” de una copa a la
inferior…hasta que se derrama sobre el suelo del comedor dejándolo hecho unos
zorros
Nos situamos en esta construcción de la complejidad divina.
El misterio (que no el enigma) de la “Trinidad”
(y la “Encarnación Redentora” que
incluye) es el núcleo de la creencia cristiana y hasta que no estuvo
perfectamente definido no hubo paz y mientras no lo estuvo no cesaron las
disputas.
Este proceso de clarificación teológica exigió la celebración de
Concilios Ecuménicos (y locales) que dirimieran la ortodoxia. Los cuatro
primeros (todos Orientales) establecieron, de una vez para siempre nuestra idea
(cristiano-católica) de Dios: su entramado interno y su relación con nosotros.
Así que ahora creemos que Dios es UNO y TRINO…Un solo Dios verdadero y
tres “personas” distintas. Las tres
personas son consustanciales.
Después de que el concilio de Nicea y el primero de Constantinopla
establecieran el “Credo Niceoconstantinopolitano” y tras el “latrocinio” de Éfeso, el Concilio de
Calcedonia estableció el mencionado Credo como normativo (dogma).
Fue en el Concilio de Calcedonia (comenzado tal día como hoy, del año 451)
donde, por fin, la curia supo a qué atenerse: Si hay tres personas, son
necesarios tres calzoncillos. Es de resaltar que no fue hasta el concilio de
Nikea (Nike) que a los eclesiásticos les dio por la ropa interior. Antes de
Nike…les colgaba el badajo, como símbolo de religiosidad y para facilitar los
embates de la carne… Pues, sabrán vds. que en el Concilio de Nikea (325) aún no
había arraigado profundamente (nunca lo haría) la norma-ley (que no dogma) del
celibato del clero. La norma se estableció en el “concilio”
local de Elvira (¿315?…fecha incierta), cerca de Granada…
Y tiene guasa que adoptaran ese canon,
precisamente, en el primer concilio con nombre de mujer…después vinieron los de
Constanza y el de Florencia.
Viene al pelo citar las santas que hoy recuerda la Santa Madre Iglesia:
Santa Benedicta: Virgen y mártir.
Santa Lorenza: Virgen y máritir.
Santa Pelagia: Ni virgen, ni mártir. Tras una juventud licenciosa, se
arrepintió.
Santa Plena: Virgen.
Santa Reparada: Virgen y mártir (patrona de Begur)
Santa Regenfrida: Abadesa… (¿qué se puede ser con ese nombre?)
Los nombres explican el martirio y la virginidad…y ¡también el celibato!
Aprovecharon el concilio de Calcedonia para cambiar de marca.
Arrio (y
doctrinas de corte “arriano”) negaba,
de una manera u
otra, la existencia de las tres personas divinas…
otra, la existencia de las tres personas divinas…
"Dios no siempre fue Padre" sino que "hubo
un tiempo en que Dios
estaba solo y aún no era Padre, pero después se convirtió en
Padre." "El Hijo no
existió siempre;" pues, así como todas las cosas
se hicieron de la
nada, y todas las criaturas y obras existentes
fueron hechas, también la
Palabra de Dios misma fue "hecha de
la
nada" y "hubo un tiempo en que no existió" y "Él no existió antes
de su origen",
sino que Él y otros "tuvo un origen de creación".
Pues Dios,
dice, "estaba solo, y la Palabra aún
no era, ni tampoco
la Sabiduría.
Entonces, al desear darnos forma, Él hizo a cierto ser
y lo llamó Palabra,
Sabiduría e Hijo, para que pudiera darnos
forma por medio de Él"
Atanasio de Alejandría, Primer discurso contra los
arrianos
Otros defendían la idea de que Cristo, de
naturaleza divina, se encarnó en el cuerpo del hombre Jesús y lo abandonó un
poco antes de cascarla…de tal manera que Dios no murió en la cruz.
Otros negaban la doble “procesión” del
Espíritu.
Por si fuera poco los había que defendía la naturaleza
femenina del Espíritu Santo…por lo que convenía aclarar muy bien las cosas.
Las “Disputas Cristológicas” las
dejaremos para otra ocasión; bástenos, por el momento, con mencionar su
existencia y las sutilezas que encierran. Recuerden vds. la controversia “Filioque” que costó un Cisma.
Aclarado el tema (hacían falta tres calzoncillos…¡uno para cada persona!) pasaron al tema del diseño, para lo cual se celebró una “tormenta de ideas”, en la que se puso de manifiesto las íntimas querencias de los presentes:
Con respecto al corte: modelo tanga, modelo paleta,
tipo “bóxer”, calzoncillo pulguero, tipo pantaloncito.
Con respecto a los colores la variedad no fue
menor: rosa, blanco, azul… y hasta ¡negro! Un avanzado a su tiempo propuso toda
la gama de la orquídea Cymbidium “Procol Harum” (en honor de Barry J.
Wilson de “Procol Harum”, que nos dejó hace 13 años)
En lo que hacía referencia al material, se propuso
la seda, el esparto, el lino, el cáñamo, tallados en piedra del lugar…un
eremita con mucho predicamento, propuso el hierro.
Y en lo que respectaba a detalles complementarios,
se habló de abertura delantera, trasera, ambas aberturas…uno de los obispos
propuso que se abrieran por los laterales.
Así pues, en el Concilio de Calcedonia, quedó
aclarado para siempre la cuestión de la ropa interior de las “personas
divinas” y, de paso, la de la curia: “calzoncillo pulguero de
color marrón” para el invierno y “tipo pantaloncito” para verano…En
las estaciones intermedias se dejó completa libertad de conciencia. La abertura
(puesto que se celebra el día de San Amor, ermitaño) siempre por delante y por
detrás. Y el material dependería de los posibles de cada uno de los usuarios.
Hubo un voto particular que, citando a Derrida
(muerto tal día como hoy, del año 2004): “Por
fiel que uno quiera ser, nunca deja de traicionar la singularidad del otro a
quien se dirige”, propuso la total libertad de conciencia en todos
los aspectos del tema.
DERIVACIONES (pueden ampliar el tema):
·
Duchamp:
“Le Grand Vidre”
·
Nietzsche: "Sobre el ascetismo".
Hoy, después de décadas…¡no he bebido ni gota!