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viernes, 6 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 6 de septiembre. W. Burroughs.
















Tal día como hoy, del año 1951, en el 122 de la calle Monterrey, cruce con Chihuahua, Williams Burroughs (W.B.) descerraja un tiro sobre la cándida cabeza de su mujer. La pareja (y los dos niños) se encontraban, desde hacía unos meses, en Ciudad de Méjico, huyendo de la policía de Tejas. Ya habían adquirido los rudimentos de la adicción y del desastre. La mujer era una adicta a la benzedrina (diagnosticada: “psicosis anfetaínica”) y el hombre le daba a TODO. Implicados en proyectos de tráfico, en asesinatos ajenos…vivían en los márgenes peligrosos del peligro. Y se amaban a su manera… ¡con locura!

Para todo el grupo (Kerouac, Ginsberg, Neal Cassady…) Méjico era irresistible…por razones evidentes. Así que iban y venían. “On the road”, su gran viaje iniciático termina allí. De camino han visitado a Old Bull Lee (W.B.) y familia en Algiers, entre los fangosos meandros del Misisipi. Sabemos de su afición a las armas de fuego y a todo tipo de drogas y por el “acumulador de orgones” (W. Reich) Por entonces “Jack the dripper”, embardunaba lienzos con pasión de espadachín y W.B. disparaba cartuchos de color con furia asesina. Y balines contra los corchos de los tubos de benzedrina.  Siempre (¿por azar?) le persiguió la imagen de alguien que, borracho, dispara contra su mujer. Escena primigenia…generadora.

¡Lean vds. las páginas correspondientes de “On the road”!... (y las cartas posteriores,
desde Tánger, a Ginsberg). La obra de Kerouac fue concluida en 1951, poco antes de la escena que nos entretiene… Hay una cierta fatalidad en el asunto. O un ejemplo de profecía auto-cumplida.

W. B., ni en Méjico, ni en Tánger, sintió el más mínimo interés por las gentes del lugar (excepción hecha de la utilidad)…así que en Ciudad de Méjico acostumbraba a frecuentar casas de americanos. El día seis de septiembre de 1951, acudieron, Joan y él, al apartamento nº 10. Del nº 122 de la calle Monterrey, no lejos de su domicilio (Oribaza 210, también en la colonia Roma). La portera del edificio afirma que fue en el 8:

“El apartamento 10 no tiene timbre. Una, dos, tres llamadas y se asoma el rostro sudado de una mujer concentrada en labores del hogar. Hace mueca de molestia.
“Aquí no fue, siempre vienen a preguntar, pero fue en el departamento ocho. Quien sabe la historia es la portera, la señora Salomé”, dice la vecina, quien evade dar su nombre. Salomé vive en la planta baja. Una viejita pequeña, de cabello cano recortado y anteojos que inspira ternura. Tendrá unos 80 años.
“No fui yo —explica—, fue mi cuñada, María Cervantes, quien vio todo eso. Fue en los cincuenta, pero ella ya está muy mayor y vive en Puebla. Antes esto era un hotel y se rentaban los apartamentos, fue cuando pasó lo del balazo. Ella trabajaba aquí con la dueña, una Juanita no sé qué. Es lo que sé”.

Juana Peñaloza, esa es la “Juanita” de la que habla la vecina. Es el nombre que aparece en el expediente del caso como propietaria del apartamento en el que resultó muerta la muerta.

El edificio, “tirando a blanco”, huele a desgracia. Las malas hierbas florecen en las fisuras. Tres plantas y unos bajos ocupados por una imprenta-offset (amarillo mostaza) y un restaurante popular (ocre magenta). Defendido por obstáculos de toda condición: maceteros, parada de autobús, carteles indicativos de dirección, postes de la luz, árboles, cajas de semáforos…como si quisiera ocultar su pasado.

Los pasillos, lúgubres; el olor, rancio (comida y desperdicios); las paredes desconchadas; las ventanas que iluminan la escalera, desencajadas y con algún cristal roto. Antes era un hotel-apartamento. Ahora es propiedad horizontal. Tan horizontal como la muerte. 
Por los alrededores, tal como testifica el google-street, quedan jeringuillas rezagadas. 

Si estuviéramos en Méjico D.F. pongamos en el Zócalo, tomaríamos la “Diagonal 20 de noviembre”, enlazaríamos con la calle del “Dr. Eraso”,  para desembocar en “Chihuahua” que termina en “Monterrey”. Justo en la esquina está el edificio que buscamos. Llegaríamos echando los bofes. Allí, en el número 118, nos sentaríamos a la mesita en la acera de “Delicias de Hidalgo” (por el barrio), pediríamos un emparedado y una cervecita, y haríamos tiempo hasta las 3 de la tarde. Lo pasaríamos mejor con algunos aguardientes que amable y cantarinamente nos servirían.



A las tres entraría en el 122 una pareja (él inconfundible: ¡vean vds. las fotografías!). Y a las seis oiríamos un tiro. Aunque para esa hora estaríamos cocidos y sordos al mundo exterior.



Dentro, una mujer joven se vacía por un orificio de 7 milímetros practicado en la parte izquierda de su frente. ¡Qué sutil que es la vida! ¡Qué ligera!... ¡7 milímetros!... ¡29 gramos!...

La mujer, hasta el culo de bencedrina y alcohol, ha retado al hombre. Y el hombre hasta el culo de todo lo habido y por haber, recoge el reto: pone sobre la cabeza inestable de la mujer un vaso de ginebra “Oso Negro”, saca su revólver calibre 38, pide que le venden los ojos (“no soporto la sangre”) y dispara. La mujer gira sobre sí misma en un postrer esfuerzo por saber donde se encuentra. Hay desconcierto en su mirada e incredulidad… acertó a decir: “¡¡Has fallado!!”.
 
Los asistentes se desvanecieron euridicianamente. Y, cuando llegaron los sanitarios con la ambulancia, encontraron al pobre imbécil, con el revólver en la mano, la mirada fija en la asesinada y como asqueado por su pérdida de facultades. El apartamento parecía un campo de batalla, donde se hubiera guerreado a botellazos.

Fueron conducidos, aún con pulso, a la Cruz Roja de Polanco.  Ella llegó muerta.

El pistolero, deambulaba por los jardines de la Cruz Roja, declarándose culpable ante la corte celestial y ante la multitud de curiosos que habían acudido a curarse las primeras gripes de año. Allí lo detuvo la policía…y ahí empezó a tomar tierra. Fue conducido a la Agencia 8 del Ministerio Público, en la esquina de Cuauhtémoc y Obrero Mundial, en la Naverte (todavía en funciones).

Al día siguiente, Viernes 7 de septiembre, “La Prensa”, recogía esas espontáneas inculpaciones y, en la contraportada, bajo el título: “Quiso demostrar su puntería y mató a su mujer”, Luis C. Márquez se explayó en explicaciones y descripciones. Algo digno de Frida. Un crimen a la altura de la nación: ¡un tirito no máaas!
Esa misma noche, tarde, fue trasladado a la prisión de Lecumberri (actual Archivo de la Nación), bajo el acta nº 19961/51. Allí aceptó un abogado que le aconsejó cambiar toda la declaración que había hecho a la prensa. 

--“Pero… ¿Cómo voy a decir que se me fue el tiro si lo presenciaron varias personas.
-- Eso no impooorta. Se te fue el tiro… ¡no máaas!...  jugaaando, así como quien no quieeere.

Los periódicos recogieron la declaración definitiva:

‹‹Tengo 37 años de edad. Hace tres días llegué a México acompañado de mi esposa, con quien contraje matrimonio hace cinco años. A las 15 horas fuimos al apartamento 10 de las calles de Monterrey 122, con el fin de visitar a mi amigo Johnny Heally. Horas más tarde, todos estábamos borrachos. Saqué de un veliz mi pistola y la puse sobre la mesa; luego la tomé de nueva cuenta para demostrar a los presentes el manejo, y al estar jugando con ella, se produjo el disparo que hirió a mi esposa››.

El lunes 10 de septiembre a las 14’10 el juez Eduardo Urzáiz Jiménez, dicta sentencia: “Se decreta formal prisión del detenido W.S.B., como presunto responsable del delito de homicidio perpetrado en la persona de Joan Vollmer Burroughs…”

W. B. estuvo dos semanas en la cárcel mejicana…sembrando las semillas de sus próximos escritos (en la Introducción, posterior, a “Queer”, reconoció abiertamente que sin estos acontecimientos no habría llegado a ser escritor): ‹‹La muerte de Joan me puso en contacto con el invasor, el Espíritu Feo, y me embarcó en la lucha de toda la vida, en la que no he tenido más remedio que buscar la salida escribiendo…››.

 Salió exactamente a las 12’30 del 20 de septiembre  de 1951: “Queda libre bajo caución de efectivo de $ 20.000.00 en los términos del artículo 567 del Código de procedimientos Penales”.

¿Qué ocurrió para tan feliz resolución del caso?:... ¡Lo de siempre!...¡¡ La Mordida!!...Allí, desde la guardia de ronda hasta el presidente, ofrecían su cuello al vampiro.
El recurso de amparo presentado por su abogado no prosperó…Pero él ya había puesto pies en polvorosa. Sudamérica…Usa…Italia…TANGER.

El 14 de diciembre de 1953 su proceso penal fue cerrado: ‹‹El C. Juez determinó sufra dos años de prisión a partir de su reingreso, con abono de 13 días. Absuelto del pago de la reparación del daño. Amonestado. Por haber otorgado fianza para garantizar la condicional y haberse suspendido las penas impuestas QUEDE en Libertad››.

Todo esto está sacado del expediente (guardado  en el Archivo Histórico del Gobierno del DF) identificado con el número 9105. Del expediente, en cuya portada figura nombre y acusación, sólo quedan 18 hojas arruinadas por la dejadez y por un error inicial: fue registrado con el apellido “Burruges”… ¡y así no había manera!...

W.B. fue en busca de la “Ayahuasca” por las selvas de América del Sur, y empezó a escribir “Queer” (“Marica”) que publicaría en 1985, por razones, para mí, incomprensibles. Hasta la fecha sólo había publicado, en una editorial de mala muerte, “Yonki”: novela en primera persona…”novela de adicto”. Queer”, sin embargo, está escrita en tercera persona…”novela de síndrome de abstinencia”.

Después vendrían sus años de Tánger y “El almuerzo desnudo”…y ¡la cienciología!...y su ingreso en la “Academia Estadounidense de las Artes y las Letras” (1984)…PERO ESAS SON OTRAS HISTORIAS… ¡a las que volveremos!

Hay muchas películas con las que podríamos acabar el día y mucha música relacionada con el tema (Soft Machine…Doors…). Pero les recomiendo (¡para siempre!) UBU.COM  (UBU WEB)…Un verdadero regalo….¡DE NADA!







“...Amapola tras amapola
He decapitado todo el jardín
Así, algún día, en el seco verano,
Al filo del sembrado,
La muerte, como por distracción,
Segará mi cabeza”.


Marina Stvetseva... Tal día como hoy.









RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...