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viernes, 23 de agosto de 2013
Propuesta para la mañana de hoy, 23 de agosto. Miscelánea. Batolomé.
“Decíamos
ayer…”(*)
Otra cosa diferente es lo de “Funes, el memorioso”. Su incapacidad no
se deriva de la súbita complejidad del mundo ni de una repentina toma de
conciencia de que el lenguaje no puede abarcar la realidad. Lo de este hombre
es una deficiencia orgánica que le imposibilita para la formación de conceptos,
de tal manera que cada “individual”
ha roto los lazos con el género y la especie a la que debe pertenecer y
funciona a su aire, como “universal”
que abarca el mínimo “universo de
discurso” distinto a cero.
Decía Loos (*) que el “ornamento es
un delito”: Esta casa sería un crimen
con premeditación y alevosía. Claro que él se refería a elementos
estructurales. Pero YO puedo hacerlo extensivo a la cantidad de cachivaches y
simulacros que “adornan” cada uno de
los infinitos anaqueles y hornacinas de esta casa solitaria a la orilla de una
ría loca.
Aún no son las 11 de la mañana y ya
está Xosé sentado en el poyete de la entrada.
–Hoy
es un día grande, sr. Kino
–¿Mande?
–Si,
carallo, hoy hace 90 años de la
fundación del Celta; y yo, como “celtarra” de toda la vida, tengo el gusto de
celebrarlo con vd. Por eso le traigo esta olla de lacón con grelos y cachelos
–Buena idea, querido vecino:
precisamente anoche apuré los restos de la olla anterior.
Ya les decía yo que aquí se enteran
de todo. Xosé sabía que la olla me
duraría hasta la cena de anoche.
–“Del
monte, en la ladera / Por mi mano plantado tengo un huerto”(*) de donde saco
estos hermosos grelos y estas macizas patacas. El cochino lo tengo en la pocilga.
–“¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escon…(*)
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escon…(*)
–¡No
siga, Kino, no sabe vd. de la monotonía de las noches de invierno. Del deseo inaplazable
de oír una voz…¡aunque sea la de Vicky
Leandros (*), oiga!
–¡Qué
bien captó ese ritmo binario tan propio del alma teutónica!
–Vd. dirá lo que quiera, sr. Kino– (¡Oh…no! ¡ya empezamos!....) Pero lo de Molotov y Ribbentrop, teutónico, (*) fue una cochinada en toda regla. Y sobre todo las cláusulas secretas sobre Polonia, Finlandia y los países bálticos.
––Yo
no digo nada, Xosé, no tengo opinión formada. De todas maneras Stalin debería
pensar en que la URSS no estaba preparada para enfrentarse a la maquinaria
alemana y quería ganar tiempo.
–Y
con eso desarmó a la izquierda europea en su lucha contra el fascismo. ¿No
tendría vd. un café con unas gotitas?
–¡Hecho!
…¿o le preparo un cóctel?
Con la página 23 de la “Voz de Galicia” preparo una melita. Saco
una botella del “Afilador”.
Si vds. quisieran profundizar
ligeramente (¿) en las circunstancias y consecuencias del pacto, les remito a las páginas 590 y s.s. de “La estética de la resistencia” (Peter Weiss). Como está “novelado” y tal… resulta más
comprensible y ameno (¡¡).
Sobrepasamos la del “ángelus”. Le digo a Xosé que quiero
hacer un poco de “canoa” (¡¡) y
aprovechar ahora que hay agua en la ría para acercarme al Porto do Barqueiro.
Se ríe. Bajo al almacén y salgo con la
canoa puesta como gorro de legionario. Napoleón siempre se ponía el gorro al
revés. Así de cruzado. Bajo a la orilla de la ría. Sé que Xosé me observa. Pongo la canoa en la ría. Veo como se aleja
(recordándome que, tal día como hoy, de 1942, empezó la batalla de
Stalingrado) e inmediatamente saco la canoa del agua, la meto en su sitio, cojo
el coche y en un cuarto de hora estoy en la barra del bar-barco departiendo con
el veleidoso cantinero.
–¡Hombre,
el señor bilioso!
–Veo
que me recuerda.
–Vd.
es inconfundible. Respira más melancolía que la “sirenita”(*) de Copenhagen ¿se dice así? ¡¿No habrá venido a celebrar la Paz
de Praga!?(*). Ni a rememorar la
batalla de Sadowa ¿verdad?
–Eso
que dice me duele. Ya sabe Vd. de mi pasión por el Imperio Austrohúngaro. Pero
no, no vengo a discutir cuestiones históricas. Vengo a comerme un bocadillo de
atún con olivas y con pimiento morrón ¡en condiciones!
–¡Hecho!
En otro tiempo hubiera reconocido
la música-ambiente. Ahora no reconozco ni los instrumentos. Los / las clientes
/ clientas lucen un moreno envidiable y una ropa de playa axiomática. Departen.
Y yo deambulando sólo por el mundo. Comiendo bocatas de atún con olivas en los
sitios más recónditos. Pimplando combinados añejos en lugares arcanos. Pese a
que una fuerza me impele a entablar relaciones con mis semejantes, mis
prójimos, sin embargo, desaíran esta propensión. ¿Ven vds.? Ahora las aguas se
retiran…esto es un sin dios (¿).
Lo que más me martiriza de todo es
que en estos momentos, en mi pueblo, al amparo de san Bartolomé, se estarán
comiendo, gratis, bocadillos de jamón, en una fiesta en cuyo origen tuve un
papel decisivo. Ahora es el acto “rey”.
El centro de gravedad de una semana ingrávida. El bocata es lo de menos, el
negocio lo hacen los bares con el “Jumilla”,
los “tegüis” y los cubatas de ron
(`por ese orden). Según avanza la tarde, se calienta el ambiente. Por la noche,
a 36 grados, la cosa hierve. Cada año igual. Y no se aprende. Más heridos que
en la famosa “noche de san Bartolomé” (*). De momento no ha muerto nadie.
Pero cientos, en el último instante, han podido retener su alma (¿) cuando ya
se iba a los reinos escatológicos. Multitud los que han contado la manida
experiencia del túnel (con la luz al fondo)…como si se tratara de un análisis
económico. En esto no hay distinción de religiones. He de decir que un tercio
de la población es magrebí, de los cuales el 90 % pimpla como un indígena
cualquiera. Y la experiencia del túnel es universal. Varía en énfasis. No se
trata de una trifulca de religión sino de simples reyertas, en las que,
lorquianamente, brillan navajas de Albacete y astillados bordes de vasos de
tubo. La “noche de san Bartolomé”, en
mi pueblo, tiene un carácter festivo indiscutible: todos los centros de
asistencia primaria de la “contorná” se
saturan de aspirantes a suturaciones. La mañana del santo patrón (el 24) aquello parece la sección de rehabilitación de un hospital de campaña de la Gran Guerra.
San Bartolomé ha sido merecedor de
siete páginas en la “Leyenda…” de
Santiago de la Vorágine. Sus múltiples muertes ocuparían volúmenes: que si
decapitado, que si despejado vivo, que si crucificado…Lo pasó mal de verdad.
Aunque la verdad, no sé qué le impulsó a ir a la India, donde hay más santos
por metro cuadrado de todo el universo-mundo. Muchas muertes ha habido por sus
reliquias…y en alguna parte he hecho referencia a tales sucesos…
En fin el carajillo con remolque (de
lo que sea, menos de “Duque de Alba”*)…
¡a su salud!
–Que
sepa Vd. que en mi pueblo, hoy…gratis…jamón
(los moros lo piden de atún con olivas)…carajillos…
–¡Tira
que te meto!
Nada más que hablar… ¡en un cuarto
de hora estoy en la casa!
Sepan vds. que si ponen a su hijo “Bartolomé” (Bartolo) y están censados en
la localidad, el ayuntamiento les premiará con 3.000 euros. ¡Una cantidad que
no llegará ni al 10 % de lo perderá su retoño, portador de ese apelativo!
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