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jueves, 23 de mayo de 2013

Propuesta para hoy, día 23 de mayo. 3r. día de la “Semana Sangrienta”.




 ELISÉE RÉCLUS (traducción, puntuación  e intromisiones mías).

“ (Anoche) no fui a dormir a mi casa por miedo a ser detenido…he preferido pasarla con mis amigos del Fauburg du Temple…¡para recalentarme con su entusiasmo y templar mi alma entristecida con el contacto de su viril y áspera voluntad. Y, además…¡para decirles adiós para siempre!
Somos marineros en un barco que hace agua durante una tormenta y que de cada cuarto hora se hunde más y más…

Apoyados sobre el parapeto de delante, miramos las olas que desde el fondo del horizonte, acuden, gritando, espumeantes de rabia y de dolor. ¿Será la primera la que nos arrastrará al fondo sombrío?... ¿será la segunda?...¿será la cuarta?...En este mar trastornado de París puede que hoy haya que morir…puede que mañana…puede que pasado mañana. No importa ¡no habrá sido en vano!...y aunque hubiera sido en vano (…) la Naturaleza es avara en frutos y pródiga en flores… ¡cuántos brotes abortados!... ¡cuántas flores marchitas y quemadas!...¡cuántos frutos caen antes de la madurez o, después, podridos (…) !Qué razón tenía Girondin cuando, antes de ser guillotinado, escribió: “La Revolución es como Saturno, devora a sus hijos!” ….(Pero para hacerlos renacer) (…) Es ley de vida…protestar contra la ley es protestar contra la vida (…)¡ que añoraremos!

Aceptamos la necesidad, aceptamos la cosa misteriosa que, luminosa, se llama vida, y, sombría, llamamos muerte…Puesto que amamos la vida tal cual es… ¡nada le reprochamos!...¡Vamos, adelante!...¡Adelante hasta que se pueda!

En Belleville (hay) gran movimiento. La situación es seria, pero no completamente siniestra (Mao dirá: “La situación es desesperada, pero no grave”)…Sí, es cierto…allá abajo se distingue sin esfuerzo una desmoralización amarga y profunda…Pero también es cierto que se observan comportamientos viriles y resueltos…palabras limpias y vibrantes.

En una compañía que iba a colocarse tras una barricada, vi una mujer marchando al paso sin decir nada; el padre llevaba al niño en sus brazos…

¡Ah, Thiers, pequeño Thiers  y vosotros, Jules Favre y Jules Simon… ¡Cómo os desprecio!!.

(Sobre las diez de la mañana, en su recorrido, se acerca hasta la iglesia neo-gótica de Belleville donde un joven vicario mostachudo, introducirá a la feligresía (jóvenes de buena familia) en los misterios del catecismo Católico, Apostólico y Romano…Se explayará sobre los fuegos eternos del Infierno y para hacer comprensible (¿) la eternidad, hablará de los granitos de arena de las playas de las Landas o de San Agustín intentando meter todo el mar en un pequeño agujero que habría cavado en la playa…o lo del gorrión (¿!) que rozara con su pico…etc…etc… después les hablará de la persecución sufrida durante los dos meses (ejemplares) de la Comuna y la comparará con las de Domiciano ( u otros bienhechores de la humanidad)).

Desde lo alto de la Butte Chaumont, donde se están colocando los cañones en batería, la vista sobre París me impacta (…) “¡Es hermoso y feo!” (…)  los espectadores hablan poco…tienen el corazón en un puño…

(la Belleza del último día…la próxima destrucción lo convierte todo parte del paraíso perdido… ¡Nunca más volveremos a ver París!...¡No nos quedará ni París!).

Desde lo alto el individuo se confunde con la masa…”la presencia de este terrible y fiero insecto sólo se revela por las humaredas blancas, azules o negras. Las blancas provienen de la pólvora en explosión, cañonazos y mosquetería; hemos visto bombas y obuses de los de Versalles prender sobre el Ministerio de Finanzas, que arde desde ayer por la mañana, y sobre el Ministerio de Guerra que también se quema. El partido del Orden hace su entrada con la bayoneta que mata, el obús que se estrella y la bomba que incendia” (…)

Es imposible, para un espectador ignorante de estrategias, seguir las peripecias de la lucha (…) Distingo que Montmartre está siendo atacado por tres costados a la vez… ¡no durará mucho!...Después vendrá la Butte Chaumont (donde estamos ahora)…después, Belleville…después Père Lachaise y después ¿se habrá acabado todo!... (¡la clavó!)…Esto se adivina, no se ve. (…) se percibe como se perciben ladridos en granjas lejanas…

Es así como contemplo, con ojos secos, uno de los más horribles espectáculos que el hombre pueda contemplar (…)

Sobre un acontecimiento que decidirá, sin duda, por 15 ó 20 años la marcha y dirección de la Idea, la historia depositará un juicio terrible. Frente a esta inmensidad, frente al enorme desplome que se prepara, uno se asombra de que se pueda desear ser uno de los actores del gran drama social, y se siente cuán vano es, cuán ridículamente impotente, la voluntad de un individuo, el esfuerzo de una conciencia recta, queriendo intervenir en estos gigantescos cataclismos.

En la barricada de la parte alta de la Rue de la Fayette, he sido detenido por un grupo de bravos guardias nacionales, que encontraban, con razón que mi “pase” era insuficiente (faltaba el DNI)…se me ha visto acarrear adoquines en varias barricadas, dicen, pero…¡podría ser un ardid de espía) (…) no protesto, ni aduzco mi afección a la Comuna…Me pasan al Comisariado de policía del Distrito…Mientras me conducen
(de forma amistosa…¡les entra sed!...se detienen en una taberna amiga y le ofrecen un trago…¡no, gracias!...insisten!...¡bueno tomaré un vaso de agua azucarada!. Los guardias beben vino rebajado con agua y no repiten.  Se bebe sin mediar palabra…¡es pura necesidad!...¡sed!...Se limpian con el dorso de la mano y no permiten que pague el distinguido individuo que llevan al Comisariado).

En la Comisaría (¿)relatan en voz baja los pormenores del caso…el ciudadano comisario frunce el ceño y me dirige algunas preguntas a las que contesto discretamente (…) ¡¡Puede seguir en libertad!!. Saludo, agradezco el gesto y me voy sin decir nada. El cautiverio no ha durado ni una hora.
(su deambular le lleva hacia la Bourse). Las caras son sombrías…un grupo de reaccionarios ríe a mandíbula batiente  de una historia sobre chinos. En los kioskos só lo se venden tres diarios reaccionarios 

(que relatan la hazañas de los de Versalles contra la horda de bandidos de la Comuna  y dos tibiamente reaccionarios que se ofrecen en la parte menos visible: “La Verité” Y “Le Rappel”…pese a su calculada y mendaz tibieza… ¡todos!, incluídos, naturalmente, redactores, serán posteriormente detenidos e ingresados en prisión: “Así paga el diablo a quién bien le sirve”).

Avanzaba apenado. En cada barricada debía mostrar mi “pase” (sin DNI)…detengo mi recorrido por los barrios y por las barricadas…
“¡Qué bello está el puente de Bercy!”

( y se muere de tristeza describiendo la belleza desolada, llena de colores complementarios y de brumas impresionistas, de este anochecer sangriento. Violetas con amarillos…rojos con verdes…perfiles inciertos…torres humeantes  coronadas, cada una de ellas, por deshilachadas banderas rojas).


..............................................JULES VALLÈS… ( puntuación e interrupciones mías).

Martes a las cinco de la mañana: Ha empezado la batalla en el Panthéon.

¡Ah, qué triste es ver, a la luz del sol naciente, esas camillas repletas de púrpura humana! (…seguimos con los colores complementarios…) Son los heridos de la parte alta (Rue Varin, boulevard Arago) que son transportados a las enfermerías de campaña. He dormido en no sé qué lugar de la alcaldía; (…)El panadero está allí, tras esas planchas, y un riachuelo ha traído hasta mis pies pedazos de paja enrojecida.

(…) He tomado el camino de las barricadas. Pero, mientras tanto, comandantes y capitanes me detienen, agarrándome las manos o los faldones de la levita, para pedirme municiones, pan, consejos…y, algunos, un discurso.

Los hay que amenazan:
--¡Como si la Comuna tuviera, todavía, derecho a levantar la voz!
Ah!,¡me desanimo!...y nadie está ahí para consolarme y sostenerme, para compartir mi paso. De los miembros elegidos por el barrio para la Comuna no he visto más que A Règère, asaltado, raptado, ahogado en la municipalidad y a Jourde, que ha venido un momento, pero que tiene muchas otras responsabilidades sobre sus hombros. Él es quien tiene los últimos escudos que alimentarán la insurrección, quien paga los víveres que, los más decididos reclaman a gritos (…)

(La gente lo confunde con un confidente y quieren lincharlo…¡y todo porque se ha afeitado!...Gracias a un compañero se resuelve la situación…y los perdones correspondientes…Una copita y todos tan amigos…y , ahora todos quieren apretar la zarpa de la única franja escarlata que se ve por el barrio…)

Apenas he tenido tiempo, desde que ha comenzado la lucha, de ir a ver cómo van las defensas…me llaman y me vuelven a llamar…la mayor parte de las veces porque se hablaba de traición (vida o muerte…justicia sumaria)
Sin embargo, que yo sepa, no ha habido más muertes que la del panadero. Se dice que han fusilado al comandante Pavía, sin hacer ruido, en un patio, por temor a que yo lo salvara; pero su cuerpo no ha sido hallado.
(…) suena el tambor. Estoy cerca de él y sus vibraciones resuenan en mi corazón…¡mi piel se estremece con sus redobles!...por el camino, unos hombres que han oído el tambor, me reclaman.
--¡Es preciso que venga vd.!... Versalles tiene espías en la alcaldía del VI. Están en contacto con los que han tomado Montparnasse. Me llamo Salvador, debe conocerme, me oyó hablar en el club de la escuela de Medicina. Créame, síganos…en la esquina de Bréa cualquiera puede tomar su sitio…pero en Saint- Sulpice le escucharán a vd.
--Si es necesario…¡váyase!, me ha dicho el mismísimo capitán de los hijos del Père Duchêne.(…)

(Idas y venidas…se habla de hacer saltar el Panthéon…los obuses estallan…el olor a pólvora se extiende…un cura se escabulle como una rata…se santigua con los dedos juntos y escupe por entre los dientes…¡menudo pájaro!)

La calle está desierta y lúgubre, llena tan sólo de los trozos de plomo fundido que corren por delante y por detrás de nosotros (…) Las casa están cerradas. Todas las fachadas sin mirada…parecen enores rostros de ciego. En un rincón, un ciego auténtico, con su perro a los pies, dice lastimeramente: ¡Por favor una caridad!.
¡Oh, mendigo, que no dejas tu platillo ni siquiera bajo el cañón! ¡Autómata construido por la cobardía que tienes la impasibilidad de un héroe!, y cuyo grito gutural surge, monótono entre esa tempestad humana, implacable en esta lucha sin piedad.
Está allí, contra la columna de la Iglesia, como una estatua (de la Enfermedad y la Miseria), erguido en el centro de un mundo que había soñado curar las heridas y liberar a los pobres.
¡Le damos unas monedas! Los hombres que quieren luchar desechan los sueldos y mendigan cartuchos.
--¡Gracias, buena gente!

............................................................LOUIS MICHEL  (traducido de Eric Hazan)



                                                
“Dombrowski pasa con sus oficiales. Estamos perdido, me dice. ¡No!, le contesto. Cuando pasó de nuevo fue sobre una camilla…¡estaba muerto! (…) Era el 23 de mayo, acababa de ser derribado en la barricada de la calle Myrtha”. (Su cuerpo fue (transportado al Père- Lachaise para recibir, allí, los honores…pero en el trayecto) “los federados…habían parado el cortejo y colocado el cadáver al pie de la columna de Julio. Los hombres, con antorchas en el puño, formaron a su alrededor una capilla ardiente, y los federados vinieron, uno tras otro, a poner un beso sobre la frente del general”.
Wroblewski, también polaco e insurgente, fue el único, en toda la semana sangrienta, en contraatacar a partir de la Butte-aux-Cailles que defendía con el 101 batallón…un ejército de desperdicios sociales, de fieras indisciplinadas que sólo obedecían a  la voz del polaco.


No hay más que decir….El cerco se cierra…¡pobres de los que queden!
Sólo, que bajo el nombre de batallón Dobrowski (hasta su incorporación, tras constituirse las Brigadas internacionales, en la Centuria Comuna de París), miles de polacos, en su mayoría exilados en Bélgica y Francia, dieron su vida en defensa de la Revolución española del 36…Desde el Jarama hasta el Ebro, pasando por Brihuega, Teruel y todo el frente de Aragón…En su honor debería, en la “franja”, estudiarse polaco como segunda lengua. 

¡Viva el Internacionalismo proletario!.


                             

miércoles, 22 de mayo de 2013

Propuesta para hoy, día 22 de mayo. 2º día de la “Semana Sangrienta”





 DEJAMOS QUE HABLE VINGTRAS (VALLÈS)…con su prosa característica:

--“¡En pie!” 

Es Lisbonne quien nos sacude.

--¿Hay alguna novedad?
--Casi nada…¡Acaba de llegar un regimiento regular! ¡Carajo…desde aquí pueden verse los pantalones rojos!

Un poco de fiebre (…) Un estremecimiento, es el frescor del alba. Una oleada de melancolía en el corazón…es la visión del cielo descolorido.

--¿Dónde está mi fajín?

Los hombres se apelotonan a nuestro alrededor.

--¡Dígales cuatro palabras!, murmura Lisbonne que sacude su camisa y acaba de abrocharse el cinturón.

He pronunciado un breve discurso y he ido a ocupar mi puesto, en un ángulo de la barricada (…)
Lisbonne ha subido sobre adoquines…pueden verlo perfectamente desde el fondo de la calle. Habla, a su vez, revolucionariamente y termina con un gesto de orador romano (…) Longevin se asombra al verme sonreir. En efecto un relámpago divertido ha cruzado mis labios al reconocer al actor en el héroe (…)

¡Decorado a parte, el coronel Lisbonne ha sido sencillo, franco y orgulloso!

                             
Ha vuelto a trepar de un salto sobre los adoquines y, volviéndose hacia los de Versalles, ha gritado: ¡Viva la Comuna!

--Ahora…¡manos a la obra!
--Aquí falta algo…dice un guardia.
--¡Las piedras no han sido bien colocadas!...añade otro.
--¿Es cierto que nos quedan pocas municiones?...pregunta un tercero.

Las lamentaciones surgen de todas partes. El rumor va creciendo. No son los soldados quienes disparan. Son los nuestros los que tiran sobre nosotros con palabras de reproche y de cólera.

--Estamos cansados…hace semanas que estamos aquí…¡Queremos volver a ver a nuestras mujeres!...¡No se ha tomado ninguna precaución!

Para corroborarlo, nos enseñan la brecha de la barricada (…) por este agujero se marchará todo el valor del batallón.

…¿Es que falta valor?...

¡No!...¡Es el amor al hogar que despierta en sus entrañas! Se quiere abrazar al hijo, acariciar a la mujer, antes de hundirse en lo desconocido de la batalla suprema, sobre los adoquines de este París donde se prefiere morir…si esto es el fin.
¡No son hombres de cuartel!...¡no están acostumbrados a dormir en las cuadras!...Tienen familia…
Además temen nuestra ignorancia, no creen que dos gobernantes ( un periodista y un mecánico y ni siquiera este coronel, que antes era actor, sepan mandarles contra oficiales de verdad…de academia; venidos de Argelia…aguerridos, bronceados, disciplinados, dominantes…
Nos han desbordado: nos empujan hacia un hangar, donde se delibera con secas palabras y gestos furiosos.

--¿Dónde están las órdenes?...¿Qué plan tenemos? (…)
--Haría vd. mejor en marcharse, dice Lisbonne…¡son capaces de llevarle al paredón!...A mí me conocen y me aprecian un poco, yo intentaré retenerles.
--¡Un coche!
--Aquí está (…)
--¿No tiene vd. miedo de ir en el pescante, amigo?
--¡Miedo!?...¡Soy de Belleville! (…)

Silban las balas, el caballo sacude el lomo, el cochero se inclina y barbotea:

--No entrarán ciudadano…si cada cual defiende bien su barrio
--¡Esta idea es la que nos perderá! ¡Barrio por barrio…la república Social irá retrocediendo!

La tropa ha tirado hacia El Camp de Maret. La escuela Militar está desierta. El Ministerio de Guerra también…¡Se corren las carreras del desastre!.

--¡Todos están en Ayuntamiento!  me grita (…) un capitán.
--¡Nosotros vamos hacia allí! dicen los oficiales dirigiéndose a la plaza de la Grève (…)

En el Ayuntamiento están La Cécilia y otros veinte jefes de cuerpo o miembros de la Comuna. Las caras están sombrías; se habla casi en voz baja.

--¡Todo está perdido!
--¡Tráguese esas palabras, Vingtras! Es preciso gritar al pueblo que la ciudad será la tumba del ejército, reanimar el valor de su pecho y darle la orden de levantar barricadas.

Les explico lo que he visto…

--En la Puerta de Versalles es posible que hayan vacilado…pero verá vd. cómo en París se enfrentarán con los soldados mientras les queden municiones y artillería.
¡En París! Pero…¿qué dice París?...¡Sólo he contemplado, desde la salida del sol, el espectáculo de la derrota.
……………………………………………………………………………………………Al mediodía
¡Dónde tenía la cabeza! Creía que la ciudad parecería muerta antes de que la mataran. Y he aquí que intervienen las mujeres y los niños. Una bandera roja muy nueva, acaba de ser izaba por una hermosa muchacha, sobre los adoquines grises, y parece una amapola creciendo en una vieja pared…

--¡Su adoquín, ciudadano!





                           
Por todas partes, fiebre o, mejor dicho…¡salud! No se grita ni se bebe. Apenas, de vez en cuando, una ronda en el mostrador y, rápidamente, se secan los labios con el dorso de la mano y regresan a la tarea.

--¡Ha dudado vd. de nosotros demasiado pronto, camarada!...¡Regrese cuando esto abrase y verá vd. si somos cobardes!.

Las amapolas se estremecen…¡Ahora ya se puede morir!...

¡Ni un jefe!...nadie con galones ni con las borlas doradas de la Comuna (…) Casi tengo deseos de esconder el mío (…) por otra parte nadie les hace caso.

--¡Su lugar no es éste!...¡Vaya a buscar a los otros; constitúyanse en Consejo y decidan algo. ¿No han preparado nada?...¡Dios de Dios!...¡Trae aquí el cañón, François! ¡Eh, mujer, pasa las “peladillas!

No valgo nada ante esa acarreadora de obuses y ese empujador de cañón…¡Como portador de cinturón dorado, no les sirvo para nada!

……………………………………………………................En el Distrito V
Pero quizás quienes se han codeado conmigo desde que me defiendo contra la vida, estén contentos de volver a tener, erguido a su lado, en este instante supremo, al antiguo compañero de miserias y trabajos, al pobre diablo que, durante tanto tiempo, paseó por el Luxemburgo sus gastadas ropas.
(…) Los sobrinos de Proudhomme siempre han sentido repugnancia  ante las batallas donde su casaca se rozara con las blusas…donde el jefe de la barricada maltrata a los bachilleres si dificultan la maniobra o erraban el tiro.
¡Quién sabe! ¡Quizás si tienen a uno de los suyos como capitán serán más valerosos!
He corrido al Ayuntamiento.

--Gambon…¡pon el sello aquí debajo!
--¡Buena idea!, todos te conocen allí, en La Sorbona…¡Aquí tienes tu papel!...y ahora ¡dame un abrazo…nadie sabe lo que puede ocurrir!

(…) Nombrado como miembro del Comité de Salud Pública para dirigir la defensa del Panthéon.



No estoy muy fuerte en estrategia…¿Cómo se fortifica un barrio?...¿Cómo se colocan las piezas en batería?
(¿Qué nos han enseñado en las escuelas? …nada que tenga que ver con nuestra defensa contra la clase enemiga…Ni siquiera la existencia de las clases…¡inermes frente al enemigo!)

He encontrado gente que huía a esconderse, pero la mayoría se ha dispuesto a la lucha valerosamente. He tenido que firmar un montón de nombramientos…¡Son necesarios estos papeluchos para quienes tienen el orgullo de los veinte años!...se exponen a que los fusilen esta noche para tener, esta mañana un nombramiento de oficial para enseñar.

Sin embargo se han puesto manos a la obra, atrincherando, aprovisionando, repartiendo municiones y comprometiéndose hasta la muerte…¡esto es lo que hace falta!...
Si alguno de estos hijos de familia bien muere mañana asesinado o es deportado, será la semilla de la insurrección sembrada en el campo de los burgueses.

Oigo que no se habla bien del Consejo de la Comuna:

--¡Si hubiese sido más enérgica!
--Y si vd. Sr. Vingtras, no hubiera sido tan moderado (en su periódico)

(Suena una detonación…se dispara una pistola por descuido…me rasgan el abrigo…se liman las diferencias)…Los rencores se olvidan ante el enemigo que se acerca.
Está ya en la Estación de Montparnasse…¿¡y se dispone a atacar el barrio ¡?

--¿Y si le atacáramos nosotros?...

La idea surgió ayer noche, en el consejo de comandantes, propuesta por un antiguo compañero, también hombre de letras, que no cree en la estrategia clásica ni en la defensa tras las piedras.

--¡Avancemos y saquémosles de ahí!
--¡Es una locura! responden todos aquellos que han sido soldados.

Valiente locura…que puede desconcertar al enemigo…¡Y no mucho más peligrosa que la defensa pasiva!...pero el camarada y yo nos quedamos solos , con nuestro proyecto de locos, jurándonos llegar hasta el fin, hombro con hombro, cueste lo que cueste.

--¿Me promete que si recibo una herida demasiado cruel, acabará conmigo?
--¡Sí!...a condición de que haga vd. lo mismo conmigo.
--¡De acuerdo!

Es que el sufrimiento me da un miedo de mil demonios; por cobardía preferiría la muerte…

--¿Y cree vd. que sería más agradable ser trinchado vivo por una bayoneta?
--¡Trinchado!
--Amigo, estos soldados nos habrían agujereado ya, de haber podido, cuando predicábamos la guerra sin cuartel. Ahora nos arrancarán los ojos usando su sable como sacacorchos, porque por nuestra culpa que les han obligado a dejar sus pueblos.

Me aborda un combatiente:

--Ciudadano…¿quiere venir a ver cómo está hecho el cadáver de un traidor?
--¿Han ejecutado a alguien?
--¡Sí! A un panadero que ha acabado confesando.

He palidecido y el soldado me ha visto.

--¡Quizás hubiera preferido que le absolviéramos! Pero…¡Por Dios!...¿no se da vd. cuenta que romperle la cabeza a un Judas es salvar la cabeza a miles de los nuestros? Me horroriza la sangre y tengo las manos llenas de ella: ¡se ha aferrado a mí cuando le he dado el tiro de gracia! Pero…¿qué sucedería si no hubiese quien matara a los espías?

Otro ha intervenido en la conversación:

--Y eso no es todo…¡quiere vd. conservar las zarpas limpias para cuando esté ante el tribunal o ante la posteridad!...y somos nosotros, el pueblo, los obreros, quienes hemos de hacer siempre el trabajo sucio…Para que luego nos escupan encima…¿no es verdad?

¡Tiene razón este enfurecido!
Sí, queremos aparecer decentes ante la historia, no tener en las manos el olor del matadero.

………………………………………………ELISÉE RECLUS (inspirado en):
El  sábado día 20 medita sobre la cuestión de los rehenes: El arzobispo de París y toda su curia…¡Por un solo hombre!: ¡Blanqui!...Thiers  confía en lo que él considera debilidad de la Comuna y que es en realidad humanidad…no querer hacer más sangre de la necesaria…Thiers no hace caso ni del Papa, ni del embajador americano…¡ni de Dios!...¡Es la guerra y sólo la guerra!..¡La ley y sólo la Ley!...Puro odio de clase…¡Que destrocen al arzobispo y a su vicario y a la madre que los parió!…pero yo ¡arrancaré corazones por miles!...¡sacaré ojos suficientes para adornar miles de pavos reales!…





El domingo 21, ajeno a la ruptura de las fortificaciones, deposita la esperanza en las provincias que están pidiendo a Thiers que cese la guerra civil…Thiers está ciego de venganza por la gran cantidad de propiedades perdidas y le dan espasmos con sólo pensar lo que pueda pasar con el Banco de Francia. Su cerrazón asesina demuestra, además, la connivencia con los prusianos. Se equivoca Réclus de todas todas si piensa que nada puede ser peor de lo que ya ha pasado…¡De todas todas!

El lunes 22 se entera  de que los de Versalles han entrado en París:

“Los de Versalles han entrado…están en el Campo de Marte, en el Trocadero, en el Arco de Triunfo, en los Campos Elíseos…y avanzan sin parar. Llegan en masa. La traición les ha abierto las puertas. Dicen haber franqueado el recinto sin disparar ni un solo tiro. Los reaccionarios quieren que se libere el resto de la ciudad…Otro polvorín acaba de explotar. El humo de un enorme incendio ennegrece el cielo…No se sabe qué se está quemando (…) ¿Será verdad que ha llegado el fin?”

Los soldados llegan rápidamente a  La Concorde”.

Con un amigo bajan por la Rue de Saints-Pères…con el fin de alcanzar los puentes y enterarse de la situación en la “rive gauche”…al llegar a los muelles del Sena, un disparo casi le vuela la cabeza…francotiradores de la burguesía han adoptado la táctica que ya recomendara Blanqui…Los comuneros hacían sinceras   barricadas…la burguesía: ¡el tiro avergonzado… indiscriminado!
Una barricada de la Guardia Nacional les barra el paso…Intuyen que toda esta parte está perdida…No olvidemos que Vingtras resiste por la inmediaciones de La Sorbona.
Dan la vuelta y se entretienen por la parte noble del viejo París:

“(…)Se construyen barricadas …por ciudadanos inquietos, sombríos (…) contrasta con la mal disimulada alegría de tenderos, porteros, vendedores de objetos sagrados, beatos (y demás ralea)…dispuestos a denunciarnos en un futuro muy próximo”.

No hay orden de defensa. Defiende el que quiere, el que puede, cuando y como quiere. No hay dirección general centralizada…¡¡La sorpresa ha sido completa!!

La ”rive droit”, aunque la población de esta parte baja es reaccionaria (y se siente amenazada por la población de Montmartre, Belleville, Ménilmontant…) posee plazas fuertes donde la Guardia Nacional puede resistir: Tullerías, Louvre, el Ayuntamiento, Vêndomme, Bastilla.
El termómetro revolucionario de París sube o baja según la altura del barrio sobre el nivel del mar (que es el rio)

(Error: La Guardia Nacional debería haber vuelto sobre las puertas del sur y en una maniobra envolvente, haber rodeado a los “gubernamentales”…Haberles estrechado cada vez más el cerco…¡Exactamente como dentro de horas harán ellos con nosotros…!)

El ejército sube por “Concorde y Madeleine…hasta la Estación de Sint Lazàre y, siguiendo las vías del tren hasta el nuevo colegio de Chaptal, donde un batallón se ha unido al enemigo y dispara contra los civiles”…Alcanzan la Iglesia de la Trinidad….(pronto recibirán ayuda por el norte

En la Rue Ferme des Mathurins, guardias nacionales levantan una barricada ante el fuego mismo del enemigo…”y se reguardan tras de ella; se han dispuesto, sin frases, sin cánticos…a morir por la patria, calmada y sabiamente”.

Confirman lo que decía Valles…No se bebe…no se saltan a la torera las sagrada normas de la convivencia y cortesía.

Suenan cañonazos en el Boulevard des Capucines…Siguen levantándose barricadas…desde la Madeleine hasta Chàteau d’eau  (Republique)…Las calles están más desiertas que nunca…¡ni siquiera en S. Dénis ni en S. Martin (línea que separa los “dos Paris”)!

Pero…¡Allí!...”Cadenas humanas transportan adoquines y piden a los transeúntes que se unan…niños y jóvenes, contentos de no ir a la escuela, “juegan” su papel en la guerra civil” (…) Por la noche subo por el Faubourg du Temple…Actividad frenética…se ha construido mucho…Los hombre siguen fortificados…Las mujeres velan con la bayoneta calada”


……………………………………………………………….LOUISE MICHEL (traducción):




El 22 de mayo, cuando todo está perdido: 

 “ (…) los federados de la 61 nos reunimos en la puerta del ayuntamiento del distrito XVIII. ¡Venga vd.!, me dicen, vamos a morir, vd. estuvo con nosotros el primer día… ¡hay que estar, pues, el último!...Me voy con el destacamento al cementerio de Montmartre y , allí, tomamos posiciones…(que no duraron mucho)…los obuses deshojaban el cementerio…cada vez más numerosos…esta vez, el obús atravesando las ramas, cayó cerca de mí y me cubrió de flores…era cerca de la tumba de Murger…la figure blanche, jettant sur cette tombe des fleurs de marbre, faisait un effet charmant… Cada vez somos menos; nos replegamos sobre las barricadas…aún se mantienen.

Bandera roja a la cabeza, las mujeres pasaban; tenían su barricada en la Place Blânche…Más de 10.000 mujeres, en los días de mayo, dispersas o juntas, combatieron por la libertad”.

…………………………………………………………LISSAGARAY (adaptación algo libre):




Delescluze, recién elegido delegado de Guerra, lanza una proclama digna de los libertarios de Barcelona (E. Hazan): “¡Basta de militarismo!...¡Se han acabado los estados-mayores plagados de galones y dorados adornos!...¡Sitio para el pueblo, para los combatientes de brazo desnudo!...La hora de la guerra revolucionaria ha llegado…El pueblo no sabe nada de sabias maniobras. Pero cuando tiene un fusil en la mano, adoquines bajo sus pies, no teme para nada las estrategias de la escuela monárquica”.

Recomienda un ataque frontal…Salir de las barricadas (recuérdese la referencia de Vingtras).

Las barricadas se construyen rápidamente. La de la Rue de Rívoli que protegerá el Ayuntamiento, se endereza a la entrada de Saint Jacques, esquina con la calle Saint Dénis. Cincuenta obreros de oficio, construyen…los chiquillos transportan la tierra con carretillas…

En el distrito IX, las calles Aubert, Chaussée-d’Antin, Châteaudun, los Fauburg de Montmarte, de Notre- Dame-de-Lorette, de la Trinidad…la calle de los Mártires…levantan rápidamente el pavimento. Se taponan con barricadas las grandes vías de acceso: La Chapelle, Les Buttes-Chaumont, Belleville, Ménilmontant, la calle de la Roquette, los bulevares Voltaire y Richard-Lenoir, la Plaza del Château-d’Eau (de la República), los grandes bulevares, sobre todo a partir de la puerta de San Denis…. 

En la “rive gauche”, el bulevard de Saint Michel, en toda su longitud, el Panthéon, la calle Saint Jacques, los Gobelinos y los principales avenidas del XIII…(ya sabemos por Vingtras y por Reclus, el destino de esta zona)…La batalla decisiva se librará mañana, 23 de mayo.

Maroteau escribía en “La salud Pública” del 23 de mayo:  (en la Place Blanche) …”hay una barricada perfectamente construida y defendida por un batallón de mujeres…alrededor de 120. En el momento en el que llego, una forma negra  sale del hueco (lo que queda del derrumbe) de una puerta cochera. Es una joven con gorra frígia (¡¡) inclinada, con el “Chassepot” (fusil) en la mano, la cartuchera en los riñones: ¡Alto ahí, ciudadano, no se puede pasar!”.





RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...