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jueves, 2 de enero de 2014

Propuesta para hoy, día 2 de enero. "Toma de Granada". Perséfone. Morell. Galileo. Pontormo. "Réquiem".


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Tenía que llegar el día y llegó: Hegel ha mordido a un abuelo que salía del CAP. Caminaba encogido como una desorientada clave de fa. Por suerte iba arropado con un chaquetón de cartero, un tres cuartos que, en su caso, parecía un cuatro cuartos. El perro se ha quedado encallado en la manga y en qué nos hemos visto para desengancharlo. Ha sido una suerte que el abuelo tuviera buen talante y que el tabardo fuera de cuero de vaca vieja, o quizás por eso. En contra de lo normal, le ha dado un ataque de hipo. Y, así, a saltitos, nos hemos plantado en la cantina del Día para ver de solucionar el molesto hipido.


La anécdota no tiene moraleja ni nada, lo cuento tal como ha sido. Tampoco, creo, servirá para nada de cara a la correcta educación de perro. No, nada que iba, ha dicho, a por la vacuna de la gripe. ¿No es un poco tarde?, le he preguntado. Puede ser, me ha respondido, pero no sabía qué hacer esta mañana y me he dicho...

El cantinero del Día que, como Uds. saben, es un pozo de sabiduría y de sorpresas, nos ha recibido con sendos platitos con ¡cuatro! hermosos granos granates de granada, ese fruto colorado y coronado. Las luces del belén se confunden con la de la máquina tragaperras.



- ¿Y eso?
- Pero, bueno...¿en qué mundo vive Ud., querido Kino? Pensaba que su afición era más exhaustiva...
- ¿?
- ¿No sabe Ud. que hoy es 2 de enero?
- Sí, estimado cantinero, lo sé; pero la cosa no me dice nada al respecto de estos hermosos rubíes.
- ¡Es el día de la "Toma de Granada"! Y como yo, Ud. sabe, soy de Orce, pues eso... intento mediante este poético gesto arruinar la cutrez casposa de la celebración oficial y que el universo-mundo sepa que aquí, en el "cul d'Ocata", las cosas se hacen de otra manera.
- Pues, oiga, ya puestos... pónganos, por lo menos un cuarto.
-Es Ud. más ignorante de lo que pensaba, querido Kino...

Es la primera vez que el perro ve y oye como se insulta a su amo de una forma tan descarada. Me mira esperando órdenes. Del colmillo derecho le cuelga un jirón de piel de vaca vieja. El abuelo sigue con su hipo incontenible. Sobre la mesa los platillos con los granos de granada. En el aire, el suspense. El cantinero, sabedor, coge el trapo y limpia la barra a conciencia mientras nos mira de soslayo. Acabada la faena nos sirve unas copitas de orujo de hierbas que, dice, va mejor.



VOZ EN OFF:

Una hermosa mañana de primavera (como siempre), Perséfone, hija de Zeus, a quien, destronado Cronos, le había correspondido la supremacía, y de Deméter, diosa de la tierra en su faceta productiva, retozaba por los verdes prados de Enna (en la profunda Sicilia). La acompañaban, como siempre, algunas ninfas. La escena inicial es similar, para que se hagan Uds. una idea, a la de Eurídice y a la de Europa. Hades, a quien, destronado Cronos, le había correspondido el reino subterráneo, compuesto del siniestro Erebo y del aún mas siniestro Tártaro, recinto de los Titanes, se había enamorado de su graciosa sobrina Proserpina, pues así fue llamada por los romanos. Poseidón, el tercer hermano, a quien, destronado Cronos, le había correspondido el dominio de las aguas océanas, no intervino en la trama.

Zeus, por razones de consanguinidad, aceptó la situación y permitió que Hades raptara a su graciosa hija. Deméter, la suegra, se opuso con todas sus fuerzas, que eran muchas: las plantas se secaron, la tierra no produjo y una hambruna mortal se extendió por el universo-mundo. Los mortales, como es natural, morían... pero entre sufrimientos no previstos... y antes de la hora inicialmente estabecida. Zeus, compasivo, no tuvo más remedio que ceder y envió a Hermes, que servía para un roto y un descosido, a los infiernos con el fin de solucionar el litigio.

Mientras tanto las ninfas, por atolondradas, fueron convertidas en sirenas, que fueron, hasta el siglo IX, en que la iglesia las convirtió en mujeres-peces simbolo de la sensualidad resbaladiza, aves-mujeres de mal agüero.

Hades fue convencido, pero puso una aviesa condición: que antes de salir del subsuelo comiera cuatro dientes de granada, alimento de los muertos. Perséfone los comió gustosa, sin saber-sabiendo que eso la obligaría a volver cuatro meses al año al antro mortuorio. Cuatro meses en los que la tierra quedaría insensible, helada, muerta... a la espera de la fértil resurrección primaveral: "Si el grano de trigo no muere... etc...."

Y así se estableció el ritmo de las estaciones: una combinación eterna de muerte y resurrección amorosa. Y Perséfone se convirtió en el símbolo de la muerte y de la renovación de la tierra.

- ¡Ah, bribón! Ahora entiendo lo de los cuatro granitos... ¡quiere Ud. asegurarse la clientela!
- Bueno, sí. Pero no me dirán que no es mejor método que un carnet de fidelización por puntos, que te darían acceso, ya cirrótico y alopécico, a una batidora o a una plancha para el pelo.



El abuelo persiste en su hipo dentro de su tabardo destrozado. El perro, que algo sabe, espera que le cuenten por enésima vez lo del Can Cerbero. El suspense sigue suspendido. Los vasos son rellenados. Entra un cliente que nos desea a todos un feliz año. El suyo parece que ha empezado fatal, aunque nadie sabe cómo le fue el anterior. El bodeguero entra en la cocina y sale con unas hojitas de menta.

-Según Demócrito, dice, la menta masticada junto con los granos de granada, combaten el hipo. Olvídense Uds. de beber en posturas imposibles, de abstenerse de respirar o de recibir un susto de muerte, "persefónico", "proserpínico", por así decir.-Y, diciendo lo dicho, arrima el platito con el combinado a la zona de influencia del anciano, que se lleva a la boca los rubíes y las hojas de menta. Traga. Espera. Bebe un traguo de orujo y el hipo desaparece de forma mitológica. A lo lejos gime una sirena. ¡Feliz año nuevo!

-Con la venia, me atrevería a incorporar algunos datos a la cuestión, pues sepan Uds. que la voz en off se ha oído en todo Ocata. El primer granado lo plantó Afrodita, de ahi que Romeo cuando le canta la serenata a Julieta, lo haga "a la sombra del granado".
-¡Tariq Alí!- exclama el tabernero. Y saca un vasito para el recién llegado que, golpeando con fiereza el mármol, se lo lleva al gaznate con un prodigioso giro de muñeca, rubricando así, su pertinente aportación.

-Pues ya puestos, yo también diré algo -tercia el abuelo- Perséfone no era lo que podemos decir "amable". Al contrario. En un ataque de celos, redujo a la ninfa Menta a un hierba rastrera , esta que, precisamente, estoy masticando, y no contenta con eso, la chafó con furia. Hades hizo el resto.Y aprendió rápido a poner también curiosas condiciones.

-Y hay un perro con tres cabezas y una cola de serpiente- Hegel, dixit.

Nos vamos con la convicción de que la Unesco debería declarar la cantina del Día del "Cul d'Ocata" Patrimonio Cultural de la Humanidad. Dejamos al anciano, al recién llegado y al cantinero, debatiendo sobre las desventuras de Muley Hacén, de elevado nombre y rey de Granada, su hermano el Zagal y su hijo Boabdil. A lo lejos oímos algo así como: "Lo dejó ciego, sí. Le punzó los ojos..."

Ya en lo alto de la calle vuelvo la cabeza y suspiro con melancolía por tanto desperdicio de talento y humanidad. Como Boabdil dirigiéndose a Laujar, en las Alpujarras. Allí, al año siguiente, murió su esposa, Morayma, de bello nombre. Sin nada más que hacer en aquellas sierras nevadas, hizo el equipaje y se largó a Fez. Mientras tanto, cerca de Empoli, era concebido el inmortal Pontormo, muerto tal día como hoy, del año 1557.

                                               

El día de hoy podría ser declarado el Día Internacional de las Expulsiones (DIE): Moros de

Granada. Españoles de Méjico. Argentinos de las Malvinas. Otomanos de Europa...

Me preparo las torradas con el condimento acostumbrado y enchufo el esputofaif: "Perséfone" de Stravinsky y a continuación "Almoraima" de Paco de Lucía, para desengrasar.

Y es que El Zagal, tío de Boabdil, cuando llegó, exilado, a tierras africanas, fue cegado por el rey de Fez, aliado de Boabdil. Precisamente el día exacto en que, 140 años después, Galileo comunica, en plan Blade Runner, a Elia Diodate que se ha quedado ciego: "Galileo, vuestro amigo, se ha vuelto ciego por completo, de manera que aquel cielo, aquel mundo, aquel universo que yo mediante mis observaciones maravilosas y claras demostraciones había ampliado por cien y mil veces más de lo comúnmente creído, se ha disminuido ahora y restringido para mí hasta el punto de no alcanzar nada más que mi persona". Aún tuvo tiempo de dictar la última parte de sus Diálogos sobre dos nuevas ciencias. Para eso bastaba con la clara visión del intelecto.




2

"Morell capitaneando puebladas negras que soñaban ahorcarlo, Morell ahorcado por ejércitos negros que soñaban capitanear-me duele confesar que la historia del Mississipi no aprovechó esas oportunidades suntuosas. Contrariamente a toda justicia poética (o simetría poética) tampoco el río de sus crímenes fue su tumba (como sí lo había sido para Hernando de Soto, su primer explorador). El 2 de enero de 1835, Lazarus Morell falleció de una congestión pulmonar en el hospital de Natchez, donde se había hecho internar bajo el nombre de Silas Buckley. Un compañero de sala lo reconoció. El 2 y el 4, quisieron sublevarse los esclavos de ciertas plantaciones, pero los reprimieron sin mayor efusión de sangre"


Aprovechen el día y lean (¡se dice releer!) la historia, recogida por Borges (otro insigne ciego) en la Historia Universal de la Infamia, del "incomparable canalla" Morell (poor white) y su cruzada metódica en pro de la "emancipación" (¡definitiva!) de los negros de las tierras del Mississipi (Swift, Marc Twain...) "magnífica imagen del sórdido Jordán" (¡!): "Este método es único, no solamente por las circunstancias sui generis que lo determinaron, sino por la abyección que requiere, por su fatal manejo de la esperanza y por el desarrollo gradual, semejante a la atroz evolución de una pesadilla." Método, por lo demás, descendiente de "esa curiosa variación de un filántropo", refiriéndose a Bartolomé de las Casas y a su propuesta a Carlos V.




A Morell le cabe el problemático e inseguro honor de abrir la HistoriaUniversal de la Infamia. Y, bueno, aclarar que no tuvo nada que ver con la infortunada Carmen Morell a quien todos "debemos un beso".

Borges: Dueño del ritmo exacto y de la palabra ajustada; de la paradoja y de la evidencia; de lo barroco y del concepto; de la fantasía y de la realidad; dueño de las palabras y de las cosas, que nombra con meticulosidad oriental o con ligereza británica; de las genealogías y de las geografías; de la lógica y del desconcierto; de lo no escrito y de bibliotecas infinitas; de los espejos; del barro turbio de los barrios y del alma (?) humana... En sus miles de páginas no sobra nada... y lo que falta...¡pónganlo Uds.!


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De Pontormo, presente en mi vida desde el mismísimo día de mi nacimieto, dada la similitud compositiva entre mi ascenso a la habitación de matrimonio y su Descendimiento, pueden Uds. leer su limitado diario y las páginas que le dedica Vasari en el capítulo 5 de su obra referencial. Sale a relucir (siempre con brillo sulfúreo) por mor de las efemérides: Tal día como hoy, del año 1557, murió y se puso fin a su neurótica existencia, cuyo final, y según se acercaba la hora postrera, estuvo dominado por una aversión, más allá de lo normal, a la muerte. ¡Ni mentarla en su presencia!

Observen el Descendimiento, que más parece la desordenada evacuación de un centro de salud bajo una fluorescente luz de autopista. Intenso torbellino emocional... en tonos pastel.
Hay una ruptura neta con el orden compositivo renacentista y con su paleta. El Greco ya está presente. Observen el juego de miradas: ¿Hacia dónde miran los portadores? ¿al punto por donde ha de llegar la ambulancia?

Ya puestos, comptemplen la de Rosso Fiorentino: parece el montaje desordenado de una falla, a la luz selenita de otoño.


Bueno, lo que realmente me atrae del cuadro, es la presencia de la mujer que, inclinada sobre la cabeza de la Madre, culmina la escena. Viste diferente: un vestido ceñido, color pistacho con un profundo escote, que bien pudiera haber sido adquirido en Zara. Observen su pecho izquierdo, parece que llevara prendido un granito de granada. Ese relieve, ese brote oculto, esa yema, y en esas circunstancias... ¡Me arrebata! ¿Y su cabello descubierto? Nada que ver con las complicaciones renacentistas: simple, eficaz, como si acabara de cortárselo en una peluquería de barrio. Tengo para mí que se trata de la Magdalena, una vez cortado el cabello con el cual secó los pies del muerto, presente.

4
Acompañen la visión con el Réquiem* de Mozart, su canto de cisne, dijo. Llevaba el músico algunas semanas estremecido por las perífrasis de la muerte. Él, que, al decir de muchos, imbuído por la racionalidad masónica, no temía a la muerte (aunque, es natural, tampoco la deseara), se desató en lágrimas reveladoras una tarde-noche de octubre de 1791, en el Prater vienés, lugar inadecuado de todas todas para estas exhibiciones.

No duró mucho. El tiempo justo para concluir y estrenar La Flauta mágica (¿quién lo diría?) y algo más (¡!). Además de, naturalmente, acometer el Réquiem. 1791, último de los que le habían sido prescritos, fue, (todo es relativo) fructífero y algo más decente que el anterior. Sólo le faltó, para ser redondo, comerse el turrón: ¡por 20 días!

Olvídense del personaje misterioso que en julio de ese año, de forma anónima, le transmitió el encargo del conde Walsegg-Stuppach, de nombre prodigioso y le ofreció los fatídicos dientes de granada. Lo único misterioso que tenía era su fealdad y su sarmentoso porte, pero no son motivos, éstos, para dotar a su poseedor de capacidades hierofánticas. Por lo demás, era algo corriente. Alguien quería revelarse a sus amigos, o su querida esposa (aunque acabara de morir, como era el caso) como compositor de enjundia y encargaba una obra a la altura de las circunstancias. Y pagaba, oigan, pagaba.


Sea como fuere, Mozart pensó en su propia muerte y se entregó al encargo como un cartujo a cavar su fosa. Atacó el Introito y siguió con el Kirie Eleison. En la secuencia del Dies Irae se atascó. Y cuando llegó a la última parte de la secuencia, La Lacrimosa, paró en seco, quizás pensara en aquella tarde-noche en el Prater. En el octavo compás se le cayó la pluma de ganso. El resto quedó más o menos esbozado. Süssmayr, discípulo, completó orquestaciones, desarrolló y varió temas y hasta se atrevió a escribir completamente la 5ª y la 6ª partes: el Sanctus y el Agnus Dei, puesto que la última, la Comunio, es un refrito de las dos primeras.

Se estrenó tal día como hoy, del año 1793. Fue un concierto en beneficio de la viuda. Es decir, que lo que había sido iniciado por la muerte de la mujer del conde y que Mozart compuso como si fuera el suyo propio, resultó ser, a la postre, en beneficio de Constanza.

Bueno, pues, lo llevo oido cinco veces seguidas. Hegel ya no sabe cómo ponerse. Cambia de posición, se levanta, bosteza, me trae la pelotita, se sienta... y en el octavo compás de la Lacrimosa, viendo mi estado de postración y el ridículo casero, se acerca y me lame la mano que cuelga lánguida del sofá de polipiel, comprado en Ikea con ocasión de la visita de mi cuñada:

"Lacrimosa dies illa
qua resurget et favilla..."



La tonalidad de Re menor, arcaizante, tanto como la inamovible, aunque multiforme, muerte, es rara en Mozart, un músico, hasta el final, de bemoles mayores. He de decirles (y recomendarles, de paso) que estoy leyendo un librito magnífico (¡cuidar la adjetivación!): "Cómo escuchar la música" de Aaron Copland, regalo de navidad, y me estoy enterando de todo: de las formas fugadas, del contrapunto (y polifonía) de la misa (la mitad)....vamos, de todo. Así se disfruta el doble...¡o más!

Creo que Hegel no comparte mi opinión. Ya sólo le falta traerme la correa y las bolsitas. Paseo por la playa y vuelta a seguir con el Réquiem... ¡redios! (?).
A la vuelta pasamos por el Condis, a por un cargamento de granadas que nos aseguren el renacer.

4
"¿Puede uno ser poeta y llevar el pelo corto?" se preguntaba Renard tal día como hoy del año 1890. Se ve que aún le duraba el trancazo. Sin embargo la pregunta es pertinente, no en vano Cravan y Limonov volvieron a plantear la cuestión y cada uno de ellos se declaró el poeta con el pelo más corto del universo-mundo. 















miércoles, 1 de enero de 2014

Propuesta para hoy, día 1 de enero. Año Nuevo, Vida Nueva.

(los asterisco * remiten a “Efemerísticas Razones”)

Las resacas son malas y ninguna peor que la que sigue a Noche Vieja, pues está mezclada con claros propósitos de enmienda que multiplican por enteros la mala conciencia y la acedía. Con la edad se convierten en terroríficas.



Maupassant intenta abrirse las venas con un abrecartas. Amanecía el primer día del año 1892. “Tengo miedo de mí mismo, tengo miedo del miedo, pero ante todo, tengo miedo de la espantosa confusión de mi espíritu, de mi razón, sobre la cual pierdo el dominio y a la cual turbia un miedo opaco y misterioso…”, decía el infeliz, desesperado y aturdido, porque mire Vd. que intentar abrirse la yugular como si fuera una misiva del más allá…Aunque yo los he visto querer pincharse caballo con un tosco tenedor de cocina. Fracasado el intento, es internado y murió, como, por lo demás, es natural.

El año nuevo del 1884 había escrito un cuentecillo para “Gil Blas”: un parroquiano, golpeado por la vida, limita la suya a beber cerveza y a fumar en pipa. Bastante simple, pero ¿qué quieren? En pleno resacón hasta las musas huyen de nuestra vera.

Dicen que va bien una cervecita, o un bloody Mary o un iboprufeno: Elijo una copita de cava con zumo de naranja (agua de Valencia, vamos)…copita a copita acabo la botella.



Renard, amaneciendo el 1 de enero del año 1898: “¿Qué espero para suicidarme?”… ¡Pues la hora del bloody mary! Y es que las resacas son malas. Ya lo dijo él mismo: en Noche Vieja, hasta la mujer más gorda del mundo se siente melancólica.

Te despiertas no sabes dónde, miras a tu alrededor y lo que ves es, normalmente, el paisaje después del apocalipsis.

Hay otras formas de empezar el año, pero igualmente deprimentes.

Alma Mahler, la omnipresente “sacadora” de mascarillas mortuorias, se despertó el día de Año Nuevo del año 1902 con el cuerpo golfo. Tenía 22 años y era la envidia de Viena; del centro, quiero decir. Los de más allá del Ring, ni la conocían:

“Lo que tengo que escribir hoy es muy triste. He llamado a Gustav. Por la tarde hemos estado juntos en su habitación. Me ha entregado su cuerpo y le he dejado que me tocase con la mano. Su brío estaba rígido y erguido (¿como una batuta?). Me ha llevado al sofá, me ha tendido suavemente y se ha balanceado sobre mí. Entonces, cuando acababa de sentir su penetración, ha perdido la fuerza. Ha apoyado la cabeza sobre mi pecho, destrozado, y casi llora de vergüenza. Distraída como estaba, le he confortado”. Y sigue, desesperada: “¿Y si él perdiese… eso? ¡Mi pobre esposo!”.


Los días siguientes anotará: “dicha y éxtasis”…”Éxtasis sin fin”.

Sobre esta cita se podría uno explayar, pero no voy a hacerlo. Y no voy a hacerlo, porque sé que no es agradable que te recuerden las cosas. Yo nunca he llegado a “casi llorar de vergüenza”, porque mi estado no  ha permitido el más mínimo derrame de conciencia. Han de pasar días para que uno se haga cargo del estado de las cosas.

Sólo añadir que ese mismo día, del mismo año…o sea, justo en el momento en que Alma permitía a Gustav que “la tocara con la mano”, Freud es ascendido a Profesor Extraordinario.




Aún no se había desvanecido la última campanada que marcaba el fin del último día del año  1907, cuando sonó un estruendo que  los presentes, acostumbrados como estaban a las armas de fuego, no pudieron confundir con nada que no fuera un tiro y cortó por lo sano la interpretación de “Sangre Vienesa”. Los bailarines habían, durante horas, representado la rutina del imperio bicéfalo: vuelta a derecha, vuelta a la izquierda, retorno al centro y… ¡vuelta a empezar!  O, según otros, expresado verticalmente un deseo horizontal

Un rumor bronco recorrió el salón de gala del hotel Bristol de Viena.

En un rincón algo que ahora calificaríamos de “chica” y que entonces fue juzgado como una mujer madura yacía en el suelo. A su lado un pequeño revólver de bolsillo, como un recién nacido.

Era Frida Uhl-Strinberg. Varias veces había amenazado con matar a su nuevo amante-marido (era el 5º) y, finalmente, se amenazó a sí misma. No murió. Ni siquiera resultó herida. Le dieron una copita de licor de cerezas y continuó “sangre vienesa”: giro a la derecha, giro a la izquierda, retorno al centro y… ¡vuelta a empezar! ¡Hala…”con faldas y a lo loco! (*)


Strindberg, casado y padre, había conocido en Berlín a Frida, hija de editor y crítico literario y elemento imperfecto del conjunto “mujeres liberadas” al que también pertenecieron las Isadora, Duse, Alma, Lou Andreas, Virginia Woolf, Misia, Bella Otero, L.Fuller, Coco Chanel, Sara Berhardt, Camile Claudel, Elisa Leónida Zamfirescu, Sarmiza Bilcescu, Marie Curie…que, a su manera, también acrecentaron el caudal del río imparable de la “liberación de la mujer”.  

Tuvieron una hija. Se marcharon a París y mediado noviembre de 1894, se separaron, para siempre, en la Gare du Nord. Ella volvió a Berlín y él se sumergió en el “Infierno” de Montparnasse… a descubrir, con infiernillos y mecheros Butsen, ¡la naturaleza compuesta del hierro! Y a charlar con el diablo “Vauvert”, residente fijo de la Closerie des Lilas, recién refundada. Allí, con las manos vendadas a causa de sus progresos con la química, intentaba pimplarse un vasito de “diablo verde” (…o dos…).



Conocía perfectamente el camino de la Rue Delambre a la residencia del diablo. En aquella siniestra y premonitoria calle, Barea y su compañera austríaca, sacaron el máster en privaciones y estuvieron cerca de acabar como “el vagabundo” del cuento en el que Maupassant se entretenía la tarde del primero de enero del año 1887. Sobre la calle Delambre hay mucho que contar.

Mientras tanto, Marie Curie, vecina del escritor y más sistemática, orientada e igualmente necesitada, presentía el torio, el radio y el polonio y ponía las bases de su gloria y de su muerte (su marido la encontró de la forma más ordinaria. Esas muertes, ridículas (¿), esquivables, merecen una propuesta aparte).

… Pero esa es otra historia…a la que volveremos…

La Uhl, ya en territorios germánicos, tuvo una aventura y un hijo con Wedekind. Convenció a Karl Krauss para que hiciera una “lectura representada” de Pandora (en la que el mismo Wedekind hizo de Jack the Driper) y ayudó a su tercer amante oficial, Hanz Heinz Ewers, en la creación del primer Kabaret alemán: el Buntes Theater (Überbrett, por Nietszche).

… Infórmense Vds. de este hecho…Infórmense…. Era el primer año del siglo XX.

Relacionarse con Krauss y no hacerlo con Altenberg y compañía era imposible.

Y al poco ocurrió lo que les he contado. Acudió a la fiesta con su amante del momento, el poeta, posterior espía y protonazi, Werner von Osteren al que ya había amenazado con la muerte. Y cuando una mujer promete… ¡cumple!

No podía, tras la “broma”, seguir en Viena. Así que se largó a Londres donde fundó La “Cueva del Becerro de Oro”, antro mítico frecuentado por Pound, K. Mansfield, Madox Ford…Cuando empezó la guerra se marchó a USA. Volvió a Moonsee, Austria, escribió sus recuerdos y murió como Frida Strindberg.




Strindberg llegó a París con el mismo humor que el personaje de “El grito” de su paisano, y sin embargo amigo, Munch. De hecho creo que Munch daba las últimas pinceladas mientras Strindberg bajaba sus pesadas maletas del expreso del norte. Una de las primeras cosas que hizo en su nueva ciudad fue perpetrar “Noche de celos”, la primera pintura abstracta (¡cuestión finiquitada!). Realizada en un arrebato contra su primera compañera, actriz y pionera, se la regaló a su siguiente compañera, que la aceptó con aprensión. Perdida y hallada, fue robada en el 2006 y encontrada dos años después. También en esto unida al “Grito”.


Munch, dos años después, pintaría, con verdes pútridos, “Celos”.

Como ven Vds. me estoy entreteniendo, dando vueltas, porque no quiero ni pensar en lo de anoche. Tengo la vaga sensación de tragedia, si es que esa sensación puede ser “vaga”.

Todo son deseos de cambio en fecha tan señalada. Unos cambios que se plantean con la decisión y empuje (y también la melancolía) de la “Marcha de Radetzky” y que se agostan antes de llegar la temporada de verano. 
No fue, sin embargo, el caso de Breton. Tal día como hoy, del año 1922, alquiló un “estudio” en la cuarta planta del 42, Rue Fontaine, París y lo convirtió en su vivienda definitiva (¡ya iba siendo hora!). En realidad, a finales de los cuarenta, alquiló una vivienda un poco más grande en el piso de abajo, que llegó a convertirse en algo así como la segunda residencia de Brossa. Siempre en el 42, rue Fontaine:

“Localizado en la punta norte del noveno distrito, la rue Fontaine servía de pequeño corredor entre los clubs nocturnos y los burdeles de la Place Blanche y Pigalle, y la modestia residencial, de clase obrera, de la rue Notre-Dame-de- Lorette. El departamento de los Breton (André y Simone), situado entre dos extremos, tenía, como Simone le dijo a Denise, un cuarto de “silencio y sombra”–con vistas al patio del claustro– y otro de “ruido y luz” que daba a la Place Blanche. Y como para sancionar estos contrastes, un venerable cabaret bajo el departamento de los Breton se llamaba Le Ciel et L’Enfer”.




Los visitantes, tras escalar los cuatro tramos de “escalera sórdida”, eran saludados por una plaquita colgada en la puerta: “1713”. Y es que si Vds., con mano infantil, escribieran ese número (poniendo la rallita al 7) uniendo el 7 al 1 y el 3 al 1 anterior, el resultado serían las iniciales A(ndré) B(reton). Su apego a tan pueril (y pretendidamente ¿“duchampesco”?) “descubrimiento” era tal que llegó a firmar cartas con ese conjunto de cifras. Sus amigos, incluso, se habrían referido a él como “diecisiete trece”. Propuso, además, por entonces, la idea de “tu año”, que sería una recolección de los acontecimientos más significativos y presagiosos del año que te vio nacer… ¡una chorrada…comparada con mi “Crítica de la Razón Efemerística”!



Años más tarde, en 1944, publicaría “Arcane 17” (sobre su gestación y contenido ya volveremos), un epílogo a la trilogía de Nadja, Los vasos comunicantes y El amor loco. El título hacía referencia a la “carta de Tarot llamada “La Estrella”, símbolo de esperanza y resurrección”. Quiso celebrar dos renacimientos: el que seguiría a la liberación de Francia y renacimiento emocional que el propio poeta intuía en su relación amorosa con Elisa. El 13…¡ni mentarlo!

¿Ven Vds. lo que da de sí el día de Año Nuevo (Vida Nueva)?

Lo de Fontaine (rue) estuvo claro desde el Armory Show, en que Duchamp presentó su urinario (“Fontaine”). Así se cerraba un círculo…tras haberse recorrido entero. Permítanme la siguiente “boutade”: Todo (ese desplazamiento) comenzó con “La Fuente” de Courbet.


Lean la siguiente canción de A. Jarry, destinada a “poner colorados a los negros y magnificar al padre Ubú”


La dama negra a su marido con ocasión del primero de enero:

“TATANA es la palabra que dimana
Del negro al que ha vencido la pereza.
Traducida al cristiano, TATANA reza:
“¡Déjame en paz!” Eso es TATANA.

Y como ejemplo describía algunas situaciones adecuadas para su utilización, de entre las que selecciono una, al azar (¡hala!)

“El indómito turco en brazos de su sultana
Da pruebas y más pruebas de su amor,
Mas le ocurre que un día, con dolor,
Descubre un manantial que ya no mana.
                                                                ¡TATANA!

¡Pobre Alma Mahler!

No quiero despedirme sin recordar a los beneficiarios del NAFTA (algo así como nuestro TTIP, o como se diga) que tal día como hoy del año 1992, vieron como las promesas de progreso y tal se tradujeron al lenguaje de la realidad: paro, subida de precios, aumento de la deuda…

Y todo lo anterior, repito, porque no quiero enfrentarme a lo que REALMENTE ocurrió anoche… ¡Ya me iré enterando!

¡TATANA!


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viernes, 27 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy, día 27 de diciembre. "Doctor Zhivago". Mandelstam. Yesenin.

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"Con este objetivo, la noche del 27 de diciembre se dirigió hacia Petróvskaya (¡qué guapa estaba!) y, al salir, metió en el manguito el revólver de Rodia, cargado y sin seguro, con la intención de disparar a Víktor Ippolítovich si le respondía con una negativa, si malentendía las cosas o si la humillaba de un modo u otro". Era el año 1911 y la esecena se desarrollaba en Moscú.

Antes pasó por casa de Pasha, en la Kamersguerski.

Víktor no estaba en casa. Yura escribía su tesis sobre la fisiología del ojo y meditaba sobre la poesía de Block, mientras éste le daba vueltas y más vueltas a estos versos:

El viento irrumpe, aúlla la nieve,
El viento irrumpe, aúlla la nieve...

buscando una digna continuación, que le sería regalada el día de reyes. Mandelstam visitaba el Taller de los Poetas de Gumilev y ponian las bases del acmeísmo. Pasternack se iniciaba en el futurismo y Yesenin estaba a punto de llegar a Moscú: los taberneros se frotaban las manos y las mujeres sonreían soñadoras.

El tiro que retumbó en la sala de los Svientitski, fue la señal de salida. La meta: "...un tranvía que subía por la calle Nikitskaya y que cumplía el recorrido de la Universidad a la calle Kúdrinskaya". 



Entre aquel tiro y este infarto todo un cúmulo-nimbo de acontecimientos históricos, incluyendo destinos personales, sometidos a fuerzas colosales ¿No saben de qué hablo? ¿Y si les dijera que uno de los protagonistas es nombrado indistintamente como Antípov, Pasha, Pável Pávlovich, Pavlushka, Páshenka, Patulia...¡Strelnikov!? ¿Que hay 150 personajes, cada uno de los cuales es llamado indiscriminadamente bien por su nombre, por su patronímico, por su nombre seguido de de su nombre de familia, o bien por dos o tres diminutivos? Es lo que tienen las novelas rusas.

¿Qué quieren que les diga? Pocas veces puedo decirlo, así que no me voy a privar: perfiero la película a la novela. Vale que son inconmensurables, pero mantengo lo dicho. Nabokov y
yo estamos de acuerdo en la fata de estructura y de uniformidad de estilo de la novela. Nos siguen en esto, Sholojov y la misma Ajmátova. Su poesía es otra cosa: para Lukács las poesías de Boris son lo mejor de la lengua rusa...¡lástima que estén en boca de Yuri Zhivago, antisoviético! Bujarín (1934) lo consideraba el primer poeta del país, mientras Stalin había proclamado a Maiakovski: quizás esto influyera en lo que estaba a punto de sobrevenir.




Hay en el "Doctor Zhivago" demasiada vaguedad y demasiadas casualidades. ¡Miren Uds. qué era grande la URSS...! pues, bueno, siempre tenían que coincidir los mismos personajes en los mismos lugares. Larisa se va al frente y allí se encuentra con Yuri. Larisa y Pasha se van a los Urales y por allí aparece Yuri. Yuri estuvo cuando Lara descerrajó el errado tiro sobre Víktor. Víktor tuvo algo que ver (lean Uds.) con la muerte del padre de Yuri y con el padre de la chica... Yuri acaba viviendo (y muriendo) en la misma habitación donde años atrás vivió Pasha... y miren Uds. que es grande Moscú. Pasternack también tuvo dificultades para salir de sí mismo... aunque con no mucho esfuerzo pudieron sacarlo de quicio.

Toda la novela está cruzada de circulares coincidencias improbables, de "perogrullo" (Nabokov), lo que la dota de un áura simbolista (¡sin serlo!). Su poesía es incuestionable. Y su profundo cristianismo también. No es extraño, pues así estaban las cosas, que fuera tachada de antisoviética. Las aspiraciones de Zhivago no están a la altura de los tiempos: individualismo pequeño-burgués cristiano... y según la locomotora de la revolución se internaba en el "desierto de lo real" los "compañeros de viaje" iban siendo arrojados por las ventanillas.

2
Acabada la guerra civil y recién empezada la NEP, en la primavera del 22, Yuri Zhivago vuelve a Moscú y se abre la etapa con Marina: El final está cercano. Quizás se enterara de la boda de Yesenin e Isadora, pero ¡cómo presentarse con esa facha!

Los Mandelstam regresan de Georgia. Lenin sufre su primer gran ataque. Block acaba de morir (7 agosto de 1921). Gumilev (25 agosto de 1921), pese a la intervención de Gorky, que se larga otra vez a Italia, cria malvas. Tsvetáieva huye a Berlín. Lily Brik le ha pedido un respiro a Maiakovski. Ajmátova...¡Ay, Ajmátova!...¡estás más pasada que las "rutas del vino"!, acaba de decirlo Trotsky. Stalin es nombrado secretario general del Partido.

Con la NEP lo peor de cada casa sale a la superficie. Moscú se llena de golfos: Urge sujetar las riendas y apretar las tuercas. Se acabó la edad de plata, empieza la edad de hierro.

3

"... Susurrad, alhelí, reseda.
Una desgracia se ha abatido sobre mi alma.
Una desgracia se ha abatido sobre mi alma.
Susurrad, alhelí y reseda.
Me ha ocurrido una desgracia.
Susurrad, alhelí, reseda.
Me ha ocurrido una desgracia".

Y es que el pobre Yesenin, el "golfo" Yesenin, se había quedado sin versos y repetía el único que aún le era fiel, digo yo. Pero ni susurró el alhelí, ni la reseda dijo esta boca es mía. Unos días después, tal día como hoy del año 1925, se colgó en una habitación del Hotel Inglaterra de Leningrado:

"Adiós, amigo mío, adiós
tú estás en mi corazón.
Una separación predestinada
promete un encuentro futuro.
Adiós, amigo mío,
sin estrechar la mano ni palabra
no te entristezcas y ninguna
melancolía sobre las cejas
morir en esta vida no es nuevo,
pero tampoco es nuevo el vivir."

Escrito con su propia sangre, como ya saben Uds.


Una oleada de suicidios (y de clubs de "Viudas de Yesenin") recorrió la Unión Sovietica.
Completen su formación leyendo esta entrada complementaria sobre Maiakovski.

4

Años más tarde, finiquitada la NEP, puesta en marcha la colectivización forzosa y cuando el primer Plan daba sus primeros pasos indecisos,Yuri abandona el apartamento que comparte con Marina y se instala, con ayuda de su misterioso e influyente hermanastro, en la calle todavía llamada Kamerguerski (¡!), junto al Teatro del Arte, en el que triunfó Meyerhold con quien, por cierto, se casó la primera mujer de Yesenin. La segunda sería una nieta, o algo parecido, de Tolstoi... Nada que ver con el que recibió la bofetada de Mandelstam. La tercera ya la conocen. El Teatro del Arte está situado frente al museo Prokofiev y junto a éste hay un karaoke. Rusia ama a sus artistas. Si no fuera por lo que es me plantaría en ese, ahora, elegante pasaje y daría rienda suelta a todo mi caudal lírico y, de paso, me enteraría si todavía fabrican la vodka Lunacharski.

"Una mañana, a finales de agosto (1929), en la esquina de la calle Gazetni, Yuri Andréyevich tomó un tranvía que subía por la calle Nikitskaya (...) El aciago tranvía se detuvo por enésima vez en la bajada que va de la calle Kúndrinskaya al zoológico. La señora de lila apareció al poco rato por el marco de la ventanilla y comenzó a alejarse." Era una ciudadana suiza, "vieja, viejísima". Nada que ver con la Fiódorovna. Yuri no soportó la emoción.

De cuerpo presente Yuri, Meyerhold y Maiakovski, casi agotada la cifra de sus (de ellos) años, presentaban "La Chinche". Vertov, cámara al hombro, daba vueltas frenéticas por Moscú, y Stalin, depuesto Lunacharsky, proclamaba oficiosamente el "Realismo Socialista", Gorky, vuelto de Sorrento, le echará una mano. El pícaro Bénder busca las 12 sillas, Chevengur ha sido abducido por el sol, Shólojov empieza "El Don apacible" y Trotsky acaba de ser expulsado de la URSS... Empiezan las campanadas de los "días carnívoros".

5
Mandelstam resultaba más peligroso que el retraído naturalista Pasternack. Sobre todo después del aciago ¿poema?:
"(...)
Sus dedos gordos parecen grasientos gusanos,
como pesas certeras las palabras de su boca caen.
Aletea la risa bajo sus bigotes de cucaracha
y relucen brillantes las cañas de sus botas.
(...)
Y cada ejecución es un bendito don
que regocija el ancho pecho del Osseta".

Stalin tenía la fea costumbre de chuparse el dedo corazón antes de pasar la página de cualquier libro. Lo dejaba hecho un asco. Después lo anotaba en el índice. Por último fusilaba al autor... y Stalin era un grandísimo lector.


En la URSS también se pecaba de oido: Oir el poema citado era tan peligroso como ser trotskista.

Ossip fue detenido por primera vez en la noche del 13 al 14 de mayo del 34 (vean la propuesta correspondiente, inédita). Bujarín, Ajmátova, Pasternack... todos hicieron lo que pudieron: "Aislar, pero conservar"...
Otros dieron dinero, como Bulgakov y la suegra, que vendió los muebles de Kiev. Finalmente, esquivado el Canal del Mar Blanco (loado por Gorky y tutti quanti) y Siberia, su pena se redujo a tres años en Vorónezh...tras la siniestra estancia en los Urales... ¡Pura delicia! Platónov, natural de Vorónezh también sufría, por entonces, las iras del Partido. Y es que Platónov, sin motivo, como es natural, se compadecía de los campesinos rusos. Yesenin se recomía en su tumba. Yo, en lo de los campesinos, estoy con Rosa Luxemburgo. Ese verano se celebraría el Primer Congreso de Escritores Soviéticos y lo que era oficioso se hizo oficial: Los escritores fueron nombrados ingenieros del alma.

La segunda vez fue diferente.

Los Mandelstam volvieron convertidos en "cienkilometristas" y se instalaron, a la espera de mejores tiempos (¡Ay, Nadia, Nadia!) en Kalinin. En Moscú sólo podían confiar en los Shklovski; Ajmátova estaba en Leningrado. Los tiempos mejores se retrasaban. Pasó el invierno y empezó la primavera y con ella pareció que, en efecto, el tiempo mejoraba. Les llegó un invitación para una casa de descanso en Samatija. Lo interpretaron como buen augurio: Dos meses de "descanso en un lugar saludable" en espera (¡Ay!, ¡Nadia, Nadia!) de que se resolvieran las dificultades respecto a sus posibilidades de trabajo. Tomaron el tren para Cherusti, cien kilómetros, más o menos, o sea unas 90 verstas al oeste de Moscú. Allí les esperaba un trineo que, como a auténticos Vips, les condujo a Samartija, entre senderos nevados y bosques de caritativos abedules. Ossip recordó los versos de Yesenin:

«Abedul blanco bajo mi ventana al que la nieve cubrió como si fuera plata»

«Se sonrieron los adormilados abedules, al despeinarse sus trenzas de seda»

Llegados a Samartija se les concedió una pequeña dacha. ¿Sería posible? ¿De verdad sería posible que la vida volviera a ser vida?

"A la mañana siguiente, dos de mayo (1938) nos despertó una delicada llamada en la puerta. Era muy temprano. Mandelstam se levantó para abrir. Entraron tres hombres en la habitación: dos militares y el médico jefe (...) No hubo registro volcaron simplemente la maleta y lo metieron todo en un saco ya preparado para ello. Eso fue todo."

Subieron al camión que los conduciría a la estación de Cherusti. Nadia se quedó en la casa de salud. Al cabo de unos días regresó a Moscú, en tartana. No volvieron a verse. Sobre las colas delante de la cárcel, los "paquetitos" y demás...


Mandelstam fue conducido al extremo oriente, a Vtóraya Rechka, campo de tránsito cerca de Vladivostok. Su destino final quizás hubiea sido Kolyma. Hizo bien en morirse.

"En junio de 1940, el hermano de Mandelstam, Aleksandr, fue llamado a la oficina de registros del distrito de Bauman y le fue entregado el certificado de la defunción de su hermano destinado a mí. Se indicaba (...) que a la edad de 47 años y en la fecha del 27 de diciembre de 1938 había muerto a causa de un paro cardíaco. Se puede parafrasear diciendo que murió porque murió. El paro cardíaco es, justamente, la muerte."

Sin embargo sobre su muerte (circunstancias y fecha) hay diferentes y contradictorias versiones. Sólo hay una cosa cierta: su muerte.

Fusilado Yagoda y leída la sentencia para Yezhov, Beria fue nombrado jefe del departamento de la Seguridad del Estado. Shójolov mantenía una peligrosa relación con la fatídica Yezhova. Nabokov publicaba "El don" y Prokofiev/Eisenstein acababan "Alexander Nevsky". El Gran Terror seguía su curso y como canto de cisne: Meyerhold y Bábel.

"...Todo mi pensamiento es acerca de tí. Cada lágrima y cada sonrisa son para tí. Bendigo cada día y cada hora de nuestra amarga vida juntos, mi bienamado, mi compañero, mi guía de ciego de la vida.
Como dos cachorros ciegos éramos, tocándonos con los hocicos y sintiéndonos tan bien juntos. Y qué enfebrecida estaba tu pobre cabeza, y qué alocadamente desperdiciamos los
días de nuestra vida. Qué dicha era esa, y cómo siempre supimos qué dicha que era. La vida puede ser tan larga. Qué duro y largo para cada uno de nosotros morir en soledad. ¿Puede éste ser el destino para nosotros, que éramos inseparables? Cachorros y chicos, ¿nos merecíamos esto? ¿Merecías vos esto, mi ángel? Todo sigue su curso como antes. No sé nada. Sin embargo sé todo cada día y hora de nuestra vida son simples y claros para mí como en un delirio.".


Mientras esta carta buscaba destinatario, otra volaba por los helados espacios. Ossip escribía a su hermano desde el campo de tránsito: "Nadia amada, ¿vives, querida mía? Shura, escríbeme inmediatamente sobre Nadia. (...) No me han seleccionado para Kolyma y puede que tenga que pasar aquí el invierno". Y de paso les pedía ayuda..."pero no sé si merece la pena".

6
Bueno, la novela resulta un tanto irritante: las tolstoianas reflexiones... las descripciones poéticas del campo ruso... la trama parabólica... personajes desdibujados... todo mezclado en recipiente sin estructura clara y sin pulir. Pasternack se puso manos a la obra en el 45 y, tras diez años de trabajo, la envió a Occidente. Fue publicada, en italiano, en la editorial de Feltrinelli en el 57. Después vino la famosa edición rusa a cargo de la CIA ...etc...etc y después...¡el Nóbel! y su millonaria distribucion..

El primer golpe vino con el nóbel de Punin, cuando Stalin lo quería para Gorky. El segundo, el nóbel a Pasternack, cuando Stalin, ya muerto, lo hubiera deseado para Shólojov, autor de la otra gran crónica de la revolución y de la guerra civil. El tercero y definitivo cuando se lo dieron a Solzhenitsyn. Lo de Brodsky fue de regalo. Y lo de Shólojov, una concesion transitoria.

Pasternack era un poeta importante, y apreciado en Occidente: su presencia en la mesa presidencial del Primer Congreso de Escritores Soviéticos del 34 y la insistencia con que occidente exigió su presencia en el Congreso del 35 en París, lo demuestran. Tuvo acceso a Stalin y, pese a su recalcitrante individualismo, no llegó la sangre al río. Jamás llegó a aceptar la marcha de las cosas, sin embargo, fue lo suficientemente ambiguo como para ser "preservado". Muerto Stalin, y tras el XX Congreso del Partido, Pasternack pudo sentirse más seguro. No es que desaparecieran los insultos y amenazas, ¡al contrario!, pero estaba claro que el nervio responsable de traducir los deseos en acciones había sido cortado.

Quien de verdad se sintió mal fue Nabokov que tuvo que sumar a su intolerancia por la obra de Pastrnack, la malisima noticia de que "El Doctor" había desplazado del primer puesto del ránquin de ventas, a "Lolita".

Pasternack ("cerdo que caga donde come") renunció al Nóbel y escribió arrepintiéndose de lo hecho... No tanto para evitarse problemas, sino para evitárselos a Olga, su compañera. Fue un gesto vano: poco después de la muerte del poeta (1960), fue internada en el gulag.

7

Y llego el día. Entré en el cine Rex 35 minutos antes del comienzo de la pelicula, y ya estaba lleno. Me tocó tragarme unos minutos de Movirrecord y, tras una emocionante apagada general, se iluminó la pantalla y apareció un paisaje pintado de deshojados abedules. Sonaba y sonaba el tema de amor. Y después apareció ELLA. David Lean había pensado en Jane Fonda. Julie escuchó la proposición y en un momento de lucidez que le dejó la marihuana, aceptó. Para Yuri, propuso a Peter O'toole, que ya le había dado resultado en "Lawrence de Arabia" y para Tonia, Audrie Herburn. Finalmente, como saben Uds. Fueron Omar y Gerardine, asombradamente melancólica. Y ahora no hay manera de imaginártelos diferentes. Yuri, en realidad, es chato. Larisa, entradita en carnes. Tonia, sin embargo, casa mejor con el original.

España era, por entonces, el plató más grande de occidente: Anthoni Mann, Orson Wells, Nicholas Ray, Kubrick, Mankievich, Sergio Leone... y, naturalmente, David Lean, que fue de los primeros. Aquí tenían carta blanca (incluída la leal y activa participación de las fuerzas del orden cuando la escena lo requisiese) y el entusiamo de la población indigena. Por entonces no se andaba sobrado de faena. Los que habían sobrevivido se dedicaban a construir madrigueras, neoplasticistas decían. Cuando acabó la fiebre, los asilvestrados moradores de la piel de toro, habiendo adquirido los rudimentos de lenguas extranjeras, pudieron poner en práctica sus competencias allende nuestras fronteras.

Sitúense Uds. en el cementerio del Barrio de Canillas de Madrid, justo en la esquina con Alcorisa. Se encuentran en el número 71. Caminen hacia el 90. Verán una gasolinera. Crucen la calle que, por cierto, parece contagiada de la estética soviética. ¡Qué desolación! 




Bien, pues aquí se montó la casa de Yuri Zhivago, en realidad la de la familia de Tonia. Desde aquí contemplan las sangrienta manifestación que le hace recordar el domingo sangriento de San Peterburgo. Una riada de desocupados, vestidos a la usanza eslava, entonan la Internacional. Algunos le toman gusto a la cosa y la imagen amenaza con convertirse en el original. Me cago en la mar, dice el sargento de la comisaria de distrito, ¿a qué me recuerda eso? La noche, iluminada por potentes focos, está erizada de banderas rojas. Al fondo, ya en el cementerio, se había levantado un Kremlin y una impresionante torre de San Nicolás. El resto era un descampado. La nieve era de plástico. El tranvía, de los servicios municipales.

Pensando que había la hora de la revancha, el sargento mandó formar a sus hombres y se dirigieron hacia el tumulto. Cuando estuvo cerca, pidió refuerzos. Llegó un grupo a caballo. Parecía una escena de una película sobre la división azul. Los jinetes se dispusieron a echar una mano a la unidad montada que hacia su trabajo. Me cago en la mar, me cago en la mar...¡que se nos escapan!, era la inalterable jaculatoria del suboficial. David Lean tuvo que mandar cortar y enviar a un intérprete. El sargento entendió, pero, puesto que no se notaría, exigió que cantaran un pasodoble. Así se hizo y a los acordes de "España cañí" fueron cayendo simuladamente los combatientes del zar. Según caían, se levantaban y se dirigían al churrero que se había instalado detrás del Kremlin.

Durante meses, los madrileños pasaban las mañanas de domingo en Moscú: de San Nicolás a la casa de Zhivago y de la casa de Zhivago a la torre de San Nicolás, que ocultaba la fatídica tapia del cementerio.



Otros creen recordar que los revolucionarios eran afiliados a la OJE que habían establecido sus cuarteles de invierno en las cercanías. Y afirman, además, que la guardia zarista eran auténticos "grises" que, dijeron, lo hacían gratis, como si fuera una clase práctica. Sea como fuere, aquella fue la única vez que cientos de trabajadores (o lo que fuera) entonaron la Internacional en plena calle, a pleno pulmón, en la larga noche franquista.

Aprovechen que es viernes y acérquense a Candilichera, en el campo de Gómara, Soria. Recorrieron media Europa localizando exteriores que pudieran dar el pego. Finalmente pensaron que los campos de Candilichera y las inmediaciones del Moncayo era el paisaje adecuado. Candilichera y su campo se convirtió en Varykino. 



Construyeron el palacete de la familia de Tonia y simularon las estaciones a conciencia: En invierno cubrieron el palacete de cera derretidan y en primavera florecieron las miles de cebollas-narciso que habían importado de Holanda, pues han de saber Uds. que aquel invierno no nevó y que por allí no se crían los narcisos. Así que toda la nieve, protagonista de la película, lleva el sello del ingenio.


Sigan hasta Soria. En la estación hay un bar estupendo, a cuya vera se extienden las vías vacías, "El cielo gira", en honor al documental del mismo nombre. La estructura actual de la estación, esconde la primitiva, aquella que nos convenció de que estábamos en Yuriatin, en los Urales. Tuvo que cubrirse de polvo de mármol y de plástico blanco. Ni se les ocurra sentarse a la fresca, hace un frío siberiano. Tomen asiento en su interior:

-- Frío, ¿eh?-- exclamarán mientras se despojan de capas y capas textiles.
-- ¡Frío!-- responderá el camarero.
-- ¡Póngame un "Zhivago" y un carajilo... fifti-fifti !

El camarero no les preguntará nada y volverá con un bizcocho borracho de vodka y con un carajillo de Terry de malla... ¡exactamente lo que habrán pedido!

La Metro, agradecida, regaló al municipio el primer parque de columpios, que fue instalado en la Dehesa.














RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...