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jueves, 16 de mayo de 2013

Propuesta “¡Quién pudiera!” para el día 16 de mayo. Courbet y la columna de Vendome.



Duermo tan poco que solo sueño aforismos…Hoy: “¡Todo lo que sube baja!”. Asi… ¡en plan Herácito…! y me deja una propensión hermenéutica que me dura todo el día.
Mañana lluviosa… ¡tormentosa la desearía!... ¡que cayeran también columnas de agua!... ( me ahorrarían, además, regar el huerto…Pero hay quien dice, allá por Soria, que “agua de cielo, no ahorra riego”…es lo que tienen, si no verdad, los refranes: una parca rusticidad poética y lejana, que los hermana con los daguerrotipos (hablados).
De mis Ángeles Custodios: una, huele a nuca; otra, a cadera; la tercera, a pecho y Chiara, mi preferida, a cabello…¡de ángel!...Juntos (los aromas) constituyen el, ya, típico, perfume angelical…al que ahora se le suma el picante del orégano griego y el cafetero del café “comercio justo”…
Pan con aceite y orégano y fifti-fifti. Bolsa de Condis con Moritzs y petaca de Terry de malla y… ¡a París!...
¡¡Hoy tampoco veré el paisaje!!

Serán las 9 de la mañana (lo sabremos por el impertinente y gigantesco reloj de Dior) y seremos depositados, cual paquete “FRÁGIL” en el centro de la Plaza Vêndomme…mirando hacia la Ópera de Garnier…al fondo de la rue De la Paix (antes Napoleón).

Tal día como hoy, del año 1871, cayó en martes (“ni te cases, ni te embarques”), por orden de la Comuna (y no a consecuencia de que cayera en martes) fue derruida la impresionante columna que tensa este espacio dedicado al lujo internacional.

Limusinas, con cristales oscurecidos, guardaespaldas con cristales oscurecidos, chófers con cristales oscurecidos, oscuros clientes y profesionales (¡de qué?) esperan, deambulan, compran y, de vez en cuando, alguno de estos macarras, creyéndose protegido de las miradas ajenas, se coloca las partes viriles de forma adecuada o se hurga la nariz con fruición: Dior, Cartier, Chanel, El Ritz, Dubail, Piaget, Fred, Bulgari, Mauboussin, Ptek Philippe, Mikimoto (¡¡), Bréger, Van Cleef (¿el feo?), Vouiton, Jáeger-Le Cultre, Fred, Bouchéron…

Por aquí será imposible encontrar ningún bar de nivel donde proseguir la serie inconclusa de los fifti-fifti…Así que nos dirigiremos…esquivando obras… hacia la Plaza del mercado de Saint Honoré…allí encontraremos algunas terrazas encajonadas entre el Paribas y otros edificios similares…Escogeremos la terraza de “Le Confidence”…esperaremos discreción y buen servicio.

--Garçon! (perdón!) ...Garçona!..en peti  crem e en calvá duble! Sil vú plé…
--¿?
--8 cl…Merci!

Nos pimplaremos de un trago, con el  habitual y formidable golpe de muñeca, los 8 cl. Y solicitaremos a la solícita servidora otros 8 cl… ¡para el fifti-fifti y el remolque! Y, así, tras liarnos un cigarrillo, tipo Lucky-Luke, relajados, daremos comienzo a nuestras rememoraciones.

Sabrán Vds. que todos estos terrenos que rodean e incluyen a la actual plaza de Vêndomme, antes eriales, jardines de convento…mercado…callejuelas pestilentes…y algún noble edificio, han sido remodelados varias veces y siempre con una clara intención centrifugadora… ¡hacer limpieza!



La actual Plaza está construida sobre terrenos que compró Luis XIV con el fin de ampliar la exigua “plaza des Conquêtes” (e inmediatamente después, “Louis le Grand” (él mismo)). El proyecto era, naturalmente Versallesco…dificultades económicas y otros inconfesables motivos, impidieron su realización. La monarquía se los revendió al Ayuntamiento… ¡que también tenía su plan! (y que también fue relegado)…El Ayuntamiento volvió a revenderlo a particulares (quedándose una parte), que estaban obligados a edificar a su costa y ajustándose a una tipología determinada… ¡Las plusvalías se acumulaban!

El primer mojón (1699) fue una estatua de Luis XIV (Luís el grande, Rey Sol)… ¡en plan romano!...subido a un caballo, bajo cuya tripa podían, cómodamente, tomar asiento 20 hombres (mujeres, 22) y echarse unas manos a la “brisca” (y a la fresca)…La gran peluca (¡¡”Vieja Peluca”!!) aseguraba unos metros cuadrados más de monárquica sombra.

Animal y caballero fueron reducidos a escombros tras la gran Revolución y la plaza pasó a llamarse… “¡de las Picas!” (o diamantes, o de los rombos, o plaza de corazones…pero…¡salieron picas!) Y con ese crapuloso nombre sobrevivió hasta que el Directorio la bautizó: “Plaza Vêndomme” (pòr el nombre de un hotel, reforzado por el título nobiliario de un bisnieto de Enrique IV…Así es la nobleza… ¡No olvida!)… y erigió en todo su ombligo una columna… ¡La Columna del Gran ejército! (o  “La Columna” a secas)…que era causa de orgullo de nobles y gilipollas de toda índole:

“Cuando miro la Columna
Me jacto de ser francés”

No rima, pero… ¡la procesión va por dentro!

Entre la reducción a escombros y la erección (¡¡) de esa primera columna: ¡La muerte de Lepeletier!
Antes de seguir, nos amorrarremos la petaca por debajo de la mesa, con toda la discreción posible, y seguiremos con este guiñol.

El tal Lepeletier, elegido por la nobleza (era marqués o duque, o conde… ¡no sé!...) en los Estados Generales, pronto se convirtió a la causa del “pueblo”. La cosa fue como sigue:
El 19 de Enero fue anunciada la muerte del rey (Ciudadano Luis Capeto). Lepeletier votó a favor, pese a ser un paladín de la abolición de la pena capital (o quizá, precisamente, por eso). Al día siguiente (20 de Enero), como de costumbre, fue a comer a lo de Février (Palais-Royal)…Y cuando estaba a media sopa de cebolla (¡hacía frío!):

--¿Es vd. el sinvergüenza de Lepeletier que ha votado la muerte del Rey?

--He votado según mi conciencia…Y, además, ¿qué te importa, ciudadano?

--¡Toma!... ¡he aquí tu recompensa!

Y lo atravesó con la espada que llevaba oculta dentro de la invernal capa. Lepeletier cayó con la boca abierta sobre el plato, y, con los últimos resuellos, sorbió los restos de la sopa de cebolla. Pese a todo, como un buzo al que quitan la escafandra en el fondo líquido, aún constató: ¡¡Tengo frío!!...y el plato volvió a llenarse de sopa burbujeante. 



¿Ven vds. cómo cuando una está a punto de dejar la vida…le vienen de no sé dónde frases que, por su gravedad, no pueden ser impedidas?...Puede que para entrar en el más allá seamos sometidos a un desconocido examen y lo que llamamos “últimas palabras” sean, en realidad las primeras (y, a veces, únicas) respuestas.

¡¡Tengo frío!!... Y, en efecto, hacía un frío (de filo) de cuchillo.

Lo llevaron a la cercana Plaza de Vêndomme, a donde uno de sus hermanos (no sé si el político o el conocido entomólogo, especialista en abejas de toda especie y nacionalidad)…murió a la 1’30 de la madrugada del 21 de enero…horas antes de que le cortaran el cuello al ciudadano Luis Capeto en la actual plaza de la Concordia (¡?). 

David se encargó de escenificar los funerales: Fue depositado en medio de la plaza, desnudo y sangrando, vendado con un trapo que dejaba al descubierto su herida. El día 13 de Julio, Marat sería apuñalado por la Corday (¡implacables, las mujeres cuando atentan!) y Marat, se inspiraría en lo anterior. También pintó: “Los últimos momentos de Michel Lepeletier” (“perdido”). La Rue Michel-le-Comte…era Rue Michel Lepeletier.

Cuando ese gran ejército dio muestras de su verdadera grandeza (Austerlitz), Napoleón, conmovido, quiso ofrecer un homenaje de altura…a las hazañas de sus ejércitos; Y al mismo tiempo… ¡recordar su condición de Emperador!: derribar la Columna y construir otra. La decisión fue tomada el 12 de diciembre de 1805. Se realizó en 1810.

En lo siguiente nos ajustaremos al gran Aristóteles (que nos da la pauta):
·         Causa Material del monumento: el bronce de los 1.200 cañones tomados a austríacos y rusos (900.000 kgs.de bronce puro ) y piedra sillería.
·         Causa Eficiente: Lepère y Gandouin (arquitectos)
                             Denon (escultor)
                             Bergeret (pintor-diseñador)
                             Raymond (cincelador)
                             Delauny (fundidor)
·         Causa Formal: La Columna Trajana (Roma), donde se narraba, en forma de espiralesca novela-gráfica, las campañas dacias… ¡de principio a fin!
·         Causa Final: ¡Ya está dicha!

El resultado: Una columna de (redondeando) 40 metros de altura por 4 de diámetro. Sobre piedra sillería fueron colocando las placas de bronce…en espiral… hasta el balcón que rodea el remate.
Sobre esas broncíneas espirales se bajorelievaron los 45 sucesos principales de la campaña de 1805… ¡desde la salida de Bolonia…hasta la victoria de Austerlitz. Sobre un cordón (también de bronce) que divide (separa) las espirales están grabados las fechas y los nombres de las hazañas.

La columna se montó sobre un pedestal, en forma de cubo “Kaabático”, cuyas cuatro fachadas están decoradas (esta vez con alto relieves) con graciosos motivos militares: trajes y armas de todos los ejércitos contendientes, sostenidas, en cada esquina, por un forzado arcángel (¿no será el que yo despedí, por descuidado?) de 250 kgs. de peso…¡para que luego hablen de la levedad de los ángeles!…
En la faceta que mira al sur: una puerta de bronce (que da acceso a los 166 escalones que, en espiral, te conducirán, más afectado que por 1513 fifti-fifti, al balcón de donde nace la cúpula, sobre la cual, vestido de César y coronado de laureles, así lo imaginó Chaudet, impera Napoleón), dominada por dos famas que sostienen una placa en la que se lee:

¡¡BÚSQUENLO VDS. PORQUE ME DAN ARCADAS!!

La plaza pasó a llamarse “de Austerlitz” o de ”la Grand Armée”…Pero no cuajaron.
Hay que decir, para bajar los humos, que:
1.      Ya Francisco I había mandado hacer una copia en yeso de la columna trajana para construir una que adornara Fontenebleau… ¡acabó adornando una cuadra!

2.      Luis XIV también realizó su copia para París o para Versalles. Tras ser arrinconada en la Real Academia de Pintura y Escultura… ¡desapareció!.. .¡se desvaneció de vergüenza!...¡¡Tierra trágame!!

A lo tonto tonto….ha llegado la hora del insoslayable Dry, estilo Buñuel, del medio día.

En 1814, durante la “Revuelta de los Borbones”, una turbamulta de forzudos no pudieron, con cuerdas enrolladas a sus musculosos cuerpos, mover ni un centímetro al impasible emperador. Tuvieron que hacerla pedazos. Una vez fundida constituyó la materia prima para el Enrique IV que vds. pueden contemplar en el Pont Neuf.

Los alumnos de bachillerato recordarán aquello de Descates de la “trozo de cera”…de los sentidos y la razón…

En su lugar colocaron una bandera blanca (¿) como remate del monumento.

…Hasta que a Luis Felipe se le ocurrió la feliz idea  de construir (Seurre) otra estatua del emperador…pero esta vez en plan pequeño-burgués: con sombrerillo y levitón inglés… ¡Para troncharse de la risa! (si no fuera por lo que es). Inaugurada el 28 de Julio del 33, hoy puede contemplarse en el patio de Los Inválidos.
Tuvo que ser un familiar, su sobrino (del Emperador), quien, sintiéndose parte de la gloria pasada (y previendo la futura), mandara (sobre el molde original de Chaudet) fabricar otra copia.

Y así… ¡Hasta el 16 de mayo de 1971!

Una vez aclarada la naturaleza del monumento y sus continuas metamorfosis, es hora de trasladarnos a la Rue Hautefeuille…para continuar nuestra remembranza y, de paso, comer alguna cosa. Mis Ángeles Custodios estarán de museos… ¡no se les huele por aquí!
Bajaremos hasta Rívoli (la calle odiada por Hugo)…Seguiremos hasta el Pont au Changes…cruzaremos La Isla y saldremos por el Pont Saint Michel…y ¡ya estaremos en Hautefeuille!



Aquí vivió (arriba de lo que era el Café Tourbot) Courbet, y en esta misma calle, en 1848, se abrió la Brasserie Andler (en el nº 28… ¡que no encontraremos!)…segunda casa del pintor. Y templo del Realismo. En torno a Courbet (¡tan seguro!... ¡tan decidido!) se formó una peña de incondicionales…además de Baudelaire, Champfleury, Corot, Daumier, Bruyas (¡”Bon jour, Monsieur Courbet”!), Proudhomme…
Si no lo veías por aquí… ¡estaría en las “Mil Columnas”! (Rue Gaîté), con Vallés. Esta era la verdadera calle de los ventorrillos…equivalente a la Rue París de Belleville.

Escogeremos “La Tournelle”, nos parecerá un bistró de época.
El camarero nos aconsejará: ¡caracoles!
...Nos gustan los caracoles…pero, así, tan seguido… ¡En fin!: una docena de caracoles con vino de la casa (que es de Languedoc).
Antes nos pimplaremos un Pernod.



 Algo me dice que mis chicas rondan el lugar…revuelo de servilletas…aroma de (sobre todo) pecho de ángel… Bianca me hace un guiño…¡¡Ya os llamaré!!...¡¡iros de rebajas!!

Razones efemerídicas nos obligan a limitarnos al hecho nuclear. Dejaremos para otra ocasión los méritos de Courbet como pintor y nos limitaremos a decir que, por su oficio, el mismo Napoleón-sobrino le ofreció la Legión de Honor, que Courbet despreció. Desde el 48… ¡la República roja era su república!
Nunca practicó un arte explícitamente revolucionario…Ni fue ajeno a la belleza tradicional…ni a la participación en los Salones…Pero arrancó de las manos de la burguesía el monopolio del “género histórico”…Los trabajadores hacen la historia y merecen el gran formato…Y las mujeres merecen ser reproducidas según sus verdaderas cualidades, ajenas al ideal masculino.
Napoleón-sobrino la emprendió a fustigazos contra “Las Bañistas” (primer salón Imperial de 1753) … ¡para celulíticas ya tengo yo la mía!...

El hecho es que Courbet, en el 71, era un artista reconocido por su calidad, por su estilo y por su decidido apoyo a todas las causas socialistas.
Tampoco es, por las mismas razones, el momento de perdernos en los vericuetos de la Comuna… (¡Volveremos!)…Nos bastará con establecer la siguiente progresión “in crescendo”: Exaltación patriótica … guerra franco-prusiana … derrota de Francia … levantamiento de París … República … Capitulación (Nietszche ponía punto y final a  su “Nacimiento de la Tragedia”) … Comuna … abandono de París … la comuna se radicaliza … Asalto de la Comuna … ¡masacre!

El  12 de abril El Consejo de la Comuna “Considerando que” la Columna es un monumento de la barbarie, un símbolo de fuerza bruta…una afirmación de militarismo y un atentado perpetuo a uno de los tres grandes principios de la República: La Fraternidad…”la Columna será derruida”. 

Enviaron mensajes a los soldados “enemigos” alimentando la idea de fundir los cañones para la construcción de un monumento a la paz entre los pueblos.

Courbet fue elegido (distrito 6ª) para el Consejo de la Comuna…En las discusiones para la formación del Comité de Salud Pública…se alineó con el ala minoritaria del Consejo, frente a Jacobinos, blanquistas y “autonomistas”…vio clara la necesidad de ampliar las bases y la necesidad de profundizar en la revolución social como medio para resistir con éxito a los de Versalles; de organizar centralmente el ataque y la defensa…desde posiciones no sectarias…Vallés estuvo en la misma onda.


El 14 de abril promueve la Asociación de Artistas de la Comuna: 400 artistas se dan cita alrededor de Courbet: Corot, Daumier, Millet, Dalou, Gill (¡!), Manet (que se ausentó en los días decisivos)…entre los más conocidos.
El programa de la Asociación coincide con el de la Comisión de Arte Comuna:
·         Conservación del Patrimonio.
·         Libre expresión y difusión del arte.
·         Desligarlo de toda intervención estatal.
·         Eliminar privilegios, recompensas oficiales, premios, exposiciones comerciales.
·         Eliminación de la Escuela de Bellas Artes, de la Escuela de Roma, de la de Atenas y de la sección de Bellas Artes del Instituto.
·         Igualdad de derechos (elección y representación )
·         Cargos elegidos y revocables en todo momento
Y en cooperación con “Instrucción Pública”.
·         Enseñanza gratuita para todos.
·         Expulsión de la Religión de las Escuelas.
Fue entonces cuando se le eligió presidente de la Comisión de Arte de la Comuna… ¡Ya estaba decidida la ruina de la Columna!: símbolo de dos Imperios.
                       
 Y a él le tocó el marrón… ¡que se lo comió con gusto!... (pues ya en septiembre del 70 había hecho una petición oficial al Gobierno de Defensa Nacional, en ese sentido).
 
Sin embargo, se opuso firmemente a la demolición de otros monumentos.

Así pues…Tal día como hoy, del año 1871, la Gran Columna de Vêndomme fue demolida…para regocijo de la chiquillería y contento de los padres.
Multitudes acudían a fotografiarse ante los restos…como ahora, ante la boca del parking…Ven vds. cómo todo lo que sube baja…y sube…¡Y volverá a caer!

Culminada la masacre de Père Lachaise…siguieron los fusilamientos, torturas, encarcelamientos y deportaciones…Algunos consiguieron escapar…sobre todo por la salidas del norte, ocupadas por los prusianos… ¡las unidades de Sajonia fueron especialmente comprensivas!...Sobre cantidades…¡Ya hablaremos!

--Buenos estos “escargots”…¡para chuparse los dedos!...(es la excusa que pondremos para chuparnos los dedos)
--¿?
--e alora…¡un restreto!
--¿?
--Oh!... pardon! …(¡Este don de lenguas que dios nos ha dado!)…¡Un café y doble de calvados!...(el Terry lo pondremos nosotros)…y Combián?

Pagaremos para que no se ponga nervioso y continuaremos a lo nuestro.

Courbet fue detenido el 7 de Junio; fue sometido a consejo de guerra y, seguramente por su predicamento internacional, condenado a 6 meses de cárcel y a la ridícula multa de 500 francos.
Cuando todo parecía encarrilado, al antiguo mariscal Mac-Mahon, a quien nunca perdonaremos sus crímenes durante la semana sangrienta, ahora convertido (por méritos adquiridos) en presidente de gobierno…se le ocurrió volver a levantar la Columna… ¡Y hacerle pagar los gastos al responsable de la demolición!...Oficialmente era Courbet. Nuevo juicio y se le condena a una multa de 323.091 francos (¡más las costas!)…Courbet arruinado huye a Suiza, mientras el estado, en su ausencia, embarga lo embargable y vigila de cerca a su familia. Era el año 1873.

En Suiza… ¡qué me va vd. a decir!...el alcohol, la soledad,  la rabia, la pobreza y los problemas burocráticos…lo mataron de forma recalcitrante: 31 de diciembre de 1877, La Tour-de-Peilz.
La Comuna no generó un estilo artístico, pero si más de 50 cuadros y miles de dibujos.

…¡Busquen vds.! … ¡Busquen…y encontrarán!...

Courbet, August Lançon, Dénis Desroches, Ernest Pichio, Bellonguet, Manet…¡Hasta la amnistía del 80 no pudieron verse esos cuadros!
La generación siguiente pudo expresarlo con más libertad:  Maximilien Luce, Girardot y
¡Signac! …que cada 28 de mayo visitaba” el muro de los federado

ERIC HAZAN:

“Dos sujetos suscitaron un odio particular: La mujeres (“petroleuses”) y G. Courbet”.
Arsènne Houssaye estima que: “de un puntapié, sería necesario precipitar en el infierno de las maldiciones a todas las horribles criaturas que han desonrado a la mujer en las saturnales y las impiedades de la Comuna”…

Otro (Laconte de Lisle): “Sus mujeres, fieras sin nombre, han recorrido toda la semana las calles de París, virtiendo petróleo en todos los huecos y provocando incendios por todas partes. Se les abate a tiros como a bestias rabiosas que son…Este infame Courbet que ha querido quemar el Museo del Louvre, merecería no solamente ser fusilado, si no lo ha sido ya, sino que se destruyan las sucias pinturas que vendió durante años al Estado”. 



“Le Figaro” del 18 de abril de 1872: “Los atroces bandidos de la Comuna no son enemigos políticos. Son enemigos de toda la sociedad y de todo orden. ¿Pueden vds. decir cuál es su ideal político? ¡Vamos! Como tampoco podrían decir el ideal estético de Courbet. Su ideal (de ellos) es tomar, matar y quemar para robar. Así como su ideal (de Courbet) es pintar brutalmente el hecho concreto, el detalle vulgar y también el objeto”

Una buena descripción de los méritos artísticos de Monsieur Coubet…!mezclado con odio de clase en estado puro!

El resto nos lo callaremos para cuando llegue el momento.

Courbet tiene una calle en su nombre, en el distrito 16.

Revuelo de cortinas…perfume angelical…el camarero se parará sin saber la razón, sonreirá, moverá levemente la cabeza y seguirá, moviendo la cola de contento, su absurdo deambular de mesa en mesa… ¡Serán las cinco en punto de esta tarde tormentosa!...De vuelta sonará, entre los espesos nubarrones, “Epitaph” (Robert Fripp que hoy cumplirá 67 años)…y “Nuage” (Django Reinhardt que nos dejó tal día como hoy del año 1953, a los 43 años).

¡Angeles Custodios de la calle del Corno! velad para que no tenga rulfianos sueños…las sombras de los muertos reviviendo sus vidas, entre las ruinas de lo que fue…


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