“Habitantes
de Paris:
¡La
armada francesa ha venido a salvaros!...París ha sido liberado (…) Hoy la lucha
ha terminado, el Orden, el Trabajo la Seguridad…acaban de renacer”
El Mariscal de Francia comandante en
jefe: Mac-Mahon, duque de Magenta (¡¡)
Sólo queda la fortaleza de Vincenne… ¡pero
no tarda en caer!... ¡Es la hora del carroñero!...despojan a los cadáveres
hasta de la ropa interior…Los carros de la basura se encargan de lo
inservible…Día de fiesta…¡Campanas a Gloria!...¡Te Deum!...y sigue el
repiqueteo de ametralladoras y los golpes secos del mosquetón…y seguirá durante
días.
Los hábitos se agitan al viento
primaveral como alas de cuervo…frailes y monjas bailan la danza de la muerte
(del otro)…los salchicheros se adornas con ristras de morcillas…los carniceros
afilan sus instrumentos al sol primaveral…los del capital se saludan sonrientes
y vuelven a sus cafés habituales…¡Vuelve la normalidad a las calles!...Las
señoritas se tapan la nariz con pañuelos perfumados…y los afortunados (pocos)
que se han librado de una muerte que parecía segura…se preparan para años de
locura.
¿50.000 muertos?...miles de heridos,
miles de deportados, miles de encarcelados, miles de exilados… ¡Limpieza
general!...Camille Pelletan , tras una seria investigación, cifra los muertos
en 100.000 (¡¡)
Lo que empezó con la promesa de detener a
los responsables del “asesinato” de
los generales Lacomte y Thomas (Rue des Rosiers) ha acabado en delirio salvaje
y asesino. Los soldados (¡misión cumplida!... ¡Freikorps!) vuelven a sus
tranquilos pueblos del interior y contarán, al amor de la lumbre, sus
hazañas…Sus hijos escucharán con la boca abierta y sus mujeres les darán el
descanso merecido.
Durante semanas se fusiló en el fuerte de
Bicêtre y en otros sitios (casas particulares, calles, jardines…)…500 fr. a
quien delatara a uno de la Comuna o del Comité Central…Y las flores seguían
floreciendo sobre las fosas y las tumbas recién cavadas.
Otro lingotazo en honor de Madame Gentil,
mujer de un veterano del 48 (¿y del 30?)… siempre dejaba la puerta entornada
para que si volvía su hombre, pudiera entrar de forma discreta…Siguió sembrando
flores para los muertos de la comuna… siempre acompañada de su gran perro
blanco (¡!) las depositaba en los cementerios de París…Los insultos y la
rechifla general no hicieron mella en ella (¡¡)
Tal día como hoy, del año 1830, nació, en
Vroncourt-la-Côte (Haute Marne), Louis Michel.
¡Infórmense vds.!...¡Infórmense!...
Sólo me atrevo a copiar (traducida) la
poesía “Claveles rojos” que le dedicó
a su, por entonces amante, Th. Ferré, fusilado por los de Versalles:
“SI
fuera al negro cementerio,
Hermanos,
lanzad sobre vuestro corazón,
Como
una última esperanza, rojos claveles en flor.
En
los últimos tiempos del Imperio,
Cuando
el pueblo se despertaba, fue tu sonrisa, rojo clavel,
La
que nos dijo que todo renacía.
Ve,
hoy, a florecer a la sombra
De
las negras y tristes prisiones.
Ve
a florecer junto al triste cautivo
Y
dile que le queremos.
Dile
que con la rapidez del tiempo,
Todo
pertenece al futuro;
Que
el vencedor de frente lívida
Puede
morir antes que el vencido”.
Vestida de Guardia Nacional, respondió
disparando cuando las tropas abrieron fuego contra los obreros en enero del 71.
Defendió las barricadas de Montmartre y otras…Puso haberse exilado, pero se
entregó para que no ejecutaran a su madre. La enviaron a Nueva Caledonia y
siguió siendo la “Loba roja”:
“No me quiero defender. Pertenezco por entero
a la revolución social. Declaro aceptar la responsabilidad de mis actos(...).
Ya que, según parece, todo corazón que lucha por la libertad sólo tiene derecho
a un poco de plomo, exijo mi parte. Si me dejáis vivir, no cesaré de clamar
venganza y de denunciar, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta
Comisión”
Fue la primera en enarbolar la bandera negra,
como enseña del anarquismo internacional…Otros la llamaron “La Buena Louise”: Quiso dedicar su vida a la educación y sustento
de los hijos de los obreros…Muchas escuelas llevan su nombre. Dos batallones de
las brigadas Internacionales en España, también.
Las malas conciencias pusieron el nombre
de “Louis Michel” a los jardines al
pie del “Sacré Coeur”…La construcción que selló definitivamente la infamia
cometida.
Ahora, a morro…y ¡salga el sol por
Antequera!... Chubasquero humano y Rue Belleville abajo…Rue Piat…La seguiremos
(a la izquierda)… Llegaremos al mirador del parque de Belleville… ¡Olvídense
vds. de “Amelie”!...recuerden que
todo esto está cimentado en mortero de hueso y cal.
Tomaremos asiento en el bar de la esquina
y pediremos un calvados doble (que hará las veces del Dry del medio día).
El plan es llegar al espacio ”Louis Michel-Le temps de Cerises”
construido con sus propias manos por Lucio Urtubia (vean el documental…¡Véanlo!).
Bajaremos hacia Ménilmontant, (en efecto, nombre saltarín donde los haya) y rue
des Cascades…Encontraremos el local cerrado (Lucio, que aún vive, está en
Alemania)… pero no habremos hecho el viaje en balde… tomaremos una copita de
calvados en “La fontaine de Henri IV”
y seguiremos con nuestras rememoraciones. A veces nos entrarán ganas de
entablar conversación con algún cliente o con algún paseante con el fin,
limitado, de oír una voz diferente a la voz interior.
Y después se apuntaron los matarifes de
la pluma: Anatole France, Th. Gautier (el duce Theo), Flaubert, Edmond Goncourt,
Maxime du Camp, Laconte de L’Isle… Renán, Daudet, el mismísimo Zola… ¡y tantos
otros!...salvaremos a Verlaine, Rimbaud, Villier d.l. Adams…y pocos más. Salvaremos también
(¿) a V. Hugo. Por suerte para él, Baudelaire, ya estaba criando malvas, de lo
contrario, su “corazón al desnudo”,
hubiera demostrado que la hiel no se crea en el hígado.
Pero en unos tonos…jamás oídos.
Destilando odio tan puro como los espirituosos de tres destilaciones. Sin mezcla de compasión…¡bebida pura!...¡Odio
puro!
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