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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy, día 11 de diciembre. “Locus Solus”. Kiev.



(Los asteriscos (*) remiten a efímeras “razones efemerísitcas”)

Sepan vds. que, en contra lo que dice el dicho, los locos nunca están solos. Y cada vez son más. Locos e idiotas que sólo ven lo propio se multiplican por el universo mundo como inmortales células cancerosas. Amantes tiernísimos de lo propio, se vuelven hienas ante lo que consideran ajeno. Signo inconfundible de locura es el frenesí por la homogeneidad. Otro: el soliloquio, sembrado de exabruptos que contentan a su cofradía. Otro: creer que su padre es Napoleón (ellos son Dios).

1.
Como decíamos ayer” (*), ya que están Vds. en París, rue Clichy, déjense caer hasta los Grandes Boulevares, sigan a la izquierda hasta la puerta de Saint Denis y asciendan por el Boulevard de Strasbourg…se toparán con el Teatro Antoine y, a su vera, “Le petit café”. Si soportan el sucio invierno de París, siéntense en las heladoras sillas de aluminio  y pídanse unos calvados; si no, entren y pídanse unos calvados. Cuando acaben, pídanse una botella entera y ¡de perdidos al río!


Tal día como hoy, del año 1922, se estrenó en este teatro que se mantiene grácil: “Locus Solus” del fríamente poético Raymond Roussell. No tiene nada que ver con la introducción. Se trata de un “lugar” calificado de “solo”. Una “novela” convertida en “obra de teatro”. Un prestigioso crítico, prologando unas disquisiciones de Foucault, la resume así:
 
«Un científico e investigador importante, Martial Canterel, ha invitado a un grupo de colegas a visitar el parque de su finca, Locus Solus. Cuando el grupo visita la finca, Canterel les muestra invenciones de una complejidad y rareza cada vez mayores. De nuevo, a la exposición le sigue la explicación, la histeria fría de la primera dando paso a las innumerables ramificaciones de la segunda. Tras un martinete áreo formado por un mosaico de dientes y un enorme diamante de cristal relleno de agua en la que flota una chica que baila, un gato sin pelo y la cabeza conservada de Danton, llegamos al pasaje central: la descripción de ocho curiosos “tableaux vivants” que tienen lugar en una enorme jaula de cristal. Aprendemos que los actores son en realidad gente muerta que Canterel ha resucitado con “resurrectine”, (acordémonos del elixir de Blas de Cubas, o del fluido del “Supermacho” y de tantos otros elixires extraordinariamente inútiles, dignos de la botica del “más allá”) un fluido de su invención que si se inyecta a un cadáver reciente hace que represente el incidente más importante de su vida».

Ya sé que Vds. están duchos en la ironía socrática. Ya sé que conocen sus fases e intención. También es irónico el empleo de una fuerza desmesurada para vencer una resistencia mínima. Es ironía describir minuciosamente, hasta la obsesión, un mecanismo complejo destinado a producir efectos intrascendentes. Es ironía el esfuerzo divino para crear un mundo intrascendente e inútil  como el que habitamos. Es ironía la desproporción exagerada y grotesca.  Así, pienso que le “nouveau roman” es irónico, en la medida en que pone ingentes medios para la descripción de objetos fugaces y fútiles. Irónica es la escritura de Raymon Roussell a quien tengo el gusto de presentarles: bajo un manto de la más aséptica objetividad se oculta la inutilidad divertida (patafísica) que llena de poesía el universo-mundo.



 Roussell, se detiene en un detalle, se remonta a la pieza completa, se eleva a la inspiración origen de la pieza, y vuelve sobre el comienzo…pero ahora con una nueva comprensión del todo. También se le llama “dialéctica” a este procedimiento. “Ironía dialéctica”: ese es mi diagnóstico definitivo. Así como Marx empieza su análisis del sistema capitalista  con el análisis del objeto preparado para ser vendido, y se remonta hasta las condiciones que hacen posible su producción, para volver de nuevo sobre el objeto, comprendido, ahora, como mercancía; así Roussell parte de una máquina incomprensible, una pieza de pura sintaxis desconocida, para, elevándose hasta las condiciones (semántica) de su producción, hacer comprensible su función, una vez hemos comprendido su funcionamiento mecánico y su manantial poético.

La “realidad” se presenta incompresible en sus detalles, sino captamos la intención general que la guía.

Roussell, en plena época de fascinación por la máquina, se ríe de esas desgraciadas criaturas e intenta salvarlas poniéndolas al servicio de las fuerzas de la vida: la poesía y la delicadeza. Los futuristas, a su lado, son unos bárbaros, en el más innoble sentido del término. Picabia y Duchamp habían entendido el mensaje.

En fin, el mismo Raymond Roussel dejó escrita la clave de sus escritos. Y no es ajena a esa clave Arsène Lupin (*) ni Sherlock Holmes (*).

Mientras relamen el cuello de la botella con ojos desquiciados, imaginen lo que paso a contarles: Aquella noche se estrenaba la mencionada obra y “La guerre en pantufles”, como guarnición. Ya hacía tiempo que los futuros surrealistas y, ahora, huyendo de los “ataques de sueño” y del dadaísmo (Breton y compañía), conocían la obra de Roussell a quien consideraban de los suyos. Suerte tuvo Raymond de heredar lo suficiente hasta que se hastió de la vida. O quizá fue al revés: Se acabó el dinero y se hastió de la vida. Mañana se tratará de otra herencia.

Bueno pues, Aragon, Desnos, Breton y los demás, se repartieron por la sala dispuestos a armar la de dios (¿) es cristo (¿). Aplaudían fuera de tiempo, aclamaban al autor como al caudillo de la nueva poética, insultaban a los ofendidos, exaltaban a los emocionados, animaban a los indecisos, robaban el sombrero a los maleducados que no se habían dignado a despojarse de la prenda… Y, después, lanzaron vivas a Alemanía y “abajos” a Francia. Y “¡merdre!” por doquier. Roussel, definitivamente, se hizo un nombre. Aquellos eran espectáculos. Como cuando la sonada bofetada de Desnos a aquel biempensante espectador (ya se lo contaré otro día). O como cuando Breton le rompió el brazo a Massot de un escénico estacazo. Las cosas se hacían a lo grande.

 Imaginen Vds. con ese nombre la de secuelas y parodias que aparecieron del tipo “Cocus Solus” y algunas aún más graciosas.
Ernst, Miró, Dalí. Masson, De Chiricco….No serían lo que son sin R.R.




2.
No tengan prisa, fuera hace un frío que pela. Pídanse unos caracoles y dejen que las cosas fluyan, resbalen… Aquí no cierran hasta que no acaba el espectáculo. Pídanse, acabado el calvados, una granadina, más tirando a carmesí que a grana. Exijan al “garçon” que consiga el tono justo de la escarlata… ¡que estudie! La escarlatina es otra cosa. Díganle que conmemoran la primera aparición de Sherlock Holmes o la llegada de Lenin a su exilio parisino. Miren la media luna de París e imaginen  al estólido Eugene Cernan paseando con su jeep lunar (máquina Rousselliana) a la azulada luz refleja de la tierra y dándole al “caletre” para formar una frase heroica y perdurable que hiciera sombra a la que el servicio de inteligencia construyó para Armstrong. Finalmente se dejó llevar por la vena poética que, sin duda, fluye por Selene y se descolgó con un desabrido: “El reto estadounidense de hoy ha forjado el destino del Hombre del mañana". Dado la mengua continua del caudal poético, el “Pentágono” suspendió las misiones Apollo. Así que Cernan fue el último ser humano que pisó la luna (¿) (Carrero Blanco no cuenta)…Se hubiera llegado a aquello de “¡Ja sòc aquí!”.  Tal día como hoy, del año 1972, Cernan, tras un día en la luna, subió al apolíneo vehículo y recayó en la dura realidad.


Como les pasará a Vds. El camarero de malos modos, como es connatural con la profesión, les arrojará a la cara la cuenta y les retirará los vasos sin permitir que los laman. Se acabó la función.

–Pero…¡Oiga! ¡Me falta una conmemoración!

–La del estacazo que le voy a dar como no se levante inmediatamente.

–¡Exijo que me sirva un B&B!

El camarero, intrigado, le echará, al que habla por todos, una mirada fría como el pavés de París, ¿Qué ha dicho Vd.? ¿B&B? ¿Un Brigitte Bardot?

–Veo que Vd. ignora uno de los mitos de la coktelería universal

–Grrr…Grrr…

–Se trata de una juiciosa mezcla de Brandy y Benedictine, envejecido en roble. Preferida (entre otras muchas preferencias) por Hemingway y por Alma Mahler (*).

–Y se puede saber qué “merdre” de efeméride trata Vd. de conmemorar con esa “merdre” de bebida………………………………………………

–Olvídese. No tengo ganas de pensar en almas.
Hegel” se lanza sobre mí y exige las croquetas y el arroz. De un bocado destroza la luna que, como escafandra, envuelve mi cabeza y tira la botella de calvados que revienta con estruendo y tristeza. ¿Cómo he podido olvidar mis obligaciones para con el perro?

–¡Eso digo yo!¿Cómo has podido? No parece que te haya sido muy difícil.

–Lo siento, no volverá a ocurrir…

–Eso ya lo dijo el rey…

3.
“Así pues era un diciembre blanco, cubierto de nieve. Vertiginosamente avanzaba hacia su mitad, los destellos de la navidad se sentían ya en las nevadas calles. Pronto iba a terminar el año 18” (“La Guardia Blanca”. Bulgákov. No la confundan con la de Conan Doyle)



 13 años antes, el mismo día y en la misma ciudad, los obreros de Kiev, reunidos en el distrito de Shuliavka, declaran la república revolucionaria de Shuliavka. Duró una semana, pero tuvieron tiempo para exigir: la abolición de la monarquía absoluta, la libertad de expresión y de reunión, los servicios sociales, la amnistía de los presos políticos, la emancipación nacional de los ucranianos, polacos, judíos…  y el cese inmediato de los pogromos judíos, “que avergüenza a nuestro pueblo”. 

Además, los trabajadores exigieron una pensión, condiciones normales de trabajo, la eliminación de multas innecesarias, mejores servicios médicos, y un sistema de estatal de protección. Corría el año 1905. Había luna llena. Cuando empezó el cuarto menguante los cadáveres llenaban las cárceles y las heladas calles de Kiev. 












Precisamente ahora los de “Maidan”, bendecidos por cruces “de Caravaca” y exhalando humo infernal de tanto frío y odio, celebran el derribo de la estatua de Lenin. Kruschev, sin duda, hizo un regalo envenenado. La nueva “Guardia Blanca” vuelve a acechar.  La historia bien merece un tango (*).

La 2ª serie de este 11 de diciembre promete ser MUCHO mejor: Sam Cooke, Musidora, Betty Page…

               

















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