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viernes, 28 de febrero de 2020

“Año bisiesto”. 29 de febrero .


1.
–¿Bisiesto? ¿Quieres saber de dónde lo de “bisiesto”?  Sacó una pistola, modelo “Gran Berta”, y le descerrajó un tiro por debajo de la mesa que sublimó sus partes nobles y le abrió un boquete por donde, limpiamente, podía verse el lívido estampado floral que decoraba las paredes de la agencia de inteligencia-emocional que, como es norma, carecía de sentido de la belleza. Desde ese preciso momento se declaró el vengador del tiempo perdido, aún a sabiendas de que era un mero título honorífico.

El tiempo. Ese era su manantial de tristeza y desespero. Y había sido tratado como trata un carnicero a una res llevada al despiece. No se trataba de la naturaleza escurridiza del tiempo, ni de las cuestiones metafísicas que se derivan, ni de la imposibilidad de fijar temporalmente los procesos orgánicos. Tampoco de cuestiones cosmológicas, ni de física teórica, ni de Bergson, ni de San Agustín, ni de Proust, ni de nada que tuviera que ver con el existencialismo alemán… No se trataba del tiempo “sacro” y su conversión en profano, ni de su necesaria función como fundamento de la teoría del valor, no se trataba de cuestionarse la existencia del tiempo en ausencia de “algo” (pero, bueno, eso era algo que le quitaba el sueño y, en consecuencia, aumentaba su tristeza y desespero), tenía que ver con el tiempo perdido, con esos días, semanas y meses que habían sido eliminados de un plumazo del calendario de la historia… Y todo por unos desajustes de nada.

Y es que el técnico en inteligencia emocional le había tocado el punto flaco.

Bonito comienzo para una novela de ciencia ficción.




Durante siglos, las fechas han sido un quebradero de cabeza. Acontecimientos que ocurrían en la misma fecha, lo hacían en tiempos diferentes. Así Cervantes y Shakespeare no nacieron el mismo día; ni Newton nació el día que murió Galileo; Ni los bolcheviques tomaron el poder en ¡Octubre!; ni Colón “descubrió” América en la fecha que nos inculcaron de niños; Ni Jesucristo nació el día 25 de diciembre; ni Mahoma fue de medina a La Meca (o viceversa) en la fecha establecida… ni nada de nada… ¡Esto es un sindios! Ya puestos que sorteen los días y que amanezca, p.e, el 26 de julio, después del 3 de febrero (nota: desarrollar esta idea hasta sus últimas consecuencias).

Tengo para mí que la tonta afectación de dotar a los meses con cantidades diferentes de días se debió al deseo de dar sentido a los nudillos de la mano. ¿Qué impidió dar a todos los meses la misma duración? ¿Por qué febrero llevó las de perder, atrayéndose, por eso, fama de loco y fulero? ¿No sería más racional (más sencillo y más humano) adoptar nuevamente el calendario revolucionario francés que, además, destila poesía por todas las juntas? Desde luego el que funcionó durante un tiempo en la URSS era un verdadero disparate, sólo tenía de simpático el diferente color de los días; por lo demás, acrecentó el caos mental, ya de por sí importante, de los sufridos trabajadores socialistas, que vieron cómo una de las pocas certezas que les quedaban era arruinada en aras de la productividad. Pero, y es a lo que voy, ¿por qué febrero se quedó tan corto? ¿Por qué? ¿Por qué, sobre todo, su naturaleza engañosa?

Simón “el estilita”, que tras probar en una cisterna vacía y en una caverna, acabó su vida instalado en una columna de 17 metros de altura, pudo, de haber tenido interés científico y las dotes que se requieren y no haberse centrado en saciar sus ansias masoquistas y en recitar a gritos los salmos, que se los sabía de carrerilla, pudo, decía, pues su posición era ventajosa, haber confeccionado, de no haber estado ya confeccionado, un calendario bastante exacto. Hubiera constatado que el sol salía siempre por el mismo sitio, más o menos, y se ponía, con la misma imprecisión, por el sitio contrario. Pudo haber afinado esa irregularidad. Y pudo haber establecido los equinoccios y los solsticios. Y pudo, de haber tenido interés y dotes, como he dicho, saber que el sol salía 365 veces (y un poquito más) hasta que volvía a salir exactamente por el mismo punto del inicio. Establecidos estos puntales pudo haber desarrollado, como he dicho, un calendario bastante aceptable. En ningún caso, dada la tendencia a la simetría y al orden que caracteriza a la especie, se le hubiera ocurrido dejar un mes con una cojera tan evidente.

¿De dónde, pues, “febrerico, el loco”?

Esto que pudo haber hecho Simón, es lo que hizo la especie cuando le llegó el momento. Durante millones de años los seres vivos adecuaron su existencia a la danza de los astros. La especie humana, sin embargo, para conjurar el terror, ordenar sus vidas y, de paso, “obligar” al mundo a someterse a sus normas, pues no otra cosa es el mito sino un intento de someter a la necesidad lo que parecía suceder de manera caprichosa, dio el paso decisivo: domar el tiempo.

Así llegamos al calendario romano que, en su forma más desarrollada, se componía de 12 meses (enero y febrero fueron los últimos en colarse) de 31 y 30 días de forma alternativa, empezando por el 1 de marzo (Año Nuevo), pues el año empezaba cuando parecía que la naturaleza se despertaba de su sueño gélido. Así se entiende el nombre de los meses de otoño: Septiembre, octubre, noviembre y diciembre (sétimo, octavo, noveno y décimo… reliquias de un calendario más antiguo que había dividido el año en 10 meses). Enero y febrero eran los últimos y febrero, concretamente, el último. Ese reparto de días daba a febrero (el último) 29. Para remediar el amontonamiento de escoria, tenían que incorporar de vez en cuando un mes que, actualmente, sería una pieza codiciada por los anticuarios de los cinco continentes.




Julio César, que no Juliano el Apóstata, fue quien, inspirado por los egipcios, ordenó el reajuste. De paso se reservó para sí el 5º mes, que pasó a llamarse “Julio”. Augusto no quiso ser menos, así que tomó el mes 6º y lo convirtió en “Augusto” y como tenía sólo 30 días le robó un día al último de la fila, para así equilibrar las cosas. Es por eso que julio y agosto tienen 31 días y febrero 28, que se convierten en 29 cada cuatro años.

Hay que decir que el día de año nuevo pasó al 1º de enero en fecha temprana, bastante antes de que Julio César metiera mano. La causa fue militar: la necesidad de planificar las campañas (concretamente el asedio de Numancia)  que deberían llevarse a cabo con el buen tiempo. Que Augusto le robara un día a febrero fue injusto, debería habérselo robado a diciembre (el último)… pero por la inercia de las cosas y tal…

¿Pero de dónde “bisiesto”?

Los romanos no numeraban los días como nosotros. Los contaban en relación a los días que faltaban para las calendas (primero de mes) del mes siguiente. Así que propuso repetir un día, y eligió el 24 de febrero (¡otra vez el último mes!), o sea el sexto día antes de las calendas de marzo (que antes era el primer mes del año): “ante diem bis sextum kalendas martias”. Poco después se pasó a final de mes. Aquel año (46 antes de nuestra era) fue “el año de la confusión”: 445 días de inquietud.

Las cosas no acabaron de solucionarse y seguían acumulándose detritus de tiempo. Así que el papa Gregorio XIII, el 24 de febrero del año 1582, mediante la bula “Inter Gravissimus” corrigió el algoritmo para el cálculo de los bisiestos.…Infórmense, Vds. infórmense…





El calendario gregoriano fue imponiéndose poco a poco. Y en cada uno de los países en los que se establecía, se pegaba una mordida al año en curso; de tal manera que cientos de días se han desvanecido euridicianamente. Vieta (nada que ver con lo “bafles”) se opuso con toda su ironía a la propuesta de Clavius, al que tachó de “tonel alemán” y de ladrón de días. Todos los matemáticos y astrónomos de Europa se sintieron, en mayor o menor medida, aludidos.

2.
Ejemplo de lo dicho: ¿ Nació Seferis el 29 de febrero del año 1900 o el 13 de marzo? Pues, verán: en Esmirna (calendario juliano) era 29 de febrero y en Paris el 13 de marzo. O sea que cada cual lo celebre cuando le dé la gana.  Luís I de Baviera, abuelo del rey loco, murió tal día como hoy, del año 1868, porque en Niza ya se había adoptado el gregoriano. Balthus, nació el 29 de febrero del 1908, sin dudas. Casas, aburrido de la Parés y de sus inseparables Russiñol y Clarassó, murió el día más esquivo del año 32.

Rossini es también un miembro del club de los nacidos en bisiesto. En 1892, el centenario de su nacimiento fue conmemorado el 8 de abril. Verdi dirigió, en su memoria, por última vez una orquesta en directo…en la Scala de Milán, naturalmente. Su proyecto de un Misa-réquiem conjunta en su honor quedó en eso: proyecto. 

3.
Así las cosas no es raro que tal día como hoy esté dedicado, internacionalmente, a las enfermedades raras. Y, con toda consecuencia, la Iglesia católica, romana y apostólica, celebre los sufrimientos de san Dositeo y de santa Tararia., santos raros donde los haya.

4.
Francia tiene un periódico, La Bougie, que solo saca edición el 29-F.

N.B. 1

Este día, que convierte el año en bisiesto, tendría que ser festivo a todos los efectos. Gracias a él, los cálculos se acoplan y el orden vuelve a imponerse. Debería de ser un día de permisibilidad total, el carnaval que precediera a una cuaresma de cuatro años. Un desorden que pusiera de manifiesto la artificialidad del orden posterior. Una reordenación que no sería posible sin esta irregularidad.
En ese día se nos debería pagar por los atropellos sufridos en los cuatro años precedentes.

N.B. II 

También resulta significativo que, en este día (29-02-20) tan superfluo, prieten sus filas en Perpiñán las huestes de Waterloo para anunciar que "mañana, día de San Ciruelo, que es el 30 de febrero, pagaré lo que debo."... y, de paso, felicitar a Pedro Sánchez por su 48 aniversario.








miércoles, 15 de febrero de 2017

EN EL IV ANIVERSARIO DE "EFEMERÍSTICAS RAZONES"



Cuando uno se jubila es como si se quemaran las naves; no por acto de mítico coraje, sino como resultado de un banal acto administrativo, combinado, como es natural, con la fatalidad del tiempo. Pero eso no quita sensación de corte definitivo: Detrás queda la enmarañada espesura de la juventud; delante, la pulimentada vertiente definitiva. En medio, uno, como una marca divisoria... o una muesca en el revólver de la vida.

Lo primero que hice fue comprarme un chándal en el Decathlon. Lo segundo, a la semana siguiente, completar el kit con unas zapatillas adecuadas para recorrer las calles y los campos. Lo tercero, habiendo copletado el utillaje, ir a la búsqueda de terrenos fértiles en espárragos, setas o cualquier otra cosa que pudiera ser arrasada. Cuando comprobé que todos los sitios estaban pillados y que mis iguales madrugaban más que yo por el placer de humillar al perezoso; que todas las calles y todos los campos, sin excepción, habían sido ocupados hasta límites para mí, y hasta entonces, insospechados; que andar sin propósito y vestido de forma extravagante o, cuanto menos, desacostrumbrada, era una neta excentricidad y nada tenía que ver con la vida, sino que, por el contrario, pulimentaba aún más la vertiente definitiva, cuando comprobé, como digo, todo lo anterior, paré en seco con el propósito de buscar objetivos que fueran más allá de lo dicho y más allá, incluso, de la participación (el chándal lo tenía) en marchas de la dignidad o manifestaciones de domingo, engrosando la escuadra de los yayoflautas.

Toda mi vida había estado enfocada a la transmisión del saber, en alguna de las acepciones de la expresión. Cuaquier nuevo aprendizaje carecía, pues, de transitividad y, en consecuencia, era inútil, cuando no perjudicial. Aunque de colesterol siempre he andado bien, no me atraían los viajes del Imserso, ni la permanencia, por breve que fuera, en los centros de jubilados, ni, mucho menos, participar en sus mezquinos juegos de mesa. Podría decirse que me encontraba en el punto cero de mi existencia, si es que alguna vez mi existencia había pasado del cero patatero.

Tras noches insomne, esbocé un plan grandioso y que se avenía con ciertas aficciones propias durante años relegadas: Oir toda la música llamada clásica y completar esa formación con el estudio del serbio o, en su defecto, el ruso. Lo primero me ocuparía las mañanas y lo segundo, las tardes. Cuando ya me veía abocado de por vida a la polifonía, pues no había forma de pasar de Palestrina y su Misa del Papa Marcello, me vino la idea de las "efemerísticas razones": ¡Y ya van cuatro años de insensatez!

No voy a repetir lo dicho en conmemoraciones anteriores. Añadir, sin embargo, que el proyecto sigue engordando de forma rizomática. Sus ecos llegan hasta los confines más insospechados y de allá me llegan comentarios incomprensibles: bien porque quien los escribe no sabe escribir, bien porque el escoliasta me atribuye la intenciones que me son del todo ajenas o bien, directamente, porque están escritos en lenguas que me son desconocidas.

Quiero desvelar el decálogo que, en general, guía mi ingente trabajo:
  1. No atacar temas de neta actualidad.
  2. Evitar en lo posible temas de índole militante, que tienen sus propios espacios.
  3. Si no puedo encontrar una veta (h)umorística, dejar la cosa.
  4. Importa más el final que el principio.
  5. La ausencia de citas explícitas no se debe a una impostura sino a que el apartado de citas ocuparía un espacio decomunal. Es evidente que la informacion la saco de algún sitio. Si alguien se siente expoliado no tiene más que decirlo. Las imágenes las cojo directamente de internet. Las hay blindadas y las hay a disposición de cuaquiera, creo.
  6. Evitar lo que es evidente y esperado.
  7. Improvisar y no retocar los textos.
  8. No escribir burdas fasedades.
  9. Tomo el Condis en representación del resto de porquerizas.
  10. "Gorrión" y "Hegel" son auténticos. Así como sus intervenciones. A mi compañera la dejo al margen del ridículo, así como los lances amorosos que no le importan a nadie más que a mí y a las personas implicadas.

Estos diez mandamientos se cierran en dos: Escribir por placer y gozar para seguir escribiendo.





lunes, 15 de febrero de 2016

15 de febrero. III Aniversario de "Efemerísticas razones"






Bueno. Ya hace tres años exactos desde que quien esto escribe comenzó una aventura que pensó fugaz y simpática. No ha sido así: la empresa me ha engullido de tal manera que mi vida se ha convertido en un revivir. Comenzó como “Propuestas ¡”Quién pudiera!”, pero el  desarrollo del proyecto me ha obligado a suprimir el “¡quién pudiera!”, pues nada desearía menos que repetir algunas de las propuestas que propongo. 

Son ya 4.000 páginas insensatas que he arrojado al mundo ya, de por sí, lleno de insensatez. No me pregunten por el sentido o finalidad del asunto. No lo sé. Ahora es una droga. Soy un adicto. Lo era ya, pero ahora lo soy a la escritura semiautomática. Si alguien conoce un teléfono al que acudir a pedir ayuda que me lo envíe.

A lo largo de estos tres años (450.000 visitas) ha cambiado la forma y el contenido de esto que puedo calificar de “Tratado de la estupidez humana”, arribando, desde la ligereza inicial, a pesadas y pedantes rememoraciones, sólo amortiguadas por la presencia de mi nuevo perro, Hegel.


Mi última voluntad será que encuadernen esta obra magna y la depositen en la “Oficina de Pesas y Medidas” de París, si es que existiera tal entidad; de lo contrario, que se deposite en cualquier academia de teratología.

domingo, 15 de febrero de 2015

15 de febrero. 2º serie. ANIVERSARIO DE “EFIMERÍSTICAS RAZONES”






     
     Tal día como hoy, del año 2013, exactamente a las 9’15 de la noche, al que esto escribe se le ocurrió la idea genial de un nuevo género literario: “Las Razones efimerísticas” que, además de jugar con lo efímero de las efemérides, proponía una creación rizomática que conectara los acontecimientos más significativos (a juicio del autor) del día. La idea original era utilizar sólo efemérides “literarias”. Por ejemplo: el día 6 de junio, primer beso de Luís de Vargas a Pepita Jiménez.

     La primera “propuesta” fue dedicada al “Cementerio Marino” de Valery y, con esa excusa, les propuse un viaje a Sête de la mano de Brassens. Mientras tanto, el proyecto ha ido engordando, se me murió el perro “Gorrión” y otro, “Hegel”, ha hecho entrada.
Desde aquella lejana fecha (ya dos años: 730 días), han aparecido 250 entradas (faltan 100 para completar un año natural), convirtiéndose, lo que empezó como entretenimiento, en obsesión y en monumento a la estupidez, sólo comparable a las inútiles proezas de Bouvard y Pécuchet.

     Recogido todo el material en un Blog (Kinomoriarti “efimerísticas razones”) ha conseguido ser leído con fruición y regularidad en lugares tan exóticos (para nosotros) como Corea del Sur, Etiopía, Antigua y Barbuda o Carolina del Norte. A destacar que tras 250 entradas (2.000 páginas) y 150.000 visitas, sólo haya recibido un comentario: “¡Vd. escribe muy bien!” suscrito por el espectro de  un marinero de Kronstadt. No es muy extenso ni emotivo, la verdad,  pero que te reconozcan algún valor siempre reconforta.

     Adentrado en el proyecto, éste reveló su venenosa naturaleza y se convirtió en una eterna (¿) “work in progress”, de tal manera que, a lo tonto tonto, me he visto atrapado en esta tela de araña que amontonará capas sobre capas hasta construir un monumento  tan emocionante e inútil como “Nuestro pueblo” de Rodia, a quien el autor, por cierto, rinde un merecido homenaje.




viernes, 14 de febrero de 2014

Propuesta para hoy, día 14 de Febrero, día de san Valentín. Donde se habla de: "Funes, el memorioso". "Día de los enamorados". Red europea de "ciudades enamoradas". Kafka. Zamora 1879... y otros temas.


1


Amanece el día 14 de febrero. La marmota predijo frío...¡y así es! He visto como Hegel ha entrado sigiloso en la habitación y ha depositado un corazón rojo de tela en la cama. Con la misma discreción ha salido. Este Hegel copia lo peor. No sé dónde lo habrá aprendido. Cuando salgo de la habitación, se hace el dormido. Ronca y mueve las patas como si soñara con conejos salvajes. Le corto dobe ración de choped.

--¡Kino! ¿y eso?

--¡Eso digo yo!

-- Es para que no me olvides...

-- "Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar". No lo digo yo, no te confundas, lo dice Shakespeare.

-- Bueno...yo...en realidad quería que me dieras dobe ración. No tiene nada que ver con la efeméride. Es que he tenido pesadillas y me he despertado hambriento.

Convoco a mis Ángeles, que acuden solícitos. Cónclave. Revolotean chagallmente por la cocina. Hegel salta y aúlla. En dos segundos esto se ha convertido en la fuente de la primavera.

--Bueno, chicas, no hace falta deciros qué día es hoy

--Sí, Sí, Sí... ( a coro)

--Está bien, está bien... ¡14 de febrero!

--Día de los enamorados-- concluye Milena, hija de ujier de juzgado.

--Europa, como sabéis, se desliza hacia su destrucción y lo hace de forma grotesca y cruel. Europa ha perdido el norte.

--¡Sobre todo el noroeste!-- es Aurora, la hija del barrendero

-- Ja, ja, ja (a coro).

-- Y para añadir rechifla, a alguien se le ha ocurrido montar una especie de ruta del vino, que recorrerá la "Europa enamorada". Una red europea de ciudades que han pasado a la historia por hechos luctuosos unidos, ¡comprensible!, a lo que ha venido en llamarse amor. Una ruta que será recorrida, si se cumplen las prospecciones, por los más infelices de cada país. Una ruta que inundará los campos, las villas y las ciudades, sea cual sea su tamaño, de un hedor halitósico. A los infelices se les sumarán asesinos aún desconocidos, y que gracias a estas visitas se irán dando a conocer, lóbregos padres de familia, adolescentes repulsivos, miembros activos de la insensibilidad. Europa se invadirá a sí misma con lo peor de cada casa. Así que...¡dejadme acabar!

--Pero si nos hemos quedado mudas... (a coro)

--Así que, decía, os envío a recorrer Europa....

--Sobrevolar, más bien-- Bianca, la hija del vendedor de garrapiñadas.

--Pues ¡a sobrevolar! Europa y a recabar informes sobre las intenciones de los munícipes de esas tristes ciudades destinadas a la primera línea del frente del ridículo y la desfachatez. Bianca, tú sobrevolarás Sigulda, en la lejana Letonia; Chiara, tú irás a Verona; Aurora, tú...¡a Krosno! Y a Milena la enviaremos a Iraklio. Las ciudades rumanas han de perfiar su proyecto.

--¿Y yo?-- Hegel.

-- Nosotros haremos el trabajo desde casa. ¿Todo claro? Esta noche lo pondremos todo en común.

Batir de alas y un perfume de adormidera. Hegel mueve la cola. Y yo me preparo un carajillo de los que harán época.

-- ¿Teruel?.... ¿Es el gerente de la Sociedad de las bodas de Isabel de Segura con Café Marcilla, perdón con Diego de Marcilla, encargada de los fastos amorosos y anuales?



-- Buenos días, caballero, soy la gerente. En efecto. Desde aquí lo organizamos todo.

-- ¿Y qué tenemos para hoy?

-- Veo que Vd. Está un poco confundido. Aquí no celebramos el día de los enamorados. Celebramos el desgraciado amor de la pareja mencionada que, por cierto, no pudieron casarse.

-- Esos que, pétreos, se dan la mano...

-- Exacto. Si se pasa por aquí dentro de dos semanas, podrá gozar de los eventos.

-- ¿Gratis?... es una broma. Así que celebran la muerte de los dos desgraciados y son incapaces de invitar a una caña a las parejas que se casan normalmente sin asesinatos, ni otro tipo de muertes, de por medio.

-- Bueno, caballero, celebramos la fidelidad y el tesón...

Habla y habla. Cuenta y no para de las multitudes que inundadan la plaza del torico y la de las Bodas, ahora en obras. Reivindica como propia la iniciativa europea. Calcula los ingresos y concluye:--¡Será Vd. Bienvenido!



Los de Coimbra dicen que me enviarán un folleto con los comercios especializados en regalos de enamorados: chocolate, peluches, flores...y cosas así. Allí conmemoran, aunque de forma muy discreta (como no podía ser menos), los amores regios de Inés y Pedro: las agrupaciones de bandurrias de la universidad machacarán a los visitantes de la Quinta das lágrimas y, sobre todo, a los que se acerquen a la Fuente dos Amores. Tampoco fueron felices.

A los de Montecchio Maggiore les planteo el litigio que tienen con los de Verona a cuenta de las muertes de esos pobres e ilusos adolescentes. Me cuegan el teléfono.

Los de Sulmona "Sulmona è la mia patria, ricchissima di gelide acque, che dista novanta
miglia da Roma" (Ovidio) no están para bromas. De momento está en vilo hasta a casa museo de poeta del amor. Los continuos terremotos mueven el corazón con más fuerza que los amores más entusistas.

París, en lugar de presentar su candidatura basada en conocidos amores, presenta como reclamo la edificante historia de Eloisa y Abelardo. Dicen que ya han arreglado la tumba. Cuando la vi estaba echa unos zorros. Pura ruina. Además, todo el mundo sabe que los restos que metieron juntos en esa tumba de Père Lachaise, pertenecían a dos desconocidos, no sólo para nosotros, sino también, y esto es la bufonada, entre ellos. Tampoco fueron felices (¿o sí?). La cosa se sabe porque el elemento masculino gastaba el 18.
También preenta, dicen, la mamarrachada esa del muro del amor...

Bueno, Hegel, nuestro trabajo ha concluído. Ahora esperaremos a las mensajeras celestes. En este asunto, parece que, de momento, sólo Teruel, la anfitriona, está interesada.



Informe de Sigulda (Bianca):
Aquí en la helada Letonia han buscado, y encontrado, una cueva bioclimática para montar la escena que esperan tenga una resonancia europea, o, al menos, entre los antiguos hermanos socialistas. Se trata de la "Rosa de Turaida": una pobre niña encontrada por un noble entre los brazos de su madre muerta, en las proximidades del castillo del mismo nombre. La adopta. Se enamora del jardinero. Se reúnen en una cueva cercana (Gutmana). Es objeto de una broma pesada que le cuesta el cuello. Fin. El enamorado se queda desconsolado. Tampoco son felices. Ella se llamaba Maija. ¿El nombre del jardinero?... ¡están en ello!

Las cosas van avanzando a ritmo en que todo avanza por aquí: retrocediendo. Han acondicionado la cueva y la han dotado de luces que cambian de color según avanza el relato del conflicto, para lo cual, como es natural, han colocado unos altavoces con forma de estalagmitas. Gente hay. Aunque no creo que alcance para pagar el gasto de la parafernalia. Febrero no es buen mes para estas cosas. La nieve (hielo) es gris oscuro, casi negro. El cielo, plomizo. Aquí no florece, por no forecer, ni la esperanza.... y mirad que es fácil que florezca esa infausta planta. No me esperéis...¡hace un frío que pela!... bueno... que despluma.



Informe de Krosno (Aurora).
Aquí, en el triángulo fatídico, reino de las mercancías pericitadas, que tiene como ortocentro la frontera de Polonía, Eslovaquia y Ukrania, en pleno dominio de Stasiuk, han encontrado un filón en la relación incestuosa entre los hermanos Anna y Stanislav. La cosa tiene una raigambre indiscutibe: poemas sinfónicos, cuadros, novelas... vamos, un sin fin de material didáctico. El futuro está asegurado, dicen, aunque el presente esté echado a perder. Calculan que a 1 euro (al cambio) la entrada el negocio saldrá redondo. Una delegación comercial venida de la comarca de Gúdar-Javalambre han contactado con empresas polacas y miran de sacarle punta al asunto. De momento han montado un horno 24 horas en el que se venderán bizcochos borrachos de vodka, con el nombre de los infortunados implicados. Toda una novedad. Escribirán sus nombres con nata montada.
No me esperéis. La delegación comercial me ha invitado a cenar con la esperanza de que un ángel pueda echar una mano.



Informe de Iraklio (Milena).
Parece que la cosa no cuaja. La riada de gente que esperaban, se dirige al continente. Barcas de toda laya recorren el Mediterráneo, siempre con la proa hacia Italia. Puede, no sé, que los festejos de Verona les resulten más cercanos, sentimentalmente hablando, claro. Así como en la antigüedad, cuando los dioses antíguos habían perecido y los nuevos se debatían por nacer, una voz levantó oleadas de tristeza, ahora se oye una inocente canción infantil: "¿Dónde están las llaves, matarile, rile, rile? ¿Dónde están las llaves, matarie, lire lon? En el fondo del mar...." y sigue de la misma guisa. Y es que la historia de Ariadna y Teseo o la del enloquecido de amor de Minotauro, no da para mucho: Es de una exigencia desproporcionada. Seguiré informando, porque no pienso volver esta noche. La noche en Iraklio es espléndida. La luna llena invita a pasear por las ruinas de Knossos.



Informe de Verona (Chiara)
Esto es capitalismo-kitch en estado puro. Las ofertas para parejas de enamorados es inagotable. Me he agenciado un nativo y tenemos la cena gratis. Si además conseguimos pergueñar una "valentina" ganadora, igual nos quedamos una semana. La casa de Julieta está a parir de idiotas, pero...¿que quieres? ¡Verona, bien vale una misa!
Esto está lleno de africanos. El balcón del romance está repleto de mensajes de amor y de peticiones de trabajo y asilo... y es que estos africanos no entienden nada. No me esperéis, el nativo es senegalés...¡y eso son palabras mayores!
Verona, creo, está llamada a encabezar la confederación de ciudades el amor. Lo siento por Teruel.

-- Ya ves, Hegel, nos hemos quedado más solos que la una.

--Alguien dijo que lo soledad empezaba con el dos.

-- ¡Pues eso!

2



"El 14 de febrero (¿de 1879?) me telegrafiaron de Buenos Aires que voviera inmediatamente, porque mi padre no estaba "nada bien". Dios me perdone; el prestigio de ser el detinatario de un telegrama urgente, el deseo de comunicar a todo Fray Bentos la contradicción entre la forma negativa de la notocia y el perentorio adverbio, la tentación de dramatizar mi dolor, fingiendo un viril estoicismo, talvez me distrajeron de toda posibilidad de dolor. Al hacer la valija, noté que me faltaba el Gradus y el primer tomo de la Naturalis historia. El Saturno zarpaba al día siguiente, por la mañana; esa noche, después de cenar, me encaminé a casa de Funes. Me asombró que la noche fuera no menos pesada que el día."

Se puede ser infeliz de muchas maneras, incluso por abundancia. Ireneo Funes, "el memorioso", poseyó la mayor de las desgracias: no olvidar nada. Para él, por ejemplo, hablar de "hojas" no tenía sentido literal, pues recordaba, por vistas, cada una de las miríadas que adornan un tilo. No tenía sentido hablar de tal o cual fecha, pues el día se descomponía, en su omniprente memoria, en cada uno de los segundos que lo conformaban. Ni de colores: no habían dos rojos iguales... Hablar era, pues, sumergirse en pleno sendero eleático, que desemboca en la mudez, por exceso. Nunca puedes llegar porque siempre estás en el camino... y cada vez más profundamente... más profundamente... más profundamente.

La capacidad de olvido es un requisito para la vida sana.

¿Qué sería de Hegel, si no pudiera olvidar (él) las noches que, por olvido (yo), lo he dejado sin cena? ¿Qué sería de mí, si recordara con meticulosidad funesca, cada una de sus deposiciones? Sin la regla que une (y excusa) no podríamos entender nada. Es el olvido que construye, no que borra, el fundamento de la intelección. Y sin comprensión no hay posibilidad de acción eficaz.

Mientras el visitante, empujado por la obligación y, quizás también, por un resto de amor filial (y "cuando la recelosa claridad de la madrugada entró por el patio de tierra"), salía para tomar el Saturno, Martín Fierro, transformado, volvía a la "civilización". Y las tropas chilenas entraban en Antofagasta.

3



Amor, ¿cuál es tu naturaleza... capaz de habitar hasta un frío corazón ("manzana del pecho", "dura bellota del pensamiento") de banquero?

-- ¡Y en el de los perros!

-- Lo tuyo, Hegel, es una apego irracional a la prosperidad, como diría el otro.

-- ¿Prosperidad? ¿Puede llamarse prosperidad a un plus de choped de pavo? Yo no me engaño al respecto, Kino, he leído atentamente la fundamental obra del profesor Dam: "El amor como producto de la Maceración Alimentaria".

-- Y yo he leído lo que dice Platón. Los versos de Virgilio, los versos de los trovadores; he leido a André Le Chapelaine, conozco las opiniones de Leonor de Aquitania y las de su hija; he leido a Chaucer, los sonetos de Shakespeare, he leído a Petrarca, a Bembo; me he empapado con el Nacimiento de Venus; Me sé de memoria, y lo sabes, todas las historias de amor del romanticismo alemán, y no sólo las del romanticismo alemán, he incursionado en la literatura francesa y anglosajona... Conozco la teoría de Stendhal, las de Freud... y, por leer, he leído hasta a Erich Fromm y "una canción desesperada". He oido, hasta saciarme, "Love Supreme"... He leido "Romeo y Julieta", conozco la historia de Isabel de Segura y Diego de Marcilla...

-- ¡Ideología europea! El amor es una "insania temporaria curable mediante el matrimonio, o alejando a paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como a caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación..."

-- Pues, aplícate el cuento y vete a los campos a vivir de las basuras...

-- ¡Me has acostumbrado a la escavitud! Y ya no puedo evitar el quererte. Pero que sepas que el día que dejes de darme de comer o me maltrates de cualquier otra manera, mi amor por tí se desvanecerá

--¿Euridicianamente?

--¡Sí!

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Ever with thee I wish to roam -
Dearest my life is thine.
Give me a cottage for my home
And a rich old cypress vine,
Removed from the world with its sin and care
And the tattling of many tongues.
Love alone shall guide us when we are there -
Love shall heal my weakened lungs;
And Oh, the tranquil hours we'll spend,
Never wishing that others may see!
Perfect ease we'll enjoy, without thinking to lend
Ourselves to the world and its glee -
Ever peaceful and blissful we'll be.​
Deseo vagar siempre contigo,
queridísimo, mi vida es tuya.
Dame una cabaña por hogar
cubierta de una espesa enredadera,
lejos del mundo con sus pecados y sus preocupaciones
y del cotilleo de muchas lenguas.
Sólo el amor nos guiará cuando estemos allí,
el amor curará mis débiles pulmones;
qué tranquilas horas disfrutaremos
sin cuidarnos de los demás,
en perfecta calma gozaremos,
apartados del mundo y sus reclamos.
Siempre tranquilos y felices viviremos.
Virginia Eliza Clemm. 14 de febrero de 1846.

 
Es una valentina- acróstica de Virginia Poe a su desvastado marido Edgar. 

Sus deseos se cumplirán a medias: tendrán la cabaña, pero sus débiles pulmones no curarán. Esto lo escribía la esposa-niña en 1846. No muy lejos empezaba la guerra por la cuestión tejana. En París, Baudelaire, invadido hasta los huesos por el espíritu de Poe, se emplea en "La Fanfarlo" y en la crítica de los "Salones".Lola Montes hace de las suyas. Balzac añade la "Prima Bette" a la Comedia Humana y, en Montevideo, Lautrémont está en estado de sietemesino.

Al año siguiente se introducuría en los Estados Unidos la lucrativa costumbre de las postales de amor con que se acabaría de destrozar este día (25 de febrero según el antiguo calendario) reservado a que los pajaritos, pasados los fríos más recios, empiecen a buscar pareja.

Lean Uds., si les parece, cómo celebró Monzón, el boxeador, el día de san Valentín del año 1988.

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Parece lógico (y natural), pues así lo testifican antiguas leyendas, remotos relatos y ubicuos signos, relacionar los últimos días del invierno (calendario juliano) con el inmediato florecimiento primaveral y la fertilidad que el agua abundante propicia. El mismo Ovidio, sabio en amores, establece la conexión que, sin duda, venía de antiguo. Los pajaritos se juntan, los almendros florecen, los ciruelos lo intentan... y a las mujeres se les azota (por su bien, eh, por su bien...algo así como "fer cagar el tió").
"Tiempo borrascoso y lluvioso. En mi habitación ha florecido completamente una ramita de ciruelo que traje del jardín (...) Aumenta mi jaqueca, como si sobre mí pesase una nube". El 14 de febrero del año 1943, Jünger, ha tenido que interrumpir su servicio en el Cáucaso: Su padre ha muerto. Stalingrado ha roto el cerco. Los alemanes se retiran y a Ernst se le acentúa la jaqueca: ¡Una nube negra!...

Estabecida la relación entre las fechas y la purificación necesaria para la fertilidad, queda por resolver la cuestión más ardua y ridícula...¿Por qué san Valentín, en vez de san Custodio, por ejemplo? La respuesta más simpe es que en algún momento la Iglesia católica, apostólica y romana, decidió, por razones de defunción, dedicar el día 14 de febrero (calendario juliano) a Valentín. Poco a poco su figura se fue adornando con atributos dignos del santo patrón de los enamorados. Una cosa es obvia: cualquier etimología que prefiramos nos remite a "valentía"... y es que, en efecto, hay que tener agallas, para pergueñar una valentina y mucho más ahora, en la época de la reproductibilidad técnica de la obra de arte.

Repito, tenemos establecido el motivo último de la festividad. Tenemos, además, la presencia de Valentín. Nos falta establecer la relación entre ambos términos y convertir aquella latría general a la purificación y a la fertilidad en un concreta apoteosis del ridículo.

VALENTIN



Ya hace décadas que su nombre fue eliminado del santoral católico: Lo que conocemos por san Valentín es un constructo resultante de la fusión de varias existencias, ninguna de las cuales está verazmente testificada. Santiago de la Vorágine nos muestra a un Valentín discutiendo, sobre dioses e ídolos, con Claudio II, el serbio. El emperador, incapaz de seguir las disquisiciones y deseoso de quitárselo de en medio, se lo endosa al prefecto. El prefecto lo lleva a su casa en calidad de prisionero. No más traspasar el dintel, Valentín continúa su obsesiva perorata: "Jesucristo, puesto que eres luz verdadera, ilumina a cuantos viven en esta casa para que reconozcan que tú eres el verdadero y único dios". Hombre, Valentín, has dado en el clavo, contestó el dignatario. Tengo yo una hija que lleva mucho tiempo ciega, mira a ver si tu dios es capaz de devolverle la vista. Por entonces los desarrollos sobre la teoría de la histeria aún no habían alcanzado el nivel necesario para una terapia eficiente y los destilados estaban en fase de preconcepción, así que Valentín, habiéndose asegurado, de que la ceguera no era consecuencia, tampoco, de un exceso de cannabis, se retiró a orar.

--¡Veo! ¡Veo!

--¿Qué ves, hija?

--Una cosita...

"Poco después de esto, el emperador mandó que Valentín fuese decapitado. Su martirio ocurrió hacia el año 280 del Señor".

En toda la "Leyenda Dorada" no he leído martirio tan inmotivado.

Hasta aquí nada nos inclina a considerarlo como santo patrón de los enamorados: ¡Al contrario!, pues, citando, más o menos, a Shakespeare: El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen. Recobrada la visión, el amante se mostraría en toda su estulticia. El amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras. Disipadas las sombras el amor no prosperaría.

Algo falta.

Dicen, para ir configurando la cosa, que Valentín, sacerdote y soldado (?), casaba, a escondidas, según el sacramento romano. Quizás fuera esto lo que le costara el cuello, pues sabrán Vds. (y ellos lo sufrieron) que el tal es indisoluble. Otros, más líricos, hicieron creer que la hija, al recuperar la vista, y ver ante ella la magnífica planta, tal "Pijus Magníficus", de Valentín, se enamoró del taumaturgo. Esta niña ciega recuperada, sería, pues, la primera en haber construido "valentinas" y haberlas lanzado al aire en forma de, aún no inventados, aviones de papel... pero, ¿qué quieren? ¿que las enviara en pesadas quinquerremes? La pureza de Valentín, se puso a prueba ante el ingenio de la niña: tiraba los papeles (?) a la papelera.
Otros dicen lo contrario: fue Valentín quien se enamoró de la niña y que la noche previa (13 de febrero ¡del juliano!) a perder físicamente la cabeza, desde la cárcel, le envió una cartita de despedida que concluía de esta forma tan elocuente: "...Tu Valentín".

¿CÓMO SE CONSERVÓ LA COSA EN LA EDAD MEDIA?



El pueblo llano siempre ha sido rijoso y rico en ingenio. Lo que recogió Chaucer, sin duda, se basa en tradiciones y juegos antiguos. En 1382, en torno al nacimiento de los Masolino, Brunelleschi, Ghiberti, Donatello... Chaucer, el escritor inglés, hijo y nieto de vinateros, 50 años después de lo de Verona y un siglo de la leyenda de los amantes de Teruel, hace la primera mención del día de san Valentín como día de los enamorados y del amor.

¿Leyenda lo de Teruel? No entremos en disputas... que no está el horno para bollos. Quede el asunto como tradición de la ciudad mudéjar. A mí tanto me da: "Los amantes de Teruel: tonto ella, tonto él" y "Los amantes de Verona: él tonto, ella tontorrona".

700 versos para conmemorar el primer aniversario de la boda de Ricardo II, nacido en Burdeos, tierra de vinos y que, por cierto, moriría tal día como hoy, de año 1400, el mismo año que enterraría a Chaucer y el mismo día en que Carlos VI de Francia, incorporaría la celebración a su recién creada Corte de Amor. Masaccio tiene 1 año; Filippo Lippi, 6; Andrea del Castaño, 10; Ucello, 3; Alberti, 4; Fra Angelico, 5...

700 versos, decía, dedicados a aclararse en torno al tema y que le valieron un galón (imperial = 4'5 litros) de vino al día y, posteriormente, su valor en dinero (que él, una vez enganchado, gastaría en vino). La guerra de los cien años siguió curso.

"Pues esto fue en el día de san Valentín
cuando todas las aves van ahí a escoger su pareja."

PRIMERA "VALENTINA"



En 1416, Carlos de Orleans, capturado en la batalla de Azincourt y encerrado en la Torre de Londres, escuchando el rumor de las aguas del Támesis ("Junto a una mujer experimento ese placer un poco melancólico que se siente cuando se mira correr el agua desde el puente". Renard, 14 de febrero de 1900), escribió una carta de San Valentín a su esposa Bonne de Armagnac. Esta carta es en la actualidad, la valentina más antigua. La costumbre se extendió como la halitosis y fue como una segunda y fatal peste negra.

"Ya estoy cansado del amor,
Mi muy gentil Valentín,
Ya que para mí, tu haz nacido muy tarde,
Y yo para ti he nacido muy temprano."

Después vino Shakespeare:

"Mañana que es día de San Valentín,
todo en la mañana estará dispuesto,
y yo seré la doncella que irá a tu ventana,
para ser toda tuya, Valentín". (Ofelia en Hamlet)

El amor (y sus consecuencias) siempre ha sido una lotería. No es una figura literaria, es una constatación histórica. Sólo con la "liberación" que supuso el capitalismo ha conseguido disfrazarse. Por cierto "AMOR" es la palabra castellana más anagramática y, por lo tanto, más encubridora.
¿Cómo ha llegado el tema a dominar occidente y parte de oriente? En la lógica de la acumulación capitalista, si me permiten, está la respuesta.

6



Mientras el visitante se despedía de Funes y el ejército chileno entraba en Antofagasta, en la provincia de Zamora las cosas marchaban a otro ritmo, pues, es sabido, Zamora no se ganó en una hora:
Tal día como hoy, los zamoranos se enteraron de que en Jaramillo seis hombres, armados con trabucos y pistolas le robaron a Joaquín Galón dos yegüas, la una, roja oscura, calzada, de siete cuartos de altura y con cabezón doble, viejo. Por ronzal llevaba una cadena de hierro. La otra tenia una pinta blanca encima del lomo y estaba en avanzado estado de preñez; de siete cuartos menos tres dedos de altura; cabezón. Y por ronzal, un soga vieja.
Los cuatreros eran de diferentes fisonomías. Uno de ellos era como de veinte años, barbilampiño, delgado de cara y fresco. Vestía pantalón de pana rojo y y chaqueta de paño, vieja, remendada; cachucha con los vivos de pana pajizos . Con mucho pelo en la cabeza que le cubría la cara. Corbo de piernas. La descripción de los otros cinco me lo ahorro.

Las desgracias, ya saben, no vienen solas: Se advierte a los pueblos de la provincia contra el intrusismo en el ramo de los herreros y castradores. Ahora, con la moda de los mercados medievales, las inspecciones deberían de intensificarse, digo yo.
Para contrarrestar tanta desgracia, se anuncia que ha aparecido en Benialvo un caballo y se promete que "a la persona que diere las señas le será entregado".

En Catalunya, L'esquella de la Torratxa, nos ilustra sobre los peligros de la triquinosis y propone un remedio y un consuelo: "Y si volen compersarse, fassin com los moros, deixense de tocino y cop a la dóna".
El espectro no había llegado a estas tierras.

7


"Si yo me suicidara, es indudable que absolutamente nadie tendría la culpa, aun cuando el motivo aparentemente más inmediato fuera por ejemplo el proceder de F. Ya una vez, semidormido, me imaginé la escena que tendría lugar cuando previendo el final, con la carta de despedida en el bolsillo, yo llegara a su casa, fuera repudidado como pretendiente, dejara la carta sobre la mesa, me dirigiera al balcón, mientras todos acudían para impedírmelo, me deshiciera de ellos y saltandola balaustrada de bacón soltara una mano y después la otra..."

la relación del doctor K. Con F., como por lo demás con todas sus mujeres, fueron, por simplificar, complejas. Desde los días de Verona, de ingrato recuerdo, las cosas se fueron complicando. Recién empezado 1914, renuevan su compromiso. F. no se muestra entusiasmada. ¿Cómo mostrar entusiasmo ante tanta autohumillación? ¿Cómo se puede poner alguien en manos de otro si el otro parece no tener manos? ¿Cómo calentar un hogar si lo que se desprende es un helor de insecto?

Avanzaban dando un paso para adelante y dos hacia atrás. Cuando llegaron al final, resultó ser el principio, pero con todo el porvenir revelado. El 14 de febrero de 1914, miró el buzón: nada, como siempre. Se cortó el pelo, escribió una carta a Bl. que, de mediadora, casi se convierte en amante, paseó junto al Moldava meditando sobre la conveniencia de ir, pese a todo (o precisamente por todo lo que estaba ocurriendo) a Berlín y, finalmente, anotó en su diario lo que acaban Vds. de leer. Puede parecer un final definitivo, pero en el caso de K. no hay nada definitivo. La guerra aún les haría, por algunos años, de telón de fondo.



Acabada la guerra, para limitar los acontecimientos a los más llamativos, Rusia, a punto de devenir en URSS, adopta el calendario gregoriano... (y san Valentín pasa a ser el 14 de febrero) y en los USA todo está a punto para la instauración de la ley seca y la matanza de san Valentín, causa accidental de "Con fadas y a lo loco"... y es que no hay mal que por bien no venga.

El número 2122 de a North Clark, Chicago, naturalmente, ha desaparecido. Bueno queda un resto en forma de anticuada casa de vecinos y un descampado en el que han plantado unos cuantos árboles de hoja caduca y allí aparcan los vecinos o los que van a cenar a la enoteca de Riccardo. Por hacerme el gracioso le he pedido una pizza de caracoles de monte y ha salido de la cocina una mole humana, aunque más parecido a una gigantesca masa de pizza que a un mortal (fuere cual fuere su especie) enarbolando una machine gun y al grito de ¡¡Esto no es París!!... Por suerte estaba Riccardo que ha puesto paz (en el corazón de cocinero) y un poco de color en mi cara.

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RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...