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viernes, 27 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy, día 27 de diciembre. "Doctor Zhivago". Mandelstam. Yesenin.

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"Con este objetivo, la noche del 27 de diciembre se dirigió hacia Petróvskaya (¡qué guapa estaba!) y, al salir, metió en el manguito el revólver de Rodia, cargado y sin seguro, con la intención de disparar a Víktor Ippolítovich si le respondía con una negativa, si malentendía las cosas o si la humillaba de un modo u otro". Era el año 1911 y la esecena se desarrollaba en Moscú.

Antes pasó por casa de Pasha, en la Kamersguerski.

Víktor no estaba en casa. Yura escribía su tesis sobre la fisiología del ojo y meditaba sobre la poesía de Block, mientras éste le daba vueltas y más vueltas a estos versos:

El viento irrumpe, aúlla la nieve,
El viento irrumpe, aúlla la nieve...

buscando una digna continuación, que le sería regalada el día de reyes. Mandelstam visitaba el Taller de los Poetas de Gumilev y ponian las bases del acmeísmo. Pasternack se iniciaba en el futurismo y Yesenin estaba a punto de llegar a Moscú: los taberneros se frotaban las manos y las mujeres sonreían soñadoras.

El tiro que retumbó en la sala de los Svientitski, fue la señal de salida. La meta: "...un tranvía que subía por la calle Nikitskaya y que cumplía el recorrido de la Universidad a la calle Kúdrinskaya". 



Entre aquel tiro y este infarto todo un cúmulo-nimbo de acontecimientos históricos, incluyendo destinos personales, sometidos a fuerzas colosales ¿No saben de qué hablo? ¿Y si les dijera que uno de los protagonistas es nombrado indistintamente como Antípov, Pasha, Pável Pávlovich, Pavlushka, Páshenka, Patulia...¡Strelnikov!? ¿Que hay 150 personajes, cada uno de los cuales es llamado indiscriminadamente bien por su nombre, por su patronímico, por su nombre seguido de de su nombre de familia, o bien por dos o tres diminutivos? Es lo que tienen las novelas rusas.

¿Qué quieren que les diga? Pocas veces puedo decirlo, así que no me voy a privar: perfiero la película a la novela. Vale que son inconmensurables, pero mantengo lo dicho. Nabokov y
yo estamos de acuerdo en la fata de estructura y de uniformidad de estilo de la novela. Nos siguen en esto, Sholojov y la misma Ajmátova. Su poesía es otra cosa: para Lukács las poesías de Boris son lo mejor de la lengua rusa...¡lástima que estén en boca de Yuri Zhivago, antisoviético! Bujarín (1934) lo consideraba el primer poeta del país, mientras Stalin había proclamado a Maiakovski: quizás esto influyera en lo que estaba a punto de sobrevenir.




Hay en el "Doctor Zhivago" demasiada vaguedad y demasiadas casualidades. ¡Miren Uds. qué era grande la URSS...! pues, bueno, siempre tenían que coincidir los mismos personajes en los mismos lugares. Larisa se va al frente y allí se encuentra con Yuri. Larisa y Pasha se van a los Urales y por allí aparece Yuri. Yuri estuvo cuando Lara descerrajó el errado tiro sobre Víktor. Víktor tuvo algo que ver (lean Uds.) con la muerte del padre de Yuri y con el padre de la chica... Yuri acaba viviendo (y muriendo) en la misma habitación donde años atrás vivió Pasha... y miren Uds. que es grande Moscú. Pasternack también tuvo dificultades para salir de sí mismo... aunque con no mucho esfuerzo pudieron sacarlo de quicio.

Toda la novela está cruzada de circulares coincidencias improbables, de "perogrullo" (Nabokov), lo que la dota de un áura simbolista (¡sin serlo!). Su poesía es incuestionable. Y su profundo cristianismo también. No es extraño, pues así estaban las cosas, que fuera tachada de antisoviética. Las aspiraciones de Zhivago no están a la altura de los tiempos: individualismo pequeño-burgués cristiano... y según la locomotora de la revolución se internaba en el "desierto de lo real" los "compañeros de viaje" iban siendo arrojados por las ventanillas.

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Acabada la guerra civil y recién empezada la NEP, en la primavera del 22, Yuri Zhivago vuelve a Moscú y se abre la etapa con Marina: El final está cercano. Quizás se enterara de la boda de Yesenin e Isadora, pero ¡cómo presentarse con esa facha!

Los Mandelstam regresan de Georgia. Lenin sufre su primer gran ataque. Block acaba de morir (7 agosto de 1921). Gumilev (25 agosto de 1921), pese a la intervención de Gorky, que se larga otra vez a Italia, cria malvas. Tsvetáieva huye a Berlín. Lily Brik le ha pedido un respiro a Maiakovski. Ajmátova...¡Ay, Ajmátova!...¡estás más pasada que las "rutas del vino"!, acaba de decirlo Trotsky. Stalin es nombrado secretario general del Partido.

Con la NEP lo peor de cada casa sale a la superficie. Moscú se llena de golfos: Urge sujetar las riendas y apretar las tuercas. Se acabó la edad de plata, empieza la edad de hierro.

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"... Susurrad, alhelí, reseda.
Una desgracia se ha abatido sobre mi alma.
Una desgracia se ha abatido sobre mi alma.
Susurrad, alhelí y reseda.
Me ha ocurrido una desgracia.
Susurrad, alhelí, reseda.
Me ha ocurrido una desgracia".

Y es que el pobre Yesenin, el "golfo" Yesenin, se había quedado sin versos y repetía el único que aún le era fiel, digo yo. Pero ni susurró el alhelí, ni la reseda dijo esta boca es mía. Unos días después, tal día como hoy del año 1925, se colgó en una habitación del Hotel Inglaterra de Leningrado:

"Adiós, amigo mío, adiós
tú estás en mi corazón.
Una separación predestinada
promete un encuentro futuro.
Adiós, amigo mío,
sin estrechar la mano ni palabra
no te entristezcas y ninguna
melancolía sobre las cejas
morir en esta vida no es nuevo,
pero tampoco es nuevo el vivir."

Escrito con su propia sangre, como ya saben Uds.


Una oleada de suicidios (y de clubs de "Viudas de Yesenin") recorrió la Unión Sovietica.
Completen su formación leyendo esta entrada complementaria sobre Maiakovski.

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Años más tarde, finiquitada la NEP, puesta en marcha la colectivización forzosa y cuando el primer Plan daba sus primeros pasos indecisos,Yuri abandona el apartamento que comparte con Marina y se instala, con ayuda de su misterioso e influyente hermanastro, en la calle todavía llamada Kamerguerski (¡!), junto al Teatro del Arte, en el que triunfó Meyerhold con quien, por cierto, se casó la primera mujer de Yesenin. La segunda sería una nieta, o algo parecido, de Tolstoi... Nada que ver con el que recibió la bofetada de Mandelstam. La tercera ya la conocen. El Teatro del Arte está situado frente al museo Prokofiev y junto a éste hay un karaoke. Rusia ama a sus artistas. Si no fuera por lo que es me plantaría en ese, ahora, elegante pasaje y daría rienda suelta a todo mi caudal lírico y, de paso, me enteraría si todavía fabrican la vodka Lunacharski.

"Una mañana, a finales de agosto (1929), en la esquina de la calle Gazetni, Yuri Andréyevich tomó un tranvía que subía por la calle Nikitskaya (...) El aciago tranvía se detuvo por enésima vez en la bajada que va de la calle Kúndrinskaya al zoológico. La señora de lila apareció al poco rato por el marco de la ventanilla y comenzó a alejarse." Era una ciudadana suiza, "vieja, viejísima". Nada que ver con la Fiódorovna. Yuri no soportó la emoción.

De cuerpo presente Yuri, Meyerhold y Maiakovski, casi agotada la cifra de sus (de ellos) años, presentaban "La Chinche". Vertov, cámara al hombro, daba vueltas frenéticas por Moscú, y Stalin, depuesto Lunacharsky, proclamaba oficiosamente el "Realismo Socialista", Gorky, vuelto de Sorrento, le echará una mano. El pícaro Bénder busca las 12 sillas, Chevengur ha sido abducido por el sol, Shólojov empieza "El Don apacible" y Trotsky acaba de ser expulsado de la URSS... Empiezan las campanadas de los "días carnívoros".

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Mandelstam resultaba más peligroso que el retraído naturalista Pasternack. Sobre todo después del aciago ¿poema?:
"(...)
Sus dedos gordos parecen grasientos gusanos,
como pesas certeras las palabras de su boca caen.
Aletea la risa bajo sus bigotes de cucaracha
y relucen brillantes las cañas de sus botas.
(...)
Y cada ejecución es un bendito don
que regocija el ancho pecho del Osseta".

Stalin tenía la fea costumbre de chuparse el dedo corazón antes de pasar la página de cualquier libro. Lo dejaba hecho un asco. Después lo anotaba en el índice. Por último fusilaba al autor... y Stalin era un grandísimo lector.


En la URSS también se pecaba de oido: Oir el poema citado era tan peligroso como ser trotskista.

Ossip fue detenido por primera vez en la noche del 13 al 14 de mayo del 34 (vean la propuesta correspondiente, inédita). Bujarín, Ajmátova, Pasternack... todos hicieron lo que pudieron: "Aislar, pero conservar"...
Otros dieron dinero, como Bulgakov y la suegra, que vendió los muebles de Kiev. Finalmente, esquivado el Canal del Mar Blanco (loado por Gorky y tutti quanti) y Siberia, su pena se redujo a tres años en Vorónezh...tras la siniestra estancia en los Urales... ¡Pura delicia! Platónov, natural de Vorónezh también sufría, por entonces, las iras del Partido. Y es que Platónov, sin motivo, como es natural, se compadecía de los campesinos rusos. Yesenin se recomía en su tumba. Yo, en lo de los campesinos, estoy con Rosa Luxemburgo. Ese verano se celebraría el Primer Congreso de Escritores Soviéticos y lo que era oficioso se hizo oficial: Los escritores fueron nombrados ingenieros del alma.

La segunda vez fue diferente.

Los Mandelstam volvieron convertidos en "cienkilometristas" y se instalaron, a la espera de mejores tiempos (¡Ay, Nadia, Nadia!) en Kalinin. En Moscú sólo podían confiar en los Shklovski; Ajmátova estaba en Leningrado. Los tiempos mejores se retrasaban. Pasó el invierno y empezó la primavera y con ella pareció que, en efecto, el tiempo mejoraba. Les llegó un invitación para una casa de descanso en Samatija. Lo interpretaron como buen augurio: Dos meses de "descanso en un lugar saludable" en espera (¡Ay!, ¡Nadia, Nadia!) de que se resolvieran las dificultades respecto a sus posibilidades de trabajo. Tomaron el tren para Cherusti, cien kilómetros, más o menos, o sea unas 90 verstas al oeste de Moscú. Allí les esperaba un trineo que, como a auténticos Vips, les condujo a Samartija, entre senderos nevados y bosques de caritativos abedules. Ossip recordó los versos de Yesenin:

«Abedul blanco bajo mi ventana al que la nieve cubrió como si fuera plata»

«Se sonrieron los adormilados abedules, al despeinarse sus trenzas de seda»

Llegados a Samartija se les concedió una pequeña dacha. ¿Sería posible? ¿De verdad sería posible que la vida volviera a ser vida?

"A la mañana siguiente, dos de mayo (1938) nos despertó una delicada llamada en la puerta. Era muy temprano. Mandelstam se levantó para abrir. Entraron tres hombres en la habitación: dos militares y el médico jefe (...) No hubo registro volcaron simplemente la maleta y lo metieron todo en un saco ya preparado para ello. Eso fue todo."

Subieron al camión que los conduciría a la estación de Cherusti. Nadia se quedó en la casa de salud. Al cabo de unos días regresó a Moscú, en tartana. No volvieron a verse. Sobre las colas delante de la cárcel, los "paquetitos" y demás...


Mandelstam fue conducido al extremo oriente, a Vtóraya Rechka, campo de tránsito cerca de Vladivostok. Su destino final quizás hubiea sido Kolyma. Hizo bien en morirse.

"En junio de 1940, el hermano de Mandelstam, Aleksandr, fue llamado a la oficina de registros del distrito de Bauman y le fue entregado el certificado de la defunción de su hermano destinado a mí. Se indicaba (...) que a la edad de 47 años y en la fecha del 27 de diciembre de 1938 había muerto a causa de un paro cardíaco. Se puede parafrasear diciendo que murió porque murió. El paro cardíaco es, justamente, la muerte."

Sin embargo sobre su muerte (circunstancias y fecha) hay diferentes y contradictorias versiones. Sólo hay una cosa cierta: su muerte.

Fusilado Yagoda y leída la sentencia para Yezhov, Beria fue nombrado jefe del departamento de la Seguridad del Estado. Shójolov mantenía una peligrosa relación con la fatídica Yezhova. Nabokov publicaba "El don" y Prokofiev/Eisenstein acababan "Alexander Nevsky". El Gran Terror seguía su curso y como canto de cisne: Meyerhold y Bábel.

"...Todo mi pensamiento es acerca de tí. Cada lágrima y cada sonrisa son para tí. Bendigo cada día y cada hora de nuestra amarga vida juntos, mi bienamado, mi compañero, mi guía de ciego de la vida.
Como dos cachorros ciegos éramos, tocándonos con los hocicos y sintiéndonos tan bien juntos. Y qué enfebrecida estaba tu pobre cabeza, y qué alocadamente desperdiciamos los
días de nuestra vida. Qué dicha era esa, y cómo siempre supimos qué dicha que era. La vida puede ser tan larga. Qué duro y largo para cada uno de nosotros morir en soledad. ¿Puede éste ser el destino para nosotros, que éramos inseparables? Cachorros y chicos, ¿nos merecíamos esto? ¿Merecías vos esto, mi ángel? Todo sigue su curso como antes. No sé nada. Sin embargo sé todo cada día y hora de nuestra vida son simples y claros para mí como en un delirio.".


Mientras esta carta buscaba destinatario, otra volaba por los helados espacios. Ossip escribía a su hermano desde el campo de tránsito: "Nadia amada, ¿vives, querida mía? Shura, escríbeme inmediatamente sobre Nadia. (...) No me han seleccionado para Kolyma y puede que tenga que pasar aquí el invierno". Y de paso les pedía ayuda..."pero no sé si merece la pena".

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Bueno, la novela resulta un tanto irritante: las tolstoianas reflexiones... las descripciones poéticas del campo ruso... la trama parabólica... personajes desdibujados... todo mezclado en recipiente sin estructura clara y sin pulir. Pasternack se puso manos a la obra en el 45 y, tras diez años de trabajo, la envió a Occidente. Fue publicada, en italiano, en la editorial de Feltrinelli en el 57. Después vino la famosa edición rusa a cargo de la CIA ...etc...etc y después...¡el Nóbel! y su millonaria distribucion..

El primer golpe vino con el nóbel de Punin, cuando Stalin lo quería para Gorky. El segundo, el nóbel a Pasternack, cuando Stalin, ya muerto, lo hubiera deseado para Shólojov, autor de la otra gran crónica de la revolución y de la guerra civil. El tercero y definitivo cuando se lo dieron a Solzhenitsyn. Lo de Brodsky fue de regalo. Y lo de Shólojov, una concesion transitoria.

Pasternack era un poeta importante, y apreciado en Occidente: su presencia en la mesa presidencial del Primer Congreso de Escritores Soviéticos del 34 y la insistencia con que occidente exigió su presencia en el Congreso del 35 en París, lo demuestran. Tuvo acceso a Stalin y, pese a su recalcitrante individualismo, no llegó la sangre al río. Jamás llegó a aceptar la marcha de las cosas, sin embargo, fue lo suficientemente ambiguo como para ser "preservado". Muerto Stalin, y tras el XX Congreso del Partido, Pasternack pudo sentirse más seguro. No es que desaparecieran los insultos y amenazas, ¡al contrario!, pero estaba claro que el nervio responsable de traducir los deseos en acciones había sido cortado.

Quien de verdad se sintió mal fue Nabokov que tuvo que sumar a su intolerancia por la obra de Pastrnack, la malisima noticia de que "El Doctor" había desplazado del primer puesto del ránquin de ventas, a "Lolita".

Pasternack ("cerdo que caga donde come") renunció al Nóbel y escribió arrepintiéndose de lo hecho... No tanto para evitarse problemas, sino para evitárselos a Olga, su compañera. Fue un gesto vano: poco después de la muerte del poeta (1960), fue internada en el gulag.

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Y llego el día. Entré en el cine Rex 35 minutos antes del comienzo de la pelicula, y ya estaba lleno. Me tocó tragarme unos minutos de Movirrecord y, tras una emocionante apagada general, se iluminó la pantalla y apareció un paisaje pintado de deshojados abedules. Sonaba y sonaba el tema de amor. Y después apareció ELLA. David Lean había pensado en Jane Fonda. Julie escuchó la proposición y en un momento de lucidez que le dejó la marihuana, aceptó. Para Yuri, propuso a Peter O'toole, que ya le había dado resultado en "Lawrence de Arabia" y para Tonia, Audrie Herburn. Finalmente, como saben Uds. Fueron Omar y Gerardine, asombradamente melancólica. Y ahora no hay manera de imaginártelos diferentes. Yuri, en realidad, es chato. Larisa, entradita en carnes. Tonia, sin embargo, casa mejor con el original.

España era, por entonces, el plató más grande de occidente: Anthoni Mann, Orson Wells, Nicholas Ray, Kubrick, Mankievich, Sergio Leone... y, naturalmente, David Lean, que fue de los primeros. Aquí tenían carta blanca (incluída la leal y activa participación de las fuerzas del orden cuando la escena lo requisiese) y el entusiamo de la población indigena. Por entonces no se andaba sobrado de faena. Los que habían sobrevivido se dedicaban a construir madrigueras, neoplasticistas decían. Cuando acabó la fiebre, los asilvestrados moradores de la piel de toro, habiendo adquirido los rudimentos de lenguas extranjeras, pudieron poner en práctica sus competencias allende nuestras fronteras.

Sitúense Uds. en el cementerio del Barrio de Canillas de Madrid, justo en la esquina con Alcorisa. Se encuentran en el número 71. Caminen hacia el 90. Verán una gasolinera. Crucen la calle que, por cierto, parece contagiada de la estética soviética. ¡Qué desolación! 




Bien, pues aquí se montó la casa de Yuri Zhivago, en realidad la de la familia de Tonia. Desde aquí contemplan las sangrienta manifestación que le hace recordar el domingo sangriento de San Peterburgo. Una riada de desocupados, vestidos a la usanza eslava, entonan la Internacional. Algunos le toman gusto a la cosa y la imagen amenaza con convertirse en el original. Me cago en la mar, dice el sargento de la comisaria de distrito, ¿a qué me recuerda eso? La noche, iluminada por potentes focos, está erizada de banderas rojas. Al fondo, ya en el cementerio, se había levantado un Kremlin y una impresionante torre de San Nicolás. El resto era un descampado. La nieve era de plástico. El tranvía, de los servicios municipales.

Pensando que había la hora de la revancha, el sargento mandó formar a sus hombres y se dirigieron hacia el tumulto. Cuando estuvo cerca, pidió refuerzos. Llegó un grupo a caballo. Parecía una escena de una película sobre la división azul. Los jinetes se dispusieron a echar una mano a la unidad montada que hacia su trabajo. Me cago en la mar, me cago en la mar...¡que se nos escapan!, era la inalterable jaculatoria del suboficial. David Lean tuvo que mandar cortar y enviar a un intérprete. El sargento entendió, pero, puesto que no se notaría, exigió que cantaran un pasodoble. Así se hizo y a los acordes de "España cañí" fueron cayendo simuladamente los combatientes del zar. Según caían, se levantaban y se dirigían al churrero que se había instalado detrás del Kremlin.

Durante meses, los madrileños pasaban las mañanas de domingo en Moscú: de San Nicolás a la casa de Zhivago y de la casa de Zhivago a la torre de San Nicolás, que ocultaba la fatídica tapia del cementerio.



Otros creen recordar que los revolucionarios eran afiliados a la OJE que habían establecido sus cuarteles de invierno en las cercanías. Y afirman, además, que la guardia zarista eran auténticos "grises" que, dijeron, lo hacían gratis, como si fuera una clase práctica. Sea como fuere, aquella fue la única vez que cientos de trabajadores (o lo que fuera) entonaron la Internacional en plena calle, a pleno pulmón, en la larga noche franquista.

Aprovechen que es viernes y acérquense a Candilichera, en el campo de Gómara, Soria. Recorrieron media Europa localizando exteriores que pudieran dar el pego. Finalmente pensaron que los campos de Candilichera y las inmediaciones del Moncayo era el paisaje adecuado. Candilichera y su campo se convirtió en Varykino. 



Construyeron el palacete de la familia de Tonia y simularon las estaciones a conciencia: En invierno cubrieron el palacete de cera derretidan y en primavera florecieron las miles de cebollas-narciso que habían importado de Holanda, pues han de saber Uds. que aquel invierno no nevó y que por allí no se crían los narcisos. Así que toda la nieve, protagonista de la película, lleva el sello del ingenio.


Sigan hasta Soria. En la estación hay un bar estupendo, a cuya vera se extienden las vías vacías, "El cielo gira", en honor al documental del mismo nombre. La estructura actual de la estación, esconde la primitiva, aquella que nos convenció de que estábamos en Yuriatin, en los Urales. Tuvo que cubrirse de polvo de mármol y de plástico blanco. Ni se les ocurra sentarse a la fresca, hace un frío siberiano. Tomen asiento en su interior:

-- Frío, ¿eh?-- exclamarán mientras se despojan de capas y capas textiles.
-- ¡Frío!-- responderá el camarero.
-- ¡Póngame un "Zhivago" y un carajilo... fifti-fifti !

El camarero no les preguntará nada y volverá con un bizcocho borracho de vodka y con un carajillo de Terry de malla... ¡exactamente lo que habrán pedido!

La Metro, agradecida, regaló al municipio el primer parque de columpios, que fue instalado en la Dehesa.














jueves, 26 de diciembre de 2013

Propuesta para hoy 26 de diciembre. Nacimiento de la ópera: Dafne. Beirce...


6 de nivoso, día de la lava (¡día contradictorio!).


¡Jubilación!...¡Hermosa jubilación! ¡Si lo llego a saber me jubilo a los 32! Poder pimplar hasta las tantas sin preocuparme por la primera frase (en ayunas) del día siguiente. Olvidarme del “Tenedor de Hume" y de la "Navaja de Ockham"...y de paso, como cae de suyo, ¡del “pavo inductivo”!... Caçar bolets. Coger espárragos y freírlos. O dedicar toda la mañana a pasear del condis a casa y de casa al condis. O, como hoy, a escuchar música: Coger el puntito ese en el que parece que ves hasta las garrapateas; ese punto en el que el pentagrama vuela por el comedor con chagalliano porte…como mariposillas de la patata. Pensar lo que quieres comer, comprarlo, hacerlo y comértelo. Tomar una cervecita en la nacional II… ¡Ah, si lo llego a saber!...Y no ahora, cuando vas doblado por la vida.

No vendrá mal, como cura, un hermoso y discrecional plato de lentejas. Ni san Esteban, ni la suegra, ni la abuela, ni hostias...¡lentejas! Dejen que la familia disfrute, que se pegue la última puñalada; Uds. dedíquense a sus lentejas. Y no olviden las hojitas de laurel. Yo siempre uso laurel del valle del Tempe. No vayan a recolectarlo a Tempe, en la tórrida Arizona, donde los edificios parece que no acaban de germinar y están como a medio brotar. Ni asalten los maceteros del 7 puertas Vayan a Grecia, a Tesalia, y déjense envolver por el mito. Si todo ha ido según lo previsto, y la Troika no ha hecho de las suyas, una carretera decente, y un túnel, les conducirán a este rincón que, de no ser por la afluencia de autobuses, sería idílico, aunque nunca se consumara aquí ningún idilio.


Mientras las cocinan (fácil: echarlo todo en la olla: cebolla, ajos, pimiento verde, pimienta, sal, agua, tomates, lentejas, un clavito de olor... Las lentejas gozan de la propiedad conmutativa) enchufen el esputofaif y oigan lo que puedan de Jacopo Peri.

1.
Dafne era una ninfa de los montes, una dríade (no confundan con druida) que se dice, de la estirpe de Artemisa, gemela de Apolo. Pues bien, verán: Nadie puede burlarse de los dioses, aunque uno se descojone de dios (?). Los dioses y su cohorte desaparecieron al grito de "¡Pan ha muerto!" y dejaron un vacío que fue rellenado con escombros de nuestro propio derrumbe...etc...etc. Apolo se burló del "afeminado" Eros y puso en duda sus habilidades con el arco y la flecha, que él, Apolo, consideraba su monopolio. Eros, despechado, se armó con dos flechas: de oro una y la otra de plomo (Plomo: "Metal pesado, de color gris azulado, que se usa mucho para dar estabilidad a los amantes livianos, particularmente a los que aman a mujeres ajenas..." A. Beirce). La primera arrebataba de amor al herido y la otra, de odio. La segunda destinada a la ninfa y la de oro a aquel que "mata de lejos". 
La persecución lujuriosa fue, como es natural, bestial. Dafne huía enredándose los cabellos en las zarzas de la orilla del Tempe, entonces Peneo. Apolo le dio alcance. Dafne suplicó a su ausente y fluyente padre Ladón, rico en menta, que aunque lejos, en la Arcadia, atendió su súplica... y así fue como se convirtió en árbol y Apolo no pudo más que absorver su delicado perfume: El laurel, cuyas ramas coronan la gloria y santifican las lentejas.





Tal día como hoy, del año 1598, justo cuando Lope de Vega acababa de dar a la imprenta su "Arcadia" y Shakespeare daba sus ultimos toques a "Trabajos de amor ganados" (hoy perdido). Se estrenaba en privado la primera ópera de la historia: "Dafne" (hoy perdida casi en su totalidad). Fue en el palacio Tornabuoni de Florencia que por entonces pertenecía a la familia Corsi y hoy a un usual cluster bancario.

Ya puestos, y puesto que Florencia es la cuna natal de mis Custodios...

El aterrizaje ha sido complicado, con tanto adorno navideño y demás. Conocedor del talante juguetón de mis arcángeles, me he temido lo peor, pues tal día como hoy (1783), Louis-Sebastien Lenormand realizó su primer intento de salto en paracaídas, siguiendo en esto a otros desnortados y siendo referencia para los siguientes. En realidad fue un salto con paraguas. El muy bribón lo había intentado antes con un perro. Todo Montpellier se hizo eco de la gesta... que ha pasado a la historia como una excentricidad más.


Y aquí me tienen, sentadito en el poyete ("¿poyazzo?") de la fachada de Palazzo Tornabuoni.


Ni se les ocurra tomarse un corretto, le sacarían el riñón que les queda. Vale que tal día como hoy, del año 1953, se realizó en París el primer transplante de riñón a partir de un donante vivo... pero precisamente ese es el problema ¿quién tiene un amigo que tenga dos riñones útiles? Pues eso, lo dicho, ni se les ocurra. Disfruten del solecito y de la música de Peri.

Axioma: Todo es devenido... ¡y fugaz! También la ópera.

Déjenme que me amorre la petaca y les explico.

Hipótesis: Hubo un tiempo, largo, más largo que el de "Jerjes", en el que la música, habiendo olvidado sus orígenes, consistía en un intento de imitar la inaudita música de las esferas: cada esfera, de hacer caso al "sueño de Cicerón", tenía su ethos particular y giraban, según sus diferentes radios, en torno al centro incandescente que lamamos sol y en ese girar emitían una nota más o menos aguda. Todas al unísono emitían un, podríamos decir, acorde, que inundaba el universo-mundo. Unas órbitas emitian sonidos lastimeros, otras mostraban alegría por su proximidad a sol y su carácter sanguíneo, otras se debatían entre la melancolía y la pereza... El resultado era, de más decirlo, una contradicción emocional y cósmica. Ese "desorden" fue trasladado al canto y así surgió la polifonía ("si non è vero, è ben trovato"): reflejo de la revolucion de los cielos. La polifonía tuvo su momento álgido durante el Renacimiento gracias a los trabajos de la escuela francoflamenca.

Como es natural la cosa se limita a la zona de influencia (¡grande!) de la iglesia católica, apostólica y romana. La cosa empezó a complicarse con la Reforma y las aspiraciones humanistas y, añádanle el lento aparecer de una clase que decía gustar (y gustarse) de (en) esas veladas musicales.

Humanismo.
Dentro del espectro de la "matematización del mundo" que recorría Italia, se vuelve al pitagorismo original y a Grecia en general: las relaciones numéricas lo gobiernan todo, cielo y tierra. Se propone una nueva racionalidad, sencilla y clara, que dé al traste con el galimatías plurimodal y contrapuntístico propio de la polifonía. La pintura lo había conseguido estableciendo un sólo punto de fuga. Poco a poco se establece la primacía bimodal sobre la base de una división matemática exacta de la octava en doce tonos y la primacía de las terceras y las quintas. Lo que resulta, decían, es más natural, es más, es connatural con la naturaleza humana que, desde siempre, ha publicado sus afectos en forma de cantinelas monódicas y "naturales". Así, cuando Uds. se duchan no pueden expresar polifónicamente su malestar, a no ser que estén en las escuetas duchas comunes de un gimnasio. O que tengan la boca como un buzón...



Pero, además, los "modernos", pues siempre los ha habido, querían que la música "moviera los afectos", que estremeciera las cuerdas del alma humana y que cualquiera pudiera ejercerla, bien como ejecutante, como teórico o como receptor... o como todo a la vez, pues la distinción medieval entre la teoría y la práctica, se va disolviendo "euridicianamente". Y esos afectos podían conducirse mejor si la palabra era dicha con claridad y reforzada por la música. La música como instrumento emotivo, sometida al texto, lejos del racionalismo abstracto (y afectivamente contradictorio) que gobernaba la polifonía. Puede decirse que los "modernos" establecieron una teoría semántica de la música, en la que cada modo, tonalidad, acorde, intervalo, reflejaba un estado de ánimo. Expresión, ese es el concepto. El artista expresa.

Algunos "antiguos", no opuestos porque sí a innovaciones, vieron el peligro: subjetivismo, afectación, narcisismo... degradación general... hasta llegar a Operación Triunfo.
Todo este replanteamiento de la armonía fue completado y standarizado por Rameau (pero faltan algunos cabos).
La Camerata de Bardi la daba vueltas a estos temas y hacía sus ensayos teórico-prácticos. No fueron los primeros, pero sí los más organizados, decididos e influyentes.


Iglesia
Amenazada por la marea reformista, cuya punta de lanza era la palabra sencilla y vernácula, que era sembraba de forma incesante en sus características liturgias, tuvo que tomar en consideración el mensaje y el medio. No podia ser que el medio ocultase el mensaje. ¿Quién podría captar el contenido evangélico, enzarzado, como los cabellos de Dafne, en las espinas de los diferentes modos, voces y ritmos? Urgía una contrarreforma también en el terreno musical: que se entendiera el mensaje y que la música se limitara a subrayar y a reforzar, vamos que se sometiera al texto que, a fin de cuentas, era la palabra de dios (?) o la de sus representantes.


Camerata Florentina
Tomó el cuerno por los toros (?) y se puso obra a las manos. Galilei (senior) fue el teórico más reconocido y el crítico más acervo de la tradición anterior. Sus "Diálogos", tuvieron el mérito, además, de enfrentar de forma clara las dos posiciones. De más decir que la brisa eclesiástica les impulsaba. Allí se estableció la primacía de la monodia acompañada y todo lo dicho anteriormente.
Quedaba sin embargo un asuntillo: ¿Qué hacer con la música? ¿Cuál era su valor si no iba acompañada de la palabra? ¿Cómo pudieron surgir las sinfonías, conciertos, obras de cámara...? ¿Podía existir una música autónoma? Eso fue cosa a otros, entre los cuales el mismo Lutero y, naturalmente, los teóricos alemanes.

Y, nada, aquí me tienen, agotado y sentadito en el poyete del Tornabuoni. Me encasqueto el Ipod: "Eurídice" (y Orfeo) de Peri, pues ya les he dicho que "Dafne" se ha desvanecido. La ópera en estos sus inicios era un conjunto de claros recitativos, aires... acompañados por una música sencilla y comprensible. Era introducida por una "sinfonía" (¿modo francés?) en la que la música por sí sola se hacía valer. La iglesia estaba, en la misma linea, con sus motetes y oratorios...

Rumor de alas, perfume de cadera de ángel y los clientes paseantes se detienen y sonríen para sí. Cargan con paquetes innobles, pero sonríen ante la presencia invisible de mis Custodios.

--¿Qué tal por el Corno?
--Pues tan umbría como siempre
--Por suerte no han puesto ninguna trattoría
--Ni ningún Zara...
--¡No caben!--remata Chiara.
--Pues nada, aquí estaba yo pensando en los orígenes de la ópera en un día tan señalado como hoy.
--Pues el día puede dar muuuucho más de sí—amenaza Aurora.

La Camerata se fundó en la casona de los Bardi, allá frente al Ponte alle Grazie. Siguiendo el Lungarno, pasarán el museo Galileo (junior), dejarán atrás el Ponte Vecchio y llegarán al Puente de la Trinidad, allí giren hacia dentro por Tornabuoni y se toparán conmigo que estoy siendo motivo de mofa: una señora con un bolsito de Hermés, cree que hablo solo, y se parte el culo. La Camerata, como Academia, se trasladó a este Palazzo a finales del XVI. Y fue allí donde tal día como hoy, del año 1598 se representó, en privado, por primera vez la obra que les he comentado. Al mes siguiente se presentaría al público en general... ¡y se alzó el telón!

2
...Y fue posible la existencia de Bellini y Donizetti...

Y es que el 26 de diciembre es un buen día para estrenos: Bellini ("Norma", 1831) y Donizetti ("Lucrezia Borgia", 1833), reyes del bell canto y la melodía, en la tradición más puramente italiana que hunde sus raíces en la Camerata (y en la naturaleza mediterránea, que diría Stendhal). Seguir con Stendhal sería imperdonable: "monde"/ "public" /"foulles"; "connaisseur"/ "amateur"; conocimiento / sentimiento; elegancia / pasión; autor / divo...

Cuando ocurrieron esas efemérides, Rossini se había cortado la coleta y se dedicaba a los canelones. Bellini, cuando lo de Lucrezia Borgia, estaba en Puteaux, escribiendo ¡día contradictorio) "I Puritani"... Y Donizzetti, cuando lo de Norma, recogía los réditos de L'elisir d'amore (nada de muérdago...¡vino!)

El futuro les depararía destinos diferentes: Bellini llegaría a convertirse en un cóctel dulzón y, naturalmente, rosa. El responsable de la metamorfosis fue Cipriani (me la coges con la mani), encargado del Harry's Bar veneciano (me la coges con la mano). A Donizetti le cupo la peor suerte, desgracia tras desgracia (y el mercurio, Hermes) fue siendo conducido a la locura. No ayudó el hecho de que su hermano Giuseppe hubiera sido nombrado director de musica militar de la sublime puerta por Mahmud II.



Ahora sólo nos resta salir a recoger el siempre verde muérdago, esa costumbre tan nuestra. Aunque les aconsejo, si no lo cogieron antes de ayer, que esperen a la próxima luna llena:

"Casta Diva, che inargenti
queste sacre antiche piante..."

A Eneas lo salvó del reino de los muertos. Astérix y los druidas, lo tomaba a calderadas y los nórdicos han extendido entre nosotros la costumbre, tan nuestra, de besarnos bajo sus ramas, recolectadas en nochebuena y colocadas en el marco de la puerta. Si esas costumbres, tan nuestras, les parecen extrañas, utilícenlo contra los sabañones navideños y para dar de comer a los conejos.

Ópera: "Espectáculo que representa la vida en otro mundo, cuyos habitantes no tienen más idioma que el canto, más movimiento que el ademán y más postura que la actitud. Toda actuación teatral es simulación y la palabra simulación deriva de simio, o mono; pero en la ópera el actor toma por modelo al Simia audibilis (o Pitecanthropos stentor), es decir al mono que aúlla" (A. Bierce).

Tal día como hoy, del año 1913, Bierce le arrancó una pluma timonera a un ave del paraiso y con la bayoneta que conservaba de la guerra civil, afiló su punta. La sumergió en una nube turbia que estaba a punto de cruzar el Río Grande rumbo a Ciudad Juárez, y: "Ah! desaparecer en una guerra civil ¡qué envidiable eutanasia!". En Washington D.F. alguién leyó el mensaje, seleccionó, cortó y lo pegó al que había recibido unas semanas antes: 
 
«Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en México. ¡Ah, eso sí es eutanasia!».



Lean Uds. a Lovekraft ("El que acecha en el umbral") y, si quieren, vean "Gringo Viejo". Lo mejor, sin embargo, sería que se retiraran a sus aposentos con "El diccionario del diablo" o con algunos de sus relatos (yo los tengo en la edición de Rodolfo Alonso). Y alli, como digo, en sus aposentos, con una botellita de sotol de Ojinaga, dejen que decline el día. No reparen en el precio...¡la ocasión lo merece!

Ambrose, "el amargo", cruzó por El Paso en busca de las tropas de Pancho Villa. Era un viejo inválido semejante al que según el cura Jaime Lienert fue fusilado, tras unos días de vino y rosas*, delante de la tapia del cementerio de Ojinaga. La edad le había concedido el don de la profecía.

Era enero del 14 y Pancho Villa estaba apunto de tomar el pueblo.


¡¡Qué tendrá Méjico!!

3
De no haber sido por mi arrolladora pasión por la ópera, hubiera ido a pasar el día a Almería, que celebran el Día del Pendón.






















RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...