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viernes, 20 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 20 de octubre. “Blas de Cubas”. Impresionismo. Varios.




“En aquel día (20 de octubre del año 1869) brotó del árbol de los Cubas una graciosa flor. Nací; recibiome en sus brazos la Pascuala, insigne partera originaria del Miño, que se ufanaba de haber abierto la puerta al mundo a una generación entera de hidalgos”
Quien así habla “no es un autor difunto, sino un difunto autor, para quien la losa sepulcral ha sido otra cuna”. Es Blas de Cubas. Bonito nombre. Sugestivo. Familiar. No le haré un feo a tal linaje, “escapado de la tonelería en alas de un calembour” (¿de qué materiales eran los toneles?)…Acabo de encontrar un acertado y oportuno ejemplo de calembour, ese fruto extraño y divertido de la promiscuidad entre la homonimia, la paronimia y la polisemia. 


¡Por Blas de Cubas! y me pimplo un aguardiente de caña. Me erizo. Es la primera vez que bebo antes de mi acostumbrado refrigerio matutino. La ocasión lo merece: No sólo esta efeméride, sino el hecho de que tengo que ir al médico a que revise mis pulmones. Y con sólo pensarlo me dan espasmos. Se añade la extravagancia de ir a Barcelona, que no piso desde hace meses.

No encuentro la tarjeta dorada ¡vaya por dios (¿)!  Ocupo plaza en lado montaña. Estoy deseando lucir mi chubasquero y la bufanda del siete leguas; de momento, sin embargo, continúa el calor. En Barcelona… (¡qué gran ciudad!) los turistas, esa especie depredadora y peregrina, deambulan ebrios. Es difícil adelantarlos. Lo intentan por la derecha y se vencen hacia la diestra. Por la izquierda, y se tambalean hacia la siniestra. Dando tumbos como las almas beodas de Heráclito. ¡Tanta normativa y no han sido capaces de idear una ley tajante que impida andar de forma indecisa! Prohíben las “estatuas-humanas”, que no molestan y permiten ese andar agitado y sin sentido. El “flaneur” pasea sin orden, curioso y contemplativo.... ¡pero éstos! Sólo les gusta hacer corros. Rodear la desgracia y el ridículo. Si por lo menos vistieran normal y no llevaran mapa. 

Bueno, los pulmones siguen su curso… ¿fibrosis? ¿E.P.O? ¡Que sea lo que dios (¿) quiera. Yo seguiré con mis cigarrillos “a lo Luky luke”. Todo en orden.  El “emplasto Blas de Cubas”, ese medicamento sublime, anti-hipocondríaco, que pretendía aliviar a nuestra melancólica humanidad, no está hecho para mí. Atrabiliario, lo soy…pero hipocondriaco no. Aquello es algo connatural al paso de los años. Lo último se mama.

Bajo República Argentina hasta Rambla. La radiografía bajo el brazo. Una cervecita en la terraza de la “Bodegueta” y un cigarrito. Señores ¡esto es vida! No tengo que pedir justificantes para el trabajo. No tengo que apresurarme para volver. Puedo “flanear” a placer. Leer el periódico (“La conferencia de paz sobre Siria será el 23 de noviembre”… ¡Malo! Seguro que todo empeorará. Es pura y escueta “neo-lingua”. Siguen los terremotos en el delta y en la costa de Castellón. “Fiesta de los Super 3” en Montjuïc…) Hacer el “sudoku”. Tirar, despreocupado, la radiografía en una papelera… ¡por si alguien la necesita!...En fin, un placer. Les aconsejo que se jubilen a los cuarenta.

¡Idea redonda!: Comer en “La Garroxa”, un restaurante gallego famoso por sus chuletones y churrascos y, así, mato unos cuantos pájaros de un tiro: Por la Pascuala, “insigne partera originaria del Miño”; por mi tocayo Machado de Assis, natural de Río de janeiro, tartamudo (como yo) y epiléptico y  para celebrar el “día del Churrasco” (Chile). 

–¡Joven!  ¡Póngame un…

–¿Va a comer?

–A su debido tiempo, camarero. Prisas es lo sobra en este mundo dislocado. Introduzcamos un poco de calma y sosiego...

–Pero ¿va a comer… o qué?

–Algo comeremos, joven. Tráigame una cervecita…gocemos de este sol de octubre.

El camarero se retira, derrotado, matando las últimas moscas del año con la servilleta. ¡Siempre me tocan los tarados!–murmura.

“Con la pluma de la broma y la tinta de la melancolía” (¡¡) así está escrita. Capítulos cortos y esponjosos. El autor se adelanta, se retrasa, aconseja, desaconseja, predice, recuerda, profetiza, repite, se marcha, vuelve desmemoriado… ¡deja claro que la obra es suya! Dicen los críticos que representó el fin del romanticismo y la inauguración del realismo en las letras brasileñas. ¿Realismo? Tanto como pueda serlo el “Tristan Shandy”. 

La obra de Sterne manifiesta el fracaso del autor que quiera relatar su vida en toda su completud. Llega la muerte y su preparación… ¡y lo interrumpe todo! 

Blas de Cubas, consciente de esa limitación, y apropiándose de la técnica de Sterne (y de De Maistre) narra su vida ¡ya muerto!. Otros han ampliado el campo de lo inenarrable: Carlos Fuentes en “Cristóbal Nonato”, empieza en el punto en el que empieza Shandy, pero se entretiene en narrar esos nueve meses que separan el no ser (relativo) del ser. Los recuerdos de Cristóbal se remontan a las playas de Acapulco y llegan hasta el 12 de octubre de 1992 (¡nada que celebrar!) cuando: “El niño tiene bien abiertos los ojos, como si sus párpados jamás se hubiesen formado. Mira fijamente a la tierra que lo espera” y nace. Precisamente la víspera del deceso de Blas de Cubas.

Mucho antes, en tiempos de la Inquisición, un judío- español enemigo de España y amigo de las rebeliones independentistas de Catalunya y Portugal, se adelantó a todos, en eso que algunos llaman (Goytisolo) “Relato intrauterino”: 

“Estando mi madre bien descuidada, yo llamé a la puerta de su estómago con un vómito. Bien temía ella mi venida, habiéndola faltado el correo ordinario: tres meses sin carta mía”.
“Di en ser entremetido desde el vientre de mi madre, que no la dejaba dormir de noche a puras coces. Era un diablo encarnado. Solía meterme entre las dos caderas, y ella daba unas voces tan fuertes que las ponía en la vecindad, por no enfadar al cielo. Cuando estaba descuidada, solía yo darle una vuelta al aposento de su vientre y revolverla hasta las entrañas”.

Ya tienen Vds. un tema para profundizar, para “entrañarse”…”Novela intrauterina versus Nóvela póstuma”.

La Tal Pascuala, coja de nacimiento, como la graciosa y ensimismada Eugenia, hija ilegítima de Eusebia, había nacido en San Martiño de Alvaredos, del término de Quiroga (Lugo), junto al camino que unía (y une) Lugo con Logroño, en la romana “ruta del oro”. Para que se hagan una idea: la aldea tuvo su momento de gloria el año 2003, año en que su población aumentó un 3’3 %, pasando de 16 mujeres y 15 hombres a 17 mujeres y 15 hombres. Al año siguiente las aguas volvieron a su cauce tras la desaparición de una mujer. Desde entonces el declive no se puede disimular: 12 mujeres y 11 hombres. Siempre, eso sí, con femenil supremacía. Desde aquí un saludo afectuoso a los resistentes. 

Comenzaba el siglo XIX. El padre de Pascuala recogió los grelos y las patacas. Mataron los animales, se los comieron (dejaron algo para el viaje) e hicieron las maletas. Salieron de casa 5 personas: matrimonio de mediana edad; hijo de 2 años; hija, más hermosa que la flor de la borraja, de 13 años; y, cerrando la partida, la coja, que entonces aun no había cumplido los cinco. Era el 31 de mayo. El padre había pensado larga y profundamente, tras lo cual condensó lo meditado en un razonamiento pétreo: “Aquí nos morimos de hambre. Hay que largarse”. Y, para convertir la humillante necesidad en algo heroico, apeló a Napoleón, que 16 días antes (lo sabía por una visita que había hecho a Quiroga), había atravesado los Alpes y se disponía a la conquista de Italia. “Napoleón” quedaría en la memoria de Pascuala como algo agridulce, como los pepinillos centroeuropeos. Siguieron el curso del río. Los viñedos estaban exterminados por la filoxera. Una víbora mordió al pequeño. El padre le hizo el torniquete y con la navaja de cortar lacón le hizo una abertura. La infección se sumó al envenenamiento y el niño murió en minutos. Lo enterraron en un lugar impreciso de la “Ribera Sacra”. Ya cerca de O Porriño, antes de girar hacia el sur, la muchacha fue desflorada por un hortelano de Ponteareas y se desprendió del grupo.

“Bienaventurados los que no se van, porque de ellos es el primer beso de las muchachas.”

A Oporto, tras una semana de marcha, llegaron tres. Se apuntaron en un barco de carga. El padre llevaba en regla los papeles del servicio militar. Los abandonaron en un rincón de la cubierta de popa, bajo la “cangreja”, a los pies del palo de mesana. Así llegaron a Río. Mediaba julio del año 1800. En Brasil, el pdre oyó hablas de la fiebre de oro que afectaba a “Minas Geraes” y allí se dirigió. Después todo es confusión. Pero, sin duda: ocurrió lo que tenía que ocurrir y la Pascuala se quedó sola y para vestir santos. Dónde aprendió a asistir partos es todo un misterio. Lo cierto es que su reputación en este menester, nació, creció y se afianzó en Río y los alrededores. Y, ya con la fama consolidada, ayudó a que Blas de Cubas entrara en este mundo.

Si no ocurrió así…¡bien podría haber ocurrido!  

–Bueno, caballero…¿va a comer o qué?

–Vaya preparándome un churrasco y tráigame botella de Mencía…¡¡Pero YA!!


No les voy a contar nada de la novela. Decir, simplemente, que no dejó viuda y que expiró “a los dos de la tarde de un viernes, día aciago, del mes de agosto de 1869 a los 64 años, en mi hermosa quinta de Catumby” soltero (…), sin alcanzar “la celebridad del emplasto” Asistieron 11 amigos. Llovía (como lágrimas) (…) así se dirigió al “undiscovered country” de Hamlet.

“Cúpome la buena fortuna de no comprar pan con el sudor de mi frente. Otra cosa: no padecí la muerte de doña Plácida, ni la demencia de Quincas Borba. Sumadas unas cosas y otras, cualquier persona imaginará que no mengua ni sobre, y por consiguiente que salí en tablas de la vida. E imaginará mal porque al llegar a este otro lado del misterios, me encontré con un pequeño saldo, que es la postrer negativa de este capítulo de negativas: no tuve hijos, no transmití a ningún ser el legado de nuestra miseria”

Hablando de viudas, hijos y tal… recordarán vds. que tal día como hoy, del año 1968, Onassis y Jacqueline Kennedy, esa manirrota desagradecida con cara de muñeca sin exorcizar, unieron sus fortunas. Huyó de la maldición de los Kennedy y se refugió en los brazos del millonario, quien dejó (temporalmente, como ahora sabemos) el regazo de la Callas (que a su vez había dejado los brazos de otro). Callas, no calló (¡al contrario!) se inflamó y desde el petril del Ponte Vechio, amenazante, se descolgó con…”Oh, dios querría morir. Papá, piedad, papá. Papá, piedad, papá” Y como no hizo efecto, pidió (por intercesión de la diosa) templanza.: “Casta diva…”

Precisamente, ¡lo que son las cosas!, tal día como hoy, del año 1973 se inauguraba la “Ópera de Sidney”. A la Callas no le dio tiempo. Ese año fue su “anno horribilis”. Moriría 2 años después. 

“Matamos el tiempo, el tiempo nos entierra”

Lo de la Kennedy y Onassis duró hasta que el varón sacó el primer puraco y se lo fumó en la cama de matrimonio. Ella se manifestó como caprichosa y manirrota, él como fumador empedernido. Ella como agria y agraz. Él como guarrindongo. Los hijos reventaron. La fortuna se repartió (haber… hubo para los supervivientes). La isla…¡Ah, la isla!
Bueno, lo importante es que la viuda se quedó, por contrato explícito, con un tercio de la fortuna total. Y siguió viuda.

Pues si estaban enterados de lo anterior, también sabrán que tal día como hoy, del año 1945, los partisanos (dirigidos por Tito), el ejército rojo y algunos búlgaros, liberaron Belgrado. Los nazis se fueron con el rabo entre las piernas. Y que, ¡¡precisamente!!, tal día como hoy…O sea ¡¡¡hoy!!! acaba de morir la viuda de Tito. Absolutamente abandonada. Vivía en unas condiciones propias de “parados español de larga duración”: sin agua, sin electricidad, con goteras…Vivió bien mientras pudo. Tras la muerte de Tito… ¡no le quedó NADA!  ¿Qué diferencia, eh?



–Joven, he de decirle que, pese a sus maneras un tanto rudas, el churrasco estaba magnífico, impresionante….

–¿Ha dicho Vd, impresionante? ¿He oído bien?

–¿?????????

–Llevo toda la mañana esperando que algún glotón lanzara ese adjetivo. Y ¡por fin! Se ha hecho Vd. merecedor de la ronda de aguardientes, a cuenta de la casa.

–¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡



–Yo soy camarero por “bocación”. Mi verdadera vocación es la Historia del Arte. Aunque por aquello de contrastar la Teoría con la Praxis…
 
–No siga…¡entiendo!... “En la realidad presente: hay una gota de la baba de Caín”.

–Puede decirse así. Pero a lo que voy: sé lo que está pensando. Y lo que venía pensando cuando ha tomado asiento en este establecimiento. Pensaba en Blas de Cubas. 

–¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

–Y en la fecha de su nacimiento, que, como bien sabe, especialista como es en “efemérides”, ocurrió tal día como hoy. ¿Me equivoco? Lo que, sin duda, Vd. no sabe es la fecha de su muerte. Sí, sabe que murió un viernes de Agosto del año 1869…¿Pero qué día?

–Tuvo que ser el 6; el 13; el 20 o el 27…

–¿Qué decide?

–¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿

–Permítame que tome asiento a su vera. Tuvo que ser el 13. Pues, Blas, no sólo habla de un viernes de agosto, sino también de “día aciago” y se refiere al nº 13 como aciago…con la finalidad de que nosotros atemos cabos: Así pues: ¡murió el 13 de agosto de 1869!

–Bonita deducción…¿y?

–¡Cómo que ¿y?…! Le hacía a Vd. más perspicaz y sabido. Sepa Vd. que en ese mismo momento; en el momento exacto en el que Blas expiraba de forma tan noble, Monet y Renoir ponían las bases del “Impresionismo” pintando al alimón “Les Grenouillers” de París. Estaban en la miseria, pero emplearon todo el dinero que tenían en comprar un billete de cercanías y en tubitos de pintura (ambas cosas novedosas). No voy a extenderme en detalles; se los dejo a Vd. para que se luzca cuando reseñe la primera exposición del grupo. Pero sepa que las “ranas” no se referían sólo a los batracios, que abundaban, sino a las “demi-monde” y a los “sapos” (por analogía) que acudían a los bailes de los jueves… ¿No pensaba Vd. en Río…?

–Me abruma.

–Tampoco entraré en analizar las diferencias estilísticas entre ambos colegas. Ni en situar la isla en su lugar exacto… ¡se lo dejo a Vd.!...

–¡Gracias! Es Vd. muy amable…y un saco de saber.

–Pero lo dicho no agota las “razones efemerísitcas” a las que Vd. se da. Sepa que tal día como hoy, del año 1889, un incendio arrasó el recinto. Lo redujo a ruinas. Al año siguiente, cuando acabó la Exposición Universal, el dueño aprovechó los restos del pabellón de Suecia para reconstruirlo… ¡Nunca llegaría a ser lo que había sido!















El camarero ha desatendido por completo al resto de la clientela. La sala parece una asamblea del 15 M…todos agitando la mano. O “aficionados” pidiendo la oreja del camarero. No se inmuta. Con el trapo, mientras habla, saca brillo a la mesa. Me pongo las gafas de sol.
 
–¿Qué le ha parecido?

–Apabullante e inesperado. Sorpresivo, impropio…

Se levanta y se larga echando desplantes a la clientela. Me trae una bandeja con 5 copitas de aguardiente, testimonio de la variedad de la casa. Me las pimplo sin respirar. Pido la cuenta. Pago. Dejo una suculenta propina. Me levanto y, como siempre, tiro la mesa y su contenido. El mundo se paraliza.

–¡Por favor!...¡Sigan Vds.!

Cuando paso por al lado del camarero oigo que silba “Sweet home Alabama” (*) y cuando tengo medio cuerpo fuera, me lanza un:

–¡Lleve Vd, cuidado, “young”(*)…no sufra un accidente! (*). Ahí acabo de dejarle nuevo material para que rumie. 

Me pillo lado mar y medito sobre las dos últimas frases. 

Y así, meditando…y sin cenar, me sumerjo en el regazo de Morfeo… ¡Y empieza el concierto de pitos pulmonares!





























jueves, 19 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 19 de septiembre. El hombre de ötzi. Comienza el "pop".





:-(                primer emoticón secuencial de la historia (tal día como hoy del año 1982)

El sol seguía su camino, pero cada vez más bajo. Los días empezaban a acortarse…”ocreaban” las hojas del castaño (¡el color de sus ojos!)…el viento arrastraba las primeras hojas. Estaba claro que el frío se acercaba. Siempre ocurría lo mismo…pasaba el calor y empezaba a soplar el viento de las montañas heladas y a los pocos soles…ya había que cubrirse con las pieles más recias. Cuando llegaba el verdadero frío era imposible salir a cazar…

Hechos estos cálculos, el hombre, de complexión normal-baja, ojos castaños y de una edad  frisando con la vejez (46 años) se decidió a hacer el último intento de caza y llenar los recipientes para la época de las nieves.

Se había despertado con el sol y no se había exaltado con la hermosura de este día de finales de verano. No tenía ni idea de la “belleza”…sólo sabía de adecuaciones…era un buen día para cazar y almacenar.

     



Intolerante a la lactosa, almorzó carne seca de gamuza y ciervo y un mendrugo de pan de harina de escaña. Se calzó las botas de piel (de oso y de ciervo), recubiertas por dentro con una tupida red de hierbas blandas y rogó a los dioses que fueran benignos con su corazón…hacía tiempo que repicaba sin un ritmo claro. Las articulaciones le dolían y le picaba constantemente el culo. En fin…pudiera ser la última expedición. Su mujer y sus hijos quedarían abandonados al alcance de la necesidad, pórtico de la muerte. 

Algo, que después llamaremos melancolía…le rondaba y le humedecía los ojos, con un líquido, que después llamaremos lágrimas.

Así, pues…tal día como hoy, salió de la aldea con una idea fija.

Arrastraba un trineo con lo necesario para montar el cobijo, para la caza, para aparejarse la comida  y para defenderse de asaltantes.  El calor se fue disipando según ascendían en busca de gamuzas, ciervos…o lo que cayera.

En lo alto se puso la capa sobre el chaleco, y se cubrió la cabeza con un gorro de piel de conejo.
Tras horas de ascenso, paró en un claro de bosque de coníferas  e intentó recuperarse con un puñado de endrinos curados con el frío pasado, algunas legumbres secas  y mascó algunas raíces que le animaban y, parecía que contrarrestaban su arrítmico corazón.

Ascendiendo por entre las encinas de todos los tamaños, se hirió la mano y se la curó con musgo disuelto en saliva. El corazón le salía por la boca. Las rodillas le dolían (las incisiones que le habían hecho por todo el cuerpo no parecían surtir efecto)…y seguía ascendiendo.

Ya en territorio de caza mayor, divisó lo que temía: Cuatro individuos mal carados, dispuestos, sin mediar palabra, a robar sus pertenencias, pasando por encima de su cadáver.

Sintió un pinchazo agudo en la parte izquierda del pecho. Le habían herido de lejos (maldito Apolo que inventó esa forma inaudita de matar). Se arrancó la flecha, pero quedó dentro la punta de pedernal. Sacó del trineo el hacha de cobre con mango de tejo, el arco de dimensiones descomunales y el cuchillo de pedernal con mango de fresno.

Disparó una certera flecha, mientras los otros tres se abalanzaron sobre él; con el cuchillo atravesó el brazo del tercero y tuvo tiempo de arrancar la preciada flecha del cadáver reciente. Volvió a dispara el arco y cayó el segundo. 

Se defendió como quien ya se siente muerto y no le importa morir. 

Y en un cuerpo a cuerpo épico perdió la vida, por la que ya temía antes de salir. El primero, herido, huyó…dejando un rastro de sangre sobre la nieve que sirvió de pista a los lobos. Los otros tres esperan ser descubiertos y gozar de su momento de gloria.

El hombre se derrumbó sobre el blanco y convirtió en rojo 4 metros cuadrados de nieve primavera.
Sobre el cadáver cayeron toneladas de nieve que se transmutó en hielo. Cada año, cuando el sol  volaba alto, asomaba alguna parte de su cuerpo. Su alma (¿), congelada esperaba la redención para entrar de lleno en el reino de los cielos.

Tal día como hoy, del año 1991…5.250 años después (exactamente) del luctuoso suceso, una pareja de turistas de la ciudad de Durero, encontraron, cerca de Hauslabjoch (Alpes de Ötztal)  el despojo con sus pertenencias. Dieron noticias a las autoridades de Innsbruck, que se hicieron cargo del asunto. Pero el asunto tenía su qué…¿Era Italia o era Austria?...Basándose en las mediciones de 1919, era territorio austríaco…pero nuevas mediciones, realizadas a raíz del descubrimiento, establecieron que el hallazgo se había producido a 95 metros de la frontera austriaca, en territorio italiano.

La momia puede contemplarse en el Museo de arqueología del Tirol del Sur de Bolzano (Italia).

Lo han bautizado como Ötzi…¡cuando siempre le llamaron Marcelo!

Esta especie de pecado original lo estoy imaginando sentadito en la terraza soleada del “Der Café”, en la “Strada Provinzale” de Vulturno, lugar de nacimiento del desgraciado….un pueblo arregladito, germano parlante y pro-Merkel. He cogido una habitación doble (55 euros, media pensión) en el Oberwirt, en la misma calle…¡para no perderme!.  Como es media pensión me he zampado un plato de gulash que no se lo salta un gitano y un gigantesco trozo de pastel de manzana. Ahora, con el sudoku, ha llegado la hora de los aguardientes.

 



Frente a este metafísico acontecimiento, la frustrada visita de Jruschov a “Disneylandia” (tal día como hoy del año 1959) pierde enjundia…¡pero no gracia!

¡Ya saben vds. de los cabreos de este enano!












Es, sin embargo, significativa: Pollock acaba de estrellarse, borracho, contra un árbol que lo esperaba desde la eternidad (agosto del 56, mientras se inauguraba en Londres “This is tomorrow”, donde se pondrían las bases del Pop Art)...finiquitando el expresionismo existencialista de postguerra.
James Dean había estrellado su Porche contra un Ford (septiembre de 1955…¡volveremos!) y empezaba la mitología juvenil, fácil presa de la infinitud de mercancías.

La no realizada visita de Jruschov (y, sobre todo, su cabreo)  marca el triunfo de la banalidad y el
comienzo del consumo de masas…

Esto es sólo un adelanto poco afortunado de una “Propuesta” que les tengo preparada.

 











miércoles, 18 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 18 de septiembre. Sudoku. Euler." Insaciabilidad"



Saben vds. de mi afición desmesurada a los “sudokus” (de mis pasiones, sin embargo, conocen muy poco…¡como debe ser!)

La diferencia entre las dos “emociones” es que la primera te ocupa todo el tiempo disponible y la segunda…la vas dejando…la vas dejando…¡hasta el día en que te mueres! y, entonces, emulando a los grandes hombres, sueltas aquello de: “Mi pasión fue cultivar mis aficiones”…y dejas (¡¡) a todo el mundo mirando atónito el humo lento de sus cigarrillos…

Desprecio los bares en los cuales, sin escrúpulo, permiten a los clientes ensayar el sudoku y dejarlo hecho unos zorros: con tachones, errores, y, sobre todo, cruzado por una cruz de San Andrés que lo inutiliza definitivamente. Desprecio menos a los que siempre que llegas está correctamente solucionado…y admiro aquellos en los cuales está inmaculado…¡esperándote!

El éxito de tan perfecto entretenimiento se debe a la universalidad de los signos que intervienen (a diferencia de los crucigramas). No es extraño, pues, que empezaran a triunfar en Japón…aunque ya había aparecido en los “media” en 1970.

Tal día como hoy, del año 1783, murió Euler, matemático eminente (imaginativo, por definición) y prolífico.

Sus, para mí, máximas aportaciones, fueron, por orden de preferencia: invención del “sudoku”; la ideación de los “diagramas” y la solución al “problema de los puentes de Köninsberg”…¿No están de acuerdo?...


Todos vds. saben de la mecánica del sudoku. Pero…¿sabían que está basado en un riguroso sistema de probabilidades para representar una serie de números sin repetir?

Las fases lógicas de su resolución son tres: “escaneo”,” marcado” y “análisis”.

¡El “escaneo”! es lo primero que hacemos: cruzar líneas con el fin de encontrar los lugares libres en los que puede ir un número determinado. Cuando se agota esta primera y fácil  operación, comienza…

¡El “marcado”! que puede hacerse mediante el procedimiento de “Subíndices” (cuando anotamos en pequeñito los posibles candidatos) o mediante el procedimiento por “puntos” (anotamos, en el lugar adecuado del cuadrado, puntitos que simbolizan los números candidatos…¡se necesita práctica!)

Finalmente, el “análisis” lógico de las posibilidades nos permitirá borrar (“borrado del candidato no coincidente”) o mantener los números que hemos ido colocando en calidad de candidatos (“mantenimiento del candidato coincidente”).

Tras un primer análisis…vuelve a comenzar el ciclo…¡hasta la victoria final!

No somos conscientes de toda esa compleja estructura lógico-teórica que soporta un pasatiempo tan inocuo. Así que, ahora entenderán mi indignación ante tanta desidia y estarán conmigo en que arruinar un sodoku es (simbólicamente) como tirar el pan.

Por la mañana pan…¡por la noche “diazepán”!...¿gracioso?... y fifti-fifti.

Los diagramas de Euler, perfeccionados por Venn, permiten de forma intuitiva operación de inclusión y de exclusión (hablamos de conjuntos). Los de Venn, más complejos, permiten ilustrar (y solucionar) silogismos…y de paso…¡así los utilizo yo, componer cuadros de una geometría (simple) colorista, ilustrativos de mensajes dogmáticos y simples…¡No digo más!...

Su tercera aportación, disolvió de una forma elegante, una de las posibles futuras preocupaciones del filósofo (Kant).

Saben vds. que la ciudad de Köninsberg (actual Kaliningrado), es atravesada por el río Pregel (Pregolya)…Es un río curioso: antes de entrar en la ciudad se divide en dos brazos (viejo y nuevo Pregel) y vuelven a juntarse, formando una isla cuadrada, en el centro de la ciudad…para seguir su curso hacia las contaminadas aguas de la laguna del Vístula.
Pues bien!...Miren vds. la fotografía de los puentes de Königsberg e intenten solucionar el siguiente problema…enunciado tal como se enunció en su día:

“Dado el mapa de Königsberg, con el río Pregolya dividiendo el plano en cuatro regiones distintas, que están unidas a través de los siete puentes, ¿es posible dar un paseo comenzando desde cualquiera de estas regiones, pasando por todos los puentes, recorriendo sólo una vez cada uno, y regresando al mismo punto de partida?”


Esto, para Kant, entonces un adolescente, pero ya analítico y meticuloso, hubiera resultado como una de piedra en el zapato que le hubiera impedido los paseos sosegados y habría añadido, de paso,  una nueva antinomia a las ya abundantes e irresolubles que brotarían en su cerebro.

Euler demostró que era imposible…¡lo demostró!...No lo hizo por agotamiento físico. Demostró que era imposible, siempre que los puntos (puentes) fueran un nº impar.

Por lo que, incluso ahora, que los “puentes” se han reducido a cinco (dos fueron destruidos durante la Segunda Guerra Mundial)…sigue siendo imposible hacer el recorrido  propuesto.

Esta es la caracterísitca de los “Grandes Hombr@s”: La preocupación intensiva por los problemas del hombr@ común.

Un siglo más tarde, en Galitzia, esa región tan fecunda en genio y tan escasa en centollos, nacería Witkiewitz (suicidado tal día como hoy, del año 1939)…¿Qué no les suena Witkiewitz?...¿Y si les dijera que era un “formista”…ese movimiento artístico polaco deudor del expresionismo, del futurismo y del cubismo?...¡No caen!...¡Fue un temido pintor!...¡Revolucionó (¿) el teatro de su época!... ¡Escribió una de las grandes novelas del siglo XX: “Insaciabilidad”!..

Bueeeno…”Nosotros éramos tres, Witkiewics, Bruno Schulz y yo (Gombrowics), tres mosqueteros de la vanguardia polaca de entreguerras”.

La verdad es que no se esforzó mucho en la comparación…(Valéry, por entonces, hablaba de otros “tres mosqueteros”: Bréton, Aragon y Soupault).

Ese apelativo crea confusión, pues apenas si se conocieron. El primero le llevaba al segundo 7 años y casi 20 al tercero. Sin embargo algo los une: La Forma, el predominio de la Forma sobre el contenido: Teoría de la Forma Pura (W.) / Dialéctica de la Forma (G.) / el maniquí (B.S.), como forma congelada.

Por lo demás, el pavor de W. hacia la racionalización tecnocrática, el positivismo y la masificación, hilo conductor de la novela y, a la postre impulsor de su último (y complicado) gesto fatal, ¿no es pariente de la contraposición que encontramos entre los dos mundos separados por “La calle de los cocodrilos” de B. Sch. y conocido del treintañero, eterno infante, Pimko personaje de “Ferdydurke” de G.?



 La novela (escrita en 1927 y publicada en 1930) la publicó Seix Barral en 1973 y está, como es natural descatalogada. Entre mis tesoros se encuentra ese tocho  de una brutalidad incontestable. Avasalladora, caótica, pornográfica, esperpéntica, demoníaca, profética, aburrida, apasionante...

En” Insacibialidad” el intelecto hace pensar en un cirujano que opera en frío: casi se siente la hoja del bisturí, el olor del éter, el terror de la mesa de operaciones y las máscaras sobre los rostros. Pero en Witkacy este objetivismo inhumano se transforma inmediatamente en otra cosa muy humana: el cinismo”. (G.)

Y al cinismo, la brutalidad del sexo. A las que hay que añadir una tercera monstruosidad: la del absurdo…”Witkaci” lleva el absurdo hasta el absurdo. Al absurdo del mundo, a su idiotez, opone la suya…¡como una venganza!

Y aún una cuarta: la metafísica…alcanzar ese “estremecimiento metafísico” que surge de lo cotidiano y nos pone en contacto inmediato con el enigma impenetrable que nos paraliza y humilla.

Obsesivo como el demonio, confundió (¡o no!) la ficción con la realidad. O quizá vio con más claridad el sentido de los acontecimientos:
La acción de su novela Insaciabilidad transcurre en la Polonia del futuro. Polonia está convertida en una especie de isla decimonónica, en el centro de una Europa absolutamente ocupada por los chinos, implantadores de un nuevo comunismo (Realmente estaba confundiendo la ficción con la realidad?). Finalmente, los muros de contención dejan que se filtren las primeras intromisiones, y en poco tiempo Polonia pasa a formar parte del gran imperio rojo.

Witkiewicz no creía en la casualidad. Se creyó un profeta. Cuando comenzó la guerra intentó entrar como oficial de la reserva, pero a causa de su edad (tenía 54 años), no recibió la orden de movilización. 

Empezaba a cumplirse su profecía.

Su primera novia, se suicidó en vísperas de las nupcias. Se le reveló de golpe la naturaleza maldita  de su prometido. Era época de suicidas…recuerden vds. a Durkheim y su clásico estudio, publicado dos años antes del nacimiento de W.

Así pues, pensó que sus profecías se realizaban y decidió no ser testigo del fin del mundo.

El 18 de septiembre del 39, días después de la entrada del Ejército rojo en Varsovia, él, que durante la Revolución había actuado de comisario político, decide buscar un lugar adecuado para dar el salto al más allá: Debajo de una encina…árbol nutricio de la raza porcina. ¿Otro gesto irónico?...Su mujer le acompaña, decidida también a poner fin a tanto disparate y tanto sin sentido.

Escogida la encina, en el bosque de Jeziory, se inyectó “efedrina” para licuar la sangre y hacerla más ligera. Diluyó 18 comprimidos de luminal y uno de cibalgina, repartió en contenido entre dos delicadas copas de cristal de Bohemia y brindó con su mujer por la muerte: “Forma” por excelencia de lo vivo.



















Mientras el licor hacía su efecto, con una cuchilla de barbero se cortó las venas del brazo…pero él tenía prisa. Se cortó los tendones y, como la muerte se tomaba su tiempo…se sajó el cuello a la altura de la yugular.


Su mujer, aturdida por el brebaje y sobrepasada por las prisas de su compañero…no tuvo tiempo de rogarle que leyera las contraindicaciones. Ella sobrevivió.

Durkheim hubiera incluido ese suicidio dentro del grupo de los “fatalistas”, de las cuatro categorías que distinguió.

Con tanta acumulación se me ha olvidado hasta de ir al condis: huevos fritos con patatas. Vino de Ribera. Carajillo con remolque y a relajarse (¡¡) un poco con Jimmy Hendrix (muerto tal día como hoy del año 1970) y con Led Zeppelin (tal día como hoy, del año 1928, inició su trayectoria el primer Graf Zeppelin…¡más de dos campos de fútbol grandes de longitud!






RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...