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domingo, 16 de junio de 2013

Propuesta para hoy, 16 de junio. “EscaleraPotemkim”. “Vírgenes suicidas”. Elsa Triolet y Nicholas Ray…de pasada.

 Esto de los calendarios juliano y gregoriano es un lío importante. Según alguna de las dos cronologías, en tal día como hoy tuvo lugar la nunca ocurrida “matanza de la escalera” de Odessa. El Potemkim había llegado a puerto la noche del 14. Al amanecer desembarcan a los héroes muertos. La población de Odessa, en huelga general, los homenajea. Marineros y trabajadores se amalgaman y forman una masa tan densa como el hormigón. El ejército zarista se dispone a disgregar, a triturar, esa masa. La “matanza de la escalera” no ocurrió. La matanza, sí. Fue tal día como hoy, durante el entierro de los marineros.



La escena no aparecía en ninguna versión (previa) del guión de la película. Se le ocurrió a Eisenstein sobre el terreno. Y es que una escalera como esa (¡Infórmense Vds…. Infórmense!) sólo puede inducir a matar o a morir. Si a Newton fue una manzana la que lo puso sobre la mecánica del universo, a Eisentein fueron unas cerezas rodando las que lo condujeron a la comprensión de la ciencia del “montaje” (también influyó el Kinok, y la “biomecánica”, concebida dentro de un programa general: “Octubre en el teatro”, de Meyerhold, amparado todo bajo el paraguas de la Proletkult).

A un primo segundo mío fue una piel de plátano la que lo llevó a la tumba. Y sin ir tan lejos, a mí los higos chumbos me produjeron un atasco tal que fue necesario la intervención de la indiferente, pero férrea, decisión del matarife y la delicadeza (algo vengativa) de mi madre.

Una escalera como esa, bajo el inclemente sol del inicio del verano y la humedad…sólo puede inducir a empujar. La escalera, como saben, conducía y conduce desde la parte vieja de la ciudad al puerto. La arenisca original ha sido sustituida por el verdoso granito actual, pero en esencia está igual. Flanqueada, eso sí, por elevadores o teleféricos.

Obra maestra imperecedera del arte cinematográfico y de la propaganda política (“Para nosotros, decía Lenin, la más importante de todas las artes es el cine” y “el cine es Nicholas Ray (*)”, decía Godard, luego…) Naturalmente estoy hablando de “El Acorazado Potemkim”.

¿Qué puedo añadir yo que no se haya dicho ya? NADA. Así que me callo.


Eisenstein y los suyos se instalaron en el cercano Hotel Londres, un habitual en todas las ciudades que se precien, a unos 150 metros de las famosísimas escaleras. Vagaba por las cantinas entre las actuales Catalina II y el duque de Richelieu y de vez en cuando se asomaba a la escalera con el ceño fruncido y como queriendo sonsacarle un secreto. Le tomó gusto al tratamiento de las multitudes en escaleras majestuosas. ¿Recuerdan Vds. “Octubre”? Pues aquella escalera espectacular no fue por la que entraron los bolcheviques al Palacio de Invierno. Ni fueron miles. Fueron unos cientos y lo hicieron por la escalera de servicio, como si dijéramos. La segunda vez que lo hicieron, con Eisenstein a la cabeza, hicieron más destrozos que la primera, y revolucionaria, vez. La porcelana de Sèvres pagó el pato del realismo hiperbólico.

En todo caso vean la escena y a continuación el asombroso travelling inicial de “Sed de mal”. Será como hacerse una raya y después fumarse un porrito. ¿El resultado?..........................

Bueno, ya habrá ocasión (21 de diciembre) para hablar de la película. Baste con lo dicho para saciar mi sed “efe(i)merística”.


“… Resultaba que las hermanas Lisbon se habían suicidado el 16 de junio, aniversario del día en que Cecilia se había cortado las venas”.

No es fácil quitarse la vida. Sin embargo hay muchísimas formas de hacerlo. Las hermanas Lisbon las agotaron casi todas. Si no tuviera a mis “Ángeles Custodios” las adoptaría a ellas… (con el permiso de N. Ray) ¡a las cinco!: Cecilia, Lux, Bonnie, Therese y Mary: ángeles caídos en la inmundicia del mundo. Una siniestra y delicada, cual polvo de ala de mariposa, trama. Una desgracia mayúscula envuelta en la banalidad. Una prosa límpida y divertida al servicio del infantil desamparo que pone al descubierto la miseria de la adultez… ¡y la nostalgia de lo no sido!... “Lolita”, “Carrie”, David Lynch, Holden Caufield

Al final te caen simpáticos los “ambulanciers”…tanto ir y venir.

Sumisas con causa”. Nicholas Ray podría haber explotado esa variante.



La primera, Cecilia, la que abrió la veda, fracasado su intento a lo Séneca, se lanzó por la ventana y quedó espetada en las agudas lanzas de la verja de la casa (¿) familiar. Eso había sido un año antes. Y para celebrar el aniversario del primer intento, las cuatro hermanas desarrollaron todo un repertorio de “maneras de morir” o, mejor dicho, escribieron “la muerte, instrucciones de uso”.

Sonará en el esputofaif: “Tea for the Teelerman” y "Where Do the Children Play”? Nunca sabremos si ese LP de Cat Stevens estuvo incluído en el auto de fe materno. Y ya puestos, que suene también: “Tienes un amigo”. Esto nos indica que los hechos ocurrieron después del 71. También pueden escuchar “The Queen ist dead”… ¡27 años ya! ¡Mamma mia!

Tal día como hoy, del año 1979, moría públicamente, habiendo evitado la cirrosis, de cáncer de pulmón, Nicholas Ray. Yo me sigo quedando con “Jhonny Guitar”. Incluso he aprendido a puntear la música en la guitara de mi cuñado, el de Mapfre. ¡Oigan, que de western sólo tiene los parajes y las pistolas!


Siempre he sido un desconocido para mí mismo”…antisocrático donde los haya. Bueno, en realidad puede que lo intentara y no lo consiguiera; en ese caso sería un socrático “in progress” y tuerto.

Medio día y sin catarlo. Se soluciona rápido: vodka, por lo primero; un refresco “cargadito”, por lo segundo; y un güisqui a escondidas, por lo tercero: “Tota pedra fa paret”, como diría aquel.

El citado Meyerhold, también introdujo en el cine a Shostakovich, además de a Mayakovsky que, por cierto (y esto es puro chismorreo) se sintió atraído por Elsa Brik, antes de decidirse por la hermana, Lily. 



Los Brik eran una familia bien, acostumbrada y deseosa de “byt”. El poeta odiaba esa forma de vida y quería reemplazarla por una forma más elevada y espiritual: “bytie”. Dejamos aquí a Mayakovsky y a Lily y seguimos a Elsa. Se marchó en plena guerra civil; se casó; se fue a Tahití; volvió a París; marchó, ya sola, a Berlín y allí se reencontró con Shklovsky. Vuelta a París, se relacionó con todos y finalmente (¿en el 28? ¿en el 29?), cuando el surrealismo estaba en plena crisis de adaptación, conoció al apuesto Aragón. Fue en la Coupole. Aragón no le hizo mucho caso (siempre ocurre igual)…después sería su ama. La pareja jamás levantó la voz contra las atrocidades estalinistas, al contrario, las jaleaban… aunque estas golpearan a los más allegados. Sólo se atreverá cuando Stalin estuvo muerto y bien muerto. Enseñó a Aragón a vestirse en Ives SaintLaurent y le contagió el “cosmopolitismo”. Fueron piezas importantes en la cadena de transmisión entre el estalinismo y el PCF.

Aragón, comunista y “campesino de París”, le regaló una mansión rodeada de 5 hectáreas de bosque en las “afueras” de París: « Une description de la Maison s’impose. C’est un moulin… En parfait état, avec tout le mobilier nécessaire. Quatre hectares et demi de terrain, de bois. Je te fais le plan.
La rivière passe sous le moulin. La roue a été enlevée, mais il y a, sous la galerie, deux murs et une fenêtre ronde, derrière laquelle l’eau tombe en cascade. Le fantastique devenu fontaine ! » (Carta a su hermana Lily, en Moscú).


Y allí acabaron sus días y fueron enterrados juntos, como los amantes de Teruel: "Cuando uno al lado del otro, por fin seamos yacentes, la alianza de nuestros libros nos reunirá para lo mejor y para lo peor en ese futuro que era nuestro sueño y nuestra mayor preocupación, a ti y a mí."







Naturalmente la “casita” puede visitarse: Hojear / ojear la biblioteca, pasear por el jardín (¡¡no se admiten animales!!), tomar un té (que lo pagas), ver las ediciones de las obras del matrimonio (¡ella ganó el Poulitzer!…fue la primera mujer en ganarlo).  Como es domingo, los horarios se alargan un poco…pero no se me despisten que, ya saben Vds. que los franceses son muy suyos. Si salen de París, tomen la A 10 y salgan en St Arnoult-en-Yvelines y allí seguir las flechitas. Si van con GPS: Rue de la Villeneuve, 78730 St Arnoult…. Preparen diez euros. Si su acompañante tiene menos de 15 años, no paga.

¿Han leído Vds. “Zoo o cartas del no amor” (Shklovski), esa obrita de una hermosura esquelética? No les llevará mucho tiempo (si son capaces de superar los cinco prefacios y el “Epígrafe”). Aunque ocurre como con los aforismos de Nietzsche, hace falta un libro para “vaciar” cada frase. Elsa tuvo el honor y la capacidad de poner en marcha el corazón del poeta: “Puedes escribirme, pero no me hables de amor”. Pero cómo puedo escribirte si te amo mucho (“más que la trucha al trucho”, como diría la otra). ¿Cómo puedo no hablar de amor si soy todo amor por ti? Tras cada línea del libro, hable de coches, de suicidios, de arte, de inflación, de Rusia…se esconde el amor, agazapado, como los aburridos tigres del Zoo de Berlín. Elsa volvió a París y él pudo volver a Rusia, donde, por formalista, no pudo publicar nada hasta la muerte de Stalin.


Lo del condis es un castigo de Sísifo, infringido en, como es natural, el Hades. En el submundo. Rodeado de sombras que, a pesar de ello, cargan con bolsas como sueros rodantes, de hospital. ¿Quién, saltando por encima de la decrepitud general, ha podido poner en marcha el corazón de un poeta? ¿Tú… mujer malencarada que exiges que te limpien, uno por uno, el medio kilo de sonsos que acabas de pedir? ¿Tú… que has dejado que la vida circulara a tu alrededor sin, ni siquiera, acariciarla? ¿Tú…que acabas de pegarle una patada al perro que se acercaba a oler la basura que acabas de comprar? ¡Sí! ¡Todos vosotros ponéis en marcha el corazón de poeta que me anima!
No pasaréis, sin embargo, a la historia de la literatura, os lo garantizo.

Acabemos el día en paz: un salmorejo, ahora que los tomates están empezando, una botellita de Ribera y un culín de vodka.

Pónganse por enésima vez “El Acorazado Potemkim”. Quítenle la banda sonora “ad hoc” y, en su lugar, que suene el melancólico “Tea for the Tellerman”.
Buenas noches y buena suerte” (¡!)

NB.
O, si lo desean, la película de Sofía Coppola. O “Jhonny Guitar”.













sábado, 15 de junio de 2013

Propuesta para hoy, 15 de junio. San Vito. Cósimo de Rondó. Ready made.



Aquel miércoles de 1977 fue fiesta. Fue lo único valioso que sacamos en claro. Yo me examiné del carnet de conducir el viernes siguiente. El FUT sacó un dignísimo 0’22 por ciento, quedando en el puesto número 20, de 80 “listas” que competían (entre las cuales la “Asociación Nacional para el Estudio de los Problemas Actuales”-ANEPA). En mi pueblo consiguió que les votara un ciudadano. En el examen de conducir tuve que hacer la ”L” y la “rampa”…¡todo siguió igual! Ni una palabra más sobre el tema. 
 
Mi capacidad empática es tal que si hoy fuera el día de san Antón, me brotaría repentinamente una barba hasta el ombligo…pero como se celebra (tradicionalmente) el día de San Vito me recorren temblores palúdicos y en qué me veo para sorber el fifiti-fifti matutino. Si se me cae algo… ¡que sea la parte de café!

Una salidita a Italia es algo que siempre les apetece a mis Ángeles Custodios y sobre todo si se trata de una viaje al lago d’Orta, vecino del lago Maggiore. En el mismísimo vértice desde el que se descuelga el lago se encuentra Omegna. Me depositan en el lungolago Gramsci y se van volando a refrescarse las alas. No es difícil encontrar una terracita donde pimplarse un cuartillo de grappa.  No se molesten en ir a la Iglesia Colegiata…¿a qué?   ¿ a ver la momia de san Vito?...¡Ya les cuento yo como fue la cosa! 

En la costa S.O de Sicilia, en lo que actualmente es Mazzara del Vallo, vivía un niño inquieto, de por sí. Su padre ocupaba un alto cargo en la región. En la capital “imperiaba” Diocleciano (en realidad era difícil pillarlo en cualquier sitio: Antioquía, Nicomedia, Roma…¡no paraba quieto!). Habían sido dictados los edictos que originarían la persecución más cruel contra la secta de los cristianos. El niño había sido puesto bajo el cuidado de Modesto y Crescencia (cristianos clandestinos). Influido por los “Fata Morgana” del lugar (y por la escatología de Modesto), el niño crecía de forma anómala: Ya con siete años era capaz de explicar el misterio de la Trinidad (a su manera) a los peces voladores del mar Líbico. A los 8, ardía en deseos de conocer personalmente al niño Jesús…quien, por lo demás, lo contemplaba desde arriba, como un rampante Cósimo “avant la lettre”.  Hizo algunos prodigios a esa desacostumbrada edad, entre los cuales el más famoso, fue convertir un plato de “caracoles a la llauna” en una estupenda “Pizza Napolitana con alcaparras” (Caperi). Y eso mucho antes de que llegaran los tomates a la región: fue un golpe “milagroso”… en el que influyó mucho la suerte, el azar (el azahar vendría más tarde). Otro milagro que se recuerda, fue la conversión de una cuba de vino oscuro como noche sin luna, en un líquido dulce, con un ligero sabor a lo que después sería llamado “naranja”. Todo esto eran caprichos pueriles que nadie tomó como premoniciones y sí como graves atentados a las tradiciones y fundamentos económicos de la región. Como cuando transformó un trozo de caballa en aceite en lo que él, en su lenguaje infantil, llamó “gominola”.



La cosa llegó a oídos del Prefecto Valeriano, quien acució al padre a que pusiera fin a tanto dislate. El niño, incitado a escondidas por su preceptor y por su ama, decía que hacia lo que hacía para demostrar el poder de dios y de la virgen (y de los pocos santos que ya empezaban a ser nombrados) y que no quería saber nada de los viriles dioses y héroes de la antigüedad. Lo azotaron y se secaron las manos de Valeriano y se paralizaron los brazos de los verdugos. Él los sanó. El padre ideó una estrategia que (ahora) hace estragos: lo atiborró de bailes, de juegos, de muchachas, de “realitis”. Este proyecto se dio por concluido el día en que su padre, que lo había encerrado en una habitación con la niña más guapa de la “contorná”, con la intención de abrirle las puertas de la sensualidad y la fantasía terrenal, notó un arrebatador perfume que se filtraba por las rendijas de la puerta y hasta por los invisibles poros del mortero. Abrió la puerta y vio siete ángeles luminosos. Fue lo último que vio: se quedó ciego. 

El hijo lo curó, siempre en nombre de dios. Su fama crecía. Y el peligro acompañaba su crecimiento. Un ángel aconsejó al trío que huyeran, en barco, de la isla. En alta mar un águila (no fueron mirlos…los mirlos vendrían después) los alimentaba.

Recuerden Vds. que tal día como hoy (1389), los turcos encabezados por Murad, entraron en el “Campo de los Mirlos” (Kosovo) para dar batalla a las águilas albanesas confundidas entre un enjambre de estandartes de todas las naciones balkánicas. Allí esperaron a que amaneciera el día 28 para aniquilar a las fuerzas cristianas. La “rivalidad” serbo-albanesa (por Kosovo) venía de antiguo y se reavivará con la derrota del Imperio Otomano.



Diocleciano lo localizó y lo mandó llamar con el fin de que sacara los demonios del cuerpo de su hijo, que no podía ni llevarse la cuchara a la boca, de tanto como temblaba. Era puro movimiento, pura agitación. Vito expulsó los demonios del cuerpo del príncipe. Como recompensa fue(ron) encerrado (s) con leones, sometido (s) a torturas de todo tipo, incluido en potro, el plinto, las paralelas, las anillas y, como colofón, obligados a realizar ejercicios de natación sincronizada…Sobrevivieron por poco tiempo. Un ángel los liberó y los depositó en la orilla de un río innombrado. Una piadosa mujer, Florencia, dio sepultura al niño (que ya había cumplido 12 años), a su preceptor Modesto, y a su madre de leche Crescencia.
 
Diocleciano, y en esto influiría el desgaste que le produjo Vito, fue el primer emperador que abdicó (¡¡) por propia voluntad. Se retiró a la costa Dálmata.

Y aquí estamos, en Omegna, repitiendo de grappa y preguntándonos cómo y por qué está aquí, en la Iglesia Colegiata, el cuerpo de ese inquieto niño. Y cómo y por qué su culto fue asociado a la “enfermedad de san Vito”: ese mal que ahora nombran como Corea de Huntington o Corea de Sydenham: Tengo para mí que la proliferación de desórdenes neurológicos durante el Medievo, tenía más que ver con el cornezuelo del centeno actuando en medio de la angustia, la necesidad y el miedo. Lo cierto es que grupos de cientos de personas se ponían, repentinamente, a agitarse como llamas heracliteanas, o como seguidores acríticos del “hard rock” más ordinario. Empezaba un@ y le seguían multitud. Algo asó como a Forrest Gump. Grupos compactos, de una compactación agitada e irregular, recorrían los caminos que conducían a lugares dedicados al santo, que fue ampliando sus zonas de influencia, hasta llegar a ser invocado contra las mordeduras venenosas, contra la “lucha generacional” y convertido en santo apreciado por actores y actrices (¿). 


¿Cómo podían, esos grumos (formados por individuos desorientados) encontrar el camino correcto? ¿Cómo pudieron establecer las peregrinaciones, rotando sobre sí mismos, como brújula en un campo magnético? ¿Qué instinto los guiaba? Avanzaban como “epiciclos menores” sobre “epiciclos mayores”, engarzados a la “deferente”.


Unas palmaditas y llegan el camarero y mis Ángeles Custodios, que en su casi infinito poder, no pueden librarme de pagar la desproporcionada cuenta. Un perfume de nuca angélica hace desvanecer, por un momento, la pestilencia de las aguas casi estancadas. El camarero alza la cabeza, husmea el aire, agita el rabo y esconde el billete en el bolsillo. Los pescadores huelen las lombrices, fruncen la nariz y no acaban de creerse el prodigio.

Volamos hacia Genova. No les revelo el sitio…pero les aseguro que bien pudiera ser la verdadera Ombrosa de los Ondarivia y los Rondó:

“Fue el 15 de junio de 1767 cuando Cósimo Piovasco de Rondó, mi hermano, se sentó por última vez entre nosotros. Lo recuerdo como si fuera hoy. Estábamos en el comedor de nuestra villa, las ventanas enmarcaban las espesas ramas de la gran encina del parque. Era mediodía (…) Recuerdo que soplaba viento del mar y las hojas se movían. Cósimo dijo: “¡He dicho que no quiero y no quiero!” y rechazó el plato de caracoles. Nunca se había visto una desobediencia tan grave” (…) “Al cabo de un momento, por las ventanas, vimos que trepaba por la encina”. ¡¡Tenia 12 años!!



 Aquí tienen Vds. un efecto inesperado y radical de una siniestra alimentación. De seguir proliferando condis y semejantes, veremos consecuencias igualmente drásticas. Y no se seguirán de una voluntad decidida de romper con el mundo pedestre (ayudada por la mencionada “cocina”) sino del mal funcionamiento del estómago y, en consecuencia, del cerebro. 
 
De la estupenda novela de Italo Calvino sólo decir que la lean. La diversión y la instrucción van de la mano, como era connatural en el XVIII. Cósimo no es un Simón “estilita”. Cósimo no se aleja por desprecio, se acerca alejándose, tomando distancia para ver mejor las preocupaciones de los mortales. Desde su mundo arbóreo lo observa todo como pájaro santo. Es necesario crearse esa distancia, crearse un silencio, un espacio nuestro… para que anide el deseo y la esperanza. Pero también la comprensión requiere “distanciamiento”. Y el amor.

“El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo ya. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno. Y hacerlo durar, y darle espacio.” (I.C.)…Aunque sea en la copa de los árboles.

En la tumba familiar: “Cósimo Piovasco de Rondó– Vivió en los árboles– Amó siempre la tierra– Subió al cielo.”… Y desapareció en el mar (?).

En vez de ascender con ayuda de sus Custodios, se agarró con fiereza al ancla de una montgolfiera

El camarero solícito acude a la llamada. La mesa, a la sombra de un hermoso platanero, está cubierta con un mantel de cuadros azules y blancos. En el centro unas tajadas de pan de hogaza y un platito con unos tomates y un par de ajos. El aceite de oliva proyecta su sombra verde y crea colores nuevos. Cantan las cigarras. “pío, pío, pío…canta el pájaro tres veces”. El benéfico fantasma de Cósimo circula entre el vetusto ramaje… El mar refulge y lame las patas de la mesa (¡¡)…Una espectacular acumulación de tópicos que nos harán sentirnos felices. 

Me vienen deseos de firmar, como I. Klein, ese hermoso cielo…y crear de paso un “ready made”.  

–Pues …tenemos caracoles…
–¡Ni mentarlos, caballero! Póngame unos espaguetis a la genovesa y una botella de Bianchetta Genovese ("Gianchetta")
Y de esta forma tan mediterráneamente plácida se va introduciendo la tarde en el ancho pecho del mediodía…
–Ah! Y tráigame un Manhattan, para ir haciendo boca…en un “verre” bajo y ancho, por favor.
–Sus deseos son órdenes.

Sobre esta hora de tal día como hoy, del año 1915, bajo una sofocante ola de calor, desembarca en Nueva York  Marcel Duchamp. Walter Pach lo recibió al pie de la escalerilla del Rachambeau. Lo instaló primero en su pequeño apartamento de la Beekman Place, cerca del edificio de la ONU, para más tarde acomodarlo en el magnífico dúplex  que los Arensberg tenían en el 33 de la calle 67 (Oeste). Cerquita del Central Park… ¡todo un privilegio!
Gracias a un soplo en el corazón (souffle au coeur) pudo escaquearse de la “Gran Guerra” (Alberto Sordi*) y “huir” de París.

Su experiencia como pintor-puro puede decirse que acabó con la “disputa” de Puteaux a cuenta del “Desnudo bajando una escalera” (lo que permitió que fuera expuesto por primera vez en las Dalmau de Barcelona y que viajara, y fuera vendido, al Armory Show de N.Y. “San Vito baja de visitar a Cósimo”). Ya no pintará más. Se acabaron sus intentos de sobrepasar el cubismo y de plasmar la “cuarta dimensión”. Llega con la idea completa del “Gran Vidrio” y con el descubrimiento puramente empírico de lo que en N.Y. llamará “ready made”. 



Es aquí, en Nueva York, donde fundamenta teóricamente esa práctica que sobrepasará, no ya el cubismo, sino todo el arte contemporáneo…conduciéndolo de la sensible a lo inteligible: una tarea de “desartizar” la práctica artística, poniendo el fulcro de la experiencia estética en “el que mira” y en su voluntad de convertir un objeto elegido en una pieza “artística”. La indiferencia estética y emotiva; la descontextualización y el juego lingüístico (título) son los pilares de esa práctica.
 
O sea que Vd. coge un botijo, lo pinta de azul Klein, lo coloca sobre una plataforma rodante, le ata una cadenita de perro chiguagua y lo titula: “Máquina apagafuegos”. No todos se ajustan a este ejemplo. Puede establecerse alguna clasificación entre la abundante (aunque no tanto) producción de Duchamp. Incluso pueden construirse “a distancia”: mandar las instrucciones por correo. El autor es el que ha ideado, concebido.

La cosa ya había sido planteada (como problema): el collage introduce en el plano artístico elementos extra-pictóricos que se representan a sí mismos, pero dentro de un campo semántico que lo convierte en signo: Signos de sí mismos. El “ready made” va más allá: toma el objeto mismo, no como signo… ¡sino como lo que es! Y lo coloca en un contexto “inadecuado”.  ¿Qué otra cosa es “La caja Brillo”? (agréguenle los matices “pop”). En fin: Se les abre a las cosas otra posibilidad de existencia. Los desechos pueden ser recuperados y reciclados…una vida más allá de la pura utilidad. El paraíso de las mercancías realizadas y obsoletas.

Bueno, en realidad, hizo una última incursión en la pintura: “ Tu M’… ” (Me amas /Me enmierdas) con lo que dio la puntilla ciertas  pretensiones de una viuda. Lo del “Grand Verre” es otra historia.

Hala, a pagar y a casa… ¡que ya está bien por hoy!... ¡Y que no nos secuestren! Como le pasó al vuelo TWA 847 el 14 de junio del año 1985. El bueno de Demis Roussos había tomado el avión con dirección a Roma… ¡y acabo en Beirut!  (y no sé cuantas vueltas más: Argel…Beirut…Argel…). Al día siguiente: 15 de junio (tal día como hoy) era el cumpleaños del cantante. Los chiitas lo celebraron por todo lo alto. Y la cosa propició un momento de distendimiento.  

 




 Como música de fondo “La sonrisa de la Gioconda” (Manos Hadjidakis*)...O "Nunca en domingo" (por la música).

















viernes, 14 de junio de 2013

Propuesta para hoy, día 14 de junio. Bourbon. Marengo. Potenkim.

La cosa viene de lejos. No hace falta, sin embargo, remontarse al “divino” Noé.  Basta con viajar al pasado unos dos mil años y colarnos en una boda que se estará celebrando en Caná, la actual Kafr Kanna, a unos 15 kilómetros al oeste del mar de Galilea. Toda esta zona era llamada Canaán, derivado del nombre del nieto de Noé a quien el viejo maldijo por ver su desnudez beoda.

¿Ven Vds. Como todo está relacionado?

Pues allí, en aquel destartalado desierto (y no entremos en la “madre de todos los temas”), alguien llamado a la inmortalidad realizó el milagro más importante, significativo y compasivo de toda la historia taumatúrgica de la humanidad. El tal, hecho el milagro y habiéndose puesto hasta el culo de lo que, en principio, era agua y bajo la atenta y desconsolada mirada de su madre, se largó hecho una fiera hacia Cafarnaún y se lió a zurriagazos con los “mercaderes  del templo”. Subido en la yegua de la paranoia habló del templo en primera persona y se postuló para “Mesías”. Hasta las palomas,  a las que tan gran papel les estaba reservado, salieron graznando, dicen.





Durante siglos el vino siguió siendo vino. Se resistía a revelar sus secretos. Tuvieron que ser los curas y monjes, descendientes de aquel  iracundo, quienes abrieran el alma del vino y le arrancara el “espíritu”. También en esta historia se siguió la lógica de la modernidad: hacia la “inmaterialidad”. Todo empezó con un grano (materia) de uva y ha acabado (de momento) en ráfagas embriagadoras. Desde aquel primer líquido espeso y turbio hasta la actual transparencia, casi inmaterial, mediaron noches de insomnio, ansias desaforadas de eternidad…en fin: deseos locos de matarse a cubatas de güisqui.

He de decir, aunque creo que ya está dicho, que a mí el güisqui no me va. Ni siquiera el bourbon; es decir, el bourbon ni verlo. Aunque no le quito mérito. El reverendo Elijah Graig tuvo la fortuna del hallazgo, hoy hace exactamente 226 años.

Haciendo una excepción compro una botella de bourbon (¡en el condis, naturalmente!). Sólo por razones ef(i)emerísticas. Aprovecho y compro un pollo (¡que no tenga gusanos!). Pregunto si tienen cangrejos de río. Me responden que me vaya a cagar (al rio). Buenos, pues unas cigalitas… de las pequeñas. Cuando abandono la barra de la pescadería dejo detrás comentarios jocosos y, algunos, verdaderamente ofensivos. Me dirijo hacia el basurero de las verduras y elijo una rama de apio y unos champiñones. Hoy la gente está demasiado sensible. Incluso irascible.

Oiga, consumidor…¡que no es jueves! Siempre está Vd. en medio– Juro que no he visto en mi vida a la señora que me increpa. Me interno por el pasillo central hacia la alacena de las especias y cojo una bolsita de laurel. ¿No será todo un homenaje a Chesterton (*)? Excepto a mí, todas se dirigen entre sí con unos sonoros y cómplices: “Hola, querida”, “Hola, cariño”. Alguien se ha disfrazado de cura y se pasea, de negro hasta los pies, por entre los productos agonizantes. Quizás venga a dar los santos óleos a los quesos o a los yogures. En conjunto parece una performance, digna de “Santa Mónica”. Se detiene ante el armario de los licores y coge delicadamente una botella de “Four Roses”. Creo que está confundiendo los “roles” y la ef(i)eméride.

El Condis es la metáfora del mundo caduco. En realidad no es ninguna metáfora: es la caducidad. De ahí que les haya advertido con respecto al pollo. Aquí se está siempre a un paso corto de una revuelta de largas consecuencias. ¿Recuerdan Vds. Lo del “Acorazado Potemkim”, ese “territorio invicto de la revolución”? Pues todo empezó por una carne preñada de larvas. Las aguas ya estaban revueltas. Todo el año 1905 fue un año convulso y profético: desde el mismo inicio.





El acorazado iba a la suya, apartado del resto de la manada, por las negras aguas del Ponto Euxino. La marinería estaba formada, en su mayoría, por campesinos que no habían visto el mar en toda su vida y, menos, sufrido sus embates. Deambulaban como borrachos, que también, con la cabeza entre las manos buscando un punto de apoyo y vomitando lo no comido. En esas condiciones, que te muestren media res llena de gusanos y que te profeticen que esa será tu comida del medio día, de la noche y de los días venideros…Los que pudieron, protestaron. Los que no podían ni hablar, expresaron su disconformidad aumentando el volumen de los vómitos. La cosa iba siguiendo el guión de todos los motines habidos y por haber: detenciones e intentos de fusilamientos. Pero el tiro les salió por la culata: murieron la mitad de los oficiales. Y, por supuesto, el médico que certificó la calidad de la carne.

La noche del 14 de junio llegaron a Odessa enarbolando la bandera roja. Allí se unió el funeral de los marineros caídos con la huelga general que se estaba desarrollando. La cosa tomó dimensiones “rusas”. Vinieron barcos de Crimea. El Potemkim  puso rumbo a Rumanía… (pero esa es otra historia que será explicada en su momento, justo pasado mañana, día de la “matanza de la escalera” (¿))

El episodio del Potemkim fue juzgado por Lenin como el primer intento de crear el núcleo de un ejército revolucionario y como tal aupado al número uno en el ranquin de los acontecimientos pre revolucionarios.

¿Les suena Isabelle Collin Dufresne? ¿Y si les dijera que adoptó el nombre de un color (que no era gris “marengo”?)…¡No caen! Si les dijera que el color era el preferido de Warhol para su peluca ¿caerían?. Era “surrealista” antes de conocer a Dalí, pero el pintor se lo hizo evidente: convirtió el agua en una bebida fuerte y apetitosa. Probó en “The Factory” y tuvo sus 15 minutos de gloria. ¿No caen?  Coincidió en un producto de la “Factory”, con la desafortunada Valérie Solanas.



Bueno: ¡Ultra Violet! Murió tal día como hoy, religiosa perdida. Sus “memorias” dejaron las cosas claras respecto a aquel atajo de impostores. ¡Venga…un brindis por la Ultra Violet!

¡Y otro por Borges*!... aquel ciego a quien escribí para pedirle un prólogo, sabiendo yo, interesado, que esa era su especialidad. El hombre no me contestó. Creo que había dejado a mi sagacidad la respuesta, de ahí que me haya apropiado del prólogo original a su “Historia General de la Infamia”. Por cierto, murió en Ginebra. La niña de la Puebla*, otra que la cascó tal día como hoy, había nacido en Cazalla (La Puebla de). ¡Se acumula el trabajo!

¿Qué para qué quiero el pollo y demás?

Saben Vds. que Napoleón no era un gourmet. Se hubiera conformado con una big mac o con un plato de acelgas, como nuestro ínclito malafollá Juan Ramón Jiménez. Pero aquel 14 de junio del año 1800 había sido largo y duro. Se había desarrollado la decisiva (y lastimosa) batalla de Marengo. La victoria, alada, había dudado durante casi toda la jornada. Finalmente se posó en las filas francesas. Marengo, por cierto, no está lejos de donde empecé mi aventura tridentina, Tortona. Napoleón estaba hambriento (cómo estuvieran los demás no viene al caso). El condis, a esas horas, ya había cerrado y los austríacos habían reducido a carbonilla la cocina (y la despensa) del general. Así que el cocinero Dunand y su recua de ayudantes, ataviados al uso, hicieron una incursión en las masías de la contorná y arramblaron con lo que pudieron, sin lógica alguna; aunque ya sabemos que las relaciones entre las “cosas” son “invenciones” (“proyecciones”, si Vds. quieren) del sujeto, el cocinero, en este caso. Consiguió un pollo, unos cangrejos de río, olivas, huevos, champiñones, una hermosa trufa…y con todo ello cocinó un plato llamado a ser imperecedero: una especie de “mar i muntanya” que hizo las delicias del emperador. Cualquier cosa, en aquellas condiciones, hubiera hecho sus delicias. En ausencia de vajilla la ración le fue servida sobre una rodaja de “pa de poble”.


Y no quedó ahí la cosa. La jornada merecía un buen remate; así que el cocinero con cuatro cositas improvisó un dulce a base de harina, uvas, marrasquino y pasta de almendra…y lo llamó “polenta”. “Polenta del Marengo” no la confundan Vd. con la polenta corriente y moliente.

Miren la foto adjunta y verán el estado en el quedó en emperador tras el atracón.

Ahí tienen la razón de mi interés por el pollo. Yo, de “motu proprio” añado medio litro de vino blanco y lo flambeo con media botella de bourbon, llevando cuidado de no reducir a carbonilla mi cocinilla de tres fuegos, ni pegarle fuego a la campana extractora. El postre me lo ahorro.

Y ahora viene un verdadero enigma en cascada: ¿De dónde procede el nombre de “gris-marengo”? ¿Por qué el caballo que cabalgaba napoleón se llamaba “Marengo”?

Veamos. Empezamos con la segunda pregunta: por la victoria del día, dicen. Pero…entonces ¿cómo se llamaba antes? Algún nombre debería tener el animalito. Napoleón debería de ordenarle cosas y no hubiera podido dirigirse a él como “Marengo” puesto que la victoria aún no había sido alcanzada. Pregunta sin responder.
Respecto a la primera pregunta: Algunos lo atribuyen al color de la arcilla del lugar: gris oscuro.

Mi versión (descabe(a)llada): El caballo se llamaba “Marengo” (¡a saber por qué! Napoleón tenía una cuadra de más de 130 caballos y tenía que inventar nombres para todos). Era gris oscuro y no blanco como lo pintó David. Por cierto, era un jinete mediocre. David quiso, según todas las evidencias, retratarlo como un héroe. Ese tono gris oscuro casi negro, tan elegante y sufrido pasó del caballo al color y, para dejar constancia imborrable, a la población en la que se desarrolló la matanza. Con esta hipótesis quedan respondidas las dos cuestiones. Algo parecido ocurriría en Magenta.



¡Qué buen caballo fue “Marengo”! Su físico, pese a que no alcanzara el metro y medio de alzada (un poquito menos que su ilustre caballero), era portentoso; árabe y valiente a fuerza de condicionamientos E-R. Su cualidad moral, fuera de toda sospecha: por no pisar a una liebre en las heladas estepas rusas, zigzagueó y dio con el general en el hielo. Participó en Austerlitz, en Jena, en Wagram y en la celebérrima batalla de Waterloo. Herido en ocho ocasiones, siempre resurgía como “Ave Fénix”. 

Precisamente en Waterloo fue capturado por el ejército inglés, llevado a Inglaterra y vendido como esclavo…como un Platón cualquiera. Murió a los provectos 38 años. Su esqueleto, dicen, se conserva en el Museo Nacional de la Armada de Sandhurst. Allí hay, en efecto, el esqueleto de un caballo. No se sabe el color.

¡Ni un solo monumento honra su memoria!

El “pollo a la Marengo” ha salido de muerte. Lo acompaño con restos de vino (“gallo nero”) de la Toscana, recuerdo de aquella aventura tridentina a la que me he referido y que Vds. conocen. Enchufo el sputofaif  y que suene “Tosca” de Puccini. Puccini aprovecha de forma magistral el potencial dramático del equívoco que se produjo en Roma el mismo día de la batalla. Llegó la noticia de la victoria imperial (“Te Deum”) y los realistas durmieron a pierna suelta. Al día siguiente (¡la victoria es alada!) arribó la verdad: La Francia Revolucionaria había vencido…etc etc.

Pueden escoger: Orlando de Lasso *, Morales *, Carpentras*… todo un recorrido por el siglo XVI.

Quizás prefieran tastar el pollo al ritmo de TASTE (Rory Gallager*): “On the Board”.
¡Cómo ha cambiado todo sin tener la compañía de “Gorrión”! Lo que antes era ligereza, ahora es pesadez; lo que ternura, frialdad; lo que era a impulsos del corazón, ahora lo es a impulsos de la voluntad. Me estoy convirtiendo en lo que dejé de ser: un aburrido profesor.

NB:
Aquí les dejo la receta del “Gris Marengo
Hexadecimal: #505D5B
RGB: (93, 93, 91)
CMYK: (53, 42, 44, 26)











RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...