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miércoles, 2 de octubre de 2013

Propuesta para hoy, día 2 de octubre. Alejandro I. Bréton. Duchamp. Kafka. UNAM. Gol olímpico.


11 de Vendimiario. Día de la patata
1.
Pero, oigan, es que en cuanto lo vio se lanzó como una fiera a comérselo. Por suerte, el pastor alemán que llevaba se lanzó como una fiera y evitó que fiera (perdón: fuera) reducido a unos cuantos botones dorados y a un trozo de charol. Otros dicen que el mono se abalanzó sobre el perro y que fue Alejandro I de Grecia quien salió como una fiera en defensa del pobre cánido. De cualquier manera la “fiereza” estuvo presente y el coyuntural rey de Grecia fue mordido por el mono. El rey había salido a pasear con su perro por los jardines de palacio y los monos del jardinero estaban sueltos. Los monos en cuanto olieron al monoargático, monargático, morganático, o como se diga, fueron como fieras a defender el terreno.


No es de recibo que W. Churchill, “el fiero carnicero de Gallípolis”, culpara al mono de los cientos de miles de griegos muertos en la campaña de Asia Menor y deje sin mencionar las maniobras de los aliados que, como siempre, azuzaron a Grecia y después la dejaron sola.
El rey murió al cabo de pocos días, de infección generalizada o sepsis, como propiamente se dice. Era tal día como hoy del año 1920, miércoles, la luna había entrado en cuarto creciente y en Grecia se había credo un problema de envergadura.
Aquella misma mañana, domingo día dos de octubre del año 1966, Bréton, despertado por los ruidos del puente de Batignolles, abrió los ojos y comprobó que estaba muerto. Antes de tan demoledora deducción notó que le faltaba el aire y pensó que era un ataque de asma, el definitivo. Un lejano perfume a rosas, que él imaginó rojas, se filtró por los algodones de la nariz y le llegó a la pituitaria ya inservible. Haciéndose el gracioso imaginó (puesto que esas estaba) que todo era un sueño. Y recordó que justo en el momento en el que el mono mordía al monarca estaba sacando un billete para el tren de Viena. Tenía intención de entrevistarse con Freud y darle una colección de “sueños” para que el psiquiatra los analizara y diera lustre al, aún sin nombre, movimiento surrealista, recién separado del “juguetón” e infantil dadá. Freud dijo lo que tenía que decir: el significado del sueño lo descubre el soñante. No puedo hacer nada. Bréton descubrió el significado latente de su propio sueño: ¡Estaba muerto! “Perdonen que no me levante” (Groucho, n. 1890). Sobre ambas tumbas una extraña estrella.


Había sido enterrado el día anterior y todavía no estaba acostumbrado a la eternidad: “Busco el oro del tiempo” (en francés, naturalmente)… ¡Busca, busca, minero!
55 años antes, el 2 de octubre del año 1911, Kafka había tenido un sueño: “Esta noche fue horrible la aparición de una criatura ciega al parecer hija de mi tía Leitmeritz, que sin embargo no tiene ninguna hija, sólo hijos, uno de los cuales se rompió una vez una pierna etc etc”. Kafka solucionó el enigma refiriéndolo a su madre, según la ortodoxia freudiana recogida en “Lecciones de Psicoanálisis” que acababa de publicarse.



Duchamp que, a la sazón, esperaba la muerte (que, puntual, vendría dos años después), presente en el cortejo, esperó agazapado a que gente desapareciera y meo amorosamente sobre el túmulo. Ni siquiera en ese momento dio muestras de placer. Cuando salió del fúnebre recinto trastabilló en un escalón de una tienda de flores y a punto estuvo de romperse la crisma. Aceleró el paso a fin de evitar el inminente jaque mate. Kafka, en octubre del año de la insulsa y terrorífica pesadilla había jugado una simultánea con el niño prodigio Capablanca que vestía de riguroso negro, según las normas de la época. Vean Vds. el último, y fatal (para Kafka) movimiento de Capablanca.
Once años más tarde Duchamp también recibió el correspondiente jaque mate.


Aunque, en realidad, estaba ya muerto y enterrado: había sido “asesinado” el año 1965. Sus asesinos (Arroyo, Aillaud y Recalcati), pese a la indignación de los surrealistas, Bréton a la cabeza, no fueron condenados.


2.
Lo de Duchamp y el ajedrez es una larga y enjundiosa historia. Baste decir, de momento, que participó en las primeras olimpiadas de ajedrez, el año 1924 en París coincidiendo con los juegos olímpicos. Y ya que estamos con las Olimpiadas… ¿saben Vds. el por qué de gol “olímpico”? Aquí va la explicación:
1924. La selección uruguaya se había proclamado campeona olímpica de fútbol en París. Fue la primera no europea en conseguirlo. Duchamp, por su parte, formó parte del equipo galo de ajedrez en un torneo que se quiso olímpico. Y Bréton preparaba las galeradas para la publicación del “Manifiesto…”
La gira triunfal de la campeona le llevó a concertar dos encuentros contra su eterna rival, Argentina. El primero se jugó sin contratiempos en Montevideo. Empataron a 1. La “vuelta” estuvo, sin embargo, plagada de incidencias. Anunciada para el 28 de septiembre tuvo que suspenderse por exceso de aforo e invasión de campo. El estadio era el del Sportivo Barracas allá por Barracas, cerca del Riachuelo, feudo del Huracán de Buenos Aires. Se aplazó al día 2 de octubre. En el ínterin se cercó el terreno de juego con alambradas modelo Melilla, se subió el precio de los billetes y se redujo el aforo. La gloria, pues, recayó sobre el día 2 de octubre. 30.000 espectadores. Las bombachas estaban listas para hacerlas servir nuevamente. Las golpizas habían empezado ya fuera de la cancha. Dentro se habían atornillado los asientos y se habían rociado con líquido anti ígneo…no fuera a pasar lo que ya había pasado. A los 15’ de la primera parte, iban 0 a 0, el extremo izquierda, Cesáreo Onzari, saca un córner y el balón se introduce limpiamente en la portería. El arquero protestó y el equipo en pleno se lanzó fieramente a comerse al árbitro, como el mono al monargático, morganático rey. 




La Fifa, o su equivalente, había cambiado la normativa en Agosto, convirtiendo el saque de esquina en libre directo. Nadie lo sabía sin embargo…excepto el árbitro que, aplicado, había estudiado las últimas circulares. Lo que quedaba de partido se convirtió en balacera. Se rompieron tibias y peronés, se abrieron cabezas y las madres y ancestros de todos los presentes salieron mal parados. Quien lo vivió no ha podido olvidarlo. Sólo con la muerte.
Con el tiempo se consagraría tal día como hoy como el día de la NO-VIOLENCIA.
Fue el gol al “olímpico” Uruguay. De ahí el nombre. Los albicelestes dieron una vuelta al estadio para celebrar la gloria alcanzada, de donde: “vuelta olímpica”.
Onzadi fue el primer sorprendido. Se pasó toda su vida restante afirmando que no había sido un “churro”, que había tirado a meterlo. Nunca más lo consiguió y todos se quedaron con la duda.
Lean Vds. lo siguiente (carta de Sagi-Barba, extremo izquierdo del Barça de la época, a Onzadi):
(…) Le sitúo en fecha de 16 de abril de 1.924. Estadio Metropolitano, en Madrid. Partido de desempate de los cuartos de final del campeonato de España. El rival el Sporting de Gijón. Yo era el encargado de lanzar los córners desde la esquina izquierda. En la segunda parte, sobre el minuto 15 lancé uno. Le daba bien al balón y con mucho efecto. Lo cierto es que el balón llegó a la red. Y el “referee” dio validez al tanto (…)”


El gol fue cantado barítonamente de forma magistral por Sagi- Barba padre, barítono de profesión.
Por entonces la Fifa, o su equivalente, aún no había cambiado el reglamento. El gol de Billy Alston es un bulo. La gloria le corresponde, con todo derecho, a Cesáreo Onanzy.
En su edición del 18 de septiembre de 1942, la revista El Gráfico despidió al viejo estadio con el siguiente artículo de Ricardo Lorenzo Rodriguez (Borocotó):
El palquito, las tribunas, todo se fue yendo en la vieja cancha de Sportivo Barracas, escenario de partidos inolvidables. Y ahora, en estos días, se fueron llevando lo que aún quedaba: el edificio de dos vestuarios. Pero de entre los escombros surgen recuerdos que aún perduran. Hace tiempo se llevaron las tribunas, y en la vieja gramilla de Sportivo Barracas jugaban teams de casas comerciales, de esos que se dicen: "a mí, señor Rodríguez, pásela, señor Martínez." Pero aún quedaba la vieja edificación del vestuario, aquella del corredor con techito bajo y por donde pasaron tantos cracks. En estos días penetró la piqueta reduciendo todo a escombros. Fueron cayendo los vestuarios, desmoronándose las apiladas de ladrillos, y entre el polvo de cal fueron emergiendo los recuerdos.
¿Te acordás? Aquí perdieron los olímpicos uruguayos en 1924. Fue el match más memorable en la historia del fútbol rioplatense”.
Si van a Buenos Aires y encuentran un hueco, acérquense a Barracas. Sitúense en el cuadrado formado por el paseo Iriarte, Luzurriaga, Perdriel y Río Cuarto. Verán que de Iriarte, entre Luzurriaga y Perdriel, sale una calle que muere en Río Cuarto. Es la calle Río Limay. Si pasean por ella, pasear es excesivo, si pasan por ella, estarán cruzando de portería a portería lo que fue el estadio del Sportivo Barracas. No busquen ningún local en el que dar rienda suelta a la nostalgia; sólo encontrarán almacenes y casas bajas de vecinos que gustan de su intimidad (y que consiguen su intendencia en otra calle, supongo).
Eduardo Galeano escribió su particular mirada de aquel gol y de su continuidad en la historia:
"(...) Era la primera vez en la historia del fútbol que se hacía un gol así. Los uruguayos se quedaron mudos. Cuando consiguieron hablar, protestaron. Según ellos, el arquero Mazzali había sido empujado mientras la pelota venía en el aire. El árbitro no les hizo caso. Y entonces mascullaron que Onzari no había tenido la intención de tirar a puerta, y que el gol había sido cosa del viento. Por homenaje o ironía, aquella rareza se llamó gol olímpico. Y todavía se llama así, las pocas veces que ocurre. Onzari pasó todo el resto de su vida jurando que no había sido casualidad. Y aunque han transcurrido muchos años, la desconfianza continúa: cada vez que un tiro de esquina sacude la red sin intermediarios, el público celebra el gol con una ovación, pero no se lo cree".
Quedó inmortalizado en el tango que lleva su nombre y fuera compuesto por Mariano García y Francisco Rofrano (si lo encuentran… ¡envíenmelo!). Su vida se apagó un 7 de enero de 1964. Por cierto el tango y el fútbol, pasiones platenses, tienen una larga historia en común. Decía Kundera que el fútbol era un “pensamiento que se juega. Más con la cabeza que con los pies”, parafraseando al gran Discépolo: “El tango es un sentimiento triste que se baila”. O como decía un tercero... algo de un deseo horizontal que no se qué en vertical.


3.
El 2 de octubre del maravilloso y fatídico 1968. también cayó en miércoles y la luna había entrado, como el día del mono, en cuarto creciente (en el hemisferio norte).



"Y entonces yo llegué al año 1968. O el año 1968 llegó a mí. Yo ahora podría decir que lo presentí, que sentí su olor en los bares, en febrro o en marzo del 68, pero antes de que el año 68 se convirtiera realmente en el año 68. Ay me da risa recordarlo. ¡Me dan ganas de llorar! ¿Estoy llorando? Yo lo vi todo y al mismo tiempo yo no vi nada. ¿Se entiende? Yo estaba en la facultad cuando el ejército violó la autonomía y entró en el campus a detener o a matar a todo el mundo. No. En la Universidad no hubo muchos muertos. Fue en Tlatelolco. ¡Ese nombre que quede en nuestra memoria para siempre! (...) Yo estaba en el baño, en los baños de una de las plantas de la facultad, la cuarta, creo, no puedo precisarlo. Y estaba sentada en el váter, con las polleras arremangadas, como dice el poema o la canción, leyendo esas poesías tan delicadas de Pedro Garfias, que ya llevba un año muerto..."



Así lo recuerda la uruguaya Auxilio Lacouture, por boca de Bolaño. Todo más pormenorizado en "Amuleto". Nada más que decir: " ese nombre que quede en nuestra memoria para siempre"

"Aquí me tienes
otra vez disponible
al poema.
Sentado en un lugar ideal
esperando el poema.
Un lugar ideal y tranquilo
entre el ir y venir de la gente
y el poema no viene...." (P. G.)


En su lugar vinieron los militarotes con sus "ruidos de botas claveteadas" a lavarse las manos. Algunos se las dejaron sucias para instrucción de los hijos. Los espejos se quebraron y se negaron, por siempre más, a reflejar nada de este mundo.























lunes, 30 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 30 de septiembre. Pierre Menard. Bateau ivre. James Dean.


(Asteriscos (*) remiten a efemerísticas razones)

-1-
No, si algún día… con tanta rutina y palimpsesto, vamos a acabar mal: El otro día me traje a casa un perro que confundí con Hegel; caí en el error cuando me enseñó los dientes como último recurso. Hoy lo he olvidado a la puerta del Condis: He salido del antro y me he dirigido a casa, como siempre; he pellizcado la barra de pan y he lanzado el currusco al vacío pensando que Hegel la atraparía… pero Hegel seguía atado al árbol mirando al infinito, por donde había desaparecido mi destartalada figura y quijotesca… como un bateau ivre* en busca de su isla de la Desesperación*¡Qué hermosa coincidencia efemerística!



Lean lo que tengo escrito sobre la primera lectura de “le bateau ivre”:
-2-
“No puedo imaginar el mundo sin la interjección de Poe: “Ah, beat in mind this garden was enchanted!” o sin el “Bateau ivre” o el Ancient Mariner, pero me sé capaz de imaginarlo sin el Quijote”. Así se expresaba Menard, poeta simbolista de Nîmes y amante de la lógica, el ajedrez, la metafísica, así como de la métrica poética, en carta a “Borges” (desde Bayona) y con fecha de 30 de septiembre del año 1934. También declaraba que se proponía llevar a cabo algo meramente asombroso: un verdadero palimpsesto, por así decir, de El Quijote, su principal obra visible.



Tampoco es que sea tan asombroso… Yo mismo hago cada día un palimpsesto del día anterior. Y como testimonio pueden Vds. acudir a las cámaras de vigilancia del Condis. Las condiciones nos fuerzan a la repetición anacrónica de lo hecho, de tal manera que, como Menard, puedo decir que mi vida adopta un estilo arcaizante que, cada día que pasa, se hace más arcaico. Y así como Menard enriqueció mediante una técnica nueva el arte detenido y rudimento de la lectura, yo, mediante ese anacronismo deliberado (y forzado) y las atribuciones erróneas, añado niveles interpretativos al simple decurso de la vida.

Menard sólo llegó a completar, influido por Novalis, Daudet (y una tendencia plebeya a lo anacrónico) y devoto de Poe…que engendró a Mallarmé, que engendró a Valéry, que engentró a Edmond Teste, el cap. 9 y el 38 de la primera parte y un fragmento del 22. No le hizo falta más para pasar a la historia de la literatura.
En realidad no es exactamente un palimpsesto: es una reescritura en toda regla, para la cual, el autor, recreó las circunstancias por las que pasó el mismo Cervantes. El resultado es un juego literario delicioso,  inteligente, irónico, que coincide, letra por letra, con el original y se convierte en el definitivo (de momento)… En fin, Borges en estado puro. Y eso sin entrar en semiologías ni otras (infinitas) interpretaciones.
-3-
La noche anterior, James (Byron) Dean, desesperado con causa (infórmense Vds., infórmense), dejó su gato en casa de la gata (sobre el tejado de zinc). Días antes se había presentado, ¡de negro!, en casa de sus amigos… como si tuviera intención de despedirse. Todos esos días estuvieron trufados de detalles que después serían interpretados como presagios. Amaneció el 30 de septiembre… Bueno, ya saben Vds. lo que pasó. De camino a Salinas…autopista 466… dirección oeste, acercándose al Edén… etc… multa de tráfico… un Ford… algunos heridos y un muerto. 




Así nació el mito… y el Pop. Eran las 5’30 de la tarde del día 30 de septiembre del año 1955. Meses antes se había estrenado “Semillas de maldad” que había puesto el reloj a cero.

Hacía 13 días (¡13!) que se había empezado a emitir, en las salas de cine y en la televisión pública, un anuncio de utilidad pública en el que, con un estilo desenfadado, recomendaba prudencia en la carretera. El porsche plateado, y tuneado a su gusto, lucía un “130” en los cuatro costados. Los restos del vehículo fueron robados y nadie sabe, pese a la recompensa, su paradero.

Tentado estoy a acabar de destrozar mi plateado Ford K y presentarlo como candidato… ¡un millón de dólares!

Parece que esta muerte abrió la puerta a la desgracia colectiva.

Tengo para mí que fue un homenaje gore y por todo lo alto, gigantesco (por así decir), a la fundación, exactamente 44 años antes, de la industria de Holliwood (Natalie) y del Gaumont Palace de la parisina Place Clichy, al mismo tiempo que en el teatro Fémina de París se estrenaba la adaptación teatral de Impresiones de África, de R. R., eremita de la escritura : El peculiar pasaje (tanto como las obras visibles de Menard) del Lyncée naufraga en el reino de Talú VII, en las costas africanas…y tal y más cual. Justo el mismo día (algunos años más tarde) en que Robinson empieza su diario con la mención de su naufragio.

Añadir leyenda
             





Si han leído Vds. la “novela”, recordarán la tibia sonora (y la flauta de Tamino*) Pues bien, dice el autor que se inspiró en el anuncio de una grabadora llamada Phonotypia, instrumento pionero de la ofimática. Felice Bauer, a punto de caer en las redes pegajosas de K., era, en aquellos días, especialista en el uso de tal artefacto, tan parecido a una chirivía, rico tubérculo al cual la 1º República Francesa dedicó el día de hoy, 9 de vendimiario.
-4-
Tal día como hoy del año 420, moría en Belén, Jerónimo de Estridón, eremita y santo patrón de los traductores… ¿y de los palimpsestistas? De este santo padre me gusta lo del león. Lo de la Vulgata, y demás, es una vulgaridad en comparación con esta escena que lo pone al costado de san Roque, de san Francisco y otros grandes animalistas.



Se encontraba Jerónimo meditando a orillas del Jordán, cerca de mar Muerto. No vamos a discutir si estaba en la parte jordana, en la israelita o en la Cisjordania. Supongo que no sería lejos de Belén, su residencia. Sé que era verano y que el santo padre aguantaba, pues era de su agrado, los 42º a la sombra de una retama y que meditaba sobre los inconvenientes de vivir en la zona más baja de la tierra… ¡muy por debajo del nivel del mar! Era normal, pues, que estuviera deprimido, como lo estaba.  Un maullido como de gato, seguido de un quejido quedo, suspendió la meditación del santo. Volvió la cabeza y vio un enorme león, pues entonces toda la tierra era tierra de leones, que le mostraba la almohadilla de su pata derecha atravesada por una enorme astilla de endrino. El santo lo curó y el animal respondió con una fidelidad sólo comparable con la del perro de Mozart (o el de la última zarina).

¿Qué importa que sea o no verdad?
-5-
Tal día como hoy, del año 1791, Mozart no se encontraba bien, de hecho estaba muriéndose; y, además, andaba mosqueado con lo del Réquiem. A pesar de todo, dirigió la primera representación pública de La Flauta Mágica. Fue un éxito discreto.

Fue su canto de cisne: Un canto alborozado al amor, la amistad, el placer y la fraternidad. ¡Que otros disciernan sobre sus recónditos significados!




sábado, 28 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 28 de septiembre. Breton. Muertos en vida.


Ayer se me cruzaron los aguardientes con el vino dulce de la tierra
y no pude llegar más allá de Perpiñán, ombligo del mundo. No puede decirse que Perpignan sea la hostia, pero para tomarte una botella de vino, da. Cojo una habitación en el Hotel de France, a la orilla de la Besse, afluente por la izquierda de la Tête, Monsieur.

Esta mañana me veo rodeado de Maillol por todas partes, así que subo al coche y me largo. Estoy del abuelo hasta la coronilla. ¡Además es el día internacional de la rabia!...


Imagínense Vds. que se levantan una buena mañana, que se dice, entran a un bar con el fin de tomar el refrigerio matutino, leer el periódico y hacer el sudoku y se encuentra de cara con su esquela mortuoria. En la otra página publicitan coches. Una esquela, orlada en negro, que no deja resquicio a la duda: es Vd. el muerto que se anuncia. No sería la primera vez... ni la última: los bromistas son una especie que, aunque degenera, tiene cuerda para rato. A todo esto me voy acercando a Carcassona, ese pastiche nou-centiste de difícil digestión. Se quedarían de piedra ¿verdad? Eso le pasó a Baudelaire; eso le pasó, regocijado, a Paesa, quien, como ya saben, difundió que un paro cardíaco había acabado con su miserable vida en Tailandia. ¡Treinta misas fueron encargadas en su memoria!... Y eso le pasó a Breton, André Breton.






Oigan...si hay que poner la ebriedad al servicio de la revolución...¡se pone! Voy sobrado de lo primero y ansioso de lo segundo. "¿Política poética?" Claro, pero la poesía que la revolución exige no es "Margarita está linda la mar...": es la del pesimismo en toda regla. Y "organizar el pesimismo no es otra cosa que transportar fuera de la política a la metáfora moral y descubrir en el ámbito de la acción política el ámbito de las imágenes de pura cepa". Vean Vds., aunque uno cambie de registro, la cosa siempre le sale al paso.

Cuando paso Toulouse dejo la autopista y tomo una secundaria.

Bueno a lo que iba. A Breton le pasó algo perteneciente a la misma familia de sucesos. Su muerte fue anunciada en la revista Strophes (1964) que se publicaba en Niza, cuyo cielo había sido rubricado por el recién difunto Klein: "Ahora sólo vive de su orgullo en el pasado". Dalí, cuyo alargado final fue lamentable, se burlaba de los "reflejos de los nervios faciales de A. Breton inmovilizados en la muerte desde hace más de un siglo". ¡Tiene guasa la cosa! Por lo demás, Breton, ya había sido declarado "cadavre" mucho antes; o sea que esas noticias lo dejaban frío. Piaf acababa de morir. Tzara lo haría antes de acabar el año. Todo el desprecio que llegó a sentir por el pintor de Figueras, fue aprecio por el de Montroig. "Constelaciones", 22 poemas en prosa que acompañaban a cada una de las constelaciones de Miró fue su última actividad versificadora. Fue todo un pelotazo. (1959).




A aquella "inmovilidad" del rostro se añadió un percance automovilístico que le produjo una lesión en una pierna. Su inmovilidad se iba haciendo absoluta. Él, que quiso cambiarlo todo, fue incapaz de, ni siquiera, cambiar de domicilio.

Infórmense Vds. Infórmense.

Anunciada su muerte, se dedicó a prólogos y prefacios... aunque se lo negó al veleidoso O. Paz. El asma se iba acentuando y la segunda (¿tercera?) muerte, la definitiva, estaba en el orden del día.

Como si emergiera de un periodo de hibernación constato que estoy en Saint Cirq. Diríase que el coche ha ido solo. Esto es un miserable cruce de caminos. No se vislumbra ningún bar. Es como si se avergonzaran. Las doce en punto del mediodía y sin haberme mojado el gaznate... y lo que es peor, sin visos. No creo que este sea el lugar, ¿qué vendría a hacer aquí Breton? Ni aunque todo su árbol genealógico hundiera sus raíces en este cruce de caminos... Me dirijo hacia Caussade, son seis kilómetros. No teman: sigan los tendidos eléctricos. Son seis kilómetros flanqueados por catenarias periclitadas. El temor y el temblor les atacará cuando entren en Caussade y comprueben que tampoco les será fácil dar con una taberna... ni siquiera a la sombra del ayuntamiento. Francia es, sin embargo, la meca de los supermercados: compren una botella de vino de Cahors y un trozo de camembert y sigan por la "route de Cahors".

-- ¡Oiga!—me dirijo a un peatón cargado con una saca de botellas de vino y una baguette bajo el sobaco– ¿Dónde ha conseguido Vd. ese preciado cargamento?




Me señala con la barbilla un Carrefour. Y así es como he conseguido mi botellita de Cahors. En la etiqueta se reproduce un mapa de la DO Cahors y descubro otro Saint Cirq que parece de más entidad. El mapa me hace de GPS.

Se habían cambiado, después del prebélico Certa y del postbélico Les deux Magots, a La Promenade de Vénus, en la esquina de rue Louvre con Coquillière, y allí siguieron profundizando, con nostalgia (¿verdad?) en los misterios del Amor ("el más alto factor común"). Breton, asmático, no soportaba fácilmente el tufo del antro. También abandonó el curaçao de mandarina y se aficionó al Beaujolais.

Frente al espejo de pared y de espaldas a la puerta de entrada controlaba, como un pistolero avezado, el continente y su contenido, esperando la aparición súbita de la Parca. De aquellas rancias reuniones brotó la última publicación propiamente surrealista: "La Brèche". Breton aún daría a la imprenta un minúsculo folleto, compuesto de cuatro frases en el más puro espíritu de los inicios: "Le La" (algo así como "fijar el tono", "dar el la"). Por entonces ya estaba medio lelo: "O, cuya reacción en la piel reside en Do mayor en promedio"



Pronto dejó de asistir a "Le Promenade..." Con sólo pensar en el nombre se le desataba un ataque. Así se iba apagando el que fuera llamarada. Como clásico que empezaba a ser, se reeditaron sus obras más importantes y empezaba a ser objeto de estudio. Rue Fontaine se convirtió en el centro de un mundo que desaparecía. Sus diádocos se desviaron en el primer cruce de caminos que encontraron: ni Debord, ni los de Tel Quel...Él mismo estaba deseoso de encontrar un decisivo cruce de caminos.

Por cierto si van Vds. por París y quisieran tomar un calvados en La Promenade... sepan que ha sido sustituido por Le Loup, nombre más apropiado para los tiempos que corren.

Hombre, ni punto de comparación...! Este Saint Cirq (Lapopie) se muestra digno de la última estancia de Breton fuera de París y de la tierra, por así decir. La carretera rodea la población, a orillas del Lot, cuyo centro lo ocupa una iglesia fortaleza digna de mención. No se impacienten. Encontrarán una terracita estupenda a la derecha: Lapopie. Comer no comerán, pues ya saben Vds. como se las gastan por estas tierras con eso de los horarios. Aprovechen para acabar el camembert y pidan otra botella de Cahors. Y si se atreven, pidan un platito de caracoles: díganle que van de mi parte.




En primavera, como si hubiera querido despedirse de su "telón de fondo", hizo, con Mansour y Jouffroy, un tour por la Bretaña. Vuelve a París. En julio decide, para amortiguar sus dificultades respiratorias, pasar lo que queda de verano en este hermoso pueblo del Languedoc-Roussillon Midi-Pyrénées. Allí le visitan Soupault y otros amigos, que constatan lo evidente: Breton se muere. Es incapaz de subir y bajar los escalones que lo separan del bar del pueblo. No puede dar ni Dos Passos (*). Recibe en bata de casa, él, que lucía corbata hasta para ir al váter de casa. Ese es el detalle que indica a los visitantes la proximidad del fin. El beaujolais se lo sube el amable mesonero.


"Me cuesta gran dificultad aceptar que un día mi corazón dejará de latir". Tenía 20 años. Cada vez le costará menos. Con el fin de engañar a la Parca, alargó su estancia en el paraiso.

El 27 de septiembre del año 1966, martes, tuvo que ser transportado al hospital de Cahors. De Cahors (¿prefirieron deshacerse de tan ilustre paciente, como insinuó Aube?) lo llevan a París. Diez (¡diez!) horas de viaje...¡y en ambulancia!

--Oigan, ¡¿por qué no me conducen directamente al cementerio?!-- dijo entre espasmos. En ese momento se acordó de las últimas palabras de Goethe e intentó ensayar las suyas propias: "¡Oxígeno, más oxígeno!". Los enfermeros le dijeron que con la mascarilla parecería un personaje de su "odiado" dadá. Breton calló y sufrió en silencio. A la altura de Orly empezó a encontrarse mejor y ordenó, bajo su responsabilidad, que lo llevaran a rue Fontaine. Al día siguiente, Aube, Elisa y los encargados de la ambulacia lo bajaron desde el cuarto piso. Fue un mutis bastante malo. Es lo que tiene esas escaleras estrechas: te tienen que bajar de pie, aunque estés muerto. O sentado. Breton murió en el hospital rodeado de sus seres queridos, que se dice. Y con el se cerró "la última instantánea de la inteligencia europea". Miles Davis (*) estaba ocupado en "Dolores" del LP Miles Smiles.



Eluard había muerto en el 52. Tanguy, en el 55. Giacometti, en enero del 66. Arp acababa de morir. Picabia, en el 53. Óscar Domínguez, en el 57. Vitrac, en el 52. Crevel, Desnos, Peret, Artaud...¡muertos! Duchamp y Magritte tenían el pie en el estribo. ¡Y yo no estoy mucho mejor!

Alain Resnais acaba de rodar "La guerra ha terminado". El 68 marcaría la cima y el ocaso.

-- Garçon! ¿Puedo preguntarle algo?

-- Bien sûr, monsieur.

-- ¿Tiene algo que ver el río Lot con Sodoma y Gomorra? ¿Son Vds. descendientes de los moabitas o de los amonitas?

Y tal día como hoy, del año 1985, moría André... Kertész. De su etapa húngara, y quizás de toda su trayectoria, la fotografía más emocionante y sugestiva quizás sea: "El músico ciego". Abony. 1921. Lean Vds. el párrafo que Stasiuk le dedica en "De camino a Babadag"... y que acaben de pasar bien el día.

"Yo escribo con luz", había dicho este "hermano vidente en el país de los ciegos".

Intenten aventurar el punctum de la imagen. Para mí está en la mirada del niño pequeño: algo pasa detrás, más allá... 





viernes, 27 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, 27 de septiembre. Walter Benjamín. Urbano VII. Arístides Maillol.



(Los asteriscos * remiten a efemerísticas razones)

1


Siempre que alguien me viene con esa imagen de la luz al final del tunel, bien sea como anuncio de brotes verdes, amenaza del desastre o indicio de vida eterna, me acuerdo del túnel de Port-Bou. El túnel de Montgat, pese a ser el primero de la península y tenerlo más cerca y frecuentado, no tiene la entidad suficiente para simbolizar la imagen anterior. Apenas has entrado... y ya estás saliendo. Más corto que el papado de Urbano VII: 13 días ¡la docena del diablo! Sin embargo, fue llorado por los romanos pobres: había ordenado que las hogazas fueran más grandes y que se vendieran al mismo precio que las anteriores, pagando él, de su (?) bolsillo, la diferencia. Condonó todas las deudas de los Montes de Piedad. Prohibió las prendas de seda entre la jerarquía eclesiástica. Esta última medida creó desolación. La creencia arraigada en la omnipresencia de dios (?), impidió que algunos de los más recalcitrantes las reservaran para las prendas interiores. Fueron medidas, como saben, transitorias. Tal día como hoy, murió. Los carroñeros (en un sentido no del todo despreciable) de la historia, fabularon con la naturaleza de esa muerte.




Si no tienen nada mejor que hacer este primer domingo de otoño, acérquense a Port-Bou. Yo ya estoy al volante del Ford T...¿qué digo Ford T*? ¡¡Renault!! Y es que mi afición por las efemérides se filtra por el mínimo resquicio. ¡Ya me gustaría tener un Ford T!, de reminiscencias orwellianas.

"La época de la reproductibilidad técnica desligó el arte de su fundamento cultual: y el halo de su autonomía se extinguió para siempre". (W.B.)

Vale que no es lo mismo una obra pictórica que una máquina, que ya nace con vocación de reproducirse; pero, no me negarán que la idea que subyace es un poco la misma. Al producir mercancias a porrillo, en cadena (por así decir), se desvanece el aura de lo único (la mercancía ya nace, por definición, sin áura), pero no elimina, sin embargo, el deseo de la pieza única... que sigue funcionando como acicate (e inversión). Y aquí estamos sumergidos en la fabricación de porquerías con el fin de producir la pieza única para el consumidor único. Pero esa pieza única pronto estará al alcance de los muchos (?) y la producción se seguirá desplazando... ¿Hasta que todos tengamos un Jaguar y se persiga algo más distinguido y singular? ¡Bobadas! El progreso se ha acabado. El progreso no es más que una acumulación de ruinas. ¿Es Vd. De los que creen que pasito a pasito...etc...etc? ¿Sí? ¡Pues es Vd. un imbécil! ¿Es Vd. de los que piensan que la salvación está en la producción cada vez más intensa o, si es Vd. algo más flemático, que la solución está en la sostenibilidad? ¿Sí? ¡Pues es Vd. un ingenuo?

Las "florecillas" aplastadas por la marcha de la historia.

En el área de Blanes paro para tomar mi tentenpié matutino. Oigan...¡a reventar! ¿Les ha dado a todos por acudir a la llamada de Walter Benjamin? Me pego a la cola y como una mercancia que pasa por la cadena de montaje, me voy acercando al encargado de la máquina de café. De camino cojo un croissant, agarro una cuchrilla, aferro unas servilletas, pesco un azucarillo... Pago y, ya saben Vds., se detiene el tiempo, y el espacio se encoje: no sabes hacia dónde dirigirte. Miras, buscas... dos pasos a la derecha, dos a la izquierda, vas de frente, te vuelves y finalmente, apoyado en un mueble donde exponen juguetes infantiles, te zampas el croissant y te enjuagas el cielo, el único, del paladar con el café. Lo suyo es limpiarlo con una copita de aguardiente, pero se han puesto en un plan...

"Dondequiera que se les permita, se colocan en fila y avanzan a paso de marcha al encuentro del fuego de artillería y del encarecimiento de las mercancías. Ninguno ve más allá de la espalda del que le precede, y cada cual se enorgullece de ser, de ese modo, uno ejemplo para el que le sigue. Esto lo descubrieron los hombres hace siglos en los campos de batalla; pero el desfile de la miseria, el hacer cola, lo han inventado las mujeres" (W.B.)

Desde mañana mismo tendré más respeto por las colas del Condis.

Aquí dentro no se puede fumar y fuera creo que sí (¡de momento!). Me lio un cigarrillo a costa de una caja entera de cerillas (pues yo soy de los que siguen usando cerillas). La tramontana 6 beauford, o sea fresquito, como dicen los meteorólogos. El bueno (y breve) de Urbano VII amenazó con la excomunión a "todo aquel que tomase tabaco a las puertas o en el interior de las iglesias, ya sea masticado, fumado en pipa o aspirado en polvo por la nariz". Y estábamos en el siglo XVI. Y digo yo que, puesto que estos centros se han convertido en las catedrales de nuestro tiempo, no tardará mucho en que la prohibición de fumar se haga extensiva a sus alrededores. Y después a los edificios de vecinos, y después a las playas, y después a los bosques, y después a los polos (norte y sur)... cada día será más difícil morir de muerte natural. ¿No lo creen así ? ¡Pues son Vds....!



Las viñas de Banyuls están en todo su decadente esplendor, a la espera del expolio, o, ya, extenuadas. Bancales contenidos por antiquísimos muretes de piedra, caminos de cabras (que son transitados por humanos). Abajo el mar flamígero, encrespado por la tramontana, ya en 7 Beauford. Es difícil esquivar la idea de un alegre clasicismo mediterráneo frente al brumoso norte. Es difícil eludir la comparación entre el aceite de oliva y las grasas vegetales, entre el vino y la cerveza, entre la ensalada de tomate y cebolla y el chucrut...entre Carmen y Parsifal...

Llego a Port-Bou sobre las doce y media. El cementerio marino me observa; parece que me ruega que ni me acerque... que ya es suficiente. Así que tomo asiento a una mesa del España y pido un vermut de la región. La terraza del España y la del Rick (¡¡) están a petar, que se dice. La mayor parte inclinados sobre la wikipedia o poniendo a punto los aparatos electrónicos. Todos poniendo sus sombreros a buen recaudo. El cementerio se prepara para lo que será una violación en toda regla. Llega el camarero con el pedido al que ha añadido, por su cuenta, unas olivas rellenas.

-- Buen hombre, podría traerme un sifón... ¡para estar a la altura tecnológica de mis vecinos!

-- La técnica nos sepulta, querido cliente. Profetizo que si el derribo de la burguesía por parte del proletariado “no se cumple antes de un momento casi calculable de la evolución técnica y científica (indicado por la inflación y la guerra química), todo se habrá perdido. Es preciso cortar la mecha antes de que la chispa alcance la dinamita”. ¿No le hace a "paloseco"?

Aquí en Port-Bou cuando menos te lo esperas surge la "iluminación". Es, sobretodo, en el ramo de la hostelería donde la pasión por Benjamín hace furor.

-- Todo sea por cortocircuitar el "progreso técnico". Por cierto, estimado camarero ¿cuál es su nombre?... por si tengo que recurrir nuevamente a sus servicios.

-- Para mi desgracia mi padre me puso Arístides.

-- "¡El mejor y más honorable hombre de Atenas!". Su padre tuvo un gusto excelente. No se queje.




-- Pero es que mi padre no pensaba en el "Justo", sino en Maillol. Y a mí no me gustan sus mujeres, ni su acomodaticia actitud.--se sienta y mientras se explica, limpia maquinalmente la mesa-- Verá Vd. A mí las mujeres de Maillol me parecen ideas (pesadas). No tienen cuerpo, sino masa. Y de espíritu, mejor no hablar. Prefiero mil veces las mujeres de Modigliani...y si me apura, las de De Kooning. Las de Maillol son cántaros, recipientes, madres en plena época de fertilidad: máquinas eficientes.

-- Veo que tiene el tema trabajado. Yo no tengo la cosa clara. En realidad pensaba pasarme por el museo Maillol- Fundación Dina Vierny.

-- Pues desista. Cierran los domingos, los lunes y los días feriados.

-- Un problema menos.

-- Pero es que ¡oiga!, ¿qué necesidad tenía el abuelo de ir a París (¡en plena ocupación alemana!) a la exposición de Breker y, además, fotografiarse entre las estatuas, como ya había hecho el sagaz y halitósico Cocteau?

-- Ese es un detallito que desconocía. Aquí en Catalunya se le tiene por ideal estético de la "Ranaixença": aquella oleada de "seny", mediterraneidad, orden (y coqueteo con el fascismo).

-- Y se olvidan estas cosillas. Mire Vd., querido cliente, la caracterización que de la época hace Serra i Hunter: La guerra del 14 representó "la desintegración de la cultura espiritual, que es por esencia totalidad y harmonía"...¡Y lo dijo en 1934! xD. ¡En plena época parda!



Precisamente aquel año, Benjamín malvivía en París con la ayuda de los Adorno y de propinillas que le venían de alguna esporádica publicación. ¡¡Se estropeó la harmonía!! ¡Vaya diagnóstico, Hunter! Estrellas amarillas señalaban a las futuras victimas y tú echando de menos la harmonía.
Había pensado ir a comer al restaurante "Els passatges" y conocer, de paso, al listo que había elegido el nombre. Decido seguir en la terraza del España y así se lo comunico a Arístides. Para variar, le pido un plato de caracolillos de mar y una botella de blanco de la tierra... Es que los caracoles, de tierra o de mar, encierran espiralmente el profundo sabor de la tierra, o del mar.

Maillol se retiró a esta hermosura de tierra en septiembre del 39, recién empezada la segunda matanza. Empieza "Harmonía", plasmación de la poesía encerrada en el pensamiento de Serra, que quedará inconclusa. Benjamín nunca acabaría sus "Tesis sobre Filosofía de la Historia". Ahora, algunos de mis lectores me exigiría que dejara inconclusa la botella de blanco. Pues, no, no la voy a dejar. Es más:

-- ¡Aristides! ¡Tráigamne Vd. otra botellita!

Después siguen los carajillos y la ronda de aguardientes. Añado unas copitas de vino dulce de Banyuls. Los caracolillos flotarán en un mar alcohólico.

-- Estimado cliente, eche el freno. Frene la locomotora.. Sea benjaminiano, por una vez.

-- Arístides, Arístides...

-- Quizás las cosas se presentan de manera distinta a como afirmó Marx. Puede ser que las revoluciones no sean las locomotoras de la historia. Pueden que sean el acto por el cual la humanidad que viaja en tren aplica los frenos de emergencia.

Este Arístides me apabulla y la imagen empleada me produce un vuelco en el estómago. Imagino las maletas despeñándose sobre mi cabeza. Así que, Arístides, ¿la revolución es un corte.... no se trata de Soviet + Electrificación? ¿Ya no se trata de producir y producir en un tiempo y espacio infinitos? O sea que este vino que bebo encierra los esfuerzos y esperanzas de los muertos. Aquellos cortadores que he visto en las colinas de Banyuls estaban sembrando futuro y su trabajo no puede esfumarse. Cada botella de vino es una lámpara de Aladino (valga el rodolí). N'est ce pas?

-- Así es, querido cliente. Nada se pierde por completo. Hemos de hacer ramilletes con las "florecillas pisadas" de la historia.

2.
Hermana muerte ¿me permites? Y en cuanto percibió el más leve movimiento de párpados se tragó, con la cortesía que le era propia, una dosis de morfina capaz de matar a un caballo. La muerte estaba a punto de actuar de oficio, no en vano el corazón de Benjamin ya había fallado en la subida y el tifus estaba anidando en su estómago. Sobre su tumba provisional alguien colocó unas "florecillas" pisadas que había ido recolectando en las grietas de las ruinas de la historia.

El 26 de septiembre del año 1940, justo cuando Aristides Maillol se levantaba para proseguir en su inacabada "Harmonía", el grupito se puso en marcha. Amanecía en Banyuls. Maillol vería a lo lejos el grupo que confundiría con cerdos salvajes. Benjamin esperaba en un claro del monte, pues no se había atrevido a regresar tras el primer reconocimiento.
Cegada la "ruta del cementerio", siguieron la más oriental y escarpada "de Líster", precisamente la misma que, aún no hacía dos años, había sido transitada por mi padre en retirada desde el Ebro. El grupito se convirtió en grupo y así, bajo un injusto sol de justicia, continuaron hasta la frontera española. De camino, Benjamin tuvo un amago de angina, un principio de insolación y unos deseos, incontrolados, tchaikovskianos, por así decir, de beber de un charco de agua putrefacta. Cuando llegaron a la garita, Benjamín ya era un muerto viviente. Allí le dieron la puntilla.

-- Eeeeeeee! ¿Ande van Vds.?-- Así de contundente se expresó la Guardia Civil de fronteras cuando se presentó el grupo de descarriados.

-- Pues, verá. Vamos en tránsito hacia Portugal. Aquí están nuestros visados firmados por el consulado español de Marsella.

-- Como es natural les faltará alguna póliza y tal. Revisen sus papeles...

El grupo, diligente, se aprestó a una última revisión y viendo que todo estaba en regla volvieron a mostrarlos.

-- Pero, señores, aquí falta el permiso de salida de territorio francés.

-- Eso no era necesario.

-- Pues desde hoy, sí. Y, además, los apártidas , o como se diga, se quedarán a parte y ya se verá.

Benjamín, descompuesto por el exceso de sol y por los retortijones, recordó las semanas plácidas en Lourdes y su confianza en el milagro. Werfel sacó de allí, y de la omnipresente Alma, inspiración para "La Canción de Bernardette". Por mucho que se insistió y a pesar de la botellita de agua bendita, los guardias se mostraron inflexibles. ¡Pa'trás! ¡A Francia! Por un momento creyeron que se trataba de eau-de-vie, pero que cuando comprobaron que, en efecto, era agua, por muy bendita que fuera, se les cegó el sentido de la compasión. Alguien intercedió y se les permitió hacer noche en Port-Bou. Pusieron guardias a la entrada-salida del hotel Francia, decididos a expulsarlos a las diez de la mañana del día 27, o, si querían, a trasladarlos al campo de Figueras y puestos a disposición (es de suponer) de la Gestapo. Benjamin no pudo aguantar los apremios: "En una situación sin salida, no tengo otra elección que terminar. En un pequeño pueblo en los Pirineos donde nadie me conoce mi vida va a acabarse". 




El médico de la localidad certificó su muerte natural y aventuró la hora del deceso: las diez de la noche del 26. Grete Freund, miembro del grupo, la sitúa a las doce de la noche. Y yo, aventuro que su corazón se paró cuando se agotó el primer segundo del día 27 de septiembre del año 1940. Un mes después del asesinato de Trotky. ¡Y no digo más!
Con los 70 $ (no hizo falta vender "El Àngel") que llevaba en el bolsillo se pagó al médico y al enterrador. De la cartera negra y del manuscrito nadie supo nada. Enterrado, provisionalmente, Benjamín, el resto del grupo consiguió pasar a España y llegar a Lisboa.

Todo está escrito: Lisa Fittko, Stodolsky, Grete Freund, Henny Gurland, Horkheimer, Arend, Ingrid Scheurmann... y las indagaciones que el "Sr. García", agente judicial del juzgado de instrucción de Figueras, hizo a instancias del editor de "El libro de los Pasajes".


3
-- ¡Arístides!

-- No grite que estoy aquí, a su vera.

-- Permítame que improvise yo, a mi vez.

-- ¡Sea!

-- ¡Tiene Vd. algo de ángel!

-- En sentido etimológico, sin duda. Soy un emisario, un intermediario...

-- En un sentido teológico, ontológico, diría. Usté., querido camarero, en su perfección, constituye una "especie" en sí misma, agota un "universal". Además, y concluyo, cuando, ataviado a la usanza de su oficio, vuelen los manteles y las servilletas impulsados por el viento del norte y vuelva el rostro, parecerá el "Ángel de la Historia" aterrado ante los resultados del progeso.

-- ¡Eso es muy bonito!




Atardece y estoy como una cuba. Arístides se ha sentado en una silla al final de la terraza y, ahora, parece el ángel de Durero. Me marcho.


4.
Recuerden Vds. cuando, bajo la azafranada luz del otoño, estén zampándose unas anchoas en una terracita de Banyuls y pimplándose una botellita de vino del 2007, que por aquí se desangraba Europa; que estas "fauvistas" colinas han sido recorridas por los perdedores de todas las guerras. Cuando alcen la vista para contemplar ocres nunca vistos, añadan el ocre ferruginoso de la sangre reseca y no dejen de pimplar por esta sugerencia.



Breton, por los mismos días se trasladaba a Marsella buscando la salida americana. Y Kafka, años antes , tal día como hoy, ponía punto final a El Fogonero (primer capítulo de su inacabada "América") y su premonitoria y fantasmal visión de América. 

RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...