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lunes, 30 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 30 de septiembre. Pierre Menard. Bateau ivre. James Dean.


(Asteriscos (*) remiten a efemerísticas razones)

-1-
No, si algún día… con tanta rutina y palimpsesto, vamos a acabar mal: El otro día me traje a casa un perro que confundí con Hegel; caí en el error cuando me enseñó los dientes como último recurso. Hoy lo he olvidado a la puerta del Condis: He salido del antro y me he dirigido a casa, como siempre; he pellizcado la barra de pan y he lanzado el currusco al vacío pensando que Hegel la atraparía… pero Hegel seguía atado al árbol mirando al infinito, por donde había desaparecido mi destartalada figura y quijotesca… como un bateau ivre* en busca de su isla de la Desesperación*¡Qué hermosa coincidencia efemerística!



Lean lo que tengo escrito sobre la primera lectura de “le bateau ivre”:
-2-
“No puedo imaginar el mundo sin la interjección de Poe: “Ah, beat in mind this garden was enchanted!” o sin el “Bateau ivre” o el Ancient Mariner, pero me sé capaz de imaginarlo sin el Quijote”. Así se expresaba Menard, poeta simbolista de Nîmes y amante de la lógica, el ajedrez, la metafísica, así como de la métrica poética, en carta a “Borges” (desde Bayona) y con fecha de 30 de septiembre del año 1934. También declaraba que se proponía llevar a cabo algo meramente asombroso: un verdadero palimpsesto, por así decir, de El Quijote, su principal obra visible.



Tampoco es que sea tan asombroso… Yo mismo hago cada día un palimpsesto del día anterior. Y como testimonio pueden Vds. acudir a las cámaras de vigilancia del Condis. Las condiciones nos fuerzan a la repetición anacrónica de lo hecho, de tal manera que, como Menard, puedo decir que mi vida adopta un estilo arcaizante que, cada día que pasa, se hace más arcaico. Y así como Menard enriqueció mediante una técnica nueva el arte detenido y rudimento de la lectura, yo, mediante ese anacronismo deliberado (y forzado) y las atribuciones erróneas, añado niveles interpretativos al simple decurso de la vida.

Menard sólo llegó a completar, influido por Novalis, Daudet (y una tendencia plebeya a lo anacrónico) y devoto de Poe…que engendró a Mallarmé, que engendró a Valéry, que engentró a Edmond Teste, el cap. 9 y el 38 de la primera parte y un fragmento del 22. No le hizo falta más para pasar a la historia de la literatura.
En realidad no es exactamente un palimpsesto: es una reescritura en toda regla, para la cual, el autor, recreó las circunstancias por las que pasó el mismo Cervantes. El resultado es un juego literario delicioso,  inteligente, irónico, que coincide, letra por letra, con el original y se convierte en el definitivo (de momento)… En fin, Borges en estado puro. Y eso sin entrar en semiologías ni otras (infinitas) interpretaciones.
-3-
La noche anterior, James (Byron) Dean, desesperado con causa (infórmense Vds., infórmense), dejó su gato en casa de la gata (sobre el tejado de zinc). Días antes se había presentado, ¡de negro!, en casa de sus amigos… como si tuviera intención de despedirse. Todos esos días estuvieron trufados de detalles que después serían interpretados como presagios. Amaneció el 30 de septiembre… Bueno, ya saben Vds. lo que pasó. De camino a Salinas…autopista 466… dirección oeste, acercándose al Edén… etc… multa de tráfico… un Ford… algunos heridos y un muerto. 




Así nació el mito… y el Pop. Eran las 5’30 de la tarde del día 30 de septiembre del año 1955. Meses antes se había estrenado “Semillas de maldad” que había puesto el reloj a cero.

Hacía 13 días (¡13!) que se había empezado a emitir, en las salas de cine y en la televisión pública, un anuncio de utilidad pública en el que, con un estilo desenfadado, recomendaba prudencia en la carretera. El porsche plateado, y tuneado a su gusto, lucía un “130” en los cuatro costados. Los restos del vehículo fueron robados y nadie sabe, pese a la recompensa, su paradero.

Tentado estoy a acabar de destrozar mi plateado Ford K y presentarlo como candidato… ¡un millón de dólares!

Parece que esta muerte abrió la puerta a la desgracia colectiva.

Tengo para mí que fue un homenaje gore y por todo lo alto, gigantesco (por así decir), a la fundación, exactamente 44 años antes, de la industria de Holliwood (Natalie) y del Gaumont Palace de la parisina Place Clichy, al mismo tiempo que en el teatro Fémina de París se estrenaba la adaptación teatral de Impresiones de África, de R. R., eremita de la escritura : El peculiar pasaje (tanto como las obras visibles de Menard) del Lyncée naufraga en el reino de Talú VII, en las costas africanas…y tal y más cual. Justo el mismo día (algunos años más tarde) en que Robinson empieza su diario con la mención de su naufragio.

Añadir leyenda
             





Si han leído Vds. la “novela”, recordarán la tibia sonora (y la flauta de Tamino*) Pues bien, dice el autor que se inspiró en el anuncio de una grabadora llamada Phonotypia, instrumento pionero de la ofimática. Felice Bauer, a punto de caer en las redes pegajosas de K., era, en aquellos días, especialista en el uso de tal artefacto, tan parecido a una chirivía, rico tubérculo al cual la 1º República Francesa dedicó el día de hoy, 9 de vendimiario.
-4-
Tal día como hoy del año 420, moría en Belén, Jerónimo de Estridón, eremita y santo patrón de los traductores… ¿y de los palimpsestistas? De este santo padre me gusta lo del león. Lo de la Vulgata, y demás, es una vulgaridad en comparación con esta escena que lo pone al costado de san Roque, de san Francisco y otros grandes animalistas.



Se encontraba Jerónimo meditando a orillas del Jordán, cerca de mar Muerto. No vamos a discutir si estaba en la parte jordana, en la israelita o en la Cisjordania. Supongo que no sería lejos de Belén, su residencia. Sé que era verano y que el santo padre aguantaba, pues era de su agrado, los 42º a la sombra de una retama y que meditaba sobre los inconvenientes de vivir en la zona más baja de la tierra… ¡muy por debajo del nivel del mar! Era normal, pues, que estuviera deprimido, como lo estaba.  Un maullido como de gato, seguido de un quejido quedo, suspendió la meditación del santo. Volvió la cabeza y vio un enorme león, pues entonces toda la tierra era tierra de leones, que le mostraba la almohadilla de su pata derecha atravesada por una enorme astilla de endrino. El santo lo curó y el animal respondió con una fidelidad sólo comparable con la del perro de Mozart (o el de la última zarina).

¿Qué importa que sea o no verdad?
-5-
Tal día como hoy, del año 1791, Mozart no se encontraba bien, de hecho estaba muriéndose; y, además, andaba mosqueado con lo del Réquiem. A pesar de todo, dirigió la primera representación pública de La Flauta Mágica. Fue un éxito discreto.

Fue su canto de cisne: Un canto alborozado al amor, la amistad, el placer y la fraternidad. ¡Que otros disciernan sobre sus recónditos significados!




sábado, 28 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 28 de septiembre. Breton. Muertos en vida.


Ayer se me cruzaron los aguardientes con el vino dulce de la tierra
y no pude llegar más allá de Perpiñán, ombligo del mundo. No puede decirse que Perpignan sea la hostia, pero para tomarte una botella de vino, da. Cojo una habitación en el Hotel de France, a la orilla de la Besse, afluente por la izquierda de la Tête, Monsieur.

Esta mañana me veo rodeado de Maillol por todas partes, así que subo al coche y me largo. Estoy del abuelo hasta la coronilla. ¡Además es el día internacional de la rabia!...


Imagínense Vds. que se levantan una buena mañana, que se dice, entran a un bar con el fin de tomar el refrigerio matutino, leer el periódico y hacer el sudoku y se encuentra de cara con su esquela mortuoria. En la otra página publicitan coches. Una esquela, orlada en negro, que no deja resquicio a la duda: es Vd. el muerto que se anuncia. No sería la primera vez... ni la última: los bromistas son una especie que, aunque degenera, tiene cuerda para rato. A todo esto me voy acercando a Carcassona, ese pastiche nou-centiste de difícil digestión. Se quedarían de piedra ¿verdad? Eso le pasó a Baudelaire; eso le pasó, regocijado, a Paesa, quien, como ya saben, difundió que un paro cardíaco había acabado con su miserable vida en Tailandia. ¡Treinta misas fueron encargadas en su memoria!... Y eso le pasó a Breton, André Breton.






Oigan...si hay que poner la ebriedad al servicio de la revolución...¡se pone! Voy sobrado de lo primero y ansioso de lo segundo. "¿Política poética?" Claro, pero la poesía que la revolución exige no es "Margarita está linda la mar...": es la del pesimismo en toda regla. Y "organizar el pesimismo no es otra cosa que transportar fuera de la política a la metáfora moral y descubrir en el ámbito de la acción política el ámbito de las imágenes de pura cepa". Vean Vds., aunque uno cambie de registro, la cosa siempre le sale al paso.

Cuando paso Toulouse dejo la autopista y tomo una secundaria.

Bueno a lo que iba. A Breton le pasó algo perteneciente a la misma familia de sucesos. Su muerte fue anunciada en la revista Strophes (1964) que se publicaba en Niza, cuyo cielo había sido rubricado por el recién difunto Klein: "Ahora sólo vive de su orgullo en el pasado". Dalí, cuyo alargado final fue lamentable, se burlaba de los "reflejos de los nervios faciales de A. Breton inmovilizados en la muerte desde hace más de un siglo". ¡Tiene guasa la cosa! Por lo demás, Breton, ya había sido declarado "cadavre" mucho antes; o sea que esas noticias lo dejaban frío. Piaf acababa de morir. Tzara lo haría antes de acabar el año. Todo el desprecio que llegó a sentir por el pintor de Figueras, fue aprecio por el de Montroig. "Constelaciones", 22 poemas en prosa que acompañaban a cada una de las constelaciones de Miró fue su última actividad versificadora. Fue todo un pelotazo. (1959).




A aquella "inmovilidad" del rostro se añadió un percance automovilístico que le produjo una lesión en una pierna. Su inmovilidad se iba haciendo absoluta. Él, que quiso cambiarlo todo, fue incapaz de, ni siquiera, cambiar de domicilio.

Infórmense Vds. Infórmense.

Anunciada su muerte, se dedicó a prólogos y prefacios... aunque se lo negó al veleidoso O. Paz. El asma se iba acentuando y la segunda (¿tercera?) muerte, la definitiva, estaba en el orden del día.

Como si emergiera de un periodo de hibernación constato que estoy en Saint Cirq. Diríase que el coche ha ido solo. Esto es un miserable cruce de caminos. No se vislumbra ningún bar. Es como si se avergonzaran. Las doce en punto del mediodía y sin haberme mojado el gaznate... y lo que es peor, sin visos. No creo que este sea el lugar, ¿qué vendría a hacer aquí Breton? Ni aunque todo su árbol genealógico hundiera sus raíces en este cruce de caminos... Me dirijo hacia Caussade, son seis kilómetros. No teman: sigan los tendidos eléctricos. Son seis kilómetros flanqueados por catenarias periclitadas. El temor y el temblor les atacará cuando entren en Caussade y comprueben que tampoco les será fácil dar con una taberna... ni siquiera a la sombra del ayuntamiento. Francia es, sin embargo, la meca de los supermercados: compren una botella de vino de Cahors y un trozo de camembert y sigan por la "route de Cahors".

-- ¡Oiga!—me dirijo a un peatón cargado con una saca de botellas de vino y una baguette bajo el sobaco– ¿Dónde ha conseguido Vd. ese preciado cargamento?




Me señala con la barbilla un Carrefour. Y así es como he conseguido mi botellita de Cahors. En la etiqueta se reproduce un mapa de la DO Cahors y descubro otro Saint Cirq que parece de más entidad. El mapa me hace de GPS.

Se habían cambiado, después del prebélico Certa y del postbélico Les deux Magots, a La Promenade de Vénus, en la esquina de rue Louvre con Coquillière, y allí siguieron profundizando, con nostalgia (¿verdad?) en los misterios del Amor ("el más alto factor común"). Breton, asmático, no soportaba fácilmente el tufo del antro. También abandonó el curaçao de mandarina y se aficionó al Beaujolais.

Frente al espejo de pared y de espaldas a la puerta de entrada controlaba, como un pistolero avezado, el continente y su contenido, esperando la aparición súbita de la Parca. De aquellas rancias reuniones brotó la última publicación propiamente surrealista: "La Brèche". Breton aún daría a la imprenta un minúsculo folleto, compuesto de cuatro frases en el más puro espíritu de los inicios: "Le La" (algo así como "fijar el tono", "dar el la"). Por entonces ya estaba medio lelo: "O, cuya reacción en la piel reside en Do mayor en promedio"



Pronto dejó de asistir a "Le Promenade..." Con sólo pensar en el nombre se le desataba un ataque. Así se iba apagando el que fuera llamarada. Como clásico que empezaba a ser, se reeditaron sus obras más importantes y empezaba a ser objeto de estudio. Rue Fontaine se convirtió en el centro de un mundo que desaparecía. Sus diádocos se desviaron en el primer cruce de caminos que encontraron: ni Debord, ni los de Tel Quel...Él mismo estaba deseoso de encontrar un decisivo cruce de caminos.

Por cierto si van Vds. por París y quisieran tomar un calvados en La Promenade... sepan que ha sido sustituido por Le Loup, nombre más apropiado para los tiempos que corren.

Hombre, ni punto de comparación...! Este Saint Cirq (Lapopie) se muestra digno de la última estancia de Breton fuera de París y de la tierra, por así decir. La carretera rodea la población, a orillas del Lot, cuyo centro lo ocupa una iglesia fortaleza digna de mención. No se impacienten. Encontrarán una terracita estupenda a la derecha: Lapopie. Comer no comerán, pues ya saben Vds. como se las gastan por estas tierras con eso de los horarios. Aprovechen para acabar el camembert y pidan otra botella de Cahors. Y si se atreven, pidan un platito de caracoles: díganle que van de mi parte.




En primavera, como si hubiera querido despedirse de su "telón de fondo", hizo, con Mansour y Jouffroy, un tour por la Bretaña. Vuelve a París. En julio decide, para amortiguar sus dificultades respiratorias, pasar lo que queda de verano en este hermoso pueblo del Languedoc-Roussillon Midi-Pyrénées. Allí le visitan Soupault y otros amigos, que constatan lo evidente: Breton se muere. Es incapaz de subir y bajar los escalones que lo separan del bar del pueblo. No puede dar ni Dos Passos (*). Recibe en bata de casa, él, que lucía corbata hasta para ir al váter de casa. Ese es el detalle que indica a los visitantes la proximidad del fin. El beaujolais se lo sube el amable mesonero.


"Me cuesta gran dificultad aceptar que un día mi corazón dejará de latir". Tenía 20 años. Cada vez le costará menos. Con el fin de engañar a la Parca, alargó su estancia en el paraiso.

El 27 de septiembre del año 1966, martes, tuvo que ser transportado al hospital de Cahors. De Cahors (¿prefirieron deshacerse de tan ilustre paciente, como insinuó Aube?) lo llevan a París. Diez (¡diez!) horas de viaje...¡y en ambulancia!

--Oigan, ¡¿por qué no me conducen directamente al cementerio?!-- dijo entre espasmos. En ese momento se acordó de las últimas palabras de Goethe e intentó ensayar las suyas propias: "¡Oxígeno, más oxígeno!". Los enfermeros le dijeron que con la mascarilla parecería un personaje de su "odiado" dadá. Breton calló y sufrió en silencio. A la altura de Orly empezó a encontrarse mejor y ordenó, bajo su responsabilidad, que lo llevaran a rue Fontaine. Al día siguiente, Aube, Elisa y los encargados de la ambulacia lo bajaron desde el cuarto piso. Fue un mutis bastante malo. Es lo que tiene esas escaleras estrechas: te tienen que bajar de pie, aunque estés muerto. O sentado. Breton murió en el hospital rodeado de sus seres queridos, que se dice. Y con el se cerró "la última instantánea de la inteligencia europea". Miles Davis (*) estaba ocupado en "Dolores" del LP Miles Smiles.



Eluard había muerto en el 52. Tanguy, en el 55. Giacometti, en enero del 66. Arp acababa de morir. Picabia, en el 53. Óscar Domínguez, en el 57. Vitrac, en el 52. Crevel, Desnos, Peret, Artaud...¡muertos! Duchamp y Magritte tenían el pie en el estribo. ¡Y yo no estoy mucho mejor!

Alain Resnais acaba de rodar "La guerra ha terminado". El 68 marcaría la cima y el ocaso.

-- Garçon! ¿Puedo preguntarle algo?

-- Bien sûr, monsieur.

-- ¿Tiene algo que ver el río Lot con Sodoma y Gomorra? ¿Son Vds. descendientes de los moabitas o de los amonitas?

Y tal día como hoy, del año 1985, moría André... Kertész. De su etapa húngara, y quizás de toda su trayectoria, la fotografía más emocionante y sugestiva quizás sea: "El músico ciego". Abony. 1921. Lean Vds. el párrafo que Stasiuk le dedica en "De camino a Babadag"... y que acaben de pasar bien el día.

"Yo escribo con luz", había dicho este "hermano vidente en el país de los ciegos".

Intenten aventurar el punctum de la imagen. Para mí está en la mirada del niño pequeño: algo pasa detrás, más allá... 





viernes, 27 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, 27 de septiembre. Walter Benjamín. Urbano VII. Arístides Maillol.



(Los asteriscos * remiten a efemerísticas razones)

1


Siempre que alguien me viene con esa imagen de la luz al final del tunel, bien sea como anuncio de brotes verdes, amenaza del desastre o indicio de vida eterna, me acuerdo del túnel de Port-Bou. El túnel de Montgat, pese a ser el primero de la península y tenerlo más cerca y frecuentado, no tiene la entidad suficiente para simbolizar la imagen anterior. Apenas has entrado... y ya estás saliendo. Más corto que el papado de Urbano VII: 13 días ¡la docena del diablo! Sin embargo, fue llorado por los romanos pobres: había ordenado que las hogazas fueran más grandes y que se vendieran al mismo precio que las anteriores, pagando él, de su (?) bolsillo, la diferencia. Condonó todas las deudas de los Montes de Piedad. Prohibió las prendas de seda entre la jerarquía eclesiástica. Esta última medida creó desolación. La creencia arraigada en la omnipresencia de dios (?), impidió que algunos de los más recalcitrantes las reservaran para las prendas interiores. Fueron medidas, como saben, transitorias. Tal día como hoy, murió. Los carroñeros (en un sentido no del todo despreciable) de la historia, fabularon con la naturaleza de esa muerte.




Si no tienen nada mejor que hacer este primer domingo de otoño, acérquense a Port-Bou. Yo ya estoy al volante del Ford T...¿qué digo Ford T*? ¡¡Renault!! Y es que mi afición por las efemérides se filtra por el mínimo resquicio. ¡Ya me gustaría tener un Ford T!, de reminiscencias orwellianas.

"La época de la reproductibilidad técnica desligó el arte de su fundamento cultual: y el halo de su autonomía se extinguió para siempre". (W.B.)

Vale que no es lo mismo una obra pictórica que una máquina, que ya nace con vocación de reproducirse; pero, no me negarán que la idea que subyace es un poco la misma. Al producir mercancias a porrillo, en cadena (por así decir), se desvanece el aura de lo único (la mercancía ya nace, por definición, sin áura), pero no elimina, sin embargo, el deseo de la pieza única... que sigue funcionando como acicate (e inversión). Y aquí estamos sumergidos en la fabricación de porquerías con el fin de producir la pieza única para el consumidor único. Pero esa pieza única pronto estará al alcance de los muchos (?) y la producción se seguirá desplazando... ¿Hasta que todos tengamos un Jaguar y se persiga algo más distinguido y singular? ¡Bobadas! El progreso se ha acabado. El progreso no es más que una acumulación de ruinas. ¿Es Vd. De los que creen que pasito a pasito...etc...etc? ¿Sí? ¡Pues es Vd. un imbécil! ¿Es Vd. de los que piensan que la salvación está en la producción cada vez más intensa o, si es Vd. algo más flemático, que la solución está en la sostenibilidad? ¿Sí? ¡Pues es Vd. un ingenuo?

Las "florecillas" aplastadas por la marcha de la historia.

En el área de Blanes paro para tomar mi tentenpié matutino. Oigan...¡a reventar! ¿Les ha dado a todos por acudir a la llamada de Walter Benjamin? Me pego a la cola y como una mercancia que pasa por la cadena de montaje, me voy acercando al encargado de la máquina de café. De camino cojo un croissant, agarro una cuchrilla, aferro unas servilletas, pesco un azucarillo... Pago y, ya saben Vds., se detiene el tiempo, y el espacio se encoje: no sabes hacia dónde dirigirte. Miras, buscas... dos pasos a la derecha, dos a la izquierda, vas de frente, te vuelves y finalmente, apoyado en un mueble donde exponen juguetes infantiles, te zampas el croissant y te enjuagas el cielo, el único, del paladar con el café. Lo suyo es limpiarlo con una copita de aguardiente, pero se han puesto en un plan...

"Dondequiera que se les permita, se colocan en fila y avanzan a paso de marcha al encuentro del fuego de artillería y del encarecimiento de las mercancías. Ninguno ve más allá de la espalda del que le precede, y cada cual se enorgullece de ser, de ese modo, uno ejemplo para el que le sigue. Esto lo descubrieron los hombres hace siglos en los campos de batalla; pero el desfile de la miseria, el hacer cola, lo han inventado las mujeres" (W.B.)

Desde mañana mismo tendré más respeto por las colas del Condis.

Aquí dentro no se puede fumar y fuera creo que sí (¡de momento!). Me lio un cigarrillo a costa de una caja entera de cerillas (pues yo soy de los que siguen usando cerillas). La tramontana 6 beauford, o sea fresquito, como dicen los meteorólogos. El bueno (y breve) de Urbano VII amenazó con la excomunión a "todo aquel que tomase tabaco a las puertas o en el interior de las iglesias, ya sea masticado, fumado en pipa o aspirado en polvo por la nariz". Y estábamos en el siglo XVI. Y digo yo que, puesto que estos centros se han convertido en las catedrales de nuestro tiempo, no tardará mucho en que la prohibición de fumar se haga extensiva a sus alrededores. Y después a los edificios de vecinos, y después a las playas, y después a los bosques, y después a los polos (norte y sur)... cada día será más difícil morir de muerte natural. ¿No lo creen así ? ¡Pues son Vds....!



Las viñas de Banyuls están en todo su decadente esplendor, a la espera del expolio, o, ya, extenuadas. Bancales contenidos por antiquísimos muretes de piedra, caminos de cabras (que son transitados por humanos). Abajo el mar flamígero, encrespado por la tramontana, ya en 7 Beauford. Es difícil esquivar la idea de un alegre clasicismo mediterráneo frente al brumoso norte. Es difícil eludir la comparación entre el aceite de oliva y las grasas vegetales, entre el vino y la cerveza, entre la ensalada de tomate y cebolla y el chucrut...entre Carmen y Parsifal...

Llego a Port-Bou sobre las doce y media. El cementerio marino me observa; parece que me ruega que ni me acerque... que ya es suficiente. Así que tomo asiento a una mesa del España y pido un vermut de la región. La terraza del España y la del Rick (¡¡) están a petar, que se dice. La mayor parte inclinados sobre la wikipedia o poniendo a punto los aparatos electrónicos. Todos poniendo sus sombreros a buen recaudo. El cementerio se prepara para lo que será una violación en toda regla. Llega el camarero con el pedido al que ha añadido, por su cuenta, unas olivas rellenas.

-- Buen hombre, podría traerme un sifón... ¡para estar a la altura tecnológica de mis vecinos!

-- La técnica nos sepulta, querido cliente. Profetizo que si el derribo de la burguesía por parte del proletariado “no se cumple antes de un momento casi calculable de la evolución técnica y científica (indicado por la inflación y la guerra química), todo se habrá perdido. Es preciso cortar la mecha antes de que la chispa alcance la dinamita”. ¿No le hace a "paloseco"?

Aquí en Port-Bou cuando menos te lo esperas surge la "iluminación". Es, sobretodo, en el ramo de la hostelería donde la pasión por Benjamín hace furor.

-- Todo sea por cortocircuitar el "progreso técnico". Por cierto, estimado camarero ¿cuál es su nombre?... por si tengo que recurrir nuevamente a sus servicios.

-- Para mi desgracia mi padre me puso Arístides.

-- "¡El mejor y más honorable hombre de Atenas!". Su padre tuvo un gusto excelente. No se queje.




-- Pero es que mi padre no pensaba en el "Justo", sino en Maillol. Y a mí no me gustan sus mujeres, ni su acomodaticia actitud.--se sienta y mientras se explica, limpia maquinalmente la mesa-- Verá Vd. A mí las mujeres de Maillol me parecen ideas (pesadas). No tienen cuerpo, sino masa. Y de espíritu, mejor no hablar. Prefiero mil veces las mujeres de Modigliani...y si me apura, las de De Kooning. Las de Maillol son cántaros, recipientes, madres en plena época de fertilidad: máquinas eficientes.

-- Veo que tiene el tema trabajado. Yo no tengo la cosa clara. En realidad pensaba pasarme por el museo Maillol- Fundación Dina Vierny.

-- Pues desista. Cierran los domingos, los lunes y los días feriados.

-- Un problema menos.

-- Pero es que ¡oiga!, ¿qué necesidad tenía el abuelo de ir a París (¡en plena ocupación alemana!) a la exposición de Breker y, además, fotografiarse entre las estatuas, como ya había hecho el sagaz y halitósico Cocteau?

-- Ese es un detallito que desconocía. Aquí en Catalunya se le tiene por ideal estético de la "Ranaixença": aquella oleada de "seny", mediterraneidad, orden (y coqueteo con el fascismo).

-- Y se olvidan estas cosillas. Mire Vd., querido cliente, la caracterización que de la época hace Serra i Hunter: La guerra del 14 representó "la desintegración de la cultura espiritual, que es por esencia totalidad y harmonía"...¡Y lo dijo en 1934! xD. ¡En plena época parda!



Precisamente aquel año, Benjamín malvivía en París con la ayuda de los Adorno y de propinillas que le venían de alguna esporádica publicación. ¡¡Se estropeó la harmonía!! ¡Vaya diagnóstico, Hunter! Estrellas amarillas señalaban a las futuras victimas y tú echando de menos la harmonía.
Había pensado ir a comer al restaurante "Els passatges" y conocer, de paso, al listo que había elegido el nombre. Decido seguir en la terraza del España y así se lo comunico a Arístides. Para variar, le pido un plato de caracolillos de mar y una botella de blanco de la tierra... Es que los caracoles, de tierra o de mar, encierran espiralmente el profundo sabor de la tierra, o del mar.

Maillol se retiró a esta hermosura de tierra en septiembre del 39, recién empezada la segunda matanza. Empieza "Harmonía", plasmación de la poesía encerrada en el pensamiento de Serra, que quedará inconclusa. Benjamín nunca acabaría sus "Tesis sobre Filosofía de la Historia". Ahora, algunos de mis lectores me exigiría que dejara inconclusa la botella de blanco. Pues, no, no la voy a dejar. Es más:

-- ¡Aristides! ¡Tráigamne Vd. otra botellita!

Después siguen los carajillos y la ronda de aguardientes. Añado unas copitas de vino dulce de Banyuls. Los caracolillos flotarán en un mar alcohólico.

-- Estimado cliente, eche el freno. Frene la locomotora.. Sea benjaminiano, por una vez.

-- Arístides, Arístides...

-- Quizás las cosas se presentan de manera distinta a como afirmó Marx. Puede ser que las revoluciones no sean las locomotoras de la historia. Pueden que sean el acto por el cual la humanidad que viaja en tren aplica los frenos de emergencia.

Este Arístides me apabulla y la imagen empleada me produce un vuelco en el estómago. Imagino las maletas despeñándose sobre mi cabeza. Así que, Arístides, ¿la revolución es un corte.... no se trata de Soviet + Electrificación? ¿Ya no se trata de producir y producir en un tiempo y espacio infinitos? O sea que este vino que bebo encierra los esfuerzos y esperanzas de los muertos. Aquellos cortadores que he visto en las colinas de Banyuls estaban sembrando futuro y su trabajo no puede esfumarse. Cada botella de vino es una lámpara de Aladino (valga el rodolí). N'est ce pas?

-- Así es, querido cliente. Nada se pierde por completo. Hemos de hacer ramilletes con las "florecillas pisadas" de la historia.

2.
Hermana muerte ¿me permites? Y en cuanto percibió el más leve movimiento de párpados se tragó, con la cortesía que le era propia, una dosis de morfina capaz de matar a un caballo. La muerte estaba a punto de actuar de oficio, no en vano el corazón de Benjamin ya había fallado en la subida y el tifus estaba anidando en su estómago. Sobre su tumba provisional alguien colocó unas "florecillas" pisadas que había ido recolectando en las grietas de las ruinas de la historia.

El 26 de septiembre del año 1940, justo cuando Aristides Maillol se levantaba para proseguir en su inacabada "Harmonía", el grupito se puso en marcha. Amanecía en Banyuls. Maillol vería a lo lejos el grupo que confundiría con cerdos salvajes. Benjamin esperaba en un claro del monte, pues no se había atrevido a regresar tras el primer reconocimiento.
Cegada la "ruta del cementerio", siguieron la más oriental y escarpada "de Líster", precisamente la misma que, aún no hacía dos años, había sido transitada por mi padre en retirada desde el Ebro. El grupito se convirtió en grupo y así, bajo un injusto sol de justicia, continuaron hasta la frontera española. De camino, Benjamin tuvo un amago de angina, un principio de insolación y unos deseos, incontrolados, tchaikovskianos, por así decir, de beber de un charco de agua putrefacta. Cuando llegaron a la garita, Benjamín ya era un muerto viviente. Allí le dieron la puntilla.

-- Eeeeeeee! ¿Ande van Vds.?-- Así de contundente se expresó la Guardia Civil de fronteras cuando se presentó el grupo de descarriados.

-- Pues, verá. Vamos en tránsito hacia Portugal. Aquí están nuestros visados firmados por el consulado español de Marsella.

-- Como es natural les faltará alguna póliza y tal. Revisen sus papeles...

El grupo, diligente, se aprestó a una última revisión y viendo que todo estaba en regla volvieron a mostrarlos.

-- Pero, señores, aquí falta el permiso de salida de territorio francés.

-- Eso no era necesario.

-- Pues desde hoy, sí. Y, además, los apártidas , o como se diga, se quedarán a parte y ya se verá.

Benjamín, descompuesto por el exceso de sol y por los retortijones, recordó las semanas plácidas en Lourdes y su confianza en el milagro. Werfel sacó de allí, y de la omnipresente Alma, inspiración para "La Canción de Bernardette". Por mucho que se insistió y a pesar de la botellita de agua bendita, los guardias se mostraron inflexibles. ¡Pa'trás! ¡A Francia! Por un momento creyeron que se trataba de eau-de-vie, pero que cuando comprobaron que, en efecto, era agua, por muy bendita que fuera, se les cegó el sentido de la compasión. Alguien intercedió y se les permitió hacer noche en Port-Bou. Pusieron guardias a la entrada-salida del hotel Francia, decididos a expulsarlos a las diez de la mañana del día 27, o, si querían, a trasladarlos al campo de Figueras y puestos a disposición (es de suponer) de la Gestapo. Benjamin no pudo aguantar los apremios: "En una situación sin salida, no tengo otra elección que terminar. En un pequeño pueblo en los Pirineos donde nadie me conoce mi vida va a acabarse". 




El médico de la localidad certificó su muerte natural y aventuró la hora del deceso: las diez de la noche del 26. Grete Freund, miembro del grupo, la sitúa a las doce de la noche. Y yo, aventuro que su corazón se paró cuando se agotó el primer segundo del día 27 de septiembre del año 1940. Un mes después del asesinato de Trotky. ¡Y no digo más!
Con los 70 $ (no hizo falta vender "El Àngel") que llevaba en el bolsillo se pagó al médico y al enterrador. De la cartera negra y del manuscrito nadie supo nada. Enterrado, provisionalmente, Benjamín, el resto del grupo consiguió pasar a España y llegar a Lisboa.

Todo está escrito: Lisa Fittko, Stodolsky, Grete Freund, Henny Gurland, Horkheimer, Arend, Ingrid Scheurmann... y las indagaciones que el "Sr. García", agente judicial del juzgado de instrucción de Figueras, hizo a instancias del editor de "El libro de los Pasajes".


3
-- ¡Arístides!

-- No grite que estoy aquí, a su vera.

-- Permítame que improvise yo, a mi vez.

-- ¡Sea!

-- ¡Tiene Vd. algo de ángel!

-- En sentido etimológico, sin duda. Soy un emisario, un intermediario...

-- En un sentido teológico, ontológico, diría. Usté., querido camarero, en su perfección, constituye una "especie" en sí misma, agota un "universal". Además, y concluyo, cuando, ataviado a la usanza de su oficio, vuelen los manteles y las servilletas impulsados por el viento del norte y vuelva el rostro, parecerá el "Ángel de la Historia" aterrado ante los resultados del progeso.

-- ¡Eso es muy bonito!




Atardece y estoy como una cuba. Arístides se ha sentado en una silla al final de la terraza y, ahora, parece el ángel de Durero. Me marcho.


4.
Recuerden Vds. cuando, bajo la azafranada luz del otoño, estén zampándose unas anchoas en una terracita de Banyuls y pimplándose una botellita de vino del 2007, que por aquí se desangraba Europa; que estas "fauvistas" colinas han sido recorridas por los perdedores de todas las guerras. Cuando alcen la vista para contemplar ocres nunca vistos, añadan el ocre ferruginoso de la sangre reseca y no dejen de pimplar por esta sugerencia.



Breton, por los mismos días se trasladaba a Marsella buscando la salida americana. Y Kafka, años antes , tal día como hoy, ponía punto final a El Fogonero (primer capítulo de su inacabada "América") y su premonitoria y fantasmal visión de América. 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 26 de septiembre. “El Maestro del Juicio Final”. Música. “Abbey Road”.


“Sé muy bien la fecha en que el doctor Gorsky vino a recogerme a casa para que fuéramos a tocar algo de música en la villa de los Bishoff: era el 26 de septiembre de 1909, un domingo. Todavía recuerdo, como si tuviera ante mis ojos, los detalles y acontecimientos de aquel día (…) Así pues, aquel trágico espectro solamente duró del 26 al 30 de septiembre”.



El doctor tocaba el cello, el barón von Yocsch el violín y Dina, la encantadora esposa del anfitrión, el piano. La velada empieza con dos sonatas para violín y piano de Beethoven, continua con un trío de Schubert (yo apuesto por el “Sí bemol mayor”. Tengo el 50 % de oportunidades de acertar). El plato fuerte fue el “Trio en Sí Mayor” op. 8 de Brahms. Von Yocsch no le quitaba ojo a la pianista, lo que hacía que cometiera ligeros, pero inusuales, errores de matiz. Compuesto por el autor a la tierna edad de 21 años fue corregido 30 años después, inoculándole un toque de amargura del que estaba exento. Oigan vds. el “Adaggio (ma non troppo)”, justo el momento en que interrumpieron la velada. 

Mientras lo escuchan yo repongo fuerzas, o me las menguo…¡con tanto carajillo!

El Maestro del Juicio Final” es una combinación de novela gótica, policíaca y “El Nombre de la Rosa”…algo huele a “Golem”. Musil le atribuye la creación de un género que llama: “Ficción periodística”. Otro habla de una “unión ilícita entre Kafka y Agata Christie”.

Esta mañana no estoy para muchos trotes, pero Vds., si quieren, pueden hacer un estupendo recorrido por las viejas calles de Viena…basta con que lean el libro.

Perutz tuvo que exilarse, primero en Italia y después en Palestina. No le convenció el patriotismo reinante y le llenó de inquietud por la repentina “desaparición” de todo lo árabe, así que en cuando pudo volvió a Austria para morir de un edema pulmonar y un poco, también, de asco.

Ya puestos y dado que el día está un poco inseguro les propongo una jornada musical, que, por cierto, ya hemos dado por comenzada. No se preocupen por la comida. Bastará con una fuente de uvas, unas rodajas de melón, unos caquis… ¡otoño! No olviden, sin embargo agenciarse una botellita de Korn.



Bartok también había tenido que exilarse. Cuando la liberación de Hungría se le nombró ministro o algo parecido. Aceptó, aunque sabía que no podría tomar posesión del cargo.
Que suene a continuación el “Concierto para Viola” de Béla Bartok. La viola siempre ha sido la sirvienta del violín. Este concierto, encargo de Primrose, quiere hacer justicia. Lástima que, como siempre, la justicia sea lenta. Murió antes de acabarlo. La versión que se escucha actualmente fue concluida por su aventajado alumno Tibor Serly.

Mis conocimientos musicales son insuficientes para comentarios técnicos. Quede constancia, sin embargo, de mi afición y de mi voluntad.

Escuchen atentamente y díganme si son capaces de distinguir el efecto resultante de lo que él llamaba “sistema axial”, o de la aplicación al pentagrama de la “proporción áurea”. Definitivamente la cosa es muy difícil. Quédense, como yo, en la irisada superficie y que la música les sea leve…

Una tarde de comienzos de otoño quedó con el comitente con el fin de comentar algunas cosillas sobre la obra. Esa tarde cayó una tormenta y la reunión no tuvo lugar. Acordaron otro encuentro, pero no contaron con que la muerte es imprevisible. Bartok murió tal día como hoy, del año 1945, sin poder acabar el concierto. Fue inhumado provisionalmente en el cementerio de West Side, Nueva York. Desde junio del 88 reposa en el cementerio de Frakasrét de Budapest al lado de su madre y de su esposa Ditta. Murió de leucemia y un poco, también, de asco.

Escuchen atentamente la premonición de la muerte próxima. Que no le engañen esos trinos del “adagio”…son los pajaritos del más allá.



¿He dicho West Side? Bueno pues acaben con lo que estaban y que suene “West Side Story” para conmemorar los 56 años de su estreno. Se estrenó en el Winter Garden de Broadway. Después pasaría a la gran pantalla y vendrían los éxitos de inmediato. Leonard Bernstein, música; Jerome Robbins (el de “el violinista en el tejado”), dirección y coreografía y con letra del popular Stephen Sondheim (el de ¡¡“Golfus de Roma”!!). Años más tarde, un tal Dan Fante llevaría de un sitio a otro al compositor en una limusina de la “Dav-Ko Limousine”. Dan había alquilado, soborno mediante, un piso estupendo en la calle 64, se había comprado dos camisas blancas inarrugables y un pantalón negro y había pasado a formar parte de la plantilla que dirigía el generoso David Kasten. Por entonces (1975), su padre, John Fante, tuvo un golpe de suerte, la Bantam Books le extendió un cheque por “La hermandad de la uva”; Robert Towne, oscarizado por el guión de “Chinatow”, le compró temporalmente los derechos de la novela y se la ofreció a Coppola. Coppola decidió publicarla por entregas (en tapa dura aparecería en el 77), pero como estaba metido de lleno en “Apocalipsis Now”, no cumplió el deseo compartido. Al poco le cortaron la pierna a Fante padre. No, no tuvo nada que ver el cineasta…fue la diabetes. En la familia Fante se bebía de todo menos Fanta de naranja.

Yo he de decir que “West Side Story” y “El Doctor Zhivago” marcaron mi entrada en la primera juventud, ahora llamada segunda infancia. Así fueron las cosas y así se las cuento. No tengo nada de qué avergonzarme. En ambas entrabas al cine y te estabas media hora medio a oscuras oyendo la música introductoria. Cuando esperabas el fin, empezaba la película.

Hay más. Sigan con las uvas y con el melón.




CYRANO.
¡Sí!... Mi vida no fue más que un servir de apuntador a los demás y luego ser olvidado. (A Rosana.) ¿Os acordáis de la noche en que Cristián os habló bajo vuestro balcón? Pues bien: toda mi vida puede resumirse en eso: Mientras que yo permanecía abajo, en la sombra, otro subía a recoger el beso de la gloria. ¡Es justo y lo apruebo ahora, a un paso de la tumba! (…)

CYRANO.
¡Me parece que está mirando... que ha osado mirar mi nariz!... (Levanta la espada.) ¿Qué decís?... ¿Que es inútil? ... ¡Ya sé que en este combate no debo esperar el triunfo! ¡No!... ¿Para qué?... ¡Es más bello cuando se lucha inútilmente! ¿Cuántos sois?... ¿Mil?... ¡Os reconozco, mis viejos enemigos!... ¡La Mentira!... (Golpeando con su espada en el vacío.) ¡Toma! ¡Toma!...¡Ah, los Compromisos... los Prejuicios... las Cobardías!... (Sigue golpeando.) ¿Que pacte?... ¡Eso nunca!... ¿me oís bien? ¡Nunca! ¡Ah, por fin te veo, Estupidez!... De sobra sé que al final me tumbaréis, mas no me importa: ¡lucho, lucho, lucho! (Hace molinetes inmensos y se detiene jadeando.) ¡Sí, vosotros me arrancáis todo, el laurel y la rosa¡ ¡Arrancadlos! ¡Hay una cosa que no me quitaréis!... ¡Esta noche, cuando entre en el cielo, mi saludo barrerá el suelo azul, y, mal que os pese, conmigo irá una cosa sin manchas ni arrugas... (Arroja la espada a lo alto.) y esa cosa es... (La espada escapa de sus manos; vacila y cae en brazos de Le Bret y Ragueneau. )
ROSANA. (Inclinándose sobre él y besándole en la frente.) ¿Y es...?

CYRANO. (Vuelve a abrir los ojos, la reconoce y añade sonriendo:)
¡Mi penacho!”…………………….FIN

Cyrano acaba de morir de una herida en la cabeza y un poco también, de asco. Era el 26 de septiembre del año 1655. Hay alguna ópera construida sobre la idea de Rostand. Yo prefiero la estupenda película (1950) en la que José Ferrer hace de Cyrano. De la obra original ya he dicho algo en alguna propuesta anterior. Léanla. Su melancólica-alegre belleza les acompañará durante días.

Y ahora una pausa para la publicidad e ir al váter. Cambiamos de registro.



Tras el malogrado “Let it be”, último que oímos de los Beatles, estuvo claro que la cosa no podía cerrarse así de esa manera tan indolente y también que la cosa no podía seguir. Así que decidieron poner un broche de oro a su carrera (como se dice). Todos dieron lo mejor de sí mismos. Echaron el resto, que se dice. ¡Hasta Ringo! Los abogados ya estaban liquidando la empresa. ¿He dicho decidieron? En realidad fue un presentimiento compartido, todos sabían que era la última vez y que no habría ocasión de rectificar. Pasaron horas y horas en la EMI (después Abbey Road) para fabricar un conjunto excepcional de canciones, quizás el mejor disco del grupo. Es irónico que el disco empiece por “Come together”…ahora que la separación era inminente.




Ya conocen Vds. de sobra el disco. Óiganlo de nuevo (no está en el esputofaif) y recréense en el “Oh, Darling!” de Paul, diviértanse con a inversión beethoveniana que realiza Lennon en “Because” o con las dos hermosas canciones de Harrison. De “Something” dijo Sinatra (¿) que era la mejor canción de amor que había oído. Y ¿qué decir de “Octopus’s Garden” que Ringo compuso en Córcega? ¡si hasta dejó huella en la Disney! La cara A responde al juicio de Peter Handke, despertaba “escalofríos de gozo, calor y sentimiento de comunidad” que calificaba ineludiblemente de “maravillosos”.

Las canciones de los Beatles “muestran” lo que no puede ser dicho. Como el sentido del mundo en Wittgenstein.

La cara B es un precipitarse  en el pasado y, desde él, lanzarse de nuevo al futuro. Un futuro-presente que marcha en desbandada: ¡¡1969!! Un conjunto de canciones grabadas de un tirón y sin solución de continuidad. Al final, tal como ocurría en el “Sargent…” ¡¡sorpresa!!

El disco iba a titularse: “Everest”, la marca de cigarrillos que fumaba el ingeniero de sonido que, por cierto, tenía planeado un viaje al Himalaya. Finalmente se llamó como se llamó por el nombre de la calle en donde estaba la EMI. La foto de portada, como saben Vds. recoge el cruce con Grove End Road. Fíjense en ella: tuvieron que cortar la calle unos minutos para que no hubiera tráfico (obsérvese el furgón policial aparcado a la derecha). Los cuatro salieron del estudio de Abbey Road a las 10:00 am en punto, el viernes 8 de agosto de 1969.

 Sacaron sólo seis fotografías (en diez minutos no hubo tiempo para más) y tuvieron que escoger. Escogieron la quinta toma. El escarabajo (“beatle”) que está aparcado era un asiduo y su propietario, un vecino de la calle. La matrícula del coche LMW 281F se la rifaban. El dueño no ganaba para reponerla. Al final se decidió a subastarlo y sacó 2530 libras del 1986. El señor que está parado en la acera mirando hacia el grupo, era un turista americano y digo era porque murió hace 7 años, a los 97 años. Su mujer había preferido visitar museos. El 9 de agosto volvieron a USA y al año siguiente cuando adquirieron el disco, su mujer que era aficionada al piano y estaba en ese preciso instante destrozando una canción de George, vio con sorpresa a su marido que, como pasmarote, miraba el deambular de un grupo de jovencitos. Por suerte para la salud del matrimonio el marido había dicho que, en efecto, iba a “flanear”.


 No quieran saber Vds. las tonterías que se han publicado sobre los significados ocultos de ciertos detalles que aparecen en la foto.

En 1993, el mismo Paul ironizó sobre estas tonterías en “Paul is live””. En la portada del mismo aparecía Paul cruzando la misma calle y paseando a su pastor inglés, y el escarabajo blanco, estacionado en el mismo lugar, tenía por matrícula LMW 511F -su edad en ese año 93. 

Cruzaron la calle y se fueron a tomar una copa a la casa de Paul que vivía en Cavendish Avenue nº7, a un tiro de piedra del paso de cebra.
Hagan Vds. lo mismo. Acaben de una vez con la botella de aguardiente de trigo y apaguen el aparato de música.







RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...