“Así nos encontrábamos el veintidós
de septiembre de mil novecientos treinta y siete, un par de días previos a mi
partida, ante el friso del altar traído del monte de Pérgamo y nuevamente
reconstruido, aquél que antaño, cubierto de vivos colores y revestido de
metales labrados, había reflejado la luz del cielo egeo.”
Heilmann,
Coppi y el “alter ego” de Peter
Weiss, ante el altar de Pérgamo, nos dan una lección inolvidable sobre la
interpretación materialista del arte. En los frisos del altar se leen las luchas
y esperanzas de los trabajadores, revestidas de ideales patricios. Se filtra el
anhelo de los artesanos que no puede ser totalmente ocultado por las
rivalidades supraterrenas. Toda una
labor de desmonte para dejar al descubierto lo que las “ideologías regias” pretenden ocultar. Una especie de psicoanálisis
destinado a sacar a la luz el contenido latente que, constreñido por escenas
mitológicas, pugna por salir a flote. Y en general, orientaciones para utilizar
en nuestro provecho las grandes obras artísticas del pasado: por lo que
pretenden ocultar. La mano de los trabajadores traiciona, a veces, las
intenciones del comitente.
A
los dos días, “P. Weiss” se dirigirá
a España como brigadista.
Hoy
es un día memorable, no sólo, naturalmente, por la lección de arte que nos da
P. Weiss, sino porque HOY es el día de la UVA…por si no lo saben: esos granitos
dorados o granates que una vez estrujados dan lo mejor de sí mismos. Fruto que
nos vivifica, sin importarle su propia destrucción. No sabemos el día en que
Noé, tatataranieto de Adán y Eva,
cogió la primera cogorza. Sí sabemos, sin embargo, que le tomó gusto a la cosa
y que cada vez que lo cataba se desnudaba y se lanzada enloquecido a
profetizar. En su favor decir que tenía más de seiscientos años cuando hizo el
descubrimiento por el que pasaría a la historia (con el permiso de los persas)…y
llevaba sobre sus espaldas un Diluvio Universal… ¡y aún vivió trescientos más! El
secreto estaba en los sulfitos.
Y
dijo Dios:
“(…) y es dura,
es dura,
es dura, es muy
dura,
es muy dura la
lluvia que va a caer.
¿Y ahora qué
harás,
mi hijo
preferido?
(…)
Voy a regresar
afuera
antes que la
lluvia comience a caer (…)
Salió afuera, construyó una barca y
capeó el temporal.
“El vino es lo que más ha civilizado al mundo”,
decía Rabelais. Dado el nivel de deshumanización actual… ¡imaginen Vds. un
mundo sin vino!
Para
profetas (menor, bien es cierto)
Amos, pastor y pinchador de higos. He
aquí la lectura correspondiente al día de hoy: “Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables,
diciendo: ¿Cuándo pasará la luna nueva,
para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano? Disminuís la medida,
aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre,
al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. Jura
el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones”.
En
fin, para festejar tan magno día, acompañaré mi acostumbrado tentempié matutino
con media botellita de Syrah (y así
doy a los persas lo que es de los persas y a Noé lo que es de Noé). Finiquito
con un carajillo, descendiente por línea directa del néctar divino.
Como
hace días que no visito el huerto, cojo las herramientas y… ¡hala! ¡a trabajar!
Quitar malas hierbas, recoger tomates, algún calabacín despistado, algunas
hojas de acelga, algún pimiento. La verdad es que la ilusión por el cultivo de
la tierra va decayendo: las judías no han salido, las berenjenas han
salido…pero duras como piedras…En una esquina ha brotado una maraña de lo que
llamamos escaramujo. También conocido como Rosa Mosqueta, Rosa Rubiginosa,
Zarza escarabujera, Eglantina rosa… que suena como una letanía… ¡Ora pro nobis,
rosita silvestre!
Sí,
es la flor del escaramujo, de cinco frágiles pétalos y sutil perfume almizcleño. Cuando muere deja un fruto
rojo, una baya de un cierto valor medicinal, cosmético y culinario. Bueno, otro
motivo para perseverar.
Tal
día como del año 1792 (en realidad aquí hay un desfase…Infórmense Vds…) empezó
a medirse el tiempo de forma revolucionaria. Desaparecieron los patricios,
divinos y ordinales nombres de los meses y de los días, así como sus
advocaciones, para tomar prestados
nombres relacionados con la tierra, su cultivo, sus frutos y los animales que
la pueblan. Empezó, como no podía ser menos, con el día de la UVA.
Fabre
d’Eglantine, había sustituido (en su interior) el “Lis de plata” que le correspondió en los juegos florales de
Toulouse (1772) por la “Eglandina de
Oro”. Abandonó como las serpientes su antiguo “Philippe-François-Nazaire Fabre” y adoptó el resplandeciente “Fabre d’Eglantine” y con ese tintineante
nombre pasó a la historia de la poesía y la facundia universales. Con ese
distinguido nombre buscó el éxito en la escena y se internó en la Revolución.
Presidió el club de los Cordeliers; fue miembro de la Convención, amigo de
Danton y de Desmoulins. Hizo llorar a medio París con su elegía a Marat y votó
la muerte del rey…Pero tropezó con Robespièrre que no tuvo compasión de los “indulgentes”. Fue guillotinado “el día de la lechuga”, dos días antes
del “día de la cicuta”, que hubiera dado lustre a su ocaso. No se olvidó de
dedicar el 7 de septiembre a la “flor del
escaramujo”, flor de su nombre.
Cuando
su cabeza cayó en el saco color uva tinta, de su boca seguían brotando nombres
de flores olvidadas, hierbas medicinales, animales y herramientas. Lo último
que pudo entenderse, después de nombrar quimeras, fue: “il pleut, il pleut, bergère”. La multitud rio la gracia,
acordándose de “Madame Deficit” y
continuó la profética y graciosa canción: “Voici,
voici l’orage, voilà l’éclaire qui luit” (fíjense en la “asociación” interna: éclaire / luit… Eglantine /Luis)… En efecto llegó la tormenta y le segó la cabeza.
Todas
las plantas del huerto tienen su día en el calendario de Eglantine. Y la azada
que con tanta desidia arrastro… y el rastrillo que no quiero ni ver… ¡Gloria al
poeta universal, al Hesíodo de la revolución! Otros hicieron los cálculos, pero
él los cubrió con un manto de ternura y de amor a la tierra…No como Dios que, a
la primera se desdijo de la Creación y la ahogó con una “hard rain” que duró 40 días con sus noches.
Pues,
nada ¡otra vez salmorejo! Y vino “a dojo”.
¿Sabían
Vds. que tal día como hoy se interpretó por primera vez (en público): “A Hard Rain’s A Gonna Fall”, la canción-poema-profecía que Bob Dylan
escribió, con una Wavy Gravy, en los altillos del Gaslight Folk Café de la
calle Macdougal, en el Village de Nueva York?... ¡Pues ya lo saben! Fue en el
Carnegie Hall, como parte de un party
que Pete Seeger organizó.
(…) y es dura,
es dura,
es dura, es muy
dura,
es muy dura la
lluvia que va a caer.
“(…) ¿Y ahora
qué harás,
mi hijo
preferido?
¿Y ahora qué
harás,
mi joven
querido?.
Voy a regresar
afuera
antes que la
lluvia comience a caer (…)”
El Gaslight ha desaparecido. En su lugar
un local de “Tatoos”. Enfrente una
especie de self service donde te
puedes surtir de pizzas y cerveza: “La
alcachofa”. El bueno d’Englantine no se olvidó de esta discutida joya: 12
de Messidor (30 de junio). Aunque, creo, a estos les importa un rábano (19 de
Germinal, 8 de abril) el siglo XVIII francés.
Se me ocurre pasar por el condis y
cambiar los nombres de los desechos por sus respectivas fechas.
300.000 $