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martes, 17 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 17 de septiembre. Cioran. Batalla de Karánsebes. Hildegard. Macrina.



Las fuerzas armadas… ¡¿qué les voy a decir?!...han sido desde siempre refugio de gente desalmada y como tal, privada de aquellas “facultades” que asociamos a tal entelequia, entre ellas la inteligencia, la compasión…Por esa misma privación de la capacidad de raciocinio, han sido sujeto (y objeto) de situaciones que, de no ser por lo que es, podrían ser calificadas, simplemente de cómicas o tragicómicas (por más exactitud).

Ninguna situación a la altura de la famosa “batalla de Karánsebes” (actual Rumanía)…digna de Gila.

Si tuviéramos, además de la pura curiosidad, la valentía de rememorar el “vodevil  in situ”…no tendríamos  más que ir a la Estació del Nord, sacar un billete en autocares Sanz o en Atlassib Spania s.l. y embarcarnos para un viaje inacabable, a través de Europa, que nos depositaría en otro espacio y en otro tiempo. O bien, puesto que en Caransebes hay aeropuerto, agenciarse un billete desde Barcelona, Madrid, Valladolid…o desde donde fuera y plantarse en ese “histórico” lugar en unas cuantas horas. La vuelta la dejaríamos en manos del altísimo o de nuestros ángeles Custodios.
Sólo les daría un consejo: carguen con todo el aguardiente que puedan y pimplen en compañía. El viaje adquirirá alturas metafísicas.
















Llegados a nuestro destino, lo primero, y antes de romper la rutina del viaje…seguir hasta Sibiu y de Sibiu a Rasinari (total unos 200 kilómetros…¡nada! (teniendo en cuenta los que llevaremos hechos)).

Allí, puesto que nuestro aguardiente ya haría horas que se habría terminado, entraríamos, tras franquear dos escalones,  al único bar de la calle Nicolae Balcescu y allí nos tomaríamos una cerveza Ursus acompañada de aguardiente de ciruela y observados por miríadas de moscas. Para asentar el estómago acompañaríamos la bebida con unas tapas: tocino ahumado, queso de cabra y pimientos. Acabaríamos con unos cigarrillos Carpati, que nos habríamos agenciado en la terminal…¡Gracias Stasiuk!

Ese lote nos hubiera sido servido tras una demostración de nuestro don de lenguas:

--O bere, vă rog!
--Ai ceva de mâncare?

que hubiera dejado estupefactos y divertidos a los dos descarriados que, poco a poco, se transmutan en espíritu de tanto trasegar “Espirituoso Santo” de ciruela. Acabarán convertidos en sombras, y se evaporarán. Así desaparece la gente de por allá: se evaporan y vuelven a aparecer en la época de las lluvias…como si tal cosa.





“Cuando la atención (…) le abandona, cede a las tentaciones de las que ha querido huir, o se hace presa de misterios impuros… ¿Quién no conoce esos miedos, esos estremecimientos, esos vértigos que nos aproximan a la bestia y a los problemas postreros? Nuestras rodillas tiemblan sin doblarse; nuestras manos se buscan sin juntarse; nuestros ojos se elevan y no divisan nada…Conservamos este orgullo vertical que reafirma nuestro valor (…) Nuestro desliz está próximo, pero no es inevitable…”

Cioran (natural de Rasinari) se refería a otra cosa…pero es exactamente lo que sentiremos tras engullir media botella de aguardiente y unas cuantas cervezas.

No sabremos ni la hora ni el día. Sólo que se nos va la cabeza en las estribaciones de los Cárpatos.

--Buen hombre…¿podría indicarnos el autobús para Sibiu?

El buen hombre, más tajao que nosotros, elevará un brazo, como Trajano dirigiendo sus tropas,  y, a la buena de dios, dira:

--¡Por allí!




El “don de lenguas” es un don que el “Espirituoso santo” otorga graciosamente a sus devotos.

Llegaremos a  Sibiu y de Sibiu a nuestro destino inicial (confluencia de los ríos Sibi y Timis): caeremos de golpe en el tiempo. Y los minutos volverán a ser intervalos temporales y no espacios informes capaces de albergar siete vidas y cl. y cl. de alcohol puro.

Al final de la peatonal calle Episcopiei, antes del arco, hay un Carrefour. Cargaremos. Y, como vagabundos de la Osa mayor, iremos en busca del “escenario de la batalla”…Nunca mejor dicho: escenario de la comedia más divertida de todas las representadas por el estamento militar. Los “actores de la guerra”, dirigidos por la “Inteligencia militar”, pondrán en escena un guión digno de los hermanos Marx… Y de un público como nosotros.

No nos importará si es de día o de noche. La luz de la imaginación ilumina los “recovecos” de la historia, como las largas de un camión de transportes internacionales.

Las interminables guerras ruso-turcas dieron mucho de sí y alimentan “propuestas” pasadas. La escena que vamos a presenciar se desarrolló en la que tuvo lugar entre 1787 y 1792. Los turcos (otomanos) intentaban reconquistar las tierras cedidas a los rusos en la anterior campaña y, de paso, arrebatar a los austriacos lo que pudieran. Escogieron el peor momento: no sabían del pacto ruso-austriaco. Antes de perder, sin embargo, tuvieron la satisfacción de ver hacer el ridículo a sus enemigos seculares.

Tal día como hoy, del año 1788 (año de la última sinfonía de Mozart, la nº 41) un ejército plurilingüe, extraido de las múltiples nacionalidades del Sacro Imperio, se dirigía hacia Karánsebes, ciudad fronteriza, con el fin de conquistarla y establecer un “puente” para inmediatas incursiones.
100.000 soldados no son moco de pavo. No van todos juntos, cantando, como si fuerana comer la “mona” de Pascua. Se dividen en “divisiones” y cada “división” en grupos más pequeños y especializados. Lo esencial es la coordinación y la comunicación. En una época en la que no había radiotransmisión…todo eso se suplía a “ojo”… ¿Recuerdan vds. “La cartuja de Parma?”…¿la descripción de la decisiva batalla de Waterloo?



Primero llegaron los “húsares”, prepotentes y a la “última”: en cuanto a indumentaria y armamento…aunque siempre conservaron el sable como símbolo… (¿de qué?). Llegaron, cruzaron el río y no vieron nada raro. Sólo un campamento de gitanos moldavos  que acaban de convertir en aguardiente las ciruelas “afanadas”  por los campos de la contorná.
Los húsares se pusieron hasta el culo (¿pagaron?). Y empezaron a poner en duda su misión histórica. Después llegó la infantería, con sed de perro rabioso. Los húsares, hicieron barricadas en torno a las barricas, dispuestos a matar por el “Espirituoso”…¡y mataron!...Y murieron...¡mártires! en defensa del líquido sacramental.

Hay que hacer notar que allí no se entendía ni dios…aquello era como una “Torre de babel” construida con toneles. Los disparos desataron el pánico: “¡los turcos...los turcos!”. El grito hizo el efecto de mil bombas fétidas…todos corrieron en desbandada. Los jefes (austricos-alemanes) quisieron poner orden: “¡Halt!...¡Halt!”...y todos entendieron “¡Alá…Alá!” y la desbandada se convirtió  en alud. A los muertos por disparos se sumaron los muertos por asfixia y desconsideración.

La caballería que vio a los vistosos húsares dando vueltas enloquecidas alrededor de agitadas nubes de polvo, se lanzó al ataque, confundiendo (¿) a los húsares con súbditos del sultán.
Húsares, artillería y caballería se enzarzaron en una pelotera que corría por la llanura, como los matojos por los desiertos de Arizona.

Por si fuera poco otro cuerpo de caballería, rezagado, se lanzó, pistola en mano, abriendo fuego contra ese tumulto infernal.  Allí se disparaba a todo lo que se movía…y todo se movía a impulsos de la supervivencia. El ganado y los caballos de repuesto se lanzaron a la estampida. El sonido era como de terremoto 9 Richter.

--¡Viva Honduras!

--¡Viva Letonia!

--¡Abajo el turco!




Y para rematar (y descabellar) se recortó a lo lejos, sobre una pequeña loma, la pizpireta figura de “El Niño de la Capea” (¡61 cumplidos! *) que, muleta  y espada en mano izquierda y montera en mano derecha, bajó con dudosos contorneos y se lió a estocadas airosas, de cada una de las cuales arrancaba, al menos, una oreja a algún súbdito del emperador.  Al tal carnicero se le atribuyen 1.800 corridas (¿) oficiales…súmenle algunas más por afición…y tendremos la friolera de 4.000 reses abatidas por ese puño indómito. Sin contar las que mataría por desesperación y las que despacharía en sus noches de pesadilla (¡que sean innumerables!)… Con tres como el Niño, acaban con todas las especies del planeta en tres temporadas buenas…¡¡Dele el Dios de los toros una muerte a la altura!!

 El “ilustrado” emperador José II, acabó en una acequia, lleno de cieno hasta las cejas…¡pero no fue uno de los 10.000 muertos con los que se encontraron los turcos dos días más tarde!...
¿Han probado vds. las “orejas fritas”…¡verdaderas orejas de cerdo fritas!...Son típicas de por ahí por Nájera. No, no teman: “crema de calabacín con menta” y unos pajeles que he conseguido en la “lonja” de Montgat…a punto ha estado de que me los quitara el chino de siempre. Esta vez he sido más rápido. Verdejo. Fifit-fifti  y remolque de aguardiente de ciruela.

Para la siesta sonará en el esputifaif:
·         Las dos cantatas de Beethoven: la de José II y la Leopoldo II
·         El concierto de “La Coronación“ de Mozart.

José II, a la muerte de Gluck, había nombrado  compositor de la corte imperial” a Mozart, con un sueldo fijo, decente, pero inferior al del difunto. Mozart estaba embarcado en la composición de “Don Giovanni” y ya había estrenado  Figaro  con un éxito considerable. Su mujer estaba delicada y necesitaba “baños”. Empezaban los dos últimos, aciagos, años de su existencia. Se estrena el “Cosí fan tutti”, que pone fin a su colaboración con Da Ponte…Y el emperador está en las últimas (1790).

Mozart no es invitado a las honras fúnebres (sin embargo asiste como “espectador”). A Beethoven, sin embargo se le encarga una “Cantata Fúnebre” que no se llegará a ejecutar.
Para la coronación de Leopoldo II (hermano de María Antonieta y sucesor de José II) como rey de Bohemia, un empresario privado encargó al compositor, entonces concentrado en” La Flauta mágica”, una ópera seria que sería interpretada en los actos de la coronación. La obra, “La clemencia de Tito”, fue compuesta en tiempo record y se estrenó en efecto, el  día de la coronación, pero no dentro del marco oficial…sino “off”.

Al joven Beethoven, sin embargo, se le encargó oficialmente una cantata para la coronación… ¡aunque tampoco se interpretó!

Hildegard von Bingen (muerta tal día como hoy del año 1179) reivindicó el papel de las mujeres en el funcionamiento de la iglesia. Soy de la opinión que se inventaba las visiones y revelaciones para poder ser escuchada. En todo caso lo importante es su música, que supera en mucho al canto llano que se componía por entonces…Sus amplias tesituras, sus frases melismáticas, sus amplios e inusitados intervalos.

















Su obra principal “Ordo virtutum” es un drama musical sacro  con personajes alegóricos. El único que no puede cantar es el diablo: sólo habla…¡le está negada la música…como símbolo de su alejamiento de Dios!.

De la estirpe de Leonor de Aquitania, de Eloisa y continuadora de Hipatia y de Macrina.

Por cierto, como de san Macrino, cuya festividad celebra hoy la Santa Iglesia Católica y Apostólica, no tengo noticias…me remitiré a Macrina, cuyo “lamento (de Macrina)” se ha convertido en un lugar común: odio a la charlatanería…hablar, hablar, hablar…pretendiendo siempre que su charla  tiene algún significado. Se enfrentó a los Nacianceno y rebatió, de forma elegante, el argumento aristotélico, soporte de la virginidad de María: me explico:
Uno de los Nacianceno dogmatizaba sobre el tema ante la incredulidad del pueblo llano. Un simple se atrevió a replicar:

--¡Es imposible que ninguna criatura nazca sin el concurso de  ”varón”!

--¿Acaso los buitres hembra, tal como dice Aristóteles, no son fecundadas por el viento?

--Hum!!...¿esto…?

Argumento falaz: El viento es invisible, por lo tanto nadie sabe qué viento (ni  si es el viento) es el responsable. Por lo demás, si así fuera (cosa dudosa por la réplica anterior)…¡María no es un buitre!...¡Lo que puede ser cierto para los buitres no tiene que serlo para María, madre de Jesucristo…¡Lógica aplastante!...que no hizo en mella en los endurecidos cerebros  de aquellos fanáticos.
Lo que Macrina estaba proponiendo era una primera versión del “principio de verificabilidad” como criterio de significación de las proposiciones. Popper  (muerto tal día como hoy del año 1994) lo modificaría para salvar ciertas incongruencias y propuso la “Falsabilidad” como criterio…enredándose en nuevas incongruencias.


La música de Hildegard nos ahorrará el diacepán  nuestro de cada día.








lunes, 16 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 16 de septiembre.Piaget. San Francisco. Cendras. Hans Arp.




¡Cómo me gustaría que hoy me despertara mi perro “Gorrión” y no los pésimos presentimientos!...Me tocaría suavemente con sus manos y mientras, me miraría con aquellos sus inolvidables ojos. Pero no está y hoy huele a chamusquina.

Con prevención y recelo: pan con aceite y orégano griegos. Carajillo con doble remolque de coñá de cocina. Que arda el alma (¿).

Piaget (muerto tal día como hoy de hace 33 años), estableció que los dos procesos que caracterizan la evolución y la adaptación del psiquismo humano son la asimilación y la acomodación. Mediante la primera interiorizamos un objeto o situación a una estructura comportamental y cognitiva preestablecida. Y mediante la segunda modificamos dicha estructura para que sea posible tal interiorización. Ambos procesos se alternan dialécticamente en la constante búsqueda de equilibrio que nos permita el control del medio.
En este proceso de adaptación  y control es fundamental la manipulación objetual, y para ello es imprescindible, en su inicio, el uso de las manos. Niños con deformaciones congénitas que les incapacite para dichas manipulaciones, sufrirán irremisiblemente disfunciones en su desarrollo comportamental y cognitivo. Después establecía las fases por las que transita el desarrollo cognitivo…hasta su estado más o menos definitivo: “Epistemología genética”, “Constructivismo cognitivo”.

Ah! También realizó estudios sobre los gorriones blancos.

O sea que mi necesidad de “equilibrio” me obliga a pimplar cualquier cosa antes de afrontar los sinsabores (¿) del día. Si no tengo vodka… ¡pues me acomodo al “coñá”!...El asunto es “asimilar”.

--Kinooo…¡te estás pasando y lo lamentarás!...no está el día claro.

--De momento no parece que haya hecho nada que se salga de lo normal… ¿No puedo pimplar?

--Esa socarronería te pierde

Batir de alas…folios que vuelan…perfume angelical.


En el “proceso de hominización” tan importante (¡o más!) que el bipedismo fue la posibilidad de oponer el dedo gordo a los demás…de establecer una jerarquía (funcional) digital (valga la rima fatal). La adquisición de esa “pinza” permitió a los primeros homínidos la manipulación de los objetos y, a la postre, la fabricación de herramientas. Una especie sin esa característica no podría haber alcanzado (¡¡) lo que el género humano ha alcanzado: disparar a diestro y siniestro…pero también manejar instrumentos musicales y pasar las páginas de los libros (a mi edad chupando un poco el dedo gordo).

Y como demostración de la utilidad de la “pinza” me soplo una copa de coñá, de las de antes.

Sin esa pinza no se hubieran podido escribir los libros que nos enorgullecen (¡ni aquellos que nos llenan de oprobio!)…

Erns Jünger. A bordo, 16 de septiembre de 1965:
“En el mar Rojo. Ahora, en el viaje de vuelta, hace más calor que la ida; ya a primera hora de la mañana el termómetro señala 33º Celsius, 94º Fahrenheit.
Me he informado sobre la manera de medir la temperatura, que se anota en los letreros para los pasajeros anglosajones, y me he enterado de que Fahrenheit basó su escala termométrica en el frío de un invierno especialmente duro que hubo en Danzig. En 1709 midió el frío con alcohol etílico….”

Esta reflexión está hecha justo el día (tal como hoy) en el que moría, en 1736, G. Farenheit (¡¡).

Inevitable pensar en 451º Fahrenheit (233º Celsius), temperatura a la que arde el papel. Inevitable pensar en aquellos hombre-biblioteca que guardaban en su memoria el contenido de los libros sacrificados en aras de la felicidad colectiva. Y en aquella mujer que prefirió quemar su casa, con ella dentro, antes que desprenderse de sus libros. He  aquí una de las ventajas de los I-book. Inevitable pensar en Peter Kien y en la conflagración de su biblioteca. Inevitable pensar en la Biblioteca de Alejandría y en tantos y tantos incendios (“Nombre de la Rosa”…) que se han alimentado, como Logos heracliteano, de la consunción de las letras.

Ha pasado media mañana y ¡nada en claro!...Bueno, sí…la importancia de las manos. Y la desgracia de perderlas. Como nueva demostración de la utilidad de la “pinza” me soplo el Dry del medio día y me encamino al Condis.
Hoy les propongo “manitas de ministro” (“peus de porc”, vamos) a la parrilla: ya los venden hervidos y condimentados…así que no es nada difícil: ponerlos encima del grill y esperar a que se hagan y cuando estén hechos comérselos…acompañados de media botella de vodka, capaz de deshacer la gelatina (… ¿es grasa o no es grasa?... ¿tienen colesterol o no tienen colesterol?). 


Fifti-fifti y siesta del borrego. 
De música de fondo sonará (por razones evidentes) en el esputifaif:
·        Django Reinhart y Stephan Grapelli.
·        Concierto para la mano izquierda” de Ravel.

Como el día acompaña, seguiremos en el chiringuito: Gintónic…¡de los normales!...
¡dios sabe de dónde serán los limones!...

Tal día como hoy (otros lo establecen en la madrugada del 14 de septiembre), del año 1224, dos años antes de su muerte, tuvo lugar el “milagro” de los estigmas de San Francisco (natural de Asis).
Una vez se hubo despojado de todas sus riquezas y haber decidido seguir el ejemplo de Jesucristo, lo primero que hizo el futuro santo fue, en su afán imitativo, elegir 12 santos varones (de los cuales UNO le saldría rana…como en la historia original, y se ahorcaría en un algarrobo, decidido a poner fin, de forma drástica, a tanto dislate).

No sé, a ciencia cierta, qué fuerza los mantendría unidos, aparte, claro está de su común deseo de seguir las enseñanzas del maestro… lean y juzguen vds. mismos:

“Alguno de ellos, arrobado, llegó hasta el tercer cielo, como San Pablo, y éste fue fray Egidio; otro, fray Felipe Lungo, fue tocado en sus labios por el Cordero, con el carbón de fuego, como Isaías profeta; fray Silvestre, cual Moisés, hablaba con Dios a la manera que un amigo habla con su amigo; alguno volaba por sutileza del entendimiento hasta la luz de la divina sabiduría, como el Águila, esto es, San Juan Evangelista…”

En fin…tal cúmulo de extravagancias sólo puede explicarse por la presencia masiva del Espirituoso Santo…pero como en aquella desgraciada época aún no había sido revelado el milagro de la destilación, presentimos la presencia de hongos de caca de vaca, o un combinado de zumo de belladona, beleño y ortiga, con “crostones” de piel de sapo…o, claro está, arrobas de vino pre-sangrificado.

"Al emigrar de este mundo, el bienaventurado Francisco dejó impresas en su cuerpo las señales de la pasión de Cristo. Se veían en aquellos dichosos miembros unos clavos de su misma carne, fabricados maravillosamente por el poder divino y tan connaturales a ella, que, si se les presionaba por una parte, al momento sobresalían por la otra, como si fueran nervios duros y de una sola pieza. Apareció también muy visible en su cuerpo la llaga del costado, semejante a la del costado herido del Salvador. El aspecto de los clavos era negro, parecido al hierro; mas la herida del costado era rojiza y formaba, por la contracción de la carne, una especie de círculo, presentándose a la vista como una rosa bellísima.”

Esto ocurría en el monte santo de Auvernia, durante una cuaresma en honor de san Miguel. A lo anterior se añadía el hambre canina. Sobre cuerpos desnutridos y atiborrados de jugos de hierbas medicinales… ¡puede ocurrir cualquier cosa!
Francisco (pseudónimo) flotaba sobre una nubecilla rosácea. Brazos en cruz, cuando una bola de fuego descargó sobre su persona que, aparte de espantar a todas las buenas personas de la contornada y hacerles perder el oremus, así como confundir a los pobres animales (“sus hermanos”) que no supieron durante un tiempo si era de día o era de noche, dejó, indelebles, las llagas de nuestro señor, en los miembros del “poverello”.

Por suerte todo lo que tenía que escribir, YA  lo había escrito.

Algunos mal intencionados, culpan a Domigo de Guzmán (rival): De alguna manera se habría introducido en la choza en la que el santo se martirizaba y le habría abierto las manos y pies para impedirle andar y  limosnear

Francisco estuvo en el monte santo de Auvernia hasta el 28 de septiembre…  justo el día (1915) en que Blaise Cendras perdía el brazo derecho, arrancado por un obús alemán en la ofensiva francesa de Champagne (en “Granja Navarín”. Un monumento… ¡y un cementerio!...recuerdan aquellos días “heroicos”). El brazo, arrancado, cayó del cielo y, a la suya, empezó a escarbar en la tierra calcinada, en busca de un lugar en donde esconderse. Enseguida lo dejó.


Cendrás (pseudónimo)…aprendería (para nuestra suerte) a escribir a máquina con la izquierda (“su mano amiga”)…y olvidó su afición al piano. ¡¿Que no han leído a Cendras?!... ¿Qué me dicen?...
Moravagine”…”El hombre fulminado”…”La prosa del Transiberiano…”

En las cajas de seguridad de un banco boliviano, paraguayo o brasilero están escondidas las novelas que escribió en su etapa “suramericana” y que él mismo guardó cuando era millonario (tres veces se enriqueció y por tres veces volvió a la ruina) para luego lanzar la llave por la borda del barco que lo llevaba a Europa…”¡Llévame al fin del mundo !”

A propósito de “La Prosa del transiberiano…”), decir que fue ilustrado por Sonia Delaunay y editado en pliegues, como vestido de jovencita de colegio de monjas (primer libro “simultaneista”). Sonia Delaunay, compañera de Robert D. fue una artista polifacética y genial: diseñadora de ropa (la famosa camisa amarilla de Maiakovski) bailarina, pintora…Junto con Robert Delaunay crearon esa variante dinámica y colorista del cubismo que conocemos con el nombre de “Orfismo” (Apollinaire).
Hablando de parejas “artísticas”:

Hugo Ball y Emmy Hennings
Yvan Goll y Caire Goll
Picasso y Dora Maar
Gonxarova y Larionov
Robert Schuman y Cara Tieck
Victor Hugo y Camile Claudel
Max Ernst y L. Carrington
Hanna Höch y Haussmann
Rivera y Frida Kahlo.
(…)

Jean (Hans) Arp (nacido tal día como hoy del año 1886) y Sophie Taubler. 

Arp, como antes Duchamp en su año “azaroso de 1913 (con su juego “erratum musical”, sus “tres zurcidos patrones” y la “rueda de bicicleta”)…y al mismo tiempo que Tzara (“poemas azarosos”)… proponía los “collages azarosos”:

“Un día había trabajado durante largo tiempo intentando efectuar un dibujo, sin conseguir los resultados deseados. Cansado de probar, acabó por romper los papeles sobre los que había realizado las diferentes pruebas y los tiró al suelo. Se quedó asombrado cuando comprobó que aquellos trozos esparcidos al azar habían formado una estructura muy similar a la que buscaba durante tanto tiempo” (L.C.)


Sin Sophie, Arp no hubiera sido el artista que fue. No sabemos, con seguridad qué corresponde a quién: El arte debe mostrar la belleza natural de los materiales…los “montajes” han de poder ser abandonados en la naturaleza y “han de poder existir con el mismo derecho…que un hilo serpenteando por entre los guijarros de un riachuelo” (C.G.)
Los “materiales” los recogían durante sus largos paseos…su intervención se limitaba a juntar como el viento reúne ramas y hojas secas…siguiendo las milagrosas “leyes del azar”, del humor…y del amor.

“Era (el ambiente de su casa, en Zurich) la atmósfera del primer día de la creación…inventaban el mundo, inventaban nuevas leyes, nuevos acordes. Pareja aérea, parecían dos hormigas, dos mariposas por encima de una pradera en flor…Era todo lo contrario de los artistas que se torturan por encontrar su personalidad que luego se encierran para preservarla. Ellos se querían mostrar transparentes al mundo, tratando de borrar su psicología, sus gustos, para no perturbar en nada el surgimiento natural de la belleza” (C.G.)

¿Hubiera sido posible todo esto sin la “pinza”?... ¿Hubiera sido posible sin las manos?...

Kokoschka estuvo a punto ¿descuido infantil? de asarse la mano derecha. Van Gogh lo intentó conscientemente para apaciguar su fuego interior. Schumann inutilizó su mano derecha, arruinando, de paso, su carrera de intérprete, intentando hacer ejercicios de estiramiento y fortalecimiento (de dedos). W. Barrouhgs, a lo “Yakuza”, “acortó su dedo meñique”… (¿Cómo muestra de dolor y arrepentimiento por la muerte de su mujer?).

Un poeta, amigo de Kokoschka y su peña, tenía un brazo de madera…con el que golpeaban, impacientes, para pedir las cervezas. Baudelaire empezó la quietud definitiva  por su mano derecha. Valle Inclán perdió su brazo izquierdo en una pelea “tabernaria”. Lord Nelson. Cervantes. Millán Astray. Guillermo II de Alemania. 

¿Recuerdan vds. aquella escena del “Gran Dictador” entre Hitler y Mussolini, en la que ninguno de los dos acierta a encajar la mano del otro…Algo parecido ocurrió entre Valle Inclán y Obregón (mancos del izquierdo y del derecho, respectivamente).
Matisse, que tuvo que dejar los pinceles por los recortes (¡de papeles coloreados!)

¡Qué desorden de día!...

Cuando el cortejo fúnebre de Verlaine pasaba por enfrente de “La estatua de la Poesía” (Plaza de la Ópera. París), la estatua perdió un brazo, que se hizo trizas, junto con la lira que sujetaba.

Busquen vds. en la fachada de la catedral nueva de Salamanca, el astronauta manco.

 

Acabaremos este día tan tonto, echando unas manitas a la “brisca”.

Buenas noches…¡y perdonen!




RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...