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sábado, 14 de septiembre de 2013
Propuesta para hoy, día 14 de septiembre: "El coloso de Marousi"
A mí, el “tiempo” y el “espacio” me
la repampinflan (y más desde la jubilación)…y ¿qué decir de la “materia” y la “energía”?... ¿y de la luz?... ¡que es “onda” y es “partícula”!
¿No se trueca la materia en energía
cuando aumenta el estrés?... ¿No constituyen el espacio y el tiempo un todo
indisociable que va a su aire?...
¿Cómo YO, siendo libre (¿), no podría
saltarme a la torera esas apariencias?...
Majestuosas premisas, para alguna
conclusión de envergadura. Pero no hay ninguna conclusión. Ningún corolario.
Simplemente decir que estoy en el 18 de septiembre, pero vivo en el 14. Y que,
a contrapelo de la “ordinalidad”,
salto por encima de días enteros o vuelvo atrás… ¡a voluntad!
Lo de la “maratón” es un mito…que ni siquiera voy a desenmascarar. Lo único
que ¡sí! quiero decir…es que la “maratón”
la corrió todo el ejército griego en pleno: La primera maratón (multitudinaria) de
la historia. No parece razonable pensar que los griegos estuvieran pensando en
quién llegaría primero. Rechazados los persas, se trasladaron en masa a Atenas
para hacer frente a la flota persa que se dirigía hacia allí. Cuando llegaron
los persas, no tuvieron más remedio que admirar la velocidad de esos correcaminos
y retirarse a su tierra… ¡Otra vez será!... Puede que Filípides corriera (¡en
dos días!) hasta Esparta para pedir refuerzos, pero no es de recibo que a la
vuelta lo enviaran, sin respiro, a Atenas, para anunciar la victoria… y evitar,
así, la tragedia anunciada (en caso de derrota). De haber sido así, estaría
plenamente justificada su muerte por agotamiento…tras gritar “¡¡Νíκη!!” (¡¡”Victoria”!!).
Pero… ¡en fin! Tal día como hoy, según la
leyenda, ocurrió lo que ocurrió.
Lo realmente emocionante y digno de
perdurar en la memoria, es la persona de
Spiridón Louis: ganador de la primera “maratón”,
organizada, de la historia, con ocasión de las primeras Olimpiadas de la era
moderna, celebradas en Atenas el año 1896.
Tods vds. sabrán de las iniciales
reticencias (Inglaterra, Alemania…) a la implementación (¡¡) de la idea de
Coubertain. Finalmente, en el primer Congreso, celebrado en la Universidad de
París, se aceptó la idea y se decidió que la primera olimpiada de la época
moderna se celebraría en 1896 en Atenas. Atenas, como siempre… ¡no tenía ni un
duro!...
Jorge Averof, un rico comerciante de
Alejandría corrió con los gastos de remodelación estadio Olímpico
(Kalimármaro)…Se emitieron sellos de correos y se recibieron otras
aportaciones. El gran obstáculo estaba removido.
De todas las disciplinas participantes,
sólo nos interesa la de “maratón”… por
su novedad, originalidad y desarrollo…Y por efimerísticas razones.
Fue Michel Brel quien, inspirado en la
hazaña de Filípides (Herodoto, Plutarco…), propuso la introducción de esta
modalidad deportiva: correr 40 km, saliendo de Maratón y concluyendo en el
Estadio. (Los 42 km. 195 metros es una impostura)….Se desechó la descabellada
idea de correr de Atenas a Esparta (alrededor de 240 kms.).
Los griegos se sintieron halagados,
encantados e ilusionados… ¡manos a la obra!...
Se organizaron unas pruebas “panhelénicas” para conformar el grupo de
participantes, bajo el férreo control del coronel Papadiamantópulos.
Ha sido tradición inveterada el que los
militares se encargaran de las clases de gimnasia…Yo también tuve uno que me
llevaba en su seiscientos a todas las pruebas de cien metros lisos que se
celebraran en Albacete, Murcia y alrededores…de entonces procede mi “récord”: 11segundo y 2 centésimas…¿no se
lo creen?...¡Miren vds. los registros! Y sin zapatillas adecuadas, ni
“lanzadera” de apoyo.
Al mismo tiempo empezó la mitología: el
ganador se casará con la hija del mecenas Abérof y recibirá una dote de un
millón de dracmas…tendrá un puesto relevante en el Estado…La carrera se
convirtió en “Cuestión nacional”.
Acudieron de todos los pueblos: pastores, cazadores-recolectores, agricultores,
pesadores de higos…todos con la esperanza de tener entre sus brazos a la bella
Abérof y lo que llevaba aparejado.
También acudió un “aguador” de
Marousi…Pero su acicate era otro.
Han de saber vds. que hubo un tiempo en
el que agua de boca (¿) no circulaba por las cañerías, que no habían, sino que
era transportada esforzadamente por “aguadores”
que la suministraban en recipientes de diversa índole…”¡¡Aaagua!!” y ese (¿) agua
era depositada en recipientes mayores que todos teníamos en las casa y de los
cuales sacábamos la necesaria. El agua
para otros usos la transportábamos nosotros, también esforzadamente, desde las
fuentes cercanas (¡o no!)… abrías la “orza”
y veías tu cara reflejada en la tranquila superficie del agua…y te quedabas
pasmado, como Narciso, no por tu belleza…sino por la belleza del momento.
Cuando el general, que había sido
comandante del “aguador” Spiro Louis
en la “mili”, lo vio, no se lo podía creer:
-- “¿Qué haces TÚ aquí?”, le espetó.
--“¡Quiero correr!”, le respondió.
Esta significativa conversación tenía
lugar en Ambelókipos (actualmente, Atenas) pongamos que donde el antiguo
estadio del “Panaza” (Panathinaikós), detrás de Likabitos.
--“Bueno, pues… ¡ve a Sintagma a por
tabaco y mientras, me lo pienso!
Fue y volvió en 20’. Lo normal es una
hora (¿recuerdan aquella escena de “Pulp
Fiction”?)… ¡Tanta era su ansia!...Esto convenció al renuente militar y le
permitió participar en las “previas”
para la selección.
En realidad lo que ocurrió, según
declaración del mismo Spiridón a “Noticias
Atenienses” en noviembre de 1935, fue algo diferente.
La Comisión organizó la selección
mencionada. Salió vencedor Basilákos (3h.18’) y seleccionados otros cuantos,
entre ellos uno de Maroussi y otro de Xalandri (que superó a su vecino)…Spiros
y otros, asistieron a esa primera prueba como espectadores y cuando volvían a
su pueblo oyeron las risotadas y la rechifla que se gastaban los de Xalandri a
costa del de Marousi…Eso les tocó la fibra vecinal y decidieron hacer algo: El
“aguador”, Musuris, Lavrentis, su
hermano Papasimeón y otro (todos de Maroussi…¡los colosos de Maroussi!)…decidieron
tomarse venganza. Atenas, entonces, no era (¡evidente)! lo que es ahora…todos
esos “barrios”, eran pueblos
polvorientos, separados e independientes.
Así que al día siguiente, Sábado Santo,
se presentaron en Atenas con un solo propósito: ¡correr!...La Comisión acordó
que todo aquel que no superara las 3h. 5’ podría participar en la segunda
“previa” de selección. Les hicieron una pequeña prueba y fueron aceptados para la segunda tanda. Los vecinos rifaron una cabra y consiguieron
las 25 dracmas que valía cada par de zapatillas. El Lunes de Pascua se pusieron
a entrenar: campo a través, saltando como liebres… ¡mucho tuvieron que
perfeccionar el estilo!...En el “Panigiri”
contaban emocionados los progresos, comían cerdo asado para reponer fuerzas y
añadían medio litro de vino a la dieta acostumbrada, para enrojecer la sangre y
fortalecer el nervio.
Los Juegos empezaron el Domingo de
Pascua…y ¡todavía! El sábado Santo, Spiridón no sabía que correría la Maratón.
El jueves siguiente tuvo lugar la
esperada segunda selección: Primero llegó Lavrentis. Spiridón (con dolor de
espalda) llegó quinto, pero dentro del tiempo. Fue la única maratón que corrió,
exceptuando la oficial, que tuvo lugar el 10 de abril, tres o cuatro días después.
Spiridón seguía “pinzado”…le dieron
friegas con ouzo…le pusieron ventosas…y le pasaron el ojo azul por la espalda.
Finalmente, mejoró con unos masajes. La víspera del magno acontecimiento, los
de Marousi acudieron a Maratón y fueron alojados en casa del alcalde. Spiridón
seguía “pinzado” y sólo perseveró empujado por el “acicate” (que de momento no descubriremos).
Llegó el día y el momento: Domigo 10 de
abril…2 de la tarde. Antes de salir al campo de batalla, fueron arengados: “¡Hoy es un día glorioso para Grecia!”...etc…etc
Spiros no comprendía el sentido
patriótico del acontecimiento. Sólo pensaba en su “acicate”.
La primavera ática empieza de golpe como un verano ansioso. El sol “muerde”...”εχει δóντια”. y el vestuario, de “entretiempo”, no era el adecuado (vean vds. las fotografías). Allí en medio de la calle polvorienta, se dispusieron 17 “calles”, una para cada uno de los participantes: 12 griegos y 4 extranjeros (Albin Lermusiaux (Fr.), plata en 1500; Tenti Frak (Australia) medalla en 800 y en 1.500, fondista experimentado; Kélner (Hun.), el único, a excepción de los griegos, que había corrido una maratón y Arthur Blake (Usa). El italiano Carlo Airoldi fue excluido por profesional. Spiros lucía el número 17.
El general, acostumbrado por oficio, dio el pistoletazo de salida (y lamentó la bala perdida): los extranjeros, que nunca habían corrido una carrera de esa envergadura, salieron como gamos y tomaron una clara ventaja. Siguieron el camino de la costa, por el actual ramal sur de la “Avenida de Maratón”, en dirección a Rafina, para, desde allí, girar hacia el centro de Atenas por “Mesogion”. Secarrales, dulcificados por la brisa marina. A su izquierda la isla de Eubea y el mar intermedio, salpicado de islas…Spiros soñaba con Eleni…su amor imposible. A sus suegros no les hacía gracia el “aguador” de Marousi…quizá tenían el don de la prospectiva y no tenían claro el futuro del yerno. Spiridón razonaba de la siguiente manera: “Si gano, dicen, me entregarán la hija de Abédof…Yo renunciaré a ella y al millón de dracmas…pero nadie podrá negarme a Eleni”…y así pasaban el tiempo, los kilómetros y los rivales: ¡El “acicate”!
El francés iba, claramente, el primero.
Le sacaba dos kilómetros al segundo, que era el australiano…tercero y cuarto
eran el americano y el húngaro…Los griegos se reservaban, sabiendo que después
de Pikerni, empezaba lo duro. En Pikerni, más o menos a mitad de camino,
Spiridón, sexto, se paró en un “Kafenío”
y pidió un par de vasos de vino: uno por mejilla. Para tomar fuerzas ante las
subidas inminentes.
--Pero, Spiro, ¡se te escaparán!
--Tranquilos…a esos los pillo antes de Leontario.
En Pallini, el francés sigue el
primero…los “pallinenses” le echan
flores y le aplauden (lo cortés no quita lo valiente)
En el kilómetro 32, el australiano tomó
la delantera…Spiro, Basillakos y Belokos…le siguen como perros de caza a una
presa herida de muerte.
En el kilómetro 34, Flak (el
australiano)… (esto parece un problema de lógica casera: “el que viste de blanco vive en la casa rosa”; “el que vive en la casa
azul, no bebe”; “al francés le gusta el vino”…) confiado en su victoria,
envía un ciclista a anunciar su victoria. Las decenas de miles que llenaban el
estadio, se quedaron helados. Ya el americano les había arrebatado la medalla
en eso tan griego de “lanzamiento de
disco”… ¡Sólo faltaba que se quedaran también sin la maratón!
Antes de que llegara el ciclista con la “mala nueva”, Spiros, espoleado por el
morapio, hace un cambio de ritmo que deja al australiano desfondado… tuvo que
ser recogido por los sanitarios, que seguían el acontecimiento en bicicletas y
en carros de tracción animal… ¡Parecía una croqueta! (dicen…)
Era el kilómetro 37…en Agía Paraskevíes, cuando
Spiridón Louis, que no sigue ninguna táctica, que no sea la de correr y correr
(a su ritmo ¡eso sí!) envía otro ciclista al estadio diciendo que la cosa está
hecha: el estadio estalla en vítores patrióticos…¡Grecia!...¡Grecia!...en
fin…¡lo normal! Las aclamaciones se
convierten en aullidos cuando ven entrar en el estadio (no confundir con el de
Calatrava…precisamente en Marousi) a aquel “aguador”
de Marousi, en solitario. Le sigue Basilakos, el favorito y como tercero, otro
Spiridón (Belokas). Los extranjeros, menos el húngaro, han abandonado y están
siendo tratados en la UVI del Hospital General.
Spiridón Louis entra en un tiempo de 2 h.
58’ 50’’
Basilakos, que ha perdido mucho tiempo a
causa de las aclamaciones y homenajes: 3h.6’ 3’’
Spiridón Belokas: 3h. 9’ 35’’.
¡También es casualidad lo de Spiridón…y
no es un nombre frecuente!
Entonces sólo se otorgaban dos “medallas”
(trofeos) y las dos de plata (más ramo de olivo, al primero y corona de laurel,
al segundo)… Así que a Belokas no tuvieron que quitarle el bronce, cuando se
descubrió que el muy canalla había hecho parte del trayecto en carro, tapado
con sacos y productos agrícolas.
En el estadio, además de los miles de espectadores, estaba parte de la familia real (como es natural)…Spiridón se convirtió en un héroe nacional desde el mismo momento en que cruzó la línea de meta y empezaron a lloverle los regalos:
El Sr. Kiparissis, presidente del gremio de joyeros: una cadena de oro.
·
El fiscal del Areópago: Un anillo.
·
El tabernero Baveas: café para todo un año.
·
El sr. Azanasiou: 100 arrobas de vino.
·
La hostalera Dimitra Bibí: comida gratis de por
vida.
·
Los ferrocarriles áticos: billetes gratis para
toda la vida
·
Mixail Bodas: una escopeta de caza.
·
El barbero del pueblo: aseguró que lo afeitaría
y le cortaría el pelo gratis de por vida.
·
La casa Singer: una máquina de coser.
El rey Jorge, como no podía ser menos, le
prometió lo que el atleta pidiera. Spiros contestó, como nuevo Diógenes: “un borrico para que me ayude a acarrear
agua”. Le regaló un carro y dos caballos (viejos).
La referencia a Singer,…¡Y a Grecia!...nos hace recordar a Isadora Duncan
que, como Spiros, “marchó hacia la gloria” tal día como hoy, del año 1927.
En realidad gritó: “¡Voy al amor!”…con
su “Bugatti” (un Amilcar francés)… ¡Ya saben vds. cómo acabó!... Williams Burrough se refirió a las almorranas del conductor, como causa del ahorcamiento. Volveremos
sobre el tema:
“Niza, 14 de septiembre.- Ha sido
víctima de un terrible accidente de automóvil Isadora Duncan. La famosa
bailarina norteamericana paseaba en
automóvil, y hallándose en el paseo de los ingleses, el cabo de un “echarpe”
que llevaba al cuello se enganchó en una de las ruedas traseras del coche y el
tirón la hizo caer hacia atrás estrangulada. Al ser recogida por los transeúntes que acudieron en su
auxilio, se vio que tenía rota la columna vertebral. La muerte debió ser
instantánea”…Así recogía la noticia “El
Sol” del 15 de septiembre.
Al día siguiente los periódicos se
vendieron como rosquillas. Iban llenos de falsa informaciones sobre el pobre
Spiros: que si era rico, que si era pobre; que si era humilde, que si era
vanidoso; que si había corrido para liberar a su hermano que estaba en la cárcel
(él, que no tenía hermano)…Nadie habló de Irene, su “acicate”, su amor secreto, que, naturalmente, le fue concedido.
Ese mismo día, una mujer, Σταματα Ρεβυθη (garbanzo, en castellano), a la que no
dejaron correr el día anterior, corrió sola la maratón (5h.30’). Puede que al
pasar por un cierto lugar le gritaran: ¡Para,
Garbanzo! (¡Σταματα Ρεβυθι!)…desde
entonces ese lugar, tomó el nombre de “Σταματα”.
Spiridón se casó y llevó una vida
tranquila y sosegada: acarreando agua y, cuando el agua llegó a las casas, trabajando en el campo. Finalmente, de policía en su pueblo natal. Su
autoridad era incuestionable.
Tuvo un sobresalto, sin embargo, en 1926;
acusado de falsificar papeles militares, fue encarcelado durante un año y
pico…hasta que todo se aclaró.
En 1936, tuvo el dudoso honor de
encabezar la delegación griega en las Olimpiadas de Berlín. Grecia desfilaba la
primera, tras el portaestandarte con el nombre del Estado anfitrión. Spiros iba
vestido como un “evzoni”, pero sin zuecos ni pompones…Tampoco era una extravagancia
para el, ya, viejo Spiridón. Llevaba una rama de olivo en la mano derecha (lo
que le impedía hacer el saludo nazi) que ofreció al mandatario
nacional-socialista (que, por cierto, se ausentó para no saludar al tetracampeón negro Jesse Owens, nacido hacía dos días del año 1913) No sé si Spiros lo comprendió. Por la cara… ¡no parece!...El
resto de la delegación griega saludó con el brazo extendido.
Veánlo vds. en el documental “Olimpia” de Leni Riefenstahl: Otra vez
el conflicto entre la excelencia artística (cinematográfica) y las nocivas
intenciones.
Murió un poco antes de la invasión
italiana: SALIÓ DELA NADA Y VOLVIÓ A LA NADA, dando un rodeo por las aceras del
boulevard de la fama.
Su nieto, acuciado por la necesidad, se
vio constreñido a vender el trofeo del abuelo. Se lo ofreció al Estado griego,
pero éste (¡como siempre)…¡no tenía ni un duro!. Tras unos tiras y aflojas, el
estado, le dio permiso para que sacara la “joya” y pudiera subastarla en Christie de Londres.
Su precio, en torno a las 150.000 liras.
El nuevo estadio olímpico de Atenas,
lleva el nombre del atleta…así como la avenida que lo circunda. También en
Munich, la avenida que bordea el estadio olímpico, se llama
“Spiridon-Louis-Ring”.
viernes, 13 de septiembre de 2013
Propuesta para hoy, día 13 de septiembre. SEGUNDA SERIE. Esmirna. Bomba en el Pompeya
1
"De repente, en medio de la alegría general, se oyó una voz
a la que se sumaron muchas más:
- ¡Fuego!
- ¡Fuego!
- ¡Han pegado fuego a Esmirna!
Nos levantamos como un resorte. Llamas rojinegras se lanzaban
contra el cielo, enloquecidas.
- ¡Es por el barrio armenio!
- Sí, parece que es por allí
- ¡Otra vez la pagarán los armenios!
- No es posible que quemen toda la ciudad. ¿Qué interés
tienen?...Puesto que ya es suya...
¿Qué interés teníamos nosotros (los griegos) para haber
quemado las aldeas turcas en nuestra retirada?"
("Tierra
ensangrentada". Dido
Sotiríou. Trad. Kino)
Era el 13
de septiembre del año 1922
y se ponía fin, de esa manera espectacular y terrible, a milenios de
grecidad de la costa
jonia.
Los griegos se habrían bastado
solos para sus desgracias. Sin embargo todo el mundo les ha echado
una mano. Y digo "griegos",
cuando debería decir "clase política griega"...
¿o no?
2
- "...parecen golondrinas que van piando, que van piando...
Cómpreme Vd. Señorito, no valen más que..."
No pudo acabar de decir el precio. Un tremendo estallido lo puso todo
patas arriba. Fue como si volviera a estallar el Vesubio. Aquello
estaba lleno de golfos, de obreros, de autónomos, de policías, de
taxistas, de gente del espectáculo, incluso estaba, que todo hay que
decirlo, mi tío Perico que se largó del pueblo lanzando un
apocaliptico "¡que le den pol culo a España que me voy a
las Barcelonas!" que ha quedado como expresión sintética
de un sentimiento muy extendido. Fue mi tio, precisamente, quien me
contó los detalles que ya he olvidado. Mi tío, hermano mayor, a
mucha distancia, de mi padre, cumplía ese domingo, 13 de
septiembre del año 1920, 20 años (pues había nacido con el
siglo) y se empezaba a ganar la vida en una fábrica textil no sé
dónde. Lo definitivo fueron los tres muertos y las decenas de
heridos, de entre los cuales la muerte aún se cobró dos obreros
más. Los entierros fueron impresionantes. El primero (y también el
segundo) acabó en el cementerio de Sants, como es natural, pero
antes, tras recorrer Provenza, Muntaner, Consejo de Ciento,
Villarroel y llegar a la Gran Vía, se desvió hacia la parte baja y,
por Conde de Asalto, llegó a la sala Pompeya, a cuyas puertas la
orquesta del local interpretó una marcha fúnebre, o algo parecido
(65 años más tarde establecí mi madriguera por aquella geografía
insigne). El segundo entierro tuvo un carácter más "obrero".
Uno de los muertos, Rafael Izquierdo, trabajaba en la Compañía
Telefónica y era un concienzudo sindicalistas, así que el cortejo
se tiñó de monos azules. Todo esto me lo contaba mi tío
tomando una cerveza, pues aunque tenía (él) 80 años nunca dejó de
pimplar, en el bar ahistórico que ocupa la esquina de Nou de la
Rambla con Paralelo, lado Besós, justo detrás de la estatua que el
ayuntamiento dedicó a Raquel Meller y que uno de aquellos días, ya
no recuerdo nada con exactitud, apareció descabezada y con todas las
violetas por el suelo... como si, de repente, se hubiera acordado de
aquello.
Bueno, ya saben Vds, no pudimos
aprovechar "el trienio bolchevique"
y nos cayó encima Primo de Rivera...¡Precisamente tal
día como hoy, del año 1923!...
seis meses después del entierro de Salvador Seguí.
3
Decía que los griegos se bastan y se sobran para construirse las
desgracias, muchas y variadas, pues, como decía el ruso, a la
infelicidad, fente a la dicha, se llega por muchos caminos.
Aquel 13 de septiembre del
año 1922, dos años exactos
después de la segunda destrucción de Pompeya y cinco días
después de haber sido tomada Esmirna por el ejército turco, un
incendio pavoroso, seguido de una acumulación incalculable de
atrocidades, puso fin a lo que parecía el paraiso rebosante de higos
fragantes, abriendo las puertas a un futuro brutal. Aquel 13 de
septiembre marca el horizonte interpretativo desde el cual Grecia
construye (y enjuicia) su historia como estado-nación. La Grecia
oficial nunca ha meditado seriamente sobre la génesis del desastre y
se ha presentado al mundo, y a sí misma, como víctima de unos y de
otros. Dados como son al mito, han colocado la fatalidad y la
maldad ajena en un lugar preferente. Eso es, por lo demás,
algo característico de todos los Orígenes... pues para eso
esta la Historia: para servir al Estado. El Estado
no quiere seguir el destino de Edipo y, sin embargo, es su única
salvación: su destrucción. Los trabajadores han de luchar, además,
contra los mitos fundacionales que recubren con resbaladiza baba la
más prosaica explotación.
¿Cómo empezó todo?
De momento voy a empezar YO como
mi mítico ritual: aceite griego, orégano griego... ¡Esa es mi
Grecia!
- Y un poquito de cordero ¿no?
--Hegel dixit.
PARABOLA
A través del aire limpio y
fresco podía divisarse la costa asiática e imaginarse el inmenso
interior de aquella península maldita. El demonio lo había
transportado en sus alas de murciélago hasta las tremendas cimas del
Olimpo. Todo lo que ves será tuyo, si te postras y me adoras, le
dijo Lucifer, el ángel oscuro. Venizelos preguntó si también se
veían las costas del Ponto y las torres de Estambul. Con la misma
mano que había extendido para prometer, construyó el ideograma de
la ilusión. Venizelos se arrodilló, apoyó la frente en la tierra y
con los brazos hizo los gestos de la latría. Abrieron una botellita
de ouzo de Mitilene y brindaron por la promesa. Venizelos, además,
buscó una piedrecita con forma de rueda de molino y se la tragó
religiosamente como "tapa"... y así quedó sellado
el pacto.
Enardecido espoleó el caballo de
la guerra, que llevaba atado a su cola a sus tres hermanos, y se
lanzó hacia la nada infinita. El demonio, desde la ilustre cima del
Olimpo, veía sus destrozos, pero le dejó hacer, haciendo tiempo
para que sus planes, que eran otros, se cumplieran. A la cima del
Olimpo no llegaban (¿o sí?) el estruendo de la polvora, ni los
ruidos fofos y sibilantes de las hojas de doble filo. Venizelos
avanzaba en pos de la "Gran Idea". Hasta el rey, una vez su
hijo fue muerto por un mono, se dejó llevar por el frenesí y la
alegría de la destrucción ajena.
¡Vengo a cumplir los designios
del ángel! y avanzaba sobre desiertos a la velocidad del meltemi.
Cuando la nada se hizo espesa y
amaneció el séptimo día, un ventarrón procedente de las estepas
interiores detuvo en seco su "anábasis".
Se acordó de los muertos pretéritos... ... ...
Y
en esas rememoraciones estaba, cuando miles de turcos, organizados
perfectamente por el gran Kemal, se le echaron encima. Y entonces
vino la desbandada, la "katábasis",
que, como siempre, es un viaje a los infiernos. Si habían dejado
algo medio vivo a la ida, lo rematarían a la vuelta. Esto
ocurría otro 13
de septiembre,
de un año antes (1921)
El
ángel luciferino,
que construye la historia sin mirar atrás, había abandonado las
cimas míticas y revoloteaba por sobre los campos bituminosos del
Creciente Fértil.
El
ejército turco entró a sangre y fuego en Esmirna y la redujo a
escombros, y a sus habitantes a partículas elementales. Y entonces
fue el dolor y el crujir de dientes. Decenas de miles. Gente que nada
sabía de Lucifer ni de Venizelos. En Lausana culminó lo que había
empezado, a lo grande, aquel día. Más de un millón de "griegos"
(que en su mayoría hablaba turco) fueron trasladados,
algunos de cuerpo presente, a su "madre patria". Medio
millón de "turcos"
(que en su mayoría hablaba griego) fueron trasladados
con más consideración, todo hay que decirlo, a las posesiones
abandonadas por los cristianos. Y ese fue el comienzo glorioso de dos
estados-nación, resultado de la desmembración del Imperio Otomano.
Y
como "no hay mal que por bien no venga"
(?): la voz de Roza y el buzuki
de Tsitsanis...
Y
"como las desgracias no vienen solas"
(?): la destrucción de los restos otomanos fue total.
Esta fue la madre de todas las
"limpiezas étnicas" (¡¡), emigraciones y "oleadas
de refugiados" de la época moderna
FIN
La
verdadera razón.
"No es que Apolo haya
retirado su promesa
y, escupiendo en la boca de
Casandra, haya quitado
a sus palabras todo don de
persuasión, haciendo
inútiles sus profecías para
sí
y para los demás, no. Es
simplemente que
nadie quiere creer en la
verdad, Y cuando ves la red dentro de la bañera, crees que te la han
preparadado
para tu pesca de la mañana y
no escuchas nada dentro
de tí
mientras fuera, por los
peldaños de mármol del palacio,
va subiendo
el tenebroso mensaje con las
voces de la desdichada
Casandra"
Yannis
Ritsos. 7-VI-69
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RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.
Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...
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1 "Con este objetivo, la noche del 27 de diciembre se dirigió hacia Petróvskaya (¡qué guapa estaba!) y, al salir, metió en el mang...