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viernes, 24 de mayo de 2013

Propuesta para hoy, día 24 de mayo. 4º día de la “semana sangrienta”




RESUMEN
A las 8 de la mañana, los 15 miembros de la Comuna que aún se encuentran reunidos, deciden la evacuación del Ayuntamiento. Se quema el Ayuntamiento, El Palacio de Justicia y la Jefatura de Policía.
Deslescluze, el Comité de Salvación Pública y otros se repliegan en la alcaldía del XI.
Cae la flota del Sena…el Louvre…la Banca…la Bolsa…el Palis-Royal y, al mediodía, estalla la fábrica de pólvora del Luxemburgo…¡¡Se acabaron las municiones!!
Los gubernamentales atacan las barricadas de Sufflot y Gay-Lussac…Todo el barrio, tras las matanzas alrededor del Panthéon, queda en poder de los de Versalles.
La Comuna decide la ejecución  (¡ya era hora!) del arzobispo de París y a algunos más de su recua.
La Comuna sólo controla los distritos. XI, XII, XIX, XX  y algunos barrios del III, V y XIII.

JULES VALLES
¡Oh, esta mañana la primera impresión ha sido horrible!...Cuando, dirigiéndome a la Cruz Roja para ver dónde estaban los combatientes, he visto huir a las mujeres, llevando sus ropas en un pañuelo y arrastrando a los chiquillos.
--¡Lo están incendiando todo!
Estas mujeres gritan o lloran. Hay también algunos soldados aislados que huyen corriendo y me escupen sus maldiciones…He querido oponer, como una cadena, mi cinturón rojo de la Comuna para detener el pánico. Pero nada detiene a los enloquecidos, ni en la calle de Buci, ni en la Puerta de Versalles.
Una lechera que, en tiempos duros, me había fiado (…) arroz y chocolate, se ha agarrado a mi aullando desesperadamente:
--¡Vd. es un hombre honesto y no dejarán que quemen el barrio!...¡Se echará con un batallón, si es preciso, contra los incendiarios!
En un momento he sido rodeado por ella y por otros, por ancianos y niños, un grupo de veinte gimientes que se retorcían los brazos y preguntaban dónde tenían que ir, puesto que todo sería arrasado.

Por fin he podido escapar. Me cuelo por el primer pasaje y oculto mi fajín rojo (…)
(…) ¿qué decían aquellas locas, “que todo iba a ser arrasado”?...Bueno se han pegado fuego a dos o tres casas…¿y qué?
¡Veamos!...En el colegio, todos los libros que trataban de la gloriosa Roma o de la invencible Esparta…estaban llenos de incendios. ¡Me parece, vaya!...Incendios saludados como auroras por los generales triunfadores, o encendidos por sitiados a quienes la Historia se ha encargado de saludar (…) Numancia en ruinas, Cartago en cenizas, Zaragoza en llamas (…)

¡Ah! ¡No me he rendido, no me he convertido en un incendiario sin haber recorrido con la mirada todo el pasado, sin haber pensado en nuestros antepasados!
Primero hemos sido dos (…) que tenemos estudios, después cuatro y luego diez. Todos han votado por la llamarada…¡en masa!
Uno de ellos babeaba de cólera:
--Y son dos indigentes las que me han pedido gracia para sus cuatro muebles, cuando es por los pobres que nos batimos, cuando centenares de artilleros han visto, no su camisa, sino su pecho abrasado por el fuego enemigo…¡Ah! ¡Diablos! Yo, el que habla, era rico antes de entrar en la política social (¡hace diez años!) …¿Es que lo eché todo al horno?...Y, hoy, porque un poco de madera y unas tejas salen perjudicadas por la estrategia de los desesperados, aquellos por los que nos hemos arruinado y por quienes vamos a morir, ¿quieren entorpecernos con sus fruslerías?
(…)
--Entonces, lugarteniente, ¿dice vd. que se trata de quemar un pedazo de la calle Vavin?
--Sí, un par de casas cuyas paredes han sido agujereadas por los ingenieros de Versalles, y por donde, de improviso, se nos van a echar encima la soldadesca. Son las dos casas de la esquina…¿sabe cuáles le digo?...En los bajos de la derecha hay una panadería.

¡Curiosa coincidencia!

Comencé tropezando con el cadáver de un panadero y ahora voy a ejecutar un montón de harina. ¡Pasemos el pan a sangre y fuego! Arderá más trigo molido del que hubiera necesitado para haberme alimentado en mis años de hambre.
--¡vamos! Firme, Vingtras.
--¡Aquí está! Y quemad otra casa si es necesario. Les doy un vale en blanco.
--¡Ya sabíamos que vd. no se volvería atrás!
(…) un federado ha sacado del bolsillo un viejo ejemplar del Cri du Peuple, señalando una línea con el dedo: “si el sr. Thiers es químico, comprenderá”
--¿Vd, ya lo había pensado?  ¿eh?
--¡No! No fui yo quien escribió esa frase tan ardiente…la leí una mañana (…) la encontré demasiado áspera (…) pero no podía rectificar. Los periódicos de Versalles no tardaron en decir que reconcían mi estilo y mis instintos de bandido.

--Sí, declara Totole, queremos hacer saltar el Panthéon.
(…)
Su idea ha sido acogida con hurras de entusiasmo
(…)
Paso verdaderos apuros para retener a Totole y explicarle que, pese a no amr los monumentos, no pido que alguien se sirvan de ellos para matar la mitad de París.
Pero son tozudos y, pese alo que les digo, se decide la muerte del Panthéon…¡El Panthéon al paredón!...Y, ya puestos, al paredón también Saint_Étienne-du-Mont y la Biblioteca Sainte-Geneviève…¡Será fácil!
Hemos tenido que intervenir cuatro o cinco ( algunos peces gordos) (…) para impedir que estas cabezas ardientes se arrojaran sobre el Panthéon como su fuera un reaccionario. Ya le ponían la mecha en las patas, azufre mezclado don salitre y lo habían bañado de petróleo (…)
(…) Ha sido preciso también, razonar con un viejecito , que se estaba rascando insistentemente la cabeza durante la discusión, y que ha terminado diciendo:
--La verdad ciudadanos, me parece que más valdría, por el honor de la Comuna, que no nos retiráramos durante la explosión…Eso no estará bien hecho más que si nos quedamos y saltamos por los aires todos juntos. No soy un orador, ciudadanos, pero también se usar la cabeza…Perdonen mi timidez…jamás había hablado en público. Pero, para ser la primera vez, creo que estoy haciendo una estupenda propuesta. Tan sólo debemos darnos prisa…Si seguimos hablando no lo volaremos nunca…¡Nunca!.....

Ha terminado con un gran suspiro….(Gracias a su intervención se olvida el tema).

……………………………………………………Hôtel des Grands Hommes
Estoy aquí desde el mediodía. Somos muchos. Está casi todos los jefes del V y el XII que no tienen mando militar
(Mientras toman unos taquitos de jamón…alguien, pasándose el índice de la mano derecha por el cuello, comunica a Vingtras la muerte de Chaudey(responsable de la matanza del 22 de Enero)…el jamón se le atraganta…)
--¿Cómo ha muerto?
--No se ha portado mal.
--¿Y los gendarmes?
--Muy mal.

Los comensales hablan de ello como de una obra de teatro de la que hubieran sido espectadores y en la que no hubieran intervenido.
Mañana por la mañana, cuando se reemprenda el fuego, será hora de acudir, desperezándose y bostezando, al puesto de combate.
Puesto que la derrota es segura, bien se puede beber la última copa antes de que te hagan soltar el último suspiro”.

E. RÉCLUS
“Los francotiradores de la burguesía se multiplican. La Guardia Nacional ordena que se cierren las ventanas y se suban las persianas. Un guardia de ronda sube al apartamento que habito…viene a por mi amigo, el dueño de la casa, para que ocupe su lugar en la barricada que se ha construido aquí al lado. Mi amigo dice que tiene más de 40 años y que, además, está dispensado por razón de otros servicios. El guardia se retira sin más (…)

Yo estoy fuera del asunto: una herida en la mano derecha me incapacita para manejar el fusil.

(…) Si el hombre, pese a todo, me hubiera dicho: No podéis combatir pero podéis morir por la República Democrática y Social…No sé que le hubiera respondido…Creo que se le hace mejor servicio a la República democrática y Social, viviendo…es más sagaz, más prudente y más útil…Pero todas estas razones no han impedido que me sintiera tan pequeño y tan inútil, al lado de este hombre que, sin decir nada, se va derecho a morir por lo que yo amo.
(…)
La “rive gauche” que yo creía insostenible ( y ya sucumbida) aún resiste, los federados han debido de  desplegar  un valor enorme…¡Desde el domingo!





                                                  
Por debajo de la nube de humo, por debajo de los incendios, se eleva tranquila e importante la columnata olímpica del Panthéon, coronado por la bandera roja…causa de todos estos estragos y masacres.
De repente la humareda que rodea el Panthéon, se espesa y suben negros torbellinos…¡Otro incendio más!...son las numerosas barracas para las ambulancias del Jardín de Luxemburgo (…) después se oye una explosión formidable (…) es el polvorín del Luxemburgo que salta por los aires…con sus cartuchos, sus balas e ingenios  mortíferos.
Mi casa está por allí cerca…con los niños dentro…Casa, amigos, parientes, niños…¿Todavía existe todo eso?

De nuevo nubes, otros vapores opalinos surgen y se desarrollan. Son más incendios. Se cuentan claramente cinco o seis grandes…los pequeños son incontables…
¿Qué es lo que arde?...
--¡Todo!...Ministerio de Finanzas (es por ahí por donde han comenzado los de Versalles)…Arden Las Tullerías, el Louvre, el Luxemburgo, el Ayuntamiento, las ambulancias del Senado, los Grandes Almacenes de novedades de la calle del Bac y de Rívoli. ¡Todo arde!...Los “gubernamentales” han empezado y los federados han seguido.
Exasperados por los franco-tiradores han pegado fuego a los almacenes de Pétit-Saint-Thomas, las calles de Lille y de Verneuil…asiento de la alta burguesía rural (…)

¡Arde lo que arde!:  Precipitados al fondo del abismo, sumergidos en la sima de los desastres, cuando se agujerea tanto pecho vivo, cuando se aplasta tanto cerebro que piensa, cuando nos ahogamos en un mar de sangre…¡qué nos importan los monumentos y estatuas; los libros y cuadros; paperaza y tapicerías…¡Arde lo que arde!

Cuando un ejército de 200.000 bayonetas, con 500 cañones y morteros circulan por nuestras calles, cuando la horde de bonapartistas, clericales, orleanistas y  liberales  combinados se encarnizan sobre nuestra infortunada República Democrático y Social…cuando Francia se suicida con sus propias manos…¡qué nos importa  algunas joyas de menos en el collar de París que expira! (…)

Flotantes como desgraciadas medusas varadas sobre la orilla, nuestra voluntad es inútil; nuestros esfuerzos, vanos; nuestro espíritu, ridículo; y el buen sentido es absurdo (…)Nuestras pequeñas existencias son arrastradas por los grandes acontecimientos.
(…) No somos más que un accidente perdido en la totalidad. Lo que es verdaderamente “nuestro”, lo que nos es personal e individual…es mezquino y sórdido…¡Todo sueño!. Pero la inmensa historia universal  (que nos roza)…es cruel…ciega.





          Noche de mayo, espléndidamente bella…de una belleza de Gorgona y Euménide. La luna brilla con una dulce majestad en el vasto cielo. El Sena arrastra hebras de plata a un lago de oro pálido. Un viento dulce y fresco se desliza aquí y allá, rozando las hojas palpitantes y las flores amorosas.
 
En segundo plano, la corriente se alarga como hierro fundido…es la reverberación de los incendios. Contra la masa enrojecida de las Tullerías se perfilan las negras torres de Notre Dame. Las llamas lanzan hasta el cénit penachos de fuego, rutilantes…sangrientos cometas…

Un ruiseñor vocaliza en los árboles, se le oye perfectamente, a pesar del ronco sonido de los cañonazos…Y durante toda la noche la espantosa cacofonía del toque a rebato de Bellville y Ménilmontant…parándose…volviendo a empezar…las llamadas desesperadas de los tambores tocando “generala”…¡Es el toque de campanas de la agonía!”


(Mientras Réclus mira París con la melancolía definitiva, previa a la muerte…abajo en Hôtel des Grands Hommes, el jefe de la Legión, el jefe de servicios médico, el Alcalde…proponen la rendición del barrio. Vallès, Régère, Longuet (futuro yerno de Marx) se oponen a la decisión).

VALLÈS: “¡Cargaré con la responsabilidad de NO firmar una orden a la que, por otra parte, los federados no harían ni caso…!  ¡No quiero que mi nombre sea infamado entre los insurrectos!...¡En absoluto!...Mi presencia aquí me hace, ya, su cómplice y, si ustedes se rinden, será necesario que me maten o matarme yo mismo”

(Todos reconsideran y la orden de deponer las armas se olvida. Longuet y Vallès acuden al ayuntamiento del XI)
--¡Allí está Delescluze, de allí…no saldrá nadie…¡pero todos entran!...¡Es allí adonde hay que ir!
..¡Vamos!
Ha resonado una formidable explosión que ha roto los cristales…pero el Luxemburgo sigue en pie. Sólo ha saltado el polvorín…Totole quería su explosión, y la ha tenido.
Le veo regresar frotándose las manos
--¡Qué quiere que le diga! (…) no ha servido para nada, los soldados no habían llegado todavía…¡He fallado el golpe!
A su lado un hombrecillo se arranca los cabellos…
--¡Si por lo menos nos hubiéramos quedado allí!

Terminarán consiguiendo volar el Panthéon (…) tienen la locura del desastre y nada de lo que hagamos los detendrá.









jueves, 23 de mayo de 2013

Propuesta para hoy, día 23 de mayo. 3r. día de la “Semana Sangrienta”.




 ELISÉE RÉCLUS (traducción, puntuación  e intromisiones mías).

“ (Anoche) no fui a dormir a mi casa por miedo a ser detenido…he preferido pasarla con mis amigos del Fauburg du Temple…¡para recalentarme con su entusiasmo y templar mi alma entristecida con el contacto de su viril y áspera voluntad. Y, además…¡para decirles adiós para siempre!
Somos marineros en un barco que hace agua durante una tormenta y que de cada cuarto hora se hunde más y más…

Apoyados sobre el parapeto de delante, miramos las olas que desde el fondo del horizonte, acuden, gritando, espumeantes de rabia y de dolor. ¿Será la primera la que nos arrastrará al fondo sombrío?... ¿será la segunda?...¿será la cuarta?...En este mar trastornado de París puede que hoy haya que morir…puede que mañana…puede que pasado mañana. No importa ¡no habrá sido en vano!...y aunque hubiera sido en vano (…) la Naturaleza es avara en frutos y pródiga en flores… ¡cuántos brotes abortados!... ¡cuántas flores marchitas y quemadas!...¡cuántos frutos caen antes de la madurez o, después, podridos (…) !Qué razón tenía Girondin cuando, antes de ser guillotinado, escribió: “La Revolución es como Saturno, devora a sus hijos!” ….(Pero para hacerlos renacer) (…) Es ley de vida…protestar contra la ley es protestar contra la vida (…)¡ que añoraremos!

Aceptamos la necesidad, aceptamos la cosa misteriosa que, luminosa, se llama vida, y, sombría, llamamos muerte…Puesto que amamos la vida tal cual es… ¡nada le reprochamos!...¡Vamos, adelante!...¡Adelante hasta que se pueda!

En Belleville (hay) gran movimiento. La situación es seria, pero no completamente siniestra (Mao dirá: “La situación es desesperada, pero no grave”)…Sí, es cierto…allá abajo se distingue sin esfuerzo una desmoralización amarga y profunda…Pero también es cierto que se observan comportamientos viriles y resueltos…palabras limpias y vibrantes.

En una compañía que iba a colocarse tras una barricada, vi una mujer marchando al paso sin decir nada; el padre llevaba al niño en sus brazos…

¡Ah, Thiers, pequeño Thiers  y vosotros, Jules Favre y Jules Simon… ¡Cómo os desprecio!!.

(Sobre las diez de la mañana, en su recorrido, se acerca hasta la iglesia neo-gótica de Belleville donde un joven vicario mostachudo, introducirá a la feligresía (jóvenes de buena familia) en los misterios del catecismo Católico, Apostólico y Romano…Se explayará sobre los fuegos eternos del Infierno y para hacer comprensible (¿) la eternidad, hablará de los granitos de arena de las playas de las Landas o de San Agustín intentando meter todo el mar en un pequeño agujero que habría cavado en la playa…o lo del gorrión (¿!) que rozara con su pico…etc…etc… después les hablará de la persecución sufrida durante los dos meses (ejemplares) de la Comuna y la comparará con las de Domiciano ( u otros bienhechores de la humanidad)).

Desde lo alto de la Butte Chaumont, donde se están colocando los cañones en batería, la vista sobre París me impacta (…) “¡Es hermoso y feo!” (…)  los espectadores hablan poco…tienen el corazón en un puño…

(la Belleza del último día…la próxima destrucción lo convierte todo parte del paraíso perdido… ¡Nunca más volveremos a ver París!...¡No nos quedará ni París!).

Desde lo alto el individuo se confunde con la masa…”la presencia de este terrible y fiero insecto sólo se revela por las humaredas blancas, azules o negras. Las blancas provienen de la pólvora en explosión, cañonazos y mosquetería; hemos visto bombas y obuses de los de Versalles prender sobre el Ministerio de Finanzas, que arde desde ayer por la mañana, y sobre el Ministerio de Guerra que también se quema. El partido del Orden hace su entrada con la bayoneta que mata, el obús que se estrella y la bomba que incendia” (…)

Es imposible, para un espectador ignorante de estrategias, seguir las peripecias de la lucha (…) Distingo que Montmartre está siendo atacado por tres costados a la vez… ¡no durará mucho!...Después vendrá la Butte Chaumont (donde estamos ahora)…después, Belleville…después Père Lachaise y después ¿se habrá acabado todo!... (¡la clavó!)…Esto se adivina, no se ve. (…) se percibe como se perciben ladridos en granjas lejanas…

Es así como contemplo, con ojos secos, uno de los más horribles espectáculos que el hombre pueda contemplar (…)

Sobre un acontecimiento que decidirá, sin duda, por 15 ó 20 años la marcha y dirección de la Idea, la historia depositará un juicio terrible. Frente a esta inmensidad, frente al enorme desplome que se prepara, uno se asombra de que se pueda desear ser uno de los actores del gran drama social, y se siente cuán vano es, cuán ridículamente impotente, la voluntad de un individuo, el esfuerzo de una conciencia recta, queriendo intervenir en estos gigantescos cataclismos.

En la barricada de la parte alta de la Rue de la Fayette, he sido detenido por un grupo de bravos guardias nacionales, que encontraban, con razón que mi “pase” era insuficiente (faltaba el DNI)…se me ha visto acarrear adoquines en varias barricadas, dicen, pero…¡podría ser un ardid de espía) (…) no protesto, ni aduzco mi afección a la Comuna…Me pasan al Comisariado de policía del Distrito…Mientras me conducen
(de forma amistosa…¡les entra sed!...se detienen en una taberna amiga y le ofrecen un trago…¡no, gracias!...insisten!...¡bueno tomaré un vaso de agua azucarada!. Los guardias beben vino rebajado con agua y no repiten.  Se bebe sin mediar palabra…¡es pura necesidad!...¡sed!...Se limpian con el dorso de la mano y no permiten que pague el distinguido individuo que llevan al Comisariado).

En la Comisaría (¿)relatan en voz baja los pormenores del caso…el ciudadano comisario frunce el ceño y me dirige algunas preguntas a las que contesto discretamente (…) ¡¡Puede seguir en libertad!!. Saludo, agradezco el gesto y me voy sin decir nada. El cautiverio no ha durado ni una hora.
(su deambular le lleva hacia la Bourse). Las caras son sombrías…un grupo de reaccionarios ríe a mandíbula batiente  de una historia sobre chinos. En los kioskos só lo se venden tres diarios reaccionarios 

(que relatan la hazañas de los de Versalles contra la horda de bandidos de la Comuna  y dos tibiamente reaccionarios que se ofrecen en la parte menos visible: “La Verité” Y “Le Rappel”…pese a su calculada y mendaz tibieza… ¡todos!, incluídos, naturalmente, redactores, serán posteriormente detenidos e ingresados en prisión: “Así paga el diablo a quién bien le sirve”).

Avanzaba apenado. En cada barricada debía mostrar mi “pase” (sin DNI)…detengo mi recorrido por los barrios y por las barricadas…
“¡Qué bello está el puente de Bercy!”

( y se muere de tristeza describiendo la belleza desolada, llena de colores complementarios y de brumas impresionistas, de este anochecer sangriento. Violetas con amarillos…rojos con verdes…perfiles inciertos…torres humeantes  coronadas, cada una de ellas, por deshilachadas banderas rojas).


..............................................JULES VALLÈS… ( puntuación e interrupciones mías).

Martes a las cinco de la mañana: Ha empezado la batalla en el Panthéon.

¡Ah, qué triste es ver, a la luz del sol naciente, esas camillas repletas de púrpura humana! (…seguimos con los colores complementarios…) Son los heridos de la parte alta (Rue Varin, boulevard Arago) que son transportados a las enfermerías de campaña. He dormido en no sé qué lugar de la alcaldía; (…)El panadero está allí, tras esas planchas, y un riachuelo ha traído hasta mis pies pedazos de paja enrojecida.

(…) He tomado el camino de las barricadas. Pero, mientras tanto, comandantes y capitanes me detienen, agarrándome las manos o los faldones de la levita, para pedirme municiones, pan, consejos…y, algunos, un discurso.

Los hay que amenazan:
--¡Como si la Comuna tuviera, todavía, derecho a levantar la voz!
Ah!,¡me desanimo!...y nadie está ahí para consolarme y sostenerme, para compartir mi paso. De los miembros elegidos por el barrio para la Comuna no he visto más que A Règère, asaltado, raptado, ahogado en la municipalidad y a Jourde, que ha venido un momento, pero que tiene muchas otras responsabilidades sobre sus hombros. Él es quien tiene los últimos escudos que alimentarán la insurrección, quien paga los víveres que, los más decididos reclaman a gritos (…)

(La gente lo confunde con un confidente y quieren lincharlo…¡y todo porque se ha afeitado!...Gracias a un compañero se resuelve la situación…y los perdones correspondientes…Una copita y todos tan amigos…y , ahora todos quieren apretar la zarpa de la única franja escarlata que se ve por el barrio…)

Apenas he tenido tiempo, desde que ha comenzado la lucha, de ir a ver cómo van las defensas…me llaman y me vuelven a llamar…la mayor parte de las veces porque se hablaba de traición (vida o muerte…justicia sumaria)
Sin embargo, que yo sepa, no ha habido más muertes que la del panadero. Se dice que han fusilado al comandante Pavía, sin hacer ruido, en un patio, por temor a que yo lo salvara; pero su cuerpo no ha sido hallado.
(…) suena el tambor. Estoy cerca de él y sus vibraciones resuenan en mi corazón…¡mi piel se estremece con sus redobles!...por el camino, unos hombres que han oído el tambor, me reclaman.
--¡Es preciso que venga vd.!... Versalles tiene espías en la alcaldía del VI. Están en contacto con los que han tomado Montparnasse. Me llamo Salvador, debe conocerme, me oyó hablar en el club de la escuela de Medicina. Créame, síganos…en la esquina de Bréa cualquiera puede tomar su sitio…pero en Saint- Sulpice le escucharán a vd.
--Si es necesario…¡váyase!, me ha dicho el mismísimo capitán de los hijos del Père Duchêne.(…)

(Idas y venidas…se habla de hacer saltar el Panthéon…los obuses estallan…el olor a pólvora se extiende…un cura se escabulle como una rata…se santigua con los dedos juntos y escupe por entre los dientes…¡menudo pájaro!)

La calle está desierta y lúgubre, llena tan sólo de los trozos de plomo fundido que corren por delante y por detrás de nosotros (…) Las casa están cerradas. Todas las fachadas sin mirada…parecen enores rostros de ciego. En un rincón, un ciego auténtico, con su perro a los pies, dice lastimeramente: ¡Por favor una caridad!.
¡Oh, mendigo, que no dejas tu platillo ni siquiera bajo el cañón! ¡Autómata construido por la cobardía que tienes la impasibilidad de un héroe!, y cuyo grito gutural surge, monótono entre esa tempestad humana, implacable en esta lucha sin piedad.
Está allí, contra la columna de la Iglesia, como una estatua (de la Enfermedad y la Miseria), erguido en el centro de un mundo que había soñado curar las heridas y liberar a los pobres.
¡Le damos unas monedas! Los hombres que quieren luchar desechan los sueldos y mendigan cartuchos.
--¡Gracias, buena gente!

............................................................LOUIS MICHEL  (traducido de Eric Hazan)



                                                
“Dombrowski pasa con sus oficiales. Estamos perdido, me dice. ¡No!, le contesto. Cuando pasó de nuevo fue sobre una camilla…¡estaba muerto! (…) Era el 23 de mayo, acababa de ser derribado en la barricada de la calle Myrtha”. (Su cuerpo fue (transportado al Père- Lachaise para recibir, allí, los honores…pero en el trayecto) “los federados…habían parado el cortejo y colocado el cadáver al pie de la columna de Julio. Los hombres, con antorchas en el puño, formaron a su alrededor una capilla ardiente, y los federados vinieron, uno tras otro, a poner un beso sobre la frente del general”.
Wroblewski, también polaco e insurgente, fue el único, en toda la semana sangrienta, en contraatacar a partir de la Butte-aux-Cailles que defendía con el 101 batallón…un ejército de desperdicios sociales, de fieras indisciplinadas que sólo obedecían a  la voz del polaco.


No hay más que decir….El cerco se cierra…¡pobres de los que queden!
Sólo, que bajo el nombre de batallón Dobrowski (hasta su incorporación, tras constituirse las Brigadas internacionales, en la Centuria Comuna de París), miles de polacos, en su mayoría exilados en Bélgica y Francia, dieron su vida en defensa de la Revolución española del 36…Desde el Jarama hasta el Ebro, pasando por Brihuega, Teruel y todo el frente de Aragón…En su honor debería, en la “franja”, estudiarse polaco como segunda lengua. 

¡Viva el Internacionalismo proletario!.


                             

RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...