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miércoles, 27 de marzo de 2013

Propuesta para hoy, día 27 de marzo. “El santo bebedor”



Así como el vino se transmuta milagrosamente en sangre redentora (¿), así el vino (nombre genérico) obra milagros: no sólo en sus devotos, a los que transmuta de pobres diablos en poetas balbucientes (o viceversa), sino que también obra milagros en el mundo...como padre-madre que es de los espíritus-espirituosos.

Al bebedor le es dada la inmortalidad de los arcángeles (o la esquizofrenia de Eros); le es dada la baba inmortal (o las alas imposibles).

Lean vds. la alabanza del vino de Marsilio Ficino o las arrebatadoras loas de los descendientes de Grandousier... (por no remontarme demasiado...ni ser contemporáneo).

El abstemio nada sabe de la negra desolación resaquil...ni del gradiente asombroso, de la ascensión progresiva...hacia el desorden sentimental. Nada sabe de las arcadas (¿góticas, de gota?) que nacen de la primera leche y desembocan en el circo glaciar, también blanco, de Roca. Nada sabe del movimiento de los astros...del amor perruno por todos lo que les rodea .El abstemio ha lanzado el ancla y nada sabe del vaivén inmisericorde del tiempo y del espacio. De llegar tarde o no llegar. De la culpa.

El devoto se hace generoso hasta la crucifixión y fieramente pasivo ante lo inevitable. ¡Jura por dios!...¡Promete por los arcángeles!...y se diluye como azucarillo en absenta.

El abstemio nada sabe de ese diluirse en absenta, de ese olvido: que es el olvido del Ser, el ser del olvido.

El devoto confía, se deja en manos de lo que es. Circula (¿) como un tio-vivo: infantil y filósofo del devenir de lo mismo.

El abstemio ve el mundo bajo el efecto anestésico del “soma”...El devoto sabe que el mundo está compuesto de retales de los velos de Maya. El abstemio habla de niveles...de jerarquías...El devoto, por obra del espíritu, sabe que todo está en todo y que al beber una copa (de más) los reinos escatológicos se funden en uno.

...etc...etc

El abstemio......¡bah!

El día empieza avasallador y promisorio.

“Un atardecer de la primavera de 1934, un caballero maduro...”

Era miércoles...¿por qué no hoy, día 27 de marzo?

¿Han observado vds. que el corazón tiene la forma del viejo París?
Seguiremos el vía crucis de Andreas, el “santo bebedor” (pues la intención es lo que importa) y confeccionaremos su ficha Eroféiev.

“Y...En honor de mi dama
me pimplaré un gintónic
en hora no acostumbrada”

Pero primero es lo primero...Esconderle la budionovka al perro (¡es primavera!). Paseo matutino. Aceite, cortisona y fifti-fifti.


Ascensión y caída (definitiva) de Andreas Kartak en 19 días (y 500 noches)

También Nuestro Señor (¿!) entró triunfante en Jerusalén y salió con los pies p’alante
La Pasión y muerte de Kartak tuvo su inicio triunfal subiendo las escaleras del Pont Neuf con doscientos  francos que le abrían el camino hacia la felicidad.

Dios escribe torcido en renglones rectos (¿) El hombre hace lo que puede en los renglones que encuentra. No entraremos en la caligrafía divina...nos limitaremos al aliño (entre lo explícito y lo implícito (extrapolando): 1 litro de alcohol puro) con el que nos comemos la ensalada desordenada de la vida. 



El tal Andreas fue conducido, milagro tras milagro, hacia el derrumbe. El milagro viene de fuera y la perdición se mueve en nuestro ámbito. Abajo ocurren los milagros y arriba se disuelven como azucarillo en absenta. El milagro es imprevisible (por definición) y lo otro viene sólo, como la conclusión de un pétreo silogismo.

1r. Día: 27 de marzo, miércoles
Comienza el milagro (de forma arcangélica) y la promesa a Teresita de Lisieux (¿deliciuese?) en Sainte Maríe de Batignolles.

En el “Tari-Bari” (Rue des 4 vents. Hoy, en su lugar existe un bar (una placa hace referencia a Roth): cena  y bebida abundante. Según mi criterio:
1 pernod,
1 botella de vino tinto,
1 café, “arrosé rhum”, y
1 ó 2  vasos de aguardiente.
Más 1 botella para pasar la noche debajo del Pont Neuf.



 2º Día: 28, jueves.
Compra una revista. Decide que ese jueves será el día de su cumpleaños: ¡Fiesta y con dinero! Restaurante de más categoría. Decide afeitarse. Sale y vuelve:
1 carajillo de ron.
1 absenta, que paga el caballero que le ofrece un trabajo (continua el milagro)
1 absenta, que pagará Andreas.

Compra una cartera (inicio de un nuevo  milagro).

La Butte de Montmartre: “la taberna con las chicas”:
1 aguardiente (la primera ronda la paga Andreas)
Otro aguardiente (se supone que alguien pagará la segunda).
No se habla en ningún momento de comida...Ya se sabe que los devotos sienten, sólo de vez en cuando una “cierta hambre”...”se trata de una forma muy especial de avidez...que tan sólo dura unos pocos instantes y desaparece tan pronto como el individuo que la siente se imagina una determinada bebida, precisamente la que más le apetece en aquel momento”
Duerme en la “taberna de las chicas”.
N.B. el “tamaño chupito” es ¡¡muy posterior!!

3r. Día: 29, viernes
Trabajo. Con la propina:
1 aguardiente.
Duerme en un pequeño hotel. Día sobrio. Desacostumbrado.

4º. Día: 30 Sábado
Trabajo.
“Bebió solo y cenó solo (...) entró en dos tabernas más (...) bebió mucho, mas no se emborrachó...no gastó mucho dinero”. Según mis cálculos:
1 pernod
1 botella de vino tinto
1 carajillo de ron
3 aguardientes.
Duerme en un hotel de medio pelo.

5º. Día: Domingo
El propósito de cumplir la promesa se diluye como....en un bistró  que “descubrió oblicuamente frente a la Iglesia” al que entra para hacer tempo (¿):
4 absentas.
Se encuentra con Carolina. Cenan “en un paraje a las afueras de la ciudad”. Cine y baile. Según mi criterio:
1 Pernod
1 botella de vino tinto
1 carajillo de ron
2 absentas
Después del cine tomarían alguna cosa ¡digo yo!
1 absenta.
En el baile:
4 absentas.
Pasa la noche en casa de Carolina

6º Día. Lunes
1 Pernod. Recuerda el pasado con Carolina y el origen de su desgracia. Resignado al fin de su buena suerte, cede al “lento hundimiento al que siempre se muestran propensos los bebedores”...Orillas del Sena.
Sonará: Enrique Santos Discépolo – Esta noche me emborracho  (nacido tal día como hoy, del año 1901)

7º día, martes; 8º día, miércoles y 9º día, jueves:
debajo del puente “pidiendo prestada de vez en cuando una botella de aguardiente”. Según mi criterio:
2 botellas de aguardiente (¡y me quedo corto!)

Madrugada del 9º día (jueves) al 10º día (viernes):
sueña con Teresita. ¡¡Nuevo milagro!!. Compra tabaco (Andreas no es muy fumador).
3 vasos de vino blanco “a modo de gratitud con el destino
Comida con:
1 botella de vino tinto.
Cine: Entre la Ópera y Boulevard des Capucines.
Encuentra a su amigo Kaniak en un hotel de les Champs Elisées. Comen juntos.
1 botella de vino tinto
1 carajillo de ron
1 aguardiente

(Esto no aparece...pero después de años sin ver a un amigo no se puede comer a palo seco).
Kaniak alquila una habitación en un quinto piso, con ascensor (en las proximidades de La Madeleine) para su amigo y le regala algunos trajes...¡¡sigue el milagro!!
1 botella de coñac para los dos.
Se dirigen a la “taberna de las chicas”. Allí están dos horas. Según mi criterio:
Otra botella de coñac para los dos.
Habitación 89. La chica ocupa la 87. Duermen en la 87.

11º día, sábado
Comida en Fontainebleau: “buenas comidas y buenos vinos” (...) “estuvieron bastante tiempo comiendo y bebiendo”...Según mi criterio:
2 botellas de vino tinto
1 carajillo de ron
3 aguardientes.
Por la tarde: Cine. A media película salen a tomar algo
1 absenta
Y ya no vuelven a entrar:
2 copas de coñac.
Habitación 87.

12ª día, domingo
¡Esta vez sí que cumplirá la promesa!...espera la hora en el bistró de la esquina:
1 absenta
Encuentro con el canalla de Woitech. Vuelta al bistró y se disuelve como...la promesa.
3 absentas.
Taberna de las chicas...

13º día, lunes
Taberna de las chicas. (algo beberían..¡digo yo!):
1 botella de coñac
1 botella de vino.
Duermen en la taberna.

14º día, martes
Taberna de las chicas. Tarde lluviosa...¡volver al puente!...¡¡Se renueva el milagro!!.
Tari-Bari: Cena
½ botella de vino.
2 aguardientes.
Duerme en el Tari-Bari

15º día, miércoles; 16º día, jueves; 17º día, viernes; 18º día, sábado.
En el Tari-Bari.
En cuatro días pudo, perfectamente, haberse bebido:
4 botellas de vino
2 botellas de aguardiente
8 carajillos y...pongamos
6 absentas.
Sale un poquito el sábado por la tarde.

19º día, domingo.
Se levanta temprano. Quiere escaquearse, pero el dueño se levanta antes que él.
¡De hoy no pasa!...¡¡Nuevo milagro!!
Pero el canalla de Woitech está al acecho: “no pararon de convidarse mutuamente(...) “Sólo bebían absenta”.
Antes de derrumbarse definitivamente, según mi criterio:
6 absentas.

“Denos Dios a todos nosotros, bebedores, tan liviana y hermosa muerte”.

 La cámara se alejará hasta construir un plano cenital, que abarcará la plaza bordeada por la Iglesia, morada de santa Teresita, y el bistró de la esquina, donde habita la pesadilla.  Mientras, superpuestas, las letras del reparto fluirán hacia arriba. Sonará Sarah Vaughan “Fly Me to the Moon” (nacida tal día como hoy, del año 1924). 

                                                                        -----FIN-----

Hoy Andreas ha bebido por todos ...¡no le disputemos el mérito! En su honor, y como signo de devoción, nos abstendremos de pimplar. Sólo los dos litros de vino (que se quedarán en nada) en los que estofaremos un hermoso conejo de monte: con una ramita de canela.
El perro, que nada sabe de mortificaciones voluntarias, no sale de su asombro cuando me ve beber agua. Así empieza uno a hacerse digno (¡!) de conmiseración. Nos vamos despojando de nuestros atributos (también por la gorra) y acabamos visitando edificios en construcción.
DVD: Programa doble: “Irma la dulce” (B. Wilder, muerto tal día como hoy, del año 2002) y “Solaris” de Tarkovsky, con guión de S. Lem (muerto hace 7 años).

“Esta noche me emborracho”.  (Diescépolo)

“(...)
fue mi locura!
¡Que llegué hasta la traición
por su hermosura!...
Que esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor;
que chiflao por su belleza
le quité el pan a la vieja,
me hice ruin y pechador...
Que quedé sin un amigo,
que viví de mala fe,
que me tuvo de rodillas,
sin moral, hecho un mendigo,
cuando se fue.”

Nunca soñé que la vería
en un "requiscat in pace"
tan cruel como el de hoy.
¡Mire, si no es pa' suicidarse
que por ese cachivache
sea lo que soy!...
Fiera venganza la del tiempo,
que le hace ver deshecho
lo que uno amó..

Este encuentro me ha hecho tanto mal,
que si lo pienso más
termino envenenao.
Esta noche me emborracho bien,
me mamo, ¡bien mamao!,
pa' no pensar.”

martes, 26 de marzo de 2013

Propuesta para hoy, día 26 de marzo. Beethoven. J.K.Toole…



PRIMERA ESTAMPA.










Suena  el Cuarteto XIII, cuya “Gran fuga” final fue sustituida a última hora por un nuevo “finale”, que sería, a la postre, el último movimiento completo que escribiría Beethoven. Tomo un aguardiente de trigo en el Welt Café de la Schwarzspanierstrasse de Viena.  Creo que el nuevo “finale” quita un poco de hierro al asunto. Se ve que el músico se arrepintió de la “Gran fuga” y pensó que estaría bien permanecer un poquito más. En un apartamento de este recio y vetusto edificio (fundado por los benedictinos de Montserrat: apúntenlo en su cuaderno “Big Chief”) pasó Beethoven sus últimos meses (incluyendo su último día: tal como hoy del año 1827) Desde la ventana de su habitación se veía el gran descampado del glacis, que posteriormente fue convertido en el Ring, más o menos enfrente de donde se construyó, veinte años más tarde, la” Iglesia votiva”. El sol le entraríaa raudales, a no ser que, como a Kant, le gustara tener su habitación completamente a oscuras…o cayera un diluvio bíblico. Estos genios tienen genialidades.
 La verdad que a este último refugio del músico no le hacen mucha publicidad. Puede que el suicidio de Weinninger la haya infectado de nihilismo y desprecio de sí misma. Viena no quiere saber nada de sus antiguas “epidemias”.

Me veo nuevamente delante de la barra del Welt café:

–Póngame otro orujo, buen hombre.

–¿Qué? ¿¡Ya viene de ver la casa de los muertos!? Aquí lo que más despachamos es “Agua del Carmen”… ¡para los mareos! Sepa Vd. que el sordo se pudrió en vida, como Mozart. Una cirrosis concluyente le licuó los órganos internos. Le sacaron 6 litros de líquido putrefacto…los riñones los tenía…

–¡Pare Vd, buen hombre!

–No tiene Vd. pinta de aprensivo… Además la tarde que murió, eran las 5’45, descargó un diluvio bíblico y los rayos señalaban de forma inequívoca la escena del deceso. Es lo que tiene la grandeza. Mi muerte vendrá precedida de un estruendo de vajilla: se me caerá la bandeja y el dueño me partirá el lomo. Ya mi nacimiento vino precedido por una desgracia: una epidemia de peste porcina acabó con todos los cochinos de la familia. Y entre uno y otra mi vida discurre tan turbia como el agua del Danubio.

–Me va Vd. a hacer llorar, querido mesonero. Pues yo, he de decirle, fui concebido en medio de una galerna fuerza 8 y mi nacimiento por una riada purificadora. Pero mucho me temo que mi “finale” sea precedido por una ridícula musiquilla de teléfono a la que no podré atender. Mis últimas palabras serán: “Me cago en el puto móvil”. Por lo demás: puede que llueva o puede que no.

–Ese hermoso perro es suyo.

–En efecto.

–Pero… ¡déjelo entrar.

El camarero le sirve agua en un cenicero grande. “Gorrión” bebe con la delicadeza que le es propia.
Todo es un sueño. Estamos tumbados en el sofá de casa oyendo el esputofaif. “Gorrión” sigue con atención el “finale” y parece que se despida.

SEGUNDA ESTAMPA.



 Y ahora me veo sentado a una mesa de un aplastado MacDonald en la carretera local 24 (Milledville, Georgia). Gorrión se carga de energía. Sin un poco de sol se descarga, como las pilas. La altura de las “casas” indica el límite permitido a la elevación espiritual. Nadie puede volar más alto. Primero fue la cuadrícula y después se echaron las casas, como la sal en la ensalada. Algunas parecen pegatinas que intentaran reproducir antiguos recuerdos (ya difuminados) de ciertos edificios próstilos-tetrástilos que, en algún lugar del mundo, han existido (no en vano hay una ciudad cercana que se llama “Atenas”). Gente, a la vista, no hay. Coches. ¿Esto es el “Profundo Sur”?  Son llanuras interminables que las presiento llenas mosquitos y de desquiciados. Ni profundidad, ni altura.  La altura máxima es la de la hamburguesa que me trae un individuo vestido de payaso. Cerveza imposible. Un Dr Nuts…remanente de la guerra de Corea (?recuerdan Vds. el "olor de almendras amargas", pues ¡al revés!)  Las bebidas alcohólicas en el interior. “Sangre sabia”.

–Mi querido y estrafalario camarero… ¿Podría Vd. indicarme si estoy en la dirección correcta para “Andalusia”?

–It’s a long, long way!

–Pero…¡voy bien!

–¡Claro pisshha! Lo de “long way” lo digo para practicar. T’acabas el bocata, te revuerves, tiras como un kilómetro y ya veràh un cartelito.

–Gracias!

–¡De nada, mi arma!

Le doy el segundo piso a “Gorri” y yo me zampo la planta baja. Entro, compro una botella de Bourbon y salgo.

Ahora me veo, llevando al perro por la correa, caminando por el centro de la carretera…como en un final conmovedor de una película de “Charlot”. El objetivo se cierra, redondo, en negro, justo en nuestros culos. Es como si absorbieran el paisaje. A la izquierda aparece el cartelito: “Andalusia Farm”. Ya se oyen los rebuznos y los bramidos de los pavos reales. Un camino de tierra por entre una espesa vegetación desemboca en un claro (propio para las lunas inmensas de Georgia) y en su centro una casa-mansión con su porche acristalado con sus escaleras donde sentarse al caer la tarde…  y sus magnolias vigilantes. Faltan las plantaciones. 

En verdad la casa no desentona con otras que hemos visto en la ciudad. La ciudad tiene el encanto de las películas en las que se desata un terror gratuito e impropio. Sus edificios parecen edificios “potemkim”. Vamos…un escenario para rodar el “Show de Kino”.

Pues eso, los animales nos rodean. “Gorrión” husmea el aire, parece que ha olido a “lupus”, saca fuerza de flaqueza y lanza un ladrido que se desvanece en cuanto sale de su tierna boca. Avergonzado, se deja caer, abatido y conocedor del fin cercano. Lo ato en un aro a tal fin dispuesto. Entro y me compro una camiseta ilustrada: “Wise Blood”.

¿Que qué hacemos aquí? ¡Fácil!

J.K.Toole, harto de las maniobras castrantes de su madre, desesperado por que el futuro se alejaba de sus expectativas, fatigado de tanto disimulo erótico, arrastrado por la fuerza gravitatoria de Ignatius Reilly e inspirado por el “espirituoso santo”, al que empezó a hacerse devoto…lo dejó TODO, cogió el coche (no sé la marca) y se marchó. Como H.H. con Lolita. Recorrer al buen tuntún las carreteras americanas, a la búsqueda de un cruce en el que poder pactar con el diablo. Como Robert Jhonson.  Llegó al Pacífico y su espíritu no encontró la paz. Volvía al infierno de Nueva Orleans pero se detuvo en “Andalusia Farm” en las afueras de Milledville (Georgia). Quería visitar la casa donde vivió sus últimos años su admirada Flannery O’connor (y donde está enterrada con el grumo familiar al completo). Llegó a punto para celebrar el 44 cumpleaños de la muerta. Era el 25 de marzo de 1969. La “granja” no estaba abierta al público.



 Aquel joven con una retirada al apacible Jack Lemon se había convertido en un gordo enloquecido que había tomado los rasgos de “Ignatius”. Tomó, frustado, la interestatal 65. Pasó de largo centenares de moteles y cuando el sueño le vencía se dijo que, para lo que quedaba, no merecía la pena gastar ni un dólar en dormir.

–(…)”¿Dónde quieres que pasemos la noche?
–¿Pasar la noche?–atronó Ignatius–No vamos a pasar la noche en ningún sitio. No podemos parar.
–Ignatius, estoy que me caigo. Llevo en este coche desde ayer por la mañana. 
–Bueno, crucemos el puente de Biloxi por lo menos…(…)”

Sin embargo, en un arranque de fidelidad y nostalgia se comió un “perrito caliente”, con doble de mostaza. Ya no le quedaban muchos de los 1.500 $ con los que salió de casa. Enlazó con la 10. Antes de llegar a su destino, quiso ver el mar y las ciénagas: tomó la 57 hacia la costa. Se internó en la 90 y  cruzó (¡desgraciado!) el puente de Biloxi.  El coche se abría paso entre la nada. Iris, de rosados dedos, asomaba por la parte de Florida. Su madre, de negrísima sombra, esperaba por la parte de Misisispi.  Dejó que el día siguiera su curso. Compró, en Biloxi, una manguera de cuello ancho. Puso 15 litros de gasolina y cogió el boulevard de la costa. Cuando creyó conveniente tomó un sendero secundario. Encajó la manguera al tubo de escape. Metió la parte libre de la manguera por la ventanilla del conductor. Subió la ventanilla. Encendió el motor y esperó. Su último pensamiento fue para Myrna “… Y tomando la cola de caballo con una de sus manazas, la apretó cálidamente contra su húmedo bigote”.





 Lo encontraría el patrullero Mancuso, eficazmente ridículo, como siempre.

“Soy capaz de tantas cosas y no se dan cuenta. O no quieren darse cuenta. O hacen todo lo posible por no darse cuenta. Necedades. Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer.”

A favor de la madre decir que entregó el resto de su vida a la causa del hijo (y a firmar libros) que, por fin, vería colmadas sus ansias de inmortalidad. “La Conjura de los Necios” ha hecho pasar a la historia a todos aquellos que no supieron ver la majestuosidad de la obra.

Si Vds. van, de verdad, a Nueva Orleans y quisieran, por aquello de la “mitomanía” y las “efemérides”, hacerle una visita al bueno de “Ignatius”, sepan que su estatua se encuentra en el “hall” de los antiguos “almacenes HD” (justo debajo del reloj) que daban a la Kanal Street y a la Iberville. Háganme caso: no busquen en internet porque enloquecerán: Los almacenes no existen; el Bourbon Hotel, no existe, el que pusieron después, tampoco. Ahora se llama Hyatt French Quarter Hotel y se encuentra en el 819 de Kanal Street. No se confundan, por allí pasan muchos individuos que tienen su mismo porte. Fíjense bien: es el único que no se mueve.
Aunque la verdad, mejor harían tomándose un bourbon en cualquier garito de las calles adyacentes.

Buena visita, ¿eh “Gorri”?


TERCERA ESTAMPA.
Monsieur Ancelle me revienta (…) la moral de la burguesía me da horror” (Baudelaire a su mamá. 26 de marzo de 1853.)

Tal día como hoy, abandonó definitivamente la escena la gran Sara Bernhardt. Tampoco se llevó bien con su madre. Cuando llegó al Olimpo, los dioses la colocaron junto a Hefestos, el cojo.











RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...