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sábado, 1 de junio de 2013

Propuesta para la mañana de hoy, día 1 de junio. Eichmann. Arendt. Anders.



En la noche de ayer a hoy, del año 1962, Eichmann fue ejecutado en la cárcel de Ramla (Israel). Le ejecución empezó a las doce menos cuarto del día 31, o sea del jueves al viernes, primer día de luna nueva…pero, digo yo, con lo manazas que son estos ejecutores y con su desconsideración característica, la muerte se prolongaría su buen cuarto de hora. 
 
Después del juicio estuvo en la cárcel seis meses, durante los cuales dio muestras de su santidad connatural…”Si yo no hubiera sabido lo que había hecho ese hombre, hubiera dicho que era un santo” (así se expresó el guardián al que le tocó, se lo jugaron a las “pajas”, apretar el botoncito de la maquinaria. El mecanicismo, el automatismo ya había conquistada las más altas cotas de la vida y de la muerte). Y es que esta gente es así: unos santos que han olvidado (que nunca han conocido) las consecuencias de los actos, a los que su positivismo los ha conducido a una visión neurálgica-migrañosa del mundo. “Yo lo vi colgado–continúa– Su rostro era blanco. Sus ojos estaban salidos. Su lengua colgaba y había un poco de sangre en ella…durante un año tuve pesadillas”.

¡Normal!
 


Fue instruido en la incómoda muerte vertical. Rechazó la capucha negra y antes de caer al pozo pidió permiso para declamar sus últimas palabras: “Larga vida a Alemania…a Austria y…a Argentina (¡¡Triple A!!)…Tuve que obedecer las reglas de la guerra y las de mi bandera. Estoy listo” (¡y tanto que estás listo!...) ¡Kantianos de todos los países, uníos! (Ya saben Vds. la interpretación de Onfray: La capacidad destructiva del Imperativo categórico).

Sus cenizas fueron a parar a aguas internacionales…¡¡para más inri!!

¿Qué les voy a contar de Eichmann que Vds. no sepan?  ¿Su huida de Alemania y de Europa con la ayuda de un franciscano fascista y de la neutral “Cruz Roja”? ¿Su estancia en Argentina y sus relaciones con empresas alemanas? ¿Qué todo el mundo sabía de su existencia? ¿Lo del judío ciego que lo descubrió? ¿Qué lo del secuestro (11 de mayo de 1960) tiene más rotos que los bolsillos de mis pantalones? ¿Su papel en la logística del Holocausto? ¿Su aplicación extrema, más allá de la pura obediencia?...Son cosas sabidas. Como sabido es que el grueso del nazismo permaneció en Alemania Federal ocupando los cargos que le eran (también) connaturales.

Sin embargo quizá no esté de más que recordemos a Hanna Arend y a su (coyuntural) marido Günther Anders (¿Arendt?), autores de lo más esclarecedor que se ha escrito sobre la naturaleza del mal en la época de la técnica. ¿Sade?... ¡Era un humanista!...aquello era pura manufactura.


Sobre tan severo tema no puede meditarse en ayunas y sin la entereza que te presta un carajillo generoso de Terry de malla.

Que H. Arent fue amante de Heidegger, el turbio maestro de Alemania, es cosa sabida. También que, pese a que su amor se mantuvo, marcó las diferencias y mostró su repudio y repugnancia, que aumentaba en la medida en que Heidegger se acercaba al nazismo o quedaba firmemente pegado a él como los zapatos a un inoportuno chicle  de adolescente tardío. Finalmente quedó una nostalgia por un camino interrumpido…por las “sendas perdidas”…y una tristeza profunda por la acerada incomprensión (¿) que el filósofo mostró sobre lo que estaba pasando…¡Aún seguía esperando el Adviento!... Y sobre todo quedó un pensamiento abierto al mundo, una “mundanidad”, que le faltó al profesor y que éste ignoró voluntariamente.

H. Arent sacó los temas heideggarianos de su contexto existencialista y los transpuso a un marco político. Se ayudó de Aristóteles (en vez de Platón) y de ciertas sutiles distinciones: 

·         Trabajo/Producción/Acción;
·         Bios/Zoí;
·         Phrónesis/Sophía;
·         Historia verdadera/Historiacontada (actuar,ver,recordar)/“asombrofilosófico; “paria”;
·         Pensamiento/Razonamiento

para concluir en una descripción de la cristalización del mal absoluto: “La humanidad se ha convertido en superflua”…no sólo algunos (judíos), no… ¡la humanidad! Y tal “superfluidad” como consecuencia de la “estructura elemental” del Totalitarismo.

París. Campo de Gurs. El azar jugando a su favor y al de Blücher (antiguo espartaquista y filósofo autodidacta) Amistad con Benjamín. Admiración por Rosa Luxemburgo ( asesinada tiempo atrás). Profundización en el marxismo. Nueva York (a través de Lisboa) en 1941… Y allí, separada de la geografía del Holocausto, intensificará su labor en torno a la “cuestión judía” y a la “solución final” (Eichmann): como consecuencia de la reificación y utilitarismo ligados a la técnica y a su desarrollo.

Perdonen Vds. lo sintético del asunto, pero mis horas de docencia se acabaron. Son pistas. Reflexionen sobre esta serie: Desarrollo económico, secularización, universalismo, asimilacionismo, colonialismo, racismo….Imperialismo. Y el colofón: La administración de la plusvalía puede conducir al Holocausto: “El ser humano, seriamente “rechazado” de sus espacios habituales y de su memoria, desarraigado de sus diversos “suelos”, y en este sentido gravemente “desolado”, es la víctima señalada de fantasías promisorias que finalmente son fanatismos mortíferos”
O aquello otro:
“Es preferible no sentirse en casa en ninguna parte, no confiar verdaderamente en ningún pueblo, pues en un instante puede transformarse en mazo y en instrumento ciego de la muerte”.



Y por entonces ocurrió el juicio de Eichmann. Ya antes de pedir que la enviaran a cubrir el evento, se había destacado por una visión original de la cuestión judía-hebrea. Nunca aceptó la construcción de un estado judío y ¡menos! en una tierra habitada, cuyos habitantes sufrirían las consecuencias de la ocupación. Siempre estuvo por una tierra compartida por árabes y judíos. Comprendió de entrada los peligros que entrañaban la conversión en “Estado judío”. Repudió la posibilidad de que es Estado de Israel se erigiera en verdugo (¿juez?) de los responsables de la matanza…no porque esta no hubiera existido, ni porque las principales víctimas no hubieran sido judías…sino  porque se trataba de un Crimen contra la Humanidad. No era una cuestión de “amor”, “odio”, “desprecio”…era una cuestión política ¡desde el principio!
No era obra de asesinos innombrables, de monstruos irrepetibles… ¡al contrario! : Tenían un nombre y un apellido que pasaba de padres a hijos y su repetición siempre sería posible, porque brotaba de la “estructura” del Totalitarismo, límite al que tienden las sociedades modernas y cuya esencia es la anulación del pensamiento (“conversar con uno mismo”): su único antídoto. Eichmann, como se verá, razonaba… ¡pero era incapaz de pensamiento propio!

“Me quedé totalmente estupefacta ante la evidente vulgaridad del personaje; ante ella resultaba imposible buscar ningún tipo de raíces o de motivaciones profundas que explicaran su innegable perversión. Sus acciones eran monstruosas, pero su autor–al menos aquella persona, tan activa tiempo atrás, que se hallaba ante el tribunal–era completamente normal y corriente, sin nada de demoníaco o de monstruos.”
Era totalmente incapaz de responder por sí mismo. Daba respuestas estereotipadas. Jamás se planteó la duda sobre su responsabilidad en el asunto: recibía órdenes… ¡y las órdenes son para cumplirlas! Sin embargo era un padre cariñoso, un marido responsable…

¡Qué corto intervalo separaba al ciudadano Eichmann del genocida Eichmann! De qué forma más implacable la ruptura de los lazos de solidaridad, la sumisión ciega a la autoridad, la necesidad de adaptación a lo que hay, puede convertir un ciudadano normal y corriente en un verdugo. No es necesario postular la naturaleza demoníaca del mal, basta con contar con gente “desolada”. Ahí radica la “banalidad del mal”: Cualquiera puede hacerlo. No es sólo que la tiranía nazionalsocialista impidiera cualquier resistencia, ocurrió, más bien, al contrario, la ausencia de resistencia facilitó  la tiranía nacionalsocialista. El planteamiento de Arendt se opuso frontalmente a interpretaciones psicologicistas, sentimentales, moralistas, en suma: simplistas y confortables… ¡y ahí empezó el malentendido!

La situación que hizo posible AQUELLO permanece. De donde se sigue la necesidad del juicio propio, del pensamiento libre, de la asunción de la responsabilidad personal, de la resistencia al pensamiento único (¡y al progreso!). Sólo así la tendencia implacable hacia la uniformidad (mecanicismo, automatismo…) universal podrá ser contenida. H. Arendt, quizás demasiado influida por Heidegger (o por la tradición judía) no alcanzó (¿) a ver la unidad indisoluble entre la política y la economía y rechazó el marxismo allí donde, precisamente, el marxismo creyó encontrar la clave. Por otra parte su análisis del Totalitarismo, tocado por este defecto, la conduce a identificar la producción industrial de la muerte con el “Totalitarismo comunista”. Su primer marido, Günter  Anders (Stern) se lo recordaría.

¡Vaya mañana!... ¡Y aún queda! …Lo que no queda es “espirituoso”. Pues, miren Vds. hasta que no acabe, ¡lo prometo! No pimplaré ni una gota… ¡que se joda el basto!

















El planteamiento de  Anders es más “entendible”, más directo y también más apocalíptico (lo cual no es, aquí, un juicio de valor). En la carta a Klaus Eichmann (hijo del verdugo) expone su análisis “radical” de lo ocurrido y lo convierte en un eslabón del avance imparable del “Imperio quialista del totalitarismo técnico”, en el cual la “máquina” dominará al mundo convirtiendo el mundo en “máquina” y los seres humanos seremos eliminados: unos convertidos en material necesario y otros, los que opongan resistencia,  materialmente eliminados.

Decir de antemano que la finalidad de la “carta” está lejos de ser un reproche. “Nadie forja su origen. Tampoco Vd.” Es, por el contrario, un invitación a la reflexión sobre las condiciones que han hecho posible “lo monstruoso” y que abren la probabilidad (próxima a la certeza) de su repetición. Y un llamamiento a que se sume a “todos los hijos de Eichmann” que intentarán la última resistencia. Sabida es la reacción de Klaus y el contenido de la segunda carta…

1.      Lo “monstruoso” aparece ante nuestros ojos como una inmensa aniquilación institucional e industrial de millones de seres humanos, llevada a cabo por dirigentes y ejecutores (Eichmann serviles, vitales, obstinados, ambiciosos, cobardes…y pasivos). Tales Eichmann son muy significativos en el estado actual de nuestro mundo. Tal significatividad no los absuelve.
2.      Los fundamentos que lo hicieron posible no han cambiado. Urge organizar las resistencias para que no vuelva a repetirse. Para ello es necesaria la comprensión “radical”…ir a las raíces de lo “monstruoso”:
3.      Se ha abierto un abismo entre nuestra ilimitada capacidad de fabricación y nuestra limitada facultad de representación.
4.      La alienación en el proceso del trabajo, unida al proceso de división del trabajo, anula nuestra capacidad de representarnos el todo. Haven imposible la percepción comprensiva del todo…Y nuestro mundo se vuelve cada vez más oscuro (“Dark age”).
5.      La afirmación de que “Las Luces”, la técnica y el progreso van unidos es un arma propagandística en manos de “esos hombres oscuros de la época técnica cuyo máximo interés es mantenernos en la oscuridad en relación con la realidad del oscurecimiento de nuestro mundo, o mejor dicho, producir continuamente oscuridad”
6.      La “desmesura” del fin nos hace indiferentes, nos convierte en “analfabetos emocionales”: “desfallecimiento del sentir” (horror, respeto, compasión, responsabilidad). Nuestro mecanismo de inhibición queda totalmente paralizado cuando sobrepasa cierto umbral.
7.      Sin embargo, queda una pequeña esperanza: la experiencia misma de nuestra impotencia (para representarnos el todo) representa todavía una oportunidad, a condición de que comprendamos los efectos del todo en proyecto. Lo cual, inútil decirlo, va en contra de la continua división del trabajo y de la “moral del trabajo” (“la feina ben feta”) que la acompaña. Los meros trabajadores son cómplices, pero inocentes, pues no tienen la experiencia del fracaso.
8.      Sin embargo Eichmann el “fracaso” de la representación de lo monstruoso y sus efectos no actuó como una “oportunidad”, como una “advertencia”…sino como una justificación de su acción.
9.      Las víctimas, sometidas a la “ley de la desproporción” fueron incapaces de ver lo demasiado grande…y no pudieron reaccionar de ninguna otra manera.
10.  Además del colapso de nuestras facultades, se suma la “naturaleza maquinal de nuestro mundo actual”, sometido al principio de la máquina: el máximo rendimiento. De donde se deduce lo dicho al principio.

Auschwitz…Hirosima…Chernobyl (como ejemplo): he ahí las estaciones del final de la humanidad. Cuando ese momento llegue, el Holocausto nos parecerá un experimento provinciano y se dirá que los empleados desempeñaban concienzudamente sus funciones: porque se veían a sí mismos como piezas de una máquina cuya existencia interpretaban incorrectamente y utilizaron su buen funcionamiento como justificación. Porque fueron prisioneros de su especialización, y por tanto, separados del efecto final por múltiples muros. Porque fueron incapaces de representarse ese final y porque, en virtud de la mediación de su trabajo, fueron incapaces de percibir las masas de seres humanos a cuya liquidación contribuían Y otros, porque, como Eichmann se aprovecharon de esta incapacidad para liberarse de toda responsabilidad.

Súmenle a esto el consumismo con sus “monstruosas” consecuencias: desastre ecológico. División Norte/Sur. Más “idiotismo” (también en sentido griego) y obtendremos un aumento imparable de Gewalt (“poder-violencia”), energía del totalitarismo.
Por cierto qué bien lo expresa esa palabra alemana: “Gewalt” (poder-violencia).
No es de extrañar que Anders se convirtiera en un activista antinuclear y antitodo.

¿Resumimos?
·         El ser humano no está a la altura de la perfección de sus productos.
·         Produce más de lo que puede imaginar y responsabilizarse.
·         Cree que todo lo que es capaz de producir puede hacerlo. Es más: DEBE HACERLO.

Salvando las diferencias hay puntos comunes con el planteamiento de H. Arent. Ahí tienen Vds. un punto de reflexión…¡Yo estoy loco por beberme una botella de Ribera!

¿El SABOTAGE como táctica?







viernes, 31 de mayo de 2013

Propuesta para hoy, día 31 de mayo. 2ª SERIE. Mateo Morral. Día internacional sin tabaco


Pasados los fastos del mayo madrileño, acérquense a la capital del reino, llénense el morral y…  ¡disfruten!

Les aconsejaría una famosa horchatería, “Alcalá”, que abría sus puertas en los bajos del edificio de la Fundación Rosillo o a la cervecería “Candelas”, sede de la itinerante troupe de Valle Inclán (y los Baroja) que perdió el brazo en una riña tabernaria. El barbudo era lenguaraz y siempre dispuesto a los bastonazos: su Lepanto fue el “Café de la Montaña” de la Plaza del Sol.
Pero como los lugares citados ya no existen…lo dicho: llénense el morral y diríjanse al Retiro. Alquilen una barquita y zampen y pimplen oyendo los pajaritos…pio…pio y dejen que el sol les acaricie. No olviden la crema protectora. Yo me protejo con el “Panamá”.



Estos días, ocupado en los estertores de la Comuna, he olvidado decirles que me han obsequiado con un hermoso Panamá, auténtico jipijapa.

Yo tomaré el Ave de las 5 de la mañana. Sobre las 8’30 estaré en el parque, tomando una cervecita, fumando, a la espera de que el encargado de las barcas se decida a iniciar su jornada de trabajo.

Me reconocerán de inmediato.

Recuerden también que hoy es el “día internacional sin tabaco”, así que no pierdan la oportunidad de dar la nota. Y es que hay más días que causas nobles… y tienen que rellenar el año con despropósitos. En Argentina, para compensar, celebran el “día de la cerveza”. Pero, claro, una cerveza sin tabaco es como un jardín sin flores… ¡Pónganse de acuerdo, señores de la Unesco o de donde sea! Si uno hiciera caso a esas impertinentes recomendaciones nos pasaríamos el año, con sus días, haciendo extravagancias y el día de san Silvestre (o antes) estaríamos encerrados en una clínica mental. Para completar la cosa, hoy también es el día internacional de la Energía Nuclear (¡¡) ¿Qué quieren… que nos compactemos, que nos fisionemos, que nos fusionemos…? ¡Hablen claro!

Ya parece que viene el encargado del negocio.  Creo que también se ha enterado de la “festividad”: humea como una chimenea de ciclo combinado (¿). Va tocado con una gorra propia de adolescentes, con la visera cubriéndole el cogote. Él sabrá lo que hace.

Más bien parece tocado por la anacronicidad.

 




 Me alquila una barquita azul. Yo la querría con velas amarillas.

–¿Ha visto Vd. AQUÍ alguna barca de vela?

–¡Podrían estar escondidas!

–¡Sí! ¡A la espera de algún imbécil estrafalario!

La cerveza, la petaca del morral y el tabaco me han sustraído la entereza. Subo a la barca con dificultad de anciano y ¡con aprensión! Y es que mi cabeza llena, a estas alturas, de efemérides, me lanza el dato estremecedor de que tal día como hoy, del año 1911, se botó el “Titánic”, precisamente el mismo día y en el mismo momento en que Porfirio Díaz se embarcaba en el Ypiranga, desde Veracruz, para su exilio europeo.
No sólo eso sino que también, tal día como hoy del año siguiente, se certificó la lista de pasajeros que serían transportados al fondo del mar (algún infortunado se colaría de polizón). Insisto al barquero en que anote mi nombre en algún sitio. Que quede constancia de que desaparecí en una barquita azul con imaginarias velas amarillas, en las aguas del estanque del parque del Retiro el último día de mayo de ya no sé qué año.

Que suene la “Sinfonía de los Adioses” de Haynd (*). (Lean Vds. la entrada del 31 de mayo 1ª serie).

El encargado, resignado, anota mi nombre en la corteza de un plátano de sombra: “KINO, desaparecido en estas aguas el día 31 de mayo del año 201…”

Paso la mañana marineramente: fumando y tomando cerveza.

La nicotina, la cerveza, la petaca, el balanceo… cuando alcanzo tierra firme me encuentro flotando en otro siglo (“Dead man” en territorio comanche). Paseo a cámara lenta, entre los plátanos y demás (no soy experto en flora) en busca de señales que me devuelvan al relato. Veo pájaros que ya están muertos. Paseantes, con sombrero canutín que crían malvas. Nubecillas que hace eones se disolvieron. Sólo se mantiene el barquero con su impropia gorra de adolescente.


Un bajo relieve sobre un árbol: “Alfonso XIII será ejecutado el día de su enlace. Dinamita. Un irredento”. ¿Alfonso XIII…? ¿Pero qué sin dios es éste? ¿De verdad estoy en otro siglo? ¿Acaso es el “día internacional de los viajes en el tiempo”? Sé que estoy en el XXI, pero no puedo evitar estar a comienzos del XX. Mi sombrero Panamá es un lujo extravagante. Los vivos (ya muertos) echan miradas envidiosas. ¡Un Panamá!

Y como empujado levemente por las alas de mis custodios me veo cruzando, entre multitudes, la carrera de San Jerónimo y entrando, entre multitudes, en la calle Mayor. Todo está patas arriba. Es tiempo de hussmanización. Me abren la puerta de la Casa Ciriaco y me sientan a una mesa de mármol de Crevillente. Es jueves. Una y media de la tarde. La casa de comidas está concurrida pero sin exceso. La calle está a parir. En la pizarra se anuncia el plato estrella: “¡¡Callos!!”.  Yo estoy en silencio intentando comprender.

–Ahí te quedas… observa y diviértete. ¡Ya nos contarás!–al unísono. Y desaparecieron entre un crujir de azules y un perfume de cadera de ángel. El camarero detiene su deambular sin sentido. Husmea el aire y mueve la cola de contento.

–¿Me quiere hacer creer Vd. que sus “callos” tienen tanto éxito?

–Pero, bueno ¿de qué mundo viene Vd.?

–¡No sé!

–¿No sabe que hoy se casa el rey con María Eugenia?

–¿Felipe VI?...  ¿No está casado con Estulticia?

–Por su atuendo, en el que incluyo su estupendo sombrero, deduzco que es Vd. lo que llamamos un “indiano” y que vuelve con la faltriquera llena a construirse un pazo donde reposar eternamente…¿me equivoco?

–¡No sé!

–¡Pues ya se enterará!–Y pone rumbo hacia otro puerto.

–¡¡¡Unos “callos” y una frasca de vino!!!

Por cierto la casa Ciríaco todavía existe: Calle mayor, 88. En aquellos días el número 88 estaba asignado a la actual 84 y tenía una pensión humilde en el tercer piso.

Entra un individuo paradójico: elegancia natural envuelta en papel de estraza. Lleva un ramo de preciosas flores de mayo. Saluda desnudándose la cabeza y se aproxima a la barra. Recibe sonidos inarticulados. Observo con atención: Pide un chato y un platillo de “callos”. Paga y vuelve por donde ha venido. Los cristales tiemblan por el fragor de las multitudes. Los comensales, sin embargo… ¡a lo suyo! Que se case el rey las veces que quiera, a mi no me da de comer… ¡al contrario!

Sobre las dos y cuarto, más o menos a la hora en que llegan los callos, la calle ruge. ¡¡Viva los novios!! ¡¡Guapa!! Los aullidos avanzan como un sunami. A las dos y veinticinco el temblor es tanto que no atino con el tenedor a la boca. Se derrama la frasca y forma un charco sanguinolento. Por la ventana se ven flotar pétalos, papelillos de colores y algún que otro mueble inservible. Se tira la casa por la ventana. Jamás he comido unos callos entre tanto bullicio. Los callos, como el nombre indica, han de comerse en recogimiento, concentrados en su textura. A las dos y veintinueve las mesas repiquetean y los tenedores golpean metálicamente los dientes. Los comensales sorben azorados y presurosos. Definitivamente  nos han jodido la comida. A las dos y media veo caer, a través de los cristales de la ventana, un ramo de hermosas flores de mayo. Golpea en los cables del tranvía y se desvía como los átomos de Epicuro. Y a las dos y media en punto mi plato se llena de cristales. Una explosión tremenda convierte la taberna en una escena chagalliana. O en el “Carnaval de Arlequín”. El plato del vecino acaba en mi mesa y mi frasca en la mesa del vecino. En el tumulto la gente se escapa sin pagar. Yo aguanto estoico (o epicúreo). Me asomo al hueco de la ventana y lo que veo me estremece: una enorme ración de callos parece haberse repartido por toda la calle Mayor.



Observo y pongo atención: parece que han matado al rey y a la reina. ¡No!. ¡Han salido vivos! Han muerto los caballos y algunas decenas de pasmarotes. Lo siento por los caballos. Ellos eran los únicos forzados en este asunto. Los demás asumían el riesgo de su gilipollez.

¡¡Aléjense de la realeza!!

El rey, aturdido, se creyó Alfonso XIV. Entre los muertos y heridos, el camarero persigue a los oportunistas que huyen por entre los despojos. También puede compararse con un cuadro futurista. La reina asistió al banquete, dicen, con el vestido blanco adornado de lunares rojos: un verdadero traje de faralaes.

Visto lo visto, me quedo a cenar en la casa Ciríaco. Espero que escampe. El desmadre me ha devuelto al siglo XX.

Lo contado puede, naturalmente, ser contado desde otro “yo” que no el mío. Y el otro “yo” hubiera visto la cara del ferviente devoto del balcón del tercer y valleinclanesco, piso. Hubiera visto saltar por los aires la carroza y los cuadrúpedos…y volver a caer. Y como todos somos un “yo”, otro, desde la Puerta de Alcalá, hubiera oído el estruendo y hubiera felicitado, para sí, la magnífica obra de pirotecnia. Un tercero, testigo privilegiado, no podría contar su experiencia por encontrarse muy alejado de su cabeza, donde habitan los órganos fonadores. Yo he contado lo que vi.

Pues sí, fue una bomba tipo “Orsini”, de esas que parecen satélites artificiales de juguete, con “pinchos”. Los “pinchos” al golpear contra el objetivo percuten sobre lo que deben percutir y el artefacto explota. Fue una bomba muy utilizada: Napoleón III y los “liceístas” de Barcelona sufrieron las consecuencias. Si Vds. quisieran hacerse una idea exacta del tal explosivo, vayan al “Museo de Historia de Barcelona”: allí está expuesta la bomba que salió viva del atentado del Liceo. Y si quieren una idea aproximada, pero más poética y con más carga semántica, acérquense a la Sagrada Familia. Sitúense en la fachada principal y ¡observen!...busquen y rebusquen…seguro que encontraran la figura de un demonio entregando una bomba “orsini” a un obrero militante anarquista dispuesto a hacer “propaganda por el hecho” (otros la hacen por la “Obra”) El conjunto recibe el bíblico nombre de “La Tentación del Hombre”….¡Ay, Gaudí, Gaudí! Hay que estar definitivamente echado a perder para hacer cola ante ese monumento siniestro.




 El camarero me sirve, como efemerística gentileza de la casa, unas bombas dignas de la “Cova fumada”. Y, además, cierra todas las bocas al exterior y permite que nos ahoguemos en humo. Cada 31 de mayo, aquí se fuma y se bebe cerveza en tanques de litro. Desde la calle, el local parece ser víctima de un incendio seco, envuelto como está en vaharadas vortiginosas.

Tomo el Ave de las 24. Cuando ocupo mi asiento, las alarmas anti humo se disparan. Entra el revisor, demudado, echa un vistazo, husmea el aire, se detiene en el 7 A (mi asiento) y husmea con insistencia. Todo yo apesto a tabaco. Un aura dorada de nicotina me envuelve. Parezco el santo patrón de los fumadores.

Empieza la película: “Calle Mayor” (Raro, raro, raro…)

Pues sí. Todos los asiduos del “Café Candelas” y los del “Alcalá”, mordieron la historia. Pío Baroja, bajo la figura del “niño Brull”, lo plasmó en la “Dama errante”. Su hermano Ricardo le hizo un retrato en la capilla ardiente. Valle Inclán le dedicó un poema (¿no aparece en “Luces de Bohemia” un anarquista llamado Mateo?). Julio Camba… Azorín había escrito una reseña sobre el atentado de París. Un pariente de Mesonero Romanos fue el autor de la famosa fotografía del suceso… ¡en fin, todo un cluster!


Se decía que la bomba había llegado de Francia envuelta en la bandera del país vecino. También que Ferrer i Guardia había costeado la operación.

El frustado Mateo se refugió a la sombra del director del “Motín”, que ya había dado cobijo a Angiolillo, y cuando lo creyó oportuno (el dos de junio) se largó. En Torrejón (de Ardoz) entró en la “Venta de los Jaireces”. Para calmar el ardor que lo consumía, pidió un vaso de sifón que por entonces empezaba a popularizarse. Al enterarse del retraso que llevaba el expreso a Barcelona, completó el pedido con una frasca de vino… ¡del más amargo! …¡y unas almortas!

Ya se ha dicho, pero lo repito: Mateo causaba perplejidad. Esperabas que pidiera su vino con jerezanos repiqueteos y que pagara como quien se deshace del seis doble que pensaba ahogado y, sin embargo, demandaba con una educación impropia de este país. Bebía sin aparatosidad y pagaba con discreción. Sus manos eran de pianista y su mirada, santa. Era capaz de conversar en varias lenguas vivas y balbuceaba las muertas…Y todo ello envuelto en harapos. Un cliente de la venta, aturdido por tanta complejidad, incapaz de “sintetizar” las discordancias, optó por lo fácil y definitivo: llamar a Fructuoso, guarda de campo, y exponerle sus sospechas. Fructuoso, investido de la autoridad que le daba la escopeta de dos cañones, lo condujo al cuartelillo. No llegaron: Mateo sacó su Browning y descerrajó un tiro sobre su conductor, tras lo cual apuntó a su corazón e hizo un segundo disparo. FIN.

El agujero en el pecho de Mateo, de un centímetro y medio de diámetro,  sin “anillo de Fisch” (que se compone de “collarete erosivo” y del taraceo de la corona de pólvora) era absolutamente incompatible con cualquiera de los modelos de Browning y con la distancia suicida. El agujero parecía de obús, disparado a una distancia cobarde.

Así son las cosas. ¡Qué les voy a decir…que Vds. no sepan!

Una historia llena de claroscuros, apropiada para Tintoretto (*)

–Azafata…¿podría servirme una de sus ridículas botellitas de vodka?

–¿Vodka?...¿en los Monegros?

–Es que parece que se me ha abierto el boquete del pecho.

–¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????

–Gracias por la comprensión.

La casa fue comprada por los de la Casa Ciriaco…para aprovechar el tirón, dijeron. Tuvieron durante décadas un descuidado ramo de flores atado a la barandilla del balcón del tercer piso. Sus sucesores han puesto la casa en venta. Un “valor añadido” es la cantidad de idiotas que están dispuestos a pagar por asomarse al balcón desde el que mateo Morral erró el tiro.



A la altura de Belbiche, acaba la película y suena, ¡milagro!: “Pongamos que hablo de Madrid” (*).

Ya en casa: ¡El morral!...¡vaya por dios!

“Rosa en llamas” (Valle Inclán)

“…¡Tú fuiste en mi vida una llamarada
Por tu negro verbo de Mateo Morral!
¡Por su dolor negro! ¡Por su alma enconada,
Que estalló en las ruedas del Carro Real!...”



PLUS.

1

Hoy vendría a cuento transcribir la memorable conferencia de Chejov sobre el tabaco: Demasiado larga, pero pueden ustedes informarse y leerla, me lo agradecerán. O bien entretenerse con los últimos cigarrillos de Zeno (Italo Svevo, nacido Aaron Hector Schmitz).

2.

Juan Valera, de espesa vida diplomática, literato de cierto renombre y natural de Cabra, publicó en El Contemporáneo, sucesor del León de España, ambos conservadores, del 14 de Abril de 1863 una nota de sociedad, con ocasión de una fiestecita de las que acostumbraba a dar la familia Calderón (padre, con un pie en el estribo; hijo, petimetre en todo su esplendor y viuda, sufragadora activísima de la causa carlista). No sé si el festorro fue en París o en Madrid. Tenía residencia oficial en ambas plazas.

Se quejaba Juan de la costumbre de fumar en sociedad y sobre todo de “consentir que en un baile se fume, aunque sea en salas apartadas para no molestar a las señoras, porque los fumadores vuelven de ellas con las ropas y el aliento impregnados de tabaco… de una manera harto enojosa... y rodeados de un halo pestífero que desnaturaliza el suave aroma que la mujer limpia y comme il faut suele esparcir por donde pasa. Los fumadores, pecan de descortesía hacia las damas abandonándolas para entregarse a su vicio, y no sabemos cómo hay mujer a quien puedan enamorar... hediendo al humo acre de aquel narcótico ...”

Por suerte o por desgracia, como solía decir mi difunto amigo muerto de cáncer de pulmón, hemos nacido en territorio comanche, así que somos dados al tabaco y al alcohol. De haber nacido en Oriente, hubiéramos entregado nuestras vidas, gustosos, a la adormidera y derivados. No hemos sido, sin embargo, transgresores en estos temas. Lo que nos ha tocado lo hemos cogido encantados. El otro se gastaba los 20 duros mensuales que le daba el Estado por su entrega incondicional al ejército, en 20 paquetes de celtas cortos que colocábamos en la estantería, junto a las obras de Rimbaud. La habitación flotaba bíblicamente sumida en una nube azulada. Fumábamos los cigarrillos a pares, a tríos, a cuartetos, a quintetos… y siempre escuchando a CAN y amorrados a la botella. Es una costumbre que no he abandonado y, creo, no abandonaré. Un cigarrillo  te entretiene delicadamente con el humo de su combustión.

La vejez todo lo altera. El glaucoma que afecta mi ojo derecho y amenaza el izquierdo, me aconseja dejar la nicotina. Me sigo entreteniendo delicadamente, y de lejos, con la nube azulada de la combustión…

3.

“Su mami me traía todos los días un café con leche con mucha azúcar, porque una vez le había dicho que me gustaba así. Estaba convencido de que yo era un buen chico, incluso un buen pedagogo, sólo que, decía, debería fumar menos y no estudiar tanto. En particular me recomendaba no fumar antes dl desayuno, en ayunas.

--Fumar, señora mía, es lo único que merece la pena en este mundo—le dije.

--¿No estará decepcionado?

--No,no—le contesté. Pero me gusta más un cigarrillo amargo que un café dulce. Así de sencillo…

Entonces ella, de improviso, inesperadamente, dijo: No sería correcto por su parte endulzar demasiado el café con leche sólo para que yo parezca lo más insípida posible. Así son ustedes los periodistas. Se lo digo por su propio bien, por supuesto. Y por el bien de mis hijas; que ya podría tener consecuencias desagradables para ellas.”

(Danilo Kis. La buhardilla )

4.

“Discusión sobre el tabaco.

--Una señorita, ¡y fuma! Sí, ya se sabe que todas las peronas somos iguales, pero qué quier que le diga, no está bien que una señorita fume. El tabaco pone ronca la voz, y la boca suelta olor a hombre. Una señorita está para chupar caramlos, echarse perfume, que de ella salga un olor delicado. Si no, el caballero--¡pum!—con sus cumplidos, y usted--¡paf!—con ese olor a hombre. ¿Qué opina usted, señorita, eh?

Yo:

--Sí, tiene razón: ¡es un mal hábito!

Otro soldado:

--Pues yo, camaradas, yo o que pienso es que aquí no entra el sexo femenino. Se traga por la garganta—y la garganta es para todos la misma. Da igual tabaco que pan. Y si los caballeros no se enamoran quizás hasta mejor. Muchos sólo quieren menearla. ¡A-mor! ¡Lujuria, y no amor! Y si alguien se enamora—por su alma, la aceptará con todo y olor, es más, le liará los cigarrillos. ¿Tengo razón, señorita, eh?

Yo:

Toda la razón –mi marido siempre me lia mis cigarrillos. Y él no fuma (Miento)”

(Marina Tsvietáieva: Diarios de la Revolucion de 1917)


















Propuesta para hoy, día 6 de enero. NACIMIENTO, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE SHERLOCK HOLMES.

   6 DE ENERO 2025                                                            1. NACIMIENTO. En ninguna de las obras canónicas se cita...