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viernes, 3 de enero de 2014

Propuesta para la mañana del día 3 de enero. Sibour y varios. "El traidor y el héroe".

asteriscos* remiten a Razones efemerísticas.
 
1
París. Mal tiene que estar la cosa, mucho peor de lo que dicen, para que la explanada de San Esteban y los alrededrores del Panteón, pese al frío, estén a parir de idiotas que se hacen selfis, y el Gaudemus y la Damme Blanche, vacíos. O bien, son anticonsumistas convencidos, o no tienen un duro; puede, también, que vayan servidos o, incluso... ¡que sean abstemios! Las tres primeras suposiciones son absurdas. La cuarta, tiene un alto grado de probabilidad.

"Era un chico american, americano..."*




Tomo asiento en el Gaudeamus. Pido un cuartillo de calvados y me relajo, dispuesto a alegrarme, a regocijarme profundamente, con la desgracia ajena. A veces, como Uds. saben, la desgracia ajena es una bendición de dios (?). Aunque el desgraciado sea uno de sus ministros, sobre todo si es uno de sus ministros. Les tengo poca compasión. La misma que ellos han tenido con nosotros. Vamos, naturalmente, hay excepciones: ¿Qué me dicen del Padre Damián*? Sería uno de los justos por los que dios (?) no destruiría la Bélgica de Leopoldo a sangre y fuego. Decirles que fue uno de mis héroes de infancia. Uno de aquellos que me arrastraba por la senda del sacrificio.

Fueron incontables las tardes de los viernes que los curas nos ponían la película en una superocho. Era, podría decirse, como si quisieran contagiarnos la lepra. La máquina, en su maquinal discurrir, lanzaba al aire una salmodia en la que reconocíamos el nombre de la heroina de Zaragoza: Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón Agustiiiiina d'aragón. El programa se completaba con otra formidable película: La mies es mucha. Si Damián había escogido Hawai (mientras Gauguin pintaba el Cristo Amarillo y meditaba seriamente en retirarse al otro extremo del Pacífico), el padre Santiago tomó rumbo a la India. Aquí no quedó ni dios (?). Nosotros estábamos llamados a ser el relevo, aunque llegáramos enfermos terminales.

Pues eso. Aquí estamos, en París. Cuando vean Uds. que han cogido el puntito con el calvados, levántense con cuidado y diríjanse a la Iglesia de Saint Étienne-du-Mont, de incierta fachada. Nacida dentro de la desaparecida Iglesia de santa Genoveva como capilla de la Abadía del mismo nombre, ha sobrevivido a sus progenitores.



Ahí estarán con los preparativos de la novena post-Santa Genoveva, patrona de París, pero no se asusten; siempre habrá un guía dispuesto (¡pagando, oigan, pagando!) a enseñarles el cofrecito con la repulsiva víscera cordis de Sibour, infecto arzobispo de París (como todos los de su especie) que, tal día como hoy, del año 1857, vio como, por un quitame allá estas pajas, un cura, harto, precisamente, de pajas y deseoso de acabar con el celibato, atravesó su corazón. Perteneció Sibour a lo peor de esa casta oscura y, en general, pedófila: al subconjunto infame de los "arzobispos de París". Nombrado senador por Napoleón III, se lo agradeció imponiéndole, al año siguiente, el amargo sacramento del matrimonio. Había declarado "santa" la guerra de Crimea. Fundó una especie de "Legión Infantil" que seguramente acabaría como la "Legión de Cristo" de Marcial Maciel*, aunque no saliera a la luz pública, que, por cierto, era escasa y trémula. Madame Bovary acababa de ser publicada en "fascículos" y Las Flores del Mal esperaban la llegada de la primavera.


Pensando en la curia, quizás, un alemán espabilado, inventa, ese mismo invierno. la salchicha "Weisswurst". ¡Menos da una piedra!

Reflexionen Uds.: Si el tal Sibour no hubiera estado emperrado con lo del dogma de la Inmaculada Concepción y con la necesidad y utilidad del celibato eclesiástico, no hubiera aparecido Verger con su navaja y, en consecuencia, no estarían Uds. contemplando esta acumulación de despojos. Fue necesaria la puesta en marcha de esa relación dialéctica entre el ejecutor y la víctima. Sobre el tema del traidor y del héroe hay mucho que decir (y que callar).

Verger, que había sido desposeido de sus dones taumatúrgicos, esperó al jerarca a la entrada del coro alto, la joya más preciada del recinto, y cuando lo tuvo a su alcance, y al grito de "Voglio una donna!" se le abalanzó con el cuchillo por delante. Pascal y Racine se despertaron y giraron, molestos, sus restos sobre el costado izquierdo, tras décadas de descansar sobre su costado derecho. Sara Bernhardt, que en una ocasión, siendo una niña, había sido felicitada por Sibour, dijo entonces "haber sentido que también le herían a ella...que me habían quitado mi pequeña gloria". Bah! Cosas de artistas...
¡Bravo por el valeroso soldadoVerger!*




Lo del sepulcro de Santa Genoveva es un fraude. En realidad es una losa que encontraron tras la destruccion del 1791. Santa Genoveva ardió en la tétrica Place de la Grève. Sus cenizas volaron. Las de Descartes, pudieron ser rescatadas, dicen, y se conservan, dicen, en Saint Germain des Près.

Toda la cristiandad está llena de pútridas reliquias. Sin ir más lejos, en mi pueblo se conserva un manojo de pelos, que, dicen, fueron arrancados de los cuartos traseros de "Lucero", bisnieto del burro de Pedro el ermitaño, lider de la cruzada de los campesinos. Cada año hay que fumigarlos con Zotal. Y en un pueblo vecino, dicen, conservan un trozo de la cruz en la que se consumó el misterio de la redención. Es un verdadero nido de carcoma. Todo un problema.

2
"Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así."



Y nos lanza una pelotita más densa que el mercurio. Una hiedra de indicios y presagios más intricada que la de piedra que adorna la subida al coro mayor de Saint Étienne. El "Tema del traidor y del héroe", uno de los relatos más cortos de Borges es, asimismo, de los más abarrotados de referencias. La historia como espacio en el que se representa un ideado libreto que abarca lo pasado lo presente y lo futuro. Incluso el investigador-relatante que descubre el asunto (y se lo calla) estaba previsto.
Bueno, léanlo y después me dicen. Borges en estado puro, ajeno al mundo: Los americanos se disponen a desembarcar en Anzio. Turín está siendo bombardeada por los aviones británicos. El ejército rojo se aproxima a la frontera polaca. Petain, en Vichy, condecora al embajador saliente argentino... y acaba de estallar en los astilleros de Brooklin el destructor Turner, dejando el cielo a disposición del difunto pintor.

Bueno ¿qué les ha parecido el templo?... ¿Bien? Pues, ¡hala! ¡A tomarse una copita por ahí!

Yo sigo sentado a una mesa del Gaudeamus; aún quedan motivos de regocijo. 
 
- Garçon!
Se acerca una chica con delantarcito blanco y cofia del mismo color, parece una monja semiseglar.
- Bonjour, Mademoiselle...
- ¡Corte el rollo! Lo del "mademoiselle" está más pasado que la novena a santa Genoveva.
- Como guste. ¡Caballero! ¡Sírvame Ud. otro cuartillo!

Se retira resentida. Veo la desorientación en sus hermosos ojos y veo, también, cómo pregunta a su colega. Vuelve con el calvados.

- ¡Merci!
- ¡¡Cerramos dentro de media hora!!
- "Questa piccolissima serenata / Con un fil di voce se può cantar..."*, no hace falta gritar.

Es la hora del ángelus y ya están pensando en cerrar. Veo el periódico libre encima de la barra y me lanzo como una ráfaga de Sturmgewehr-44.

"C’est un de ces secrets honteux que l’on garde pudiquement par-devers soi : il n’y a pas assez de place, en France, pour les handicapés mentaux nécessitant une prise en charge permanente en dehors du foyer familial. La Belgique offre, depuis cinq décennies, une solution de secours aux familles françaises en détresse, avec des institutions spécialisées prêtes à accueillir ces personnes, soutenues par un financement public français."

Bueno, ahora se explica todo. Resulta que los franceses con problemas mentales (graves) son enviados a Bélgica donde son mantenidos con dinero público francés. En Francia no hay sitio para todos. Eso explica que muchos galos disimulen sus dolencias y compliquen sobremanera las relaciones sociales (empleándose como camareros, por ejemplo) y, por otra parte, explica la sobreabundancia de desgracia en Bélgica.

Después de esta revelación paso, directamente, al sudoku. Imposible. La curia me martiriza: Tal día como hoy, del año 1521, Leon X, putero y Médici, excomulgó a Lutero y a los suyos, quienes, entre otras desviaciones, como no pagar, estaban en contra del celibato eclesiástico. León X ("puesto que dios (?) nos ha concedido el papado: disfrutémoslo"), versado en la materia, prefería la variedad y la ocultación (innecesaria).
Y centurias más tarde, el bueno de Juan XXIII, excomulgó, tal día como hoy, a Fidel Castro, que, conmpungido por la cegada entrada del paraíso, declaró la necesidad de "crear uno, dos, tres Viernam". Fidel nunca se repuso del anatema.

Estos Papas se creen la hostia y son la purria de la purria (y disculpen mi estilo). Es el calvados, pero es que si no es así no hay quien soporte este frío. Sin embargo, me digo, esos desnortados siguen con sus selfis. Mi público aún no ha nacido.

-¿Decía Ud. algo?
- No, nada. Estoy conmemorando la llegada de Hillary al polo*.
-Pues, nada. ¡Cerramos!

Me paso a la Dame Blanche donde me acojen con los brazos abiertos. El camarero, sin pedirlo, me sirve mi cuartillo de calvados y un platito de caracoles.
 
Hoy, 3 de enero del año, que ya describen como apocalíptico, 2023, reposan los restos inmundos del papa emérito Benedicto XVI, Nazinger para los amigos. Murió el 31 de diciembre con la última uva. Miles hacen cola para sacarse un selfi con el cadáver de fondo.
Será recordado por su implicación en asuntos, rutinarios, de pedofilia, aunque él hubiera deseado que se le recordara por su sutileza teológica y escatológica.
"Dejad que los niños se acerquen a mí"... es más ¡lo exijo!
 
2
"Aprieto en el puño la ya borrosa fecha de nacimiento y en tropel y en manada, susurro con labios exagües: nací en la noche del 2 al 3 de enero, en el inseguro año de 1901 y los siglos me rodean con sus llamas..." (Mandelstam).

3
"El teniente Dub, al que el espantoso aguardiente se le había subido a la cabeza, golpeó la mesa con los dedos y dirigiéndose al capitán Sagner dijo súbitamente:
-Con el capitán del distrito decíamos siempre: patriotismo, fidelidadal deber, domino de uno mismo, éstas son las mejores armas en la guerra. Precisamente hoy recuerdo las fronteras que pasará nuestro ejército dentro de un tiempo imprevisible."

Aquí acaba el manuscrito de Hasec. El autor murió el 3 de enero de 1925, a la edad de cuarenta años. ¡Bravo por el soldado Schwejk!




Ah, se me olvidaban los huevos del caballo de Pavía*



domingo, 1 de septiembre de 2013

Propuesta para hoy, día 1 de septiembre. Muerte de Adriano IV, papa, condimentado con algunas metáforas de Borges.



Que en boca cerrada no entran moscas es, además de un poético y defensivo consejo, una proposición que enuncia una imposibilidad  física que roza lo tautológico. 

 

Adriano IV, Nicolás Breakspeare de soltera, papa número 169 de la Iglesia Católica, fue destinado por el azar a dar renombre imperecedero a la villa de Agnani cuya grandeza se vería incrementada por la histórica bofetada pre-cismática, con guantelete de hierro, que un Colonna, espoleado por Felipe el Hermoso (el francés), le arreó al avaricioso Bonifacio VIII que, de bondad, sólo tenía lo que se reflejaba en su nombre impropio. Fue el simbólico final de la edad media. Como la espuria patada en el trasero de Mozart lo fue del Antiguo Régimen… Y de paso para mostrarnos que no somos nadie y que otros aún son menos.
Añadir la mítica bofetada que le arreó Breton a Erheburg poco antes del Congreso de Escritores; la más discreta de Toscanini a R. Strauss por su veleidades y la cinematográfica... que encajó a la perfección nuestra Rita H.



El 1 de septiembre del año 1159 amaneció, que no es poco. Nicolás, dadas ya las nueve, pidió que le trajeran el salto de cama. Las moscas estaban pesadas, septembrinas.
Desayunó huevos, jamón, panceta y ajos y cebollas… acompañado de un vaso de vino del terruño. Finiquitó con una infusión de algarroba, a la espera del descubrimiento de América y los adelantos en la destilación. Evacuó en el pestilente agujero en la vertical exacta del pozo ciego. Las moscas se arremolinaban. Como de costumbre, no se lavó. Pidió, ¡siempre pidiendo! que le vistieran y se ató a la cintura una bolsita con flores secas de lavanda… La comitiva, ni eso. Dispuestos para el paseo matutino parecían un grupo de cuervos ahítos, gaviotas del odio, o un desordenado fardo de ropa arte povera… Y, así, envueltos en tremendas telas color cárdeno y tocados por sombreros dispares, salieron, entrecerrando los ojos, mostrando la encía, a la luz zaratustriana de la hora del ángelus… y dejando a rebufo el acostumbrado rastro de mierda humana. Los atribulados vecinos de Agnani cerraron las ventanas.
La panceta y la cebolla empezaron a surtir efecto y el interior de los hábitos a llenarse de gases putrefactos. Se cogieron de la mano, asiento del neblí, para no elevarse como globos aerostáticos. En realidad en eso consistía la levitación, pero no estaban, aquella mañana tan calurosa y predestinada, para milagros baratos.


Al pasar por la placeta del pueblo, el ruido cantarín y alegre de la fuente les atrajo como a las moscas un panal de miel. Adriano IV, papa, fue el primero en amocharse. Con delicadeza para que ni una gota de agua salpicara su piel, abrió la boca desdentada y la colocó en la vertical del chorrito, como antes había colocado cuidadosamente el culo en la vertical del pozo ciego. El agua limpia, fresquita llenó su oquedad. Cuando iba a dar el segundo trago, una mosca entró ligera y curiosa en esa lóbrega cueva. Revoloteó y decidió investigar los interiores de la tráquea, o faringe o laringe…. que nunca sé que es exactamente qué. Quiso gritar que se ahogaba pero sólo pudo articular las vocales abiertas. El séquito miraba pasmado cómo el santo padre se cogía la garganta con las manos, cómo la lengua, espada de la boca, se tornaba negra, cómo los ojos, piedras de la cara, pugnaban por salirse de las órbitas y cómo finalmente la misma cara se tornaba cárdena. El séquito lo consideró reflejo, pero Nicolás, abandonando por un momento la garganta se aferró al pecho, casa del aliento, y cayó redondo al suelo produciendo un ruido amortiguado por la excesiva acumulación de textil. La mosca logró escapar con el último suspiro.


Así fue como murió Adriano IV que había sucedido a Anastasio IV.


miércoles, 10 de abril de 2013

Propuesta para hoy, día 10 de abril. Isolda Wagner. “Réquiem alemán”. "Los mil y un cortes". Cita de Breton.






 Hoy toca descanso. La tranquilidad del hogar. El beber sosegado. Música.

I

Lean, si lo desean, la propuesta del 10 de junio y podrán seguir las vicisitudes del surgimiento de “Tristán e Isolda”. Lo de hoy es un entrante, una tapilla, por así decir. Vaya por delante mi desprecio por el individuo Wagner y por toda su saga. Y es que de donde no hay, no se puede sacar.

¡Olvídense de una vez de los días de Dresde!



En la primavera del 1865 ya hacía un año que la “troupe” se encontraba bajo la protección de Luís II de Baviera que soñaba, en sus paréntesis de lucidez, con el “maestro”, así como su abuelo soñó con Lola Montes. Al abuelo le debemos la inigualable “Oktoberfest”. Al nieto, el festival de Bayereuth… realizaciones a la altura de los objeto de su amores y constatación de que lo que puede empeorar empeora

Pues bien, allí estaban, a gastos pagados, el matrimonio von Büllow-Cósima, sus dos retoños (Daniela y Blandine), el “genio”,  e Isolda… que estaba a punto de salir al mundo. Salió como hija legítima de von Büllow y Cósima, pero hasta el perro sabía que el padre era Wagner. Nada que objetar. Lo que no se puede aguantar es que en el momento del nacimiento, el director de orquesta estuviera currando sin conciliación, dirigiendo el primer ensayo de “Tristan e Isolda” (que, como Vds. saben, se estrenó exactamente dos meses más tarde)... El 10 de abril de 1865.

Cayó en lunes y era plenilunio. No creo que le hiciera mucha gracia a von Büllow darle a la batuta en una situación como esa. Más bien pensaría en espetar al  sublime compositor como a una sardina malagueña. Tampoco a la niña… ¡cargar toda su vida con ese fardo! Y por si el esfuerzo fuera poco, la protonazi Cósima sólo reconoció, como legítimo heredero, a Siegfried. Isolda perdió la demanda pero se vengó casándose con un judío marxista y conocido antinazi. Murió en plena redacción de la Constitución de Weimar. La nariguda Cósima le sobrevivió 11 años y pudo gozar del ascenso del nazismo, con cuya cúpula “intelectual” llegó a emparentarse: “hierba mala, nunca muere”.  

Mi gusto por lo “efemerídico”, sin embargo, es más grande que mi desprecio; así que oiremos ¡otra vez! el inicio de “Tristán e Isolda”…y es que a Gorrión le estremece ese primer acorde. Se acerca a los altavoces (ya saben Vds. que no oye bien), apoya la cabeza en sus patitas delanteras, cierra los ojos y, supongo, pensará en su Isolda. Su Isolda es la vida, que se le escapa (por mucho elixir de cortisona que le dé). ¡Pobre Gorrión!
De las infinitas versiones, la más renombrada: la de Mahler y Roller, que tanta honda impresión causó en un jovencito provinciano de, ya, ridículo bozo.

II

Busco y rebusco (no como Picasso que encontraba sin buscar). Yo busco y rebusco y, a veces, ¡encuentro!: un cuartillo de ¿Master Jaeger?...de ¿Mike Jaeger?... ¡el del ciervo! … ¡¡A la salud de Isolda!!



Precisamente en este momento, en esta sagrada “hora del ángelus”, hora del Dry, de hace 101 años, el “Titanic” zarpaba de Southampton. Thomas Andrews, Jr, encargado del diseño y supervisor de la construcción del “insumergible”, fue el primero en subir. Lo hizo entre vítores (“Ave César, los que van a morir…”) y aclamaciones, saludando con el sombrero. Siguieron aclamándolo en Cherburgo y empezaron a cagarse en sus muertos a las a las 23:40, en el punto 41°46'N y 50°14'W, de la noche del 14….como Vds. saben.

…Y es que mata más el agua que el vino…

Les recuerdo, por si no lo saben, que hoy se celebra en el universo-mundo el “día de la Ciencia y la Tecnología / día del Investigador”.

Tal día como hoy, del año 1925, se publicó el “Gran Gatsby” (vean Vds. la propuesta para el 9 de junio, serie 2ª. Inédita.). A su “chateau” del East Egg llegaría algún resto del naufragio, que él apartaría con desprecio de su trayectoria.

III

La ironía está en todo. O sea: todo es irónico. A veces, incluso, humorístico. Con la ironía no se puede hacer nada, pero con lo humorístico hay que ser delicado. Exige tiempo… y olvido. Ya decía Marx aquello de que ciertos acontecimientos se repiten: la primera vez como tragedia y la segunda como comedia. Ironía.





Tal día como hoy, del año 2010, a las 11’40, hora de Moscú, se estrellaba el Tupolev Tu-154 en su cuarta aproximación a la Base Aérea de la ciudad heróica de Smolensk. Habían salido de Varsovia con la intención de homenajear a las víctimas de Katyn… ¡ya saben Vds.!... y van y se estrellan, en medio de una espesa niebla, ¡en Katyn! Díganme si no hay para extenderse sobre la ironía absoluta de la existencia. Naturalmente murió  Lech Kaczynsky el “gran” presidente polaco. Costó un análisis de ADN y de dentadura para discernir si se trataba de él o de su hermano, idéntico, Jaroslav. Sólo cuando descubrieron entre los fallecidos a la mujer de Lench se decidió la cosa. No quisieron “hipotizar” sobre adulterio y tal. No olviden que por su sangre circulaba sangre católica de la de verdad.

Jaroslav intentó capitalizar la cosa, pero dónde va nadie con un eslogan como: “Polonia es lo importante”. Son incorregibles. Nunca entenderán que hay cosas que nos importan más que la patria.

Bueno fue una verdadera desgracia y funesta: Irónica, pero no humorística (¡de momento!).

IV

Recuerden que hoy se celebra el “día de la Ciencia y la Tecnología”. Y también de Fulberto de Chartres, un verdadero sabio, al que tanto le daba actuar como maestro de obras en la reconstrucción de la catedral de Chartres, como enseñar Teología o las “cuatro reglas” al futuro rey Capeto Roberto II “el piadoso”.

Pasada la “hora sagrada” viene la hora banal de bajar al Condis. Nada más apropiado que unos frankfurts  y un tubo de mostaza. Comida indigna de tanto “Dichter und Denker”. Se fabricó la Gran Guerra; occidente entró en decadencia; la “Kultur”, y con ella la barbarie, se impuso en Europa; llegó la reconciliación (simplifico)…pero las salchichas siguieron, como símbolo inmortal de lo irremediable.

“Durante el juicio (que afortunadamente duró poco) no hablé; justificarme, entonces, hubiera entorpecido el dictamen y hubiera parecido una cobardía. Ahora las cosas han cambiado; en esta noche que precede a mi ejecución, puedo hablar sin temor. No pretendo ser perdonado, porque no hay culpa en mí, pero quiero ser comprendido. Quienes sepan oírme, comprenderán la historia de Alemania y la futura historia del mundo. Yo sé que casos como el mío. Excepcionales y asombrosos ahora, serán muy en breve triviales. Mañana moriré, pero soy un símbolo de las generaciones del porvenir.”



Se trata de un fragmento del “Réquiem alemán” de Borges, un breve escrito contenido en “El Aleph”. Una especie de comprimido del “Asalto a la razón”, o “Dr. Fausto”, pero con una mayor comprensión de por dónde irán los tiros. Tanta comprensión que parece complacencia.

Mientras lo leen completo (varias veces), oigan “Un réquiem alemán” (“Una especie de Réquiem alemán”) de Brahms. Fue estrenado tal día como hoy (1868) en la catedral de Bremen. Como bien anotó el músico no es un “Réquiem” al uso. No tiene la estructura propia de esa pieza litúrgica. Es más bien un oratorio mediano o una gran cantata, como deseen. Tampoco consiste en un lamento mortuorio, sino en una reflexión sobre la muerte, el dolor, la esperanza y la redención. Es más bien un “Réquiem humano”. Si consiguen llegar a la parte 4º y siguientes, verán cómo, poco a poco, el optimismo va sustituyendo al duelo.



Pero, en fin, se sigue llamando, pese a los esfuerzos del rival de Wagner, “Un Réquiem alemán” y como tal funciona. Y es que Alemania ha producido muchos réquiems: para sí misma y para sus prójimos. También existe el “Réquiem berlinés” de Kurt Weil, más intencionado y oportuno. Y también existe “Un réquiem alemán” de Philip Kerr, novela con la que se cierra su estupenda y documentada trilogía “Berlín negro”: Bernie Gunther, ya a la altura de los más grandes detectives de ficción, se desenvuelve por el Berlín nazi y de postguerra como un personaje de Döblin. Bernie Gunther ha sobrevivido, por suerte, a la “Trilogía”.

V



¿Ironía? Vean Vds. A Francis Bacon, filósofo de curiosidad científica infinita, lo mató su propia infinita curiosidad. No olviden que el día está dedicado al “Investigador”. Entre sus muchas intuiciones (y presentimientos) estuvo la de que la congelación podría conservar los alimentos, como la sal. En fin, no era algo absolutamente nuevo, pero ya saben Vds. que un científico tiene que tener las cosas muy claras.  En una de las últimas nevadas de la temporada 1625-1626, salió a congelar un pollo. Se entretuvo para ver como el frío helador contraía las carnes del gallináceo, cavó una sepultura y enterró lo que él supuso un “Ave Fénix”, y regresó a su casa. Llegó con fiebre. La gripe se convirtió en neumonía y la neumonía desembocó en muerte. A Descartes también lo mataría el frío. La muerte de Bacon ocurrió tal día como hoy, del año 1626. El pollo allí seguirá… ¡digo yo! …como los mamuts en la tundra siberiana: a la espera de los investigadores del futuro.
 
¿Era un conejo?

VI

Obra cumbre, máximo logro del espíritu investigador y de la curiosidad humana, apoteosis de la arqueología fisiológica-anatómica (que procede por estratos): ¡La muerte por mil cortes! El martirio chino por excelencia. Vean Ustedes, si lo desean y tienen agallas, las fotografías del martirio de Fu-Zhu-Li… (o pseudo Fu-Zhu-Li) llevado a cabo el 10 de abril del año 1905. El dudoso Bataille, siempre atento a las conexiones entre el dolor (ajeno) y el placer (propio) tuvo algo que decir al respecto. Cortázal comenta el caso y las fotografías (popularizadas por Bataille) en el capítulo XIV de Rayuela:

–¿Es cierto que usted prepara un libro sobre la tortura?
–Oh, no es exactamente eso–dijo Wong.
–¿Qué es, entonces?
–En China se tenía un concepto distinto del arte…
–Ya lo sé, todos hemos leído al chino Mirbeau. ¿Es cierto que usted tiene unas fotos de torturas…..?



También en Farabeuf de Salvador Alizondo… y en otros.
Perdonen que no les presente las fotografías y no olviden ustedes lo del día de la ciencia y la técnica.


VII

Para compensar tanta sordidez

“El 10 de abril de 1934, en plena "ocultación" de Venus por la luna (este fenómeno sólo debía producirse una vez al año), yo desayunaba en un pequeño restaurante situado desagradablemente muy cerca de la entrada de un cementerio. Para llegar es necesario pasar sin entusiasmo ante algunos puestos de flores. Aquel día el espectáculo, en un muro, de un reloj desprovisto de su cuadrante no me parecía precisamente de muy buen gusto. Pero yo observaba, no teniendo nada mejor que hacer, la encantadora vida de aquel lugar. Por la noche el dueño, "que se ocupa de la cocina", vuelve a su domicilio en motocicleta. Los obreros parecen disfrutar de la comida. El mozo, realmente bello y de aspecto inteligente, deja a veces la cocina para discutir con los clientes, con el codo apoyado en el mostrador, sobre asuntos aparentemente serios. La criada es bastante bonita: más bien poética. El 10 de abril por la mañana ella llevaba, sobre un cuello blanco con espaciados lunares rojos muy en armonía con su vestido negro, una finísima cadena de la que colgaban tres gotas claras como de piedra lunar, gotas redondas sobre cuya base destacaba una medialuna del mismo material engastada de forma parecida. Una vez más aprecié, la coincidencia de esta joya y el eclipse. Mientras yo trataba de situar a esta muchacha en la circunstancia tan bien inspirada, súbitamente se oyó la voz del mozo: "!Aquí, Ondina!", y la exquisita respuesta, infantil, apenas susurrada, perfecta: "¡Oh, sí!, ¡aquí se cena!" (¿lo captan: on dine = se cena?). ¿Puede haber una escena más conmovedora? Me lo preguntaba aquella misma noche mientras escuchaba a los actores del teatro del Atelier Masacrar una obra de John Ford” (1937)












RELATO VERAZ, EXENTO DE RETÓRICA, DE UN EPISODIO (EN MARCHA) DE CORONAVIRUS.

Quizás pueda ayudar a alguien. Seguiré contando el desarrollo y desenlace... CONTACTO CON PERSONA INFECTADA. Se supone que el...